Y allí se encontraba él, Kirigaya Kazuto, todavía tan solo un estudiante de preparatoria, con la cara aterrorizada, sin saber qué hacer. Sus compañeros gritaban y gritaban, dándole mucho más pánico y más miedo ante la situación presente.

En frente de él se encontraba la jóven Yuuki Asuna, vestida con su azulado y húmedo —y también un poco ajustado en sus curvas, notó con horror evidente—, traje de baño escolar, con los párpados seguido de largas pestañas mandarinas cerradas, su largos mechones de cabello color mandarina húmedos sueltos de su peinado normal, cayendo alrededor de la muchacha, y su boca carmesí tentadoramente abierta, como si estuviera invitándole a hacerlo.

¿Qué se suponía que debería hacer? Su muy querida y popular amiga se había lanzado directa —y ciegamente— al agua para no obtener una mala nota en su clase de natación, y él sabía muy bien que lo quería para no llegar a decepcionar a nadie, incluyéndose a sí misma.

Perfecto. Simplemente perfecto.

Él debía hacerlo, él se había arriesgado en ayudarla y lo único y no tan difícil que debía hacer era juntar sus labios con los de ella.

Puede que suene fácil.

Pero no lo és. En lo absoluto. O al menos no para el.

¿Eso sería RCP o contaría tambien como un beso robado?

No lo sabía, no podía pensar, estaba asustado como si un gran reloj moviera ruidosa y fugazmente sus finas manecillas, como quedándose sin tiempo para pensar siquiera.

-Kirigaya-san, si no quieres hacerlo no lo hagas, con gusto yo puedo ocupar tu lugar.-Sonrió con perversión y lujuria Humbert, que les observaba atentamente junto con el resto de sus compañeros, de manera expectante.

-Yo también podría hacerlo, me sería un honor ayudar a Asuna-san.- Dijo desde su lado Kuradeel, con una mirada similar a la de Humbert.

Desde otro lado, Eugeo y Klein movían sus cabezas de un lado a otro, y, si uno leía sus labios, cosa que Kazuto hizo, se podría dar cuenta de que lo que estaban diciendo era "No"

Sin presiones. Sin presiones en absoluto. Claro.

Tragó sáliva mientras se formaba un nudo en su estómago

Él no podía permitir aquello, como su amigo, Kazuto debía salvar a Asuna de ese asqueroso y desagradable hombre que quería aprovecharse de la situación.

-N-no, no se preocupen, Humbert-dono, Kuradeel...-san. Lo haré y-yo.-Tartamudeó sonrojándose, decidiéndose a acortar rápidamente la distancia entre la bella muchacha y él.

¿Y si Asuna comenzaba a odiarlo por aquello?

¿Y si se alejaba de él por el resto de sus vidas?

¿Y si decidía preferir a esos lujuriosos hombres por encima de él?

Sacudió su cabeza rápidamente, alejando esos negativos y muy horrorosos pensamientos que plagaban su mente.

Debía de hacerlo para salvar su vida, después de todo eso es lo que cuenta, o por lo menos era lo principal en ese mismo instante.

-Por favor perdóname, Asuna.- Susurró, a modo de que nadie le escuchara. Cerró los ojos, terminando esa distancia mínima que aún quedaba entre ambos jóvenes, haciendo que sus labios se tocaran ligeramente.

Fue entonces cuando todo el ruido, el paisaje y las personas rodeándolos, desaparecieron por completo, mostrando un pacífico nada a su alrededor.

Antes de siquiera haber percibido la presión de los labios de la jóven Yuuki contra los suyos, sintió a su corazón calentarse y acelerar más rápido sus latidos. El estar tan cerca de su boca era en extremo emocionante, y lo sería mucho más si el llegara a adentrar su lengua en la cavidad.

¡Concéntrate, Kazuto! ¡Estás aquí para darle aire, no para darle vida a todas tus perversiones!

Como que sentía que se convertiría en un enorme pervertido en tan solo un par de años.

La mayoría del aire resguardado por sus pulmones, fue transferido por medio de sus bocas llegando a los de la chica.

Se alejó ligeramente y recogió mucho más aire, y así sucesivamente hasta que hubo finalizado.

Pero tuvo que alejarse de ella a regañadientes, dejando la hermosa sensación de sus suaves labios atrás.

-La llevaré arriba, a la enfermería, de seguro recibirá mejores cuidados allí.-Ambos luceros adquirieron una tonalidad seria pero con reconfortante preocupación.

Con un grupo de chicos muy molestos por no haber estado en el puesto del Kirigaya, y con unas cuantas chicas sonrojadas de tan lindo acto que tomó lugar frente a sus ojos, la cargó sujetandola de la cintura y debajo de las rodillas, con ambos brazos, los cabellos otoñales de la muchacha apenas y rozando el suelo al caer por la gravedad.

Alejándose rápida, pero cuidadosamente del gran y abierto salón acuático plagado de estudiantes conmocionados, con la muchacha en sus brazos, Kazuto sonrió orgulloso con sus pómulos muy, muy levemente sonrojados. Porque él haría lo imposible si pudiera besar a tan hermosa mujer otra vez, o se dejaba de llamar Kirigaya Kazuto.


Nota de Kitten:

"Hola, carnales! Pos yo soy Kitten °° y este es el primer fic que cooescribo, y en general, mi primer fic en español. Si son las muchachas, y están leyendo ésta historia, porfa no nos quemen vivas (?) Ésta es una recolección de ideas aleatorias de nuestras alocadas mentes, y es probable que contengan un alto contenido de LSD, y no se sorprendan si nos quieren asesinar al terminar de leerla toda e.e No esperen inocencia y jueguitos cuando se trate de nosotras dos ñ.ñ Así que han sido advertidos. Vayan, vayan. Están invitados a leer la primera sombra del gran Kirigaya Kazuto-sama ;) Bai bai!"

Sinceramente, Kitten. Y no, no soy un gatito real, por más que quiera :v"

Nota mía (?):

Hola, mis flanes. ¿Qué tal su día? El mío bien, eso creo, además del unicornio que me dijo que tendría un exámen mañana, pero bah, esos dinosaurios son bien mentirosos. Justo cuando pensabas que no había nada mas drogado que esto, ¡PAM! Aparece Aime y le pone LSD a los fics :v

Básicamente, serán un conjunto de drabbles de Kirito x Asuna, pero no todo será dulce, de mí no se esperen nada bueno y dulce, por favar, y de Kitten, mucho menos, por eso es mi nee-san, porque aprendo de su maldad. (?) :v

Los quiere en un horno, Xu.