Disclaimer: Los personajes de este fanfic, son propiedad de Masami Kurumada y me gustan tanto que decidí escribir acerca de ellos.
Con emoción les presento este nuevo bloque de historias. "Trémula paz: aprendiendo a vivir en las doce casas", se compone de una serie de shots, en los que nuestros queridos caballeros dorados son los protagonistas. Esta serie, tiene como objetivo desarrollar algunas situaciones que nacieron a raíz de sus aventuras en "Asesinos a Caballeros: historia de Renacimiento y Redención"
Cada historia es independiente, con sus propias advertencias y sirven de enlace con la nueva serie que publicaré pronto y que resolverá o complicará los conflictos de "Asesinos a Caballeros".
¿Que por qué de esta forma?
Porque lo que describiré aquí son situaciones que servirán de preámbulo, algunas más relajadas, quizá hasta más divertidas y que son importantes en el eje central de la trama sin llegar a ser determinantes. Así que si tienen a bien, pasen y espero disfruten.
Trémula paz: la vida en las doce casas
Los efectos de la Luna de Cosecha*
Advertencia: Lemon ligero
Lenguaje inapropiado
Trazas de yaoi
Mucha miel
Ir en contra del protocolo
La fiesta de la Luna de Cosecha se celebraba desde tiempos en que dioses y hombres convivían para bien o para mal sobre la faz de la Tierra. Era en esta fiesta, que se agradecía la mediación de la Luna, en la calidad y cantidad de los frutos cosechados para cada año.
En el Santuario de Atena, esta celebración se llevaba a cabo el penúltimo día de octubre, la noche antes del Samhain. Además del cumpleaños del Patriarca y la Aíttiti Níki (Invicta Victoria), la Luna de Cosecha era la más importante fiesta pagana de la Orden.
El festejo comenzaba al anochecer, justo cuando la Luna dejaba ver a medias su figura emergiendo esplendorosa entre las nubes, cual doncella que se esconde de su pretendiente detrás de un abanico. Esa noche en especial, la Luna apareció imponente y brillante, sin embargo, era evidente el tinte rojizo de su reflejo, como homenaje a los caídos en la batalla de hacía unos días atrás.
-Amada Luna de Cosecha, en ese tiempo de restauración... hemos puesto ante ti, una muestra de lo mejor que han dado nuestros campos bendecidos por tu presencia...
Tres muchachas coronadas con flores y cintas de seda, vestían vaporosos peplos que remarcaban sus femeninas curvas. La primera cargaba una canasta con lo mejor de la cosecha, la otra traía un ánfora de vino y la última apoyaba una cesta repleta de panes en su oscilante cadera. Después de las palabras de la sacerdotisa, las tres mujeres caminaron en medio de las dos hileras que formaban los Caballeros Dorados y depositaron las ofrendas en el altar, volviendo sobre sus pasos mientras dedicaban una reverencia a la reencarnación de la diosa.
-Me gusta la de peplo verde
-No sé bicho... demasiado angosta de caderas... me parece más hermosa la rubia...
-Tú y las rubias Kanon
-¿Qué?... déjame vivir... yo no te critico por tu fijación con las tetas grandes toro...
-Al pez también le gustan grandes... ¿verdad alumina?
-No voy a responderte eso Milo... ¿por qué no molestas a la hielera?
-No me metan en sus estupideces
-Awwww... es que al lindo cubito lo trae loco la asgardiana...
-Basta gato…tienes cola que te pisen… recuerda cómo te encontró Shura el otro día…
-Más te vale que mantengas tu hocico francés cerrado…
-Shuris… tienes que contarnos eso…
-Mañana a las ocho, tíos… en mi templo, yo pongo las bebidas, ustedes las tapas, Angello la pizza...
-Di acordo...
-Témpano chismoso… me la vas a pagar
-Oh... me causas un trauma con esa amenaza...
-Cállense todos -era difícil notarlo, pero algunos de los caballeros dorados se respingaron ante el regaño mental del Patriarca, Dhoko no pudo evitar esbozar una risita- es una vergüenza... estamos en medio de la plegaria... deberían agradecer por los frutos de este año y suplicar por el bien de sus traseros para el otro... eso, en vez de usar sus dones mentales para estupideces...
-Perdón señor -respondieron los chicos regañados por la misma vía.
Una vez las ofrendas fueron entregadas, la sacerdotisa principal guió los últimos cánticos rituales y el resto de la plegaria, bendijo las ofrendas y encendió el incensario que coronaba el altar mayor para concluir el acto, después del cual todos los participantes se retiraron para continuar con la parte más esperada; el carnaval.
No detenerlo, aunque te mueras por dentro
Sahori se abrazó a sí misma y se asomó por la ventana. Con una risilla disfrutó de la visión de Kiki apareciendo y desapareciendo entre objetos y personas, asustando a más de uno, que se dirigía al festejo.
-Hola
-Hola Kiki -saludó ella con una sonrisa, cuando el niño apareció en su ventana- ¿puedo ayudarte?
-Señorita Sahori -el chiquillo bajó la mirada, se le veía triste- ¿ha visto a Nube?
-¿Nube?
-Mi carnerito...
-No Kiki... para nada... el único carnerito aquí eres tú -la muchacha rió y el chiquillo se sonrojó apenado.
-Entonces, me voy a seguir buscando -el pelirrojo saltó para irse, sin percatarse de que alguien más estaba en la habitación de Sahori.
-Auch -exclamó Kiki cuando chocó de frente con otra persona- uy... lo siento Shun
-No te preocupes enano -dijo el peliverde revolviendo el cabello del más pequeño- ¿en qué andas?... el festejo está por empezar...
-No puedo bajar al pueblo, al menos hasta que encuentre a Nube...
-A... a ¿Nube?
-Si... mi carnerito... bueno Shun te veo -el mayor siguió a Kiki con la mirada, hasta que se desvaneció antes de terminar el pasillo.
Cuando Shun pidió permiso para entrar, Sahori habló sin dejar de mirar por la ventana.
-Supongo que vienes a despedirte...
El recién llegado asintió con un apenas audible sí.
-¿Estarás bien?
-Es mi deber... hasta que Hades se encuentre listo para... ya sabes... ser él
-Bien -Sahori suspiró, mientras miraba las luces del festejo -supongo que tengo que dejarte ir- Shun asintió apenas.
-Talvez sea lo mejor...
Cómo le dolió a Shun que Sahori no lo detuviera.
Con andar apesadumbrado se dio media vuelta y siguió su camino fuera de allí para encontrarse con los Jueces del Infierno, quienes lo llevarían al que sería su nuevo hogar hasta que el cuerpo de Hades tuviera la fuerza necesaria para soportar su espíritu indomable.
Desear que alguien no se vaya
-Curiosa celebración -comentó Minos de Griffon, mientras que bajaba la escalinata con los otros dos jueces- demasiada algarabía por unos cuantos melocotones...
-Si lo dices así, suena estúpido -se aclaró la garganta Aiacos, cuando se cruzaron con una amazona, quien subía hacia el Templo Principal. La chica les dedicó una reverencia y los tres giraron la cabeza al mismo tiempo, cuando ella les dio la espalda, siguiendo el contoneo del hermoso trasero.
-Lo es -Minos sonrió con lascivia- por lady Perséfone... mira esas caderas...
-Controla tu entrepierna Minos… estamos en tiempos de tregua -los tres de sapuri, continuaron su marcha- para nosotros esta fiesta no representa gran cosa, pero el de Atena es un culto a la vida... una buena cosecha y la llegada de las lluvias es un excelente motivo para una bacanal ¿no crees?
-Si... si, como tú digas -Minos estaba más interesado en las curvas de Anaya de Lince que en la explicación de Aiacos.
-No entiendo cuál es el motivo de no hacerlo a la manera antigua -intervino con un bufido Radamanthys.
-¿Con una orgía en vez del carnaval?
-Exactamente mi peliplateado amigo... te imaginas a todas esas amazonas a tu merced... compitiendo entre ellas por un poco de tu carne -Radamanthys arrastraba ansioso las palabras- ufff... participaría en estos ritos todos los días...
-Menuda sorpresa... pero si son los tres cuervos del Infierno...
-¡Fénix!... gusto en verte -canturreó con falsa efusividad Radamanthys- ya me preguntaba de donde el aroma a pollo asado...
Ikki odió la broma, así que sin pensarlo mucho se abalanzó sobre Radamanthys y lo chocó contra una columna -mira... no soy tu amigo, ni me interesa serlo, así que ahórrate tus estupideces- el Wyvern enarcó la mitad de su ceja y sonrió con burla...
-No sé de donde coges las agallas para hablarme de esa forma Ave Fénix -Radamanthys tomó a Ikki por las muñecas y se lo quitó de encima- recuerda qué eres y con quien te enfrentas...
-Pues vaya que si lo sé -Ikki sonrió y los miró de arriba a abajo- resulta que mi hermano menor es el avatar de tu gran jefe y si a mi no me da la gana... no se va de aquí... ¿de acuerdo?
Minos enarcó una ceja molesto y cruzó los brazos con prepotencia. Por su parte, Aiacos, un poco menos a la defensiva, se colocó en medio de los dos que se miraban amenazantes -no nos interesa una confrontación... estamos en tiempos de paz...
-¡Ikki!
Todos se volvieron hacia la persona que se les acercaba -Shun... no tienes que hacerlo
-Es mi deber... prometí hacerlo a cambio de las almas de los caballeros dorados... Ikki -el peliverde tomó a su hermano por los hombros- por favor... compréndeme
-Tu sentido del honor va más allá de lo razonable... eres un caballero de Atena... ella es tu diosa
Shun bajó la mirada para no enfrentar la tristeza de su hermano -no voy a quebrantar un trato Ikki... mucho menos uno como ese.
-¿Ves Fénix?... ¿dónde quedó tu autosuficiencia ahora? -murmuró con sorna Radamanthys.
-Cállate... pedazo de lagartija
-Ya Ikki -Shun tomó a su hermano por los hombros antes de que le partiera la cara a Radamanthys- sabes que tengo que hacerlo…
Ikki suspiró y asintió con más ira que resignación. Por ahora no le quedaba de otra que dejarlo ir, pero se juraba que recuperaría a su hermano a como diera lugar.
Perder el decoro delante de alguien que te admira
-¿Y cómo te va con el tercer templo?
-Recuerda que apenas ayer me reuní con los gemelos para darle una ojeada a los planos originales, por cierto... he de reconocer que gracias a que memorizaste la biblioteca de pies a cabeza, conseguimos esos documentos fácilmente...
-Realmente fue un placer, me diste el pretexto perfecto para revisar de nuevo algunos textos de la época clásica -Camus sonrió satisfecho- me sorprendió gratamente que los gemelos se lleven tan bien ahora... estuvieron en la biblioteca por horas sin destruir nada...
-No les queda de otra... los tengo agarrados de las bolas... si pelean, este bello arquitecto renuncia -Milo se aclaró la garganta cuando se topó de frente con Anaya de Lince, a la cual le guiñó disimuladamente un ojo.
-Al parecer tendrás acción esta noche...
Milo se colocó una mano en el pecho con actitud altruista -todo sea por la Luna de Cosecha... es un sacrificio, pero alguien tiene que hacerlo...
-Me sorprende tu nivel de compromiso con la causa...
-Eres un hipócrita... apuesto a que tú también le harás los honores a la Luna y bailarás la danza de la fertilidad con tu flor de hielo...
Camus esbozó un disimulada risa -eso no te importa Milo
-Claro que me importa... entre más cópulas esta noche, mejores cosechas para el otro año... simple matemática -Milo sonrió de lado y el francés negó con la cabeza- mira Cam -delante de los dorados, una personita se paseaba de un lado a otro en uno de los escalones- allí está Hyoga... ¿sigues con tu afán de molestarlo esta noche? -Camus asintió con una sonrisa altanera- ¿qué piensas decirle?
-Lo que tenga que decirle -Camus marchaba con ese porte de autosuficiencia tan propio de él, a su lado Milo no se esforzaba un ápice en disimular su altivez, ambos fueron en busca de Hilda, quien había quedado con el francés para bajar juntos hasta Rodorio.
-Bonne nuit -saludó Camus a Hyoga, quien al escuchar la voz de su maestro empalideció de inmediato- hasta que al fin me topo contigo, de no ser porque te conozco diría que huyes de mi...
-No... no... yo... jamás
-Hyoga -canturreó el escorpión rodeando al acalambrado rubio- tu maestro no ha dejado de hablar de lo mucho que quiere los vinos que le conseguiste... la verdad, no me gustaría estar en tus calzones -el peliazul rió descaradamente y le dio al menor una palmada en el hombro- lo lamento por ti...
Por su parte Hyoga solo atinó a asentir escuetamente, el pobre estaba aterrorizado.
-¿Cómo te fue con tu tarea? -preguntó Camus mirando a Hyoga desde arriba, Milo por su parte disfrutaba entretenido de la peculiar escena.
-Yooooo...
-¡Camus!
El aludido giró apenas la cabeza y sonrió al ver llegar a Hilda de la mano de Flare, vistiendo un vaporoso vestido verde que la hacía ver radiante -estás bellísima- exclamó Camus al recibirla, besándola suavemente en la mejilla- ¿lista ma beauté?
-Gracias por venir mi amor -Milo rodó los ojos, cuando Camus suavizó su semblante casi ridículamente- estoy lista... disculpa la tardanza, pero tuve que atender algunos asuntos antes de encontrarme contigo -Hilda besó suavemente al francés y se asomó por encima de su hombro -Milo de Escorpión... que gusto verle- el aludido correspondió el saludo, con una pequeña reverencia.
-Es un placer señorita Hilda -Milo miró a Hyoga, quien se aferró a Flare y luego se volvió a Camus- Camie… dado que soy el único número impar aquí… me retiro a dar mi aporte a la Luna… tú deberías hacer lo mismo -dijo haciendo un guiño y el francés rodó los ojos.
-¿De qué habla Milo, amor?
Camus hizo un mohín y frunció el ceño -no le hagas caso preciosa... a Milo es mejor no prestarle atención... bien Hyoga- insistió Camus.
-Amor... no lo molestes -regañó Hilda a su amado- parece que va a desmayarse -le susurró ella, provocando una risita en él.
-No te preocupes... lo torturaré solo un rato...
-Eres malo -le respondió Hilda de la misma forma.
-Si quieres, puedo demostrarte todo lo malo que puedo ser -ronroneó él con sensualidad a Hilda, quien se atrincheró en el pecho francés, tratando de disimular el sonrojo. Hyoga muy cerca de allí, se aclaró la garganta al ver a la pareja tan acaramelada.
-Cierto...Hyoga -por un momento Camus había olvidado a su alumno- no me has contestado...
-Pero... maestro... ¿no va a participar en la fiesta? -Hyoga pasó saliva con dificultad tratando de que su maestro dejara el interrogatorio para después, de ser posible que lo olvidara para siempre. El pobre joven estaba tan angustiado, que Flare apretó su mano para animarlo.
-Que el festejo no te apure Hyoga... estoy ansioso por comprobar tus progresos en maridaje... y por supuesto, revisar las botellas que conseguiste...
-Maestro yo...
-Insisto -Hyoga bajó la vista. Mientras tanto, Hilda miró a Camus con aire reprobatorio -¿qué?
-Amor... prometiste ir conmigo al festejo
-Pero…
Hilda rodeó con sus brazos el cuello de su novio y lo miró a los ojos -Camus de Acuario… ¿le vas a arruinar la noche al pobre muchacho? -el francés enarcó las cejas.
-Pues… ¿si?
-¡Camus! -Hilda sonrió y se mordió el labio de abajo. Luego se acercó al oído del sorprendido francés y le susurró algo que hizo que Camus abriera los ojos desmesuradamente.
-¿En serio? -le murmuró Camus a su asgardiana y ella afirmó con una risita- Hyoga... hablamos mañana -dijo de repente y tomó a Hilda de la mano para llevársela con él. El pobre Hyoga botó el aire que sostenía en los pulmones y de inmediato sintió como el alma le volvía al cuerpo y que su vida tenía sentido otra vez.
-Hasta luego chicos -se despidió Hilda agitando la mano- Flare... estás advertida...
-Si hermana -susurró la rubia con un sonrojo -la pareja desapareció en la escalinata y una vez se adentraron en la Casa de Virgo, el sonido de sus pisadas, dejó de escucharse.
-¡Amo a tu hermana!
-¡Hyoga!
-No te pongas celosa preciosa… sabes que mi corazón de hielo pertenece solo a ti -Flare rodeó a Hyoga por el cuello con un abrazo y le agradeció la declaración con un dulce beso en los labios- ¿sobre qué te advirtió tu hermana? -preguntó Hyoga aún bajo el hechizo de aquel beso.
-Sobre ti…
-¿Sobre mi? -Hyoga estaba tan aturdido con aquella información que decidió que ya no le caía bien Hilda- ¿pero yo qué he hecho para no merecer su confianza?
La rubia dejó escapar un suspiro -teme por lo efectos de la Luna en esa linda cabecita tuya...
Hyoga se lo pensó unos instantes y decidió que ignoraría la advertencia -encontré un hermoso lugar en estos días que me escondía del maestro... ¿quieres ir conmigo?
Flare sonrió dulcemente y afirmó encogiéndose de hombros.
Tener tu primera vez en el sitio menos esperado
A pesar de lo extraño del lugar, una pareja disfrutaba a sus anchas de la vista que ofrecía el Santuario y el pueblo iluminados bellamente en honor de la Luna de Cosecha. Sentados sobre una frazada en el frontón del quinto templo, se abrazaban cariñosamente acariciándose con ternura.
-Dicen que la sangre se sube a la cabeza y la gente comienza a hacer locuras...
-Entonces a eso se refieren con los efectos de la Luna de Cosecha... ¿quién te lo dijo?
-Mi maestra, a las amazonas nos daban muchas advertencias acerca de... eso -Marín bajó la mirada y se sonrojó. Aioria sonrió complacido ante los colores en las mejillas de la pelirroja. ¿La gran amazona de águila sonrojada?... era algo que no se veía todos los días.
-¿Acerca de nosotros?
-Pues... pues si... algo así -ella se aclaró la garganta- temía porque fuéramos "víctimas" de actos impuros provocados por la Luna...
Aioria rió divertido -¿a qué te refieres con actos impuros? -el moreno se acercó sugerente a Marín, quien abrió mucho los ojos al sentir el aliento masculino en el cuello- ¿estos son actos impuros? -él la mordió suavemente- ¿o esto? -dijo al deslizar la palma de su mano en el muslo de ella.
-De... deja de hacer eso...
-¿Por qué? -susurró él aún sumergido en el cuello femenino- todo es culpa de la Luna -ella dejó escapar un profundo suspiro- sé que te gusta... deja a la Luna que haga lo suyo y yo haré lo mío...
Marín cerró los ojos y se dejó hacer, Aioria sabía muy bien cómo proceder y ella lo estaba disfrutando mucho. De un momento a otro, se escucharon las risitas de un hombre y una mujer que cruzaban por el templo de Leo -Aioria... alguien... alguien viene...
-Es mi hermano -susurró él, acariciando el vientre femenino y con toda la intención de continuar la trayectoria de su mano traviesa hasta los hermosos pechos, que ya destellaban bajo los efectos de las caricias.
-¿Seguro? -murmuró ella sin abrir los ojos. Abajo de ellos, Aioros de Sagitario se detuvo en medio de la escalinata que conducía hasta Cáncer, para tomar entre sus brazos la estrecha cintura de una risueña pelirroja, quien aprovechó el movimiento del moreno para rodearle el cuello con los brazos, con el fin de que él la besara.
-Al parecer es cierto lo del efecto de la Luna de Cosecha -sonrió Aioria, apartándose del cuello de Marín para mirar la escena de su hermano- y tú... ¿quieres darle gusto a la Luna? -preguntó acariciando el rubor de las mejillas con el pulgar.
Ella lo enfrentó con la mirada cargada de amor y asintió con una dulce sonrisa -te amo Aioria...
-Te amo Marín -respondió él sonriendo por la respuesta y cobijando con el suyo el cuerpo femenino- ¿quieres ir a un sitio más cómodo?
La amazona no había reparado en que el lugar era inusual para aquello. Con ambas manos tomó el rostro de su amado y lo besó en los labios -no hace falta... así podré contar que mi primera vez, fue sobre el techo de una casa…
Arruinar el romance sin que te importe
Isaak -el aludido bajaba por una ladera que llevaba a la plaza central de Rodorio y al escuchar su nombre, se volvió con una sonrisa y corrió escalones arriba, hasta quedar al frente de quien lo llamaba.
-Gracias por protegerme la otra noche de las miradas de ese Juez pervertido, siempre que te necesito estás allí -Tethys se sonrojó antes de continuar- eso es muy valioso para mi
-Tú eres muy valiosa para mí -Isaak tomó de la mano a la sirena- más de lo que crees... o de lo que parece...
-Es que no lo entiendes -Tethys se permitió acercarse más y con la delicadeza de un pétalo de rosa arrastró sus finos dedos sobre la gran cicatriz en el rostro del muchacho, quien se limitó a disfrutar la caricia cerrando su único ojo- fui separada de mi gente y de mi hogar en el padre Océano...
Isaak tomó la mano que le acariciaba y la besó en la palma -Tethys... yo te protegeré con mi vida siempre... no mires atrás... miremos al futuro... juntos
-Isaak yo -ambos jóvenes, comenzaron a acercar sus rostros hasta el punto de rozar la punta de la nariz con el otro. La rubia cerró lentamente los ojos y esperó ansiosa el sabor de los labios de Isaak, alargando el tiempo para grabar aquel sublime momento en su memoria.
-Vaya... vaya -sirena y general, abrieron los ojos repentinamente al ser interrumpidos por un vozarrón masculino detrás de ellos- los dejo solos unos meses y ya van a reproducirse... que descaro...
-Se... señor Kanon...
Isaak y Tethys se volvieron los dos a la vez, detrás de ellos, Kanon de Géminis los miraba con una gran e irónica sonrisa en el rostro -¿qué? ¿no van a seguir?
Superar tus celos fraternales
Una mirada de cielo espiaba con disimulo hacia el extremo del campo en el que se llevaba a cabo la bacanal, allí donde algunas amazonas charlaban amenamente. El chico, uno de los caballeros dorados, recostaba su peso despreocupadamente a un árbol, sin participar realmente del festejo.
-¿Disfrutando en solitario pesce? -el aludido se volvió sorprendido.
-Como siempre -contestó Afro dándole un trago a su cerveza.
-¿Por qué no te unes a ellos? -le preguntó Angello al menor.
-Porque no me dejan...
Shura, Shaka, Saga y Kanon se encontraban a poca distancia de ellos jugando una accidentada partida de dardos. A los tres primeros no les iba tan mal, pero Kanon tenía serios problemas para dar con el centro de la diana.
-Oh, dardos... ahora entiendo -Angello se rascó la cabeza y encendió un cigarro- técnicamente tienes ventaja... haz lanzado dardos toda tu vida... o bueno... algo por el estilo
-Si eso dicen ellos -contestó el peliceleste sin desviar la mirada de su objetivo, lo que llamó la atención de su compañero, quien siguió la trayectoria de la mirada celeste, hasta dar con el grupo de amazonas.
-¿Así que una de ellas?... ¿por eso el nuevo peinado? -preguntó con malicia el italiano.
-No es un nuevo peinado... solo media coleta... el cabello me estorba cuando se me viene a la cara...
-Si claro -el peliceleste dejó entrever una media sonrisa- ¿cuál es? ¿June? ¿Joyce? ¿Aileen? -Afro negaba con cada nombre- no… no puede ser ¡¿Shaina?!
-¡Calla!... agradecería que ella no se diera cuenta -susurró acongojado- por favor no menciones una palabra de esto ¿de acuerdo?
-Ella no me gusta para ti...
-¡Bingo!... sabía que dirías eso -Afro le dio otro sorbito a su jarra- me halagan tus celos fraternales... sin embargo, no puedes dar una opinión subjetiva al respecto, dada la guerra abierta que te declaraste con ella...
-Patrañas...
Afro esbozó una risita -quedas advertido... no te metas
-Va benne... va benne -rezongó hastiado el italiano. Por al menos diez minutos se quedaron alargando un confortable silencio, en el que cada uno meditaba a su manera, Afro mirando a Shaina y Angello mirando a Afro, quien miraba a Shaina.
Agrrr -gruñó Angello sacudiéndose los cabellos azules- necesito hablarte de algo…
-¿Ah sí?
-¿Qué hay de tu hermana? -soltó de golpe el italiano.
Afro casi se atraganta con el trago de cerveza -co... cómo... lo sabes...
-Mis informantes de siempre... uno de los marines ahogados por el Kraken me lo contó
-Cierto -Afro se sacudió la cerveza derramada en una de sus manos- tus almas en pena... es difícil guardarte un secreto -dijo suspirando- recuerdo que de pequeño todos creían que estabas loco...
-No cambies el tema deliberadamente...
Afro tomó aire -no sé adónde la envió Mu... solo espero que haya sobrevivido y que pueda verla otra vez...
Al ver el semblante decaído del caballero de Piscis, Angello reflexionó acerca de lo solo que estaba el sueco ahora que él había formado una familia con Geist. Así que sin que el peliceleste lo esperara, lo tomó de una mano y lo llevó hacia donde estaba el grupo de amazonas.
-¿Qué haces? -gruñó Afro con los ojos abiertos como platos, mientras era arrastrado por el otro- ¿estás loco?
-Es lo que todo el mundo dice ¿no?
-Pero Angello…
-Hey bella -saludó el cangrejo a Geist sin soltar a Afro, cuyo rostro alternaba del rojo al violeta.
-Hey amore… hablaba con las chicas acerca del bebito… hola Afro -al decir esto todas las amazonas pusieron sus miradas sobre el Caballero de Piscis- ¿y tú por aquí?
-Yo… pues -Afro se rascó la nuca muy acongojado- la verdad me obligaron -susurró el peliceleste solo para que su amigo lo escuchara. Shaina por su parte, se quedó de una pieza por la presencia de los dorados y constantemente se acomodaba un mechón de cabello detrás de la oreja.
-Hey… strega -se dirigió Angello a Shaina, quien se cruzó de brazos enojada- stavamo andando e poi il mio amico é sará assolo… voi cura di lui… ¿capisci?***
Shaina se sonrojó detrás de la máscara. En otras circunstancias seguramente hubiera soltado una retahíla de insultos contra el italiano, sin embargo, estaba tan abstraída en la situación que solo atinó a afirmar con la cabeza. Angello sonrió satisfecho y espantó sin delicadeza, a quienes estaban cerca para dejar al par a solas.
-No sé qué te dijo Death, pero...
-Me dijo Dante... Dante de Cerbero, que preguntó por mí -interrumpió ella con un hilo de voz, dejando a Afro con las palabras en la boca- muchas gracias por eso...
-Sarnoso chismoso -susurró Afro para sí mismo- cuando lo vea por allí... le voy a clavar una rosa en...
-¿Acostumbra a hablar solo? -preguntó ella divertida, cumpliendo su propia venganza personal contra el peliceleste, quien en más de una ocasión se había burlado de ella por lo mismo.
-¿Yo?... no, no... -se defendió él, escudándose con las manos- yo... -ambos suspiraron un poco acongojados. Ella mantenía la mirada clavada en el suelo y él dirigió la suya hacia el baile. "Espero no arrepentirme de esto", se dijo a sí mismo- ¿te gusta bailar?
-Yo… nunca he bailado -confesó ella y Afro bajó la mirada asintiendo con pesadez- pero amo el dulce aroma de un jardín... sé que no parece, pero así es- Shaina levantó el rostro con algo de vergüenza por su confesión y para su sorpresa, se topó con la mano que él le ofrecía y una cálida sonrisa en el rostro.
-Entonces... ven conmigo
Ser un mal perdedor
-Hola cangrejo ¿cómo va Geist?- intervino Saga, al ver acercarse al italiano.
Angello se rascó la nuca un tanto incómodo, pero antes de contestar, se cercioró de que Geist estuviera conversando con sus compañeras a una distancia suficiente para que no lo escuchara -bien... solo que... tiene cambios de humor... extraños… pasa del berrinche a las lágrimas en segundos
-Las fluctuaciones hormonales durante la gestación, provocan altibajos importantes en el estado de ánimo -Shaka verificaba el filo en la punta de sus dardos- según dicen los libros... el macho inseminador... o sea tú -dijo señalando a Angello, quien enarcó ambas cejas preguntándose en dónde estaba el botón de apagado del rubio- poseen un papel determinante en el equilibrio emocional de la hembra en cuestión...
-O sea... cierra el pico y haz todo lo que te diga -rió Shura con gana, antes de lanzar y obtener un tiro de diez puntos- allí tienen cabrones... de nuevo a la cabeza... como tiene que ser… Kanon me debes quince euros...
-Bah... al diablo con ustedes... yo me voy -dijo el peliazul tirando los dardos al suelo.
-Eres mal perdedor Kanon -regañó Saga.
-Váyanse todos al diablo…
Unos minutos después...
Caminó por la playa, culpando a la mala puntería por el saqueo de sus bolsillos.
-Mierda... tengo que aprender a no apostar en juegos de tiro
Y es que Shaka le había advertido que debido a que la mecánica de su técnica estaba enfocada a blancos mayores, difícilmente daría en el centro de una diana. Frustrado, continuó caminando en la oscuridad y por reflejo tomó un guijarro y lo lanzó al agua para, según él, hacerlo rebotar tantas veces como fuera posible sobre la superficie.
Quizá fue el viento o su falta de habilidad para el tiro, lo que provocó aquello. Un segundo más tarde de hacer su lanzamiento, una sarta de maldiciones en griego antiguo, se abrió paso en el silencio de aquella noche de Luna.
-Ops -susurró Kanon, ante tanta palabra inadecuada en voz de una misteriosa fémina- ni yo lo hubiera dicho mejor
-¡¿Acostumbras a atacar a la gente con guijarros?! -le gritó una rubia, quien salía en ese momento del agua- casi me destapas la cabeza idiota…
Kanon se mostró apenado, sobre todo por haber golpeado a una mujer, incluso pensaba disculparse. Sin embargo, cuando el reflejo de la luna le reveló la identidad de la "víctima", enarcó una ceja con ironía.
-Pero miren a quién tenemos aquí -al reconocer a Kanon, la mujer detuvo su avance y abrió los ojos a más no poder. Torpemente emprendió la huída hacia el agua para evitar el alcance del dorado, quien apresuró la carrera, hasta que la tumbó de bruces en la arena -eres una descarada- dijo apretando los dientes por la ira -¿cómo te atreves a venir a Atenas después de lo que hiciste?- Kanon la había lanzado boca abajo y para mantenerla inmóvil, se le sentó sobre la cadera y le sostuvo las manos hacia atrás a la altura de la cintura.
-Suéltame infame general bueno para nada… ¿crees que eres liviano?... quítate de encima mamut...
-¿Y tú crees que con todo lo que has hecho, te voy a soltar? -Kanon afianzó el agarre en las muñecas y se le acercó para hablarle en el oído- ¿sabes?… cuando estábamos en Galilea… hasta pensé en invitarte a salir… parecías encantadora…
-¿Planeabas salir conmigo a pesar de tu orgullo enjaulado en un cinturón de castidad?
-¿Cómo lo supiste?
-Eras demasiado obvio… no dejabas de acomodarte las bolas…
Kanon se echó a reír con gana -¿así que te la pasabas mirándome la entrepierna?... eres una pervertida…
La sirena contorsionó el cuerpo con violencia, tratando de zafarse del dorado, quien disfrutaba realmente de la situación -calma… calma- Kanon se recostó más sobre ella para tenerla más cerca. El contacto de semejante cuerpo contra el suyo, era simplemente alucinante para Ligeia -si te portas bien… puede que te suelte- la rubia se calmó un poco- ahora si… cuéntame... ¿qué te trajo por aquí?
-Poseidón… el nuevo emperador -Kanon enarcó una ceja ¿nuevo?. Poseidón estaba en el trono de Atlantis desde la última guerra con los titanes; definitivamente el tiempo es una cuestión relativa y pasa muy lento entre las criaturas míticas -él nos acusó de traición y nos desterró… el maldito bastardo nos quitó el poder de comunicarnos entre nosotras y me ha sido imposible encontrar a mis hermanas...
-Bien por Poseidón -el peliazul soltó a la mujer, quien se incorporó en la arena, cansada por la lucha con él.
-Lo hicimos por honor… los olímpicos no se dan a respetar y dejaron que los hombres gobernaran la Tierra… el padre Oceáno debe volver al trono…
-Mmm -Kanon la miró, mientras ella se limpiaba las lágrimas sin cuidado- interesante punto de vista… pero no me convence
-Poco me importa -dijo ella con la voz quebrada, mientras se abrazaba a sí misma- ríete si quieres… no me afectan tus humillaciones… solo eres un hombre...
-Gracias por señalar lo obvio -Kanon se tiró al lado de la sirena y se sentó tranquilamente a observar el mar- y debo decir que se lo merecen por traidoras…
-No soy una cualquiera para que me hables así… tú no eres nadie
-Y tú eres una sirena sin hogar y sin compañía… sola… en el mundo de los hombres buenos para nada como yo… menuda desgracia la tuya niña…
-Maldito humano...
-Sirena mal hablada...
Kanon rió y continuó mirando hacia el mar, sin cambiar su posición relajada en la arena y decidió comenzar una conversación casual -hermosa Luna ¿no crees?
-Luna de Cosecha que hace más altas las mareas… es difícil nadar cuando hay llena, pero te permite lanzarte desde los acantilados…
Kanon miró a Ligeia con una risita -dicen que esta Luna… te hace perder la cabeza… en muchos sentidos
-Si, eso dicen…
Un silencio se apoderó del momento, sin embargo no era incómodo para ninguno, todo lo contrario.
-¿Dónde dejaste la cola?
-Desaparece cuando salimos a tierra...
-Interesante...
-Es normal para nosotras...
-¿Cogemos?
-¿Qué dices?
-A la salud de la Luna...
Ligeia se volvió asombrada al peliazul, quien la miraba como si le hubiera pedido una galleta. El silencio se apoderó otra vez de la escena, mientras analizaba la propuesta del gemelo y con una sonrisa encantadora y un encogimiento de hombros, la sirena invitó a Kanon para que ambos hicieran los honores a la Luna.
Esperar lo que sea necesario
-Sigo yo -exclamó Saga con efusividad, apuntando un dardo hacia la diana- les quitaré los últimos centavos que les quedan con este tiro perdedores...
-Creo que el gran Saga ha bebido demasiado -le murmuró Shura a Angello.
-Me parece que son los efectos de la cerveza aunados a su gigantesco ego ganador -continuó Shaka- espero que la combinación no sea catastrófica...
-¿Qué hacen? -preguntó Mu apareciendo detrás de Shaka, haciendo que el tiro de Saga fallara.
-¡MU! -gritó Saga enojado, Angello y Shaka soltaron la carcajada- ¡no hagas eso!
-Lo siento -se disculpó el lemuriano apenado. Shaka se volvió hacia Mu y le sonrió con un aire demasiado ensoñador para el gusto de Saga. Luego se levantó de donde estaba sentado y se acercó a Mu, tan abstraído en la presencia del lemuriano que olvidó tomar el siguiente turno que le correspondía en el juego -¿todo está bien Mu?- le preguntó ya al lado de pelilila -te he esperado por días... quiero hablar contigo
El lemuriano un tanto tímido para contestar se aclaró la garganta primero, antes de tomar al rubio de mano para apartarlo de grupo y hablarle sin que los demás escucharan -disculpa que no he podido ir a visitarte- Mu bajó la mirada apenado- pero es que he tenido conflictos hogareños en Aries…
-Conflictos... ¿hogareños?
-Líos de mascotas…
-Oh
-Shaka... ¿vas a tirar? -preguntó Saga con más ánimos de interrumpir que de jugar.
-Perdona que les haya arruinado el momento… no quise importunar -susurró Mu con pena.
-¿Qué es más importante Mu?... ¿los dardos? ¿o compartir el tiempo al lado de quien se quiere? -Mu sonrió con calidez y agradeció sobremanera las palabras del rubio- quiero estar aquí...
-Shaka… sigues tú -insistió Saga comenzando a enojarse- te estamos esperando…
-Es… es mejor que te vayas… mi hermano va a comenzar a chispear en cualquier momento... a veces es demasiado competitivo -Shaka encerró una mano de Mu entre las suyas- ten cuidado… Saga puede verte…
-Que me vea…
-¡Shaka!
-Lo siento -Shaka sonrió asomando por encima de su hombro y Mu lo miró extrañado, luego cambió su expresión a una de asombro cuando un estruendo comenzó a acercarse hacia ellos -deberías volverte, hacia allá -dijo Shaka señalando con la barbilla- creo que se trata de tu lío doméstico
-Conflicto hogareño...
-Si eso -Shaka miró tranquilamente hacia arriba, cuando un pato sobrevoló encima de ellos- ponte en guardia Mu...
-¡Detengan a ese niño! -gritó una aldeana, quien junto a muchos más, perseguía al grupo de fugitivos blandiendo un cucharón sobre su cabeza- acaba de robarse los animales para los asados...
-¡Maestro Mu!... ¡quieren comerse a Nube en el banquete!
-¡KIKI! -gritó Mu, al reconocer las identidades de los culpables de aquel alboroto. Frente a la nube de polvo, la oscura mole de Biralo se acercaba con Kiki en el lomo cargando a Nube... y una estampida de animalitos detrás. Gallinas, terneros, patos y carneritos, causaban alborozo por todo el lugar, corriendo detrás de Biralo en pos de sus vidas.
Mu se colocó delante de todos y extendió sus manos al frente. Un brillo dorado lo rodeó y de repente, animales, aldeanos, grifo y pelirrojo, se vieron flotando a unos cuantos metros sobre el suelo.
-¡Basta todos! -reprendió Mu, enojado como nunca se le veía- ¡es una verguënza! -los dorados que estaban cerca miraron sorprendidos al pelilila y todos los involucrados se fueron calmando de a poco y decidieron por su propio bien, obedecer al iracundo lemuriano - ¡estamos aquí para agradecer a la Luna!... ¡dejen libres a estos inocentes!
-Hola maestro- Kiki se acercó a su maestro montando a Biralo y con Nube en brazos, los tres bañados en comida y mugre.
-Joven -Mu soltó a todos y se cruzó de brazos- estás en serios problemas...
-Maestro... pero usted también provocó una estampida cuando era un niño -Kiki cerró la boca al ver el ceño extremadamente fruncido de su maestro. Biralo por su parte, agachó la cabeza avergonzado- bueno... me voy a callar... mejor
-Más te vale -Mu suspiró con desilusión y empujó la tropa de alborotadores hacia el primer templo -Shaka yo... creo, que tendremos que posponerlo... otra vez
-Lo sé, no te preocupes... después será -contestó el rubio guardando para sí sus ansias- algún día será Mu -susurró al verlo alejarse.
Sacrificar tu propio deleite por amor
-Buen tiro señor Shura
El aludido, quien se preparaba para lanzar de nuevo, trastabilló su posición y estuvo a punto de atinarle en la entrepierna a Angello, cuyas partes nobles se salvaron de la amputación, debido a que los reflejos del italiano eran los de un caballero dorado.
-¡Cornutto! -maldijo Angello más asustado que furioso.
-Lo siento...
-Nada de lo siento... ¿qué pretendes? ¿dejarme con único hijo, maniático?
June estaba con la boca abierta detrás de la máscara, no podía creer la forma en que el italiano trataba a Shura -ya te dije que lo siento hombre, tampoco exageres…
-Bueno… de todos modos yo ya me iba…
-Buonasera cangrejo…
-¡Púdrete!
Shura suspiró con una sonrisa triste, la presencia de June significaba que había llegado la hora de enfrentarla, no le quedaba de otra -no te preocupes- dijo al notar a la rubia asustada por el comportamiento de Angello -eso es muy propio de él… pero en el fondo nos quiere…
-Lo trató muy mal…
-Ya te lo dije, de Angello no esperes cariños -Shura se volvió hacia la rubia y la encaró- ¿en qué te puedo servir? -dijo tan fríamente como le fue posible, a pesar de que el corazón estaba por salirse por su garganta.
-Solo -ella miró hacia todas partes y al percatarse de que no había alguien que pudiera verlos, se acercó al español y se quitó la máscara- no te he visto desde que volviste a tu templo y… -ella temblaba un poco al hablar- pensé que tal vez...
-¿Qué pretendes June? -le interrumpió él de golpe.
-Bueno… yo -ella se sonrojó hasta la raíz del flequillo- creí que… había una posibilidad de…
Shura suspiró y se colocó los brazos en la cintura -la verdad no quería que- lo que estaba a punto de pronunciar, era lo más difícil que había dicho en su vida y se apretó el tabique de la nariz con los dedos, en un gesto que evidenciaba que no estaba cómodo con aquello -no quería que te ilusionaras conmigo…
-Pero el otro día -en los ojos de la rubia se empozaron las lágrimas, señal inequívoca de que aquellas palabras le destrozaban por dentro- yo pensé que…
Shura levantó la barbilla con altivez fingiendo indiferencia. Sin embargo quien leyera en su mirada, se daría cuenta del dolor que sentía -lamento que me hayas malinterpretado… debí ser más prudente…
June no pudo contener más las lágrimas, las cuales comenzaron a recorrer el terso camino de las mejillas, hasta la barbilla -yo creí… yo… es que yo…
-Te lo digo ahora y espero lo recuerdes… eres una niña June -Shura trataba de no inmutarse, pero no lo lograba, así que decidió que lo mejor era irse- encontrarás a alguien mejor que yo -al terminar la frase se dio vuelta y no quiso mirarla más -lo… lo siento- susurró con voz ronca, para comenzar su tortuosa y solitaria marcha hasta el décimo templo…
Atrás, una rubia temblaba de pies a cabeza, dominada por el dolor de su joven corazón herido por segunda vez -pero yo te quiero a ti… Shura… te amo- sollozó, dejando escapar las palabras apenas con un hilo de voz -no me dejes así...
Shura se detuvo ante tal sinceridad en las palabras de June. Nunca en su vida se había sentido tan enternecido por una confesión de esa naturaleza y muy a pesar de sus principios se volvió hacia ella -¿es que no lo comprendes?¿cuántos años tienes June?- Shura se encaminó hasta la rubia, quien continuaba temblando por el llanto y limpió las lágrimas de las mejillas con el pulgar.
-¿Es por eso?... ¿porque tengo diecisiete?
Shura asintió y bajó la mirada para tomar entre las suyas las manos de rubia y las besó con cariño. Ella entreabrió los labios sorprendida -hagamos un trato, tú y yo con el cielo como testigo... voy a esperarte
-¿Le escuché bien?
Él sonrió como respuesta -te cortejaré hasta la próxima Luna de Cosecha, si así lo quieres... para entonces tendrás la mayoría de edad...
June sonrió feliz y abrazó al dorado con fervor -claro que quiero... claro... seré para ti cuando sea una mujer y prometo ser digna de tu amor...
Shura sonrió y se dejó estrechar por aquel hermoso abrazo. Y la Luna de Cosecha brilló más, cuando ambos jóvenes se fundieron en un casto, pero cariñoso beso en los labios.
Pedir una segunda ronda
Las cuerdas de la balalaika y los golpes en los tambores de copa, se encontraban lo suficientemente cerca como para opacar los sonidos que se producían en aquel sencillo aposento. Entre tanto, las luces de las lámparas de aceite proyectaban contra la pared, las sombras de dos cuerpos moviéndose al ritmo de una particular, pero reconocible danza.
Para ella, los labios de ese griego estaban bañados del más dulce de los néctares y su cuerpo del más exquisito sabor. Era esa la razón por la cual, aunque se dijera a sí misma que no cedería, estaba allí de nuevo atada a esa pelvis, sintiendo la fuerza de la hombría golpeando su interior, en un vaivén de placer infinito que era incapaz de rechazar.
-Cómo extrañaba esto –jadeaba el peliazul arqueando la espalda sobre la cama, debido a los espasmos provocados por tanto placer- pero esta vez… mando yo –dijo con determinación, tomándola por la cintura y colocándola con desespero sobre las sábanas de forma que quedara debajo de él- que todo sea por… la Luna de Cosecha –jadeó en medio de vigorosas embestidas.
-Creo… que… la Luna y mi cuerpo lo agradecerán… caballero de escorpión –tuvo que hacer un esfuerzo enorme para articular la frase, ya que el golpeteo de los testículos contra ella, estaba por enloquecerla- Mi… Milo… ya… necesito… más…
-Así que más ¿eh? -ni lerdo, ni perezoso dejaría sin cumplimiento esa petición, sería un crimen imperdonable para alguien con tan satisfactorio historial sexual como él- entonces... prepárate para el viaje de tu vida -le murmuró él al oído, con esa voz sensual y masculina que tanto añoraba por las noches.
-Pues hazlo... ya
Los delirios del orgasmo nublaron sus mentes y los gemidos aumentaron su cadencia a un punto álgido, hasta que se acallaron por el agotamiento. Ambos jóvenes se separaron para languidecer agotados, cada cual a un lado de la cama.
10 minutos después
-Milo de Escorpión... ¿me estás asegurando que eres un hombre fiel?
Milo se volvió para verla al rostro, a pesar de que ella ahora lo tenía cubierto con la máscara -tengo años de acostarme contigo- Milo levantó su mano derecha -y juro que solo contigo...
-Ajá... -susurró ella incrédula.
-En el Santuario -ella suspiró cansada- ya nena... sabes que te quiero... pero es difícil para mi atarme a alguien... es el orden natural...
-¿De qué diantres hablas Milo?
-La fidelidad no existe... mira los animales... cambian constantemente de pareja... somos como ellos...
-Y qué hay de los pingüinos emperador...
-Son unos tontos -se esforzaba por explicar Milo- si se muere uno se va el otro... es patético...
-Es hermoso...
Milo se volvió hacia el techo de la estancia. Su bellísimo cuerpo aún estaba barnizado por el sudor y algunos mechones se le pegaban a la piel de bronce. Bufó cansado. Y es que después de cada una de esas maravillosas sesiones de sexo con Anaya, ella terminaba recriminando su falta de compromiso.
-¿Sabes qué sería hermoso? -se volvió él de pronto para verla de nuevo y le acarició la cintura desnuda.
-¿Qué? -respondió ella enojada.
Él se deslizó por la cama, hasta tenerla debajo de su cuerpo otra vez -que repitamos el ritual de la Luna...
Anaya se quedó con sus reclamos en la punta de la lengua... ese griego descarado era la más dulce de las tentaciones y la más amarga de las perdiciones.
Compartir el gusto por las pelirrojas... y los sitios apartados
Callecitas de Rodorio
Una pareja de enamorados, se dejaban llevar por las emociones provocadas por la Luna y caminaban entre risas, tomados de la mano, sin importarles quién les viera o qué pensaran de ellos.
-Tenemos que decirle a tu hermano...
Seika dejó escapar una risita -¿cómo crees que reaccione?
-Seguramente me perseguirá por todo el Santuario, pidiéndome que te devuelva la honra -Aioros se detuvo a pensar- si eso...
-¿Cuál honra Aioros? -Seika soltó una risita y un rubor tenue se apoderó de sus mejillas- aún la conservo intacta...
-Que pena -Aioros se respingó acongojado, al percatarse de que había sido muy imprudente con un tema tan delicado- yo... no quise decir eso... ya sabes no pienses que ando con ese tipo de intenciones... bueno, puede que más adelante o...
Seika colocó su índice en los labios del moreno al escucharlo trastabillar -llegará el momento... nuestro momento y estaré muy feliz cuando eso suceda- Aioros la abrazó por la cintura y tocó su frente con la de ella.
-Ambos estaremos felices...
Cuando estaban a punto de besarse, Seika divisó a Seiya caminando con Shiryu y Shunrei hacia las mesas donde estaba servida la comida. En medio de risitas, tomó a Aioros de la mano y lo hizo correr hacia el lado contrario de donde venían los de bronces -oye... ¿hacia dónde me llevas pelirroja?
-No quiero que Seiya nos vea todavía... es tan impredecible que no sé cómo va a reaccionar, prefiero evitar congojas esta noche
-Bueno...
Corrieron y corrieron en medio de puestos de comida y personas, hasta que se alejaron lo suficiente como para que Seiya no los viera -ahora recuerdo que tenías esa velocidad tuya- ambos reían por la travesura y jadeaban un poco por la carrera.
-No puedo llevarte a la velocidad luz... podría matarte -Aioros se puso en alerta, al mirar que algunos dorados andaban cerca- no quiero que nos vean...
-Pero... ¿por qué?
-No quiero que me vean esos chismosos perdiéndome contigo -Seika bajó la mirada y Aioros se dio cuenta de que había metido la pata- no… no, no es por ti… si no porque -el muchacho pasó saliva- no quiero afectar tu reputación… ya sabes… sacarán conclusiones apresuradas y pues… me importas mucho como para que piensen mal de ti…
-Aioros… gracias -Seika rodeó a su arquero por el cuello y le robó un gustoso beso en los labios- pero… no me importa eso -dijo ella con una risilla tímida y roja hasta su límite.
El arquero estaba tan feliz con aquello, que comenzó a pensar en qué podría hacer para que los dos la pasaran de maravilla, sin su hermano o sus compañeros interrumpiendo y haciendo preguntas tontas.
-Lo tengo -dijo de repente, cuando recordó un hermoso y pacífico lugar en los alrededores ocultos del Santuario- hay un lago, tendremos que caminar un poco, pero el lugar es bellísimo y la Luna se verá esplendorosa, me encantaría que lo conocieras y que podamos pasar un rato a solas… si quieres…
-Me encantaría -dijo ella tomándolo de las manos- entonces el lago será...
Caminando cerca del arrecife
-¿Así que las castigó a todas?
-Así es -ella suspiró con aflicción- esta vez se nos pasó la mano
-Tú no participaste... ¿o si?
-Me di cuenta de lo que habían hecho hasta que ustedes luchaban en la playa... fue muy angustiante para mi Aldebarán... legalmente lo liberaron dos de mis hermanas, las otras guardaron silencio y yo no supe nada...
-Poseidón vino a hablar con la diosa, pidió el alma del bicho
-Si... lo tiene encerrado en uno de los aposentos del Templo Principal de Atlantis, sus generales lo custodian día y noche... a mi y a mis hermanas nos arrebató el don que nos permite comunicarnos a traves del agua... tampoco podemos hechizar por medio del canto
Aldebarán frenó la marcha y tomó a Agláope de los hombros -¿por qué dejaste que te castigaran?
-Aún me siento muy culpable por lo de París -los ojos se le humedecieron- pero el hado es cruel y me enamoré de ti... ¿sabes?... al principio creía en los mismos ideales que mis hermanas
-La pregunta es ¿esas tienen ideales?
Ella se encogió de hombros -algo así... Aldebarán, tengo que irme
Aldebarán abrazó a la pelirroja de forma protectora -no hagas eso... estarás sola, no podré saber de ti, ni de tu bienestar... quédate
-Soy una sirena -ella lo miró a los ojos y le sonrió con cariño- te amo... como nunca había amado a nadie, ni siquiera al Padre Oceáno, pero el emperador Poseidón nos ha desterrado... sin embargo...
-¿Sí?
-Si el hado así lo tiene escrito, volveremos a estar juntos algún día
Aldebarán suspiró resignado y miró hacia la Luna -quisiera poder tenerte al menos una vez más antes de que te vayas...
Ella sonrió de nuevo -ese efecto de la Luna te ha hecho muy directo en tus peticiones- el de tauro rió apenado y se rascó la nuca -pero el arrecife puede ser un poco incómodo para eso... ¿no crees mi bello toro?
-Hay un lago por aquí cerca… tal vez…
-Me encanta la idea...
Cerca de los campos de siembra
En solitario y de mal humos, se encaminó por un sendero que lo llevaría más cerca de Rodorio para participar un rato en el festejo, del cual había estado ausente la mayoría del rato. Para esa hora tenía hambre, ya que el juego de dardos se extendió demasiado y cuando se dio cuenta Shura y él tenían los bolsillos llenos del dinero de los demás, cosa que le hizo esbozar una risita traviesa, mientras se servía algo de cordero asado con verduras en salmuera.
-El que solo se ríe, de sus maldades se acuerda…
Saga se volvió con un trozo de berenjena en la boca, la cual tragó completa, cuando se percató de que quien estaba a su lado era nada menos que Nadia ex amazona de Lince, su primer amor, su primer beso, su primera vez.
-Nadia… qué gusto que hayas venido -saludó con una sonrisa.
-Quince años de no celebrar una Luna de Cosecha -Nadia sonrió y tomó un pan para ella y colocó otro en el plato de Saga- cuando mi discípula Anaya, me avisó que festejarían hoy, no pude evitar venir… además el Patriarca quería conversar conmigo -la pelirroja se lanzó una frambuesa a la boca sacándole una sonrisa a Saga.
-¿Y por qué tan sola? ¿dónde está Anaya?
-Ni la más remota idea, no la encontré por ninguna parte -Nadia se colocó el índice en los labios, con gesto pensativo- ahora que lo mencionas... ¿dónde estará?
-Bueno, quizá yo podría acompañarte...
Nadia se sonrojó y afirmó con una sonrisa -será un honor caballero de Géminis…
-Ya no soy el único caballero de Géminis…
Nadia pestañeó un par de veces sorprendida -¿a qué te refieres?
-Mi hermano… el gemelo malvado, fue reconocido por la estrella de géminis para ser el otro portador
-Pero eso nunca había pasado… cómo decirlo, esto es sin precedentes…
-Siiii, que más da… me alegra tenerlo cerca y en el mismo bando -Saga soltó una risilla.
-Me siento muy feliz por ti... recuerdo que de pequeños se unían en favor del caos y el desorden
-Bah... la gente suele exagerar, gracias a uno de esos planes desastrosos... tú y yo** -Saga dejó la frase en el aire, pero ambos entendieron y rieron con timidez-¿y cuánto te vas a quedar? -preguntó Saga, cambiando de tema.
-No mucho, unos días solo para finiquitar mi pasantía en Pompeya… las filtraciones de agua han hecho estragos en el monumento y me pidieron que les ayudara con el rescate de los frescos
-Tú y tu cruzada en pro de los monumentos históricos…
-Son mi pasión…
Saga sonrió y se dirigió con Nadia a comer fuera del tumulto que se peleaban por la comida en las mesas -me hubiera encantado que te quedaras una temporada
Nadia se volvió y le dio una frambuesita a Saga en la boca, después de lo cual le limpió las comisuras de los labio cariñosamente- mi pasión es la arqueología, más que la guerra…
-¿Es porque no tienes quien te ate?
-Nunca lo he tenido… al igual que tú -ambos se olvidaron de comer y se sonrieron de forma cómplice- sin embargo, la última vez en Egipto… me hizo recordar tantas cosas que…
-Yo también...
-Cuánto hubiera deseado que las cosas fueran distintas...
-¿Por qué no dejamos de hablar? -Saga se la acercó, tomándola con ambas manos sobre los suaves mechones rojos y la besó suavemente, siendo correspondido por ella- me encantaría volver a recordar todo eso…
-¿En tu casa? -preguntó ella al terminar el beso y él abrió los ojos desmesuradamente al recordar el estado del tercer templo.
-Mmmm... ¿qué te parece en el lago?
Más tarde en el lago, cuando la Luna de Cosecha se encontraba en el punto álgido del cielo
-¿Alde?
-¿Saga?
-¿Aioros?
-¿Maestro?
-¡Hyoga!
-Señorita Hilda...
-Flare...
-¡Hermana!
Cuando la Luna se dejaba ver bella y esplendorosa, el Padre Urano fertilizaba a la Madre Gea, derramando su semen sobre ella en forma de lluvia. Eras después, la Luna del Equinoccio provoca a los hombres para que emulen aquel hermoso ritual, estimulando a las pasiones y el amor.
Cerca de donde se llevaba a cabo el festejo
-¿Y esa cara de preocupación?
-Los chicos...
-¿Qué hay con ellos?
-Dhoko... tú conoces mejor que nadie los efectos de la Luna de Cosecha -Shion y Dhoko se encontraban recostados en el barandal que servía de límite entre los campos de cultivo y el camino de lastre. Dentro, pobladores y guerreros, danzaban frenéticamente al ritmo de la música, evocando con el bacanal de comida y movimiento, los antiguos rituales orgiásticos de la antigüedad.
-Shion... esas son supersticiones que han dado pie a que todo el que pueda coja como desaforado esta noche...
-Te desconozco Dhoko -Shion hizo una mueca de enfado- sabes que la sangre se sube a la cabeza y todo el mundo actúa de forma distinta a su comportamiento habitual -Shion sondeó con la mirada a todos y cada uno de los presentes- es que ¿no te has dado cuenta?
Dhoko se encogió de hombros -¿de que te has convertido en un viejo cascarrabias?
-Estás más chistoso de lo habitual hoy...
-Échale la culpa a la Luna...
Shion torció la boca -mira- dijo tomando a su amigo de los hombros para que mirara a los que estaban bailando -¿ya lo viste?
-No...
-Dhoko... no hay un solo caballero dorado a la redonda… y los desgraciados ocultaron sus cosmos para que no los encontráramos…
Dhoko esbozó una risilla -Shion… ¿no te parece que quizá solo quieran estar a solas?
-Pero… pero…
-Ya crecieron amigo…
Shion suspiró, cuánto extrañaba a sus pequeños...
Bueno gente, espero les haya disfrutado, me encantó escribirlo y estoy emocionada con estos capítulos, un abrazo.
*La Luna de Cosecha es una fiesta inventada por mi, no es oficial, pero hace alusión a las bacanales que se celebraban en los campos de cosecha, en los cuales se llevaban a cabo orgías para fertilizar la tierra en las épocas muy antiguas.
**De "Por qué las amazonas usan máscara?"
***Hey tú... bruja, mi amigo se va a quedar solo y necesito que lo cuides ¿entendiste?
Itatechi98, leí tu mensaje en el fic anterior y no pude comunicarme con vos porque no tengo cuenta de Facebook (si ya sé demasiado antisocial... lo confieso). Por favor, enviame un mensaje privado con un correo donde nos podamos comunicar, me encantaría hablar con vos.