Así no debía ser

Especial: "Devuelve ese cielo perfecto"

"Porque tú, yo, Giotto, Asari, Kyoko, Hayato, todos, "todos somos patéticos""

Cuando Tsuna era pequeño, era tan inocente, carita de ángel y ojos que te derretían. Nunca olvidare su expresión de felicidad, aunque, la única que se le ha podido contemplar desde que Tsubaki y Vongola están en tensión ha sido aquella de burla. Tal como ese hombre le enseño.

—"No me arrepiento de nada"— es una frase curiosa, puede significar tantas cosas como a la vez ninguna, no me arrepiento de no haber actuado, no me arrepiento de dejar que Tsuna aprendiera a defenderse a través de ese hombre, no me arrepiento de estar del lado de aquellos que en algún momento atacaran a mi marido y mi otro hijo. No me arrepiento de estar con Tsuna todos estos años.

Tsunayoshi es un nombre poderoso, pero en estos momentos no sé si fui yo o Iemitsu quien le puso así.

Recuerdo que todo comenzó cuando nos salvaron, ni siquiera quiero pensar en que nos habría pasado si Tsubaki no hubiera interceptado el vehículo en que íbamos, esa fue una época de muchos cambios, uno de ellos el idioma, me costó aprender español, el acento me confundía, Tsuna al ser tan pequeño, no tuvo tantos problemas como yo.

El primer año que estuvimos con ellos, tanto el jefe de esta mafia como yo, decidimos no decirle nada a Tsuna sobre lo que sucedía, en su lugar utilizaron una especie de "llama" de color índigo para alterar sus recuerdos un poco, nunca entendí del todo las llamas de la última voluntad, me explicaron en que consistían, pero en ese momento estaba ida, ¿Qué esperaban? Era demasiada información, mi esposo me engaño de una forma vil, viví una mentira a su lado, mis bebes corrían peligro, desde siempre estaban destinados a un camino de sangre en la mafia, por supuesto, no podía confiar del todo en extraños, así que el primer semestre que estuvimos, no me separe nunca de Tsuna, a menudo se nos unía un traductor y un profesor. Todo ese semestre se concentró en nivelar a Tsuna en las materias, el sistema educativo de este país era distinto del de nuestro Japón, en algún punto, mi incomodidad alrededor de ellos disminuyo e incluso podía reírme junto a estas personas, de hecho, sin palabras, nos pusimos de acuerdo en que la ultima hora seria solo convivir, aprender el uno del otro, hablar sin la intención de enseñar, solo tener el tiempo para poder comunicarme con mi hijo, sin embargo el líder me daba escalofríos, la forma en que miraba a Tsuna cuando pensaba que nadie lo miraba, como un arma… sentía ganas de tomar a Tsuna y huir, pero conocía mis capacidades, mi enfermedad, mi físico, mi mentalidad, no era lo suficientemente fuerte como para enfrentarlo.

A menudo el me regalaba vestidos, joyas, todo lo que una dama de alcurnia quisiera, ¿Por qué lo hacía? Fácil, para que me sintiera cómoda y no desentonara con el entorno, agradecía con educación y me retiraba, nunca logre mirarlo a los ojos, sin embargo, sentía la mirada de desesperación sobre mí, taladrándome, diciéndome: "¿Cuándo confiaras en mí?" pero ninguna palabra salía de sus labios o los míos.

Cuando Tsuna se pudo manejar con el idioma medianamente, (Lo cual sucedió alrededor de 2 meses más tarde desde que llegamos, no es que le quedara más opción que aprender a la fuerza, si es que se quería comunicar) empezó el entrenamiento físico, al principio eran como cualquier clase de Educación física a primera hora de la mañana, me quedaba en una esquina tomando te mientras lo observaba, aunque quisiera acompañarlo, no podría.

Al siguiente mes, trajeron un instructor de karate, me empecé a preocupar, me preguntaron si quería que Tsuna aprendiera artes marciales, siendo honesta, quise negarme, pero las miradas de tantas personas puestas en mí, claramente exigiendo: "Di si" me helo lo suficiente como para no poder pronunciar palabra. La primera hora de la mañana era educación física, la siguiente hora pasó a ser entrenamiento de karate y el resto estudios. La materia que pasaran variaba según como avanzaba Tsuna, nunca se sabía que iba a aprender ese día. Honestamente Tsuna lloraba en los entrenamientos, pero no se rendía, aunque terminara arrastrándose continuo con ellos y nunca se quejó, tal vez en ese momento sabía que no había tiempo para reclamar. Cabe decir, han pasado 3 meses desde que vivimos con Tsubaki.

Al cuarto mes, empezaron las clases de etiqueta y ética, no tarde en darme cuenta que estas clases estaban pensadas para debates, reuniones, etc. Pero a pesar de ello, no tuve ninguna intención de detener estas clases, soy consciente de que con una palabra mía, las cosas cambiarían, el problema está en que una clase así, es de mi gusto, a Tsuna siempre lo han molestado, aprender como expresar sus emociones y sentimientos, saber de ante mano que está bien y que está mal decir además de por sobre todo, poder interpretar lo que el interlocutor está diciendo de tal manera en que se pueda usar en su contra, le ayudara a Tsuna en su autoestima. En ese momento, nunca se me ocurrió que Tsuna podría usar esa habilidad para ofender, siempre lo tuve en alta estima, pensé solo en la defensa.

Al quinto mes, Tsuna mostro debilidad por los animales, le atraían de tal modo que era notable hasta en su manera de hablar, cualquier opción se relacionó con los animales automáticamente, una instrucción como:

—Escribe una leyenda, automáticamente se desviaba a "Escribe una leyenda de animales" una orden tal como:

—Escribe un poema— paso a ser, ante sus ojos —"Escribe una oda a los gatos"— una sugerencia —Usa figuras para sumar— paso a —"Cuenta ovejas"— de modo que no fue del todo sorprendente que hasta el jefe de Tsubaki lo notara aun con todo el tiempo fuera que pasaba. De un viaje a África trajo una serpiente y se la regalo, Tsuna se emocionó, me espante mucho al ver ese regalo, si no fuera por la carita de perrito abandonado que mostraba Tsuna ante la idea de separarse de "Snake" (Nombre recomendado por su tutor para que se relacionara con el idioma ingles) Habría liberado al reptil.

La semana posterior a esa, me encontré con el jefe de Tsubaki en los pasillos, su cabello castaño estaba desordenado, parecía que se acababa de despertar, posiblemente se quedó dormido en su oficina, con un bostezo me saludo, pero ese gesto me irrito, ya que aún desconfiaba de él, y su regalo para Tsuna me parecía inapropiado, ¿Qué haría si la serpiente le muerde? ¡Tsuna era apenas un niño que con suerte podía cuidarse a él mismo! ¡¿Cómo iba a cuidar una serpiente?! De modo que se lo hice apreciar con una amigable cachetada, lejos de enfadarse, se rio, y me sonrió

—Me alegro, es la primera vez que me muestras tu posición ante una decisión mía, sin embargo, le pediré que me diga cuál es el motivo de su descontento— Termine sonrojada, caí en la cuenta de porque nunca me queje, era por el miedo que le tenía, esa desconfianza, el temor de que si decía algo que le desagradara podría pagarlo Tsuna. Y aun así por un arrebato podría haber hecho las cosas imposibles de tolerar, ¿Qué clase de madre soy? Doy vergüenza ajena.

—Tsuna apenas puede mantenerse a sí mismo y ¿Esperas que mantenga una serpiente? ¿Qué harás si la serpiente lo muerde? —El asintió, fingiendo pensar (Porque su carita de inocente no convence a nadie) Me doy cuenta que en realidad, todo fue inútil, de algún modo se las arreglará para dejar todo como si no hubiera dicho nada.

— Tsuna es más capaz de lo que crees ¿No has pensado que Tsuna se tiene tan poca confianza en sus capacidades porque tú desconfías de ellas?

No volví a cruzar palabra con él por un tiempo.

Al sexto mes, me di cuenta de algo, fue como una epifanía mientras tomaba té al observar a Tsuna entrenar karate, sin duda Tsuna se volvió fuerte, el entrenador tenía un varios moretones, y de algún modo, Tsuna empezaba a traspasar sus defensas, tal vez fuera suerte, tal vez fuera por acostumbrarse al entrenador, tal vez el entrenador se descuidaba, tal vez fuera mi imaginación, tal vez se dejaba golpear al considerar el entrenamiento un juego, pero era un hecho, Tsuna lo lograba golpear sólidamente (porque los moretones del entrenador, son más que nada producto de golpear el mismo lugar repetidas veces todos los días).

El punto es que me di cuenta, de repente, como si me hubiera quemado, que Tsuna estaba creciendo y yo no aportaba nada, ya no era necesario vigilarlo, no había pasado nada en seis meses, entonces, ¿Qué hacía perdiendo el tiempo tomando te mientras lo miraba? No quería ser inútil, no quería estar de acomodada en una casa ajena, ¿Qué estuve haciendo todo ese tiempo?

Al terminar el día, fui a las cocinas.

No podía luchar, mi cuerpo es débil, no podía apoyarlo, no entendía todas las cosas de la mafia, no podía hacer nada, lo único que sabía hacer era cocinar, así que lo decidí, no podría luchar a su lado, no podría ayudarlo, pero me encargaría de que tuviera todos los recursos, me encargaría de que al terminar su largo día, le esperara un plato echo con el cariño de una madre.

Mucho tiempo más tarde, me di cuenta, que en más de una ocasión, salve a mi hijo de morir envenenado. Pues había un traidor en las cocinas.

Desde que había tomado esa decisión, puede que los platos de Tsuna no fueran tan nutritivos como el necesitaba, puede que no fueran tan ricos como se esperaba, pero me di cuenta de un cambio fundamental, no sé en qué momento sus ojos se habían apagado tanto, nunca sabré que pasaba por su mente, pero la primera vez que me vio con delantal llevándole un plato a la mesa, sus ojos se iluminaron de nuevo, ¿Cómo había podido olvidar darle la sensación de hogar? En esa enorme mansión, traídos de la nada, con memorias confusas, con personas nuevas, sin su hermano, era lógico que no estuviera cómodo, incluso triste, porque sería nuestra nueva casa, pero no era nuestro hogar. No estaba toda nuestra familia, faltaba algo, falto Giotto.

Desde ese descubrimiento, no dejaba que nadie interfiriera en el plato de Tsuna, cocinen todo lo que quieran, la comida de mi bebé la haría yo. Fue en esos momentos en que me di cuenta que un chef de la nada empezó a interesarse en lo que le cocinaba a Tsuna, siempre intentaba hacerle un arreglo, ya sea de sazón o algo más, como era egoísta, nunca lo deje, pero me pareció raro. Ese día en especial había estado muy insistente el chef, como efecto colateral, enfurruñada iba quejándome en voz baja, sin quererlo choque con el jefe, por algún motivo decidió que era mejor molestarme más, así que entre tono de broma con piscas maliciosas logro que le dijera que era lo que me molestaba, me dijo que no me preocupara, que él se ocuparía de que me dejara en paz y yo como tonta le creí.

Al día siguiente, la cabeza del chef estaba en un plato.

Se me revolvió el estómago, no pude evitar que Tsuna lo viera, esa fue la primera vez que Tsuna vio un muerto. La primera vez que vio la piel pálida, la primera vez que vio sangre gorgotear de esa forma. Me sentí culpable, indirectamente yo cause esa muerte, no me cabía duda, lo mataron por lo que dije. Por supuesto, el jefe explico lo sucedido, resulta ser, que era un asesino enviado por Coyote. Cada vez que su nombre está involucrado suceden cosas malas ¿Por qué tiene que involucrar a un niño de tan corta edad? El ambiente estuvo pesado ese día.

Al poco tiempo, ocurrió un terremoto en Japón, inmediatamente pensé en Giotto, pero luego recordé que él debía estar en Vongola, no podía haber lugar más seguro que ese.

Las cosas se agitaron, poco a poco, hasta que al final casi al mes, todo colisiono, faltaba personal, por supuesto, todos los que tenían amigos y familiares querían ir a ver como estaban, no podían ir todos, pero la ayuda estaba prometida, las aerolíneas no tenían planeado ir allí hasta que los helipuertos, aeropuertos, y cualquier lugar de recepción de los medios de transporte que se movilizan por aire, estuvieran limpios y arreglados, había que hacer algo, no se en que momento fue que Tsuna se había hecho amigo de una sirvientas, se ofreció en ir, el jefe de algún modo se enteró, lo dejo ir con la condición de que fuera yo también además de 2 sicarios. Podían haber replicas, mi respuesta instantánea fue no, pero nunca he podido resistirme a una petición de Tsuna… lo que ese pequeño diablillo quería… lo obtenía, además, necesitaba una distracción de la cabeza… puede que ir a un país donde acaba de haber un terremoto y muchos estén sufriendo no sea el mejor método de distracción, pero es mejor tener la mente ocupada en algo.

A veces me sorprende la velocidad en que planifican estas cosas, al día siguiente estábamos listos para partir. Tsuna y yo dormimos la mayor parte del camino, fue un viaje inquieto en mi conciencia, tenía la esperanza de no encontrar tanta destrucción, no quería que Tsuna viera más dolor del necesario, tuve el leve presentimiento de que el líder de Tsubaki lo dejo venir precisamente para eso, que su corazón se endureciera, entrenar su corazón, la única cosa que libros y cuadernos jamás podrán enseñar, hay que vivir experiencias para madurar.

Apenas llegamos el paisaje era desolador, no tardamos en reaccionar y ofrecer ayuda, incluyéndome, fui con el objetivo de ayudar, no para decorar el paisaje.

Realmente merezco un premio de lo distraída que soy, por eso soy tan fácil de manipular, ¿¡Donde rayos esta Tsuna?! No puedo perderlo, quien sabe que podría pasarle, no quiero, no puedo y no debo.

Finalmente llego junto a un niño, pude observar que estaba con el brazo fracturado, síntomas de deshidratación y desnutrición, no debe haber comido muy bien que digamos, se mostraba arisco a cualquier tacto, me sorprende que siguiera a Tsuna, pero bueno, Tsunayoshi tiene un poder para atraer a la gente.

Lo lleve a una carpa para curarlo, le pedí a Tsuna que se quedara fuera esperando, a regañadientes hizo caso. El niño, parecía temeroso a la venda que le colocaba en el brazo, sus ojos en su momento debieron ser hermosos, pero empañados de una desolación solo daban la impresión de pertenecer a alguien que ha sufrido mucho. Kyoya. Ese es su nombre, Kyoya, lo abrace mientras susurraba su nombre, lloro, me asuste, pensé que le dolía el brazo así que me separe de él, pero él se volvió a aferrar y llorar, tan distinto del niño que parecía querer morder a todo aquel al que se le acercara. Finalmente cuando se sacio, le hice comer lo que tenía a mano, además, lo hice confesar que comió mientras estaba enterrado bajo los escombros, nadie sobrevive un mes sin comida ni agua, se sonrojo mientras susurraba: insectos.

La vida es cruel con aquellos que son inocentes, ruin para aquellos incomprendidos y peligrosa para los más débiles, Kyoya ni siquiera sabe bien que insectos comió, bien podría haberse envenenado con alguna araña, puede haber tenido alucinaciones, ya ni siquiera lo recuerda, la memoria tiende a bloquear aquellos recuerdos que la mente no puede soportar, por lo que veo este niño es orgulloso, ¿Cuánta hambre debió sentir para dignarse a considerar comer insectos? ¿Cuánta necesidad tuvo de tener algo húmedo en la boca? Nunca he pasado algo así, nunca podría saberlo.

Tsuna al rato entro, al vernos sonrió

— ¿Lo ves? ¡Mamá es genial!— La mire incrédula, mientras Kyoya solo asintió.

Pasamos días junto al pequeño, una semana para ser exactos, de algún modo conseguí sacarle información de lo que hablaban a Tsuna, como sospechaba, Kyoya tuvo alucinaciones, perdió la noción del tiempo, de modo que sintió que en lugar de un mes había pasado un mes y medio, el mes bajo los escombros y el resto en las calles, y esa es la versión oficial de Tsuna, pero eso no calza con el tiempo de la realidad, debe haber pasado 3 semanas bajo los escombros y una en la intemperie, pero puede ser peligroso intentar arreglar ese desfase en el tiempo y de todos modos no afecta en la realidad más que el tiempo que duro, así que no le veo la necesidad de corregirlo. Le ofrecimos irse con nosotros, pero el pequeño dijo que tenía cosas que hacer, hicimos lo que pudimos, pero Kyoya es realmente orgulloso. Finalmente nos tuvimos que ir.

Estaba preocupada si el ver tanto sufrimiento afectaría a Tsuna, pero no fue así, es más, parecía contento, preferí atribuirlo al hecho de tener un nuevo amigo a atribuirlo a que Tsuna disfrutaba el sufrimiento ajeno o no le importaba.

Al llegar a España Tsuna hablaba hasta por los codos de su nuevo amigo, fue imposible que el líder de Tsubaki no se enterara, envió un sicario a que entrenara a Kyoya, menciono algo sobre apropiado para ser un guardián. No estoy segura bien de que quería decir, pero le regalo un hámster a Tsuna para que dejara de estar tan emocionado, eso por el contrario lo animo más, pero en lugar de descargarse hablando, lo hizo entrenando.

A todo esto, han pasado 7 meses desde que estamos aquí, estamos a mediados del octavo mes.

Parece ser que el tutor de Tsuna considera que ya está al nivel de niños de su edad, a sugerencia de él, el siguiente año Tsuna entraría en una institución de educación oficial.

A los 9 meses empezó el entrenamiento con las armas, ahora que Tsuna tenía más habilidad motora no me opuse, pero de momento solo con las armas blancas, comenzaron con los dardos, luego los cuchillos, dagas, espadas cortas, y finalmente la larga.

A los 10 meses las armas incluyeron objetos que no necesariamente fueran armas, sé que suena raro, pero se refiere a cosas como una jeringa, un lápiz, lentes, arena, etc. Le estaban enseñando a usar cualquier cosa a mano para atacar, con esta no tuve tanto problema de conciencia, perfectamente podría ser llamado defensa propia.

A casi el año de estar allí fue que le dieron su primera arma de fuego, honestamente casi me da un ataque cardiaco ver a mi pequeño con un arma, nunca habría considerado que alguno de mis bebes algún día fuera a sostener algo tan peligroso, mucho menos a la tierna edad de 4 años, a esta edad debería estar jugando con cajas soñando que va hacia marte a la velocidad de la luz, no entrenando para evitar que alguna vez lo vallan a matar, no debería estar haciendo esto. Realmente soy una madre horrible.

Y finalmente se cumplen 12 meses, el cumpleaños de Tsuna paso hace unas semanas, fue triste, el hámster vio a la serpiente y le dio un ataque cardiaco. La serpiente fue enviada a la tienda de mascotas, porque verla le recordaba a Tsuna a su hámster.

Pero algo peor sucederá, ha pasado el año, en cualquier momento se deberían desbloquear las memorias del día del incendio, y comprenderá que estamos aquí por necesidad, que posiblemente no pueda volver a ver a Giotto, que su vida ha cambiado de golpe.

Además Tsuna siempre ha sido curioso, querrá saber la razón de todo esto, y sabiendo como es el líder de Tsubaki se la dirá de golpe, realmente no sé si esta persona es amable con mascara de frialdad o lo contrario, me aterra pensar que Tsuna algún día será así también.

Comenzó la educación formal, en una institución pública, no querían que Tsuna llamara la atención en una privada, harían demasiadas preguntas sobre su origen, y de todas formas, los fines de semana tendrían sus propias clases para nivelar, al llegar a la mansión seguiría entrenando su cuerpo.

Al mes siguiente el líder de Tsubaki tuvo una reunión con un jefe de una famiglia potencialmente aliada, trajeron a su heredero: Dino. Ellos vinieron un fin de semana, Dino era años más grande que Tsuna, no es que eso haya hecho mucha diferencia para que Dino lo adorara al segundo de verlo, se lamentó junto a Tsuna el tener tutores tan espartanos, claro Tsuna no sabía que era un espartano en ese momento, pero antes de irse declaro ser el nuevo hermano mayor de Tsuna, a la par que Tsuna lo negaba diciendo que él ya tenía uno, ver esa escena me partió el corazón.

Un mes luego de eso tuve mi primera pelea con Tsuna, lo que tanto temí se hizo realidad, empezó a recordar cosas, lo primero que recordó fue el fuego, lo segundo fue Giotto, no es necesario decir que de inmediato quiso saber dónde estaba, no fui capaz de explicarlo, pero empezó a elevar el tono preguntando donde estuvo en ese momento que no nos ayudó, empezó a insultarlo, lo hice callar explicando que no era su culpa, pero Tsuna no me quería escuchar, finalmente Tsuna se fue a su habitación muy enfadado.

Desde entonces me evito, hasta el punto en que la comida se la debía pasar a alguna sirvienta para que se la llevara, si iba yo decía que no comería nada cocinado por mí.

La situación continuo hasta que el jefe de Tsubaki se dio cuenta de la situación, no sé qué le dijo, aunque tengo mis sospechas, pero al día siguiente Tsuna se acercó llorando pidiéndome perdón.

Me gustaría decir que las cosas volvieron a lo normal, pero eso sería una mentira, me di cuenta que de a poco Tsuna iba recordando, y mientras más recordaba más se distanciaba.

Finalmente la única conexión sincera que tenía Tsuna con las personas era yo, el jefe y por carta Kyoya, Dino de vez en cuando, solamente cuando este tenía un respiro de su tutor.

El líder de Tsubaki decidió que lo mejor sería hacer que Tsuna viajara, de modo que cada vez que había un fin de semana largo o vacaciones Tsuna salía, muchos de esos viajes permitieron que aprendiera nuevos idiomas y volviera con nuevos amigos, a veces viajaba con el jefe de Tsubaki, otras veces conmigo, y otras con un guardaespaldas, no es como si yo estuviera muy ocupada y el líder de Tsubaki siempre tiene que estar viajando a algún lugar, algunos más cercanos que otros. Lo curioso es que Tsuna era el que escogía el destino, a veces repetía países, generalmente para continuar el contacto con algún amigo nuevo que hizo.

A veces me moría del susto, nunca me contaba las aventuras que tenía, pero a las sirvientas si, y escuchaba sus murmullos, tenía sentido que no me las contara, si me hubiera dicho que salvo a alguien de un incendio (O atentado, depende del punto de vista) de un estadio, me habría asustado mucho a la par de enorgullecido, mi hijo era muy valiente, a lo largo de los años sé que conoció a un par de gemelos, o mellizos, no estoy segura, al chico de béisbol, a un chico aliado de Vongola (Cosa por la que lo regaño el líder) a un par de hermanos pertenecientes a peleas ilegales, a un chico vaca, mecánicos, etc. Supongo que son consecuencias de viajar mucho, aunque a mí no me engaña sé que se metió en muchos problemas al conocerlos, de algún modo mi instinto de madre lo sabe. Algunos han sido invitados a venir a la mansión, algunos han aceptado, otros no, ya sea por la apariencia para el entorno o por otro motivo. Cruelmente, sé que el líder de Tsubaki les envió a todos algún tutor o sicario para que los entrene, una crueldad para tan pequeños seres.

Actualmente Tsuna tiene 10 años. Ha crecido tanto, ha aprendido tanto, ya no es tímido, ya no es torpe, tiene amigos, tiene aliados en todo el mundo, tiene conocidos…y tiene enemigos.

Los asesinos de Coyote no se detienen nunca, cuando llegamos a la mansión estaba el líder y sus 7 guardianes, actualmente solo queda el jefe y su guardián de la lluvia. Tal vez sea consecuencia de vivir con ellos tanto tiempo, pero me di cuenta de que él no era tan malo como pensaba, hace lo que puede, tiene una guerra silenciosa con Vongola, poco a poco me he hecho más consiente del mundo de la mafia, siento mejor el peso real de una guerra contra una mafia como lo es Vongola. Tsubaki es fuerte en España, pero en el continente… digamos que las mafias extranjeras están a otro nivel, la mafia Italiana media equivaldría a el poder de Tsubaki. Claro que el jefe vería a Tsuna como un arma cuando llegamos, Tsuna era y es su esperanza, sin Tsuna… la guerra está perdida, Tsuna tiene la sangre de Primo en sus venas, tiene la sangre del décimo. Tsuna tiene los lazos.

No hay más herederos, los sicarios no quieren participar en esta guerra es demasiado peligroso enfrentarse a Vongola y ellos lo saben, hacerlo pone en riesgo su vida, la de sus amigos y la de su familia, aquellos que sirven por más tiempo pelearan por su famiglia, pero aquellos recientes que saben que son sacrificables no pelearan por una causa perdida. Y actualmente hay más nuevos que antiguos, la mayoría de los del pasado han muerto, Vongola es eficaz y letal, protegen su perla con más pasión que cualquiera. Tenemos suerte de que la guerra de momento sea solo contra aquellos que están bajo el mando de Coyote, si fuera contra Vongola habríamos perdido hace mucho tiempo, además ya que Coyote nos quiere (Y hace) ver como los malos, el rencor es grave.

Es tan injusto, ni Nono, ni Giotto, ni…mi esposo legalmente saben la verdad, lo único que quieren es encontrarnos y no pueden. Cuantas veces habré soñado con ver a Giotto, cuantas veces habré querido una explicación de mi esposo, cuantas veces habré querido gritar que la culpa es de Coyote, cuantas veces… pero no podemos, me matarían a mí y luego a Tsuna si revelamos donde estamos.

Soy consciente del odio que le tiene Vongola a Tsubaki por ser el único sospechoso, apenas nos salvaron Tsubaki ordeno desalojo de todas sus bases en Italia, algunos ataques los habrá ordenado Coyote, pero sabemos que la mayoría los habrá ordenado Nono en busca de pistas, era lo predecible que pasaría por interferir. Por supuesto, a órdenes de Coyote, han plantado pistas falsas en todas partes, sé que han dejado mensajes incriminadores, pero aunque lo sepamos no podemos hacer nada, nadie quiere arriesgarse eliminando esas pistas falsas, tocar nuestros terrenos en Italia seria suicidio.

Es casi chistoso como ahora, en este preciso momento puedo decir "nosotros" ¿Cuándo empecé a considerarme parte de Tsubaki? ¿Fue cuando nos salvaron? ¿Fue después? ¿Desde cuándo?

Tal vez fue desde que Giotto fue a confrontarnos, tanto tiempo sin verlo, verlo crecido, enfurecido, pero crecido, casi se me saltan las lágrimas, verlo por la ventana, a metros, quería gritarle "¡Estamos aquí!" Pero no podía, al mirar al lado mío, vi que a Tsuna se le caían lagrimas silenciosas, estaba impactado, ni siquiera parpadeaba, verlo, en persona, no en foto, no en nuestra imaginación, tan apuesto como su padre, con fiereza en los ojos, era nuestra agonía y nuestra alegría. Tal vez fuera por la ira, tal vez por no razonar bien, no lo sé, tal vez fuera por la cantidad de oponentes, nunca lo sabré, pero verlo derrotado por los guardias, con moretones que al tiempo cobrarían color, fue triste, doloroso, apenas cayo rendido corrí, corrí en su encuentro, ¡Era mi bebe! Tanto tiempo sin verlo. Cuando lo alcance tenía los ojos nublados, las lágrimas querían continuar y nunca parar, podría jurar que nuestras miradas se conectaron, mirada achocolatada contra ojos miel anaranjado, antes de que el cayera totalmente en la inconciencia. Tal vez eso que vi fue producto de la euforia, una ilusión, tal vez si paso, pero de haber sido así, él no lo recordara, estaba más ido que despierto después de todo. Tengo un deseo, no me importa si para pagar ese deseo pierdo el derecho de la paz eterna, quisiera que Giotto recordara ese momento.

Acaricie su rostro delineando su forma, aun ahora puedo sentir ese pequeño contacto. A los segundos (O tal vez minutos, en este punto de mi vida mi memoria está un poco borrosa) Tsuna coloco su mano en mi hombro, llamándome la atención, a su lado estaba el líder de Tsubaki junto a unos médicos, creo que paso así, si, cierto, querían tratar sus heridas.

Esa vez fue Tsuna quien escribió la carta para Nono, el jefe de Tsubaki a su derecha, y el guardián de la lluvia a la izquierda, no daban opiniones, nada, estaban ahí solo para corregir algún error en la escritura de Tsuna, era una carta oficial después de todo, una carta llena de mentiras, pero oficial.

Fue el guardián de la lluvia quien se encargó de que Giotto llegara a salvo a Vongola, lo acompaño todo el viaje, Giotto estaba bajo un somnífero.

Ese guardián, jamás regreso.

Nono no hizo nada, simplemente en su camino de regreso a España, hubo un "accidente" en el avión, pero todos sabemos que no fue así.

El líder de Tsubaki se suicidó a la semana de eso.

Tsuna fue nombrado el nuevo líder de Tsubaki a las 2 semanas.

Mucho más tarde sabríamos que el supuesto accidente fue causado por una azafata, por supuesto fueron en un avión privado de Tsubaki, una asesina suicida al mando de Coyote se infiltro como azafata, mato al conductor del avión con un dardo.

Desde entonces Tsuna no sonreía con sinceridad si no era nadie cercano, sonreía con amabilidad si, a veces incluso con inocencia, pero eso es fingido, soy su madre es imposible no darse cuenta de esos cambios, su sonrisa paso a ser más sarcástica la mayoría del tiempo, adopto una personalidad parecida a la del líder, sus amigos alrededor del mundo por video-chat, por llamadas lograron sacar lo mejor de él, no permitieron que Tsuna se opacara, le permitieron seguir brillando con la misma intensidad de siempre, un cielo despejado.

Sus guardianes vinieron a los funerales del antiguo cielo y la antigua lluvia.

Cuando Tsuna estaba en su habitación le lleve una taza de té negro, no estoy segura de cuál de sus guardianes era, pero alguna de esas maravillosas personas que darían su vida por Tsuna le dijo algo que me causo ternura a la par que paz, de que Tsuna saldría de esta de algún modo.

—Si estas triste llora, no eres un sol para estar brillando todo el tiempo, eres un cielo que todo lo acepta, acepta tu tristeza, él fue casi como tu padre, tienes derecho a estar triste, de todos modos nadie lo sabrá— Si les dijera que Tsuna lloro a rienda suelta seria mentira, apenas y se escuchaba de vez en cuando el hipo de consecuencia. Lloro todo el tiempo que quiso, pero no como lo quiso, demasiado orgulloso como para llorar frente a alguien más.

¿Cuánto tiempo estuvo así? Digamos que el suficiente como para que el té frente a su puerta estuviera frio por horas.

11 años, Tsuna ha madurado de manera esplendida, todos lo respetan, muchos saben que Tsuna será capaz de llevar la mafia aun a pesar de su corta edad, no les queda más opción que confiar que será así, no queda ningún guardián de la antigua generación para apoyarlo. Es una fortuna que Tsuna viajara tanto desde pequeño, ya conocía a muchos de los líderes de las famiglias aliadas, presencio muertes en primera fila, presencio reuniones con grandes repercusiones al menos en la gran Europa, conoce la ética que se le pide en presencia de otra persona. Tiene experiencia matando, algo que me habría encantado evitar. Pero soy consciente que en esos viajes que hacía, Tsuna siempre tenía una experiencia nueva, Tsuna aprendía como ser mafioso en esos viajes.

Él es un simple niño, un niño no debería tener esas experiencias, pero las tiene, para bien o para mal, hace tiempo que Tsuna conoce la crueldad del mundo, pero a la vez conoce su bondad, conoció al jefe de Tsubaki, le enseño como manejarse en el mundo, le salvaron la vida, hecho que le mostro el terror y el alivio en segundos, conoció a sus amigos, ellos le presentaron el concepto lealtad sin igual y solo porque si, solo porque quieren, tuvo sus mascotas, ellas le enseñaron que no existe diferencia entre ningún ser, nadie es superior a otro, tuvo sus profesores, ellos le enseñaron la crueldad y el vacío de una muerte, le enseñaron el peso de la vida. Quiero pensar que yo también aporte mi granito de arena.

Dino también asumió como cabeza de los Cavallone, ambos con experiencias que les permiten saber qué hacer y qué no hacer, pero les falta demostrar lo aprendido, les falta la práctica, ambos cometiendo errores y arreglándolos mutuamente.

Ambos planeando la verdadera guerra contra Vongola, con aliados, con armas.

Estaban ellos en una reunión, yo salí a comprar, cuando finalmente colapse en el súper-mercado, el cáncer término de consumirme, no esperaba que mis pulmones se llenaran de líquido en ese momento. No estoy segura de que paso en el momento, solo sé que me costaba respirar, mucha gente alrededor, en algún punto perdí el hilo de lo que hacía, tal vez me desmaye, no lo sé. No sé cuánto tiempo estaré en este estado, y la verdad no me importa, a esta altura mí memoria falla. Estoy segura que son mis últimos momentos, por eso he decidido pensar en Tsuna, en Tsubaki, he repasado la misma historia una y otra vez para mantenerme cuerda por años. La terapia era muy fuerte, lo normal sería que a estas alturas este loca, tal vez lo este, después de todo era cáncer terminal desde hace años, me diagnosticaron 4 años más de vida a lo sumo, he vivido al menos 7 años más, ja, en tu cara Shinigami-sama, te he evadido bien ¿Verdad? Dime, ¿Te gusto que jugáramos a las escondidas tantos años? Bueno, al final igual ganaste, pero al menos dime que te fue divertido, si fue así tengo un favor que pedirte, no te lleves a Tsuna muy pronto, déjalo crecer, déjalo tener novia, déjalo casarse, déjalo disfrutar esta vida.

Déjalo en paz, me tienes a mí, déjalo a él, ¿Para qué quieres otro castaño?

Ahora que caigo en eso, es curioso sabes, Giotto es rubio, rubio como el oro, como el sol. Tsunayoshi es castaño, castaño como las hojas en otoño, como el dulce chocolate.

Dios mío, ambos son perfectos, he tenido suerte de su madre, no me pude despedir de ninguno, nunca pude regañar a mi esposo, nunca vi como Giotto aprendió a andar en bicicleta, nunca veré a Tsuna con una chica sonrojado, nunca pude disfrutarlos.

Shinigami-sama, devuélvemelo, devuélveme mi tiempo con mis bebes, devuelve su inocencia que se fue luego de verte a la cara tantas veces. Devuélveme mis cielos, devuélveme mi cielo anaranjado, devuélveme mi cielo en contacto con la noche, devuélveme esos atardeceres que son uno y a la vez ninguno. Al menos dame ese consuelo, dame el consuelo de ir a un cielo con bellos colores, dame un toque dulce del chocolate y el calor del sol, dame los aires de otoño y el brillo del oro. "Devuelve ese cielo perfecto".

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Holas, okey, lo sé, me he tardado un siglo, pero ojo, tengo excusas, tenía el especial echo, del punto de vista de Takeshi (Había echo que encontrara el diario de Tsuna) Pero ocurrió un pequeño gran problema, me faltaba el último párrafo, cuando el computador de mi papá se echó a perder así que me pidió el mío para hacer un informe que debía enviar al día siguiente, todo bien, guardado y todo. Por accidente lo borro, y lo que es peor, limpio la papelera de reciclaje así que ya no tenía ni los borradores del especial, intente hacerlo de nuevo, lo juro, pero no podía ni completar una página porque no me gustaba como quedaba, me daba vergüenza ajena. ¿Saben lo frustrante que es? Horrible… al final me rendí, comencé a hacerlo por el punto de vista de Nana, adivinen que, me surgieron problemas personales que me quitaron las ganas de escribir por meses, hace meses que no tocaba Word, al menos no por computador y odio escribir por teléfono, luego simplemente no tuve inspiración, hasta que puff, hable con un amigo, me deprimí, lo deprimí, nos deprimimos, y al día siguiente tenia inspiración, magia.

Bueno, esto es lo último que sabrá de esta historia, si alguien deja comentarios a partir de ahora será respondido por privado y si no tienen cuenta… Nanai. La historia la empecé a publicar por wattpad, esta tal cual, solo quería probar la diferencia de fanfiction y wattpad…prefiero fanfiction.

Gracias por seguir la historia hasta el final, primera historia, siempre se le tiene un cariño especial, en un tiempo posiblemente me reiré de las estupideces que escribía. Fue emocionante ver el primer review, el primer favorito, el primer follow, nunca los agradezco, pero ahora lo hace porque no tengo otra oportunidad de hacerlo y me impacte de nunca ver uno negativo, siempre veo en otras historias alguno negativo así que gracias (Digo eso, a la media hora aparecerá uno)

Eso, pos ciao~ciao. Cambio y fuera.