Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho.
¡Lo sientooooo! enserio que sí, los dejé sin el final de este fic por más de tres meses, lamento de sobremanera haberles dejado con la intriga, además de mostrarles el final cuando la mayoría de los lectores de este fic seguramente ya se han olvidado de la mitad de este, me bloqueé y pues bueno, aquí está.
El sonido nítido del electrocardiograma era poco reconocible para la paciente, los ojos morados de la pequeña de pelaje naranja ganaban visión a través de la luz de una ventana cercana, la brisa del aire ingresaba por esta misma, estaba abierta y las cortinas se movían levemente. Lo primero que pudo apreciar después de aquellos detalles fue el fuerte olor a hospital, medicamentos y demás insumos propios del lugar, el cansancio era evidente, así como un escozor en sus alas, de inmediato recordó lo último de lo que fue consciente. La discusión con Rainbow Dash, el barranco, el cansancio, la sensación de tener medio cuerpo bajo la lluvia en el fondo de esta, con las alas partidas y todo el cuerpo vapuleado por las rocas, recordaba no haber sentido gran cosa en ese instante, su pata derecha frontal estaba enyesada, de la misma forma, tenía una gran dificultad para moverse; apenas podía respirar, apreciaba bien su respiración a través de sus exhalaciones.
Pero el escozor no se iba, se transformaba en una molestia cada vez más y más grande, hasta que finalmente la potranca se levantó con sumo cuidado y las elevó, instantáneamente y a causa de la fuerza que puso, sintió cómo sus alas se entumían a causa de la falta de movimiento, finalmente la sangre tenía más fluctuación hacia aquellas áreas, pero también dio cuenta de que sus alas estaban recubiertas por unos vendajes, también tenía su flanco izquierdo lleno del mismo escozor, al virar su mirada hacia este, se percató de una serie de puntadas en su piel, antes cubiertas por un vendaje de amarre simple, podía apreciar la falta de pelaje cortado en una línea poco apreciable gracias a la cantidad de este, pero haciendo mejor su observación, pudo hallar una serie de puntadas en la piel expuesta, rasurada de su flanco.
Pegando un pequeño sobresalto, siguió buscando por todo su cuerpo señales del incidente, en esos momentos su cabeza estaba prácticamente en blanco, centrándose exclusivamente a encontrar los rastros que faltaban, el daño producido, sin evitar sentirse feliz por haberse salvado. Pero si cayó al barranco, eso quería decir que, alguien la había rescatado, había bajado hasta allí para sacarla, llevándola finalmente a ese hospital. Los rayos solares llegaban al piso debidamente impecable, por su color blanco, reflejaba su luz por toda la habitación de forma pálida pero aun así ayudaba a iluminarlo.
Rainbow estaba sin energías, sus ojos no dejaban de apreciar la figura que tenía delante, las cosas se habían puesto tan difíciles, tan complejas que ni ella misma podía entenderlas, no podía entenderla a ella, así como tampoco podía hacer mucho al respecto por el pasado. Ignorando la molestia de sus alas, respiraba de la forma más tranquila, guardaba silencio; aquella escena le encogía el corazón, pero al mismo tiempo le hacía sentir la peor poni que pudo existir en la historia y eso era; causarle semejante daño a una pequeña era la peor de las maldades que se podían realizar, más cuando esta la quería tanto. Por mucho que tratara de repensar la situación, el resultado era siempre el mismo, no había sido buena hermana mayor, es más, no había sido lo suficientemente buena, lo suficientemente comprensiva. Sus errores eran incompensables, fatales.
No habría podido vivir sin verla en su estado actual, viva, aún con un futuro por delante y sin duda uno radiante… por muy caro que fuera el precio. Una lágrima descendió por sus ojos al observar a la pequeña revisando mejor sus heridas, el eterno recuerdo de sus fallos, de la terrible poni que se los había causado, merecía eso y más por ser así, por no cumplir el trabajo de una hermana. Era tan pequeña, tan valiente, tan tenaz…
Bep, beep, beep, beeeeeeeeeep.
El sonido repentino del electrocardiograma llamó la atención de la pequeña. No pasaron muchos segundos hasta que una enfermera ingresase a la habitación alarmada, al poco tiempo llegaron dos ponis más.
- La paciente sufre un paro cardiaco, necesitamos más sangre, un suplemento mágico. Una poción de trelita. – Advertía.
Pero por mucho que Scootaloo tratara de ver mejor a la o el poni debajo de la sábana blanca que delimitaba su cuerpo, no podía identificarla o identificarlo. Pero fuese quien fuese, su estado parecía no ser el mejor.
- No tenemos mucho tiempo. – Advertía la enfermera mientras el cuerpo envuelto en una sábana era extraído del lugar.
Poco antes de que la extraña figura saliese del cuarto, Scootaloo pudo percatarse de la presencia de una unicornio corriendo a toda velocidad detrás de la camilla donde el cuerpo era transportado.
Confundida, se sintió mal por él o ella, esperando que se recuperase aun cuando no sabía quién era; se limitó a recostarse nuevamente en su cama, estaba conectada a diferentes aparatos y por mucho que desease cambiar de postura, apenas lo hacía, los músculos de sus alas se comenzaban a entumir, comenzando desde su pecho hasta la punta de estas mismas. Aquel dolor le recordaba el rencor a una poni de pelaje cian, a la peor de todas; su maldita heroína seguramente estaba en algún lugar, celebrando con alguna de sus amigas o incluso preparándose para ir a la academia Wondercolt si no estaba ya allí, en qué momento le importó era incierto saberlo, pero ahora no quedaba más que una imagen gris de su antiguo modelo a seguir su heroína caía a causa de sus acciones.
Allí, recostada sobre la almohada, con sus alas extendidas, podía observar como estas no poseían plumaje en su mayoría, debido a la operación de sus alas, seguramente tuvieron que cortarle sus plumas para poder operarla, las puntadas se extendían casi hasta la punta de ambas alas, el dolor no se iba, puede que el físico quedara atrás, pero el emocional, al que había aprendido a temer seguía allí, dejando una cicatriz que jamás se curaría, que jamás la dejaría ya. Confiar en los mayores era un error.
Las sábanas blancas se doblaban, mostrando formas extrañas, con cierta inclinación y con el paso del tiempo, se percató de que estas tomaban forma de nube.
[La siguiente parte tendrá un montón de cortes y recortes divididos por una * seguido de la inicial "S" para denotar que la escena pertenece a Scootaloo y "/" para otra escena]
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El chirriar de las ruedas era un sonido detestado por todo el personal, significaba la llegada de un momento en el cual todo sería determinante para una de las cosas más importantes de este mundo: la vida de un paciente, sin perder tiempo, empujando puertas, recorriendo pasillos a toda velocidad la camilla móvil llegaba hasta la sala de emergencias todo lo rápido que podía, la unicornio detrás de ellos utilizaba su telequinesis para, hábilmente, pasar barbijos a los distintos funcionarios dentro de la futura operación, del mismo modo, quitaba la sábana de forma veloz al cuerpo.
- Paciente 357, en estado de recuperación de operación de donación de tejido, estado crítico, cinco minutos desde el paro cardiaco. – Informaba la enfermera mientras se posicionaba para ayudar con el instrumental médico.
- La paciente fue atendida hace menos de doce horas, el tiempo de riesgo de la operación.
*S
La mañana tan soleada como estaba, le mostraba a la pequeña cierto ánimo para continuar, una maldita como Rainbow Dash no merecía la pena, después de todo, tenía a sus amigas; seguramente estaban en camino para verla, les costaría bastante creer el estado en el que se hallaba. El tiempo que necesitaba para curarse era desconocido, pero estaba convencida que serían meses, incluso hasta un año. Pero no importaba si podía ver a sus amigas, experimentar más cosas y vivir su vida. Ciertamente, el dolor no desaparecería velozmente, pero no podía quedarse atorada con aquellas emociones. Necesitaba salir, caminar, hacer unas cuantas locuras más.
Inquietándose por la llegada de sus amigas, observaba mejor la habitación: una serie de sillas para visitas, unos cuantos cuadros, una cantidad de libros a lo lejos, un montón de hecho. Pero nada más de lo habitual. Hasta que observó mejor la cama donde él o ella estuvo. Estaba manchado con sangre, una cantidad considerable.
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El sonido del instrumental cayendo al piso le quitó la paciencia al doctor.
- ¡Enfermera! ¡Necesito un bisturí urgentemente! – Gritaba ante la necesidad y la desesperación.
- Sí doctor. – Decía está en un tono completamente enajenado por la tensión del momento.
El pecho del cuerpo no se movía todavía, no tenía pulso y el tiempo se agotaba.
- Debemos asegurarnos de que no haya sangrado al volver a activar el corazón. – Advertía la unicornio.
- Lo sé, necesito que mantengan todos la calma y me ayuden a desdoblar la piel y el re constitutivo, debemos asegurarnos de que la vena fortis superior se halle completa,
- Enfermera, abra los puntos del ala izquierda superior mientras nos encargamos de esta. – Señalaba el doctor con sudor en la frente que de inmediato era limpiado por un trapo, su búsqueda debía ser minuciosa en cuestión de cinco minutos por ala.
El tiempo límite en pegasos era de veinte minutos, pero el daño al cerebro se daría en quince, con los cinco minutos que se tomaron para llegar y preparar el instrumental tenía diez para reactivar el corazón de la paciente, conociendo estas implicaciones, se aseguraba de observar el ala de la pegaso con bastante cautela, pero dándose la prisa necesaria para no pasar del tiempo previsto.
- Ésta ala está bien.
- Doctor, la vena fortis superior del ala izquierda presenta tres seccionamientos.
- Tiempo…
- Seis minutos con diez segundos. – Informó otra enfermera.
*S
Finalmente, las figuras tanto de Sweetie Belle como de Applebloom se aparecían en la puerta, su aspecto era el mismo, las tres estaban desconcertadas por algo ajeno a ellas; habían ido junto con sus hermanas hasta allí, pero estas se quedaron en la sala de espera cuando una enfermera fue donde ellas, Applejack y Rarity les dijeron que se adelanten mientras ellas se quedaban.
- Qué pasó Scootaloo. – Cuestionó Applebloom mientras se acercaba.
Era sobreentendido que se referían a la cama manchada con sangre, un enfermero llegó a los pocos minutos para quitarle las sábanas. Disculpándose por la escena con las pequeñas.
- No lo sé chicas, cualquier poni que estuviese allí, estaba cubierto por las mantas, creo que la luz le afectaba bastante.
- Que pena por él. – Aclaró Sweetie, mostrando una aflicción compartida con sus amigas.
Las palabras sobraban por aquel entonces, lo único que necesitaba la pequeña pegaso era un poco de apoyo emocional, pero bien sabía que dentro de poco planearían cómo obtener sus Cutie Marks.
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- Hechizo de recomposición aquí, necesito una infusión sanguínea. – Informaba el doctor mientras trataba de mantener la calma ante la adversidad.
- El corazón de la paciente no responde doctor, las cargas de magia no la afectan.
- Intenten con una carga mayor, otra recomposición aquí.
La ala izquierda estaba severamente castigada, la vena del grosor de una pajilla tenía varios seccionamientos, la sangre que salía por esta era enorme, las infusiones y suplementos mágicos podían reemplazar la sangre perdida, pero si no se reparaba aquella vena, todo sería en vano. Era un riesgo completo reanimar el corazón en aquellas circunstancias, pero ya habían pasado quince minutos.
- Doctor, es riesgosos hacerlo así, la paciente no sobrevivirá si se desangra nuevamente.
- No puedo arriesgarme a dañar su cerebro.
Otro unicornio de pelaje gris utilizaba su magia para darle una carga de energía a la pegaso; de pronto, su corazón comenzaba a latir nuevamente, el beep de la molesta máquina regresaba, pero no era para celebrar aún.
- Pare el sangrado ahora. – Indicaba el doctor
- Sí. – Necesitamos más toallas, más vendajes. – Advertía la unicornio a la enfermera, quien de inmediato corría hacia la despensa cercana.
La cantidad de sangre era refrenada a duras penas, los campos de hechizo de las unicornios apenas lograban cubrir el recorrido de la vena; crítica en esas circunstancias y solo en aquellas, mostraba la fragilidad de la vida de la pegaso.
Beeeeeeeeeep.
- No, no la perderemos… no podemos perderla. – Gritaba finalmente el doctor. – Apliquen caga mágica nuevamente, cortaré el paso de sangre al ala izquierda, si ganamos más tiempo así, debemos aprovecharlo.
Beeeeeeeeeep.
- Noooooo. Tú vivirás. – Gritaba el doctor, mostrando la pasión con la cual ejercía su profesión, pues incluso con magia, incluso con el mejor método, incluso con el mejor instrumental, un profesional en la medicina conocía que tarde o temprano llegaría el paciente que perdería… pero no deseaba que fuera así… no deseaba perderla.
- Resucítenla nuevamente.
- Es inútil doctor, la muerte cerebral es inminente. – Afirmaba una de las enfermeras.
El doctor se arrodillaba.
- Enfermera… informe a sus amigas…
- Sí, doctor. – Afirmaba la poni completamente angustiada, todos allí deseaban salvar vidas; perderlas era quizás lo más doloroso y frustrante para su carrera, recordaba el rostro de aquella poni, el día pasado se la había pasado hablando de su hermana menor poco antes de su operación de emergencia.
*S
Ni bien Scootaloo comenzó a hablar con sus amigas, Rarity ingresó a la habitación, seguida de todas sus amigas: las amigas de Rainbow Dash, ellas no conocían la terrible poni que ella podía llegar a ser a sus espaldas. Scootaloo estuvo a punto de decirlo; pero cuando observó las lágrimas en los ojos de todas, incluso de Applejack, sus latidos frenaron y hasta cierto punto, sintió un escalofrío recorrerle toda la médula.
Twilight fue quien pasó al frente, su aspecto era completamente ilógico, nadie jamás había visto llorar a una princesa, pero esta estaba con sus lágrimas a la vista y con un incesante jadeo.
Cómo encontrar palabras para lo que tenía que decir, era una tarea desquiciante, por qué… solamente aquellas palabras le llenaban la cabeza: por qué tenía que ser su amiga.
- Scootaloo, ayer por la tarde, cuando – Sollozo – Rainbow Dash te encontró en el barranco.
- No me hables de esa… ella es la razón por la cual estoy así.
- Sí, lo sé. – Afirmó la alicornio poniéndole un casco en el lomo.
- Ella te trajo hasta aquí, los doctores dijeron que tu estado era crítico, cuando tus alas se rompieron, tus huesos se astillaron y cuando se fragmentaron atravesaron los músculos de tus alas. El agua transportó una cantidad incontable de bacterias hasta tus heridas abiertas, se infectaron. Cuando llegaste aquí – Los sollozos de la princesa de la amistad eran ya incontrolables.
- Tenían que amputarte las alas si no encontraban donante de tejidos en ese instante. – Continuó Rarity poco antes de echarse a llorar en silencio.
- Rainbow Dash se ofreció. – Continuó Applejack, quien dejaba a sus lágrimas brotar mientras continuaba con la explicación. – La operación es peligrosa… tú estabas purgada con magia en intentos pasados por curar tu extraño caso… así que no pudieron utilizar ningún método mágico en tu caso, salvo reducir el tamaño de los músculos de vuelo de Rainbow… Pero, ella se puso en estado crítico. – El discurso más largo fue de Applejack, pero hasta ella tuvo que bajar su sombrero para finalmente llorar
Fluttershy, soportando el dolor reciente, se acercó a la cama y con la voz más dulce que pudo fingir continuó.
- Un pegaso tiene venas y arterias que llevan grandes cantidades de sangre a las alas pequeña, cuando donas tus músculos de vuelo, estas quedan al descubierto, es muy fácil que se corten de repente y cuando eso pasa…
Scootaloo comprendió de forma veloz lo sucedido. No. Rainbow Dash estaba…
No podía ser, sin darse cuenta, sus sentimientos cambiaron de forma tan drástica que sus exhalaciones aumentaron de forma extrema, se mareó, no sentía los cascos. Por qué. Por qué había arriesgado su vida de aquel modo.
Como una estaca directamente clavada en su corazón, la potranca sintió que el dolor le llegaba hasta lo más profundo, borrando su odio ilusorio, su rabia se despejaba de forma sencilla ante las acciones de su hermana mayor, sus ojos se llenaron de forma rápida de lágrimas al comprender. Por ella, entonces, realmente la quería; su estupidez salió a flote, culpándose por todo, ahora más que nunca deseaba verla. Así que se levantó de su cama para dirigirse a la habitación más cercana… sus amigas trataron de detenerla, pero Scootaloo las observó con determinación, ellas sabían bien que cuando Scootaloo deseaba algo, no pararía hasta hallarlo. Las mayores por su parte, abrieron paso, para que la pequeña, con sus cascos y con ciertos mareos pasara hasta la salida.
Sus pasos eran irregulares, su cansancio no era tema de preocupación, después de todo, epataba en un hospital. Sus alas… los músculos de sus alas no eran suyos, eran una donación de Rainbow Dash, había preferido perder el vuelo a que ella lo perdiese, aun cuando no tenía talento alguno para ello. ¿La amaba? ¿Era igual o mucho más que una hermana mayor? Sin duda que sí, era la mejor de todas, su rabieta fue tan inmadura… y sin embargo, ahora no podía evitar caer presa de la desesperación por ver su rostro con una sonrisa enorme. Necesitaba verla directamente a los ojos.
Los pasillos estaban casi desérticos, ni enfermeras, ni doctores, ni nadie. No conocía dónde estaba exactamente, pero conocía bien la sala de emergencias; bajando los escalones con lentitud, se encaminó de forma progresiva hasta llegar a unas puertas dobles que tuvo que presionar para abrir; al pasar, finalmente observó los rostros de impresión de todos los presentes; una camilla yacía frente a ella, no podía observar todo, pero los colores de su crin, libres de sangre o cualquier rastro de intervención médica le mostraron la cruda realidad. El sonido del maldito aparato haciendo beeeeeep, soslayó cualquier duda. El abatimiento de la pequeña fue inmediato… de hecho, se dejó caer al frio piso, para sentirse la peor de las hermanas menores en Equestria.
- Rainbow, tienes que despertar. – Dijo ella de con su voz quebrada por la pena.
Pero ella no respondía, sin embargo se hallaba en la camilla con una sonrisa radiante, aunque solamente era la huella de sus últimos momentos.
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No pude decidirme por un final, así que oficialmente, el final este que leyeron; pero como dije, no me pude decidir al ciento por ciento, así que les dejo aquí el final alternativo.
Un sonido se hizo presente, parecía como si una especie de explosión se hubiera llevado a cabo. Casi de inmediato, ingresó una figura que apenas podía pasar por el pasillo debido a su largo, de hecho, tuvo que hacerlo caminando en cuatro patas, qué hacía aquí era un misterio que a la pequeña no le importaba.
- Cielos, nunca acercar un encendedor a la serie de medicamentos; lección aprendida. – Decía entretenido el personaje, mientras abría la puerta final.
Los ojos rojos con cuencas bastante marcadas y expresión de alegría ingresaba en la habitación. Casi se inmediato, todo el personal médico desaparecía del lugar, quedándose solamente él junto con la paciente fallecida y Scootaloo.
- Bueno, no le vayas a contar esto a nadie ¿De acuerdo? – Decía el curioso visitante poco antes de chasquear los dedos. – Un amigo siempre debe estar ahí, o al menos eso es lo que creo que aprendí de la aburrida de Twilight. – Agregó poco antes de esfumarse del lugar.
- Discord… - Susurró en voz baja la pequeña poco antes de ver el movimiento bajo la sábana blanca y abrir los ojos de par en par.
El mareo era enorme, la sensación de frio también… pero cuando Rainbow Dash sintió el fuerte abrazo de la pequeña, no pudo sino sonreír con todas sus fuerzas.
- Scoots; ¿Eres tú? – Cuestionó de forma repentina y con asombro.
- La única e irrepetible. – Fue la respuesta de la pequeña.
El final o mejor dicho finales del fic amigos, amigas, ciertamente me costó terminarlo, además por el hecho de que estuve a punto de borrar el fic por el enorme bloqueo que tenía… debido a que este fic no tenía ni borrador ni esquema ni nada, lo hice hasta cierto punto, pero después, todo fue espontaneo. Como autocrítica, admito que traté con este fic lo mejor que pude; además de no dedicarle el tiempo que le dediqué a otros proyectos, sin embargo, me encantó hacerlo, sobretodo porque pude imaginar una forma de familia con la hermana o hermano mayor como papel fundamental, como si fueran iguales o mayores a los padres XD, en MLP parece que es así, pero basta de hablar de temas escabrosos. Muchísimas gracias por leer el fic, espero haber podido abarcar con sus expectativas; en especial agradezco a un lector cuyo Nick no conozco ya que siempre comentó como Guest o Invitado (que es como lo traduce la aplicación); quien me instó a terminar con el fic.
Por cierto, lo dije antes de dar el punto final final, si les ha gustado, espero verlos en el próximo proyecto que haré; se llamará "La Tragedia Rich" y tendrá como personajes principales a nadie más y a nadie menos que a Filthy Rich y Diamond Tiara; y si no les gustó, pues de todas formas están invitados a leerlo la próxima semana XD. Nos leemos pronto.