Holis holis crayolis :3

Varios días después de lo planeado -.-

¡Finalmente he podido actualizar!

Ya saben Bleach no me pertenece solo esta historia

El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera.

Alexander Pope

¿Seguro de conocer toda la verdad?

POV de Kenshin

La llegada de los shinigamis era molesta, ¿Porque teníamos que ayudarles?

Solo han traído dolor a los nuestros...

Grimmjow

Takuto

Ulquiorra

Ichigo

Los ejemplos más famosos de estos momentos, aún así, existen más.

No me hacía falta mencionar a los antiguos espadas faltantes, quienes muriesen después de su "servicio" a uno de ellos

¡Todo por aquel traidor de Sosuke! Durante ese tiempo, deseaba que no me encontrase, el pertenecer a sus tropas me daba asco. Pensar en arrodillarme ante un dios de la muerte era algo insoportable.

Y no cambié de opinión en la Guerra Sangrienta. Preferiría ser devorado por un menos grande que un esclavo de los Quincy.

En fin, aquí estoy actuando amable ante ellos, agachando la cabeza y sonriendo falsamente para todos.

Ni mi Rey lo ha notado, pero quiero sentir el dolor de mis oponentes, liberar la verdadera naturaleza que he ocultado durante este tiempo.

Si fuera por nosotros dejaríamos al Goitei a su suerte. ¡Ellos son asesinos!

La opinión en mi mente fue refutada al cabo de dos semanas, la llegada de ella inicialmente fue irritante, sin embargo sus ojos violáceos llamaron fuertemente mi atención.

—Kuchiki-san—le llamé por primera vez. Me dio curiosidad escuchar una canción de cuna en su habitación.

—Adelante—

Mis pasos me llevaron a observar como ella acariciaba con delicadeza su vientre.

—Haru, Ryotaro ¿Que les trae a mi habitación? — preguntó tranquila, ya se había acostumbrado al hecho de ver a un halcón negro deambular en ocasiones.

—Nos sorprendió escucharla cantar Kuchiki-san — dijimos al unísono, preferíamos mil veces estar en nuestra resurrección por precaución, si una amenaza surgía, nosotros nos aseguraríamos de asesinarla.

Una leve sonrisa surgió en su rostro, con un ademán nos invitó a sentarnos en la cama.

Obedecimos y nos separamos, cada uno a su lado. Nuestra mano derecha se mantenía sobre la empuñadura de las katanas, listas para matar.

—Cantaba una melodía para mí hijo o hija— respondió con un tono cálido —Les agradezco el cuidar de nosotros dos, y se que Ichigo lo hará también — Acarició nuestro cabello con delicadeza, una sensación en nuestras mejillas apareció.

Acaso... ¿Logró hacernos sonrojar?

Careciendo de corazón pudimos sentirnos así, entonces.

¿Que pasaría si hubiera uno?

Fin de POV

Sus sueños eran confortantes, siempre apareciendo quien ahora era su amor platónico.

Cargaban con una sonrisa infantil, agradecían que al estar separados su edad se dividiera justamente a la mitad y no como la antigua primera espada.

Incluso eran mayores a la suma de sus edades aparentes, ocultando su apatía detrás de su buena disposición, la única manera de comportarse naturalmente era estar solos.

¿Quien podría entender su mente tan retorcida y aún así aceptarlo?

Nadie por el momento, ni su amada.

El desear recorrer cada centímetro de esa piel blanca, saber que sería su único dueño, poder hacerla su mujer. Todo eso era parte de un sueño pasajero, ellos tenían en claro que nunca sucedería algo así.

De cualquier manera, reconocían la forma verdadera de su desear.

Nada aparentaba un sentimiento como tal por la fémina, a su punto de vista era un capricho de su edad.

Las órdenes eran sencillas para ambos, el saber que pensaba el otro era una ventaja envidiable. La llegada del segundo grupo a su mundo ya no era impedimento, su actuar seguía siendo el mismo;

Sonrisa falsa, cortesía, máscara.

Aún no se acostumbraba tener de la nada seis invitados más, pero nunca reclamó, esperaba aprender algo nuevo de cada uno, justo como lo hizo con la capitana.

Contaba el tiempo hasta que la parte final de esa guerra iniciase, esperaba tener un momento de relajación y destrozar a la Central por semejante blasfemia a su raza.

—Pss, ustedes dos— comentó Jin al verlos deambular por Las Noches.

Ellos enseguida se dirigieron con él

—¿Sucede algo Tomohiro-san?— preguntó Haru aparentando curiosidad sobre él.

Sin embargo el capitán fruncio ligeramente el ceño ante su respuesta —No es necesario que continúes así Kenshin— en sus ojos la chispa de la altanería apareció —Crees que soy un imbécil, sólo es cuestión de tiempo para reconocer al brutal asesino de la Guerra Sangrienta — agregó calmado.

Los menores observaron el lugar en busca de un posible intruso, entraron en resurrección para pensar con mayor claridad.

—Vaya, eres más inteligente de lo esperado ¿Requieres de mis servicios? No hallo otro motivo para que un ladrón me hable — cuestionó el halcón divertido.

—En efecto, quiero averiguar los motivos de esos hombres para atacar—

Una leve risa apareció en el hueco —Será un juego de niños para alguien como yo. Mañana al alba tendrás sus motivos—

Ambos se separaron, asesino y ladrón ahora tenían un trato justo. Ninguno revelaría el pasado del otro, manteniendo sus secretos en la oscuridad.

-0-

Los invitados y anfitriones del árido lugar se encontraban un poco ajetreados ante la tarea de mantener vigilado aquel edificio en busca de un enemigo. Pasaban los días y no parecía existir una señal de ellos.

—Karin— la aludida miró quien le hablaba, encontrándose con Yachiru.

La teniente sonrió a lo lejos y con un shumpo se acercó.

—Hola—

—Hola—

Un silencio extraño apareció entre ambas, quizá era el hecho de tener la incertidumbre sobre Ganze lo que provocaba esto.

—Vi como ambos pelearon en el Mundo Humano — comentó para llamar la atención de su amiga —Es extraño, después de eso no parecía el mismo de antes—

—Actuó como siempre cuando ocurrió todo esto—

—Lo sé, pero— colocó un dedo en su mentón —Siento que es otro Takuto, no por el hecho de posiblemente haber muerto ¿Habías mirado sus ojos? —

Karin meditó un momento acerca de eso, recordaba el amarillo tratando de no ser controlado, aún así, no había notado nada más —Si—

Sentía una gélida presencia en su habitación, por instinto su cuerpo reaccionó. Miró por toda la habitación sin encontrar algo, fijo su vista en una pared. Percibía una mirada desde ese sitio.

Aparentemente no se trataba de una cosa importante, pero la presencia se negaba a marcharse.

¿Tienes miedo?— susurró una voz en su oído, antes de que ella pudiese gritar una mano cubrió su boca. —Shh no te haré nada, no podría pensar en dañarte tan siquiera...— fue lentamente soltada, giró en busca de esa voz.

La oscuridad de su habitación era presente, el miedo la invadió.

Unos pasos apresurados se acercaban, tardó poco en llegar al interior del cuarto, entre las penumbras un tenue amarillos era perceptible. —Karin...— musitó con una leve sonrisa el príncipe. No le permitió decir algo antes de abrazarla con todas sus fuerzas.

Ella correspondió, el sentir su calor le calmaba, al principio se extrañó por su repentina aparición. Al escuchar su respiración agitada acercó su mano al pecho del joven;

A pesar de tener un hueco en este un latido incesante se percibía, alterado por un motivo desconocido.

Todo esta bien — respondió para mirarlo fijamente, reconocía el miedo en los ojos amarillos. —¿Quieres hablar?—

No— respondió, Takuto deseaba con su alma olvidar esas imágenes, recordar todo eso lo incomodaba —Quedate a mi lado— suplicó escondiendo su rostro en el cuello de ella*

—En fin, a mí me gustaría que estuviera vivo. Platicar con él era muy divertido— mencionó Yachiru mientras continuaban con su recorrido.

—Quiero verlo de nuevo— dijo la oficial para soltar un pesado suspiro

—Yo cumpliré tu deseo—

Ambas reconocieron de inmediato aquella voz. Dos sombras se abalanzaron sin dejarles gritar, una garganta hizo presencia para arrastrarlas.

Karin al otro lado estaba dispuesta a enfrentarlos, mientras que su compañera trataba se analizar a sus oponentes —Renji, Shinji — dijo la Kurosaki seria.

Una sonora risa se escuchó de los dos capitanes.

—Nop, estáis equivocada Karin-san— respondió el rubio divertido —Somos los huecos en sus almas—

—¿Porque nos trajeron aquí? — cuestionó la teniente con un ataque en la manga.

—Queremos pelear con Kazuhisa-dono. Desde que asesino al Shiro-chan de este sitio, los días han sido aburridos—

—S..Shiro...— las dos se miraron extrañadas, sólo había una persona con ese sobrenombre.

La serpiente amplió la sonrisa y tomó el rostro de la más joven. —Quizá lo mejor será divertirnos con ustedes y luego asesinarlas—

—¡Hado número uno sho!— aquel relámpago alejó al hollow —¡Sigueme!— agregó Yachiru emprendiendo la huida

—Deberían saber que esta tierra es más extensa de lo pensado— comentó Hikaro antes de iniciar una persecución.

La arena susurraba junto al viento incesante, el miedo era perceptible a millas de distancia. Cada vez más cerca, y al mismo tiempo sin rumbo alguno.

—¡Zabimaru!— exclamó el reptil para lanzar la especialidad de su zampakuto.

Esta logró hacer un corte profundo en el hombro de Kusajishi quien no pudo reprimir un grito de dolor.

—Ya las tenemos mocosas— dijo divertido el rubio.

Una energía naranja se abrió paso entre las shinigamis y atacó al enemigo.

—Takuto— corearon los cuatro al verlo molesto. Sus tonos diferenciaron la intención; sorpresa y burla era lo reconocible.

—Les advertí sobre sus idioteces— el príncipe miró a las féminas —Ahora pagarán caro—

La risa oponente sólo irritó más al joven, su reiatsu surgió en respuesta, dispuesto a asesinarlos entró en resurrección mostrando las cicatrices ganadas en su estadía.

—¡Bienvenido osito!— exclamó Shinji al sentir su furia danzar junto a la luna

—Me piro vampiro — agregó Abarai quien desapareció en la arena.

Unas leves ondas se observaron por instantes, el Duque luchaba contra su oponente mientras protegía a sus conocidas.

Hubo un pequeño lapso de tiempo donde aquella serpiente se deslizó a su lado, dispuesto a morder y desgarrar.

—En esta ocasión no caeré— dijo Ganze para agarrar la cabeza del reptil en su escondite.

Siseo buscando ayuda, pero su compañero decidió alejarse por el momento. Ya había terminado la pelea. —Te abandonó Hikaro, con esta van quince veces donde te asesino— las shinigamis miraron extrañadas a su conocido ¿Tanto había luchado?

—Largate antes de que halla una décimo sexta—

—Agradezco tu amabilidad, por cierto. Pronto iniciará nuestro plan maestro y tú serás el primero en sentirlo— Justo al finalizar se desvaneció entre las sombras.

Takuto suspiró agotado —No hay duda, es una víbora rastrera—

—Takuto— el escuchar su nombre lo hizo reaccionar. Por un segundo olvido a quienes protegía en primer lugar.

Sintió una gran felicidad al ser abrazado por ambas, sin dudar correspondió. —Me alegra verlas— murmuró a la vez que sentía sus lágrimas caer. El olor de la sangre lo invadió, miró de reojo la herida de Yachiru para romper el abrazo. Su mirada se torno seria —¿Has aguantado el dolor por abrazarme? — cuestionó extrañado.

La respuesta fue inexistente, aquel Duque suspiró —Venid, les cuidaré hasta que puedan salir— sus pasos eran audibles en la arena

—Y tú ¿Que harás? —

Se detuvo en seco, no tenía una respuesta para eso —No lo sé — respondió antes de aumentar el paso.

Ninguna se atrasó y en cuestión de minutos llegaron a una cueva, la piedra que esta poseía era blanca asemejándose a su entorno.

Ingresaron ambas se extrañaron al ver todo vacío, ni un sólo rastro de actividad.

—Esperen aquí. Iré por hierbas medicinales—

Una mano tomó la muñeca del castaño —Espera— pidió Karin. Él obedeció.

—¿Que era ese edificio parecido a Las Noches? — cuestionó la teniente —Quizá encontremos algo...—

—NO— dijo cortante el príncipe — Hay cosas indescriptibles ahí — la sensación del lugar fue más pesada, indicando la seriedad del joven.

—Si tu lo dices—

Ni una palabra más fue dicha, él partió en busca de su encargo, dejándolas solas.

Su mente lo llenó de culpa al recordar sus pecados en aquel edificio blanco. Gruñó pensando en los oponentes quienes podían darlo a conocer en cualquier momento

—No es mi culpa el pasado que me atormenta— se justificó entre la soledad del área. Su hueco hacia presencia al pensarlo, movió su cabeza de un lado a otro tratando de relajarse y olvidarlo.

Buscó lo necesario para tratar la herida, tardó pero todas las plantas medicinales estaban reunidas finalmente. Regreso para encontrar a la oficial tratando la herida con Kido.

—Lamento la tardanza— se acercó con un cráneo desgastado en sus manos —Coloca esta pomada, calmará el dolor y ayudará a tú kido— agregó con una leve sonrisa.

-0-

—Han comenzado a preocuparse — comentó Grimmjow a los menores, ellos asintieron ante el plan de reserva —Ir a buscarles, las quiero sanas y salvas a ambas—

—¡Hai!— corearon para marcharse corriendo.

El felino se acercó a sus visitantes —Se que les preocupan, he mandado a nuestros marqueses. Debemos reagrupar y atacar, si esperamos será peligroso —

No era necesario conocerlos, las decisiones estaban divididas. Unos deseaban quedarse y esperar, otros no.

Ulquiorra tomó la iniciativa recordando algunos detalles interesantes —A quienes les incomode pueden quedarse. Los demás tienen cinco minutos, partiremos y los otros dos grupos atacarán junto a nosotros la Central —

Tomohiro sonrió un poco, recordando al marqués y sus noticias

El halcón hizo presencia en el balcón de su habitación, la gran sombra producto de la luna lo llamó

¿Que habéis descubierto? —

La Central esta dividida, algunos perdieron a su familia durante la guerra, otros simplemente temen a los huecos por experiencias pasadas. Ninguno de ellos se atrevería a atacarnos de esta manera— respondió para separarse en los hermanos.

El capitán sintió su curiosidad aumentar ante la explicación de su aliado.

Ambos niños sonrieron de una forma siniestra ante su reacción —¿Sabes que causó esto?— Jin negó —Hubo una muerte, en específico fue un joven hace años. Esto rebasó su miedo acumulado, buscaron a un científico dispuesto a ayudarles—

Urahara Kisuke...—

¡Exacto!— exclamó Haru emocionado

Rynosuke rió por lo bajo ante la efusividad de su otra parte —Nuestro "amigo" perdió a su compañera de Academia por culpa de un hollow —

Ya tenemos motivo de ambas partes, eso es todo lo que deseaba saber, gracias— caminó a la puerta, pero Haru se interpuso en su camino

Algo más — comentó con otra de sus sonrisas burlonas —Tenemos la ubicación de los dos grupos restantes—

Interesante— el shinigami regreso a tomar asiento en su cama —Prosigan—*

Varias gargantas fueron abiertas desde el palacio, shinigamis de distintos rangos se separaron, dejando al cuidado de los portales a Hitsugaya, Ulquiorra, Jin y Kurosaki Ichigo.

Los presentes mantenían el silencio en busca de algún sonido que indicase peligro

—Capitán Hitsugaya — llamó el azabache — Debería despejar su mente, no es de ayuda así de estresado—

—Tiene razón Toshiro — secundó el pelinaranja —Nosotros te cubriremos—

El peliblanco suspiró y obedeció, ellos tenían razón. No era bueno tener sus pensamientos divagantes.

Poco a poco se alejó del portal, su miraba se perdía a la distancia, la preocupación trataba de consumirlo.

Un estruendo lo alertó, a pocos pasos apareció una garganta, pero su angustia desapareció al verla—¡Karin!— exclamó mientras corría a encontrarse.

—Toshiro...— el aire parecía faltarle por correr, sin embargo abrazó a si capitán con ansias —Takuto, él esta vivo pero ellos lo tienen — agregó para señalar la garganta.

El shinigami miró a su subordinada, aparentemente no poseía algún rasguño, una leve sonrisa adornó su rostro

—Me alegra verte de nuevo Shiro— interrumpió Kusajishi divertida

—¿Que les sucedió? — cuestionó el peliblanco al ver su kimono manchado de sangre

—Nos atacaron, Taku nos protegió —

—Traeré a Ganze lo prometo, regresen al palacio— sin esperar respuesta se marchó. Yachiru entendió la indirecta de mantener a salvo a su amiga, así que la tomó de la mano

—Confiemos en él—

La arena lo recibió y de inmediato su portal se cerró, agradecía de cierta manera eso, su oficial ya no tendría la posibilidad de acercarse de nuevo Buscó el reiatsu del Duque, siguió su dirección hasta encontrarse con el edificio —Extraño— dijo para sí. Tenía la forma exacta a Las Noches, sólo que de un color negro, resaltando completamente con el paisaje.

Se adentró a los pasillos oscuros del edificio, la temperatura descendió drásticamente a medida de que se acercaba a la zona del trono.

La luz era visible en aquella sala, dudó poco, pero necesitaba encontrar al hueco. Esa era su promesa .

Cerró ligeramente sus ojos ante la cantidad de luz, un crujido en el suelo llamó su atención.

—¿Hielo?— susurró Toshiro, se extrañó más al ver que no era cualquiera:

Este pertenecía a su katana.

Unas figuras distantes lo alertaron, por un momento creyó estar rodeado.

Ninguna se movía, o presentaba tan siquiera una pizca de reiatsu.

Redujo la distancia con precaución ante una posible trampa, una fina capa de niebla no le permitía admirar con predicción de quienes se trataba.

—Que es esto...— susurró

Frente a él se encontraban cuerpos de varios hollow con forma humana, vistiendo los blancos uniformes de Hueco Mundo. También entre ellos existían shinigamis, el kimono negro estaba manchado de sangre seca, ambas razas tenían un agujero en su pecho.

Congelados para mantenerlos de pie, pasó a su lado, los ojos estaban cerrados tratando de imitar un estado de hibernación.

Dos cuerpos más adelante estaban semi arrodillados, las blancas cabelleras lo extrañaron.

Un pánico repentino comenzó a crecer en él a medida que el espacio se terminaba.

Avanzó un par de pasos sin importarle un olor desagradable, siguió a pesar de las náuseas, finalmente su cuerpo no soportó más, vomitó cerca de la fuente de ese olor repugnante, trató de recuperarse rápidamente. Su instinto le pedía a gritos no acercarse más.

Lo ignoró.

—¿Te gustan? Son mis creaciones —

El shinigami miró atónito a lo que se hallaba frente a él.

Dos copias exactas de su cuerpo, con un agujero en el pecho, la sangre seca por todo el kimono.

Sus cuencas vacías además de varias heridas con un severo caso de putrefacción. Varios hilos de sangre recorrían su rostro algunos desde la boca, otros desde sus oídos y finalmente unos cuantos desde las cuencas.

—Una obra maestra, no sabes cuanto me costo asesinarlos— la sombra se acercó —Lo mejor fue torturarlos — agregó antes de rasgar las prendas manchadas y dejar a la vista rasguños, moretones, heridas y huesos rotos.

Toshiro se tensó ante lo que sus sentidos percibían, juraba el poder escuchar los gritos de dolor y agonía de esos dos. No podía reconocer a su perpetrador, ese tono mostraba un cinismo extraño.

Parecía disfrutarlo pero a la vez desesperarlo

—Es normal, son parte de tu alma— giró al escucharlo muy cerca. Las penumbras se apoderaron del sitio de nueva cuenta.

—¿Por que?—

Una sonora carcajada apareció —¿Deseas saber mi motivo? No lo hay, jejeje... ¡Esta es mi verdadera naturaleza!—

El capitán apuntó a los cuerpos para incinerarlos con hado. No permitiría una falta de respeto a los muertos.

—¿Que me harás shinigami? — la voz burlona hizo contraste con una blanca sonrisa en la oscuridad. —Ya has tratado de asesinarme este mes—

—Ganze—

El aludido apareció entre las sombras, un collar metálico adornaba su cuello. Los ojos amarillos cambiaron su tonalidad, a un naranja oscuro —No te entrometerás en mi vida —

Hitsugaya adoptó una posición defensiva.

Como si se estuviese repitiendo lo acontecido antes, las espadas de ambos chocaron entre el silencio perpetuo.

Solo que en esta ocasión los papeles se invirtieron.

—No deseo pelear contigo Ganze— mencionó el capitán deteniendo su ofensiva

—...— la mirada naranja era vacía, careciendo de algún impulso.

Dispuesta a matar o morir.

Un cero apareció, creado de la nada y trató de asesinarlo.

Maldijo su suerte, la Central con ese collar logró controlar la mente del castaño —¡Ruge Hyourinmaru! — exclamó, la bestia de hielo acudió a su llamado y ambos comenzaron una serie de ataques potentes a su objetivo.

Takuto recibía algunos mientras que otros los detenía sin problema, su silencio fue la mayor característica.

Nunca se quejó o trató de burlarse.

Lentamente la batalla fue más seria, shumpo contra sonido, Kido y cero, un Rey ante el príncipe.

Sus ataques eran precisos y letales, deteniéndose a centímetros de perforar al oponente quien utilizado su habilidad lograba detenerlo.

—Hado uno — pronunció Hitsugaya al estar frente a frente, su dedo apuntó al collar, a la par Takuto abrió su boca y otro cero se creó.

Nadie se atrevió a atacar ante la posibilidad de morir. Sus velocidades iguales eliminando la posibilidad de atacar y huir.

Hicieron una ligera tregua para recuperar la distancia perdida

El sonido hizo aparecer repentinamente a Ganze, cada vez era tornaba más veloz, la espada se clavó sin objeción en su oponente, Toshiro reprimió un grito al sentir su abdomen ser perforado, sin embargo hizo lo mismo en él.

Con una nueva herida la sangre no tardó en comenzar a brotar, dificultando el avanzar o defenderse.

—Histugaya...— dijo el hueco con suma dificultad —Deja de lanzarme a la oscuridad — clavó su katana en la arena y extendió sus palmas hacia el peliblanco. Comenzó a murmurar unas palabras incomprensibles, su reiatsu fue elevado a su máximo.

—Cristaliza— pronunció para imitarlo. Hyourinmaru empezó a congelar el suelo y a dejar marcas azules en forma de estrella. Los cuerpos al ser alcanzados se quebraron.

Ambos ataques estaban a milésimas de lograr ser finalizados

El capitán logró terminar primero —Aplasta— de las marcas azules surgieron cientos de réplicas más pequeñas de su zampakuto, estas se lanzaron dispuestas a asfixiarlo.

—Kuro Hitsugi—

El prisma comenzó a aparecer, siendo de un color blanco en contraposición al shinigami.

—Joder— Toshiro había utilizado la mayoría de su energía y ahora posiblemente caería ante uno de los hado más peligrosos de los trece escuadrones. Observaba como las paredes crecían en segundos.

Un halcón negro interrumpió al romper la barrera, con sus garras atravesó los hombros del capitán, sujetándolo cargó la espada con su pico. Al salir lo bajo de forma brusca.

—Vete, me encargaré del príncipe — ordenó autoritario.

—Idiota— reclamó el peliblanco al levantarse, ahora no existía algo que pudiera hacer, sus heridas lo impedían con creces. Detestaba no sentir sus brazos.

El ave se giró hacia él —No existe posibilidad de que logres vencerlo, Kazuhisa ha superado a un capitán promedio— su tono fue altanero, abrió una garganta al terminar —Además ha comenzado el asalto al Goitei, tienes que proteger a los tuyos—

—Tsk— obedeció por obligación, con la poca sensibilidad que le quedaba tomó la empuñadura de Hyourinmaru y se marchó.

Al cerrarse el marqués observó a su superior. —Será fácil después de un ataque así —

Ganze no dijo nada antes de reanudar su ataque, fue detenido por las garras, y la energía de ambos volvía a crecer.

Kenshin buscó un instante para marcharse a una zona alejada de Hueco Mundo, cuando la encontró abrió una garganta detrás del príncipe y lo embistió.

—Geki—

Al energía roja aplastó al ave con la blanca arena, lentamente se aproximó.

El marqués comenzó a forzar los músculos de su cuerpo—No creas que me rendiré ¡Nunca lo haré! — sacudiendo bruscamente sus alas se liberó —¡Te lo demostraré Kazuhisa!— emprendiendo vuelo se dispuso a atacar de nuevo

¡Corre!— exclamó una voz en la oscuridad —¡No mires o regreses nunca!—

El joven no reaccionó, los gritos de las personas lo aturdian, el fuego abrasador lo ahogaba.

¡Que nadie sobreviva!— una sombra ordenó a su escuadrón. Sintió una mano jalarlo y llevárselo lejos —Toma, puede que te sirva algún día— dijo al entregar un objeto envuelto en tela

Las voces pedían a gritos ser rescatadas, que tuviesen piedad por un instante de ellas.

Han sido órdenes directas—

Vamos ve esconderte ahí — señaló un montículo de varias pieles de animales, la figura que lo ayudó desapareció

Sin más alternativa se oculto, cerró los ojos y se tapó los oídos ante la masacre que ocurría en su hogar.

En sus sueños los gritos no cesaron, una pesadilla cruel para aquel joven.

Su día inició con los primeros rayos de sol que entraron por una pequeña abertura.

Guardó silencio, no existía sonido alguno, se levantó de su escondite para encontrar las marcas de la lucha. Ambos bandos estaban muertos, el suelo de la plaza estaba teñido de rojo.

No hubo consideración con los pobladores de aquel sitio, niños y adultos fueron juzgados por igual.

¡Demonios!— exclamó furioso para golpear una puerta, esta se rompió sin objeción un pequeño llanto lo desconcertó.

Inmediatamente fue en busca del superviviente, cruzó varias casas destruidas sin hallar algo.

Finalmente encontró a un pequeño niño llorando en la esquina de su habitación.

¿Estas bien?—

¿Porque?... No hicimos nada— respondió el menor con lágrimas —Mis padres están muertos, estoy sólo —

Aquel joven se acercó y revolvió el cabello al pequeño —Yo estaré contigo, somos Quincys y debemos estar unidos —

Los ojos del menor brillaron de felicidad, la inocencia era su causante—¿Lo dice enseri...?— una flecha azúl surcó y atravesó el pecho del niño asesinándolo de un sólo ataque.

Sabía que sólo quedaban dos plebeyos— se burló un militar al apuntarle con su ballesta.

Incluso la inocencia puede morir, y con ello llevarse tu esperanza

Sintió la sangre ser salpicada en su rostro, el olor de esta impregnó su nariz

Levanta el cuerpo y te dejaré morir con él —

Recordó la tela y como en esta había una cruz de su raza. Apretó su puño hasta romperla, tal vez ya entendía el motivo de los shinigamis para eliminarlos hace tiempo.

Se incorporó y miro fijamente al asesino lanzó al suelo los restos de la estrella Quincy

Ahora se porque nos trataron de eliminar hace siglos — respondió serio dio un paso y sus ojos castaños brillaron con la luz del sol en un tono amarillo salvaje —Son una amenaza—

La flecha trató de atravesar su pecho, pero un agujero se formó inmediatamente, y solo pasó a través de este.

¡PAGARAN ESTO!— gritó antes de abalanzarse contra su enemigo.

Ese joven Quincy fue consumido por el rencor, odio, miedo, y desesperación que permanecían en la aldea. Normalmente su energía sería azul, pero esta se convirtió en una naranja brillante, con una mano el muchacho sacó el corazón del militar, quien no tuvo la posibilidad de gritar.

Había terminado la pelea, sus pulmones se sentían oprimidos por su nueva energía. Miró al pequeño, trató de reanimarlo.

Nada... Estaba muerto

Un tintineo lo extrañó, observó su pecho y ahí yacía la cadena rota.

También morí ¿No es así?— susurró al tocar la flecha. ¿Que lo mantenía con vida?

Cientos de murmullos aparecieron, todos pedían lo mismo: Justicia.

Maldiciones hacía su raza, remordimientos, el dolor crecía en su alma. La cadena comenzaba a ser devorada por esto.

En lugar de temer o tratar de correr cerró los ojos y tomó asiento junto a los dos cadáveres, a espera del final.

Terminó en unas horas, la ira creciente en su ser no tenía escapatoria.

Deseaba destruir todo a su alrededor, asesinar al Rey Quincy mientras dormía, finalizar con sus pecados.

Una masa blanca comenzó a crecer desde su agujero, el cuál casi lo cubrió por completo. Se acercó al militar y miró sin arrepentimiento a su cadáver, rugió al sentir una sensación de vacío, su cuerpo terminó transformándose en un hollow a consecuencia de la nueva energía, su forma era un oso perezoso en representación a la precaución que debían tener sus oponentes.

Sin desearlo o darse cuenta absorbió todos los sentimientos negativos de los difuntos pobladores, ahora buscaba alimento. Abrió una garganta y se marchó a lo que sería su nuevo hogar.

Condenado a cargar el resentimiento de quienes en vida fuesen sus seres queridos.

El golpe impacto de lleno en Takuto

—Un príncipe que desea proteger a su amada no puede dejar que su vida pasada le siga atormentado — dijo el ave para acercarse.

—...— apuntó al marqués listo para lanzar un cero.

—¿Que planeas?— susurró el halcón al aparecer a su lado —Acabaré con tu dolor—

Una energía explotó en ese lugar, el Duque retrocedió por la fuerza, un Kido lo atrapó

—Cero— pronunció la voz de su oponente —Tranquilo, ya ha finalizado nuestra lucha— Su reiatsu de inmediato se tornó negro y atacó al príncipe, este no pudo defenderse debido a sus ataduras y el cansancio del hado anterior.

La arena se levantó al hacer contacto, la visión se redujo considerablemente. Un hombre joven cuya edad aparente circulaba los veinticinco apareció entre el polvo, su cabello morado el cual llegaba a sus hombro, hacia juego con unos ojos rojos carmesí, su piel era casi tan blanca como una hoja de papel.

Se acercó al Duque quien yacía en el suelo.

—Tal parece que logré vencerte— susurró calmado, se acercó en su rostro y una tenue sonrisa se ensanchó al ver a ese collar destrozado junto a él —Hace tanto que la deseo también. Debería agradecerte el permitirme conocerla príncipe—

—Aghh... Que jugada tan sucia— gruñó Takuto tratando de levantarse.

Su oponente no dudó en ayudarlo, esta muestra de simpatía era extraña.

—En mi verdadera apariencia no me interesa en forma sentimental o pasional Karin. Francamente es una burla a la edad que poseo, como un niño al entrar a la adolescencia— el Duque percibía que no era una mentira, así que aún era confiable su Marqués —Además necesitaba hacerte entrar en razón, y odio mostrar mi edad natural frente a los shinigamis. Por eso te atraje hasta aquí—

Takuto sonrió de forma altanera pero amigable —Entonces te unes a la guerra ¿No es así? — el tercero negó con la cabeza.

—La protegeré con mi vida, incluso si significa ayudarte a asesinar al peliblanco de Hitsugaya —

—Interesante— aquel príncipe se sacudió el polvo y comenzó a caminar hacia su destino. —¿Seguirás engañandote? Se necesita un buen corazón para hacer eso —

—O quizá podría no interesarme en lo absoluto— se encogió de hombros al llegar a su lado.

Un simple contacto visual les hizo reír abiertamente.

—Dios, esto es realmente interesante— poco a poco su lado hollow se hacia más salvaje con las heridas ganadas en su batalla y el éxtasis de otras nuevas a unas cuantas gargantas.

-0-

—¡Ichi-nii!— gritó al ver como caía de rodillas y se sujetaba su naranja cabellera.

Ya estaban tan cerca de vencer a los jueces, pero Kisuke tenía un plan guardado, con una alarma instalada en el edificio obligó a los vizard a entrar en su modo de vasto lord.

Ni su hermano podía detenerse, a pesar de tener todos sus recuerdos y estar de su lado.

—¿Libre..?— susurró Shirosaki, sintió la mirada de la oficial —Lo siento, yo tampoco quiero esto— su tono fue sincero antes de que los ojos amarillos cambiasen a gris oscuro.

Ninguna emoción era visible, esto se repetía en los demás. Las cuencas de las máscaras normalmente vacías eran reemplazadas por un par de ojos grises sin emoción.

Solo podía defenderse de los ataques del mayor, su postura fija en el suelo no ayudaba mucho, cada vez retrocedía más.

Tenía en mente que los demás no estaban en mejores condiciones, si apenas dos capitanes y un oficial lograban someter a un vizard en su forma hollow era imposible.

De un momento a otro los ataques cesaron.

—¡Danku!— exclamó la oficial al ver como un cero era rápidamente cargado y disparado por su hermano.

La barrera apenas resistía, comenzándose a agrietar preocupó a la pelinegra, quien ponía todo su reiatsu en mantenerla.

—¡Gentuza Tensho!—

No tuvo oportunidad y recibió gran parte del daño, teniendo suerte de poder seguir de pie, algunas heridas surgieron siendo acompañadas de un dolor punzante.

El hueco apareció con un shumpo y tomando su cuerpo lo golpeó contra el suelo, ella tosió sangre ante la fuerza de su oponente.

De nuevo el orgullo que caracterizaba a su familia se hizo notar, Karin se levantó con esfuerzo.

Miró fijamente a la máscara, señalando con su katana elevó de nuevo su energía.

— Veelahe Rainjingusan (divide sol naciente)— un halo de luz atacó a Ichigo, logrando romper un poco de su cuerno.

—¡GROAHH!— rugió furioso antes de volverse a acercar a la par de que cargaba un cero.

La oficial atacaba con su shikai en un intento por romper uno de los cuernos.

De pronto ya no vio la figura del capitán, retrocedió par chocar con algo. Al levantar la mirada se encontró con su hermano, inmediatamente creó distancia con el shumpo, pero la onda expansiva del reiatsu concentrado le golpeó. El pelinaranja no perdió la oportunidad de rematar con un fuerte golpe en le estómago.

Cayó agotada, ese fue el al límite para su cuerpo, tosía por la hemorragia interna mientras de acercaba su verdugo con la zampakuto en su mano, esperando a asesinarla.

El hollow gruñó amenazante por culpa de un nuevo oponente, una cadena creada con reiatsu encadenó al capitán.

Karin observó sorprendida como su hermano luchaba por liberarse, un kimono blanco apareció frente suyo, levantó la vista esperando hallar una cabellera blanca o castaña, en lugar de eso fue morada.

—Querida, pronto llegaran esos tarados a tú rescate— dijo calmado a la par que se agachaba y clavaba su mirada en ella.

—¿Quien eres...?—

La pregunta le hizo gracia al joven quien se limitó a sonreír —Kenshin, o mejor conocido como Haru y Ryotaro— ver la confusión emerger de la oficial le gustaba más que su miedo —Y el admitir sentirme atraído a tú persona es algo curioso— redujo el espacio y depositó un beso en sus labios.

Fugaz, sorpresivo, melancólico.

El hollow se alejó antes de cualquier reacción por su parte —Resiste, ninguno de los tres queremos perderte — comentó para dirigirse a la batalla.

Ichigo logró deshacerse de sus ataduras e inmediatamente atacó al marqués con su espada, este aceptó su golpe y lo bloqueó con la suya.

-0-

—¡Matsumoto! — exclamó Toshiro al clavar su zampakuto en el brazo de ella. Su forma de vasto lorde imitaba a un lince, con esta forma su velocidad y agilidad se vio incrementada.

El felino aulló por el corte y llamó a la ceniza que golpeo a su capitán arrojándolo lejos.

Rangiku se acercó galopando para asesinarlo, la espada aún seguía clavada en su brazo. Un cuerpo la embistió haciéndola caer por un instante.

—¿Interrumpo algo?— cuestionó Takuto burlesco, a pesar de sus batallas mantenía una mejor salud a comparación del shinigami

Fue respondido con una leve sonrisa —Llegas en el mejor momento—

El oso hizo de nuevo aparición, al ver que un demonio surgía de aquel muchacho al que se enfrentaba, observó sus ojos tornarse rojizos al igual que su cabello, utilizando el sonido y un pequeño cero volvió a hacerlo retroceder. Tomó la zampakuto del capitán y se la arrojó.

—Se que puedes contra Matsumoto-san— mencionó al regresar en busca de Jinta.

La fukutaicho se levantó de nuevo, lanzando un rugido comenzó su ataque. Las zarpas chocaban contra el frío metal en las calles del Goitei.

—¿Donde esta tú dragón? —

Ignorando la pregunta Hitsugaya continuaba con su ofensiva, ahora cada golpe que asestaba al hierro de su teniente congelaba un poco de su cuerpo.

—Cero— se escuchó distante la voz de Hikaro mencionarlo

—¡Porque nunca me dices que sucede!— rugió la mujer ante su capitán —Comienzas a parecerte a...— sintió al reptil helado embestirla. Ahora yacía en el suelo, el estruendo seguido de una nube gris la desconcertó

—Sigues sin fijarte, ya te he dicho que pueden matarte— La figura del peliblanco apareció entre el polvo —Deja de ser dramática y ataca, o yo clavaré mi espada en tu pecho—

El silencio apareció, quienes en un tiempo fuesen amigos ahora estaban destinados a asesinar al otro.

—Eres un mocoso aún Hitsugaya— se burló Ganze para hacer un lado a su katana que amenazaba a la teniente —Todo indica que deseas seguir con este ciclo sin fin— observó de reojo a Matsumoto —Por si no lo sabes todos ellos querían algo. No tenemos derecho a juzgarla—

—¿Quieres una revancha oficial?—

Una segunda zampakuto tocó la espalda del capitán —De un paso hacia Rangiku y morirá ante mi espada —

Hitsugaya se sorprendió ante esa voz —Capitán Kuchiki—

—Le prometí ayudarla, y por ello derroté a Hikaro— mencionó al escuchar como la katana tocaba el suelo —A costa de perder mi visión —

El lince se incorporó y regreso a su forma normal, los ojos azules de la teniente se posaron sobre los del azabache, estos eran más opacos de lo que recordaba. —Byakuya...— susurró al tocar su rostro, él cerró sus ojos, ya no hubo necesidad de seguir mostrando su herida ahora solo podia confiar en su percepción del reiatsu

—Si un hombre como usted puede confiar en mi teniente le daré la razón — el peliblanco guardó a Hyourinmaru en su espalda —Creí que serías como Ichigo en Hueco Mundo hace años, lo siento Matsumoto —

—Deberían ir por Karin, nosotros dos nos encargáremos de este lugar—

Takuto como Hitsugaya asintieron para marcharse.

—Rangiku, usted no cambia ¿Verdad?— comentó Byakuya al sentir más presencias hostiles. El hecho de quedar ciego era doloroso, pero la satisfacción de cumplir la promesa era mayor.

Kazuhisa y Toshiro utilizaron su shumpo y sonido para entrar al cuartel enemigo, cuando alcanzaron a verla no dudaron en aplicar sus conocimientos en el tratamiento de heridas, estas comenzaron a sanar rápidamente.

—Aghh— gruñó por un momento el príncipe al sentir una descarga eléctrica recorrer su cuerpo.

El shinigami de mayor rango comenzó a preocuparse por él también —¿Sucede algo Ganze?—

—No— fingió mientras se concentraba —Debemos parar el sangrado interno—

—Shiro...Taku...— susurró al reaccionar un poco

Sus murmullos aplicaron un poco más de tensión a ambos, elevando su reiatsu forzaban a su habilidad.

La descarga fue mayor, siendo ahora visible, unas chispas azules recorrían el cuerpo del príncipe.

—Hitsugaya, da un paso atrás — Toshiro obedeció ante la determinación de esa mirada.

Ganze entró en su resurrección e intensificó la sanación —Vigila a Ichigo, en unos minutos estará totalmente sana—

El peliblanco se dirigió a la zona de batalla, reconoció al marqués por su peculiar reiatsu. Su estado no era el más apto para una batalla de ese calibre, a leguas notaba el agotamiento y las heridas que poseía.

—Tsk... No creó en tu fuerza a pesar de los años— comentó al señalarlo con su katana —Cero— la oscura energía se dirigió al pelinaranja quien de un golpe la desvío —Rayos, a este paso moriré—

Hyourinmaru golpeó al vasto lorde llamando su atención. Kurosaki comenzó a perseguir al peliblanco en busca de asestar un ataque.

El marqués lanzó un cero, aturdiendo por un segundo al pelinaranja —Kuro Hitsugi— la blanca barrera realizó profundos cortes en su oponente

Aún así este trataba de mantenerse en pie. —Senju Koten Taiho — la energía negra se materializó y terminó por rematarlo al hacer contacto con Ichigo que empezó a perder su hollowficacion de inmediato.

—¿Puedes hacer hado de alto nivel?— cuestionó con asombro. Sabía que Ganze necesito recitar la palabras antes de realizarlo.

Kenshin rió —Grimmjow-sama me entrenó en hado, a diferencia de Takuto que es experto en Bakudo —

Hitsugaya atrapó el cuerpo herido del antiguo sustituto —Debemos sanar lo más que podamos sus lesiones— agregó al escuchar su pesada respiración

—Andando —

Regresaron a donde se hallaba Karin y un Takuto cansado, ella se alegró al ver vivo a su hermano. El Duque se acercó para comenzar otra sanación.

Una mano tomó la suya —Yo me encargo, has hecho tu parte — dijo depositando un pequeño beso en sus labios —Pero tú Kenshin o Haru y Ryotaro— el silencio llamó la atención de los dos enamorados restantes —Te vigilaré ¿Entiendes?—

—H..hai— susurró algo intimidado por estar en peligro. Sabía que si ese par se enteraba su cabeza rodaría.

-0-

Jaegerjaquez y Ciffer se enfrentaban contra el científico detrás de esto.

—Urahara, pronto llegarán nuestros refuerzos, deberías rendirte— mencionó el cuarto espada tranquilo pero altanero a la vez.

—Es cierto, todo indica que mi derrota es segura. Sin embargo mis vasto lorde hacen un trabajo estupendo al deteriorar su ejército — una sonrisa siniestra apareció en el antiguo capitán —Y se que Inoue-san tiene muy difícil su batalla contra Isshin Kurosaki— percibió la tensión emergente del Duque.

—Ve por ella Ulquiorra, terminaré de una vez por todas esto— cuando su compañero se alejó guardó su espada. —Se bien lo que sucede por tu mente, no es lindo perder a tu amada—

—Quien sobreviva a esto determinará el futuro de todo ¿No es así Grimmjow-kun?— respondió para imitarlo.

Aquel Rey sonrió sincero —En caso de que tú sobrevivas te llevarás una sorpresa— las palabras extrañaron al rubio, quien decidió no ponerles atención

—Buscaremos a Sakura-san y a Yoruichi-san cuando nos recuperemos. Pero ahora terminemos con esto—

—Suerte— corearon ambos para estrechar las manos — Hado noventa y seis Itto Kaso— una línea roja comenzó a crearse en los brazos de ellos dos. La gran cantidad de energía roja hizo apáricion.

Sus cuerpos comenzaron a sufrir los estragos, su tiempo se agotaba—Te mostraré la verdad— dijo el Rey con una sonrisa para lanzar lejos a Kisuke con ayuda de un cero.

Notó la sorpresa en los ojos del traidor, tal vez lo aprendido por su amada prevalecía en su alma.

Ya no has peleado con Kurosaki-dono— mencionó la oficial tranquila

No tengo necesidad, me importa más estar contigo —

Me alegra — una sonrisa franca sorprendió al felino pero al mismo tiempo le agrado —Ven quiero mostrarte algo— tomó su mano y lo llevó más allá de los escuadrones.

La hierba fresca se mecía con el viento incesante, Grimmjow se maravilló ante la imagen de una pradera

Me recuerda a Hueco Mundo — mencionó Sakura adentrándose en el lugar

Pero nada tienen que ver. Es arena aburrida contra un paisaje asombroso —

Su novia rió divertida para abrazarlo —Ambos son tranquilos y me recuerdan a ti—

Jaergerjaquez desvío la mirada al sentir sus mejillas arder, sin embargo correspondió. El tenerla así de cerca lo calmaba mucho. —Tonta, me avergüenza tanta dulzura —

¡No es mi culpa que seas tan tímido!— se defendió para mirarlo fijamente —Aunque algo cabezota—

¡Hey!— gruñó para sonreír altanero —Pero no te quejaste la semana pasada ¿Verdad?— se acercó al rostro de su novia —Te amo— eliminó la distancia para disfrutar los labios de la shinigami.

Ella aceptó gustosa, durante unos minutos permanecieron sin separarse

Me gusta este nuevo Rey. Es alguien muy amable—

Eso lo aprendí de ti—

Urahara se detuvo, apenas se mantuvo de pie, las heridas hacían estragos en su cuerpo.

—Rayos, odio estar tan apretado— dijo Shinji al comenzar a reunirse todos.

—Tranquilos, yo me encargaré de protegerlos— respondió Kisuke para encabezar el grupo —Ninguno morirá bajo mi cuidado— trató de avanzar más, pero su cuerpo cobró la factura y lo hizo caer arrodillado, quería levantarse pero no podía

Estaban rodeados por sus enemigos, nadie parecía tenerles piedad o lástima.

Un shinigami levantó sus manos hacia ellos enunciando las palabras para su mejor hado. Kyoraku hizo el honor de pronunciar las palabras de su muerte —¡Fuego!—

—¡Bakudo setenta y dos Tozansho!—

Una barrera detuvo el enorme ataque, los jueces, sabios y vizard restantes miraban asombrados el color que esta tenía.

Un rojo intenso, como si el azúl característico estuviese manchado con sangre en su estado más puro.

—Kazuhisa...— susurró Hikaro al verlo manteniendo la barrera a toda costa, sus heridas parecían crecer debido a la presión que ejercía en su propio cuerpo. El Duque tosió varias veces, incluso estuvo a punto de caer inconsciente.

Pero resistió hasta el momento que cesó el fuego.

—Ya ha sido suficiente sangre— la mirada amarilla se posó sobre los hombres —Lamento el dolor que causamos, espero que logren perdonar lo que somos—

Comenzó a caminar hacia Urahara, quien yacía de rodillas en el suelo.

—¡Espera Takuto, es peligroso!— gritó a la distancia Kenshin

—¿Porque lo haces muchacho? Traté de usar tu poder para destruirlos a ellos—

Una leve sonrisa apareció en el hueco —Cuando iba a caer en la oscuridad dos personas me ayudaron, una me golpeó para detenerme — rió divertido por eso —Y la otra me recordó algo importante —

El odio lo consumía, sentía a su resurrección palpitar en su interior. Gruñía al estar en ese fúnebre sitio.

Se preguntaba como regresaba ahí, no importaba lo que hiciera tarde o temprano la luna nostálgica aparecía

¿Planeas perderte en la soledad? Que indigno para un príncipe—

¿Jaegerjaquez-sama?— susurró Takuto al verlo, juraría que su reiatsu no estaba en Hueco Mundo

La figura negó, dando unos pasos más sonrió —No— continuó hasta pasar junto a él —Si no lo has notado es tu mundo interno, un reflejo de tu alma. Tranquilo por la ausencia de color es normal—

Takuto dio un paso atrás y se colocó a la defensiva —¡No caeré en más trampas!— lanzó un ataque simple, este fue detenido sin esfuerzo.

Te atreves a dañar a la zampakuto del espejismo ¡Que absurdo!— se burló ocultando su enojo por tal comparación con un ser inferior a su punto de vista. Suspiro un momento, esos pensamientos le trajeron a él y su portador problemas —Lo lamento, pero quiero preguntarte algo ¿Amas a Kurosaki Karin?—

Por supuesto que si, que clase de pregunta es esa— gruñó el Duque analizando a su oponente

Solo cuestionaría lo siguiente, ¿Y si esta vida no es la indicada para estar juntos?— mencionó calmado —Quizá lo correcto sea esperar otra. Donde no estés atado a tú oscuro secreto— agregó para aplaudir y mostrar la sala del trono al hollow.

Los cadáveres le desagradaban a ambos.

Bien, trataré— respondió para ver una sonrisa calmada de la otra parte —Pero, tú te sientes sólo ¿No?— mencionó al analizarlo detalladamente

¿Tu que crees? Si quien te dio forma con su alma te reemplaza por un objeto, olvidándose completamente de tu existencia. Ahora estoy condenando a vagar por los mundos internos de todos, y aún así — la mirada se opacó repentinamente —Tus mejores amigos se fueron hace años por el egoísmo de él—

—Cuando perdemos a quien amamos, no queremos ver a las personas que están decididas a ayudarnos— respondió al extenderle su mano y levantarlo —Y ellos pagan el precio— miró de reojo a Jinta inconsciente, las heridas eran graves, pero no lo suficiente para matarlo —Vamos, es hora de que vayan a casa—

—¡¿LES DEJARÁS SIN CASTIGO?! — exclamó Kenshin alterado. Su energía se disparó mostrando la ira en él.

Cargó rápidamente un cero y disparó hacía su superior. Este la detuvo sin chistar y mostró su faceta más seria.

—Ya ha sido suficiente — dijo autoritario Takuto —No permitiré un mayo derramamiento de sangre—

Los shinigamis presentes se acercaron y realizaron una especie de barrera entre el Marqués y la Central sorprendiendo a los heridos vizard.

—Concuerdo con Ganze— mencionó Hitsugaya al pararse junto a él —Da un paso más y te convertirás en enemigo—

Aquel hueco abrió un poco los ojos al ver a los participantes restantes unirse a sus oponentes.

Apretó la mandíbula y sus puños—¡ASESINARON A SAKURA-SAMA DESTROZANDO A NUESTRO REY QUIEN ESTA GRAVEMENTE HERIDO!— sin dudar entró en resurrección, abrió varias gargantas. De ellas comenzaron a emerger miles de huecos, pertenecientes al ejército del Rey.

El Marqués se posicionó frente ellos —Asesinen a todos, incluyendo al príncipe. Nuestro Rey esta herido y son una amenaza—

Los rugidos de aceptación no se hicieron esperar.

—No sean idiotas— comentó Shinji al levantarse —Ustedes no pueden contra uno de nosotros, es nuestro turno de reparar el daño— agrego antes de salir a la batalla. Sus compañeros lo imitaron sin importar el estado en que se encontraban.

—¡Bakudo sesenta y dos: Hyapporankan!— corearon los hombres de la Central 46, aprisionado a varios hollow con los pilares azules

—Kazuhiza Ganze Takuto, estamos en deuda contigo — dijo el líder —Permite que peleemos a su lado, trataremos de ser de ayuda con nuestro Kido —

El Príncipe asintió —Kenshin esta sano, sólo Ulquiorra podría contra él, yo estoy muy herido. Den su mejor esfuerzo — cerró sus ojos y cayó inconsciente

Los hollow parecían no tener fin, de las gargantas aparecían de distintos tipos, el Goitei no se daba abasto.

Ulquiorra batallaba contra su marqués quien no se rendiría tan fácilmente.

—Es suficiente Karin, ya debo de ir contra él. Ayuda a Ganze— dijo el peliblanco —Ese pájaro me debe una por casi arrancarme los brazos—

El dragón gélido comenzaba a formarse, tardando un poco debido al cansancio de su portador.

—¿Acaso amas tanto a Inoue? Solo es un humano, en cualquier momento puede enamorarse de otro y dejarte —

Ciffer lo miró molesto, utilizando su velocidad se acercó lo suficiente para sujetar al ave del cuello.

—Ella no es una humana común, su poder de sanación rebasa al de un Dios — apretó la garganta dispuesto a lanzar un cero con la mano libre. —No permitiré alguna falta a su imagen —

Kenshin se burló ante la seriedad del espada —Si tanta fe tienes en ella— se separó en los hermanos —¡Que reviva a tú cadáver!— corearon al clavar sus katanas en la blanca piel.

Ambos niños se miraron un segundo para asentir —Cero Pagendus— el poderoso ataque atravesó a Ulquiorra.

Su cuerpo caía, la resurrección comenzaba a desvanecerse, sus alas de nuevo se convertían en ceniza. En su mente los recuerdos cruzaban, la mujer participaba en la mayoría, su sonrisa y la manera en que lo llamaba 'Ulqui' para no utilizar uno de los sufijos que tanto detestaba.

—Perdoname— susurró, esta vez no vería las lágrimas de ella para él, o un intento por agarrar su mano.

El corazón que durante un tiempo no quiso poseer, era ahora quien lo reconfortaba.

Golpeó contra el frío suelo, escuchó el mármol quebrarse.

—¡Ulquiorra!—

Esa voz lo obligó a tratar de levantarse, sentía cada parte de su ser desintegrarse —Mujer...— escuchó cada uno de sus pasos acercarse apresurados. Los sentidos que poseía comenzaban a marcharse uno a uno.

—¡Lo rechazo!— alcanzó a escuchar, un calor le rodeó.

Su cuerpo reaccionó y comenzó a sanar —¿Que es esto?— musitó al sentir su agujero llenarse y después algo golpear suavemente en su pecho.

-0-

Se levantó repentinamente asustando a su novia en el proceso

—Agh— las heridas aún no terminaban de sanar —Ciffer...—

—Takuto— un abrazo lo recibió —Pensé que te perdería—

Ganze sonrió y acarició su cabello, le miró calmado en un intento de tranquilizarla.

—Siempre estaré para ti— respondió para besarla con suavidad, ella se separó un poco antes. El Duque utilizó su mejor carta para ocultarse su sentir por el momento —Hitsugaya ha ido a pelear ¿No es así? —

—No sólo él, los demás shinigamis tratan de vencerlo —

Takuto suspiró —Son unos ilusos si creen poder vencerlo aquí — le dio la espalda a la oficial y miró a la distancia, las instalaciones ya habían sido destruidas en su mayoría y la batalla continuaba en la superficie, en el territorio shinigami

—¿A que te refieres?—

—Es experto en hado. Podría crear fácilmente un cero y destruir el Goitei — entró en su resurrección —Terminaré esto en Hueco Mundo —

Mientras se movilizaba a la zona de conflicto, la ira albergada en el comenzó a emerger.

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Hyourinmaru atacaba incesante al halcón, era secundado por el comandante, nos cuantos capitanes y oficiales se unían.

—Idiotas, ninguno puede derrotar a un vizard. ¡Somos superiores a ellos por mucho!— exclamó para lanzar varios ceros consecutivos, algunos lograron asesinar a su objetivo, mientras que los restantes eran soportados mediante distintas técnicas.

Los capitanes ignoraban su provocación y continuaban con la ofensiva, esto sin embargo enfureció a su oponente.

Kenshin tomó distancia, una sonrisa macabra se formó a la par que el cero especial de su patriarca surgía de su reiatsu

Este crecía rápido preocupando a los shinigamis

—¡Mueran!— exclamó a todo pulmón mientras lanzaba el cero.

—Geki—

Toda la energía fue retenida por el bakudo —Ojala y me hayan extrañado Haru, Ryo. Porque han cometido el peor error — el enorme oso abrió una garganta a su desolado mundo

Atrás del marqués apareció un samurái —Gadian— este obedeció a la voz de su ama y con un puñetazo limpio lo arrojó adentro

—Ir tras él, no es buen idea que estén cerca de esta energía— ordenó Takuto para comenzar a absorberla, las descargas eléctricas se intensificaron en segundos.

Debía de eliminar la gran esfera a toda costa.

—Inoue-san. Necesito vuestra ayuda, escucha mi plan atentamente —

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—Bastardos— gruñó Kenshin al levantarse, vio como se acercaban los enemigos restantes. Sonrió altanero, ya eran muy pocos.

Esperó paciente a que se acercaran lo suficiente

—Rindete— ordenó el comandante —No existe algo que puedas hacer contra nosotros —

Una sonora risa surgió del marqués quien se incorporó lentamente.

—¿Seguros?— se sacudió el polvo —¡Hado número nueve: Horin! —

La energía naranja les aprisionó con firmeza, aquel hollow se regocijaba en su orgullo.

—Mi regeneración me permite estar casi intacto en poco tiempo —

Takuto se coloco frente a los shinigami —Pruebalo— retó con burla, Kenshin fruncio el ceño para disolver su bakudo

—Te arrepentirás príncipe— sentenció frío al señalarlo con su mano —¡Senju Koten Taiho!— el disparo sorprendió a los presentes. Ninguno pudo creer que el Duque aceptase el ataque sin queja alguna.

Al disiparse el humo Ganze seguía inamovible gracias al escudo de Inoue, sus heridas habían desaparecido casi por completo.

—Te detendré — dijo elevando su reiatsu y haciendo aparecer las descargas eléctricas de su cuerpo —¡No importa que muera!— la columna era densa, extendió su katana hacia Kenshin —Alma pura, juicio incierto del destino, cadena de nuestros pecados, demonio de mi interior...— comenzaron a surgir varias cadenas blancas de su cuerpo

—E..es el hado de Grimmjow-sama— susurró al ver como una gran esfera negra se creaba encima del Duque—¡Cero!— gritó en un intento de matarlo antes de que pudiese terminar.

—Arte de la muerte número cien: ¡Igavene vaikus! (Silencio perpetuo)— las cadenas se abalanzaron contra el marqués disipando el cero. Todas ellas lo sujetaron para permitir a la esfera atacarlo

La gran explosión dejó inconscientes a los más heridos, incluyendo a su enemigo.

—Perdonen al pequeño marqués — mencionó Grimmjow para cargarlo —No soporta la idea de que muera—

—Los trataremos en la cuarta división como agradecimiento por ayudarnos— respondió Kyoraku —Conceda el honor, nuestros vizard están agotados—

El felino abrió una garganta hacía el Goitei

—Andando—

Los grupos comenzaron a movilizarse

—Rayos...— Se encontraba de rodillas y veía la corriente eléctrica recorrer su cuerpo de forma incontrolable.

La predicción que realizó Urahara fue cierta, si permanecía sin cuerpo durante un largo lapso de tiempo eso sucedería.

—¡Takuto!— exclamó Karin para correr a su lado, acompañada de Toshiro.

—Lo siento— susurró el hollow para sonreír ligeramente —Creo que mi límite ha sido rebasado—

La oficial no pudo contener las lágrimas ante la imagen de su novio empezando a perder moléculas de reiatsu —Debes resistir. Seguramente Inoue pueda ayudar —

Ganze negó con la cabeza —Cuando Ulquiorra ganó mi cuerpo la sentencia fue escrita, la Central me ofreció tomar el cuerpo de Hitsugaya y así sobrevivir — ambos shinigamis se extrañaron ante la confesión del Duque

—Pero te negaste — agregó el capitán

—No podía quitarle a Karin alguien tan importante — respondió al sentir como las lágrimas recorrían su rostro —Te encargaré de su cuidado, espero contar contigo —

Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando.

Rabindranath Tagore

POV de Takuto

Percibo como te crees mi sonrisa y sientes mis lágrimas ser de felicidad por finalmente despedirme.

Vaya que estas equivocada...

¡Yo deseo ser el único en tu corazón!

Pero esta vez seré el peón que avanza lento para convertirse en Rey, casilla a casilla me muevo, aparentando ser una presa fácil.

—Gracias por todo— dices feliz.

La rabia crece en mi alma al saber que ese shinigami será tu pareja definitiva.

Mentiroso, mentiroso

Son las palabras que resuenan en lo más profundo de mis pensamientos.

Adoro saber que desconoces mi secreto, es lo único de paz que tengo entre la tristeza de perderte.

Todo por ser el héroe clásico

No deseo romper tus ideales así que decidí llevar mi cuerpo al límite. Otorgándote la oportunidad de amar a quien verdaderamente le pertenece tu corazón

¿Que soy? ¿Una bestia, un príncipe o el peor de los monstruos?

Mis acciones contradicen a mi sentir, si mis instintos no se cegaran ante tu ser, ya hubiese destrozado a Hitsugaya Toshiro.

Él percibió mi verdadera naturaleza y por ello llegó a odiarme. Sin pensarlo comenzó a provocar indirectamente al Duque equivocado, hasta llegar a una pelea interminable, de nuevo dude en tomar su vida, la voz de Yachiru me dio un segundo de conciencia.

Renaceré sin duda, pero puedo jurar lo siguiente; Aún conservaré mis recuerdos y por ello te buscaré incesante, sin importar las consecuencias serás mía.

Finalmente el príncipe se convertirá en un Rey, el dragón se someterá ante el oso.

Y mi deseo por convertirte en mi mujer será saciado.

—Vete, no quiero que me veas desaparecer — susurré al sentir la última etapa.

Te veo asentir y marcharte con él...

¡Joder! ¡Porque tuve que ser un hollow!

Las lágrimas amargas surcan mi rostro, contengo el sentimiento de gritar.

No quiero hacerlo frente a la luna, es nuestro sol, confidente, amigo. Su blancura trata de calmarme, como en ocasiones pasadas.

Cuanto extrañaba verla. Pero no tanto de lo que añoraré tu calor.

—Me convertiré en el mayor shinigami de la historia — susurré al mirar mi katana descansar frente a mis rodillas —Y Kyoka Suiguetsu me ayudará a hacerlo—

Si mueres este mundo desaparecerá, yo me encargaré de mantener a los hollow creados por la Central arraigados—

Morirás ¿Cierto?— es espíritu asintió —Renaceré al morir, pero si eres mi zampakuto es posible que ambos mantengamos los recuerdos— Ganze extendió la mano hacia él —¿Me concedería el honor de ser mi compañero en nuestra siguiente vida? Tienes mi palabra de que no te abandonaré aun si no aceptas—

Las palabras tocaron un recuerdo lejano del espíritu;

Uno donde conocía a Aizen por primera vez...

El dolor lo invadió, trató de ignorarlo apretando la mandíbula. Deseaba llorar después de tanto.

Una cálida mano se posó en su cabello, como si él fuera un niño. Miró al hueco y se vio reflejado en esos ojos claros.

Solitario, triste... Lleno de odio

¿Lo prometes?—

Te lo juró, serás el primero en verme convertirme en shinigami —

Después de siglos sin sonreír con franqueza sintió el deseo de hacerlo.

Estrecho la mano del hollow con alegría

Nunca estarás sólo de nuevo —

Pierdo lo último de cordura en mis momentos finales, la risa maniática surge de mi pecho. A la par que veo desaparecer este infierno.

Mi visión en lo primero en marcharse al igual que cuando fue nuestro primer encuentro

—¡HITSUGAYA, TU CABEZA RODARÁ POR ESTO!—

Fin de POV

De un momento a otro el aire escapó de sus pulmones. Cerró los ojos, admirando por última ocasión el calor de la luna, la imagen tardó unos segundos en desaparecer de su mente, otorgándole algo de paz. Su cuerpo se desvaneció entre la densa oscuridad. La maldad que encerró durante su vida ya no sería un peligro;

Hasta que su siguiente vida apareciera.

En cambio el espíritu se encontraba sentado mitad de ese mundo interno listo para morir.

—¡Suelta Kyoka!— rugió la serpiente al estar sujeto con Kido junto a algunos de sus compañeros.

Los ignoró olímpicamente, era mejor encargarse de la mayoría de futuros oponentes.

—Le veré después Ganze-dono— musitó al ver como las partículas de reiatsu se tragaban la arena y el pánico era mayor en los hollow de la Central. Los gritos desesperados no lo afectaron, una pequeña sonrisa apreció en sus labios al sentir su energía desaparecer.

Finalmente sería libre

-0-

Esa noche los reiatsu de los vizard de la Central 46 estuvieron inestables, nadie durmió al encargarse de su cuidado.

No cometerían el mismo error dos veces, Kaze hacía lo imposible por no dormir a mitad del tratamiento que mantenía en el cuerpo del Marqués. Las heridas parecían negarse a sanar, las constantes variaciones en su reiatsu dificultaban el manejarlo.

—¿Puedes con él? —

Asintió ante la pregunta del Rey, este suspiro y tomó asiento junto al cuerpo.

—La princesita logró curar a Ulquiorra, incluso desapareciendo su lado hollow casi por completo—

—Es por eso que me negué a que ella tratase a Kenshin, Jin y yo le debemos la vida—

Los dos oficiales corrían entre las calles, tratando de escapar de un grupo Quincy, sus katanas habían sido destruidas lo suficiente para dejarlos indefensos.

Kaze, no se como saldremos de esta— comentó el shinigami mientras escalaban los muros en un intento de despistar a sus enemigos

Ni yo. Y mis conocimientos en Kido no son los suficientes para hacerles algo—

¿Buscaban una salida renacuajos?— cuestionó un militar Quincy al aparecer frente a ellos.

Miraron a sus espaldas, otro grupo los esperaba si trataban de huir.

Me carga la...— una sombra interrumpió la maldición de Tomohiro.

Aquel hueco apareció encima de una de las paredes restantes del Goitei.

Odio a quienes abusan de mi raza, sólo para convertirlos en carne de cañón — desenfundando su katana sonrió de lado —Hoy es su día de suerte shinigamis, Kenshin rescatara sus traseros—

Las flechas fueron cortadas a la mitad por un enorme halcón negro como la noche, quien abrió sus alas antes de atacar

—Conozco las historias de mis súbditos, es una costumbre que Sakura me heredó —

—Lamento su muerte— terminó de aplicar el Kido —De enterarme hubiese sido el primero en defenderlos—

-0-

El tiempo avanzó, los trece escuadrones parecían regresar de nuevo a la normalidad.

Los días se convirtieron en semanas, estos a meses y finalmente a años.

Uno... El Rey canta

—Karin, ya he esperado mucho— dijo el peliblanco al terminar su papeleo.

—No entiendo a que te refieres Toshiro —

Hitsugaya la miró serio, normalmente discutiría o lo ignoraría, pero comprendía a su sentir. Aquel príncipe marcó un antes y un después en su perspectiva, no permitiría que su oficial siguiera así de triste.

Se levantó de su asiento y se acercó a ella, al estar lo suficientemente cerca besó con suavidad sus labios —A esto me refiero. Los dos sabemos los sentimientos que tiene el otro. ¿Porque no intentarlo? —

Le dolía en su alma la aparente indiferencia ¿Acaso así se sintió ella durante los años anteriores?

Dos... La luna llora

—Dame la oportunidad de hacerte feliz, no dejes que su sacrificio sea en vano—

—No lo sé, lo extraño y mucho— respondió para abrazar sus rodillas y desviar la mirada.

—El quería verte feliz— acarició su rostro con delicadeza y una leve sonrisa adornó su rostro —Incluso si con eso tenía que dejarte conmigo —

Karin suspiró, la mayoría del tiempo ese amargado de su capitán tenía la razón, Ganze murió protegiendo a los shinigamis que una vez apreció.

Sentir al peliblanco sentarse a su lado la calmaba, este la abrazó como en pocas ocasiones. Ninguno quería forzarlo, pero los sentimientos existentes lo dificultaban.

*—Ese frágil latido de tu corazón que hay en tu interior siempre lo protegeré con mi canción — Aquel susurro lo había llegado a escuchar un par de veces antes. Reconocía la voz de su Duque, pero al buscarlo no estaba por ninguna parte.

Su ánimo decayó un poco ante la muestra de la realidad, esa canción era su favorita

Karin, vamos con Matsumoto a tomar algo — la invitó su capitán al verla. Notó de inmediato la tristeza —No es petición, es una orden — agregó para tomarla de la mano*

Tres... Un amor así nunca se olvida

Aún así, Hitsugaya siempre estuvo a su lado cuando lo necesitaba, como si él tuviera una alarma que lo advertía.

—Sientes una brisa fría resoplar en la ordenada calle, hasta pareciera que otra vez te has quedado sola— canturreo Toshiro con voz dulce mientras la abrazaba con más fuerza

—¿Acaso conoces la canción? —

—Por supuesto, no parabas de tararearla hace tiempo. Fue inevitable aprenderla— se defendió —Si quieres la cantaré cada día para volver a ver tu inmadurez en mi escuadrón —

Un codazo lo recibió —¡Oye! Si quiero puedo levantarme —

—Hasta no verlo, no te creeré — respondió el shinigami burlesco. Vio la mirada oscura opacarse de nuevo.

Tan cerca y tan lejos a la vez.

—Secaré tus lágrimas, no importa como— dijo antes de acercarse de nuevo a su rostro —Quiero verte feliz, si es necesario buscar a Takuto lo haré —

Ella lo abrazó con fuerza y comenzó a sollozar, Toshiro comenzó a acariciar su negro cabello. Esperó paciente y en silencio, sabía de antaño que a la Kurosaki no le gustaba escuchar el clásico "Todo estará bien"

—Te amo Karin— soltó sin darle importancia, percibió como cada músculo de su oficial se tensaba —A tu lado me quedaré, siempre estaré ahí cuando me necesites—

Los ojos oscuros le miraron expectantes, él podía ver todo lo que ella guardaba, su lado más sensible se manifestaba en pocas ocasiones y esta era una de ellas.

Cortó la distancia, el roce de sus labios fue suficiente para que Karin le correspondiera.

Fue un poco brusco debido a las emociones a flor de piel de ella, sin embargo se adaptó rápido.

Se separó un instante para tomar aire —Karin...— susurró con voz ronca antes de volver a besarla con más deseo.

El reiatsu de la oficial indicaba que se estaba calmando, así que decidió bajar un poco a sus instintos.

—Shiro— musitó para abrazarlo con fuerza

—Estoy aquí, no permitiría que algo te hiciera daño— acercó su boca al cuello de ella y dio un pequeño mordisco.

—¿Qu... Que haces?— preguntó tratando de no soltar un gemido.

Las miradas se cruzaron —Te haré olvidar a Kazuhisa, y no me importa como— sentenció para acariciar su rostro. Sabía que ella trataría de resistirse, pero él se encargaría, no importaba si tenía que someterla ante un posible escape.

El sentir una fuerte bofetada no le interesó, ni siquiera prestó atención al ardor en su mejilla.

Se abalanzó para quedar encima de la pelinegra, con sus manos sujeto las muñecas de Karin, impidiéndole moverse.

—Deja de mentirte, tu también lo deseas— sentenció Toshiro —Si tanto es tu anhelo por fingir te seguiré el juego—

Cuatro... Cuidado con lo que deseas

—¡Idiota!— La shinigami utilizando su fuerza logró invertir las posiciones, ahora estaba sentada en el abdomen del capitán —Estoy haciendo lo mismo que tú hace años— cerró los puños con fuerza —No por saber lo que siento te da el derecho de creerte mí príncipe azúl o alguna tontería. Es odioso— escupió molesta.

Las palabras de cada uno apuñalaban a su oponente, quien se ocultaba bajo una máscara de indiferencia.

—¿Crees eso? Entonces ¡Preferiría haber asesinado a Ganze antes!—

Karin contenía las ansias de atacarlo —¡Ojala y siguiera vivo!— gritó elevando su reiatsu —¡Era muy distinto de ti! Nunca me hizo sentir una carga—

El peliblanco sonrió falsamente —Ah claro, ¿Pero sabias como trató de matarme? ¿Recuerdas cuando me llevaron a otra habitación? Trataron de convencerme con un hollow— respondió con ironía mientras mantenía la mirada fija en ella —Él lo torturó y asesino. ¿Crees que era una persona pura? Por favor es un hollow — terminó con un frío sarcasmo.

—Sabes algo. ¡Me voy a Hueco Mundo! Inoue-san me ofreció un lugar para entrenar, y quizá Ulquiorra-dono sea alguien más cálido que tú —

Hitsugaya se levantó furioso para golpear el muro con gran fuerza. Pequeñas gotas de sangre comenzaron a salir de sus nudillos.

—Toshiro...tú mano...— musitó la joven al observar unas lágrimas en su superior.

Dolor, era lo que trataba de matarlo en esa oficina —Iré por ti Karin ¡No me importa si no te gusta!— respondió para voltear —Me niego a perderte por esto—

La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener.

Gabriel García Márquez

—Lo siento— dijo la oficial para desviar la mirada y alejarse.

El capitán cerró los ojos captando la indirecta.

Desde que Takuto llegó al Goitei él había perdido la oportunidad de amarla.

Cinco... Porque una alma obsesionada es peor que cualquier enemigo

—Karin, ¿Sucede algo?—

Al escucharlo se detuvo en seco. Tenía que ser un broma, volteó para encontrarse con unos ojos naranjas claros, casi amarillos

—Takuto...— el aludido sonrió altanero. Su condición física se había deteriorado dotándole de un aspecto más siniestro

Los pasos calmados de él se acercaron —Finalmente puedo verte, después de años. Aunque nuestro encuentro final será mucho después — comentó al acariciar con delicadeza su rostro. La máscara de oso se hizo presente, ahora imitaba al cráneo de aquella especie.

Ella iba a responder, pero el Duque le cubrió la boca —Shh, o Kyo se desconcentrara. ¿No te preguntas como nadie interrumpió su discusión?— redujo el espacio y susurró en su oreja —La siguiente vez no habrá piedad para nadie. Todo aquel que se entrometa pagará con su vida—

De pronto se encontraban en la sala del mundo interno, los dos Hitsugaya se hallaban en el centro, pero los hollow y shinigamis tomaban la apariencia de quienes posiblemente se negarían.

Ulquiorra, Grimmjow, Inoue, Ichigo, Kyoraku, Kaze, Tomohiro, Albedo, Rukia, Byakuya. Así hasta llegar a Ishida.

Todos ellos con las mismas características que los dos cadáveres centrales

Ante el miedo de la joven una risa sínica surgió de Takuto —¿Tienes miedo? Pero serás mi reina— agregó para que el espíritu hiciera aparecer una réplica exacta de ella, la única diferencia era el color de ojos —Me encargaré que mi marqués modifique tu memoria— Kenshin surgió entre la oscuridad en su resurrección e hizo una reverencia

—¡Aplasta! —

Los pequeños dragones embistieron al hollow, mientras que otros se dedicaron a proteger a Karin.

—Lamento la tardanza, un bakudo me impedía salir— dijo el peliblanco al llegar junto a ella

El oso con un cero se deshizo de su enemigo. Al percibir como ellos dos se colocaban a la defensiva regreso a su forma humana

—Karin, si fuera tu — miró fríamente a su oponente —Me despediría desde ahora—

—¡Largo!— exclamó la oficial para atravesarlo con su zampakuto.

Pero justo al hacer contacto todo desapareció, y de nuevo estaban en la oficina, las voces de los oficiales sonaban marcando lo ajetreado del día.

—¿Que fue eso?— susurró Karin extrañada, juraba que era real.

—No lo sé, me encargaré del papeleo para que puedas marcharte — dijo Hitsugaya dispuesto a salir, su muñeca fue tomada por la Kurosaki, llamando su atención

—Espera, lo pensaré unos días —

El peliblanco sonrió un poco y asintió

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Ninguno de los vizard fue juzgado al igual que la Central.

—No cometeremos los mismos errores, además si luchan a nuestro lado ¿Quien estaría lo suficientemente loco para atacarnos?— comentó Kyoraku ante sus capitanes. —Debemos aprovechar estos tiempos de paz, el ciclo irremediablemente se iniciará de nuevo. Siempre ha sido así, pueden retirarse —

A pesar de eso, ellos aún sentían culpa. Varias veces estuvieron a punto de cobrarse la vida de un compañero.

—Pensé que los Kurosaki no se desanimaban tan pronto— dijo el felino divertido al aparecer frente a ellos. —Si alguien debe de sentirse mal, ese sería yo. Uno de mis súbditos casi destruye el Seretei—

—Grimmjow, es bueno verte completamente sano— respondió Ichigo con una leve sonrisa

Aquel gobernante entendió a la perfección lo que trataban de ocultar todos ellos, si no deseaban hablar no los presionaría

—En fin, he venido a recoger las pertenencias de Takuto—

—Ya lo encontraron ¿Verdad?— se unió Rangiku a la conversación

—Por supuesto, pero todo indica que es un niño sano. Debe de vivir su vida sin nosotros los hollow — dio media vuelta dispuesto a marcharse —Kenshin ya aprendió, no tienen de que preocuparse—

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Exactamente diez años después del incidente con la Central ...

Finalmente logró el momento justo para acorralarla contra la pared, su corazón latía con fuerza.

¿Porque sucedía lo mismo? Si ya era una especie de costumbre entre ambos.

—Shiro...— susurró al sentir como su capitán mordía con suavidad el lóbulo de su oreja.

Ella comenzó a quitarle la parte superior de su kimono, cuando sintió la presencia de su capitán más cerca sin dudar lo besó.

No era la primera vez, pero el sentirlo así de ansioso le gustaba, como torturarlo al ir más lento, haciendo que en ocasiones gruñera un poco.

—¿Si...?— preguntó al separarse un poco y admirar el pequeño sonrojo que siempre tenía en esos momentos. —Podemos terminar antes, hay una junta antes de las siete— susurró con voz ronca.

Su oficial sonrió divertida antes de empujarlo al sillón de la oficina, agradecía que ese día Matsumoto no asistió por preferir ir con la AMS al mundo humano. Además sus oficiales y shinigamis rasos se encontraban fuera de su horario.

—Menos mal que es domingo— respondió para sentarse en su regazo.

Hitsugaya se movió un poco ante esto, no se dejaría dominar por una oficial testaruda, la acercó a su cuerpo con un firme abrazo —Hoy no— dijo con una leve sonrisa —Tal vez al anochecer si te comportas como una buena shinigami —

Una leve risa fue su respuesta, Karin pasó sus brazos detrás del cuello del peliblanco —¿Y tú? Recuerdo que la semana pasada estuviste más alterado por tu reto— depósito un pequeño beso en la nariz de él.

Sintió como Hitsugaya se recargaba un poco en su pecho

—Bien tu ganas ¿Que quieres hacer?—

—Dormir contigo— su compañero le miró ligeramente extrañado —Últimamente hace frío— desvío su mirada al sentir sus mejillas arder

El peliblanco entendió su vergüenza —Muy bien, pero tendré que preparar el futon para los dos— acarició el negro cabello con delicadeza —Pero espero tu parte antes de dormir— agregó pícaro.

Un pequeño golpe en su abdomen le hizo quejarse.

—Toshiro eres un pervertido—

—Solo contigo Karin— respondió calmado. El tiempo le había hecho acostumbrarse a las reacciones de su oficial al momento de tratar el tema de su relación.

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En el mundo humano un pequeño niño de apenas cinco años se encontraba en el patio de su casa jugando con una vara de madera.

La seña particular era que poseía un cabello negro como la noche y unos ojos anaranjados, incluso los doctores se habían sorprendido al verlos. Era científicamente imposible ese color.

—¿Que haces Alder?— preguntó una mujer de cabello castaño al igual que sus ojos

La vara se rompió al ser golpeada contra un árbol con gran fuerza.

—Entreno para ser un fuerte espadachín, y junto a Kyo encontrar a nuestra princesa — respondió con una sonrisa y la emoción que puede tener un niño a su edad.

—Yo creó que así será, pero quien es ese Kyo del que hablas—

—¡Es mi amigo espiritual! Siempre cuida de mi cuando no están, me cuenta las grandes proezas de los antiguos samuráis—

—Así que se trata de un amigo imaginario ¿No es así?—

El menor ladeó la cabeza extrañado, todo le indicaba que su amigo tenía razón. Sería el único que lo podría ver.

—Iré por unas cosas, no te salgas—

—¡Claro!— vio marcharse a su madre, cuando creyó que nadie lo observaba se sentó junto al árbol —Kyo-chan— llamó para que el espíritu viniera a su lado —¡Cuentame más de Takuto-sama!—

Su compañero se sentó frente suyo y sonrió —Con gusto Alder, hace tiempo existió un joven...—

Volveré por ti, y nadie me lo impedirá

Final verdadero: El espejo se quiebra, la bestia aparece