¿Comenzamos?

El tren hacía un movimiento lateral que resultaba bastante relajante, tanto que tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no quedarse dormida. Hacía poco que les había conocido y pese a saber la relación que ahora les unía no tenía la confianza suficiente como para dormir delante de ellos. Sonrió a su hermano, que la miraba con curiosidad y una pizca de ¿amor?¿euforia? No sabía bien como describirlo.

Nathalie estaba sentada junto a la ventana pues le gustaba ver el camino que recorría y mas si era nuevo para ella, a su lado la mejor amiga de su hermano, Hermione Granger, que la miraba sonriendo cada dos por tres. Frente a ella estaba Harry y al lado de este su amigo, el pelirrojo Ronald Weasley que tampoco le quitaba el ojo de encima, aun que cada vez que ella le pillaba mirando este se ponía tan rojo como su propio pelo.

... Pero espera. ¿Quién es Nathalie y porqué comparte habitación con el trío fantástico? Quizás deberíamos empezar por el principio de esta nueva y extraña historia.

Harry Potter, el elegido, el único, el niño que vivió, la única persona que haría prosperar el apellido Potter... ¿o no? A mediados de Julio aproximadamente Harry, el cual se encontraba en unas merecidas vacaciones con sus amigos, recibió una carta, una carta en principio normal pero que dejó de serlo al ver quién era el remitente: Albus Dumbledore. Esta citaba lo siguiente:

"Querido Harry:

Seguramente estas palabras te sorprendan pues cuando esta carta llegue a tus manos yo ya no estaré entre vosotros. No te preocupes, si lees esto es que hemos vencido y todo ha salido bien. El motivo de esta sorpresa es mas una confesión que unas palabras de amor y apoyo.

Harry, tienes una hermana.

Ahora seguramente estarás pensando que he perdido la cabeza por completo pero por las barbas de Merlín que te estoy diciendo la mas pura verdad.

Tu madre no tuvo un hijo, fuisteis dos, mellizos, preciosos y por desgracia amenazados por Lord Voldemort. Apenas pudisteis pasar unas horas juntos pues tus padres, en un acto desesperado por salvaros decidieron que lo mas sensato era separaros, al menos hasta que todo estuviera seguro. Tu hermana, la cual se llama Nathalie, ha estado viviendo en Francia durante todos estos años pues nunca pudo volver con su familia.

Ahora que todo ha pasado es la hora de que vuelvas a reencontrarte con ella, de que volváis a ser hermanos y recuperéis el tiempo perdido. Ella no sabe de tu existencia nada mas que por "Harry Potter, el niño que vivió" Desconoce por completo su verdadera identidad.

Búscala, reuniros, sed felices, vivid en paz hasta el final de vuestros días.

Mi más sinceros saludos.

Albus Dumbledore."

Tras ese texto tan revelador había un pequeño párrafo escrito con el mismo color escarlata pero en letras mucho mas pequeñas.

"Nathalie Revoire, Rue Dubois, 713, Lyon, Francia"

Apenas pudo articular palabra pues la noticia que acababa de conocer se le escapaba por completo de las manos. Tras una breve y productiva charla con Hermione decidió que lo mejor era viajar a Lyon y verla con sus propios ojos. Albus nunca le habría engañado por lo que todo aquello tenía que ser verdad, aun que fuera por la fuerza.

Un par de días después y gracias a la aparición los tres amigos se presentaron en la localidad francesa. Aquello era mucho mas bonito de lo que habían imaginado aun que Hermione, gran viajera y conocedora del idioma se desenvolvió mucho mejor que sus torpes amigos. Poco tardaron en encontrar la calle que Albus citaba en su carta, una elegante avenida con unas casas de fachadas claras y alegres. 713, ahí era. Hermione y Ron decidieron darle un poco de intimidad y se quedaron al otro lado de la calle esperando, pues el momento era solamente entre Harry y su hermana. Ding dong. Unos pasos que se acercaban y la puerta se abrió sin hacer apenas ruido. Frente a él una preciosa chica de cabellos ceniza entre castaño y rubio, con el rostro pálido, labios finos y unos ojos verdes… como los de su madre… como los suyos. La chica se quedó mirando y en un perfecto francés le preguntó quien era.

- Hola, no sé si hablas mi idioma, soy Harry Potter, y soy tu hermano. - zas, directo al blanco.

La chica abrió mucho los ojos y parpadeó varias veces antes de hablar.

- ¿Mi hermano? Creo que te estas confundiendo señor Potter, yo no tengo hermanos y sabría si mi hermano fuera el elegido del que tanto se ha hablado.

No le extrañó que conociera el inglés pues tenía, al igual que Hermione, pinta de ser mas inteligente que el 90% de las personas.

- Creo que deberíamos hablar, esto es igual de sorprendente para mi y la noticia me ha llegado de manos de una persona de total confianza. Albus Dumbledore.

- Dumbledore… ¿Le conocías?- preguntó ella

- Era director en Hogwarts y un gran amigo.

- Hogwarts… recuerdo que Beauxbatons fue en una visita hace unos años pero yo estaba enferma y no pude ir. Dumbledore, el director del colegio me envió una carta deseándome una pronta recuperación e invitándome a ir en otro momento. No fui, se me olvidó por completo, aun que igualmente me extrañó que el director del colegio se centrara en una alumna simplemente por no estar presente. Está bien, podéis pasar - dijo mirando a Ron y Hermione- y aclararemos todo esto.

Durante las siguientes horas y tras varias historias todo empezaba a concordar y la gota que colmó el vaso fue comprobar que ambos tenían una pequeña mancha de nacimiento en forma de S bajo el pecho derecho.

Desde ese día todo pasó demasiado deprisa para Nathalie y Harry. Ella decidió ir con su hermano a Londres y tras unas semanas y muchas charlas con la profesora, ahora directora McGonagall Nathalie fue admitida en el colegio de Hogwarts pues el último año tampoco lo había cursado debido a ciertos asuntos que no quiso revelar. Era entendible, apenas llevaba un mes conviviendo con su hermano. Su hermano… aquello era demasiado extraño todavía.

Y este breve resumen es lo que nos lleva al momento actual, al viaje a Hogwarts. Aún quedaban un par de horas para llegar pero Hermione ya le estaba poniendo al corriente de todo. Era simpática y muy agradable aun que a veces podía resultar un poco agobiante. Que si los libros, que si las asignaturas, que si el uniforme… parecía que solamente existían los estudios para ella. Nathalie miró a Harry pidiendo ayuda pero este solo hizo un movimiento de hombros como dando a entender que era lo que tocaba.

El tiempo pasó demasiado deprisa para el gusto de la chica y en menos que canta un gallo ya habían pasado dos horas y estaban bajando del expreso. La gente que pasaba por su lado la miraba como si fuera una especie de bicho raro y no estaba acostumbrada a eso. Intentando ignorarlo siguió a su hermano que le indicaba el camino y cogieron una especie de carruaje tirado por… nada, bueno, seguramente serían thetrals.

Suspiró mientras por la ventana del carruaje veía alzarse aquel precioso castillo, el cual sería su hogar durante el siguiente año.