Capítulo 9: Okashira.

Saito Hajime volvió a dar una calada de su cigarro tranquilamente, observando a aquel sujeto rubio que estaba frente a él.

-Entonces…- dijo Saito -¿tú quién eres cabeza de escoba? Y lo que es más importante ¿Por qué me estas manchando mi cara moqueta de sangre?

-¡ya se lo he dicho! –Dijo Cho al borde del colapso nervioso- me han secuestrado dos tipos: Aoshi Shinomori y ¡un enano con muy mala baba! Me han traído y me han golpeado ¡como si fuera una piñata!

Cho no entendía porque tenía que dar tantas explicaciones a ese tipo vestido de policía, ¿no se suponía que él era al victima? Había logrado escapar de sus ataduras y había deambulado por el edificio intentando encontrar una salida.

-asique… - continuo hablando Saito mientras escuchaba de lejos varias pisadas que corrían a ese lugar - ¿has sido secuestrado por dos esquizofrénicos?

-sí, así es, ¡usted como policía tendría que hacer algo!

-¿esos dos locos no serán esos dos que vienen por ahí? – Saito indico con la cabeza hasta el final del pasillo por donde llegaban Shinomori y Kenshin.

-¡esos son! ¡Deténgalos agente!

Hacía poco tiempo que habían descubierto que Cho se había logrado soltar y se había escapado, lo habían buscado por todo el edificio, y allí estaba, charlando con Saito.

-¿Qué sois? ¿Los dos tontos del pueblo? ¿Cómo se os ocurre traer a un civil al cuartel? y más en ese estado.

-¡ellos me han dejado en este estado!- se quejó Cho.

-oh, además le habéis torturado, me encanta cuando se cumplen mis normas – dijo Saito con irónica.

-jefe- dijo Aoshi con suma tranquilidad- este tipo es un miembro del Oniwabanshu pero no está metido en la red de archivo general del clan.

Los ojos de Saito centellearon comprendiendo la gravedad de la situación.

-¡mentiroso! No me has traído por eso!¡ Me has traído porque Misao te ha dejado abandonado como un perro! – dijo Cho, con toda la razón del mundo.

Saito perdió su paciencia y tomó a Cho del cuello estampándolo contra la pared, haciendo que se cayera un carísimo cuadro al suelo.

-¿Por qué no estás en los archivos de la banda? ¿Hay más como tú? ¿Cuántos? ¡Responde rápido!

Cho sonrió de medio lado intentándose zafar del agarre.

-más que suficientes ¿Qué te importa? Somos fieles a Okina. ¿No es eso lo importante del Oniwabanshu?

-este idiota no se entera de nada – dijo Saito empujándolo al suelo -Aoshi, enciérralo en la celda del sótano, ¡y tú! – Dijo Saito señalando a Kenshin el cual lo miró con curiosidad.- tú, límpiame la moqueta y regresa el cuadro a su sitio.

-¿oro?

Saito observo a Aoshi levantar con fuerza a Cho mientras le sujetaba las muñecas.

-por cierto Shinomori ¿Cuándo piensas hacer lo que te he pedido?

-ya estoy en ello, seguramente mañana a estas horas Okina ya no será más el Okashira.

Los ojos de Cho se abrieron de par en par dejando de forcejear y miró a Aoshi con cara de terror.

-¿Qué estás diciendo? ¿Estás insinuando que hay un motín en la banda? Por… ¿por qué?… ¿y Misao? ¿Vas a traicionarla?

Cho observo los ojos azules de Aoshi que lo miraban serio, pero con una inmensa tristeza en ellos, sin decir palabra Cho supo que las respuestas a todas sus preguntas eran todo: Si.

-traidor – dijo Cho entre dientes, hasta que cogió aire en sus pulmones - ¡TRAIDOR! ¡BASTARDO! ¡ASI QUE ESA ERA LA RAZON! ¡MISAO TENIA RAZON! TE ACERCASTE A ELLA POR INTERES MADITO HIJO DE…!

En ese instante Saito le propino un puñetazo en el estómago que lo dejo inconsciente.

-llévatelo.


Kaoru dormía en el asiento del copiloto mientras Misao conducía el auto de vuelta a casa, pobre amiga suya, estaba agotada física y mentalmente. Misao apretó los puños en el volante del auto. Maldito Kenshin, cuando lo viera le daría una paliza que lo iba a matar y esta vez de verdad ¿Cómo se le había ocurrido semejante mentira? ¿Y Aoshi? ¡Ese era el peor! Se suponía que entre los miembros del Oniwabanshu no había secretos. Kaoru le había explicado que Kenshin tenía un jefe ¿Cuál jefe? ¿También era jefe de Aoshi? El día de san Valentín no fue a su puesto ''oficial'' en la policía, seguramente haciendo algún encargo para ese misterioso jefe.

Misao detuvo el auto en una gasolinera.

-Kaoru, Kaoru…

-¿mmm? ¿Ya hemos llegado a Tokyo?

-no, solo llevas dormida media hora, Kaoru he pensado que tal vez no deberías encontrarte aun con Kenshin.

Kaoru abrió los ojos de par en par.

-¿Por qué?

-deberías alejarte un par de días para que las cosas se calmen, es mejor decir las cosas con la mente fría.

-no te entiendo Misao, tu misma me has dicho que quieres patearle el trasero.

-y créeme que lo hare con sumo gusto. Pero hay algo más en todo esto y quiero averiguar, he pensado que podía llevarte a Nagano a visitar a tu mama.

Kaoru parpadeo un par de veces y asintió con una sonrisa.

Misao volvió a encender el auto y prosiguieron su camino esta vez tomando dirección a Nagano.


Kenshin coloco el cuadro en la pared de mala gana. Miro a su derecha y vio a Aoshi aparecer por el final del pasillo.

-¿vas a hacerlo?

-sí.

-sabes que no tienes que hacerlo tú, si quieres puedo matar a Okina yo...

-no – interrumpió Aoshi – ese es mi deber.

-le dijiste a Misao que no te acercaste a ella por interés, ¿Qué crees que pensara ella ahora, Aoshi? Conozco a Misao, no te perdonara nunca, esa chica te va a odiar.

-¿crees que no lo sé?-Dijo Aoshi apretando los dientes- pero no me queda otra, el honor de los oniwabanshu no seguirá manchándose, y si Misao me odia…

-¿Qué? – pregunto el pelirrojo con curiosidad.

-ya hare yo que deje de hacerlo.

Kenshin levantó una ceja con curiosidad y una sonrisa picarona surgió en su rostro.

-puedo imaginarlo.

-claro porque tu harás lo mismo con Kamiya.

El pelirrojo suspiro.

-no… lo mío es más complicado, no sé cómo reaccionara ante mí, siempre he pensado que cuando lo supiera se llenaría de alegría pero… creo que era un iluso, conociéndola mejor y todo lo que sufrió por mi culpa… va a querer cortarme la cabeza.


Kaoru observaba el paisaje sin prestar atención, estaba sumida en sus pensamientos, recordando todo lo vivido con Battousai, su cita de ensueño, sus momentos de intimidad… quería morirse de la vergüenza, se había reído de ella. Había jugado con ella, con sus sentimientos ¿Cómo podía haberse dejado llevar por un hombre enmascarado? Fácil, porque era Kenshin Himura, aunque ella no lo supiera, aunque se hubiera hecho la cirugía estética y se hubiera pintando el pelo de negro, seguramente ella, como soberana idiota seguiría gustándole aquel tipo.

-soy una idiota – dijo suspirando.

-no te castigues más, tú no tienes la culpa. – Dijo Misao con voz solemne- la culpa es de ese pelirrojo y de su amiguito.

-¿Qué piensas hacer con Aoshi?

-voy a darle tantas patadas en el culo que no se podrá sentar en dos años, y luego, cuando me haya quedado a gusto, le pediré las explicaciones oportunas.

-¿serias capaz de perdonarlo?-Kaoru espero respuesta y vio que Misao no sabía que responderla - ¿Misao?

-Kaoru, no lo sé, he estado pensándolo y yo le quiero, quiero darle la oportunidad de explicarse, porque…

-¿Por qué?

-porque si hubiera sido al revés, si hubieras sido tú, mi querida amiga, la que hubiera tenido que ''desaparecer'' yo te habría ayudado igual.

Kaoru le dirigió una mirada llena de amor hacia su amiga, siempre habían estado juntas y siempre lo estarían.

HORAS DESPUES.

Misao aparcó el coche delante de la casa de la mama de Kaoru, la cual se bajó del asiento del copiloto y miró a su amiga que no salía del coche de Cho.

-¿Misao? Sal, mi madre seguro se alegra mucho de verte a ti también.

-No Kaoru, tengo que ir a Tokio, mi abuelo estará preocupado no sabe dónde ando, se tiene que estar tirando de la barba, cuando llegue a Tokyo conseguiré un teléfono y te llamaré

Kaoru asintió y dijo adiós con la mano a Misao quien salía con el auto.

La mama de Kaoru vivía cerca de la estación de trenes, era una casa muy pequeña pero suficiente para ella, subió por unas escaleras estrechas y al llegar a la puerta escucho la risa de su madre y otra risa masculina, el corazón de Kaoru se paró, ¿el amigo de Kenshin seguía allí? Kaoru apretó los dientes llena de furia recordando el miedo que se le metió en el cuerpo al pensar que su madre estaba con un psicópata.

La joven entro en trompa para encarar a aquel tipo y decirle algunas cosas.

-oh ¿Kaoru? – dijo Yumi Kamiya al ver entrar como un toro a su hija en el salón.

-¡anda! Te han crecido los pechos. –dijo aquel hombre que Kaoru conoció años atrás.

Seijuro Hiko estaba sentado en el sofá con un vaso de Sake, mirando divertido a la recién llegada. Noto que Hiko miraba detrás de Kaoru como si esperaba que alguien más entrara, Seijuro empezó a abandonar esa sonrisa tonta.

-¿Dónde está?

-¿Quién? –dijo Kaoru sin entender mientras Hiko se levantaba.

-el idiota que se suponía que tenía que estar cuidándote.

-usted - dijo Kaoru señalando a Hiko con el dedo - ¡usted y ese... ese imbécil se han estado riendo de mi todo este tiempo!

Yumi miro a su hija con preocupación.

-¿has venido sola? ¿Dónde está Kenshin?

Kaoru miro a su madre abriendo la boca, se le había caído el alma al suelo ¿su madre sabia lo de Kenshin? La muchacha se quedó sin reaccionar mientras su madre la abrazaba, Kaoru desde la lejanía oía a Hiko llamar por teléfono.

-¡se supone que tienes que vigilar a Kaoru estúpido! ¡si, está aquí! ¡Ha venido sola! ¡MUEVE AQUÍ EL CULO BAKA DESHI O ME HAGO UN ABRIGO CON TU PIEL!


Kenshin colgó el teléfono, se puso su equipamiento de motero tan rápido como pudo, tomó su katana y corrió a su moto.

-Kaoru…. – dijo el pelirrojo mientras arrancaba la moto.

El corazón de Kenshin decía que algo había pasado en este tiempo sin verla, estaba nervioso, su instinto le decía que algo iba a ir de mal en peor.

ESA MISMA NOCHE. CASA AOIYA DE TOKYO.

Misao aparcó el coche en el garaje de su casa, subió las escaleras a la planta principal, no vio a nadie allí ¿Dónde estaban?

-¿abuelo? ¿Hannya? ¿Aoshi? ¡Estoy de vuelta!

-Misao-sama ha vuelto.

La muchacha se giró y contemplo a Hannya y lo sonrió.

-sí, siento haberos preocupado. ¿Dónde está el abuelo?

-ha tenido que salir…

-¿tan tarde? No es propio de él ¿y Aoshi? Tengo que hablar con él. –dijo Misao comenzando a andar hacia la escalera para subir a su cuarto.

Misao se detuvo al llegar a la escalera al ver a Aoshi con su traje ninja bajarlas mientras la observaba sin un ápice de sentimiento en su mirada.

-Aoshi… ¿Qué haces con el traje ninja? – La joven se fijó en algunas salpicaduras de sangre- ¿y esa sangre… ¿Qué?

-Hannya lleva a la señorita Makimachi a su habitación y que no salga de allí.

-sí, – Dijo Hannya con una inclinación.

-¿Qué? ¡No! Hannya déjame ¿Qué haces? ¡Te ordeno que me sueltes! – dijo la chica intentando liberarse.

-lo siento Misao-sama, sigo órdenes del nuevo Okashira.

Misao dejo de pelear mientras era arrastrada por Hannya escaleras arriba, pasando por el lado de Aoshi, el seguía estático mirando un punto de la pared.

-Aoshi ¿Qué has hecho? ¿Qué has hecho? –dijo Misao gritando mientras Hannya la encerraba en su habitación.

La joven aporreo la puerta hasta la extenuación, corrió hacia la ventana: cerrada. La persianas eléctricas estaban bloqueadas no había forma de salir si no era por la puerta, volvió hacia ella y la araño con todas sus fuerzas, gimió de dolor hasta que se apoyó en ella dejándose caer deslizándose hasta el suelo y empezó a llorar, era todo una pesadilla cruel. Misao se calmó al notar una presencia detrás de la puerta: Aoshi.

-¡te odio cabron! Yo que tu dormía con un ojo abierto ¡voy a matarte! – Misao se incorporó y golpeo de nuevo la puerta - ¿me oyes? ¡Te voy a despellejar! ¡Traidor!

Al DIA SIGUIENTE. NAGANO.

Kaoru abrió los ojos despacio y tardó un poco en enfocar su habitación, le costó cinco segundos entender que estaba en casa de su madre, recordó de repente todo lo ocurrido en las últimas cuarenta y ocho horas, recordó como su madre le había contado que la tuvo que mentir sobre el viaje a Okinawa por petición de Hiko y que no sabía lo que de verdad pasaba hasta que Hiko se lo conto todo hacía dos semanas. Kaoru no había querido hablar con Hiko en ese momento y se había encerrado en una de las dos habitaciones que tenía la casa. Se incorporó un poco del futon que le había puesto su mama para dormir y logro escuchar voces que venían del salón.

-¡que mierdas me estas contando Baka deshi! ¿Qué es eso de una máscara de cuero? ¿Para eso me hiciste pedirle el favor a Yumi?¿ a qué jugabas? ¿A ser Batman?

-¡son ordenes de Saito! Nadie podía saber mi identidad! Si Shishio supiera que sigo vivo!

-seguramente ya lo sepa idiota y a mí lo que Saito diga me la trae al pairo.

-¡Kaoru no sabía nada, no podía presentarme delante de ella sin que le diera un sincope!

-pues creme que ya lo sabe, ¡ayer me mando a la mierda a mí y a ti y se enojó con su madre!

-¿Cómo lo ha averiguado? – dijo Kenshin tratando de tranquilizarse y dar menos voces.

-no tengo ni idea, eso se lo tendrás que preguntar a ella. –dijo Hiko señalando hacia detrás de Kenshin.

El chico se volteo y quedo de frente de la chica por la cual había luchado durante estos últimos años y por la que su corazón latía nuevamente. Kaoru Kamiya llevaba una yukata azul oscuro con flores de sakura rosas, el pelo suelto y algo alborotado, la muchacha lo miraba como si estuviera ante una escultura o un cuadro, lo miraba de arriba abajo como si no pudiera ser real. Hiko carraspeo un poco.

-bueno yo... Tengo que salir a comprar Sake, lo vamos a necesitar – y acto seguido hizo mutis por el foro dejando a solas a los dos jóvenes.

CONTINUARA.


No será un fic con muchos reviews, pero quiero agradecer a los que si me escriben y me alientan, sin ellos hubiera dejado el proyecto (a veces lo pienso) sé que no soy la mejor escritora ni es la mejor historia pero mientras haya alguien que me diga que lo lee, aquí estaré.

Contestando al lector:

DULCECITO311: Pronto se desvelara los motivos, en el próximo capítulo se ira un poco deshaciendo la madeja de hilo. Espero que te haya gustado el capítulo.

Lica: amiga si aún sigo con la historia y no me haya escondido en una cueva es gracias a ti, espero que no me odies por lo que le hice hacer a Aoshi, Misao resurgirá como el ave fénix y lo pateara el culo hasta que a ella le duela el pie jajajajajaja.

PajaritoAzul: gracias por tus reviews, en el próximo capítulo tendremos a Kaoru y Kenshin cara a cara desvelando tramas del pasado, y a Misao.. Bueno Misao va a querer cortar cuellos!

Taishou: Espero que te haya gustado este capítulo, no tiene mucho de interesante pero es el enlace para ir desvelando cosas.

Qebeth: el momento del encuentro ha llegado en el próximo capítulo Kenshin no podrá escaparse y tendrá que decirle todo (todo lo que él sabe. Porque hay cosas que no sabe jajajajaja)

Zambitamt1975: A partir de este capítulo los chicos ya no pueden meter la pata más, ahora es el turno de las chicas, acuérdate de Soujiro Seta que pronto aparecerá para darle donde más le duele a Kenshin, e cuanto a Aoshi veremos a una Misao un tanto cruel con el :)