¡Hola! Esta vez les traigo el último capítulo de este fic cortito pero sensualon, no sé si lo de "último capitulo" les sorprenda, pero la verdad es el primer fanfic que hago de esta pareja, por lo que aún no exploto mi capacidad enteramente, espero en un futuro volver a escribir algo sobre ellos…No tengo mucho que decir, solo:

1. Este capítulo tiene contenido Lemon (GOOGLEALO) (Sobre advertencia, no hay engaño)

No me hago responsable de pensamientos de disturbio, y sentimientos encontrados. Un saludo a todos, DISFUTEN!

Disclaimer: Todos los personajes de Ranma1/2, pertenecen a Rumiko Takahashi (Solo los he pedido prestados para la realización de esa sensual historia)

Capítulo 3

La confesión de su rival de siempre, le había tomado con la guardia baja, siempre había pensado que su modo de conducirse frente a él, era en broma y más que nada lo hacía para burlarse de él y su poca experiencia en el trato con las mujeres. Pero ahora que lo pensaba con detenimiento, todas esas veces que lo molesto sobrepasándose con él aun cuando el chico se convertía en un cerdito, también sentía cierto placer y nerviosismo.

No podía dejar de pensar en sus palabras "Me excitas" y "te deseo", aquel recuerdo le hacía poner agitado, nervioso, y calenturiento, claro que el chico solo lo sentía cuando se transformaba en aquella sensual pelirroja, pero poco le importaba, porque cuando él era aquella chica, no podía dejar de verse algo atraída y curiosa por Ryoga. Sabía en sus adentros que aquello estaba mal, él que era tan "hombre", tan "viril", tan "galante"… pero la realidad era que solo la influencia de Ryoga funcionaba cuando él era ella, era como si solo hiciera efecto con su contraparte femenina, y siempre lo había podido controlar, durante todo este tiempo no había pasado de bromas sensuales, y miradas sugerentes, pero… esta vez era diferente, porque Ryoga se había atrevido a besarle y peor aún ella misma le correspondió y por más que quisiera no podía olvidarse de la agradable sensación de verse correspondido y de sentirse deseado(a).


Ryoga se había internado en la espesura de un bosque, después de su confesión y la contestación de Ranma, ya no sabía qué hacer con su vida, ni qué dirección tomar, siempre había estado entrenando para poder derrotarle, pero por ahora ya no quería saber más de él y mucho menos de ella, ¿Cómo pudo ser tan estúpido para besarle? Y aparte decirle todo lo que le estaba haciendo sentir, realmente su rival no volvería a dirigirle la palabra, ni siquiera una mirada.

- De seguro cree que soy raro – pensó Ryoga y una mueca de amargura ensombreció su rostro – aunque… solo me interesa Ranma chica, y no él.

Y luego pensó en Akane, claro que aún le gustaba, pero no le atraía tanto como la pelirroja, no le encendía, ni excitaba tanto como ella…

- ¡MALDICIÓN! – grito el chico de la pañoleta, mientras daba puñetazo a un árbol cercano.

La claridad se hacía inminente, y es que ahora Akane estaba muy por debajo de Ranma, aunque la chica de cabellera azulada se preocupaba por él, y adoraba al pequeño p-chan no podía dejar de pensar que igual Ranma tenía cierta preocupación por él, muchas veces se lo había demostrado, salvándolo de algún peligro o dándole ánimos… pero la amistad, y la rivalidad eran mucho menores, comparado con lo que ahora sentía por él (ella)


Lo días pasaron, y Ranma no dejaba de pensar en el chico cerdo, le aturdía de sobremanera todos los acontecimientos que habían pasado, y aunque él había dejado en claro que aquello entre los dos era una locura, sus deseos de verle eran aún más fuertes.

- Necesito encontrarle – se dijo así mismo, mientras salía en su búsqueda.

Para su suerte conocía perfectamente el sentido de orientación de su "amigo", y no tardo tanto en encontrarle, se encontraba comiendo fuera de su casa de campaña, internado en un parque, que seguro él pensó que era un bosque alejado de la civilización.

- Ranma – susurro el chico de la pañoleta cuando observo como entre la espesura se dejaba ver su ex rival.

- Hola – contesto aquél, mientras desviaba su mirada.

- ¿Cómo me has encontrado? Y… ¿A qué has venido?

- La verdad es que no te has alejado mucho, Ryoga, sigues en nuestra ciudad – dijo Ranma con una sonrisita burlona asomándose por los labios, pero se puso serio para decir lo siguiente – necesitamos hablar… de lo que sucedió.

Ryoga se puso nervioso, y le desvió la mirada, tanto temía este encuentro que nunca pensó que sucedería, pero ahí estaba, y frente a él, Ranma esperaba respuestas.

- No hay nada de qué hablar… ha sido un error, y uno espantoso, yo lo he olvidado

- No tienes por qué mentir – dijo Ranma - ¿Te gusto?

- ¿Eh? – aquella pregunta tan directa lo tomo desprevenido, y el sonrojo reapareció en sus mejillas – n…no, ya… no

La respuesta no dejo conforme a Ranma que se acercó hacia él, del suelo agarro un jarrón que tenía agua fría y se lo dejo caer por encima de la cabeza, en unos segundos, su contraparte femenina había aparecido, y con aquello el sonrojo de Ryoga se hizo más notorio.

- Y ahora… ¿te gusto? – pregunto la pelirroja, mientras se acercaba más al chico, y le insistía a que le volteara a ver.

- ¿Por qué haces esto, Ranma? – pregunto con agitación el chico del colmillo, se le veía la cara rojísima y algo triste.

- Quiero saber que sientes por mí – dijo ella.

- Pero… ¡Si ya lo sabes! ¡Me gustas!

De nuevo esas palabras, de nuevo el vuelco en su corazón, rápidos latidos, la pelirroja se le encendió el corazón a mil por hora, no era de nerviosismo, era… felicidad, pero no estaba del todo segura, aun tenía sus dudas, quería saber si él sentía lo mismo que por Ranma chico.

- Pero solo siendo chica, ¿verdad?

Ryoga no comprendió la pregunta, pero tampoco le dio importancia, ya nada importaba, se había confesado de nuevo y una vez más Ranma tampoco dijo nada…

- Qué más da… - dijo Ryoga, dándole la espalda – igualmente, a ti te gusta Akane, siendo chico o chica, ya nada importa.

- Que tonto eres Ryoga! – le grito Ranma, haciendo que el aludido le viera por encima del hombro – claro que sí importa, e ¡importa mucho!

- ¿Qué tratas de decir? – pregunto Ryoga mientras aun le daba la espalda.

- Lo que quiero decir es que… tu, Ryoga me pones nerviosa – soltó la chica pelirroja de pronto – me siento distinta cuando me miras, y realmente creo que tú me gustas.

Ryoga abrió con sorpresa los ojos, se volteo a ver a Ranma, pensando que sería una broma de mal gusto, busco sus ojos, pero su flequillo se los ocultaba, sin embargo algo brillo por sus mejillas.

- Que? Pero… no llores, Ranma – dijo el chico del colmillo, y trato de acercársele, pero se sentía inseguro – sé que tal vez pienses que no es lo correcto pero…

- Es que, tengo miedo – susurro ella, y sus ojos llenos de lágrimas le voltearon a ver.

- ¿Miedo? Pero a ¿Qué? – pregunto él, mientras tomaba valor, y se le acercaba más, sus cuerpos quedaron separados solo por un poco – Ranma… me gustas.

La pelirroja lo volteo a mirar, de nuevo su corazón dio un vuelco, al escuchar esas sencillas palabras, la felicidad le cubría el ser entero.

- ¿en serio, Ryoga? Porque tú también a mí – dijo la chica, buscando sus palabras con cuidado, y agachando la mirada.

Ryoga puso fin a la distancia, con ambas manos tomo por el rostro a Ranma, y le dio un tierno beso, suave y delicado, que a ambos les hizo acelerar el ritmo de sus latidos, al separarse, se miraron durante unos segundos, no sabiendo muy bien que hacer pero poco duro la duda y de nueva cuenta se acercaron buscando la boca del otro.

El chico de la pañoleta se aventuró a tocar a la chica, surco sus manos por el cuello, bajando por su clavícula, sonrió al ver que traía la camisa china de siempre, y no por ello le gusto menos, bajo sus manos a uno de sus senos, y cuando le toco, un gemido involuntario salió de la boca de Ranma que aún seguía prendida de la suya.

Ranma por su parte se sostenía con fuerza de los brazos del chico, pensaba que si se soltaba, sus piernas flaquearían y caería al piso, pues ahora que Ryoga se había decidido a tocarle no había sensación más placentera que el de sus manos contra sus pechos, no pensó que su cuerpo de chica fuera tan sensible.

Aun de pie, Ryoga le fue desabrochando la camisa, aquello puso los sentidos de la pelirroja en alerta, le entro pánico, y lo tomo por ambas manos.

- Espera – susurro ella, y se separó de su boca.

- Entiendo, si no estás segura – dijo él, y sonrió con ternura, aquella sonrisa le devolvió la confianza a Ranma

- No es eso… es mi primera vez – contesto, y el sonrojo se le hizo más notorio, el chico del colmillo comprendió.

- Seré amable, Ranma

La pelirroja sola asintió, y dejo de nuevo que las manos de su compañero se acercaran a sus pechos, los amaso con ternura, sacándole suspiros débiles, sus manos le colmaban de placer, ahora que se había desecho de su camisa, el contacto piel con piel era aún más placentero.

Llenos de deseo, y llevados por la curiosidad, caminaron sin separarse dentro de la tienda de campaña, los pequeños rayos de sol del atardecer se filtraban por entre las hojas.

Ryoga quedo por encima de la chica, ahora sus manos habían dado paso a su boca, Ranma no dejaba de gemir débilmente cada que él le succionaba suavemente los pechos, le hacía sentir tan ardiente, y tan deseada.

- Ryoga – suspiro la chica, y gimió de nuevo, aquellos sonidos eran música para los oídos del chico de la pañoleta, y lo excitaban al por mayor. Ranma no dejaba de removerse contra el pequeño futon, se mordía el labio inferior tratando de no gritar tanto, pues se apenaba de sus propios muñidos.

Ahora mismo Ryoga no paraba de saborearle los pechos, y ella no paraba de suspirar. Las manos del chico deshicieron el cinturón, y le bajo los pantalones junto con los bóxer para verle por fin completamente desnuda. Al verse así, la pelirroja trato de tapar su desnudez, se sentía muy tímida y nerviosa, no era tal vez la primera vez que Ryoga le veía así, pero si era la primera vez que le veía el fulgor ardiente en sus ojos.

- No te tapes… eres hermosa – dijo él, y le sostuvo las manos a los lados – muy hermosa.

- Ryoga – susurro la chica.

Y de nueva cuenta recibió un beso por parte de él, un beso más ardiente y deseoso que los anteriores, sus lenguas danzaban juntas, y la excitación le estaba haciendo estallar la cabeza, se sentía arder, sus sentidos se agudizaron de tal forma, que ahora que Ryoga le tocaba las piernas podía sentir la piel erizársele bajo su tacto.

Se separaron, y el chico comenzó a desvestirse, quitarse su playera por encima de la cabeza, desabrocharse el cinturón, aún seguía encima de ella, y Ranma le podía ver totalmente, cuando comenzó a bajarse el pantalón no pudo evitar girar a otro lado para evitar verle ese lugar, ya una vez se lo había visto, pero fue muy rápido casi ni lo distinguió…

- Ranma… - le dijo, agarrándole una de sus delicadas manos, y llevándosela a su propio pecho – mírame.

La chica le volteo a mirar, la mano la sentía caliente sobre el pecho desnudo del chico del colmillo, trago un poco de saliva y se volteo a verle más abajo, de nuevo había crecido.

- Esta… esta gran…de - dijo Ranma con las palabras temblándole en la boca, aquel comentario hizo que Ryoga se sonrojara al por mayor, y tratara de taparse – no… no te tapes, me gustas.

- Ranma

Ahora Ryoga tomo lugar debajo de la chica, Ranma se arrodillo frente a él, mientras que el chico se sentaba para observar bien lo que a continuación sucedería. La pelirroja le tomo aquello entre las manos, y se volteo a verle, sonrió al ver que Ryoga cerraba los ojos y suspiraba entrecortadamente, y supo que lo estaba haciendo bien, se agacho y comenzó a lamerlo, casi al mismo tiempo, el chico soltó un gemido ahogado, aquel muñido hizo que Ranma tomara más valor, y lo saboreo casi por completo dentro de su boca.

- Ranma – suspiro el chico de la pañoleta, casi inaudible – ran... ran…ma

Pero la pelirroja no pensaba separarse de su entrepierna, ahora que había descubierto el sabor de su compañero, no pensaba en dejarlo sin probar. Redoblo sus esfuerzos, haciendo más rápidos sus movimientos.

- Pa…para, para, Ranma – dijo el chico, debajo de ella. Pero igual no le hizo caso – me ven…vengo!

La explosión fue inminente, y el sabor de su compañero quedo grabado en sus papilas, sabía muy dulce, no era tan desagradable, Ranma le volteo a ver, y se encontró con un Ryoga sudoroso y agitado.

- ¿Estás bien? – pregunto preocupada.

- Claro que sí, hermosa. – contesto él, abriendo los ojos y recuperando su aliento y le sonrió cálidamente.

Ryoga la tomo por los brazos, y la beso de nuevo de forma arrebatadora y sensual, le toco una vez más los pechos, los sintió duros y plenos bajo sus palmas, y de nuevo la recostó sobre el futon.

Ranma sentía el rozar de algo contra su entrepierna, sabía lo que era y se sorprendió de lo rápido que se había recuperado el chico, observo como ahora él era quien baja hasta su entrepierna y posicionaba su cabeza en aquél lugar, reprimió un gemido cuando la probo por primera vez.

- RYOGA! – grito, entre la sorpresa y el placer.

Mientras el chico hacia su trabajo allá abajo, Ranma se removía contra el futon, gimiendo a esas alturas ya descontroladamente, y apretando el rostro del chico más hacia ella, en un momento su espalda se arqueo, y el grito involuntario de satisfacción salió de su boca, al tiempo que Ryoga recibía sus jugos.

- Estás bien, Ranma? – pregunto, viéndole a los ojos.

- Aja – asintió ella, mientras se recuperaba de la conmoción que acababa de vivir, fue su primer orgasmo.

- Estas lista, entonces?

Ranma iba a preguntar para qué, pero de nuevo sintió algo moverse contra su entrepierna y supo las respuestas, aquello le puso nerviosa, pero también el ardor en su cuerpo era indescriptible, y de nuevo comenzó a sentir deseo y lujuria por la persona encima de ella.

Ryoga observo como la chica se abría de piernas, con la invitación anhelante de dejarlo pasar, sintió sus suaves muslos rodearle las caderas, y eso le subió el deseo, la observo fijamente a los ojos, y le volvió a besar con ternura los labios, le surco las manos entre los pechos, y comenzó a entrar.

Ranma sintió cierto dolor, achico los ojos, y mordió sus labios, cuando lo sintió venir, no pudo evitar un grito combinado de placer y dolor, cuando por fin él se había decidido a entrar casi por completo. El vaivén de su cuerpo encima de ella, solo aumentada el placer y disminuía el dolor.

Por fin ambos se habían acoplado, los vaivenes de Ryoga se hacían cada vez más rápidos, sus embestidas eran duras y profundas, bajo él, una sudorosa pelirroja, no dejaba de gemir ya sin ataduras, y de gritar sin contenerse, aquello lo prendía a mas no poder, verla así, tan desprotegida y colmada en placer lo hacía sentir su dueño completamente, con esa imagen en su cabeza, el final lo sintió cerca.

Cuando la explosión inundo su ser, ambos dieron un gemido estremecido y sintieron la paz entrar en sus cuerpos. Ryoga cayó encima del pecho de su amante, y Ranma solo le abrazo contra él, escuchando como los latidos de su corazón volvían a la normalidad.

- Y ahora, ¿Qué pasara? – pregunto una triste pelirroja bajo él.

- Me quedare a tu lado, por siempre, Ranma – contesto él, y la chica no pudo contener la felicidad, abrazándolo y besándole las mejillas

- Eso me haría muy feliz, Ryoga

Fin


Agradezco a la gente que siguió esta sensual pero corta historia, esperando haya sido de su agrado, y hayan disfrutado tanto de leerla, como yo de escribirla ;) jajaja. Como ven nuestra pareja quedo bien juntita al final, es lo menos que podía hacer con ellos dos, después de todo creo que después de un Ranma&Akane, me atrevería a decir que seguiría un Ranma (chica)&Ryoga.

En fin, ya nos veremos en otra historia, hasta pronto!

Atte. EriMonti*