Hola ¿Cómo están? He vuelto con ésta nueva historia, la cual es la segunda parte del fic "Sólo es cuestión de suerte ¿O no?" Espero que sea de su agrado.
Ahora, sin más preámbulos aquí les dejo el prologo.
Prologo
Sentado en aquel oscuro pasillo con los brazos apoyados en sus piernas y con el rostro oculto entre sus manos, se encontraba aquel hombre que a su corta edad era conocido como uno de los detectives más grandes y afamados de la época, Shinichi Kudo. Un hombre que ahora se encontraba sumido en un profundo dolor, que nacía en su alma y oprimía su corazón hasta dejarlo sin aliento, junto con aquellas irrefrenables ganas de llorar que en ese momento lo embargaban y la creciente ira que amenazaba con sobrepasar a la escaza razón que aun le quedaba. En ese momento, el joven detective siendo presa de todo ese cumulo de sentimientos, simplemente se dejó caer en los pesados brazos de la frustración, la cual a cada segundo que pasaba lo hacía culparse y recriminarse por no haber estado allí cuando ella más lo necesitaba y sobre todo por no haber estado allí cuando Ran casi es asesinada.
Sí, justo ahora el desolado detective se encontraba en aquel oscuro pasillo del hospital apartado de todos los que habían acudido al urgente llamado que habían recibido hace poco más de una hora, en el cual les anunciaban que la joven Ran Mouri había sido traslada de urgencia a la sala de parto, pues estaba a punto de dar a luz. Tristemente lo que en un principio se supondría que sería un hermoso y feliz acontecimiento que llenaría de dicha la vida de los dos jóvenes padres así como la de sus amigos y familiares, termino transformándose en un horrible hecho que destrozaría por completo al joven detective.
— Esto no se va a quedar así —La inconfundible voz del que fuere su amigo desde la niñez, logro sacar a Shinichi de su ensimismamiento— Voy a ayudarte a encontrar al responsable de esto.
— Gracias —Asintió mientras observaba como el joven mago se sentaba a su lado— Sabía que podía contar contigo Kaito.
— Se trata de Ran, después de todo —Dijo con la mirada ensombrecida y apretando fuertemente los puños al igual que el joven detective— No voy a permitir que el miserable que le hizo "eso" a Ran y a tu hijo, salga impune de todo esto.
— Mi hijo —Murmuro alzando lentamente la mirada hacia el lugar donde se encontraban los padres de Ran, sus propios padres, el profesor Agasa, Shiho, Aoko y el retirado inspector Ginzo Nakamori. Sus ojos viajaron por cada uno de los presentes hasta llegar a su madre, quien con ternura cargaba al pequeño recién nacido con una triste sonrisa dibujada en su rostro, para luego alzar la mirada hacia el joven detective indicándole con un gesto que se acercara— Mi hijo esta bien y voy a protegerlo con mi vida hasta el día en que Ran se recupere y vuelva con nosotros.
— Puedes contar conmigo y con Aoko para lo que necesites amigo —Musitó el joven mago levantándose junto con el detective— solo tienes que decirlo.
Esbozando una leve sonrisa Shinichi asintió para luego volver junto a Kaito a la sala de espera de aquel hospital, donde su madre al verlo se levanto con cuidado de la silla en la que se encontraba e indicándole al joven detective que se sentara, le entrego una vez más al pequeño infante para que pudiera cargarlo. Con una sonrisa el joven detective recibió a su hijo entre sus brazos, permitiéndose disfrutar de aquel momento al máximo ya que después de todo lo que había pasado y del miedo que había sentido al pensar que su hijo había desaparecido; simplemente el tener ahora a ese pequeño acurrucado entre sus brazos durmiendo plácidamente, era una bendición y el único motivo por el cual era capaz de sonreír como lo hacía justo ahora.
He aquí el prologo de está historia titulada "Entre la espada y la pared". Espero que haya sido de su agrado. Por otro lado quisiera decirles que el capítulo I lo estaré publicando en unas horas ó mañana a más tardar.
Ahora, sin más que decir me despido. Hasta la próxima y cuídense mucho.