CAPITULO 6

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– ¿Estas segura de que no quieres quedarte en la cena? –pregunto su hermano que se encontraba sentado en la cama–trina lo entenderá. Y de paso servirá para que se conozcan.

–Claro que no–negó por quinta vez en esa noche–es tu cita y las citas son de dos.

–No si te presentare a ella.

–Me ciento bien–poso su mano en la de el–te lo aseguro.

–¿Estas segura?

–Por completo.

Le mostro una sonrisa tranquilizadora y este imito su acción, dejándole ver que estaba de acuerdo.

–Si eso es lo que quieres.

-¡Oh!, por eso te amo-se levanto de la cama, corriendo asta abrazarlo y depositar un beso en su mejilla.

–Si, si, si. Cuanto amor-la alejo de si –solo cuando te dejo hacer lo que quieres.

– ¿Interrumpo algo?-pregunto Konnie entrando al cuarto.

– ¿Por donde has entrado?–interrogaron los hermanos a la chica rubia. Esta inmediatamente esbozo una pequeña sonrisa nerviosa.

–En su lugar secreto–respondió esta.

–Pero jamás te he dicho sobre ella.

–Es que la casa es tan vieja que…–los pelirrojos se cruzaron de brazos, atentos a lo que la chica dijera y corrigió–…pero tan hermosa, que pensé en buscar debajo de una roca u el tapete, asta que di con ella. Demasiado evidente–puntualizo.

–Gracias konnie–le quito de la mano la llave–si me disculpan, tengo que buscar un nuevo escondite para la lleve–salió del cuarto dejando a ambas chicas solas.

– ¿Lista para la fiesta? O aun podemos decirle a Castiel que no te sientes bien.

–No, me siento perfectamente bien.

– ¿Segura? Porque podríamos hacer una pijamada, comer porquerías altas en calorías, películas ridículas que nos hagan llorar y dormirnos asta tarde.

–Konnie.

– ¿Qué?

–Estoy bien.

–Pero caíste del muro.

– ¿Ves algún daño ha acepción del chichón en la cabeza?

–No –respondió esta.

–Lo vez. Además, eso me ayudara ha quitarme el estrés –dijo eso ultimo para si misma.

Nada mejor que salir a divertirse para quitar los incomprensibles incidentes en su mente. Aun no entendía nada sobre lo que le estaba pasando, primero lo que le paso la noche en el auto de Konnie y ahora el accidente en la carrera de relevos.

No estaba segura pero…había algo en esto que no le gustaba para nada. Que le sucedieran estos acontecimientos le parecía de lo más raro, NO, que sucedieran en tan corto tiempo era verdaderamente aterrador. Porque si, estaba asustada.

Aquello no era normal.

Si, salir era lo mejor para sacar todo y remplazarlo por una noche inolvidable, una fiesta le trajera diversión y posiblemente buenos recuerdos.

Después de todo saldría con Castiel. Bueno, junto con Konnie, pero al menos el rubio llevaría compañía y si tenía suerte, Konnie se iría con el otro chico y los dejaría a solas, o por lo menos por un rato.

–Tú ganas–lanzo un suspiro al fin dándose por vencida–y… ¿Qué llevaras a la fiesta?

–Esto –se dio una vuelta y apunto a la ropa que estaba usando.

– ¿No estarás hablando enserio?–levanto una ceja sin creérselo.

–Si, ¿Qué tiene?

–Bueno…para empezar–comenzó–creo que deberías llevar un vestido.

–Ni lo pienses, sabes que yo no uso vestidos. Es imposible.

–Por favor–rodo los ojos–vas a salir con Castiel, un lindo chico que posiblemente le gustes y que pueda ser tu futuro guapo marido. La señora Laney de Castiel.

–Que linda. Gracias, pero quien me quiera, tendrá que hacerlo por quien soy.

–Eso lo se de sobra, pero un poco de ayuda no hace nada… –Laney la callo con la mirada–bien, siquiera shorts con unas pantimedias y un poco de maquillaje.

–No.

–Por favor, par favor, por favor-suplico entre saltitos y pestañeos.

–Bien-se levanto de la cama y tomo camino asta su closet-pero solo un poco.

–¡Si!

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–Te lo dije –ya hace varias horas en la que Konnie trataba de perfeccionar el atuendo que Laney usaría esa misma noche, cambiando sus jeans por unos shorts y unas pantimedias nejas, top de igual color con una blusa de manga larga roja de estrellas estampadas que dejaba fuera uno de los hombros, Banks rojos y para terminar un poco de maquillaje, sombras nejas, rimen y labial rojo-te ves preciosa.

–No creo que el labial rojo sea necesario–replico Laney mientras se admiraba en el espejo.

–Combina con tu pelo–comento la otra como si fuera obvio y le dio un manotazo a la pelirroja cuando intento quietárselo–y así se quedara.

–Ouch.

–Nada de lamentaciones–advirtió, aliso su vestido amarillo y acomodo adecuadamente la chamarra de mezclilla arremangándola–ahora tenemos que bajar.

–Puff, Bien.

– ¿Sabes? Deberías arreglarte más seguido–opino mientras salían del cuarto y bajaban las escaleras.

–No abuses konnie, no abuses.

–Okey.

– ¿Creí que solo iba ser una fiesta? No una cita–las detuvo el pelirrojo con los brazos cruzados.

–Es una fiesta Terry. Y ya no soy una niña–reprocho Laney.

–Eso es lo que tu dices–el sonido de una bocina se hizo presente, provocando que el chico volteara hacia atrás.

–Uh, tiene que ser el–informo Konnie caminando hacia la puerta y abriéndola, sorprendiéndose al encontrar a una chica de melena rosa, vestido elegante rosa pálido, zapatos de tacón negro, ojos rosas, sombra de ojos de igual color junto con el labial–hola.

–Hola–respondió la chica y al ver que la rubia no decía nada más, pregunto – ¿Esta Terry?

–Trina–Terry apareció al lado de Konnie y abrió por completo la puerta–por favor entra.

–Por un momento creí equivocarme de casa –dijo con una sonrisa.

–Pues no lo estas. ¿Puedo sostener tu saco?–pregunto con nerviosismo, la chica se rio un poco por eso y respondió:

–Gracias pero…no tengo saco.

–Oh, claro, yo…–las dos chicas restantes rieron por lo bajo, provocando que el chico ardiera en vergüenza.

–Hola. Soy Laney, y ella es mi amiga Konnie–apunto a la rubia que saludo con la mano y de paso amenizo el sufrimiento de su hermano.

–Es un gusto en conocerte. Terry habla mucho sobre ti–comento mientras estrechaba su mano.

–Y mi hermano habla mucho sobre ti…desde ayer–puntualizo esta.

–Oh. Lindo collar–apunto hasta el cuello de Laney en donde retozaba un colguije de cuarzo blanco junto a una llave.

–Gracias –otro sonido de bocina se escucho–creo que esta vez si es para nosotras, nos vemos después Terry–anuncio a su hermano.

–Tienes que llegar aquí antes de las 12. Mamá me hubiera matado si supiera que te dejo llegar asta tarde.

–Lo intentare-respondió con una sonrisa.

–Se ven hermosas señoritas –alago Castiel abriéndoles la puerta a cada una. Konnie en el de atrás y Laney en el delantero, Castiel entro en el copiloto mientras encendía el motor.

– ¿No dijiste que traerías a un amigo?–pregunto Konnie que estaba sentada a medias del asiento.

–Uh, si es solo que el nos vera allá.

–Bien ¿Y ha en donde será la fiesta?

–Ya lo verán al llegar–dijo y encendió la radio en donde inmediatamente se escucharon los primeros acordes de la canción "Save me" –mientras tanto, disfruten del trayecto.

–Hey. Yo se me esa canción–anuncio Konnie mientras la cantaba.

Siento que mis alas se han roto
En tus manos
Siento las palabras no dichas
Adentro
Cuando jalan.

Para después unirse la pelirroja y el rubio.

Y te daría todo lo que quieras
Eras todo lo que yo quería
Todos mis sueños están derrumbándose
Arrastrándose y arrastrándose

Alguien sálveme
Deja que tus brazos tibios me sostengan
Alguien sálveme
No me importa como lo hagas
Solo sálvame, sálvame
Vamos
He estado esperando por ti.

– ¿Un…deposito de chatarra?

–No vas a destrozarnos con tus propias manos y echarnos a los perros como lo hizo el aniquilador, ¿cierto?–pregunto Konnie observando el desguace en medio de la nada que ahora permanecía entre sombras. Castiel rio ante esto y bajo las miradas interrogantes de ambas chicas respondió:

–Obviamente no, ¿Qué clase de demente creen que soy?

–Solo era curiosidad.

–Les prometo que se sorprenderán–bajó del auto y silbó, pronto unos chicos llegaron y abrieron las rejas para dejarlos pasar. El rubio subió al auto y se interno en el desguace.

Unos minutos después, la música se dejo escuchar y acto siguiente pasaron de entre los arboles dejando a la vista un montón de adolecentes en sus autos con sus chicas a los lados. Castiel se estaciono y todos bajaron del auto.

–Yo te catalogaba más como un chico de te y mocasines, con buenas calificaciones que no dañaría a una mosca–dijo Laney una vez fuera del auto.

–Si lo soy–admitió–pero de ves en cando salir de la rutina no esta tan mal.

Siguieron el camino asta donde estaban otro montón de adolecentes que escuchaban a una banda tocar. Pasaron de ellos y se dirigieron hacia otro puñado que tomaban y jugaban en unos futbolitos.

Se quedaron ahí jugando por un buen rato asta que anunciaron que otra banda tocaría.

–Estos chicos no necesitan de una fabulosa presentación, pues ustedes ya saben quienes son-el publico comenzó a gritar y silbar–démosle un fuerte aplauso.

El lugar se lleno de más gritos y silbidos junto a desbordantes aplausos. Tres chicos subieron al pódium acomodándose en sus respectivas posiciones, un chico grandote de cabellera negra con una banda en la frente comenzó a hacer un solo de batería para después apuntar con su baqueta asía otro chico delgado de lentes que toco su teclado y terminando con otro de baja estatura, cabello rojo y ojos verdes que hizo otro solo con su bajo.

–Ha mami le gusta lo que ve –balbuceo la japonesa viendo al chico de la batería. Laney rodo los ojos y puso su atención a lo que seguiría.

Los chicos de la banda iniciaron con la música y ella reconoció aquellos acordes. Era la canción que había escuchado en la radio.

Asombroso.

Pero toda aquella emoción se apago al ver entrar un chico de cabello azul y ojos del mismo color tocar su guitarra eléctrica y acto seguido cantar la canción.

-Oh no.

Mi suerte no podría ser mejor.

This is a black black ski mask song
So put all of your anger on
In the truly gruesome do we trust

I will always land on you like a sucker punch

Había algo en aquella canción que le ponía la carne de gallina, no por que le fascinara-porque en realidad así era-si no que aquella frase le recordaba a lo que la atormentaba desde hace poco.

Demasiado sospechoso.

Singing I am the worst, I am the worst nightmare
I am the worst, I am the worst nightmare
If you knew, knew what the blue birds sang at you
You, would never sing along
Cast them out because this is our culture
These new flocks are nothing but vultures

Because they took our love and they filled it up
Filled me up with Novocaine and now I'm just numb
Now I'm just numb
Don't' mind me I'm just a son of a gun
Don't stop don't stop till your heart goes numb
Now I'm just stuck

I don't feel a thing for you

I'm just a problem that doesn't want to be solved
So could you please hold your applause
Take this sideshow and all its freaks and turn it into the silver screen - dream

Singing I am the worst, I am the worst nightmare
I am the worst, I am the worst nightmare
If you knew, knew what the blue birds sang at you
You, would never sing along
Cast them out because this is our culture
These new flocks are nothing but vultures

Because they took our love and they filled it up
Fill me up with Novocaine and now I'm just stuck
Now I'm just stuck
Don't' mind me I'm just a son of a gun
Don't stop don't stop till your heart goes numb
Now I'm just stuck

I don't feel a thing for you

Ooooh, I say one day the valley is gonna swallow me whole
(Hijack the hype, hijack the hype)
I feel like a photo that's been overexposed
(Hijack the hype, hijack the hype)

Because, They took our love and they filled it up
Fill me up with Novocaine and now I'm just stuck
Now I'm just stuck
Don't' mind me I'm just a son of a gun
Don't stop; don't stop till your heart goes numb
Now I'm just stuck

I don't feel a thing for you

Los ojos de Raven (Corey) se posaron sobre ella y contuvo unas enormes ganas de estallar en pánico.

La canción termino y todos estallaron en gritos ensordecedores. La banda agradeció a sus admiradores y bajaron del pódium estrechando barios puños.

Rayos.

Había aceptado la propuesta de Castiel para escapar de las escenas ocurridas con Corey en corto tiempo que llevaba de conocerlo. El miedo y la atracción que sentía por el al mismo tiempo, era incomodo y terrorífico. Se supone que esa era una noche en la que no lo vería.

–Oigan –las llamo el de ojos grises – ¿no es ese Raven?

Oh, si que lo era.

–Lo es –Konnie le dio un ligero codazo a Laney.

–Oye–ignoro la acción de la rubia y cambio de tema – ¿no debería de estar ya tu amigo aquí?

–Cierto, esperen aquí–les pidió–lo llamare, ahora vuelvo–dicho esto, el chico desapareció entre el tumulto.

–Genial, ya me estaba empezando a sentirme sola–argumento Konnie y comenzó a moverse extrañamente–rayos, necesito un tocador.

–No creo que vallas a encontrar un tocador en medio de la nada–la rubia ahogo un gemido de frustración mientras observaba el alrededor.

–No un tocador–opino ensanchando su sonrisa–pero si un montón de autos chatarra.

– ¿Piensas orinar detrás de la chatarra?

–Bueno, es eso o hacerme pipi en los pantalones-chasqueo los dedos–otra opción podría ser una botella.

–Vamos atrás de los autos –la jalo de la chamarra antes de que se le ocurriera otra idea bizarra.

Una vez llegando a un lugar desolado la japonesa se escondió detrás de uno de los autos chatarra.

La pelirroja espero a su mejor amiga metiendo las manos en los bolcillos para calmar un poco el frio que estaba sintiendo y maldijo la hora en la que decidió no llevar suéter alguno.

Un sonido de una piedra caer contra el metal le llamo la atención, por un momento sintió el aire más frio y una sensación de ser observada se convino con la baja presión que ahora tenia. Volteo la cabeza en diversas direcciones y por un momento creyó ver una figura de negro atravesarse entre las sombras.

–Se que no quieres saber esto, pero…–hablo Konnie saliendo de entre los autos –todo fue evacuado.

–Que…bien–dijo no muy convencida–tal vez, deberíamos irnos, quizás castiel ya este desesperado buscándonos.

De camino con la multitud Laney chico contra un chico.

–Uh, parece que soy irresistible–Corey sonrió de oreja a oreja. Laney lo vio y parpadeo alejándose unos centímetros de el.

–Que arrogante, no te creas tan importante.

– ¿Y no lo soy? ¿Con quien vienen?

–Castiel –respondió Konnie interviniendo –están en una cita.

–Oh, ¿y la tuya? Porque, no me imagino a una chica tan linda como tu viniendo sola.

– ¿Mi cita?-el asintió–ellos fueron a…por unas cosas al auto.

– ¿Y las dejaron solas?–pregunto con fingida incredulidad.

–Ellos regresaran pronto–esta vez interrumpió la pelirroja.

–Genial–dijo con el mismo tono–porque no vienen y bailan un poco mientras sus parejas regresan.

–Tal vez Laney quiera ir, yo…tengo sed asique iré por una bebida –¿que estas haciendo? Le susurro laney a Konnie–una segunda posibilidad-argumento y se fue dejándolos solos.

– ¿Quieres bailar? –el extendió su mano.

– ¿Contigo? No gracias–un chico paso corriendo y la empujo contra Corey, provocando que este la sostuviera por la cintura.

– ¿Estas bien? Porque parece que vas a vomitar.

–Solo déjame ir ¿Quieres?–trato de zafarse pero el la hacerlo más a su cuerpo.

–No tengo ninguna intención de soltarte –condeso este con una sonrisa.

– ¿Que es lo quieres?

–Solo bailar contigo–ella levanto la cabeza para mirarlo a los ojos–vamos–yo…te…reto.

– ¿Cómo… –el aire se le fue–¿Cómo haces eso?

– ¿El que?

– ¿Cómo haces eso?–replico esta vez con severidad.

– ¿Hacer que?–sonrió maliciosamente.

–No lo hagas, no finjas que no lo estas haciendo–advirtió–también hiciste en el gimnasio de la escuela.

–Por favor dime que es lo que se supone que hago.

–Mis pensamientos.

– ¿Que pasa con ellos?

–Basta –lo empujo sin moverlo un poco.

–No dirás…–retrocedió un paso y volteo a todas partes para después bajar la cabeza y susurrarle–que estoy hablando en tu mente ¿cierto?–levanto la voz–¿sabes lo loco que eso suena?

–Necesito azúcar–se soltó de su agarre. Lo que necesitaba era ir por konnie y encontrar a Castiel he irse a casa.

–Ven conmigo–la tomo del bazo para retenerla.

–Ni aunque estuviera loca.

–Te tengo un trato.

– ¿Qué?–pregunto levantando una ceja.

–Un trato –y especifico–una carrera.

La soltó y comenzó a caminar fuera del alcance de aquel tumulto de chicos bailando.

Pasaron unos arboles asta que pudo divisar una pista improvisada. Varios chicos permanecían enzima de sus motocicletas junto a unas chicas que coqueteaban con ellos.

Más adolecentes llegaron al lugar mientras susurraban sobre la peligrosidad de aquel acontecimiento, unos emocionados y otros no muy de acuerdo.

–Dijiste que era una carrera–objeto Laney al ver de lo que se trataba.

–Y los es –su boca se curvo hacia arriba –oh, ¿es acaso que tienes miedo–ella no contesto. Era claro que tenia miedo, esa clase de carreras no eran más que una trampa mortal–si tienes miedo solo dilo.

La chica no contesto por segunda ocasión, lo que hizo brillar una idea nueva.

– ¿Sabes? Es normal que tengas miedo. Después de todo eres una chica.

–Disculpa–se sintió completamente ofendida.

–Las niñas lloronas como tu gritan y se asustan con ver que sus uñas se quiebran, tienes miedo y no importa. Lo entiendo.

–Yo no grito –protesto esta.

– ¿Ah no? Demuéstralo–insistió–si no gritas, le pediré al maestro Hamilton que te regrese con Konnie.

–Ya lo intente. El no cambiara de opinión.

–Puedo ser convincente.

Pareció meditarlo un poco mientras se mordía el labio inferior y suspiraba resignada.

–Acepto, pero no gritare–advirtió.

–Así se habla.

–Carreras siamesas–siseo–debo estar completamente loca.

–Las mejores personas lo están–le guiño un ojo y la guio asta la motocicleta.

Un hombre calvo y con lentes oscuros se les hacerlo preguntando si correrían, llamo a los otros competidores y estos se acomodaron junto con sus acompañantes.

–Toma–trato de contralar sus impulsos de huir de ahí. Si en verdad quería alejarse lo más posible del, lo lógico seria acabar con eso en un santiamén. Con esa idea en la cabeza acepto el cinturón que Corey le ofrecía–sostenlo a tu cintura contra la mía, lo más fuerte que puedas–puntualizo.

– ¿Cual es el premio para el ganador?–pregunto en cuanto se acomodo como debía.

–Respeto–ella rio ante su simple respuesta, como si eso fuera a ser cierto. Pero cambio de parecer al darse cuenta que en verdad así era.

–Yo te creía más del tipo soberbio adicto al dinero.

–Oh, lo soy. Pero en las cartas–el mismo hombre de los lentes subió al techo de una camioneta, y acto seguido se escucho una chicharra anunciando el inicio de la carrera.

El de ojos azules arranco el motor.

El aire frio golpeo su nuca provocando que el cabello pegara en su cara. Podía sentir sus tipas y corazón caer hasta los pies por la violencia de la velocidad. Se aferro a lo único que encontró para calmar el vértigo que la emanaba.

Una temblorosa risa se le escapo de los labios.

La adrenalina que ahora experimentaba se convertía en diversión desenfrenada–que aunque sintiera que la vida se le iría en cualquier momento–aquello era verdaderamente loco. Todo miedo que había sentido se borro con las envestidas de libertad que la carrera le proporcionaba.

Todo aquello iba también asta que sintió el repentino aflojon del cinturón.

Oh no. eso no podía ser nada buen.

Trato de llamar a Corey y advertirle lo que estaba sucediendo pero el horror de ello no se lo permitió. Sintió que se le hizo un hueco en el estomago y trato de sujetar el cinturón, más sin embargo lo único que ocasiono fue que se aflojara más.

Sin notarlo, el chico acelero la velocidad a todo lo que daba. Al frente de ellos se encontraba una rampa y una colina en la que aterrizaría.

Y entonces ocurrió.

Ya era demasiado tarde cuando la motocicleta voló en el aire.

Con pánico observo como es que el cinturón se habría completamente y era expulsada fuera de la moto. El suelo de tierra se hizo visible frente a sus ojos, y abrió la boca para gritar fuerte mente.

Pero el golpe nunca llego.

–Hey–escucho la voz de Corey en medio de los gritos de la multitud–eso si que fue un grito.

Ese comentario la trajo devuelta y observo con ingenuidad como es que el cinturón permanecía en sus cinturas. Parpadeo sin entender lo que había sucedido.

–Yo.

Estaba completamente segura de haber caído entre la rampa y la colina de tierra. Desabrocho el cinturón y bajando de la moto se sentó en el suelo para tratar de recuperar el aire que había sido expulsado de los pulmones.

– ¿Que sucedió?-dijo para si misma.

–Ganamos la carrera-respondió Corey inclinándose frente a ella– ¿Estas bien? Te noto un poco pálida.

Y se sentía pálida.

Levanto la cabeza mirándolo a los ojos.

El parecía genuinamente interesado.

–Tengo que irme–se paro sacudiendo sus shorts–Konnie y Castiel deben estarme buscando.

–Supongo que nos quedaremos como compañeros–con su cabeza señalo hacia otra parte–te llevare de regreso con ellos.

La condujo de vuelta a donde se encontraban sus compañeros pero su sorpresa vino al no encontrar a Konnie cerca de ahí.

–La llamare–saco el celular del bolcillo pero al tratar de encenderlo la pantalla siguió completamente negra–no puede ser cierto.

–Parece ser que se fueron.

–No–negó–ella no aria eso.

El levanto sus dos manos en alto.

–Diablos–maldijo un chico cerca de ellos. Corrió a donde estaba el pódium y tomo el micrófono por el que había cantado Corey y su banda– ¡escuchen todos¡–hablo por los altavoces–Adam llamo y dice que tres patrullas se acercan aquí.

En ese momento todos los adolecentes comenzaron a abandonar el lugar a toda prisa.

–Que mala suerte–susurro el de cabello azul–y yo que me estaba divirtiendo. Ven–le dijo sosteniéndola del brazo–tenemos que salir de aquí.

Laney no opuso resistencia alguna. Si konnie y Castiel escucharon eso, ya debieron haberse ido a no ser que estuvieran buscándola.

–Sube–dudo por barios segundos a su oferta. No estaba segura de subir otra vez, no después de lo que presencio–vamos.

–Me llevaras directo a casa –su orden se escucho más bien como una pregunta.

–Si eso es lo que quieres. Sube–ofreció nuevamente y esta subió sin objeción alguna–sujétate bien. Porque saldremos volando–Laney se sujeto fuertemente de la cintura del chico y acto seguido como lo prometió así se hizo.

Durante todo el trayecto a su casa se aferro a la camiseta de Corey abrazándolo por la espalda. Cuando llegaron a la casa, la pelirroja bajo de la motocicleta y se preparo para decir un gracias por traerme a casa, pero todo se fue al verlo subir las escaleras del porche.

Lo siguió asta la puerta y prosiguió a sacar las llaves de su cuello sobresaltándose al no encontrarla en su respectivo lugar.

– ¿Qué?–atónita observo como es que Corey sacaba de su bolcillo la llave y las colocaba en la cerradura–¿Cómo es que…

– Resulta que además de atractivo y tener una banda, también soy un grandioso mago–tomo el celular de la chica–ahora lo ves, ahora no lo ves–lo movió entre sus manos desapareciéndolo enfrente de ella.

–Devuélveme mis llaves–ordeno consternada. El se las entrego levantando las manos en señal de parecer inocente. Intento girar la lleve en su lugar para poder abrir la puerta pero no logro moverla–no puede ser–opto por tocar y que su hermano abriera, pero no vio el auto de la chica de cabello rosa y las luces permanecían apagadas.

–Déjame intentarlo–pidió extendiendo la mano para que le diera la llave– ¿Puedo?

–Bien. Pero esta atasca…

Callo al escuchar como es que la cerradura hacia click y abría sin problema alguno. El arqueo la ceja arrogante.

–Fanfarrón–gruño. Entro a su casa y al estar a punto de darle las gracias y serrar la puerta, el chico se interpuso colocándose entre el umbral de la puerta con los brazos a cada lado del marco.

– ¿No me invitaras a entrar? –pregunto con una sonrisa.

– ¿Y porque razón aria algo como eso?

–Por ser solidaria, tal vez–opino mientras se recargaba y se cruzaba de brazos.

–Ni lo pienses–negó con la cabeza–eres un chico y estoy sola en casa.

Al pronunciar eso ultimo se maldijo a si misma queriendo golpearse en la pared. Pues Corey parecía aun más interesado.

–Debes estar hambrienta. Yo podría prepararte algo.

–No gracias, estoy…–el sonido de su estomago la traiciono haciendo sonreír al chico con suficiencia–…bien. Escucha–se aclaro la garganta–no quiero ser mala ni nada de eso pero…

– ¿Te gusta la comida mexicana?–de repente, el ya estaba dentro. Laney se hizo a un lado incrédula y el serró la puerta con la punta de su pie– ¿Tacos?

– ¿Tacos?

–Ya sabes. Tomate, lechuga, queso ¿salsa picante?

–Se lo que es un taco. Ahora–añadió–lo que quiero saber es porque estas dentro de mi casa.

El no contesto y en su lugar camino con grandes pasos hacia la cocina, donde prosiguió a sacar todo los ingredientes que utilizaría. Después se acerco al lavabo, arremango su chaqueta de mezclilla para poder lavarse las manos y cortar las verduras. Abrió la gaveta en la que se encontraban los cubierto y saco un cuchillo.

Una oleada de pánico creció al verlo sostener entre sus manos el afilado metal del cuchillo. Al parecer el noto su estado y aminoro todo preguntando:

– ¿El rojo de tu cabello es natural?

–Por supuesto–se defendió–que tú te tiñas el cabello de azul no quiere decir que el resto del mundo también lo haga –una sonrisa se extendió en sus labios provocando unos hoyuelos en sus mejillas.

Se sostuvieron la mirada por barios segundos asta que el abrió de nueva cuenta la gaveta y sacaba otro cuchillo aun más grande y afilado que el otro. Lo sostuvo en alto y examino la hoja en donde se podía ver reflejada. Su estomago dio un enorme giro.

– ¿Por qué no bajas el cuchillo?–pregunto lo más tranquila posible.

Dejo de examinarlo apartando la mirada del objeto, la miro a ella y regreso su atención en el cuchillo.

–No te are daño Laney–dijo mientras lo giraba y apuntaba hacia ella con el mango de este–ven aquí, acércate.

No se movió.

Su sexto sentido le advertía nuevamente como en la última vez. Hay algo en el, había algo en el que no inspiraba confianza. Pero no le iba a dar esa satisfacción, sabia que ella le temía y no le daría el gusto de confirmarlo.

Tomo en su posesión mientras se acercaba asta el.

–Primero–dijo el parándose detrás de ella y apoyándose en la encimera junto a las manos de Laney– escoge un tomate y empieza a cortarlo.

–Y…–comenzó a cortarlo– ¿en verdad tienes que estar tan cerca de mi? Creo que puedo cortar un tomate perfectamente sin tu observación.

–Te sientes tensa, ¿ocurre algo? –contesto a su pregunta con otra.

Y si que se sentía tensa.

Pero no sabía exactamente la razón.

–Estas temblando ¿Por qué?–pregunto cerca de su oído. Su aliento alcanzo buena parte de su hombro descubierto provocando en ella sensaciones agradables.

Como la mayoría de las beses asta ahora el se percato de aquello, sonrió arrogante y divertido al mismo tiempo. Todo pensamiento coherente desapareció de ella al notar la boca del chico tan cerca, voltio la cabeza quedando a tan poca distancia.

Y ahora solamente quería besarlo.

– ¿Qué? –arqueo una ceja.

–N-nada–se volteo completamente hacia el–tal vez sea mejor que tú termines con esto–señalo los tomates e intento salir del encierro que eran los brazos de Corey pero el se lo impidió.

– ¿Asustada, Lanes? –murmuro cerca de ella.

–No.

–Mentirosa, se que me temes–hizo a un lado los vegetales y el cuchillo–pero es tu aterradora atracción hacia mi.

–Que presumido eres–dijo despistándolo y lo empujo con la mano para tratar de quitarlo.

El atrapo su mano contra su pecho y rápidamente hizo lo mismo con la otra aprisionándolas con sus puños. Lista para protestar, abrió su boca pero no salió nada.

La jalo hasta tenerla cerca y petrificada observo como es que el la levanto hasta que quedara sentada en la encimera. Así sus caras estarían al mismo nivel y el podría mirarla directamente a los ojos.

–Deberías irte.

– ¿Ir aquí? –Dirigió su boca en hombro– ¿O aquí? –se movió hasta el cuello y de ahí siguió el camino en dirección a la mandíbula en donde ella ya no pudo reprimir por más tiempo un gemido involuntario.

– ¿Laney? –Escucho su nombre ser pronunciado seguido de la puerta de entrada serrarse.

–Terry –Dio un brinco sobresaltada, apartando al chico en frente de ella–tienes que irte. Ahora–señalo la puerta de la cocina que iba directo hacia fuera–vete.

Estaba segura que su voz había sonado autoritaria en lo absoluto, pero. Entonces porque el no se movía de su lugar. Esta vez con furia acumulada camino asta el y trato de empujarlo fuera de su casa, pero le fue imposible. Era obvio que sus fuerzas eran del todo diferentes.

–Hay una motocicleta a fuera ¿Sabes de quien…–El hermano de Laney paro al ver a Corey siendo empujado por esta –Hola.

CONTINUARA…

Al fin.

El capitulo de hoy fue el más grande que he hecho. Primero pensé en hacerlo en dos partes, pero como me pareció demasiado relevante la parte de arriba decidí ponerlo en uno solo.

Espero que haya valido la pena.

Se supone que iba a ponerles la traducción de la canción, pero no la encontré en español y me dio flojera escribirla por mi misma. Aun así pueden verla en youtube "Novocaine de fall out boy"

Save me-Remy Zero, no se si alguna vez hayan visto Smallville superman. Era uno de mis programas favoritos.

Debo aclarar nuevamente que esta historia esta basada en uno de mis libros favoritas, no lo are tan igual pero habrá muchas partes de el.

Diana Argn

Igual, hermana hija de otra fulana (soy mala con los chistes)

Tory Perez

Gracias. :)

MAYTHEKILLER03

No es Batman…es un excelente mago :D

Mal Maleficent

Gracias. No pasa nada, todo comentario se acepta.

Roxy Penn

Ya lo dijo el, es un mago XD

Muchas gracias.

SCF

Mucho muy complicados, pero amo a los chicos malos.

Ya vi el anime y me enamore de Usui "el alíen pervertido del planeta hormonas"

Disfruta del nuevo capitulo.

¿Reviews?

Bye.