Capitulo Doce

.

.

Disclaimer: Naruto no me pertenece, es propiedad de Masashi Kishimoto.

.

.

Espero que les guste.

.

.

Nota: Este fic fue planeado y empezado a escribir justo después de la salida del gaiden, mucho antes de la película, que el OS de Mitsuki y sobre todo, antes del manga de Boruto. Por lo cual, no se parecerá en nada, tal vez tome algunos personajes.

Nota 2: Debo advertir que soy una romántica empedernida y también soy muy trágica. Esto es por lo que podría venir en posteriores capítulos.

.

.

Por suerte, en los dos días que tardó en llegar no tuvo inconvenientes, no hubo ataques ni nada.

Apenas arribó en la tarde en la entrada de la aldea y mostró el pergamino de permiso a los guardias, corrió hacia la torre hokage.

—¡Kankuro! No te esperábamos hasta mañana —comentó Naruto con sorpresa al ver al ninja de la arena. Shikamaru fue el primero en notar la preocupación en el rostro de su cuñado.

—¿Pasó algo?

—Nos atacaron —Naruto se levantó de su asiento frunciendo las cejas ¿Ahora atacan a la arena?

—¿Tenían bandas? —Kankuro asintió— ¿De donde?

—De aquí —El Hokage y su mano derecha se miraron preocupados.

—Esto está llegando demasiado lejos —dijo Naruto.

—¿Qué tenian pensado? —preguntó Kankuro.

—Pensamos que era un ataque a la hoja, pero nos damos cuenta que es alguien que quiere dañar las alianzas enviando atacantes disfrazados. No hay ningún renegado aquí.

—¿Llamamos rastreadores? —preguntó Shikamaru, a lo que Naruto asintió.

—Llama a Hana Inuzuka y a Hanabi Hyuga —ordenó Naruto.

Tan sólo minutos después, las dos líderes estaban en la oficina Hokage.

—Buenas tardes, Séptimo —le dijo Hana, siempre le había parecido gracioso tratarlo con tanto respeto, cuando ella lo vio crecer y hacer travesuras con su hermano menor.

—Hana, Hanabi —las saludó el séptimo—. Las solicito aquí porque tengo una misión —Hanabi enseguida compuso una mueca ¡Se iba a casar pronto!—. Pero no es necesario que vayan ustedes si no quieren. Tienen que escoger a tres de sus mejores rastreadores, sean Chunnin o Jonin. Cuando estén aquí, les daré las instrucciones completas.

.

—Quedarás a cargo —dijo Hana, Tamaki se sonrojó.

—Pero Hana…

—Eres la esposa de Kiba, cuando la líder del clan se va, su marido queda a cargo. Pero Rick va conmigo, así que queda a cargo mi hermano, pero Kiba aun no llega de su misión —cerró su mochila y la cargó en su hombro—. Así que la esposa de él queda a cargo.

—¡Mami! —los gemelos entraron en la habitación y abrazaron a su madre. Hana les besó en la frente.

—Cuidense, sus tíos los cuidarán, así que empaquen para que se vayan a su casa —No era la primera vez que Tamaki se quedaba al cuidado de sus sobrinos, al contrario, era muy a menudo—. También te dejo la veterinaria. Confío en ti, Tamaki —le besó la mejilla, y salió. Los tres salieron detrás. Los niños abrazaron a su padre, un hombre corpulento con marcas en sus mejillas, era un primo lejano de Hana que terminó por convertirse en su marido. La pareja salió, Hana con los hermanos Haimaru al lado de ella, y Rick con su perro a su lado, el cual supo Tamaki, no sólo por su parecido, que era uno de los hermanos mayores de Akamaru, los de las primeras camadas. En la puerta de los terrenos del clan los esperaba Tsume, quien al parecer, nunca se retiraría, Kuromaru estaba a su lado, anciano, pero aun fuerte. La mujer se había despedido de sus nietos y nuera minutos atrás. Tamaki suspiró y miró a sus sobrinos.

—Empaquen sus cosas —les ordenó—, nos vamos a casa —los niños asintieron y entraron. Minutos después, ya tenían sus mochilas a su espalda. Dos cachorros blancos salieron detrás de ellos, Tamaki cerró la puerta de la casa principal y se dirigió a su casa. Cuando abrió la puerta, un gran perro blanco la tumbó en el suelo. Los cachorros revolotearon alrededor de su padre.

—Oye, oye ¡Yo debía saludarla primero! —Kiba ayudó a su mujer a levantarse, Tamaki soltó una risita. Se limpió la cara y besó a Kiba en los labios.

—Gracias a Kami, no tengo que liderar el clan —Kiba la miró extrañada, la mujer le señaló con la mirada a los niños y Kiba entendió.

—¿Nos toca cuidar a los enanos? —dijo burlándose, era su forma cariñosa de tratar a sus sobrinos— ¡Vamos a lanzarlos al bosque!

—¡Tío! —exclamó Shita, su hermano se lanzó enseguida al hombre riendo. Tamaki sonrió, siempre la pasaban bien con los niños.

.

Cuando los seis ninjas hubieron partido, el Hokage, su mano derecha y el ninja de la arena se miraron.

—¿No deberías ir al hospital? —dijo Shikamaru a su cuñado.

—No estoy herido, solo cansado —respondió Kankuro—. Además, vengo a ver como sigue Temari.

—la otra semana le quitan los puntos—el ninja asintió.

—Naruto, no entiendo ¿Qué les ordenaste hacer?

—Van a complementar la investigación de Sasuke.

.

Finales de mayo. 2 semanas antes de la primera etapa de los exámenes Chunnin.

—¡Ten más cuidado! —le gritó Karui a su hija cuando ésta apuntó mal y casi le clava una espada en la cara—. La vista es lo primordial aquí —se acercó a ChouChou y le colocó el mechón de cabello detrás de la oreja—, así que entrenarás sin cabello en la cara.

—Pero me siento más cómoda con el mechón… —replicó la Akimichi más joven.

—Sí, pero pierdes visibilidad. No quería contártelo, pero lo haré: Killer bee-sensei va a venir a entrenarte —los ojos dorados de ChouChou brillaron.

—¿Enserio?

—Sí, le pedí el favor que te viniera a entrenar con el arte de las 7 espadas y aceptó… Aunque esté anciano sigue siendo un gran shinnobi —ChouChou gritó de la emoción, ella conocía al ex maestro de su madre y siempre le habían contado muchas historias de él. Si él la venia a entrenar, tendría las muchas de ganar.

—¿En cuanto está aquí?

—Mañana, salio de la aldea hace varios días hacia acá… Ahora tomemonos un descanso y preparemos algo de comer —la mujer se estiró, llevaban horas entrenando—, tu padre viene hoy.

—Yo cocino, mamá. Después iré a comer con Sarada —se adelantó ChouChou a entrar, y Karui puso los ojos en blanco.

—¡Pero que sea algo bueno! —exclamó entrando detrás de su hija.

.

—El asunto es este —Karin le entregó la carpeta con papeles que llevaba meses preparando, Naruto las ojeó—, el clan Uzumaki está disuelto, ahora es solo un apellido vacío.

—¿Entonces quieres hacer que resurja?

—¡Exacto! —la pelirroja sonrió de lado y se acomodó los lentes— Pretendo volver a traer a la vida al clan, enseñar las cosas necesarias para éste, tener un terreno en la aldea, resurgir las costumbres ¡Todo! Naruto, no te imaginas todo lo que he leído sobre el clan.

—¿Y tú serías la líder? —Karin enarcó una ceja y se colocó una mano en la cintura.

—Obviamente, la idea de que el clan vuelva es mía, además, soy la única Uzumaki que queda que conoce los secretos del clan. Pero no puedo hacer un clan sola, necesito los integrantes a los que voy a enseñar. Aquí mi segunda propuesta —El hokage miró a la mujer—. Me gustaría que tu familia fuera los primeros integrantes aparte de la familia principal. Tu hija tiene mucho potencial con el Byakugan que puede servirle con las técnicas del clan…

—¡Eso sería genial! —dijo Naruto con los ojos brillando, sin embargo, por un carraspeo de Shikamaru, tuvo que volver a asumir su formalidad— Digo, sería genial, Karin, le contaré a Hinata esta noche. Además, el consejo tiene que aprobar esto.

—¿No lo apruebas tú?

—No, lo hace el consejo ¿Sabes que símbolo colocar? —Karin se volvió a subir los lentes.

—El símbolo que poseen todos los ninjas de la hoja en el chaleco es el mismo del clan. No se puede cambiar porque el remolino rojo tiene mucho significado.

—¿Entonces dejarás ese símbolo? —Karin se encogió de hombros.

—Por supuesto.

—Bien, programaré una reunión con el consejo para hablar del tema, y luego para que tú les cuentes todo. Es posible que te pidan evidencias, pergaminos con los sellos, la historia del clan. Karin, reconstruir un clan no es tan fácil como parece.

—Entonces necesito otro favor, dame un permiso para ir a buscar más pergaminos en los escondites del clan. Tengo un mapa en donde me los ubican.

—No estoy seguro, Karin… ¿Tú no estás embarazada?

—Sí ¿Y que?

—Las kunoichis en estado de embarazo no salen de misión.

—¡Esta no es una misión cualquiera! —Naruto miró a su consejero.

—Karin —dijo Shikamaru—, ha habido múltiples ataques, y es muy peligroso que vayas tu sola.

—Puedo ir con alguien más.

—No hay fines lucrativos aquí, no podemos encomendar a un ninja si no le vamos a pagar —Karin puso los ojos en blanco.

—¡Puedo pedirle el favor a alguno que me acompañe! Algún ninja que no esté en servicio. Sakura…

—Sakura-chan está embarazada también —dijo Naruto.

—Ino…

—Ino está trabajando en el departamento de investigación, la necesitamos aquí.

—¡Tenten! —el hokage y su consejero se miraron.

—Si logras convencer a Tenten que te acompañe, entonces sí —Karin sonrió.

—¡Gracias! Iré a decirle enseguida —y salió apresurada de la oficina. Naruto miró a Shikamaru.

—¿Qué piensas?

—Es una gran idea —dijo el Nara—. Restablecer un clan perdido, uno tan poderoso como el Uzumaki crearía una gran ventaja para la aldea. Deberías ir a hablar con el consejo, sabes que demoran mucho para tomar una decisión y Karin se mostraba emocionada.

—Tienes razón.

.

.

Kiba frunció el ceño cuando volvió de llevar a sus sobrinos a la academia, y notó que lo habían dejado din lugar, Tamaki soltó una risita acariciando a Akamaru en la cabeza que estaba sobre ella.

—Me quieren más a mí —la gata de ella estaba en la almohada de Kiba, definitivamente lo habían excluido de su propia cama.

—¡Oye! Hoy puedo dormir hasta tarde ¿Y pretendes robarme el lugar? —gruñó Kiba a su perro, éste solamente soltó un pequeño ladrido y se apoyó más en la mujer.

—Desde que llegaste está más cariñoso que de costumbre ¿Verdad, Akamaru? —le rascó detrás de las orejas haciendo que el animal moviera el rabo con alegría.

—Te extrañaba ¡Y yo también! —El Inuzuka rodó al perro— ¡Oye! Ella es mía, no tuya —Tamaki soltó una risita y tomó la mano de Kiba.

—Déjalo, cariño ¿Por qué no preparas el desayuno, o almuerzo y luego nos damos un baño juntos? —el Inuzuka miró los marrones de su esposa y asintió.

—Bien —Tamaki le sonrió y lo vio alejarse. Miró a Akamaru apoyado en su estómago y le acarició las orejas con cariño.

—¿Por qué estas tan cariñoso? —le preguntó al animal cómo si éste pudiese responderle. Luego, cuando el perro se acurrucó más a ella, recordó algo que le había dicho Tsume.

"Cuando yo estaba embarazada, Kuromaru era muy protector conmigo. Ellos como que sienten al bebé primero que uno, él fue el que me dijo que me hiciera las pruebas, que sentía a alguien más en mí"

Sorprendida, con los ojos húmedos ante aquel pequeño brillo de esperanza que la atención que el perro le daba, se tocó el vientre.

—¿Será? —su corazón latía a mil. No era la primera vez que tenía una esperanza de estar embarazada, sino que las veces anteriores tuvo los síntomas, y ahora no los tenía ¿Pero que perdía con esto?— ¡Kiba! —el shinnobi entró corriendo a la habitación.

—¿Qué pasó?

—¡Acompañame al hospital!

.

.

—Estás embarazada, mamá. No puedes entrenar —Sarada lanzó una shuriken a la diana dando en el centro. Sakura suspiró como una niña y apoyó su cabeza en su mano. Tenia el día libre y quería entrenar con Sarada, pero como lo esperaba, su hija se negó debido a su estado.

—No planeo enseñarte para pelear —intentó nuevamente—, sino, algunas técnicas sencillas de curación. Los exámenes chunnin pueden ser peligrosos —su hija la miró con los ojos brillando, Sakura sabía que el tema de sanación le gustaba mucho a su hija.

—Has ganado, mamá —la pelirrosa rió—. Pero lo haremos después de almuerzo, quedé en salir con ChouChou —Sakura enarcó una ceja.

—¿Se puede saber quien te dio permiso? —la pelinegra se sonrojó.

—¡Mami! —Sakura soltó una risita.

—Vaya, como la señorita tiene planes yo también los tendré. También tengo amigas —Sarada rió—. Vete con Chou antes de que te deje sin comida —la niña besó la mejilla de su madre y se fue enseguida. Sakura respondió el mensaje de Ino afirmando su asistencia para almorzar.

.

.

Cuando la campanilla de la puerta sonó, Tenten levantó la mirada del estante. La pelirroja, la cual se acomodó los lentes cuando se acercó a a la castaña le sonrió.

—Hola, Karin ¿Te llegó el mensaje de Ino?

—Sí ¿Irás?

—Si no lo hago no me la quitaré de encima —soltó una risita—. Me gusta como ella siempre quiere unirnos, es lindo de su parte.

—Tenten ¿Puedo pedirte un favor? —su relación con las otras chicas se había fortalecido con el paso de las semanas.

—Dime —le hizo señal para ir saliendo de la tienda.

—Resulta que necesito ir a los escondites del clan Uzumaki a buscar más pergaminos, ya sabes, es posible que el consejo me los pida como evidencia para resurgimiento del clan —Ella les había contado solo a Ino, Sakura y Tenten sobre la idea de traer su clan a la vida.

—¿No te dejan ir sola? —preguntó cerrando la puerta de su tienda.

—No me dejan, dicen que los ataques han aumentado —Aun ninguna aparte de Sakura e Ino sabia de su embarazo.

—¿Y Suigetsu? —empezaron a caminar hacia el restaurante.

—Es un ninja activo, y ellos no pueden ir a una misión sin fines lucrativos ¿Por qué buscas tantas excusas?

—Tengo una tienda, Karin.

—Tienes un hijo que la puede atender, Tenten —la castaña suspiró, tenia años que no salía de la aldea.

—Bien, pero me debes una, pelirroja —Karin le sonrió.

—Hablaré con el séptimo.

.

.

Cuando Shizune les dijo el resultado, la pareja no pudo hacer más nada que mirarse. El ladrido de Akamaru en la ventana los hizo reaccionar. Tamaki se cubrió la boca con las manos ahogando un grito.

—Felicidades —les dijo Shizune sonriéndoles. Kiba suspiró y se echó a reír, su esposa solo lo miró. Luego, la levantó en brazos y la hizo girar, ambos riendo.

—¡Por fin! —exclamó Kiba, totalmente feliz. Cuando dejó a Tamaki en el suelo de nuevo, Shizune prosiguió con una sonrisa.

—Te prepararé las citas, Tamaki. Deberás seguir una dieta, puesto que estás baja de peso y puede ser peligroso para el embarazo. Al parecer solo estas en tus primeras semanas.

—Oh, Kami —Tamaki aún estaba que lloraba, estaba sumamente feliz. Recibió la hoja con los medicamentos y la dieta que debía realizar y salieron.

—Vamos a almorzar afuera —le dijo Kiba, tomó a Tamaki de la cintura y la besó. La castaña se sumergió en aquel beso.

.

.

Al salir a la terraza de la casa de la familia principal, Hinata le contestó de manera positiva al mensaje de Ino. Hanabi estaba sentada en el suelo mirando una pelea, a Hinata le sorprendió notar que la que peleaba era Himawari. Se sentó junto a su hermana.

—Ella me dijo que no quería ser ninja —dijo a modo de saludo, Hanabi la miró y le sonrió.

—Me vio entrenar y dijo que quería intentarlo —volvio a mirar a la niña— ¡Hima! ¡Los puntos de chakra! Debes mirar a esos puntos y concentrarse en ellos para darle el golpe preciso —instruyó. La niña miró a su tía y asintió, desactivó su byakugan y le sonrió a su madre cuando la vio.

—¡Mira, mami! ¡Estoy entrenando! —Hinata le sonrió a su hija y le brindó apoyo.

—Es muy hábil —dijo Hanabi—. ¡Ya descansa, Hima! —la niña asintió y el hombre con quien entrenaba se tiró en el suelo a descansar, provocando una risita en Himawari.

La niña se acercó a su madre y le abrazó.

—Quiero ir a la academia, mami ¡Me gusta esto!

—Muy bien, hablaré con papá —Himawari le dio una gran sonrisa—. Despidete, vamos a almorzar —Himawari le hizo una reverencia de respeto a su tía y ésta se la respondió. Hinata le hizo también una reverencia a su hermana, tomó la mano de su hija y salieron de los territorios del clan.

.

—Aun duele un poco, pero al menos ya me quitaron los puntos —dijo Temari.

—Fue una cortada muy fea —dijo Sakura tomando de su té—, si Karui no te hubiese hecho esa suturación improvisada, se hubiese infectado y hubiese sido peor.

—Me tuvieron internada una semana en el hospital, fue un infierno.

—¿Cómo no? Si te pusiste de terca a entrenar y se te soltaron los puntos —Sakura y Temari miraron a Karui que acababa de llegar con Ino.

—Y eso que no la tuviste que escuchar sus gritos, quería sacarla de a patadas de ahí —dijo Ino tomando asiento al lado de Sakura, Karui tomó asiento al lado de Temari.

—Vaya que me lo imagino —dijo Karui y le sonrió a la rubia que la asesinó con la mirada.

—Buenas tardes —saludó Tenten, les sorprendió un poco el verla acompañada de Karin. Las mujeres se sentaron frente a Temari y Karui.

Pidieron cada una su comida antes de que Hinata llegara junto a Hima. La mujer pidió también algo para comer y para su hija.

—¿A veces no creen que los chicos tienen demasiada libertad? —Preguntó Ino comiendo de su ensalada— QUiero decir, hoy Inojin ni me pidió permiso, solamente me dijo: Madre, voy a salir a comer con los chicos y se fue.

—Bueno, nosotros cuando éramos jóvenes también lo hacíamos, Ino —Le explicó Sakura—. Ellos hacen su propio dinero, tienen un poco de libertad.

—¿Esa es Tamaki? —Preguntó Tenten, y llamó la atención de la castaña con la mano. La Inuzuka les sonrió, y le dijo algo a Kiba para después acercarse a ellas. Estaba que resplandecía, se notaba muy feliz.

—¿Qué pasó, Tamaki? Te ves muy contenta —Dijo Sakura. La castaña tenía un brillo en los ojos oscuros.

—Shizune lo confirmó —Les dijo y se puso las manos en el vientre— ¡Estoy embarazada! —Todas se alegraron, pues sabían que ese era el deseo de Tamaki, ella siempre quiso tener un bebé con Kiba, y ahora, por fin lo tenía. La abrazaron y le tocaron el vientre, felices por ella. Hasta que la mujer decidió volver con su esposo y sus sobrinos que los había dejado apartados, mientras iba a saludar a sus amigas.

Siguieron comiendo, hablando de cosas triviales, hasta que el teléfono de Temari sonó mostrándole un mensaje.

—Ino, Karui, después de esto, tenemos que ir a la torre Hokage —Informó, Ino enarcó una ceja.

—Vaya, pensé que me mantendría pegada al departamento de investigación.

—Si se van de misión y necesitan comprar armas, haganlo hoy —Informó Tenten—, Karin y yo saldremos de misión mañana —Tanto Sakura e Ino, que sabían del estado de Karin, miraron con una ceja enarcada a la pelirroja que comía con gusto su ramen, ignorándolas por completo.

No dijeron nada el asunto, simplemente siguieron comiendo, y cuando terminaron, cada una se fue por su lado.

.

.

Las tres Kunoichis caminaron con tranquilidad hasta la torre Hokage, la paz en la aldea y en todo el mundo ninja, la tranquilidad inundaba todo el ambiente.

Tristemente, aquella paz se iba derrumbando poco a poco.

Entraron por la puerta principal, como pocos ninjas solían hacerlo. Adentro, las tres kunoichis notaron los ceños fruncidos del Hokage y su consejero, y a una mujer de su edad junto a ellos. Reconocieron enseguida la mujer como la actual maestra de las kunoichis. No tenían que pensarla mucho para saber a qué misión iban.

—Misión de espionaje —Dijo Ino con una sonrisa ladeada ?Hace tiempo que no tenía una! Pues era poco probable que pidieran a una kunoichi mayor.

—Tienes razón, mi querida Ino —dijo la mujer. Temari le sonrió a su marido, y éste, puso los ojos en blanco—. La misión se llevará a cabo dentro de unas semanas, pero tenemos que avisarles con tiempo —Se acercó a ellas y las inspeccionó—. Una pelirroja y dos rubias —Karui gruñó, odiaba que la miraran como si fuese ganado. La maestra las observó por detrás y palmeó el trasero de Ino que se sobresaltó.

—¡Oiga!

—Buen cuerpo para tener más de 30 —Se puso al lado de ellas y asintió mirando al Hokage—. Ellas están bien.

—La misión es dentro de un meses, pero deben salir después de los exámenes hacia el castillo de Daimyu, para prepararse —Les explicó Naruto.

—Pueden irse, les daremos más información sobre la misión en el transcurso de la semana.

Las mujeres asintieron y salieron de la oficina, Temari, antes de cruzar la puerta miró a Shikamaru, que no dejaba de mirarla. Una sonrisa tranquilizante de su mujer lo calmó.

—Esto es un desastre —Dijo Karui, las tres caminaban rumbo a su casa.

—No me parece un desastre —Le dijo Ino— ¿Sabes hace cuanto no hacía una de estas misiones? ¡Llegué a pensar que me tomaban por vieja!

—¿Sabes cómo vas a decirle a Sai?

—Oh… No lo había pensado —Temari soltó una risita, las otras dos la miraron.

—Ellos saben que es nuestro trabajo, no podemos negarnos.

—Claro, para ti es fácil porque Shikamaru estaba ahí mismo ¿Acaso no viste la cara que tenía?

—Pues sí… Pero ellos saben que es nuestro trabajo —Cuando llegaron a donde los caminos de las tres se dividían, se fueron por su lado. Karui, fue a seguir con su entrenamiento, así como Temari, Ino fue a atender la florería que había dejado algo abandonada desde el mediodía.

.

.

—¿Entonces te vas de misión mañana? —Le preguntó Suigetsu repartiendo besos por su espalda. Karin sintió un escalofrío ante el erotismo que destilaba la acción.

—Sí… —Susurró girándose en la cama. Al menos ya habían comprado una y no tenía que dormir en el suelo—. Aunque técnicamente no es una misión, voy a ir a los escondites a buscar más pergaminos. Suigetsu apoyó sus brazos sobre el estómago de la pelirroja, Karin se puso un poco nerviosa.

—Sigo diciendo que resurgir el clan Hozuki es mejor —Ella soltó una risita y le dio un golpe en la cabeza.

—¿Cual es el apellido con mayor peso? ¿Eh? ¿Señor Uzumaki? —Suigetsu frunció el ceño y luego rió.

—¿Por qué no te puedo acompañar? Se supone que eso es de ambos.

—No, tú estás en servicio y no puedes hacer una misión en la que no te paguen. Por eso iré con Tenten —El albino puso los ojos en blanco y se levantó. Se puso sobre su esposa y la aprisionó contra el colchón.

—Bien, deseo mi regalo de despedida.

Karin solo rió, él nunca iba a madurar.


Nota: AY carajo! AY carajooo! No me mateeeen! Es que... Aaaahhhh El fandom de Dragon Ball me ha absorbido... Pero les juro que aun sigo un poco en el de Naruto ¡Y ESTE FIC SE VA A TERMINAR! ¡LO JURO! ¡Y NO VA SIQUIERA POR LA MITAD!

Algo suave (? para alejar tensión de las cosas... ¡Karin hará resurgir el clan Uzumaki! Les tengo una sorpresita en el siguiente capítulo XD

Tamaki está embarazada! Adoré escribirlo, porque era algo que ella en verdad deseaba (?

Vale, ya ¡Espero que les haya gustado este capítulo! QUe aunque corto para los que escribo normalmente, me gustó mucho escribir :3