Quiero, disculparme por la demora del 2do capítulo, tuve varios problemas y complicaciones… Quiero también, más que nada, agradecer a todos los comentarios, favoritos, alertas y follows, saber que alguien me lee es alucinante, muchísimas gracias desde mi pantalla hacia la de ustedes!
Wolf man on Paris
Hombre lobo en París
Cada noche en París, hay alguien que se pregunta por qué no ha vuelto a ver al maldito hombre lobo. Ha vuelto, eso es lo que dice la gente. Desde los fatídicos rumores, hay una joven que no evita caminar solas por las noches, buscando el peligro, queriendo ser encontrada por el animal.
—No puedo permitir que vayas sola por ahí, hay mucho peligro por las noches.
—Está todo bien, Jean, soy cuidadosa —le responde Sakura a su compañero de trabajo, él insiste en acompañarla de regreso a su departamento. Sakura no cree que el camino oficina-departamento fuera peligroso, otras veces ha intentado unos mucho más oscuros. No quiere ningún tipo de ayuda, no la necesita, quiere encontrar al lobo sola, si no, él jamás se le acercaría de nuevo y necesita verlo. En cambio cree que el spray pimienta en su bolso es suficiente para cualquier acechador que no fuera su lobo.
—Solo permíteme cuidarte, iré de todos modos por ese camino, me desviaré pronto —insiste una vez más el alto y castaño muchacho.
Sakura duda.
—¿Bien? —habla de nuevo. El tipo llevaba mucha paciencia con ella.
—Bien —contesta ella al fin, medio rodando los ojos, medio agradecida por el gesto. Los pensamientos de una mujer son tan confusos.
—¿Por qué miras tanto hacia los lados, buscamos algo? —le pregunta su compañero Jean luego de unos silenciosos minutos caminando por viejos callejones. Esta chica escoge el camino más largo a su casa, Jean no lo entiende.
Sakura no puede evitar tener el sentimiento intenso hacia el lobo. No puede dejar de un momento a otro su fascinación, esta sería la última noche que buscaría lo que no se le había perdido.
—¿Tomamos mal el camino? —inquiere Jean buscando la atención de la chica, bufa viéndola distraída y decide mejor continuar el camino atento al frente. Caminan y pasan por muchas calles más, el tiempo ha pasado volando, quizás seis minutos ya.
—Oye… —dice una vez más, su tono de voz es un susurro asustadizo —Mejor tomemos la otra calle, hay un tipo siniestro viéndonos al final de ésta.
Ese adjetivo activa las alarmas en cabeza de Sakura, eran como highlights en su cerebro, sin duda tenía algo que ver sobre quien buscaba.
—¿Qué? ¡Dónde! —exclama esperanzada, quería, más que todo que cuando alzara la mirada y ajustara su visión que lo que observara no sea un borracho, violador, desconocido, aunque aún llevaba consigo el potente spray anti "cualquier violencia" por cualquier falsa alarma.
—Definitivamente deberíamos desviarnos —habla su acompañante, su cara estaba pálida.
—¡No! —se precipita ella a decir, o gritar. Su corazón estaba a mil por hora en estos momentos.
Al fin.
Cuando lo encuentra con la mirada su alma se fija en el suelo, su cuerpo ha hecho lo mismo, ya no camina vigorosamente, está clavada en el suelo, esperando como Sasuke mueve sus caderas mientras camina hacia ellos. Él viste un blue jean, solo eso sobre sus lujuriosas caderas, un look rasgado y sensualmente prometedor, al menos eso es lo que ella piensa, fascinada; quizás Jean, su compañero, no piensa lo mismo, su cara no muestra más que nervios y pánico.
—N-no no es una bu-buena idea enfren-tarlo —tartamudea él.
Ahora más de cerca aprecia el rostro del depredador. ¡Diablos! Su apariencia, su actitud es más animal que la última vez que lo vio. Sasuke tiene una fina capa de barba, vello en el pecho y una mirada muy salvaje proviniendo de sus ojos oscuros.
—¡Sasuke! —expresa ella alzando de más la voz, se le acerca estrepitosamente y se cuelga en su cuello como puede. Agradece que los tacones de oficina son muy altos y que la falda tubo sea larga, más bien sus piernas se lo agradecen.
—¿Lo conoces? —dice el único testigo del encuentro.
Sakura ha olvidado todo a su alrededor, el ambiente, el lugar, las circunstancias, y también ha olvidado a su asustado compañero.
La presencia de Sasuke es un poco difícil de explicar, su actitud, su vestimenta, su comportamiento. La esta abrazando igual y huele su cabello, entonces ella se da cuenta de que gruñe y la atención del hombre lobo no está totalmente en ella. Se aparta un poco y sigue la mirada nada amigable de Sasuke hacia Jean. La mirada es estrangulante, asesina.
Un animal de todos modos no puede evitar sus instintos, peor aún, uno de los más primitivos, los celos. Sakura percibe eso e intenta arreglarlo, no quiere violencia, no es necesario.
—Él solo me acompaña a mi departamento, ya sabes, por el peligro de la noche… Es un compañero de trabajo —explica ella, como si esas palabras fueran válidas para el hombre lobo, como si supiera la diferencia entre compañeros, amigos o amantes. Bueno, quizás lo sabe.
Sasuke todavía mantiene la postura recelosa, dispuesta a atacar. Sin ningún otro pensamiento, Sakura se cuelga una vez más en el cuello del licántropo, lo más cerca posible de su oído.
—Soy tuya —murmura. No es hasta decir esas dos significativas palabras que su cuerpo reacciona con la más pura pasión. Pasión que había tratado de apaciguar varios días atrás cuando quería olvidar el pequeño episodio lujurioso de su vida.
He cavado mi tumba piensa su mente caprichosa. "Soy tuya". No son palabras para tranquilizar el momento, su corazón se hincha de un extraño y cálido sentimiento.
En el momento que Sasuke baja sus hombros en calma, dejando la rigidez siente que todo vale la pena, y los brazos masculinos nuevamente rodeándole le reafirman que él no solo sostiene su empinado cuerpo, si no algo más. Sasuke apoya su barbilla en el hombro derecho de ella, están unidos en el abrazo más tierno y reconfortante, al fin se tienen el uno al otro sin ninguna barrera, es como si mantuvieran una conversación privada en sus mentes, o en sus corazones.
Pero aún un castaño mira curioso el cuadro amoroso. ¿Quién demonios es ese tipo espeluznante?
—¿Ya no tienes barba? —susurra el tipo que se mantiene al margen de todo.
Eso significa un pequeño problema, la curiosidad de Jean no dejaría en paz a Sakura. Y Sasuke parece notarlo.
—Solo deja que se vaya —murmura Sakura en el oído del hombre lobo. Le siente gruñir, entonces deja ir a Sasuke de sus brazos, su cuerpo siente un incómodo y dependiente vacío. Nadie quiere sentirse incompleto, ni tener que depender de un sentimiento impredecible, pero para Sakura, si eso significaba encajarse con Sasuke, eso no importaba para nada.
—Jean —llama Sakura tomando distancia con Sasuke, la chica gira su cuerpo y se dirige a su compañero para darle una mirada tranquilizadora —A partir de aquí voy con él —dice en voz lo suficientemente alta y segura.
—¿Quién es él? —inquiere en voz baja Jean totalmente confuso y nervioso.
—Es mi novio —contesta Sakura con cierto recelo en su voz. Casi parece que Jean ha empezado a temblar, quizás no por el frío, quizás por el imponente individuo a unos metros frente a él.
—¿Por qué está medio desnudo? —habla curioso de nuevo Jean —Estoy seguro de que tenía barba antes…
Sakura sabe perfectamente que ocurre, pero realmente no tiene las respuestas en su boca, como su tía, ella no posee la habilidad de mentir a la velocidad de la luz, gran don. Solo le queda evitar la inquisición.
—Puedes irte —su tono de voz casi es mandón —, hablaremos mañana.
—¿Estás segura? —dice su compañero preocupado. Sakura se siente impaciente, es una de las pocas veces en las que no aprecia la preocupación e insistencia de otra persona, se encuentra ansiosa de estar a solas con su hombre lobo.
—Haré que se vaya —Sasuke habla con su profunda voz por primera vez y se dirige solo a Sakura.
Sakura asiente con algo de duda en su semblante. Lo ve acercarse a Jean y a éste retroceder intimidado. La espalda de Sasuke delante de ella cubre toda la escena, el lobo hace un movimiento, le da un empujón a Jean y éste da la vuelta dejándolos solos, se va como si nada. Bueno, eso pareció no dolerle a nadie ¿no?
Sasuke vuelve su atención a Sakura.
Al fin piensan ambos.
Una vez a solas, Sasuke prácticamente arde por devorar los labios femeninos de su acompañante, con una mirada Sakura asiente el permiso que él necesita y ambos se unen en un aparatoso beso. La escena es libídine. Sasuke ha comenzado a recorrer el cuerpo de la muchacha con sus manos grandes, se queda admirando un rato los glúteos de ella mientras entierra su rostro en el cuello femenino, se encuentra oliendo con vehemencia su esencia y a la vez posando sus labios entreabiertos con solo la intención de un mordisco, pero es solo eso, una intención.
—¿Dónde has estado? —susurra Sakura con éxtasis recorriendo su cuerpo. Sasuke gruñe en respuesta y niega con un movimiento en su cabeza, entonces deja lo que estaba haciendo alejándose de la clavícula de Sakura por un momento, busca su mirada verde agua y sonríe.
—Eres mía —dice con una profunda y caliente voz, ese tono la derrite, hace temblar sus piernas, y hace también que su vientre tenga cosquillas, un maravillosa espasmo en sus zonas bajas la recorre.
—Vamos a mi departamento, Sasuke —dice ella tomando el rostro del hombre lobo cuando intenta enterrarse de nuevo en su cuello. ¿A qué vendrá toda esa manía de esconder su rostro en su hombro? Esa es una buena pregunta.
Sasuke es brusco cuando se separa de ella y la mira confuso.
—Vamos y podremos hacer todo lo que hicimos aquella noche —explica ella conectando su mirada, trata de no sentirse avergonzada pero esa es la máxima insinuación de sexo que ha hecho en su vida, decirlo en voz alta hace que sus mejillas se calienten inesperadamente.
—¿Quieres? —inquiere ella aturdida luego de la pequeña pausa que se cierne sobre la escena oscura en el callejón. El desconcierto la envuelve pero se va tan rápido como vino cuando observa de pies a cabeza a Sasuke, hay un inconfundible bulto en el desgarrado jean de su amante.
—Claro que quieres —murmura ella casi riendo, sus dientes se forman en una linda y contagiosa sonrisa cuando encuentra los ojos de él que se encuentran más penetrantes que nunca.
Lo siguiente que sucede es que se encuentran encerrados en cuatro paredes llenas de intimidad, la suerte ha corrido a favor de la pareja al no encontrarse a nadie, ni un alma camino al departamento, oficiales de policía, portero, guardia, vecinos… nadie.
La agresividad, lo más primitivo de Sasuke se apodera de la situación, la linda y clásica ropa de oficina —y cara lencería además —de Sakura no es más que hilachas de tela sobre su propia alfombra color vino, el jean rasgado del hombre es historia y un insaciable miembro salta a la vista también. Bueno, lo que más le atrajo del lobo a Sakura fue esa ferocidad que todos temían, y aquí la tiene de nuevo, una mirada sugerente y a la vez bestial la tiene con una dolorosa excitación, su palpitante centro clamaba una probada más de lo que ya había tenido una noche. Soñaba despierta con la sensación y la intensidad del hombre lobo, lo admitiría, se había masturbado incontrolablemente pensando en el asombroso espécimen que tenía enfrente de ella, acechándola. Tenerlo en su departamento es un sueño hecho realidad, piensa en nunca dejarlo ir, pero cambia de parecer observándolo fijamente, sus músculos se notan fortísimos. Sakura no se mueve, no toca el cuerpo del hombre, quiere conocer el ímpetu de Sasuke, sabe que puede soportarlo, entonces espera un movimiento. Con confianza y un mínimo de su fuerza, él la lleva en sus brazos para colocarla gentilmente sobre un sofá blanco en forma de L que se encuentra en su minimalista y moderno departamento.
—Hice un viaje investigativo —habla él arrodillándose a su lado, ella se encuentra acostada a lo largo del sofá mientras él habla a su lado.
—¿Sobre qué? —murmura ella acumulando fuerza en su abdomen para así levantarse y encarar a su hombre.
—Lo verás —responde él sujetando los hombros de Sakura postrándola de nuevo sobre su espalda, la de ella.
Sakura balbucea y empieza a gimotear debido a las recientes e íntimas caricias que recibe por parte de la boca de Sasuke. Sus filosos dientes le rozan el pezón de cada seno, su lengua lame las suaves y pálidas cimas de su cuerpo, baja por su esternón y no despega su boca hasta llegar a su ombligo, Sasuke alza su cabeza para mirar a la joven extasiada debajo de su anatomía. Sakura tiene sus piernas apretadas solo para encontrar algo de alivio para su excitación, el rostro femenino y su expresión es de lo más apasionante e interesante que pudo haber encontrado en toda su vida. Sakura nota que Sasuke se ha detenido y seguidamente abre sus expresivos ojos jade.
—Sabes que puedes… —dice ella emocionada y sin tener idea de cómo decir lo que piensa. ¿No puede ser tan vergonzoso enseñarle a alguien a hacer sexo oral? ¿o sí?
—Ir más abajo —habla Sakura una vez más, la sangre se sigue acumulando en su rostro.
—Te lo dije ya, lo verás —responde el hombre lobo con su profunda e intensa voz —, más bien, lo sentirás.
Tan rápido como esas palabras llegan a sus oídos, las afanosas manos de él actúan rápido y separan sus piernas bruscamente, ella siente el poder de la lengua masculina en su íntimo centro y eso es suficiente para que ella pierda sus mortales sentidos.
¿Viaje investigativo? ¿Dónde diablos aprendió esto?
No importa, no importa a quién preguntó, ni con quiénes practicó porque esta era jodidamente la mejor sensación del mundo. Sakura sintió nudos en su vientre, temblores también, signos de que un orgasmo rondaba en su libidinosa carne. Gime de placer y exclama alto muerta de pasión gracias a la liberación. Respira hondo y no termina de calmarse cuando se lanza sobre Sasuke, o bueno, es una intención de eso ya que la potencia de Sasuke la hace chocar o más bien rebotar, él es definitivamente quien tiene el control en la escena. El hombre la recuesta en el mueble y sobre ella empieza a empujar su gran anatomía. La unión es completa, la pareja vibra ante las miles de sensaciones que reciben sus cuerpos. A punto de llegar, tan cerca con acertados y rítmicos movimientos. Sakura cree que puede hacer esto siempre, como una maratón, nunca ha disfrutado tanto del sexo, es extraordinario, fuera de su órbita, fuera de lo que está acostumbrada a sentir, no podría dejar ir a Sasuke ni pensando un millón de veces sobre sus defectos y cierta peculiaridad. ¿Son compatibles, cierto? Si no, no estarían disfrutando tanto de ellos.
—Quédate con-migo — dice ella entre los jaloneos y gimoteos —No me dejes —pide con el último aliento que le queda, su culminación está cerca y para helar un poco su semblante existe una pausa que ruega sea causa del traqueteo.
Sasuke la sobresalta cuando mete su mano entre ellos y masturba su hinchado clítoris, entonces ella llega a la cúspide con placenteros espasmos, se encuentra cansada, extasiada y feliz, de pronto ha olvidado su proposición. Sasuke, luego de unos rápidos y furiosos meneos llega igualmente. Es abrupto, su nirvana es como la gloria y solo le queda gruñir y gemir. Sakura no ha sido la única que ha sentido a su corazón hincharse, Sasuke ha percibido un montón de sentimientos también, y no importa ya la diferencia entre ellos, él se decide por una cosa, y eso es Sakura.
—Me quedo —responde él gruñendo en el oído de ella. Un retumbe que cala los huesos de Sakura, ella sonríe feliz, él siente un tirón en sus labios, sus bocas se acoplan, sus manos se reconfortan en el cuerpo del otro, sus almas se prometen bienestar eterno.
FIN
Y bien, me gustaría saber que te pareció ;)