Prefacio
—Inseparable es un concepto que siempre me ha fascinado, los muggles tienen una serie de leyes físicas que dicen que dos objetos no pueden permanecer juntos para siempre, o al menos no hasta que pase la edad del universo, no me voy a meter en esas cosas. En fin, que ellos dicen que no existe la inseparabilidad.
Nosotros nos regimos por la ley de que no existe nada imposible, y que la edad del universo es un obstáculo muy pequeño para algunos magos de gran sabiduría, nos jactamos de saber muchas cosas por éste simple hecho, pero incluso la magia tiene sus límites, sus reglas, sus paradojas y agujeros negros.
Entonces, y para no ponernos muy filosóficos, ésta novela intenta hablar un poco acerca de esto. La inseparabilidad. Intenta que nos demos cuenta que el mundo es tan cambiante que el sólo pensamiento de quedarse en un solo lugar, con una sola persona por el resto de la eternidad es inhumano. No está en la naturaleza del ser el quedarse pasivo, no está en nuestra naturaleza aferrarse a las cosas o personas tanto que nos volvamos "Inseparables".
Todo pasa, las estrellas explotan por su propia energía, los seres morimos, los árboles se secan y el café se enfría, como alguien muchas veces ha dicho antes de mí. Quizá no en esas palabras pero muy cercanas. Nada es para siempre, todo cambia y quieras o no, terminas por separarte de las cosas que antes te parecían extremadamente necesarias.
Bueno, ya que los mareé con mi abrumadora sabiduría, toquemos el tema del que todos vinieron a hablar, porque sé que muchos de ustedes están interesados en saber una y sólo una cosa de la novela.
¿Es o no una historia real? ¿Es o no la razón por la que mi hermano y yo no hemos aparecido en fotos juntos desde Hogwarts? ¿Al fin he revelado el gran secreto de los gemelos Scamander? —El orador hace una pausa para recibir la ola de aplausos y vítores que siguen a su comentario, y tras dedicarles a todos una radiante sonrisa prosigue con su discurso.
—Para los que me conocen como autor, que espero sean varios de ustedes a pesar de mi no tan gran trayectoria, saben que pocas veces expreso mi opinión personal sobre los temas de mis escritos porque confío en que lo que quiero decir se entienda lo suficiente, y si no, me gusta que ustedes se queden con su propia interpretación, que sin duda alguna es mucho más fascinante que cualquier cosa que se me pueda haber ocurrido a mí.
Sin embargo ésta vez decidí hacer una excepción y escribir un pequeño texto a modo de prólogo, es una parte tan crucial de la novela como el contenido. Es por eso que ésta noche, en vez de leerles un capítulo, como se hace en éstos casos, me gustaría leerles la nota del autor si ninguno tiene objeciones —Los asistentes guardaron silencio y se acomodaron mejor en sus sillas, expectantes. En la primera fila de sillas, que correspondía a la prensa, las vuelaplumas emitieron un silbido bajo, listas para comenzar a escribir en cuanto Lorcan Scamander volviera a hablar—. Muchas gracias, sin más preámbulos, comencemos.
"La mitad de mi media naranja"
Antes de que se adentren en las profundidades de la confundida mente de Lara Parr, y los hermanos Reed quisiera pedirle al lector que olvide los rumores y prejuicios que rodean a ésta novela, que es más bien un mito, con una insignificante parte de verdad y mucha, mucha imaginación.
Me habría gustado decirles que tienen razón. Que viví esta intensa historia de inicio a fin y que los personajes aquí retratados son reflejo de la gente de mi vida. Obviamente si me conocen y a mi entorno, encontrarán algunas similitudes, pero vuelvo a reiterar que menos del diez por ciento de ésta historia es real.
Lamento haberles roto el corazón, sin embargo es mi deseo más profundo que puedan disfrutar ésta novela, ya sin las ansias que provocan el morbo y la novedad del chisme. Les aseguro desde lo más profundo de mi alma, que nada me haría más feliz que pudieran leer ésto por lo que es y no por lo que esperan que sea.
Los suspiros decepcionados y algunos gritos enojados que lo llamaban mentiroso se escucharon de inmediato. Lorcan sonrió de oreja a oreja y movió la cabeza de un lado a otro, acto seguido levantó los hombros en señal de "si no me creen allá ustedes" y dijo suavemente en el micrófono.
—Así que ahí lo tienen mis amigos, no son más que rumores. Tal y como lo hemos declarado en contadas ocasiones, Lys y yo no tenemos ningún problema más que nuestras apretadas agendas. Hora de las preguntas ¿Quién primero?
Más de veinte manos se levantaron al unísono. Lorcan suspiró.
Inseparables.
Es lo que habíamos sido desde el nacimiento, gemelos idénticos. Gracias a que mamá y papá siempre se mantuvieron alejados de todas ésas tonterías de vestirnos iguales y tratarnos como a una sola persona pudimos desarrollar cada uno personalidades diferentes. No demasiado, después de todo siempre pensamos que éramos dos partes de un todo. Hasta que llegó ella.
Suena a la cosa más cliché del mundo, que una mujer se meta en la vida de dos hermanos y los separe, estoy seguro que han hecho miles de historias al respecto, pero la nuestra sí que vale la pena de plasmar en papel. No he leído la historia de Lorcan, y no sé si tengo ganas de hacerlo. Conociendo a mi hermano pudo haber escrito más del diez por ciento que tanto clama.
Apago la radio con un suspiro en cuanto acaba su discurso y me aviento a la cama. Una lechuza picotea la ventana desde hace un rato, cada segundo que pasa se enoja más y picotea más fuerte. La maldita no ayuda en nada con el dolor de cabeza que está matando mis ganas de existir, malhumorado le abro la ventana y ella se abalanza sobre mí, golpeándome con el pesado tomo que lleva entre las patas.
—Ya estuvo. Bájale a tu desmadre Alanah.
La lechuza avienta el libro en mi cabeza y después se queda quieta, pero sigue apretando mi brazo con sus garras hasta que desaté la carta que llevaba atada a una de ellas. Cuando hube acabado me dedicó una última mirada de reproche y salió volando. Maldita bola de plumas.
Aventé el pergamino enrollado a la mesita de noche y volví a aventarme a la cama, quedándome dormido en segundos, no tenía ganas de prepararme una poción contra la resaca, ni de cambiarme de ropa, de lo que menos tenía ganas era de ver lo que sea que mi hermano escribió para romper con su silencio de dos años. Ni siquiera si fue una novela entera.
N/A:
Primero que nada agradecerles por leer. Segundo, aclararles que las partes en negro son del libro ficticio "La mitad de mi media naranja" escrito por Lorcan Scamander. Es necesario decirlo porque los capítulos consecuentes tendrán muchas partes así y quiero que quede clara la diferencia entre lo que dice el libro y lo que pasa en la historia.
En fin, me parece que es todo por ahora. Gracias de una vez por su apoyo, y comenten que nada les cuesta :3
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