© Fairy Tail y sus personajes pertenecen a Hiro Mashima. Yo solamente los tomo prestados para escribir el Fic.

Antes del cap unas aclaraciones:

(Entre paréntesis y subrayado)- aclaraciones que haré durante el fic para que se entienda porque ocurren esos sucesos y no otros.

En cursiva- pondré los pensamientos de los personajes, cuando un personaje lea algo o durante trozos narrativos en los que no pondré dialogó para que se sepa que dicen los personajes durante esa narración.

En negrita- Recalcan algo importante, como un nombre o un suceso puntual que debe tenerse en cuenta para los siguientes caps.


Antes de comenzar finalmente con el último cap de este fic, quiero pedir disculpas a todos y todas los que leéis cualquiera de mis fics ya que como se ha podido notar he estado muy ausente, a pesar de que dije que no lo estaría, por mi falta de continuidad actualizando quiero disculparme, también como justificación quiero decir que no he pasado por una buena racha y cada vez que pensaba que salía de una cosa, la vida se empeñaba en tirarme de nuevo, pero de todo una se repone y aquí está el último cap.


Capítulo 12. La Dama Del Lago.

Gray permanecía estático en el sitio, no podía creer que estuviese mirando a Juvia, 'su' Juvia, habían pasado ya tantos meses que no podía ser más que una ilusión, la vida no podía finalmente darle un respiro o un momento de felicidad.

─ Gray-sama… Juvia ha venido a verle para hablar ─ Dijo finalmente la peliazul al ver el asombro del muchacho.

Gray se movió rápidamente y en un parpadeo se encontraba abrazando a Juvia de manera posesiva, no iba a dejar que la joven volviese a escaparse de sus brazos, si tenía que hacerlo iba a pelearse con la mismísima muerte para traerla de vuelta las veces que fuesen necesarias.

─ Juvia, no puedo creer que hayas despertado, estaba perdiendo la fe en la primera la verdad ─ Comentó sin soltar su abrazo.

─ Gray-sama, no diga esas cosas a Juvia, la primera ha estado cuidando de Juvia aunque Juvia no era de Fairy Tail ─ Contestó sonrojada.

─ Juvia… ─ El pelinegro s apartó lentamente para ver la hermosa cara de su sirena tentadora.

Acarició su mejilla suavemente disfrutando del contacto de su piel blanquecina, luego acarició su labio mientras inconscientemente los miraba, volvió su vista a los ojos de Juvia y supo que nunca podría cansarse de ellos.

Se acercó lentamente y besó finalmente los labios de la mujer que milagrosamente se había ganado su orgulloso corazón, no era un beso agresivo, al contrario, era un beso tan suave y cálido que notaba como si Juvia se hiciese agua bajo su contacto.

No podía negarlo aquello le gustaba mucho, se sentía como un idiota posesivo, ella era solo para él de igual manera que él sería solo y para siempre de ella, Juvia torpemente pasó sus brazos por detrás de su cuello y una sonrisa perversa asomó en su cara.

─ Sabes, hemos perdido mucho tiempo como has estado dormida ─ Dijo maliciosamente contra sus labios.

─ ¡Gray-sama!, no le diga esas cosas a Juvia ─ Su cara era la competencia del cabello de Erza.

─ Me debes una compensación, por tu culpa casi me vuelvo loco al pensar que te había perdido ─ Sabía por dónde llevar la conversación.

─ Juvia siente haberle preocupado, Juvia no volverá a hacerlo, pero Juvia no sabe como compensarle… ─ La pobre había caído en la trampa de Fullbuster.

─ Bueno… A mí se me ocurre una forma, pero para ello necesito tu colaboración, tus suspiros, tus caricias… Tus gemidos… ─ Eso último lo dijo en voz baja y lentamente en el oído de la maga de agua.

─ P-Pero Gray-sama, J-Juvia no imaginaba que fuese tan pervertido ─ No podía adquirir un tono más rojizo en su cara.

─ Solo me pasa contigo Juvia, eres el combustible que me enciende… ─ Estaba medio sincerándose con ella.

Para su sorpresa la maga de agua comenzó a reír en sus brazos cuando dijo esa última frase y Gray no pudo evitar enfadarse y sorprenderse al mismo tiempo. Por un lado enfado al sentir que se reía de él y sorprendido porque pensó que no volvería a escuchar esa suave y dulce risa nunca más.

─ ¿Te estás riendo de mí? ─ Preguntó molesto.

─ Juvia lo siente Gray-sama, pero Juvia se ha acordado de la frase de Natsu-san al escuchar a Gray-sama decir eso ─ Intentaba aguantar la risa.

─ ¡¿Me has comparado con el idiota del mechero ese?! ─ Ahora no estaba molesto, estaba furioso.

─ Gray-sama, no se enfade con Juvia, Juvia solo ha recordado la frase de Natsu-san 'Estoy encendido' y Juvia no ha podido reírse, además a Juvia le gusta Gray-sama, no Natsu-san ─ Contestó dando un rápido y suave beso al enfurecido pelinegro.

─ Dímelo otra vez ─ Dijo más calmado.

─ ¿Juvia solo quiere a Gray-sama? ─ Preguntó sin saber que era lo que quería que repitiese.

Gray agachó su cabeza y la apoyo en el pecho de Juvia, finalmente podía confirmar que era la real, no estaba soñando, no era una ilusión, la mujer que le volvía loco acababa de confesarle que le quería.

─ Te necesito Juvia… ─ Dijo roncamente.

─ ¿En qué necesita a Juvia?, Gray-sama ─ Era malditamente inocente.

─ Te necesito entera, los dos juntos, ahora ─ Contestó sin levantar la cabeza de donde se encontraba mientras la abrazaba.

Resbalaron por el abrazo y cayeron juntos al suelo de rodillas, no quería soltarla, pero la necesitaba, la había extrañado mucho en esos meses y obviamente no se había acostado con ninguna mujer para tratar de olvidarla.

─ Gray-sama… ─ Llamó su atención.

Levantó la cabeza lentamente con cierto miedo, no sabía que iba a hacer si encontrase miedo en los profundos ojos de Juvia, pero al establecer contacto con ellos vio lágrimas y eso le asustó mucho más.

─ J-Juvia, ¿estás bien?, siento si te he asustado… ─ No soportaba ver llorar a las mujeres, pero mucho menos soportaba ver llorar a su mujer.

─ Juvia está feliz de que Gray-sama la necesite, Gray-sama puede tomar todo lo que necesite de Juvia ─ Dijo mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas sonrojadas.

Al instante Gray se lanzó a por sus labios, no iba a dejarla escapar ni ahora ni nunca, iba a estar con ella allí, pero cuando se marchasen del lago ella se iba a vivir con él, iba a estar en Fairy Tail como una más… Tendría que compartirla con el idiota de Redfox, pero no iba a sentir de nuevo la sensación de vacío y dolor que sintió cuando pensó que la había perdido para siempre. Se separó de ella y la vio con los ojos entrecerrados, los labios abiertos y jadeando, no iba a contenerse más, esto ya había durado demasiado.

Comenzó a dejar un camino de besos por su cuello mientras lentamente bajaba la camiseta blanca que la joven llevaba, el sombrero tampoco había tardado mucho en desaparecer, pero sin duda ver a Juvia vestida de manera más veraniega iba a ser su perdición.

Mientras bajaba la camisa notaba como la joven temblaba bajo su toque, eso era algo bueno pues significaba que lo estaba haciendo bien, al bajar un poco más dicha prenda vio el sujetador de encaje azul que la mujer portaba, no podía negar que el azul era su color, pero el color de la prenda interior se aseguraría de solo saberlo él.

Juvia estaba nerviosa, Gray-sama la estaba llevando por donde quería y eso era lo que ella quería justamente, pero no quería arriesgarse a gritar y que el propio bosque hiciese eco de su encuentro sexual, en la intimidad con él era diferente pero por lo general ella se consideraba una mujer muy tímida.

─ Gray-sama… Juvia quiere pedirle perdón por destruir su gremio… Además Juvia quiere disculparse por casi matarle también… ─ Tenía que disculparse para poder disfrutar completamente del momento.

─ Si quieres que te perdone deberás hacerme una promesa ─ Contestó el joven mientras volvía a su tarea de desvestirla.

─ ¿Qué quiere que le prometa Juvia? ─ Estaba más centrada en la pregunta y el remordimiento que en notar que no llevaba ya puesta la camisa.

─ Que te quedarás a mi lado para siempre ─ Dijo serio mirando sus ojos.

─ Juvia le promete Gray-sama, que Juvia nunca se irá de su lado ─ Contestó sonriendo mientras empujaba al pelinegro que caía de culo.

Juvia quería jugar, ahora que sabía lo que su Gray-sama quería iba a aprovechar el momento, cuando el joven estaba sentado en suelo por el empujón ella se sentó encima de él y cruzó sus piernas por detrás mientras que con sus brazos.

─ Si Gray-sama quiere a Juvia, Gray-sama va a tener que esforzarse ─ Sonreía pícaramente.

─ ¿Te das cuenta de que estoy en una posición de ventaja? ─ Preguntó mientras impulsaba las caderas haciendo que sus intimidades se rozasen a pesar de la ropa.

─ J-Juvia no ha notado nada ─ Mintió.

─ No sabes mentir, pero no te preocupes voy a hacer que te arrepientas de haber intentado mentirme ─ Los ojos oscuros de él brillaban pervertidamente.

Volvió a mover las caderas haciendo que ambos gimiesen por el contacto, querían ir despacio, quería disfrutarse, pero tenían tantas ganas el uno por el otro que pensaron que era mejor que para la próxima vez si irían despacio.

Juvia no aguantaba más, desabrochó el pantalón de Gray, mientras él desabrochaba el de ella, se desprendieron de la ropa interior inferior y jadeando Juvia volvió a sentarse encima de él, esta vez sintiendo como se complementaban sus intimidades.

Gray casi pierde la cordura al notar como su miembro entraba en Juvia lentamente, siempre era perfecta para él, pero debía aguantar, debía dejar que ella marcase el ritmo por una vez, quería que fuese ella la que tomase la iniciativa.

No tuvo que esperar mucho ya que a los pocos segundos Juvia empezó a mover sus caderas buscando un ritmo ideal para los dos, primero fue despacio, momento que aprovechó el pelinegro para juguetear con los pezones de su compañera, uno en su boca y otro en su mano pero ambos igual de apetecibles y deliciosos.

En respuesta al estímulo la intimidad de Juvia se apretó más contra el miembro del mago de hielo y aceleró el ritmo, haciendo que Gray tuviese que agarrase a ella para conseguir la mayor fricción posible, no tardó mucho en alcanzar su orgasmo, pero Gray no aminoró el ritmo para llegar al suyo.

Ambos sin fuerza se desplomaron de espaldas en la suave hierba, el aire refrescaba sus sobrecalentados cuerpos, pero no separaron su unión, necesitaban recuperar el aliento, pero no iban a romper ese momento mágico que habían vuelto a sentir.

― Juvia… Juvia tiene que decirle algo Gray-sama ― Dijo finalmente la maga recuperando el aliento.

― Dime que no es algo como, 'me tengo que ir' ― Contestó el pelinegro mirando al cielo.

― Juvia… Juvia… ― No sabía como decírselo a pesar de que era una tontería.

― Me estás empezando a asustar… ― Bajó su mirada a su compañera.

― Juvia y Gajeel-kun son miembros de Fairy Tail… ― Dijo finalmente.

― Bueno eso es algo genial, ahora podrás venir conmigo de misiones y no tendré que volver a perderte de vista ― Cerró los ojos encontrando paz.

― Pero Juvia quiere ir de misiones con Gajeel-kun, ahora que Juvia sabe que son hermanos no quiere volver a dejarle solo ― Contestó en tono infantil.

― ¿Y a mí sí me dejas solo? ― En el fondo era un chantajista, pero no se culpaba por ello.

― Juvia le ha prometido a Gray-sama que nunca le dejará solo, pero Juvia tampoco va a abandonar a la única familia que tiene, si presiona a Juvia, Juvia tendrá que elegir entre Gajeel-kun o Gray-sama ― Contestó con seguridad.

― Vale, podré compartirte con él un tiempo, pero no te acostumbres a ganar siempre, por cierto, también vivirás conmigo en mi casa, me niego a que te quedes con las chicas en Fairy Hills y no pueda verte cuanto quiera ― Las palabras salían de su boca sin freno, pero no notaba el tono posesivo que estaba adquiriendo.

― Juvia no es ninguna inútil, Juvia también tiene su vida Gray-sama, pero Juvia agradece que quiera que viva con él, primero deberá conocer a Juvia bien antes de hacer algo tan íntimo como pedirle que se mude ― Contestó la peliazul.

― ¿Me hablas de intimo cuando hemos estado juntos ya un par de veces? ― Preguntó maliciosamente.

― ¡Gray-sama no le diga esas cosas a Juvia que se avergüenza! ― Gritó mientas se levantaba rompiendo la unión de ambos y comenzando a meterse en el lago.

― Sabes… nunca he estado con ninguna mujer en un lago… ¿Quieres intentarlo? ― Ahora mismo lo único que quería era despertar todas las emociones que pudiese en su sirena.

Juvia comenzó a nadar desnuda sin hacerle el menor caso, mientras él la observaba desde la orilla, no podía evitar pensar en todo lo que habían pasado ambos para poder estar de nuevo en ese mágico lugar y juntos, realmente comprendía porque la primera amaba tanto ese sitio.

Su mente poco a poco empezó a distanciarle de la realidad, ahora tenía a Juvia de nuevo con él, pero tendría que compartirla con el pelinegro de cejas metalizadas y eso era algo que no le agradaba, pero al menos era un pequeño precio a pagar por experimentar de nuevo lo que era la felicidad, un extraño sonido proveniente de su pantalón le saco de sus pensamientos.

Se levantó y acerco a dicha prenda, importándole poco estar desnudo, después de todo esa manía la tenía desde que había estado con su maestra y Juvia no se iba a asustar después de las veces que habían estado juntos, metió la mano en el bolsillo y sacó una lacrima comunicadora.

― ¿Quién es? ― preguntó al aparato mágico.

Al momento un pequeño brillo ilumino el objeto y una larga melena roja se proyectó, dando lugar a la imagen de la poderosa y hermosa Erza Scarlet.

― Soy Erza, ¿cómo está Juvia?, ¿llegó ya?, ¿pudiste hablar con ella?, ¿no estará llorando por tu culpa? ― Las preguntas salían como flechas hacia Gray que en esos momentos agradecía que solo su cara se proyectase en la lacrima de su compañera.

― Juvia está bien, dijo que quería darse un baño en el lago antes de volver al gremio, respecto a todas tus preguntas, estamos bien y no la hice llorar ― En eso último mintió porque aunque fue de felicidad si lo hizo pero no iba a decírselo a Titania para que colgase sus partes reproductoras de una lanza.

― ¿Juvia se está bañando en el lago?, ¡¿No estarás espiándola verdad?! ― La última pregunta sonaba más a amenaza.

― En absoluto yo estoy disfrutando del paisaje, no soy un pervertido ― Mintió de nuevo, pero si le decía a su compañera que estaba junto a Juvia, deduciría que habían estado juntos y después de un colapso en el que la pelirroja diría tonterías luego iría a matarle por haber ``robado´´ su primera vez a su nueva amiga, Erza era muy poderosa e inteligente, pero más inocente que el día del padre.

― Bien, el maestro Makarov quiere que estéis de regreso antes de mañana, quiere que le mostremos a Juvia su nueva habitación en FH, todas están deseando conocerla ― Estaba más emocionada ella que él.

― Claro… Claro… Será estupendo ― La tercera mentira, no iba a estar nada de acuerdo con eso pero debía darle su espacio a Juvia por el momento, no era bueno presionarla aunque ahora no quisiese separarse de ella.

― Bien, una última cosa Gray… ― Parecía pensativa.

― Dime… ― Esto último sonó a niño pequeño hablando con su madre.

― ¿No estarás desnudo?, no quiero que Juvia se asusté al ver tu mala costumbre ― Parecía que le conocía demasiado bien.

― No estoy desnudo, tranquila no haré nada que pueda asustarla… ― Y la última mentira de la conversación salió de su boca.

― Bien, nos vemos pronto ― Colgó.

Dejando la lacrima de nuevo en el bolsillo, dio un suspiro y se relajó, durante toda la conversación había sentido como su cuello estaba siendo amenazado por una enorme espada, Erza le mataría si se enteraba de lo que había pasado con Juvia.

― ¿Gray-sama? ― Esa dulce voz le sacó de sus pensamientos.

Enfocó su vista y delante de él tenía a Juvia vestida con la ropa de él en los brazos, ofreciéndosela, mientras su pelo goteaba la hermosa agua del lago.

― ¿Ya te has vestido?, yo quería una segunda ronda ― Hizo un puchero.

― Erza-san ha llamado a Juvia por la lacrima, le ha dicho que si no regresamos pronto vendrá a buscarnos ella misma ― Confesó a su chico.

Gray se puso pálido, si acababa de hablar con él como había podido hablar con ella, entonces lo tuvo claro y un escalofrío recorrió su columna vertebral, Mirajane podía convertirse en cualquier cosa y persona que quisiese, seguramente Erza había hablado con Juvia, mientras Mira hablaba con él para ver si ambos contaban la misma versión.

― Juvia… ¿Qué le contaste a Erza? ― Estaba empezando a sentir miedo.

― Que Juvia se estaba bañando en el lago mientras Gray-sama esperaba en la orilla ― Contestó alegremente.

Gray notaba como sus fuerzas desaparecían y se sentó en el suelo, estaba seguro de que al regresar al gremio iba esas dos a matarle.

― No tiene de que preocuparse Gray-sama, Juvia le protegerá de todo peligro ― Dijo al ver como el pelinegro estaba de asustado.

― Esperemos que sepas lidiar con dos demonios Juvia, porque van a matarme ― Contestó temiendo el regreso a su familia con su ahora y siempre dama del lago.

Fin


Finalmente y después de muchos meses de ausencia por mi parte, puedo dar por finalizado este fic, que comencé con tanto cariño hace mucho tiempo, podría ir una por una agradeciendo a todas las personas que han estado conmigo durante todo el trayecto del fic, pero podría llegar a ser algo pesado.

Por ello quiero agradecer enormemente a tod s los que me habéis dedicado un poquito de vuestro maravilloso tiempo, leyendo y comentando, algo que para mí es muy importante, como es una historia creada en torno a dos personajes que adoro. Nuevamente daros las gracias y espero poder decir que nos vemos pronto en un nuevo Gruvia.

Misdry~