Lana Parrilla y Jennifer Morrison se pertenecen a sí misma y no a una servidora, más me gustaría.

Este fic de temática morrilla está escrito solo para disfrute de los lectores y sin ánimo de lucro.

Este fic va dedicado a mis chicas del whatsapp swanqueen, a las del grupo evil regals, a mi petita, a mi morena, a Irina, a amandis la tetis y por supuesto a mi manager adorada.

A mi Miss Swan tata favorita, a mi hija Kath y sus chistes de Avon, a mi tatita Vero porque es mi niña, a mi princesita Gen por ser mi apoyo incondicional, a mi Alex porque está ocupada pero siempre me saluda, a mi princesa sonrosada porque es hermosa, a Bego porque se ríe de mi nevera y a Natalia porque es la mejor.

Gracias a los que me leen y comentan, ayuda mucho saber vuestras opiniones. Sin más os dejo disfrutar del capítulo no sin antes recordaros que debéis leer a franchiulla, my dark queen, MaryMontoya17, EvilSwanQueen21, Erpmeis, el lado ciego del amor, Carne fresca, Mi pequeña Emma, en carrera y a esthefybautista.

CAPÍTULO 25 UNA HISTORIA MÁS

Lana recorrió con la mirada su salón, mientras se retorcía las manos entre nerviosa y completamente excitada, estaba todo listo, en cuanto llegaran las chicas, para su despedida de soltera. Jennifer pasaría la noche con Anto y Diana, juntas las tres para despedir la soltería de su rubia a lo grande, aunque ese hecho la llenaba de pavor ya que eran un auténtico peligro y lo sabía.

Intentando apartar la imagen de su Jen entre rejas por haber cometido alguna estupidez, el timbre la sacó de sus ensoñaciones y una sonrisa nació en sus labios, al día siguiente sería oficialmente la esposa de Jennifer y esa noche quería disfrutarla.

Abrió la puerta con una sonrisa y automáticamente, Luci, Gen y Alex entraron a su hogar, cargando paquetes y dibujando en su rostro una pícara sonrisa, iba a ser una noche divertida, estaba segura de ello.

Tras abrazar a sus amigas, Luci le tomó del hombro con cariño. La morena había aprendido a leer en el rostro de Lana sus preocupaciones y miedos, por lo que con una carcajada, decidió tranquilizarla pues había conseguido sonsacarle a Diana qué tenían planeado para esa noche.

(Luci): Tranquila Lana, nosotras lo pasaremos mejor que ellas

(Lana): ¿Cómo estás tan segura? Yo no me fio ni un pelo de dejar a Jen sola con Diana y Anto, en la despedida de Diana por poco acaban en las Vegas

(Luci): Y con una resaca asesina… Por eso aprendieron la lección, van a quedarse en casa jugando a videojuegos, Diana llenó la nevera de golosinas y cerveza

Con una sonrisa de alivio, Lana siguió a su amiga hasta el salón donde el resto de chicas ya estaban sentadas y se habían servido las bebidas, en el ambiente se respiraba familiaridad y confianza por lo que Lana se relajó de inmediato, al fin y al cabo la idea de la despedida fue de Luci y Jennifer la obligó a aceptarla, no podía casarse sin la fiesta previa, no podía faltar ninguno de los pasos. A regañadientes se comprometió con su amiga sabiendo que Jen se moría por tener su propia fiesta, la expectativa de pasar toda la noche sin saber nada de ella hasta la mañana siguiente en el ayuntamiento le pareció devastadora aunque intentó disfrutar del intento de sus amigas por hacerla reír despreocupadamente.

Cuando ya se habían tomado un par de copas, comentando banalidades de la boda, empezaron a abrir los paquetes de regalo sacando una cantidad de juguetitos y conjuntos eróticos que consiguieron cubrir el rostro de Lana del rojo más intenso posible mientras reía a carcajadas sin dejar de imaginar qué uso iba a darles, tiñéndose de escarlata una vez más y bebiendo de su copa para apagar el ardor de su vientre y la vergüenza.

La música sonaba, ellas bebían y bailaban, pasó por la mente de Luci contratar a una streeper pero sabía que Lana la mataría si lo hacía por lo que se conformaron con ser ellas sin más, disfrutando de esa noche y acompañando a su amiga que al día siguiente se daría el sí quiero.

La fiesta se alargó varias horas, el alcohol corría por sus venas al igual que las mil anécdotas que contar, cómo se conocieron, el incidente del chupito que Luci había tomado de sus pechos, como con el tiempo habían forjado los lazos de una fuerte amistad… Mas llegó el momento en el que la música se volvió lejana, sonaba de forma tenue dándole un toque suave al ambiente, Luci se había dormido en el sillón y Alex dormitaba sobre el sofá, Lana estaba sentada en el suelo apoyada contra la pared, mirando sin ver el desastre de papeles y vasos que había en su salón, pensando en Jennifer con una sonrisa, cuando de pronto volvió a la realidad al notar como Gen se sentaba a su lado. Se sonrieron unos instantes antes de que la muchacha rompiera el silencio.

(Gen): ¿Estás muy borracha?

(Lana): Hace un rato si lo estaba, este matarratas sube mucho pero ahora se me ha pasado, estoy bien ¿Y tú?

(Gen): Yo no me emborraché, solo tomé una copa o dos, no me gusta perder el control de mis actos, aunque estemos entre amigas

(Lana): ¿Piensas en Anto?… espero que se hayan quedado en casa, no me gustaría pasar el día de mi boda buscando a mí prometida en todas las comisarías de Boston

(Gen): Se han quedado en casa, Anto llevaba semanas preparando un nuevo juego para esta noche y Diana compró el nuevo GTA, no habrán querido moverse te lo aseguro… Y sí, pienso en ella constantemente, las chicas piensan que somos unas empalagosas azucaradas pero es porque no la conocen como yo, es cierto que siempre me busca, busca mi contacto y no le gusta separarse de mí, pero para alguien que solo recuerda soledad tener amor significa un mundo, para Anto yo soy su mundo y a mí no me gusta dejarla caer

(Lana): Lo entiendo, en fin yo estaba sola hasta que conocí a Jennifer

(Gen): Se parece pero no es lo mismo, ¿Sabes que Jen y Diana la odiaban en el instituto? Anto siempre se metía con ellas, a Jennifer la encerró en las taquillas más de una vez, era una persona odiosa, cuando la conocí eso pensé, es odiosa y no la quiero cerca de mí… Me bastó una semana para darme cuenta de lo equivocada que estaba, de quién era ella realmente, de por qué se comportaba como una estúpida… Una semana después de jurar que no quería saber nada de ella supe que estaba completamente enamorada

(Lana): para Jennifer ellas son sus hermanas, su familia

(Gen): Todas lo somos, una gran familia, siento haberte dado el sermón, Anto quería pasar la noche con Jen y no dejo de preguntarme si estará bien, como tú con Jennifer

(Lana): No me has dado el sermón, quizás para el resto sois azúcar y diabetes pero yo os encuentro adorables

(Gen): Encontré algo el otro día, llevo un tiempo pensando en que debo dártelo pero me da miedo que Anto se enfade, ella escribe y no quiere mostrar lo que escribe porque se infravalora, dice que no es buena. Yo la leí y me pareció brillante

(Lana): ¿Y porqué ibas a dármelo a mí?

(Gen): Porque es un guión de cine y pensé que si te gustaba podías sacarlo adelante, demostrarle que ella es buena, que salga de esa burbuja de autocompasión en la que esta metida

(Lana): Después de la boda enséñamelo, lo leeré. No dudo que sea brillante, esa cabecita que tiene para inventarse historias no la tiene cualquiera

Con una nueva sonrisa cómplice tras haber compartido confidencias, guardaron silencio hasta que los párpados comenzaron a pesar, era el momento de irse a dormir o al día siguiente no habría boda que celebrar.

Con el sol entrando por la ventana, los gritos eufóricos de Luci la despertaron y de un salto salió de la cama, completamente feliz y excitada, amanecía y era el mejor día de su vida, el día que se uniría a Jen para siempre.

Con ayuda de sus amigas se puso su vestido, sonriendo, llena de felicidad, entre todas le arreglaron los cabellos, esperando a Andrea, la maquilladora. Esta no tardó en venir y le aplicó el maquillaje perfecto para la ocasión, estaba completamente deslumbrante. Sabía que Jennifer llevaría traje oscuro y con una sonrisa, la idea que llevaba rumiando desde hacía días le pareció una genialidad, quería ver la cara de felicidad de Jennifer por su sorpresa.

Sin gran dificultad sacó de su armario una caja y se la dio a Luci, ya que esa debía marcharse a su casa a recoger a Diana y a Jen.

(Lana): Dile a Jen que se ponga esto con el traje, le gustará

(Luci): Está bien, nos vemos en el ayuntamiento

Al ver desaparecer a su amiga se echó a reír solo de imaginar la cara de Jen cuando viese su regalo.

Al entrar en su casa, Luci se encontró con el salón invadido de palomitas por todas partes, latas de cerveza y a Anto durmiendo en el sofá, despertándola de un certero empujón que la envió al suelo.

(Luci): Arriba ya, que Jennifer debe prepararse… Por cierto vas a limpiar tú el apartamento

(Anto): Sí jefa, aunque fue Diana no yo, lo juro

Negando con la cabeza, despertó a su mujer con una pequeña regañina asegurándole que no la podía dejar sola y a Jennifer, que nada más abrir los ojos saltó de la cama con los nervios a flor de piel.

Con ayuda de sus amigas se despertó por completo y se puso el traje, anudando la corbata y adecentando sus cabellos. En ese momento Luci recordó el paquete que lana le había entregado y se lo dio a Jennifer que la miró extrañada.

(Luci): Lana me dio esto, dijo que te lo pusieras con el traje, no sé que es pero parecía importante

(Jen): Será la tontería esa del algo prestado…

Encogiéndose de hombros, abrió la caja dibujando en su rostro la más profunda sorpresa al descubrir que contenía esta.

Con una emoción desmedida y la alegría recorriendo su cuerpo como la adrenalina, sacó con cuidado la mismísima capa de la asesina de la rosa, la que llevó Lana en Toletum, o al menos una copia exacta de esta, colocándola sobre el traje y mirándose al espejo con una sonrisa de oreja a oreja, provocando la envidia de Diana y Anto que también querían probársela.

No iba a casarse en Hogwarts ni en la Villian pero iba a casarse como la asesina de la rosa, ese regalo que su María le había hecho no lo olvidaría jamás.

Con prisa corrieron al ayuntamiento ya que se habían enredado más de la cuenta y legaban tarde, una vez ahí, Jennifer esperó a lana como habían acordado, la ceremonia se iba a dar en privado, solo Diana tenía autorización para hacer fotos, no había cámaras ni periodistas, solo serían ellas dos y sus seres queridos dándose el sí quiero.

Cuando por fin vio a Lana, del brazo de su madre, una sonrisa nació en su rostro y fue correspondida por la morena, esta la miraba llena de amor, impaciente por llegar a sus brazos. Ya frente al alcalde que iba a unirlas, se miraron a los ojos con una sonrisa y los nervios bailando en el estómago. Risa nerviosa que escapaba de sus labios mientras pronunciaron con solemnidad sus votos, mientras colocaron suavemente las alianzas en su lugar, mientras sellaban con un beso esa unión ante todos sus amigos y familiares.

(Lana): Sabía que te quedaría genial la capa ¿te ha gustado la sorpresa?

(Jennifer): ¿Bromeas? Me has hecho la mujer más feliz de la tierra

(Lana): ¿Solo por la capa?

(Jennifer): Y por el hecho de que ahora eres oficialmente mi esposa María

Una sonrisa cómplice, lágrimas de felicidad descendiendo por sus mejillas y un nuevo beso, sediento y cargado de promesas, para salir de la mano de ese lugar como esposas, para empezar su nueva historia…

Tal y como había prometido, algunas semanas después de la boda, Lana se reunió con Gen a tomar un café y esta le entregó el escrito de su chica.

(Lana): Tras las huellas de tu nombre, por Antonella Scott

(Gen): Léelo y me dices qué te parece…

Lana asintió y terminó el café, charlando de todo y nada con su amiga hasta que tuvo que marcharse. Una vez en su casa, esperando a Jennifer pues esta se había ido a la bolera con Diana, se acomodó en el sofá y empezó a leer el escrito que gen le había dado, quedando atrapada de inmediato, enamorada de cada matiz de esa historia de pequeñas casualidades que te conducen a la felicidad.

Al terminarlo cogió el teléfono, al igual que al leer Breacking Chains tuvo la imperiosa necesidad de rodar esa película, leyendo esa nueva historia sintió lo mismo y solo conocía a una persona tan osada como para rodar un guión amateur. Tras varios tonos la voz de Amelia Benett sonó nítida al otro lado del aparato.

(Amelia): ¿Lana? Que gusto saber de ti mujer, ¿Cómo va la vida de casada?

(Lana): Muy bien, en una nube… Pero escucha tengo en mis manos un guión de alguien completamente desconocido, un guión brillante, quiero enseñártelo, quiero que rodemos esta película…

(Amelia): Me fio de tu criterio, ¿Nos vemos mañana y me lo enseñas?

(Lana): Se llama Tras las huellas de tu nombre, mañana te lo llevo

(Amelia): Buscaré productores interesados, con el presupuesto adecuado la rodaremos sin problemas

(Lana): Yo la puedo producir, lo sabes de sobra, Jennifer y yo seremos las protagonistas, tú solo tienes que dirigirnos, si lo deseas

(Amelia): Eso está hecho, mañana te veo

Tras colgar esa llamada, se estiró satisfecha sobre el sillón, analizando su vida y todo lo que había cambiado en esta desde que aburrida entró a un foro de internet.

Paso de la soledad absoluta a encontrar a la mujer de su vida, encontrar amigas, formar una familia con su Jen, la misma mujer que había descolocado su mundo, que saltó al estrellato a su lado, reconocida y alabada por su trabajo, la niña que adoraba los videojuegos y las naves espaciales, la que al mirarla le demostraba que ella era lo más preciado del mundo.

Una sonria surcó su rostro, pronto rodarían una nueva historia, una hermosa historia escrita por una de sus mejores amigas, se sentía feliz analizando los pasos que la llevaron a ese momento, el fin de una etapa, el fin de una historia, una historia más entre cientos.

FIN