Dos Boludos de fiesta, parte 2: la previa del desconche

El Bar Más o Menos en Medio del Multiverso era un antro amplio ubicado en una dimensión intermedia, donde los fickers del fandom de MLP podían ubicar lugares imprecisos o que necesariamente implicaban la confluencia de personajes de distintos universos y toda esa cosa. La característica de este bar en particular era que sólo concurrían villanos y semi-villanos de MLP, como esa vez que los villanos de Disney tomaron el bar de Mickey Mouse, y bueno eso ya es harina de otro costal.

Todavía era más o menos temprano. Black Star, un oc alicornio macho de un fanfic descontinuado, que al no tener nada que hacer, decidió buscar trabajo, se encontraba organizando unas mesas. Tenía pelaje blanco, la crin de colores negro, rojo y gris, y los ojos de distinto color. Como personaje su originalidad era escasa, pero aún tenía cierta simpatía de su Señora, quien accedió a reubicarlo allí. Ser camarero, siendo alicornio y todo lo que eso representaba, no era lo más genial del mundo, pero se consolaba pensando que había casos peores, de Gary Stus que entre aventuras y orgías no tenían respiro, y él aborrecía eso.

Hubo unos golpes en la puerta. Black Star voló hasta allá y abrió una rendija en la misma. Nunca abría la puerta directamente porque el bar tenía una política de admisión muy clara: no menores ni personajes indeseados. Al ver unos afilados ojos turquesa del otro lado, el alicornio solicitó la contraseña (la cual cambiaba cada semana y era informado secretamente a los miembros del club).

Pan con chicharrón — dijo una voz al otro lado, y Black Star quitó los cerrojos y dejó pasar a las dos imponentes yeguas alicornio: una era la indiscutible Nightmare Moon, y la otra, recientemente incorporada al club, Solar Flare… digo, Daybreaker.

—Buenas noches — saludó Nightmare Moon, y a continuación mostró su carnet de miembro, el cual Black tomó con su magia y aplicó un hechizo de autenticación. Daybreaker sacó el suyo, que tenía otro diseño porque era más reciente, y el alicornio hizo lo mismo.

—Muy bien, todo en orden, ustedes son las versiones malvadas de Luna y Celestia que pertenecen al al universo N° [número codificado]. ¿Es correcto?

Aunque todas las versiones malvadas tenían las oportunidad de hacerse miembros, no todas solían venir con regularidad al bar.

—Sí, así es — confirmó Nightmare Moon.

—La Chrysalis de nuestro universo viene en camino — agregó Daybreaker — Y creo que se va a sumar alguien más, pero no estamos seguras.

—No hay problema si viene o no, aunque hoy el bar estará un poco lleno — dijo Black Star mientras las yeguas oscuras pasaban y él las acompañaba a su mesa, una mesa redonda de amplio diámetro, cerca de la barra.

—¿Un poco lleno? Vaya, eso explica esa gran mesa allá frente a la gran pantalla — señaló Daybreaker, en efecto, había largo tablón ubicado en dirección al escenario, donde habían colocado una pantalla de proyección — ¿Algún evento corporativo?

—Esta noche se estrenará la premier de la Temporada 9, y tendremos invitados… especiales — respondió Black Star, y Nightmare Moon iba a preguntar qué clase de invitados, pero en eso sonó el timbre de la puerta principal. — Disculpen, ya vengo. Pueden mirar la carta mientras tanto.

El alicornio voló hacia la entrada en dos aleteos. Por la mirilla, no alcanzó a distinguir quién había tocado, pero abrió la puerta porque sospechaba de quién podía tratarse.

—Soy la reina Chrysalis y he venido a formar parte de este malvado club — dijo, con su típico tono soberbio y macabro.

Sin embargo, el corcel bufó y revoleó los ojos, acto seguido hizo brillar su cuerno y le disparó a Chrysalis… revelando que en realidad no era la reina de los changelings, sino Cozy Glow, que utilizaba un artefacto mágico de ilusión mientras que llevaba un disfraz pobremente construido. La pequeña potrilla pegaso soltó una maldición al verse tan rápidamente descubierta.

—¡¿CÓMO DEMONIOS SUPISTE QUE ERA YO?! — gritó Cozy, exasperada, encarando a Black Star.

—Niña, te lo dije las otras cinco veces y te lo volveré a decir ahora: Está prohibido el ingreso de Menores de 18 años, y tampoco lograrás burlar los mecanismos de seguridad. Por favor, estoy siendo todo lo paciente que puedo, vete ya.

—¡No! ¡Yo tengo derecho a estar en ese bar como cualquiera de las otras villanas de MLP! ¡Y voy a repetirte también que no soy una tonta potrilla, yo casi drené toda la magia de Equestria…!

—Sí, sí, ya sabemos toda la historia. Pero es la política del bar, las niñas pequeñas no entran y punto. — insistió Black Star, quien ya habría mandado a esa pendeja insoportable a freír churros si no fuera por las leyes de protección infantil. Intentaba ser respetuoso y paciente con menores y mujeres, pero a veces simplemente te sacan de quicio.

—¡Ah, vamos! ¿Qué se supone que hacen en este club como para que yo no pueda entrar? — vociferó Cozy Glow, tenía la cara roja y le salía humo de las orejas como si fuera una pequeña caldera hirviendo.

—No es no, niña, largo de aquí. ¿Por qué no vas al bar de las Equestria Girls? Ahí no tienen restricción de edad.

—Nahg — contestó Cozy con asco, cruzándose de cascos — Son todas muy raras ahí….

—¿Qué rayos pasa aquí? — se oyó una voz detrás de ellos, era la "verdadera" Chrysalis que llegaba.

—Oh, ¿tú eres la reina Chrysalis? — preguntó Cozy cambiando el tono a uno más zalamero — Seguro que eres una reina temible y respetada por tu poder y tu maldad, pues yo también soy malvada y temible, así que… ¿podrías convencer a este idiota de que me deje entrar a este tonto club? — pidió la pegaso, poniendo ojos de cachorrito pero de cachorrito malvado.

La reina changeling la miró a ella y luego miró a Black Star, quien señaló el cartel de "Prohibida la entrada a menores de 18 años".

—¿Y por qué haría yo eso?

—¡OH, VAMOS… ! — empezó a protestar la potrilla insoportable, con una mueca que le deformaba la cara, haciéndole perder toda la ternura falsa de su rostro. Antes de que iniciara otra rabieta, el alicornio le espetó:

—Te doy la última oportunidad de que te vayas por tu cuenta a romper las pelotas a otro lado, o te juro que te voy a mandar a Santiago del Estero* y ahí sí que lo vas a pasar muy mal, ¿entendido?

Cozy gruñó y echó humo por las narices, dijo unas cuantas palabrotas y se fue de allí pisoteando fuerte, tanto que sus cascos dejaban profundas marcas en el suelo.

—Qué suerte que nunca me va a tocar hacer equipo con ella. No la querrían ni en el Tártaro — comentó Chrysalis, que observaba a la pequeña pegaso con indiferencia. — Bueno, aquí tiene mi carnet de miembro. — agregó dirigiéndose a Black Star, quien había hecho un esfuerzo para serenarse y recuperar su amabilidad para atender a los clientes.

—Gracias, adelante.

Mientras Black Star la conducía adentro del bar, la reina de los changelings preguntó, picada por la curiosidad:

—¿Dónde queda Santiago del Estero? No me suena a un lugar conocido ni mucho menos malvado.

—Pues… realmente es un lugar desagradable, lleno de pervertidos y sátiros. No es un lugar al que se te ocurriría ir a buscar "amor". — contestó el alicornio. — Allí está la mesa de las damas, si quieres acomodarte — le señaló la mesa donde se encontraban las dos hermanas oscuras. La reina cambiante arqueó una ceja (aunque ahora que lo pienso, no sé si tiene cejas) y se fue a sentar allá.

Antes de que el oc camarero alicornio entrara a la cocina para ver si Juan necesitaba algo, sonaron unos golpes en la puerta. Todavía no se le había ido la bronca por el incidente con la pendeja infumable, de modo que fue a abrir la puerta medio violentamente.

—¡¿QUÉ…?! — iba a gritar por la mirilla, pero una voz de afuera lo interrumpió.

—Disculpe, ¿este es el Bar en el Medio del Multiverso?

Black Star se calmó, y miró bien antes de abrir la puerta, sorprendido. El que había hablado era como Sombra, aunque no era el Sombra que él conocía, sino otro. Tenía la crin bien peinada, con una línea azul, ojos verdes normales y una capa de color púrpura. Era como la versión más "pulida" del Negro. A su lado, increíblemente, había otra versión del ex rey oscuro, similar al primero pero con la capa azul. Olían bien, se veían bien, de hecho había algo en su composición que daba la idea de que habían sido dibujados de forma diferente (o sea como en los cómics).

—Sí, es éste. — contestó Black Star. Al ver su porte imponente, los dos unicornios se sobresaltaron un poco… porque, claro, nunca habían visto un alicornio macho, ni siquiera se habían preguntado si era posible.

Los recién llegados se miraron, porque no entendían un pomo.

—Eeehh ¿buscaban algo en particular?

—Fuimos invitados a una reunión especial que se realiza aquí, nos llegó esta invitación — habló el Sombra de la capa púrpura, haciendo aparecer con su magia una tarjeta de invitación y se la extendió a Black Star, quien la miró sin entender mucho, pero reconoció las firmas de la Señora y del Negro, y supuso que debían ser auténticas. — Y no sé cómo… pero cuando la leí, acabé aquí.

—Lo mismo yo — agregó el Sombra de la capa azul, haciendo lo mismo.

El OC los miró confundido. Los gerentes eran unos colgados de mierda y a veces no avisaban con tiempo que iba a haber juntadas en el bar, y siempre le tocaba a él estar al frente de todo. Esa falta de organización lo encabronaba mucho, pero esperaba hacer su trabajo de forma tan diligente que la Señora le diera un reconocimiento y lo ascendiera a Gerente, de esta forma sería superior de esos dos crotos y los tendría a las chapas todo el día.

—A ver, pasen y esperen por aquí, yo iré a verificar las invitaciones…

Black Star abrió y entraron al pequeño vestíbulo. Señaló unos sillones para que se sentaran los recién llegados y casi estaba por volver a cerrar la puerta cuando por la calle llegó, increíblemente, otro Sombra, pero éste venía sin capa ni nada, también tenía otro estilo de composición y parecía mucho más perdido que los primeros.

Hello… ¿is this the Bar in the Middle of the Universe?

—¿Eh... ? — obviamente Black Star no sabía inglés, que era el idioma del recién llegado.

What is this weird place? Why I am here?

—No te entiendo un carajo — dijo Black Star — pero supongo que debes tener la misma invitación que los otros…

What is "invitación"?

Uno de los Sombras se acercó y mostró su respectiva invitación, intentando usar la mímica para que el otro entendiera mientras el alicornio trataba de acordarse cómo era ese hechizo de traducción linguística que le habían enseñado.

Ah, the invitation…?

—Listo, ya me acordé…. — de repente Black Star recordó el hechizo y lo conjuró, provocando un flashazo que encegueció a todos por un momento —Bien, creo que ahora podremos comunicarnos.

—¿Qué demonios... ? Ah, claro, ese hechizo de traducción… — comentó el Sombra angloparlante.

—¿Lo conocías?

—Lo usaron Juan Seco y la otra versión de mí cuando estuvieron en mi dimensión y provocamos un desastre al irnos de juerga. Bah, ellos me arrastraron a eso, pero no me quejo…

—Ok, pasa tú también…

No había terminado de hablar el OC alicornio cuando del fondo de la calle se oyó una trompeta y una combi/furgón con calaveras tuneadas y colores estrafalarios y calcomanías de tacos con chile apareció a 130 km por hora, y frenó de golpe con tanto envión que un poni salió disparado por la ventanilla, mientras que por la fuerza de la frenada se abrieron las puertas traseras, haciendo que del interior caigan un montón de cosas, como latas de frijoles, algunas botellas de mezcal y tequila que por magia o milagro no se hicieron añicos, unas bolsitas blancas de contenido desconocido, varios sombreros de esos como los que usa Speedy González, muchas bolsas de nachos, chiles a lo rulete, alguna que otra arma y unos que parecían cigarrillos caseros… Del interior de la camioneta se escuchaba la música de Molotov a todo volumen: "Don't call me frijoleroo pinche gringo puñeteroouuuuuu". Nadie tuvo tiempo de apreciar el variado cargamento porque se concentraron en el poni que se había pegado tremendo ranazo contra un buzón de correo (¿por qué demonios hay buzones de correo en el Medio del Multiverso? ¿A quién le mandarían una carta cuando existen Wattsap y el g-mail?)

—¡AAAAAAAJJJJJUÚÚÚUUAAAAA! — una voz entre chillona y enchilada se sobrepuso al bullicio de la música — ¡Peero por qué no señalizan estas pinches calles de la v*rga, casi me paso de parada, colega! Y casi pierdo todo mi botín, ahuevo...— el que se levantó era otra versión de Sombra, pero llevaba un mexicanísimo bigote abultado, un poncho mexicano y un sombrero mexicano que se acomodó enseguida sobre su cabeza luego de desabollarlo, y parecía mexicano y hablaba como mexicano también, creo que así hablan los mexicanos — ¡Oiga, compadre, écheme una manita que se me desparramaron los víveres! — gritó mientras se dirigía a la puerta del acompañante, la abría y sacaba de allí a otro unicornio oscuro, bastante mareado. Llevaba una camisa verde medio desabrochada, una espesa barba y un gorro militar con una estrella roja en el frente — ¡Despierte, compa, qué diría su generalísimo Figuel Castrol si lo viera así!

El unicornio con claro aspecto de sucio comunista, al oír el nombre de su general, se cuadró enseguida y exclamó:

¡COMANDANTE FUNESTO CHE SOMBRERO, A SUS ÓRDENES MI GENERAL! ¡VIVA LA REVOLUCIÓN!

—Sí, viva la revolución y todo eso compa, pero ayúdeme a cargar los bultos porque así no va haber revolución posible…

Los dos se pusieron rápidamente a juntar todo lo caído, de momento no parecían haberse dado cuenta de que los miraban desde la puerta del bar.

—¿No deberíamos cerrar la puerta? — le susurró el Sombra angloparlante a Black Star — Esos tipos no parecen buena junta…

El alicornio estaba considerando esa opción, pero entonces el Sombra de la boina con la estrella colorada se dio vuelta y miró hacia el bar. No se sabe cómo, pero tenía un grueso cigarro cubano ya encendido, y se tomó todo su tiempo para darle una pitada mientras decía:

—Compañero Sombrero, ¿es éste el lugar de subversión en donde debemos cumplir la misión encomendada?

—Así es compa Sombrero, o por lo menos eso decía el documento….

—Huele demasiado a burgués aquí, pero confiaré en su palabra. Si el asunto se torna borrascoso, siempre tendremos a mano la fuerza y el apoyo del proletariado.

—¡Ea, tú, el blanco con alas que está en la puerta! — getoneó el Sombrero con acento mexicano, mientras se ponía en movimiento y llevaba levitando varias de las cosas que nombré antes y no tengo ganas de volver a nombrar.

—Mira, no sé quiénes son ni si vienen de colados, pero no puedes entrar con esa mercancía aquí, es política del bar. — espetó Black Star con acento forzadamente diligente.

—Tranquilo, carnal, nosotros apenitas llegamos, no te pongas de verga pues. Dile a tus jefes que podemos hacer negocios y no se la vamos a hacer de ahuevo.

—Ajá, ¿y tienen la invitación? — inquirió Black Star, levantando una ceja. Lo que creía que iba a ser una noche cualquiera, de repente se estaba tornando muy bizarra en el sentido jojotástico de la palabra. Sólo faltaba que apareciera un Sombra vestido así tipo entre sadomasoquista o mitad de camino entre Aníbal Pachano y Flavio Mendoza todo esculpido y hablando raro y con un stand de anda saber qué merda… ah y que hiciera poses como si estuviera en una fiesta electrónica mientras le aparecían unos simbolitos chinojaponeses.

—Tenemos este documento firmado, señor — dijo el Sombra de la camisa verde y con marcado acento cubano aunque acá no se nota porque está escrito, quien extendió un papel donde se les autorizaba el ingreso en calidad de… ¿proveedores? Eso explicaba todo el contenido de la combi. Black frunció el ceño, pero todo parecía estar en regla, desgraciadamente. Esto debía tratarse de otra cagada de los gerentes.

Entonces, de la puerta lateral del bar, que era la de servicio, salió Juan. Tenía una red en el pelo y ropa de cocinero, o algo así, y extrañamente olía a humo.

—Che, te escuché rezongar, boludo, ¿qué pasa acá afuera? ¿Por qué tanto bochinche? — preguntó el unicornio blanco, mirando a la escena sin entender un carajo — ¿Entortaste a uno o qué?

—Hace un rato vino esa potrilla insoportable queriendo entrar al bar otra vez.

—Fo, ¿la Cozy? Pero qué pendeja hinchabolas. Después viene la yuta interdimensional y nos rompe los quinotos con las leyes de menores, pero los guachines se la buscan también… — se quejó Juan, dando pisotones.

—La amenacé con que la iba a mandar a Santiago del Estero si no se dejaba de joder.

—No, no, no, pará, Black — dijo Juan, poniendo una cara terrible — Ahí es peor que el Tártaro.

—Bueno, bueno, carnalitos, ¿nos vamos a quedar aquí afuera a que nos agarre la llorona o qué? — dijo el Sombrero.

Juan miró al Sombra mexicano y a todos los demás.

—¿Quiénes mierda son todos estos? ¿El Negro se metió al estanque espejo después de mear en el agua y le salieron puros clones fallados?

—No sé — dijo el alicornio — Todos vinieron diciendo que tenían invitación, y-... estos dos — agregó señalando a los dos Sombreros —cayeron acá de sopetón y dicen que tienen permiso de proveeduría.

—¿Permiso de qué…?

Ante eso, el Sombrero Guevara le extendió a Seco la carta de porte, y Juan la releyó varias veces pero cada vez entendía menos, hasta que por fin le cayó la ficha. Y ya iba a empezar a lanzar una retahíla de improperios por no haber sido notificado tampoco de todo este tema, cuando de pronto llegó alguien más, esta vez no era un corcel sino una yegua, la Mare Sombra. Obviamente captó todas las miradas de los machirulos, pero ella sólo los miraba con indiferencia.

—Supongo que aquí debe ser la reunión…

Ni Juan ni Black Star alcanzaron a mirarse siquiera para decidir quién iba a atender a la dama porque se escuchó un ruido y apareció, esta vez sí, el Sombra de este fic, cargando unas cajas que teletransportó directamente adentro, y también traía un bolso que estaba hasta los topes de papeles y cosas. Venía peinado más o menos, y tenía un traje que estaba a medio arreglar. Masculló al ver que todos sus invitados habían llegado antes que él.

Uy uy perdón perdón se me hizo recontra tarde haciendo gestiones y papeles y mandando todo a imprimir, encima tuve que pasar las mil y una para conseguir los episodios en buena calidad y sobre el pucho todo el equipo para la proyección y otros menesteres pero espero que no hayan tenido que esperar mucho, pasen por favor… — el Negro soltó un borbotón de palabras mientras saludaba medio a los trompazos a los otros Sombras y a la Mare y les indicaba que pasaran al vestíbulo, incluso al Sombrero Guevara y al Sombrero González. — Uuuhhh qué di… ¡Au! ¿qué te pasa, pajero?

El Negro se quería tomar unos segundos para respirar, pero recibió un soberano coscorrón de Juan. Sepan ustedes que Juan Seco es unicornio, pero poni criado en el campo, laburador de campo y mitad poni de tierra, por eso sus cascos tienen un diámetro un poco más grande que los de un semental común, y bastante polentudo también. Así que dense una idea de lo que es recibir un piñazo de esos, onda como cuando te cachetea un gorila.

—¡Vale avisar que vas a hacer una joda y que van a venir nuevos clientes! Si se supone que somos un "equipo", ¿por qué no me pediste ayuda para organizar todo esto?

¡Y bueno, si me enteré esta mañana de que se iba a estrenar la premiere de temporada! No tuve tiempo de pensar…

—Vos nunca pensás….

Ya iba a iniciar la discusión cuando dos sendos aletazos dieron de lleno en las dos cabezas de los dos unicornios, casi haciendo que tocaran el suelo con sus narices.

—¡Eh, qué te parás de alas, vo'!

—¡Ninguno de ustedes es un ser pensante, par de mensos cabeza de termo, porque si realmente se tomaran en serio su trabajo, estas cosas no pasarían! Si yo fuera gerente, este bar estaría mucho más organizado... — les espetó Black Star, sin perder oportunidad de sacarse un poco de la bilis que había venido acumulando. Por lo general era un alicornio paciente, pero esta vez ya se le habían saltado los fusibles.

Al escuchar estas palabras, Juan y Sombra ya se le iban a ir al humo, porque obviamente no se iban a bancar que un subordinado los cagara a pedo, por muchas alas que tuviera. Y encima que Black Star les sostenía la mirada, desafiante, como dando a entender que le importaba tres carajos todo y que no tenía problema de enzarzarse en una pelea de dos contra uno porque claramente llevaba ventaja. Ya hinchaban pecho, fruncían ceños y sostenían miradas, como gallos al entrar a la arena…

[[FHix: oh, no, estos tres tarados se van a agarrar a las trompadas justo ahora? No, tengo que hacer algo para detenerlos, ya después voy a pensar a qué aventura mandarlos a los tres juntos para que se lleven un poco mejor.]]

Ay ay ay ayyyyyyyyyy *suena la música de los hombres del pilar, que suena así tpo egipcio*

¿Vieron que más arriba dije que sólo faltaba una versión de Sombra al estilo Jojos (que solo conozco el anime gracias a los resúmenes de un canal llamado The Screwed Crew)? Bueno, acá está, porque como es algo tan famoso no puede no estar, después de todo ya hice referencia a Dragon Ball….

[Stand master: Joe Sombra]

[Stand name: Shadowplay]

Ahí apareció el Sombra Joestar (o no sé, pónganle nombre ustedes que saben mejor). En la esquina del infinito, mal parado aunque en realidad sólo estaba posando, con el casco izquierdo tapándose medio artísticamente la cara mientras que con el derecho se sostenía del poste de luz (con el foco roto), los dos cascos traseros cruzados. Tenía el negro pelo peinado con gomina hacia atrás, pero terminando en un ribete medio sospechoso, y sobre la cabeza tenía como una especie de casco/gorro, con un agujero en el medio por el cual salía su reluciente cuerno rojo. Delante de sus ojos llevaba unas gafas reflectantes que despedían un destello verde. Una suntuosa capa de terciopelo bermellón flameaba detrás suyo aunque no había viento a esa hora. El traje, obviamente de color azabache bien pulido, tenía unos detalles en charol y tachas plateadas que deben haber costado una fortuna, y unos bordados y costuras que quizá podrían haber impresionado a Rarity. La pechera tenía como un escote en v, por donde asomaban unos pelos bien machos. Y se remataba el conjunto con unos goyetes de metal que estilizaban sus cascos. Al hablar, sus colmillos enceguecían de tanto brillo que les habían sacado, y por toda la cuadra el invasivo olor de su perfume marca Antonio Banderas abarcaba las narices de quien pudiera oler.

Che, este hiede más fuerte que tus sobacos cuando salís a correr en pleno verano — dijo Sombra al estornudar por culpa de tanto perfume.

—Por las pilchas que trae, — comentó Juan, mirando detenidamente al recién llegado, que empezaba a caminar así todo trabado y orondo como en el anime — parece tremendo narco… qué te apuesto a que trafica cristal.

—¿Cristal…? — preguntó Black Star, aunque se dio cuenta a qué cristal se refería Juan — Ah, ese cristal.

Eh ameo, llamó David Bowie, dice que le devuelvas su ropa — le dijo el Negro cuando el Sombra cheto llegó frente a ellos, en un aire de indiferencia.

Yare Yare Daze, pibes. — dijo el Sombra Cheto, sacándose artísticamente las gafas reflectantes de reflejo verde.

—Ah bueh, ¿qué te crees vos, Canniggia? Rajá de acá o te sopapeo.

Pará, Juan…

Omae wa, mou shindeiru?

—Oye, ¿tu hechizo de traducción interlingüística cubre chino-japonés? — le preguntó Black Star a Sombra.

La verdad no tengo ni idea, pero si habla latín… — respondió el aludido rascándose la cabeza.

No se molesten, es claro que mi lenguaje es demasiado elevado para ustedes — dijo el Sombra Cheto es un español castizo.

—¿A éste también lo invitaste o viene de colado? Porque está ganando lugares en mi rifa de piñas…

¿Y por qué participaría yo en tal cosa?

—Fo, encima no entendés eufemismos. ¿De dónde sos, de Saturno, pelotudo? Y no me vengas con ninguna referencia a Saint Seiya, porque pelo una genki dama y te voy a sacar cagando…

Juan iba a seguir la perorata, pero de repente se empezó a sentir un olor a quemado.

—¡Uy, los tostones, me dejé la cocina prendida! — gritó y salió corriendo de vuelta para la cocina.

*suena musiquita y aparece un cartel con una flechita*

To be continued…

¡Bueno, basta de boludeces! — gritó Sombra, que ya tenía las pelotas hinchadas — Mirá, estoy corto de tiempo y no me voy a quedar parado acá hablando como un boludo, así que querés entrar a la fiesta, bien, y si no, acá a la vuelta hay un boliche bien careta. Me voy porque ya son las diez y el pescado está sin vender. — le dio un anotador al alicornio y agregó — Tomá, Black Star, hacé el recuento de invitados y ubicalos en la mesa, yo tengo que ir a preparar los trastos. — Y dicho esto, desapareció en un poof.

La mula que te parió — rezongó el OC entre dientes y por lo bajo. Hubiera querido tirar a la mierda el anotador.

¡Escuché eso! — se oyó la voz del negro desde adentro del bar.

El alicornio bufó y volvió a entrar. El Sombra Cheto se retiró en silencio, aunque unas figuras oscuras translúcidas se desprendieron de él y se colaron por la rendija de la puerta del bar.

Ahora sí,

To be continued… *musiquita*

Ah, y quiero aprovechar este breve espacio para saludar a los nuevos lectores y a los viejos lectores por comentar y apoyar la historia aunque esté hecha con dos pesos. Muchas gracias al tío Rob, a Big Macintosh, a Tokachi-greenpeace, a Drakoerrante por sus comentarios. En la próxima parte, que seguro va estar publicada cuando termine la serie, después de ver los primeros episodios de la temporada 9 se va armar un desparramo de negros jaja.

Por si se perdieron un poco con toda la cantidad de Sombras que aparecieron, les adelanto la lista:

-El rey Sombra del cómic "Reflejos" (dentro de los cómics oficiales de MLP, aunque no me sé bien la numeración)

-El rey Sombra de los cómics "Fiendship is magic 1" y "The Siege of the cristal empire" (creo son los del 35 al 38, pero corroboren sino en Equestria Daily o Equestria Net)

-El rey Sombra del Ask-King-Sombra de Tumblr (obviamente no es canónico)

-La versión rule 63, la Mare Sombra, de Ask-Mare-Sombra, también de Tumblr (tampoco es canónica)

-El rey Sombrero mexicano (este es creación del fandom)

-El Sombrero Guevara (este es creación mía)

-y el último el Sombrero Jojo, que también es creación mía.

Me faltaría el Pony de las Sombras que aunque sea otro poni, también merece su lugar. Si ustedes conocen o quieren que aparezca otra versión de Sombra, canónica o no canónica, creación del fandom o de ustedes, me la pasan, estoy abierta a sugerencias.