Soy la peor, lo sé ;^; Prometí no abandonar este fic y ya tiene meses que no actualizo. Lo siento mucho TT_TT trataré de actualizar cada dos semanas, o antes si me es posible. Es que, argh, a veces la inspiración no me llega, me enfermo, o estoy ocupada con mis tareas y proyectos, o simplemente soy demasiado floja para encender mi laptop y ponerme a escribir algo medianamente bueno. Y a veces se va el internet e.e

Dejando mi drama de lado, este capítulo es para Suno-Andrew y será un threeshot porque… Porque ella es especial y punto (?) Y me siento culpable por no haber hecho esto antes pero será cortito (?). Y me alegro de que te gustara el oneshot de Kuroko, SakuYuri-chan :DD!

Ahora, ¡A leer!

Disclaimer: Los personajes y animes no me pertenecen, le pertenecen a sus respectivos autores. Lo único que me pertenece son la historia y la trama, esto es sin fines de lucro.

Neandertal I

Esa era la mejor palabra para describirlo. Ugh, en serio, ¿Podría haber una persona más irritante? No, claro que no. Por el amor de todo lo sagrado, ni siquiera Kise Ryoutaera tan molesto como ese desconsiderado, patán, ególatra de Aomine Daiki. ¡Hmph! ¿Qué se creía ese tipo? Actuaba como si fuera el dueño de todo y lo que más te hacia rabiar era que fastidiaba a las demás personas por diversión. Tú eras una de ellas.

Ese chico te detestaba, podías sentirlo. Lo encontrabas en todos lados, TODOS. Y vaya que lo odiabas. No entendías cuál era su problema contigo. La primera vez que lo conociste no fuiste grosera con él… Al principio.

Flashback

Temblaste, alzando tu cabeza para fijar tu mirada en tu nueva escuela, era enorme. Te sentías intimidada pero no dejarías que eso afectará tu decisión de tener el mejor año de toda tu vida escolar. Ahora estabas en segundo grado de preparatoria, ya que tu primer año fue en [País].

Inhalaste hondamente, llenándote de valor y entrando por las puertas principales con tu cuerpo tenso y hombros pesados. Miraste de reojo a los demás estudiantes que estaban a tu alrededor, algunos de ellos te miraban fijamente y murmuraban entre sí. Eso te hizo sentir un poco cohibida.

De cualquier manera, dejaste dejar de lado tu timidez y les sonreíste felizmente, mostrando tu perfecta hilera de dientes blancos. Algunos te devolvieron la sonrisa, asintiéndote o saludándote con su mano, haciendo que se te escapara una pequeña risilla y devolvieras el saludo antes de perderte entre el mar de gente que había en los no tan estrechos pasillos.

Al parecer ser amable con la gente funcionaba. Pero…

No con él.

De alguna forma u otra, habías llegado a tu clase, después de pedirle ayuda a un estudiante para que te guiara hasta la oficina del director. Tu director era un hombre de mediana edad, con un rostro amable pero estricto. Te saludo cordialmente, dándote la bienvenida y un pequeño discurso sobre pertenecer a la institución.

Una vez que terminó, te explicó algunas reglas de la escuela y te entregó tu horario de clases, dándote indicaciones sobre cómo llegar a tu salón de clases. Asentiste, agradeciéndole con un poco de dificultar ya que no eras originaria de Japón(*) y tu acento no te permitía hablar con fluidez. Él rió, asintiendo y dejándote abandonar su oficina.

Te perdiste entre los enormes pasillos de la escuela, encontrando tu salón después de un corto periodo de tiempo y cuando entraste, la mirada de todos tus nuevos compañeros de clase y profesor se fijaron en ti. Un escalofrío recorrió tu espina dorsal y fijaste tu mirada en tu maestro, apretando tu ligera bolsa contra tu pecho. Sólo llevabas un pequeño cuaderno de notas y tu lapicera ya que no sabías qué material te pedirían.

Hablaste con una voz suave, tu acento llamó la atención de los demás alumnos y los murmullos no tardaron en hacerse oír. Brincaste ligeramente cuando el profesor los calló con un grito exasperado, suspirando pesadamente y girándose hacia ti con una pequeña sonrisa, preguntándote si necesitabas algo.

Le explicaste que eras una nueva estudiante y que esta era tu clase, él asintió y te dio una corta bienvenida antes de voltear a ver a tus nuevos compañeros.

Escuchen alumnos, tenemos una nueva estudiante este año. Se llama [Nombre] [Ape-Apelli…] Disculpa, ¿Cuál dijiste que era tu apellido pequeña? – Te pregunto algo avergonzado, no sabía cómo pronunciar tus nombres y apellidos(**) correctamente ya que no eran muy comunes en Japón.

[Nombre Completo] – Respondiste algo incómoda, frotando tu brazo izquierdo con nerviosismo.

Ah, sí. [Nombre Completo]. Ahora, por favor preséntate con los demás. – Te ordenó amablemente, dando un paso atrás y haciendo que todos te prestaran atención de nuevo. Tragaste duro y asentiste, cerrando tus ojos cuando tomaste aire, ansiosa.

Ho-Ho-Hola a todos, ehm, b-buenos días. – Te dieron ganas de estampar tu cráneo contra la pared repetidas veces hasta perder el conocimiento. Maldito tartamudeo y malditos nervios. – Soy de [País] y me gusta [Actividades favoritas], [Hobby] y [Comida favorita]. Espero q-que nos llevemos bien(***).–Te sentiste aliviada cuando terminaste de presentarte, suspirando.

Tu profesor asintió, complacido. – Muy bien [Nombre]-san, ahora siéntate donde gustes. – Después de darle un pequeño asentimiento de cabeza te apresuraste a sentarte en el primer asiento vacío que viste, colocando tu bolsa en tu regazo y mirando al pizarrón, tratando de no hacer contacto visual con nadie, tenías un extraño nudo en el estómago.

Fue entonces que él entró por la puerta del salón.

Alzaste la cabeza, abriendo los ojos con sorpresa y un pequeño sonrojo formándose en tus mejillas. Dios Santo. Era uno de los chicos más guapos que habías visto en tu corta vida.

Cabello azul oscuro, ¿Se lo habrá teñido? Probablemente, ojos del mismo color, piel oscura, cuerpo musculoso y una sonrisa arrogante que te hizo dejar salir un pequeño sonido.

El profesor no parecía muy feliz de verlo, en ese momento supiste que era un chico problemático. Le dio una regañía muy severa pero el moreno simplemente hizo un movimiento vago con su brazo, separando sus labios y oh Dios mío, esa voz.

Era profunda, masculina, sexy.

Tuviste que morder tu labio para no dejar salir un sonido similar a la de una ardilla, bajando la cabeza por un momento. Por el amor a todo lo sagrado, ese chico–, no. Ese hombre era el ser más increíblemente atractivo que tus inocentes ojos habían tenido la dicha de ver.

Era una pena que su actitud dejara tanto que desear.

Después de ignorar groseramente al profesor se dejó caer en el lugar vacío que estaba a tu lado. Sentiste tu corazón latir rápidamente en tu pecho, resonando en tus oídos. Lo miraste de reojo, respirando profundamente y tratando de calmarte.

Tranquila [Nombre], es tu primer día. Tienes que concentrarte. Nada de muchachos. No importa lo guapo que sea.

No hablaste y él no te dirigió la palabra tampoco, hasta que se dio cuenta de que no reconocía tus facciones. Se giró, alzando su ceja (y de paso dándote un ataque al corazón con su sensualidad) antes de llamarte la atención con un casual y vago 'Oi'.

¿Quién rayos eres tú?

Bueno parece que tenemos a Señor Modales aquí, ¿No es así?

Frunciste el ceño pero lo dejaste pasar, girando tu cabeza y mirándolo. Tus preciosos ojos [Color] chocaron con la profundidad de sus ojos azules. Hmph, pero la arrogancia en su rostro no se desvaneció.

Hola, soy [Nombre]. – Le sonreíste pero él no te devolvió la sonrisa, poniéndote incómoda. Hizo un pequeño sonido y notaste cómo sus ojos se dirigieron hacia abajo. Ahem, más precisamente, a tu pecho.

Tsk, no son muy grandes. ¿Cuál es tu talla? – Tus ojos se abrieron desmesuradamente y abriste tu boca con sorpresa e indignación. No supiste qué te sucedió pero la rabia te consumió y le plantaste una tremenda bofetada en pleno rostro, haciéndolo maldecir furiosamente mientras sostenía su enrojecida mejilla.

¡¿Cuál es tu maldito problema?! – Te gritó en la cara, enojado. Pero tus furiosos ojos [Color] lo tomaron por sorpresa por un segundo.

¡¿Mi problema?! ¡¿Cuál es TU problema, pervertido?! – Le gritaste con una voz aguda y con un volumen más alto que la suya. Él hizo una mueca, sus tímpanos gritaron en agonía.

¡Señor Aomine, señorita [A-Apellido]! ¿A qué se debe todo este alboroto? – El profesor no estaba complacido con la repentina interrupción y el escándalo que estaba provocando. La bofetada que le diste había resonado con fuerza y algunos alumnos hicieron una mueca de dolor, murmurando 'ouch's' y riéndose.

¡Esta loca maniática me atacó! – Te culpó el peli-azul, hm, así que se llamaba Aomine.

¡¿Yo?! Profesor, este pervertido me está acosando. – Okay, quizás exageraste un poco pero de verdad, ¿Qué clase de degenerado va por ahí preguntándole a las chicas la talla de su sosten?

¡¿QUÉ?! ¿De qué demonios estás hablando, tu–? – El maestro no lo dejó continuar.

¡Señor Aomine! Vaya a la sala de detención inmediatamente. No permitiré que le falte el respeto a las alumnas de esta clase. – Lo reprendió, haciéndote sentir victoriosa.

Él gruñó algunas palabras malsonantes, ganándose otro regaño por parte del profesor. Se levantó de mala gana, tomando sus cosas y fulminándote con la mirada, cosa que imitaste con la misma ferocidad. Pudiste oír cómo te maldecía entre dientes, azotando la puerta y haciendo que el profesor le gritara de nuevo, sin importar que Aomine ya se hubiera marchado.

Suspiraste, bajando la cabeza y presionando tu espalda contra la silla con un aura depresiva a tu alrededor.

Vaya primer día.

Fin del flashback

Y así, la odiosa rivalidad entre tú y Aomine nació. Sus discusiones se volvieron algo frecuentes e inclusive divertidas de ver, Aomine siempre terminada con una marca roja en tu mejilla o un pequeño y casi invisible moretón en alguna parte de su cuerpo. Era algo habitual que se había convertido en una parte de tu rutina diaria.

Él no te soportaba y tú no lo soportabas a él. Simple y sencillo. El pequeño flechazo que habías sentido la primera vez que lo viste había sido aplastado por completo. Te disgustaba la idea de estar en la misma habitación que Aomine. Tenías tu carácter, no había duda de ello. Te habías ganado una pequeña reputación gracias eso.

Habías conseguido amigos y un pequeño grupo con el que siempre estabas pero la gente sabía que eras una persona amable y tranquila… Siempre y cuando no te hicieran enfadar como Aomine porque entonces te transformabas en una peligrosa bomba de tiempo que podría explorar en cualquier segundo, en cualquier lugar y por cualquier razón existente.

–Tsk… Maldito Aomine.

––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––

¡Okay! Esto fue todo por hoy uvu espero que les haya gustado la primera parte de este entretenido threeshot, que trataré de terminar lo más pronto posible. ¡Prometo que la parte dos será más larga que esta! Espero que te guste Suno-Andrew QuQ

(*) No sé si alguna de las lectoras sea de Japón, creo que la mayoría son de Latinoamérica pero si alguna de ustedes es japonesa, disculpen.

(**) En Japón sólo tienen un nombre y un apellido (paterno), en Latinoamérica y otros países (?) la gente tiene o un nombre y dos apellidos o dos nombres y dos apellidos, materno y paterno.

(***) Esta frase la pueden cambiar, usando expresiones y modismos de su respectivo país.

Por favor dejen comentarios, críticas constructivas (no insultos) y también díganme cuando cometa algún error ya sea con la ortografía o personalidad de los personajes, lo que menos quiero es hacerlos OoC (fuera de personaje).

¡LOS AMO A TODOS!

¡Nos leemos!