Hola, Kaede se reporta con una historia que los hará llorar TwT
Esta historia la leí al principió dije na pero después TwT inunde mi casa, literal lo hice, espero que les guste y la disfruten como yo lo hice...
Esta historia es una Adaptación Del Fic "Because of You" de la escritora lovetamaki1 Por lo cual no me pertenece yo solo lo estoy adaptando a Nalu... con algunos cambios
Los personajes son propiedad de Hiro Mashima...
Bien empecemos
*Neko empieza la historia*
Capítulo 1 "Familias"
"No cometeré los mismos errores que tú, no dejaré que mi corazón sienta tanto dolor. No me quebraré en la forma que tú lo hiciste. Tú golpe fue tan duro que eh aprendido de la manera más difícil a no dejar nunca que las cosas lleguen tan lejos…"
Como todas las noches, dos niños se encontraban refugiados debajo de la cama de su cuarto. Él de ojos negros y cabello del mismo color, ella de ojos marrones y cabello rubio, pero con rasgos muy parecidos.
Ella se aferraba fuertemente al brazo de su hermano mayor, de apenas once años.
-Hermano tengo miedo.- susurro con voz cortada, mientras que afuera se escuchaban gritos y llantos de una mujer.
Gray la volteó a ver, él también tenía miedo, pero era el hermano mayor y la tenía que cuidar.
-No te preocupes, aquí estaremos a salvo.- Dijo el niño de cabello negro a su hermanita de 5 años.
La puerta de la habitación se abrió de golpe provocando que se asustaran, Lucy estaba a punto de gritar pero Gray le tapo la boca.
Ellos vieron como forcejeaban por tomar el control de la puerta, n veían mucho solo unas piernas blancas con moretones y con zapatos rojos que intentaba que la puerta no se abriera y un zapato negro se interpuso en la puerta y el marco para que no se cerrara.
Al final las piernas blancas retrocedieron con rudeza por la puerta vieron que entrar unos pantalones de mezclilla y zapatos negros, él había vencido como todas las noches.
-¿Dónde están los mocosos?- grito enojado el hombre, la mujer se le corto la voz.
-Por favor déjalos- suplico la voz angustiada.
Solo veían los zapatos rojos retroceder, y no hacía falta nada más para saber que era su madre.
-Tú eres la causante de que Gray saque malas notas en los exámenes- grito lleno de cólera.
Gray sintió como Lucy se acorruco junto a él y comenzó a temblar de miedo pues ya sabía que sucedería después.
-¡Ay! - gritó la mujer-¡No me pegues!- la mujer cayó al piso y puso sus brazos sobre su cara.
Gray se alteró ya no podía ver como golpeaba su papá a su mamá, se zafó del agarre de Lucy.
-No salgas- le dijo moviendo los labios, ella asintió y se tapó los oídos, pues su mamá había comenzados a gritar.
-Ya no la lastimes- exigió Gray a espaldas de su padre, que estaba pagándole a su mamá a mano abierta.
Ya no podía soportar los gritos de su madre, todas las noches era lo mismo, su padre ya no amaba a su mamá pero ella no lo quería dejar ir, y lo chantajeaba con ellos y su padre se desquitaba pegándole.
-Tú no te metas- grito su padre al verlo- Que también tengo para ti-
Gray sabía que su padre los odiaba por ser los grilletes que lo ataban a esa vida.
-Gray vete- pidió su mamá llorando y sin fuerzas para levantarse.
-Ya no quiero que le pegues a mi mamá, ya no quiero tenerte miedo-expreso él tratando de no llorar, dio un paso al frente, su padre avanzo hacia él.
-Te enseñaré a tenerme respeto- Rugió con fuerza y furia, Gray recibió un fuerte golpe en la cara, pero no lloró, miró a su papá con enojo, y de forma desafiante.
Eso solo hizo aumentar la furia de su padre, que le pegó hasta que se canso. Gray cayó al piso con su mejilla hinchada y sus brazos rojos, abrió los ojos y miró a Lucy quien lloraba en silencio, la voz de su madre suplicando que se detuviera, hasta que todo se volvió oscuridad y silencio…
.
.
Se despertó sobresaltado y con el sudor recorriéndole la frente. Todavía después de tantos años a veces lo atormentaba los recuerdos. Y en esa época más, era el aniversario luctuoso de su madre.
Tomó el reloj de la mesita y lo dejo al ver que eran las dos de la mañana, paso su mano por su cabello negro intentando alejar esos dolorosos recuerdos de él.
Quería olvidar la infancia triste y dolorosa que su hermana y él vivieron, pero a veces los recuerdos lo atormentaban. Recordó que paso mucho tiempo para que ellos dos pudieran dormir con las luces apagadas y la puerta cerrada, pues que la oían abrirse temblaban al pensar que era su papá entrando para pegarles, que también pasó tiempo para que dejaran de escuchar los gritos y sollozos de su madre.
Esa vida los dejo marcados, los dos se volvieron retraídos, reservados, temerosos, desconfiados; afortunadamente se encontraron con alguien que los ayudo y dejaron de temer a la oscuridad, dejaron de tener pesadillas tan frecuentemente y volvieron a sonreír.
Ellos se esforzaron por salir adelante y lo lograron, Gray había estudiado Ingeniería Química y ahora era director de la facultad de ciencias de las Universidad Fairy Tail, Lucy estudio periodismo y actualmente era la editora de una importante revista de moda de la misma ciudad.
Gray no podía dormir, así con cuidado se puso de pie y se acercó a la ventana, corrió la cortina azul y contempló la luna.
-Lucy- susurro con tristeza.
Aunque ya habían superado muchos problemas, aun quedaban secuelas en ellos la más afectada era ella.
Lucy estaba renuente a casarse, le tenía miedo a una relación serpia, tenía miedo de encontrarse con un hombre como su padre, que la hiciera sufrir, la maltratara o simplemente la abandonara.
Gray le preocupaba, porque no quería que estuviera sola, él quería verla feliz a lado de un buen hombre y con hijos.
Él también quedo con daños, tantos físicos como psicológicamente.
Él siempre recibía los golpes de su padre, con tal de que jamás tocara a Lucy, ella nunca fue golpeada, pero el quedo con cicatrices en la espalda, y temía con lo miraran con asco, el gran temor a ese hombre que jamás lo miró con amor, temía relacionarse sentimentalmente por lo cual nunca tuvo una relación sería.
Hasta que apareció ella, ella le demostró que podía ser feliz.
Gray volteó a la cama donde yacía su hermosa esposa, con la que llevaba siete felices años de casados. Regreso su vista a la luna.
Sin embargo el seguía con un temor, temía que alguna vez pudiera convertirse en lo que fue su padre y que llegará hacer daño a su familia.
Pero él se hizo una promesa: nunca cometería los mismos errores de su padre, por más enojado que estuviera jamás le levantaría la mano a su familia. Nunca le haría sentir a otras personas el dolor por la que su hermana y él pasaron.
Definitivamente jamás seguiría los pasos de su padre.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por unos brazos que lo rodearon delicadamente por su torso desnudo y ella recargaba su cabeza en su hombro.
-¿Pesadillas otras vez?-pregunto con preocupación.
-No, solo estoy pensando en Lucy-dijo para no inquietar a su esposo con sus temores.
Ella lo hizo voltear y acaricio tiernamente su mejilla.
-Ella estará bien, solo es cuestión de tiempo a que llegue el hombre adecuado.-le dijo con una sonrisa.
-Mamá papá- una tierna voz los interrumpió. Ellos voltearon al ver a la pequeña de unos seis años, cabello negro hasta los hombros, de tés clara, ojos azules y que vestía una piyama rosa con conejos.
-¿Qué pasa Umi?-pregunto Juvia, la pequeña respondió con timidez.
-¿Puedo dormir con ustedes?-
-Claro-respondió Gray.
-¿Y el señor Mar también?-pregunto alzando un muñeco Teru Teru Bozu.
-El también.- respondió Juvia con una sonrisa.
La niña corrió hacia su padre que la cargo en brazos, Umi era la luz de sus ojos y desde que nació se prometió que pasará lo que pasará jamás le pondría una mano encima, que la educaría diferente.
Antes de volver a dormir Gray pensó en su hermana, deseando que pronto ella formara una familia.
..
..
..
"Es por ti que nunca jamás me arriesgaré, es por ti que eh aprendido a jugar del lado seguro para que no me lastime más. Es por ti que me es difícil confiar no solo en mí, si no en todos los que me rodean. Es por ti que tengo miedo"
Ella miraba recargada en el marco de la puerta, su hermano estaba detrás de ella con las manos sobre sus hombros. Los niños compartían el mismo dolor, tristeza y desesperación.
-¡No te vayas!- rogaba su mamá a los pies de su padre- No nos dejes.-
-Tengo que irme- dijo el hombre levantándola de los brazos-Es lo mejor para todos.-
Él empezó a caminar hacia la calle.
Lucy se zafo de su hermano y corrió hacia su padre, sus pies descalzos se ensuciaron con la lodosa tierra y recibía algunas heridas por las pequeñas piedra enterradas.
-¡Papá, papá!- lo llamaba desesperadamente. Le tenía miedo, peor era su papá y no podía evitar quererlo, era aun muy pequeña y lo necesitaba,
Su padre se detuvo y volteo a verla.
-Lucy, no busques a alguien como yo- le dijo su padre para luego salir del patio de la casa, Lucy solo observo como el desaparecía y los sollozos de su madre detrás de ella.
.
.
Lucy despertó con la alarma, se incorporó y corrió las cortinas, se vistió con la mejor ropa que tenía y peino su largo cabello rubio, se miró al espejo y suspiro, las pesadillas de nuevo eran insoportables y aterradoras.
Desayuno en total silencio, el enorme departamento era silencioso, des que había terminado con Loke la tristeza de verlo en la foto ya no le molestaba tanto.
Loke uno de sus tantos novios que tuvo, pero como todos al final simplemente los cortaba para jamás volverlos a ver.
Loke era uno de los que más había querido, llevaban cuatro meses de relación, todo iba perfecto hasta que sacó en aquel lujoso restaurante, al comer el pastel de fresa ese anillo de compromiso.
Y eso en vez de hacer más grande su felicidad, termino por arruinar su relación. Loke era un hombre que deseaba formar una familia, tener hijos y una esposa cariñosa a su lado, simplemente él no la había conocido lo suficientemente bien para darse cuenta que ella jamás deseaba casarse ni formar una familia.
¿Qué si quería un hijo?
Sí, sí lo quería, a veces se descubría mirando con ternura a los niños del parque deseando poder tener entre sus brazos un bebé al cual arrullar y consentir. Y volcaba todo su amor a su sobrina Umi y hacia el hijo de su amiga Yukino, al cual también adoraba.
Pero Loke no quería tener hijos fuera del matrimonio, y ella no quería casarse.
Loke hablaba largas horas, tratando de convencerla que la amaba y la haría feliz. Pero ella sabía que no iba hacer así, que el matrimonio a la larga tría desgracia y sufrimiento.
Sus padres le habían ensayado eso.
Se casarón enamorados, pero a su padre se le acabo el amor, pero su madre no lo entendió.
Su madre amaba a su padre a pesar de las golpizas, los insultos y aun después de ser abandonada, aun mientras moría en una cama de hospital por depresión.
Y ella se juró que jamás sería como su madre, que ella no viviría ese dolor, sí que en vez de pensar en el matrimonio como otras mujeres, estaba ocupada en su trabajo en la revista ella simplemente no se veía dejando su estilo de vida por un hombre.
Loke no soporto su ritmo de vida y prefirió terminar la relación. A Lucy le dolió, sí, pero como se lo imaginaba, quizás no lo amaba tanto como pensaba.
Termino de desayunar y se levo los dientes.
-Muy bien Lucy.- se dijo mirándose en el espejo-Eres autosuficiente y no necesitas de un hombre a tu lado, estas mejor sola-
Después de su discurso matutino salió de su casa, ubicada en una privada a unas cuantas cuadras del edificio donde vivía su hermano, subió a su coche plateado y se dirigió a la revista.
..
..
..
Eran las siete de la mañana, y en el piso tres del edificio donde vivía Gray, se encontraba una mujer de baja estatura, albina de ojos azules terminando de preparar el desayuno de su esposo e hijo.
-Ren ya está tú desayuno- grito mientras colocaba los platos en la mesa,
Un niño de siete años, de tés clara, cabello rubio y ojos azules, salía de su cuarto con su uniforme escolar y se dirigía a la mesa.
-¡Que rico!-dijo en voz alto dirigiéndose al plato.
Un hombre muy parecido al niño salió de otro cuarto tratando de ajustar su corbata.
-Sting ya te serví…déjame ayudarte- Yukino dejo los platos en la mesa, se limpio las manos y ato la corbata de su esposo.
-Listo- con una sonrisa se dirigió a su asiento quedando enfrente de su esposo y a lado de su hijo.
-Saldré temprano del hospital-habló Sting terminando de desayunar- ¿Por qué no te alistas? me gustaría ir al teatro, desde hace unos días quiero ir…-
-Sabe que no me gusta, es aburrido- respondió Yukino al recoger la mesa.
-Como quieras, vámonos Ren- comentó su esposo tomando sus cosas, el niño salió disparado dando un beso a su mamá y dirigiéndose a la puerta.
-Recuerda que quedamos de ir con Juvia y Gray-comentó Yukino a su esposo desde detrás de la barra de la cocina.
-No lo eh olvidado- respondió Sting, quien se despidió de un simple adiós y salió junto a su hijo del departamento.
Yukino regreso a ser sus labores de la casa.
..
..
Lucy estaba concentrada en las últimas entrevistas que debían hacer, todo estaba bien escrito y las citas a muy buen horario, solo faltaba el lugar de reunión y tendrían la primicia del siglo.
-Hola jefa- habló un chico de tés morena, cabello rubio y ojos negros, sentándose en la silla, Lucy lo miró molesta lo cual lo hizo suspira-¿Qué te ha pasado?-
-Me eh encontrado a la señora de la limpieza.-
-¿Y eso qué?-
-Me ha cabreado- grito golpeando la mesa- Me insinuó que ya estaba grande, que a este paso me quedaría vistiendo santos-indignada continuo- ¿Puedes creerlo?, me dijo que me apurará a tener hijos y casarme-
Hibiki empezó a reír, Lucy solo infló sus mejillas molesta, Hibiki formaba una parte importante en la vida de Lucy, además era el fotógrafo de la revista, era su mejor amigo desde la secundaria, conocía su vida, sus alegrías, tristezas y temores.
-Bueno no es para tanto, la señora ya es grande y…-
-Me ha parecido insultante- lo corto indignada- Ya que creen que teniendo casi veintisiete años me tengo que casar- tomó las fotografías de Hibiki dejándolas sobre el escritorio-Como si fuera menos mujer por estar soltera-
-Bueno Lucy es que…-
-Además soy yo la que elegí esto, soy yo la que no quiere casarse- volvió a cruzarse de brazos- ¿Qué opinas?-
-Yo creo que algún días encontraras a la personas indicada y…-
-No creo, eso nunca pasará- dijo Lucy recogiendo unos papeles-Nunca conoceré a un hombre que haga que desee casarme-
-Si tú lo dices- respondió Hibiki, no tenía caso discutir con su jefa.
.
.
Al mismo en el laboratorio de la Universidad de Fairy Tail, se encontraba un muchacho de cabello rosa y ojos jade. Con apenas veinticuatro años ya era un respetado maestro de la facultad, pues sabía mucho de botánica y le apasionaba enseñar.
Natsu miraba a través del microscopio las células de una orquídea que apenas le habían llevado.
-Good Morning Natsu…- la inconfundible voz de su padre lo hizo brincar-¿Que quieres viejo?-pregunto irritado al contestar su teléfono, su padre de nuevo había cambiado el tono de llamada.
-Es para que no me olvides-
-¿Qué quieres?-
-Esa no es forma de hablarle a tú padre, hace un mes que no nos vemos- respondió una voz masculina al otro lado de la llamada.
-Nos vimos ayer-
-Pues a mí me parece mucho tiempo-respondió su papá.
-¿Bien que quieres?-
-Que aceptes salir con la hija de un amigo-
-Ya te dije que no-
-Entonces con el hijo de una amiga, eso no me agradaría mucho, pero si son tus gustos-
Natsu colgó el teléfono antes de insultar a su padre.
Un mensaje llego a su teléfono un par de minutos después.
"Natsu esto es serió, tú abuelo se está inquietando, quiere un bisnieto. Dice que si no eliges esposa él lo hará"
Natsu bufó molesto. Su abuelo desde hace unos años tenía la idea de casarlo con una amiga de su infancia, hija de una respetada y tradicional familia, Sin embargo el solo la veías como una amiga. Además en este momento su prioridad era el trabajo. Así que su abuelo y su padre tendrían que esperar.
.
.
-Grandioso yo y mis promesas, pero bueno así podemos platicar- susurro Lucy, eran las tres de la tarde, iba directo a la Universidad de su hermano ya que su carro se había descompuesto y lo había mandado al taller, así que le había pedido que pasará por él al trabajo, y de paso comprarían un pastel para la cena de esa noche, se detuvo en un alto y esperaba a que cambiara a verde, pero sus ojos se abrieron y dilataron al ver una pareja pasar por enfrente de ella.
La pareja se alejo cogida de la mano y antes de perderse entre la multitud se besaron, Lucy apretó los dientes furiosa.
-Bastardo- grito furioso dando un golpe en el volante, ya que el hombre era el esposo de su amiga Yukino, mordió su labio inferior pensando, ese bastardo estaba engañando a su amiga.
-¿Qué voy hacer?-
La luz verde apareció y salió disparada, estaciono el carro al llegar a la Universidad, tomó la bolsa con las frutas que había comprado en el camino y bajo, estaba tan concentrada en sus pensamientos, ¿Debía decirle a Yukino? Por supuesto que sí, ese infeliz la estaba engañando, bastardo, poco hombre, sabía perfectamente que esto destrozaría a su amiga pero no soportaría que la engañara no, lo permitiría.
-Arg- pateo molesta el suelo-Maldito bastardo te mataré, no, mejor te atropellaré…- Giró de forma violenta y chocó contra alguien haciendo que revotará hacia atrás, cayera al suelo y soltará la bolsa negra.
-Lo siento- se disculpó mirando hacia arriba para ver al chico con el que había chocado.
-Ha sido mi culpa por distraído-respondió el chico de cabello ros ay ojos jade.
Lucy sabía que no era cierto pero no rebatió.
El chico le tendió la mano para ayudarla a levantarse y luego se agacho a recoger una bolsa negra de plástico, que también había soltado por el choque.
Sin decir más le chico se alejo caminando, Lucy sacudió sus tropas y levanto la bolsa negra, la sintió un poco más pesada pero no le dio importancia.
Retomó su camino para buscar a su hermano.
Ni Natsu ni Lucy se dieron cuenta que por error habían intercambiado bolsas. Ni imaginaban las consecuencias de ese error.
Espero que les gustará OwO tomen asiento que esto estará genial y triste más que nada :3
Ya saben que sus reviews sobre el capítulo y pues nos vemos en la otra...
Este fic se actualizará mmm... los días 20 de cada dos mes así que :3
Mina-san sean felices coman frutas y verduras y pues nos veremos muy pronto :3