Capítulo III

Caso I. #La maldición del Onryo.


Llegada la tarde, la hermana menor de los encargados que solicitaron ayuda a SPR había llegado, Naru comenzó inmediatamente la hipnosis, Mai quién le ayudó y pudo ver las indicaciones dadas por éste con la suposición de que un florero se movería de la recepción en el transcurso de la noche. Parecía un poco extraño a decir verdad, en ninguno de los casos se dio la intención de que allí estuvieran teniendo problemas relacionado a cosas que se mueven, desaparecen de su lugar original, sólo menciones de apariciones. Eso le generaba muchísimas dudas y aunque intentara tener una idea vaga de qué pensaba su Jefe, era en vano.

Una vez que finalizaron y estuvieron en la base todos, se comenzaron a discutir los puntos principales. Lin permanecía sumido frente a los ordenadores que mostraban las imágenes de algunos puntos estratégicos del hotel, dado que aún quedaban algunos huéspedes no podían hacer infiltración de cámaras por cuestión de principios. Los resultados de sus reportes arrogaban una normalidad en la habitación 305, y los sensores de movimiento ultravioleta, temperatura como de sonido no habían captado ninguna anomalía de la cual preocuparse, haciéndole tener una vaga idea que posiblemente la actividad se diera por la noche.

Mai ingresó a la base en conjunto con Masako y Ayako.

— ¿Se supone que ahora sólo debemos esperar alguna manifestación? — Preguntó interesado pero con tono perezoso el monje, dejándose caer en el sillón a la vez que sus brazos se ubicaban cruzados tras el cuello. Naru quién estaba concentrado en su lectura de reportes, dirigió un asentimiento sin despegarse de su información.

—Sí. Hasta el momento no se ha detectado nada anormal, además de que tenemos que cerciorarnos de que los sucesos no son producidos por medio de actos humanos.

—Hmm… aunque no he sentido nada raro.

—Por eso veremos qué sucederá ésta noche —Orbes apacibles y serios se dirigieron a la médium— Hara-san, ¿has sentido algo inusual?

—Realmente… no sabría cómo nombrarlo. No puedo evitar sentirme temerosa de qué hay en éste lugar y puedo asegurarme que no se debe a un humano, es algo paranormal no tradicional. Es como si estuviera acechando lentamente, esperando el momento preciso… no quiero adelantarme a tragedias, pero si deberíamos tener cuidado —Incluso Masako en dudó en sonar sería cuando contestó. Desde que llegó, ha tenido la fibra de su temor en alerta y la piel se le eriza. Es como si la muerte misma estuviera rondando.

Los demás prestaban atención de sus palabras, teniendo a sus mayores más atentos, la castaña tuvo casi como un Deja vú del sueño cuando venían en camino.

—Hay que tener en cuenta todos esos detalles.

—Tengo la certeza de que no es algo para tomar en menos, Naru.

— ¿Le mejor no sería intentar un exorcismo y bendición? Quizá sólo sea sugestión debido al caos de las muertes. —Agregó Ayako haciendo un ademán despreocupado con su mano, dando como teoría, algo demasiado fácil claro está.

Shibuya suspiró, dándole en parte razón. — Por ahora esperaremos resultados y seguiremos averiguando. Saben que las condiciones de siempre es ser precavidos, sobretodo tú, Mai.

— ¡Oye! ¡Te aseguro que estaré más que alerta, así que no es necesario que lo menciones!

—No es sorpresa que siempre estés metida dónde no te llaman.

—Ni que me gustara hacerlo, sabes que sólo pasa. No se puede tener planeado, señor perfección. —Una vena de molestia asaltó sus sienes.

—Ni aunque estuviera todo planeado podrías evitar meterte en esas cosas.

— ¡Siempre buscas una manera de insultarme narcisista idiota!

—Mai… ya sé que puedes hacer por ahora.

Deteniendo la discusión con esas palabras, el CEO de SPR la miró directamente, haciéndole quedar con una expresión intrigada y extraña en el rostro.

—Té.

Definitivamente la adolescente estalló después de eso.


Paulatinamente las ojos castaños se fueron abriendo, somnolienta, completamente perdida como siempre de sus sueños, sin embargo en el fondo, reconociendo dónde se encontraba ahora mismo. Mai se vio parada en medio de unos pasillos extensos de blanco y frío.

¿Un hospital? — No había mejor descripción para sus alrededores, por más que no lo pareciera tanto, ya que no veía el ir y venir de las enfermeras, las camillas o pacientes transitando. Sólo captaba algunas habitaciones de puertas que parecían seguros y difíciles para que cualquiera saliera, notando también los dispositivos de acceso en cada una. Caminó cautelosa, intentando buscar alguna señal que le sirviera como pista. Información valiosa tal vez.

Un hospital de rehabilitación para niños con trastornos psiquiátricos.

Reconocía esa voz.

Naru —Era un sueño. Habría algo que le mostraría, lo sabía. Pero se preguntó por qué estaría precisamente en un lugar así, ¿tendría directa relación con el caso? Demasiadas preguntas surgieron, y sin más se acercó hasta él.

Entonces la escena cambió.

Estaban Naru y ella pasaron a estar dentro de uno de aquellas habitaciones que deleitó desde afuera. Tres personas, un niño, un hombre y una mujer. El primero estaba vestido de blanco, sentado en una camilla del mismo color que sus ropajes, pudo denotar inmediatamente la expresión de temor en su rostro, ojeras bajo sus ojos que igualmente estaban hinchados de tantos llantos posiblemente, tenía algunas lesiones en sus brazos, moretones no tan notorios, que sobaba estos totalmente nervioso. Los mayores en frente suyo intentaban serle de consuelo sin resultados cosa que llevaba a una discusión no acalorada pero sí determinante. La fémina teniendo el rol de doctora y el de su lado un enfermero a cargo.

Por favor… no me deje aquí.

Ryou, te prometo que no tardaré. —La mujer intentaba ser razonable, tenía trabajo en medio qué atender.

Mai pudo reconocer ese nombre. Era el hijo de la familia Ikari que Ukina había nombrado, él estaba muerto.

Una negación escapó del niño, crispando los labios y raspando las palabras, consiguiendo que sus ojos volvieran a arder nuevamente con la amenaza de llorar—Ella me matará antes de que regrese.

"¿Ella?", la joven miró a Naru que estaba siendo de compañía, estando atento a la escena.

Aquí estás a salvo, ¿bien? Nadie te hará daño. Cerramos la puerta porque nos preocupa que te escapes de nuevo. —Hablaba calmada y recordándole la situación anterior en la que se vieron envueltos con el niño, no perdiendo la paciencia en ningún momento a diferencia del infante.

¡Me fui porque ella estaba! — Expresó con temor más alzado— ¿Por qué… por qué me está haciendo esto?

Te prometo Ryou, nunca dejaré que nada malo te pase. — La mujer avanzó para sentarse a su lado, siendo comprensiva y algo conmovida por las lágrimas que comenzaban a caer de ese desesperado rostro — Ryou, no trato de castigarte. Pero tengo que asegurarme de que estés a salvo cuando estoy con otros pacientes. —Lo observó unos segundos y entonces apuntó hacía de las orillas del techo, sabía que él lo siguió con la mirada— ¿Ves esa cámara ahí? Alguien te estará vigilando todo el tiempo. Pero no era suficiente.

Mai de alguna forma podía sentir el horror que tenía aquel muchacho, quién negaba y seguía con el sollozo silencioso. ¿Qué sería aquello que le atormentaba tanto? ¿Por qué intentó huir? Y lo más dudoso, ¿quién era "ella" de la que tanto se refería?

Eso no la detendrá…

Tienes que calmarte.

Entonces la doctora se levantó decidida a retirarse, sin embargo, en la desesperación del chico la tomó de sus brazo y su lamento sumido en el desosiego y pánico más abismal se mostraron en una súplica: —Ella mató a toda mi familia. ¡Me matará a mí! —El enfermo reaccionó y le sostuvo para que no siguiera con algo de brusquedad, pero la profesional lo calmó de inmediato con unas simples palabra y el gesto de su mano, musitando: "—Hey. Con cuidado"

Mai por acción involuntaria intentó hacer algo aunque no fuese vista, pero Naru negó con la cabeza mientras la retenía sosteniendo su hombro. Los sucesos que llegarían serían inevitables.

¡Por favor! ¡Por favor no me deje aquí!

Lo siento, nadie debería pasar por lo que pasaste.

No importa, —Susurró resignado el niño recargándose en el respaldo de la camilla.

La mayor le observó en silencio y suspiró. Ya era hora. —Volveré lo más rápido posible.

Luego de haber dicho se retiró, seguido del hombre que cerró la puerta, encerrando el destino de ese niño quién no dudó en levantarse con un vano intento de salir, golpeando las paredes con llantos y pedidos de ser liberado, desgarrador para la profesional que se mantuvo parada unos segundos tras la puerta antes de seguir con su trabajo. No podía hacer más. Sabía que los sucesos traumáticos en los que se vio envuelto el pobre Ryou Ikari eran difíciles de olvidar, no se lo deseaba a nadie y tenía en cuenta de que la rehabilitación sería larga como complicada. Continuó su camino.

Ryou quien invadido por el conformismo miserable lentamente se volteó mirando ese estrecho cuarto, receloso, perturbado, la respiración le era rápida pero en ese mismo lugar se deslizó hasta quedar sentado en el suelo sin perder ningún detalle de su alrededor abrazándose a sí mismo y meciéndose una y otra vez, sabiendo que en cualquier momento las peores de sus pesadillas podía aparecer en ese silencio espectral.

Mai que era una espectadora anónima se sintió de repente tensa, sobre todo porque podía ver la situación en la que el estado mental de ese chico se encontraba.

Y entonces una señal del peligro se hizo pronunciar.

Las luces hicieron un fallo y el sonido de cables descompuestos chillaron, Ryou alzó la mirada. —Ella está aquí… —Musitó, escuchando el sonido gutural provenir de la nada que hizo sacar de su postura a éste, los jóvenes también pudieron captarlo, viniendo de una esquina a otra. En un arranque exasperado y angustiado corrió hasta la puerta y comenzó a golpear repetidas veces, repitiendo que ella estaba ahí. — ¡Está aquí! ¡Está aquí! ¡Por favor déjenme salir, ella está aquí! —Retrocedió haciéndoles gestos con sus brazos a la cámara, pero incluso en ese momento estaba siendo ignorado.

La adolescente no supo que pasaba, y cuando vio aquella figura materializarse desde la pared y arrastrándose hasta el chico entendió a qué se refería. La misma entidad que apareció en sus sueños anteriormente… era la misma — ¡Cuidado! —Gritó en vano.

Ambos brazos pálidos y cubiertos de laceraciones atraparon las muñecas del niño, atrapándolo con fuerza hasta impactarlo contra el suelo de espalda, forzándolos y maltratándolos hasta conseguir quebrar las primeras articulaciones dónde un grito doloroso dejó como evidencia su trabajo. Mai lo estaba viendo todo y Naru finalmente le cubrió entre sus brazos para impedir que continuara.

Las cámaras reflejaban como sin explicación el chico se azotaba cual muñeco contra las paredes de manera cruenta varias veces a tal grado que parecía irreal, cosa que alarmó al vigilante para llamar a la encargada. —Dr. Arai, mejor tiene que venir rápido.

Cuando la dura masacre acabó la chica sólo fue capaz de observar apenas la situación en qué se vio expuesta Ryou, las paredes blancas ahora manchadas por salpicaduras de sangre, y su cuerpo reducido a la torsión más brutal que pudo haber visto. Al momento que la doctora ingresó al cuarto ya era demasiado tarde.

Lo único que pudo ver antes de despertar, fue la expresión demacrada de la culpable. Pelo largo negro, sórdido, su cuerpo y caminata desfigurada que expulsaba de sus labios el sonido gutural que no olvidaría.


Los ojos se abrieron de golpe, revolviéndose rápidamente en el futón hasta sentarse, viendo de soslayo que sus compañeras seguían durmiendo todavía. Algo no andaba bien. Aún podía sentir el temor corriendo por sus venas, recordando la dolorosa muerte de aquel niño que provocó unas punzadas en su cuerpo, producto del repelús a tanto sadismo, la sangre fría.

No obstante, cuando creyó que sus emociones se iban calmando, el silencio de la noche fue interrumpido por un grito proveniente desde afuera de las habitaciones.

Era uno de los huéspedes.

Hey!

Bien, sé que tengo mucho a explicar debido a la demora eterna demora del tiempo imperdonable para subir un nuevo capítulo.

Más que nada, se resume a que por un largo período estuve bloqueada de imaginación, tanto que era casi imposible poder realizar un episodio decente sin estar borrando ideas, tomado de la mano al hecho de que entre estudios y trabajo simplemente no podía concentrarme para nada.

El capítulo no estuvo tan basado en la pareja, fue totalmente general ya que quería dedicarme a uno en dónde estuviera llegando al caso en lleno, ejemplo que da el sueño de Mai y que será fundamental de ahora en adelante.

Críticas, sugerencias o cualquier comentario son bien recibidos. De nueva cuenta, una GRAN DISCULPA por la demora tan extensa, intentaré ir subiendo con frecuencia. Lo que si prometo, es un episodio especial por Navidad totalmente dedicada a la pareja central de este FF.

Sin más que decir, gracias por la comprensión ¡Hasta la próxima!

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No tengo en cuentas si algunos o algunas estarán ligadas al mundo del Roleplay, si es que lo estuviera y son fan's de ésta pareja, sería genial que se manifestaran a través de hermosos Inbox. ¿La razón? Pretendo llevar al sensualón de Lin Koujo en Rol y me encantaría de verdad poder encontrar a alguien que comparta el gusto de ésta pareja y llevar una trama junto con una Mai.

Cualquier interesado/a, por favor no dude en decírmelo. ¡Gracias!