"Fiebre"

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Summary: Aunque no quisiera admitirlo, sabía que era más que sexo. Para él, ella seguiría siendo una fiebre que no se podía quitar.

Nota: Advierto, intento de M pero que se queda en T (?). Sabrán que es la primera vez (¡uy!) que lo intento con estos dos, así que, de antemano, perdonen lo chapucero del asunto u_u.

Prompt #11: Sexo.

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Las cosas pudieron quedarse como de antaño, él manteniendo su estática distancia con ella y ella pululando a su alrededor sin realmente tocar la llama.

Pero ella quería ser una polilla tonta y deseaba quemarse y él anhelaba profundamente arder con ella, así que las cosas que empezaron con besos robados, con mordiscos leves y escuetos toqueteos, empezaron a parecerles insuficiente y querían más de lo físico.

Él era lo que ella siempre había deseado y ella era lo que él recientemente descubría había anhelado en secreto.

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Las uñas de ella se clavaron en la pálida espalda masculina, provocando un gruñido por parte del moreno quien hizo su embiste aún más fuerte, arrancando un gemido ahogado por parte de ella.

Aunque quería ser agresivo y despiadado con ella y desasirse de esa forma de aquello que ella estaba provocando dentro de sí, no podía. No quería ponerle nombre (se negaba a hacerlo).

Deseaba que sus manos fuesen rudas contra la piel bajo sus manos, pero solo podía temblar ante la tersura de la misma y estremecerse cada vez que ella decía su nombre una y otra vez, como si lo necesitara para respirar; una letanía que lo enloquecia.

Apretó la mandíbula cuando ella mordió su hombro y sintió sus músculos internos apretar su miembro en un nuevo orgasmo. No pudo evitar gemir su nombre cuando el orgasmo también lo arrastró.

Se dejó caer sobre el pecho de ella, percibiendo los rápidos latidos que iban en conjunto con el suyo, al unísono. Las manos de ella jugaron con los cabellos de su nuca, haciéndole sentir más y más relajado.

Distraídamente acariciaba uno de los brazos de ella, llenos de ligeras marcas que no se borraban por más que las acariciara y besara.

Una de las manos de Karin bajó desde la nunca masculina hasta la espalda húmeda y ligeramente marcada por sus uñas, dibujando trazos sin sentido en la misma.

—Vas hacer que me quede dormido —Sasuke alzó su cabeza, encontrándose con los rojos irises que le miraban con algo cercano a la devoción.

—No sería la primera vez —se burló ella, sacándole la lengua de forma juguetona. Él enarcó una ceja.

—Tienes una boca muy floja, Karin —dijo en un murmullo antes de atrapar dichos labios con los suyos. Su boca devoraba la de Karin con ansias que solo podía dejar salir con ella, mientras más profundizaba el beso, más quería seguir besándola.

No quería nombrar lo que ella le provocaba, no. Prefería dejarlo en algo tan simple y mundano como tener sexo, aunque incluso a sí mismo le sonaba demasiado hueco y vacío.

Karin fue incorporándose poco a poco, llevándoselo consigo hasta que logró invertir sus posiciones (—te gusta dominar demasiado —fue lo que ella alegó, mientras él soltó un "hmph" tan característico de sí como respirar).

Los labios de ella fueron dejando suaves besos por todo su rostro (frente, párpados, mejillas, nariz, barbilla, mandíbula) mientras sus manos habían dibujado y desdibujado una y otra vez su pecho y costados, bordeando brevemente el vendaje de su hombro izquierdo, haciéndole ligeras cosquillas.

Poco a poco Karin fue besando más abajo (cuello, clavícula, pecho...) poniendo especial dedicación en aquellas ligeras cicatrices que tenía de sus combates pasados (en su abdomen, un costado...) y Sasuke solo cerró los ojos ante tanto cariño brindado y no merecido.

Porque él no lo merecía, en lo absoluto.

Emitió un gruñido gutural cuando ella beso los huesos en sus caderas y sus senos rozaron su miembro erguido; antes de que ella bajará un poco más la atrajo hacia arriba con su mano izquierda (incluso aún estando vendada, podía sentir la suavidad de la mejilla bronceada de ella), buscando sus labios.

Mordió y lastimó, acarició y curó. Sus manos vagaron desde la cintura femenina hasta sus senos, rozando de forma adrede los erguidos pezones con las palmas de sus manos, haciéndola gemir de forma pausada.

Prefería tener el control (¿pero realmente lo tenía?) y ser dueño absoluto de los placeres que ella recibía. Y aunque a veces quería someterla ante sí, sabía que era imposible, pues ella era como agua salvaje que se escurría entre sus dedos.

—Karin... —murmuró con voz grave cuando ella alzó sus caderas y se deslizo con tortuosa lentitud sobre su miembro más que erecto. Ella inicio con un suave vaivén de caderas (porque, aunque jamás lo había dicho, ella sabía que eso lo volvía loco).

Joder, Sasuke —gimió ella cuando él tomó impulso y se sentó en la cama con ella encima haciendo la penetración más profunda, podía sentir bajo sus manos los músculos de sus hombros tensos; una de las manos de él ya estaba sobre uno de sus senos y su boca desperdigaba castos besos y suaves mordiscos por toda la línea de su cuello y por mientras, ambas caderas no paraban de ir y venir.

Ella amaba hacer el amor de forma caótica y salvaje con él.

Él amaba tener relaciones (realmente, no pensaba nombrarlo de otra manera) con ella de todas formas posibles.

Mientras se volvía loco por la fricción de ambos sexos, viendo (y sintiendo) la absoluta entrega de Karin para consigo se preguntó, no por vez primera, cómo ella no se había cansado de lo poco que él le daba (lo único que podía darle).

Los últimos minutos antes del clímax fueron un frenesí de besos, mordiscos ligeros, arañazos, gemidos en crescendo y caderas siendo bajadas con fuerza por manos ansiosas.

Y en medio de la liberación (la cuenta de cuántas veces eran por esa noche hacía rato habían sido olvidadas) de sus cuerpos y los gemidos de sus nombres en la boca del otro, Sasuke supo (como todas las veces previas a esa) que para él eso hacia mucho ya no era solo sexo.

Pero era un hombre terco y prefería no llamarlo lo que realmente era y catalogarlo como una fiebre intensa por ella (toda ella, en verdad) que no bajaba hiciera lo que hiciera y parecía que jamás lo iba a lograr.

Salió del cuerpo femenino provocando ligeros gemidos en ambos y la atrajo a su pecho, para echarse luego hacia atrás y acomodar su espalda en la cama.

Podía desearla, podía anhelarla, pero no podía amarla (porque no sabía cómo) y no creía merecer la reciprocidad de esos sentimientos. Así que aunque la dejaba dormir en su pecho, aunque acariciaba sus rojos cabellos con su mano derecha, aunque mimaba con denuedo y dulzuras desconocidas incluso para sí la piel marcada en su cuerpo, para él, ella solo seguiría siendo una fiebre que no se podía quitar.

Una que muy dentro de sí sabía que jamás lograría sudar.

—Fin—

*Pone en stop a Taylor Swift con su Bad Blood*, ya, ya esta bueno, que entre Style, Blank Space y Bad Blood quedare loca (no, no soy fan de Swift pero esas canciones junto con Safe and Sound me tienen mal xD).

Lamento este "pobre intento de Lemmon", como es la primera vez que me "embarcó" aquí, no quise hacerlo muy soso (?) pero tampoco muy plano (?), en fin, al ser "primeriza" con ellos, quizá he metido la pata y me disculpo de antemano.

Sasuke-kun no se atreve a llamar "amor" a lo que siente hacia Karin porque sabe que al decirlo, ella corresponderá más que de inmediato sus sentimientos y él cree no merecerlo (ustedes saben, emo vengador solitario con cargo de consciencia, jaja) aunque, ya saben, Karin le corresponde igual lo diga o no, porque él se lo demuestra, jaja.

De forma reiterada agradezco el apoyo a los 10 escritos anteriores, de verdad pido disculpas por los posibles OOC de los personajes (los cuales espero sean muy mínimos) y que me tengan paciencia para más escritos de este tipo de la pareja, jeje.

Y, por supuesto, espero que disfruten de está chafa escritura (xD), que me permitan saber qué les ha parecido e igualmente, críticas constructivas son más que bienvenidas, sin más, ¡un abrazo!

¡Ja ne!