Digimonnomeperteneceyescriboestahistoriasinfinesdelucro.
Atravesada entre los párpados
No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera, le diría que se vaya; pero tengo una mujer atravesada en la garganta.
Eduardo Galeano
Para mis diorsas sorato, Ayumi, Sirelo, Crys, Marin, Cass y Sam. Me alegran mucho.
Eso tan interesante
—¿Pero qué es eso tan interesante que estás mirando? —reclamó Akira, cuando Yamato por tercera vez perdió el ritmo.
—Lo siento, no estoy mirando nada —se disculpó, pero ya su compañero estaba observando los jardines del colegio. Nada por allá, cielo despejado, algunos alumnos yéndose, las chicas de tenis practicando.
—Yamato, nuestro concierto de navidad es muy importante —explicó Takashi, calmo—. Será la primera vez que salgamos en televisión… sé que estás al tanto de todo esto —se apresuró a agregar, antes de que él lo interrumpiera—, pero de verdad queremos saber si estás con nosotros.
—¡Claro que estoy con ustedes! —aclaró—. Lo lamento, no sé donde está mi cabeza. Les aseguro que no volverá a pasar.
Pero aunque Akira cerró la persiana, esa tarde el ensayo no fue fructífero.
Yamato se dejó guiar por sus pasos largos y pesados fuera del edificio, con el bajo al hombro y la culpa encima. No fue muy consciente de que la salida quedaba para el otro lado, casi naturalmente llegó a las canchas de tenis, y su mano derecha se sostuvo de las rejas que lo separaban de las deportistas.
Sora estiró el cuello hacia atrás para limpiarse las gotas de transpiración que se perdían en su escote. Ya estaba oscuro y frío, pero sus piernas tersas y entrenadas no absorbían el frío que la falda blanca debería causarle.
Supo que algo extraño sucedía al escuchar cuchichear a sus compañeras, sonriendo tontamente y agarrándose las palmas entre sí. De reojo persiguió la dirección de sus miradas y lo vio, allí, casi recostado contra las rejas.
Yamato Ishida.
Era la primera vez que lo veía por estos lados. ¿Acaso había pasado algo en el digimundo? Pero su digivice, visible en su bolso a pocos pasos, no brillaba.
Las risas nerviosas de sus compañeras, que hasta desconcentraban a quienes jugaban su partida en ese momento, la hizo pensar que tal vez, solo tal vez, su amigo había sido conquistado por alguna de ellas.
Luego de algunos minutos de mirar al frente, abajo y a su bolso, de que sus compañeras no se callaran ni movieran y que Yamato siguiera impávido en su lugar, Sora pensó que tal vez él necesitaba hablarle. Y tensa y sonrojada caminó hacia él.
Más se sonrojó al escuchar los grititos emocionados de sus compañeras, más amigas que otra cosa, viéndola marchar hacia el joven más guapo del colegio.
—Hola —saludó, y apoyó una mano en la reja, cerca de la suya—. ¿Ha terminado antes tu ensayo?
—No podía concentrarme —explicó. No sonrió, ni se movió, ni demostró el nerviosismo que Sora pensaba que se le salía por los poros.
No supo que contestar.
—Nunca me invitaste a tus partidos de tenis —dijo.
Sora se sonrojó y miró al costado; sabía que sus compañeras seguían cada uno de sus movimientos.
—No sabía que fuera un deporte que te llamara la atención —y como él no agregó nada, pensó que debía juntar coraje y continuar—. Tú tampoco me has invitado a escuchar a tu banda.
—No hemos tenido conciertos relevantes. Tú por otro lado, has viajado con el tenis. Sé que eres mejor en el tenis que yo en la música.
—Que tonterías dices —respondió, ya más cómoda y menos nerviosa.
—Vamos a tocar en navidad, pasaremos en la tele. Me gustaría que estuvieras allí.
Y Sora, nuevamente sonrojada, pensó que entendió que hacía Yamato en la reja de la cancha de tenis.
—¿Y a quién quieres que lleve? —"que no sea Eri, que no sea Eri" pidió, ya que solo con ella en su equipo de tenis no se sentía cómoda.
—¿Con quién? —Yamato pareció pensarlo, tomado por sorpresa—. Pues no lo sé, Sora… supongo que con Taichi, Joe y Koushiro.
—¡Takenouchi, tu turno! —gritó su profesora, y Sora irguió de pronto la cabeza, poniéndose firme.
—Lo siento Yamato, debo regresar.
Y no había dado dos pasos cuando él la frenó con su voz.
—¿Y ni siquiera tu práctica vas a invitarme a presenciar?
Sora giró a verlo, nerviosa, y asintió. Luego sonrió, y Yamato apretó la reja.
Y como él se quedó a verla, Sora se preguntó si tal vez, tan solo tal vez, él no habría caminado hasta allí a mirarla a ella.
Notas: ¡Feliz primer mes de topic! Ah, esto es como un noviazgo, debemos celebrar cada momento, evento y comento (lo siento, debía rimar). Así que Crystalina M, Sirelo, Ayumi-nightbeauty, SamGuti, Marin-Ishida y Cassandra Lilith Mircalla (y LeCielVAN y CieloCriss y ShadowLights y Patriot117 y June JK, ya que estamos), gracias por las alegrías y risas y charlas y alientos y hombros para llorar (¿what?).
Y al resto de lectores, los invito al foro Proyecto 1-8 y al topic Sorato.