PIENSA EN MÍ CON AMOR
By: K.G.Á.É.
N/A: Como mi cumpleaños fue el 29 de marzo, no podía quedarme sin actualizar ; D
Varios detalles aquí, vienen de capítulos anteriores. Como los celos de Inaho, por ejemplo. Y si recuerdan Inaho lo visita a diario…
*1 La rosa simboliza el amor, el romanticismo y la fidelidad. La rosa blanca: inocencia, mis sentimientos por ti son puros. (Aja. Comprenderán al final del capítulo… X D).
Y por lo que sé al parecer Inaho es algo pervertido en el cd drama…
DEDICADO A: hiyori ishida, Guest, PaolaFujoshi14, RoMika Hyakuya, Red Tomatoe, AlphaLuna1999, , Krystal Psych, Ichtudirweh, otakurusher, arizkagedarknes, alegra77, Merce Edelstein, eyebrows-soo, Vanesa-Wolf, Song for the Coffe-chan, Hissae, Emil K, Alice J. H, Hermiscolle, Ka-Gura Uzumaki, Shion Walker, DeniSplash, Shizuko 189. ¡Gracias por su apoyo! : D
Aldnoah Zero no me pertenece.
PIENSA EN MÍ CON AMOR
Luego de su último viaje, las atenciones de Orange de pronto habían incrementado.
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Aquel día de su inesperado regreso, cuando volvió a despertar, el castaño le preguntó si le gustaría algo para distraerse y se había mostrado bastante interesado en cuestionarlo sobre si había algún guardia en específico quien le hiciera compañía cuando él salía en viajes largos.
Slaine había guardado silencio, tratando de entender si preguntaba por la rotación de guardias o similar, sin comprender su objetivo.
—No creo que importe—dijo, mas su respuesta no satisfizo al castaño quien con más insistencia le interrogó, de pronto queriendo saber con cuál guardia se llevaba mejor. Cuando no le dio ningún nombre, ya cansado de ser interrogado, Slaine respondió molesto que: no tenía por qué decirle.
Aunque la verdad era que ni idea tenía de los nombres de los guardias.
El castaño había dejado las cosas peor con su siguiente pregunta.
—Entonces sólo respóndeme ¿quién prefieres que te acompañe, el guardia o yo?—su usual semblante, quizá más serio de lo normal, volvió más extraña la situación.
—El guardia, obviamente. Al menos, no hace preguntas extrañas—respondió aun molesto por el comportamiento del castaño, quien estaba siendo inusualmente terco y molesto sobre un tema que no parecía de relevancia.
Su respuesta esta vez lo aplacó, dejándolo como si de pronto hubiera perdido fuerza y le vio retirarse sin decir más, como si estuviera en shock por no ser el elegido. Obviamente ese no podría ser el caso tratándose de Orange, según Slaine, quien decidió no pensar más sobre el tema.
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Al día siguiente le llevó flores, que le ofreció sin decir nada, viéndole fijamente y esperando a que las tomara, cosa que hizo.
—Aunque no entiendo por qué, supongo que puedo tomarlas. No que tenga en dónde ponerlas—mencionó al final sin pensar mucho en ello, acercando las rosas blancas*1 y cerrando sus ojos para disfrutar de su esencia, con una sutil sonrisa sincera perfilándose en su rostro.
El almuerzo después de eso, fue silencioso. El castaño siempre solía pasar tiempo viéndole con fijeza, por lo que Slaine ya estaba acostumbrado. Sin embargo, ese día lo que Inaho quería grabar en su memoria era la sonrisa que no había dejado el rostro del rubio, causada por el aroma de las flores.
Así, al pasar una semana, el rubio tenía un pequeño jarrón triangular transparente en un horroroso (para el rubio) color naranja, con flores de distintos tipos (el castaño había optado por llevarle una flor diferente cada día), una libreta de hojas blancas por si quisiera dibujar o escribir, una caja de chocolates, sobres para carta (aún no entendía por qué Orange había sugerido que le escribiera algo de vez en cuando)*2, y un nuevo libro.
Slaine sospechaba que sus atenciones se relacionaban directamente con el hecho de que Orange 'agobiara' a los guardias, viéndoles fijamente y tomándose su tiempo para analizarlos, poniéndoles nerviosos, mientras trataba de averiguar quién era el favorito de Bat.
Lástima que el rubio no tuviera un favorito.
Tampoco iba a cambiar su respuesta, por el simple hecho de que no iba a aceptar ante el castaño que le agradaba su compañía y ¡hey! era divertido observar al castaño incapaz de percatarse de una respuesta, la cual era tan obvia y se restregaba en su cara sin que él pudiera notarlo. Mientras más tardara en darse cuenta, mejor para Slaine.
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Luego de varias miradas furtivas en dirección al rubio durante su último partido del día, el final de su siguiente visita llegó con una nueva pregunta:
—… ¿Quieres que te traiga algún juguete?—preguntó de pronto el castaño al finalizar la partida de ajedrez, levantándose y preparándose para irse.
— ¿Eh? ¿Qué podrías traerme? ¿Una pelota o algo así?—Slaine se burló un poco, considerando todo lo que había estado recibiendo; levantándose, rodeando la mesa para ponerse a su lado antes de proseguir:
—…Deberías dejar los regalos. Es suficiente con que traigas el almuerzo—respondió más en serio, pero distraído acomodando las piezas blancas sobre el tablero.
—…Me refería a un juguete sexual—aclaró el castaño, obteniendo en respuesta el sonido de una pieza al caer sobre el tablero. Antes de que el rubio le viera, tratando de convencerse de haber escuchado demás.
Como el castaño insistía en no mantener su mirada fija sobre él, respondió.
—No es necesario—y se aseguró de verle directamente a los ojos al responder, para que el otro entendiera que hablaba en serio, así como de no agregar un agradecimiento por su ofrecimiento para remarcarlo.
El silencio les envolvió y Slaine, convenciéndose de que no había más que agregar desvió la mirada y continuó acomodando las piezas.
Sin contar con el siguiente impertinente movimiento del castaño sobre su ropa.
— ¡¿Qué estás haciendo?! ¡¿Dónde crees que estás tocando?!—gritó alterado, no perdiendo tiempo en quitar la mano de Orange que, atrevida, tocaba la zona sensible debajo de su pantalón, arrojando al castaño al suelo en un movimiento de autodefensa que realizó por mero reflejo.
—Sólo comprobaba que aún lo tuvieras—respondió con calma, como si no fuera problema el estar de cabeza en una pose dolorosa por ser arrojado.
— ¡Por supuesto que lo tengo! ¡Y de no haberlo tenido, deberías ser detenido!—le señaló con un dedo y mirada acusante, desde su nueva posición cerca de la puerta, sentado en el suelo y con las piernas cerradas y cerca de su pecho a modo de escudo.
—Las probabilidades de que no tuvieras eran escasas—Inaho se levantó, más preocupado por verificar los daños en su cabeza y los del polvo en su ropa, que las acusaciones por acoso que se levantaban en su contra.
—"¿Escasas pero existentes?"—pensó Slaine con indignación creciendo en su interior, porque aparte de no decir que eran nulas, si eran escasas ¡qué necesidad había de tocarlo!
Se sentía doblemente ofendido, pero mejor era ignorarlo que seguir la conversación. Mientras más pronto cerraran el tema, mejor. Aunque…
— ¿A qué viene todo esto tan de repente?—preguntó curioso por tal comportamiento, aún con disgusto por el repentino acto.
—Como el encargado de tus necesidades. No pude evitar notar que he pasado de largo las de este tipo—respondió, acercándose a dónde estaba el rubio..
—"¡Debiste seguir haciéndolo!"—pensó, optando por responder rápidamente—No necesitas preocuparte por ello—manteniéndose con la mirada atenta a los movimientos del otro quien se detuvo cerca de él.
—Pero Calm dice que no debes dejar que se acumule. Además no es saludable. Lo cual es la razón de mi propuesta para facilitar el proceso de masturbación—respondió, aun sin comprender el comportamiento renuente del rubio a su cargo.
—...—Slaine se mordió el labio. Estando a poco de gritarle que ocasionalmente lo hacía por su cuenta, así que podía tomar su propuesta y marcharse. Pero no era algo que debiera gritarse a la ligera. Sin embargo…
— "¿No lo negó?"—la pausa del rubio había despertado la curiosidad ajena y conclusiones desviadas.
—Ohh… Entiendo. Parece que tienes otro tipo de métodos… "Quizá lo hace mientras se pregunta a qué hora llegará un guardia. De acuerdo a ciertos estudios, algunas personas encuentran mayor excitación pensando que serán descubiertas. Puede que Slaine…"—
Mientras el castaño se montaba el escenario en su mente, la desconfianza en los ojos del rubio creció.
— "¿Por qué de pronto está callado? Es decir, suele ser callado y ver fijamente por largos e innecesarios periodos de tiempo, pero…"—esa mirada suya de pronto se veía nubosa, provocándole un mal presentimiento. Así que decidió llamarle:
— ¿O-Orange?—
Sin saber que el rubio en el escenario mental del castaño, cubría con una manta la mano que seguramente se dedicaba a autocomplacerle, mientras con su mano libre tapaba parte de su rostro, queriendo ser lo más silencioso posible, resistiéndose a cerrar los ojos y dejarse llevar, aumentando el ritmo, mientras se mantenía atento a los pasos de cualquiera que estuviera en las proximidades. Siendo incapaz de contenerse por más tiempo.
— ¡Orange!—
Por algún extraño motivo gritando su nombre al culminar.
Y aunque era inesperado, que pensara en él, no era algo que a Inaho le resultara incómodo…
— ¡Orange! ¡Tierra a Orange! ¿Se puede saber en qué piensas?—Slaine sospechaba que el castaño soñaba despierto, y temía por descubrir sus pensamientos. La extraña mirada que le dirigía le hacía sentir amenazado.
Así que, cuando Inaho de nuevo enfocó su total atención en el rubio de carne y hueso, le vio exaltarse, aún echo bolita en su rincón. Cubriéndose mejor con sus manos y abriendo las piernas en una mejor posición para sostener su peso, en caso de tener que levantarse por un repentino ataque de cualquier tipo.
Inaho no comprendía por qué el rubio estaba asustado. Por otro lado, su vista viajó a la entrepierna ajena, dándose cuenta de que, aún si hubiera querido comprarle un juguete, no conocía su tamaño al completo.
—Ah…—de pronto su vista fue cubierta por unas delgadas manos cortando sus pensamientos.
Y Slaine por su parte se preguntaba por qué el castaño lucía decepcionado de su acto defensivo ante esa mirada lasciva.
Reprochándose de paso el no ser capaz de notar con anterioridad que Orange era un pervertido de closet. O a lo mejor no. A él le parecía ya demasiado descarado como para considerarlo de closet.
—Slaine—la voz del castaño le regresó a la realidad, haciéndole retroceder, queriendo guardar distancia por mero instinto.
—Slai…—no acabó de decir su nombre al finalizar un único paso para cortar la distancia, y vio al rubio de forma veloz cambiar su posición, escapando por su punto ciego, saltar la mesa y ponerse detrás de su silla, en la cual colocó sus manos probablemente con la intención de arrojársela si se acercaba de nuevo.
Inaho, quien no sabía que el rubio aún fuera así de ágil, tardó un poco en procesar lo sucedido. También, podría ser su imaginación pero, juraría que el cabello del rubio se había esponjado mientras le miraba con advertencia, recordándole a un gato erizado.
Haciéndole pensar que su cabello lucía bastante suave y esponjado… dejando el pensamiento distractivo para enfocarse en que quizá, después de todo, Bat si estaba frustrado y por eso actuaba así de evasivo.
Y como su deber era acabar con su miseria, aunque no tenía juguetes o condones había un pañuelo en su bolsillo y siempre podría improvisar con la corbata y las esposas que traía consigo...
Pero ¿qué debería hacer?
¿Esposarlo con las manos tras la silla y vendarle para incrementar las sensaciones provocadas con su propia mano al masturbarle? Después de todo, el hecho de ser descubierto en el acto parecía ser atrayente para el rubio.
O… Podría esposar uno de sus pies a la silla y poner su corbata en su miembro mientras apresa las manos de Bat con la mano que no esté ocupada en complacerle, cuidando de no despegar la mirada de él, con el fin de acelerar su clímax.
O…
Antes de poder pensar en algo más, apenas dio un paso, todo se volvió oscuro.
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De camino a su casa, con un chichón sobresaliendo en su cabeza, Inaho recordó que el rubio podía arreglárselas para ponerlo en jaque si se lo proponía.
Además, que él diera por hecho algo, no necesariamente lo volvía verdadero cuando se trataba de Slaine.
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Por su parte, a un sonrojado y abochornado Slaine, le hubiera gustado conocer al amigo de Orange. No obstante, agradecía que no fuera a tener el gusto de conocer a 'Calm', pues seguro terminaría matándolo por sus innecesarias sugerencias.
Además, seguía sin poder creer que la mirada de Orange le viera como si fuera a devorarle. Razón por la que, en acto reflejo, le lanzó el tablero de ajedrez en un movimiento un poco desesperado. Acertando por mera casualidad.
Y aunque toda la situación había sido vergonzosa, no podía evitar estar un poco curioso por el tipo de juguete que Orange hubiera pensado en elegir para él...
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N/A: ¡GRACIAS POR LEER ESTO…!
Y SI DEJAN REVIEWS ¡GRACIAS TAMBIÉN POR ELLOS!
*2 No, no pudo darle un celular pero igual quiere que le escriba (referencia al capítulo anterior ; D)
¿Creen que Inaho debe dejar de escuchar a Calm? n.n
¡Espero les haya gustado…!