ADIOS TAI, UN NUEVO DIGIMUNDO

Sin margen de error posible atacaron mientras sus confianzas recaían sobre un pequeño digimon y nada más y nada menos que un recientemente integrado niño de catorce años quien prácticamente huyó ante el peligro inminente. Matt nunca logró entender cómo fue posible que alguien con características tan poco compatibles fuese capaz de poseer la misma esencia digna de portar el emblema del valor o peor aún, ser quien guie al grupo posteriormente; por ahora dichos pensamientos tan solo podían ir y venir sin interrumpir un ciento por ciento al rubio, la situación ameritaba una completa concentración por parte suya para que tanto él como Metalgarurumon, a quien montaba, pudieran ganar tiempo suficiente hasta la llegada de Kuwamon con su respectivo compañero humano, con ambos una supuesta idea de victoria se dibujaría, no obstante la suspicacia para con dicha criatura digital se mantenía. Salió de entre sus ideas pues las explosiones producto de los varios misiles congelantes lanzados por su fiel compañero metálico consiguieron hacerle retroceder al terrible enemigo actual -¿Te encuentras bien Matt?- con voz resonante aquel digimon lobo logró retornar del limbo a este chico quien tras parpadear y menear con algo de fuerza la cabeza se metió de lleno en el combate una segunda vez. –Claro amigo, sigamos-

Técnicamente fue apenas medio alfiler de distancia lo que evitó una muerte definitiva de Garudamon gracias a una intervención pronta del castaño quien logró posponer con su espada que dicha ave gigante fuese sorprendida por la majestuosa velocidad de Hirax, acto seguido, el castaño blandió esa filosa hoja para sostener un nuevo retroceso rival. -Gracias por eso Tai- algo asustada por saber que tanto ella como su fiel amiga fueron salvadas milagrosamente, Sora agradeció mientras su rostro retornaba a una coloración normal dejando despidiéndose de la palidez actual pero manteniendo una frecuencia cardiaca bastante acelerada pues podía sentir como si su corazón fuese a salir a través de su pecho en cualquier momento.

-No agradezcas, vete, huye ahora- Tai no parecía sentirse feliz por haberla salvado, denostaba una indiferencia extraordinaria y unos deseos de que esos sujetos, por quienes pidió a Kuwamon que fueses puesto a salvo, salieran lo más pronto posible de este mundo repleto en caos por los constantes entre su espada y la de Hirax; a estas alturas, pudo darse cuente que ambos eran como prácticamente idénticos salvo por la tonalidad de la piel ya que el enemigo poseía una tez media grisácea. Este ser entendió que para poder continuar luchando libremente contra quien desease debería primero exterminar a los otros seres, no iba a resultar muy sencillo teniendo al castaño defendiéndoles o –debo quitarte esa espada- dijo en voz baja para mostrar una sonrisa de oreja a oreja.

-No le hables así, nosotros venimos a luchar por este mundo también- Davis gritó a su compañero por haberse mostrado grosero o al menos eso fue lo que sintió, habían pasado pocos minutos y todos se veían muy exhaustos, fue un alivio haber bebido del néctar de Palmón. Magdramon lucía muy dañado para estos momentos, hubo esquivado una seria de golpes pero recibido varios también; de hecho hace unos segundos atrás pensó desabridamente haberle causado una gran secuela a ese individuo Hirax usando una de sus técnicas especiales que hizo resplandecer la totalidad de las nubes con una luminosidad dorada, sintió algo de felicidad al ver gotas de sangre cayendo desde las manos del rival luego que este detuviera tremendo poder con las palmas, luego en casi un único segundo este monstruo hirió con la espada negra al guerrero con armadura brillante casi de forma fatal ya que Tai pudo salvarle a tiempo o al menos impedir un muerte desastrosa.

-Deberían huir mientras puedan; esta lucha es entre ese sujeto y yo- desprovisto de cualquier recuerdo alguno Tai dejó a un lado la figura de ese sujeto quien siempre optaba por el trabajo en equipo para buscar el éxito conjunto, ahora prefería hacerse a cargo el solo sin ayuda.

-Eso jamás, me quedaré contigo her…- -Todos pelearemos, fuimos elegidos hace mucho tiempo- Matt cortó a Kari de manera tajante, ella iba a mencionar la palabra "hermano", el rubio pudo pensar deprisa, imaginó que haberse juntado tantos años con Izzy le fue positivo en cuanto a velocidad del pensamiento, se dio cuenta que nada debería desconcentrar a Tai o hacerle entrar en un mar de dudas y por esa causa habló en voz alta no sin antes mirar seriamente a esa muchachita quien pareció haberle entendido.

-Ustedes escorias no saldrán vivos nunca; ya estoy harto- abrió la boca cuanto pudo para dejar salir una gran masa energética tan negra como la noche, fue en dirección hacia Tai con mucha velocidad como para ser esquivada, el castaño entendió el desafío así que puso la punta de su espada apuntando a esa esfera negruzca pues su decisión era contenerla a como dé lugar.

-Cuidadoooooo- Kari gritó al ver como esa cosa amenazaba con destruir a su hermano mayor, cerró los ojos mientras pronunciaba a todo pulmón el nombre "Tai" una y otra vez suplicándole que se hiciera a un lado para esquivarlo, pasaron unos cuantos segundos pero nada sucedía. Abrió con cierto temor esos ojos cálidos esperando ver a su hermano no muy dañado, la sorpresa fue entera al verlo completamente encerrado dentro de la bola negra y luchando por querer salir pero ningún esfuerzo era suficiente. –Que comience la fiesta, si no me matan ahora, esa energía destruirá lentamente a su tan preciado amiguito- Hirax mentía abiertamente, estaba completamente inmóvil flotando entre los aires, -en unos cuantos minutos morirá, pero esta técnica tiene un precio, no podré moverme hasta que Tai sea muerto, de moverme de nada hubiera servido- ninguno de los niños elegidos deseó atacar imaginando una treta sorpresiva. Miraron la esfera negra, Tai era un prisionero diferente pues no se movía en lo más mínimo y su pose era la de un ser inanimado aparentemente. -Hey amigo ¿puedes oírme?- Davis se acercó montado sobre el valeroso Magdramon, efectivamente no había movimiento alguno, tuvo que acercarse pues a pesar que la esfera era algo diáfana, el color oscuro hacía dificultosa la visión. No hubo respuesta.

-Tai, Tai…..¿Tai?- Sora también se acercó gracias a Garudamon, la fiel ave tenía un ala con poco movimiento debido a que usó esta para protegerse de un espadazo dejándole casi inactiva ese apéndice, la respuesta fue bastante similar…..sin movimiento.

-Creo que en dos minutos habrá muerto- Hirax tampoco parecía querer atacar y esto les hacía pensar a los niños elegidos presentes en buscar una solución pronta o perderían nuevamente a ese gran elemento. Exigieron en forma vana que deshiciera la esfera negra pero sabían perfectamente que eso sería imposible, tan solo lo hicieron para desahogar emociones intensas.

En casi treinta segundos nadie hizo movimiento alguno, tan solo vieron lo mismo una y otra vez, esperaron con falsa esperanza, Hirax seguía mirándoles con rostro divertido sin tener intención de querer atacarles mientras estos estuvieran inmóviles esperando tal vez un milagro más.

-No aguanto más, no dejaré que Tai muera sin hacer nada- Davis preso de la desesperación se exigió cuanto pudo, Magdramon a través de esa magnífica conexión entre criatura digital-humano establecida hace muchos años sintió cada emoción existente dentro de su amigo, era momento de atacar pensó; Kari intuyó que tal frustración no traería nada bueno pero era mucho mejor a quedarse quieta sin hacer nada al respecto y esperar una muerte lenta, apoyó la idea y tanto ella como el muchacho montados sobre los hombros contralaterales del digimon avanzaron hacia Hirax, el gladiador dorado lanzó un poder deslumbrante a mas o menos una corta distancia, la figura rival ni siquiera se inmutó y recibió de lleno aquel ataque, sintió una sensación muy diferente, era dolor obviamente pero muy diferente al producido por los golpes propinados por parte de Tai en su batalla inicial, eran ataques con menos poder pero con sentimientos distintos, se mantuvo sin movimiento alguno -¿Eso es todo?, jamás soltaré la conexión, verán morirle delante de sus propios ojos- dicho eso, Matt y Sora se unieron a los otros dos, tenían tanta desesperación que nos sabían si su actuar fuese correcto, tan solo pidieron a sus respectivos compañeros digitales evitar una muerte más mediante la combinación de sus fuerzas y qué mejor oportunidad que esta, teniendo al enemigo completamente inmovilizado por su loca idea en destruir a su principal objetivo.

Dentro de esa esfera negra, el portador del valor podía sentir un dolor inimaginable, indescriptible, cada ataque recibido por Hirax era transmitido hacia él mismo, podía sentir todo lo que los niños elegidos le hacían al monstruo; recordó que cuando peleaba contra esa criatura y le propinó de hecho uno que otro golpe certero pero jamás sintió dolor por hacerlo, ahora mientras su cuerpo permanecía completamente desconectado de cualquier movimiento voluntario entendió el poder de aquella esfera negra; esta cosa fue diseñada no para atraparle en sí, fue recreada para que pudiera sentir cada cosa que le afectara al otro, pronto le causarían indirectamente el suficiente daño como para evitar una participación suya cuando ese poder aprisionador se haya esfumado, un buen plan salvo con una estrategia algo demente pues quien en su sano juicio se deja damnificar con tal de producirle daños similares al bando contrario. En su mente se repetía una y otra vez "alto, no peleen" pero era inútil, estaban ahora sí, condenados a morir.

Cientos de misiles congelantes se combinaron con el gran poder del "aliento de lobo metálico" permitiendo que las vestimentas de Hirax se tornaran harapos tras numerosos ataques por parte de un digimon del nivel mega…..dentro de la esfera, Tai solo podía resistir, tal vez en algún momento, y él lo suplicaba, se darían cuenta…..Garudamon sobrevoló hasta una altura considerable, uno de sus puños se encendió cual antorcha -¡Hazlo!- Sora bramó mientras la gigantezca ave descendía a toda la velocidad con tal extremidad cubierta por fuego abrasador, el golpe fue perfecto, las rocas retumbaron y muchas llamas cubrieron la zona, ninguno estaba viendo pero en su prisión momentánea, Tai dejaba caer sangre por la boca, sintió como todo su estómago pareció quebrarse.

-Tu turno amigo-

-Como digas Davis- un dinosaurio esbelto azul claro con armadura dorada y armado sería lo definitivo, aquel guerrero comenzó a cargar entre manos un inmenso poder, las olas acompañaron el espectáculo.

-Deténganse por favor- en vano ese castaño sabría que moriría, se preguntó también si Kuwamon habría encontrado la manera en evolucionar para poder darle fin a todo este asunto, era conocedor perfecto que sin su intervención, y que Hirax, a diferencia de él, no perecería tras recibir ese poder y sin nadie que pudiera contenerle le daría muerte al resto.

El ataque fue expelido, rozó el inestable mar haciendo que este cubriera el poder como si estuviera magnéticamente atraído por este, Hirax miró con ojos desquiciados como ese ataque se acercaba tan deprisa, si lo recibía entonces Tai dejaría de existir, luego se haría dueño de esa espada dorada para robarle la esencia en los pocos minutos de vida que pudiera tener una vez muerto su contraparte; pronto todo iba a finiquitar. Estaba ya dispuesto a recibir el ataque final pero algo se interpuso entre su tan deseado anhelo.

-Vaya, estuvo cerca- parecía algo místico, tan rojo como la sangre viva, melena abundante, patas gruesas acompañadas de garras tan amenazadoras como largas, dos colmillos saliendo de una mandíbula terrorífica que tan solo un orate estaría dispuesto en desafiar, aspecto físico muy similar a un león de casi cinco metros, cuatro colas esponjosas cada una con flamas en cada punta, y un niño parado a su izquierda haciendo brillar tanto el emblema del orgullo como el digivice destinado para él…era la bienvenida de Pridemon, fue este místico digimon quien impidió la locura final. Luego usando el mismo poder abrumador apuntó a la esfera negra.

-Maldito infeliz, siempre supe que no debíamos confiar en ti…no te lo perdonaré- mientras los demás quedaron paralizados por la escena, Metalgarurumon fue a por el recién llegado desenado venganza. -Debo cumplir una promesa Sebastiano- el niño tan solo asintió con la cabeza; Pridemon rugió tan fuerte como pudo creando incontables ondas las cuales se disiparon a voluntad por doquier, el sonido se propagó por los aires con tal intensidad que los presentes tuvieron que taparse los oídos con las manos para evitar quedar sordos, pero la verdadera sorpresa sería otra. Gracias al ensordecedor gruñido los ojos de todos se cerraron como por acto reflejo también, para cuando se detuvo y pudieron abrirlos las miradas quedaron congeladas por la escena.

-Noooooooo- golpeó con sus puños todos los objetos cercanos, maldijo su infortunio al igual que el de todos, Matt rompía las cosas preso de ira incontrolable y maldecía el nombre de Sebastiano una y otra vez.

-Hermaaaanoooo- cayó inconsciente producto de tanto impacto, Kari se desplomó sobre un suelo hecho elegantemente de madera fina.

-¿Cómo paso esto? es…..es….imposible- Davis aún permanecía quieto de pie sin hacer nada y balbuceando otras cosas ininteligibles, su fiel amigo Veemon también se hallaba junto a él salvo que totalmente dormido tras haberse exigido al máximo como nunca antes.

-Tai…te fallé- No sabía cómo era posible no derramar lágrimas, realmente deseaba llorar abiertamente; cada recuerdo vivido con ese joven llegó hasta su cabeza haciéndole extrañarlo tan igual como aquella ocasión cuando se enteró de su prematura muerta tras un penoso accidente automovilístico, lo peor sería haberlo perdido dos veces. Tan solo caminó hacia la puerta blanca con adornos lujosos que tenía en frente, luego de dar los primeros pasos al fin pudo desfogar llanto, Sora se sintió sola nuevamente. Todos los niños elegidos estaban en el mundo humano, nadie supo cómo fueron transportados hasta ese lugar habiendo sido todas las puertas destruidas, pero todo esto pasó justo después de que ese digimon al parecer consiguiera la evolución deseada gracias a Sebastiano rugiera con rigor.

-Debemos buscar la manera de volver, Matt enciende tu computadora- Davis entró en razón deprisa, tan solo él, Sora y el rubio estaban despiertos, los demás parecían dormir y no era para menos, todos lucharon hasta sus límites; Matt no perdió tiempo, corrió hasta su dormitorio, sacó la laptop que le obsequió su padre por su cumpleaños, inmediatamente la encendió y corrió a toda prisa hacia donde estaban todos reunidos; no sabía cómo abrir un enlace, le gritó a Izzy desesperadamente hasta despertarlo, este se hallaba bastante herido al igual que su fiel Tentomon, permaneció así solo un par d segundos. Sabiendo que sería inútil, apuntó su digivice al ordenador esperando poder abrir la puerta que lo transportase de vuelta, el resultado fue nulo.

-Maldición…..algo llamó su atención….-¿A dónde vas tú?-

-Hay mucha gente herida Matt, debemos ponerles a salvo, recuerda que si ese infeliz encuentra la manera de entrar a nuestro mundo, todos pereceremos; debemos actuar con decisión….así lo hubiera querido Tai- Sora cargaba entre brazos a una inconsciente Biyomon, los ojos aun despedían lágrimas a por montones pero eso no la iba a detener, razonó con sensatez, ya habría tiempo para llorar a su amigo nuevamente, ahora deberían resguardar la ciudad y pensar en un plan. Ninguno se percató de la ausencia del padre Itsuki.

….

-¿Cumpliste nuestro acuerdo?, ¿están a salvo?-

-¿Por quién me tomas?, por supuesto que sí, están en su mundo ahora…..terminemos esto- Pridemon miró a Tai, gracias al poder que le lanzó pudo destruir esa esfera negra que lo aprisionaba. Hirax miraba furibundo y blasfemando amenazas para sus dos contrincantes.

-Ahora recuerdo todo, sí, yo destruí el digimundo una vez, pero lo hice para aniquilarte…..hoy me aseguraré que desaparezcas de una buena vez por todas. No hay vidas que lamentar, cada digimon ha sido puesto a salvo, solo somos nosotros y tú- Pridemon nunca dejo de mantener un contacto visual con Hirax, le miraba decidido, luego pasó su vista hacia Tai, este entendió todo con tan solo devolverle el acto con sus ojos color café.

-Ahora entiendo por qué Sebastiano estás aquí, tú eres un heredero de guardianes antiguos, ha sido increíble conocerte amigo, puedes irte, no sigas cometiendo los mismos errores del pasado- un nuevo rugido por parte del digimon hizo desaparecer al niño, este logró despertar en su ciudad natal, en el lugar donde una vez creció, donde sus amigos le hallaron por primera vez, estaba en casa sin saber qué hacer o qué mencionar, tan solo miró al cielo con un rostro de felicidad extrema, había sido útil en algo bueno, aún tenía el digivice consigo, imaginó que algún día podría volver a ese fantástico universo

-Esto acaba ahora- Tai se percató que tras la violencia de poderes, su versión idéntica salvo por la oscuridad en esta no podía moverse, fue directamente hacia él, usando esa espada dorada logró incrustársela justo en medio del pecho; Hirax tan solo pudo soltar un quejido doloroso, todo iba a terminar, sangre manó desde su cuerpo, poco a poco la visión se le hizo borrosa, luego se transformó en piedra. Tras unos cuantos segundos, Tai comenzó a sentir como todo su cuerpo se debilitaba, no sintió pena ni mucho menos desdicha, era una suerte no tener memoria pues de lo contrario estaría llorando cual bebé.

-Me asombra tu gran valor, eres digno de que tu nombre sea recordado durante miles de generaciones Tai Yagami-

-Sin sermones…hazlo de una vez- cerró los ojos y sonrió, la muerte vendría a por él; pero para asegurarse que esta amenaza momentáneamente convertida en rocas no retornara, Pridemon debería usar todo su poder en aniquilarlo y con ellos destruiría todo el digimundo junto a él.

-Hasta siempre, Tai- su cuerpo entero comenzó a brillar de color rojizo, este mismo digimon se iba a inmolar, no quedaría nada en lo absoluto que permitiera renacer a este monstruo, nada.

La explosión iba a acontecer, Tai empezó a sentir algo de miedo, algo tan humano, seguía sin recordar nada, pero un par de brazos le cruzaron. -Hoy no amigo mío, hoy vivirás- de alguna manera u otra el padre Itsuki logró quedarse en ese mundo incluso luego que la criatura mística diera el rugido que transportaba a todo ser viviente salvo él y Tai hacia zonas seguras fuera de ese mundo, pero él estaba ahí. Le colocó su rosario sobre su cuello mirándole con ternura –Tal vez no recuerdes nada, pero te debo una….nunca dejes de ir a misa- miró al cielo del digimundo, tan fantásticamente similar al terrenal –mi fe nunca morirá-

Todo explotó en un abrir y cerrar de ojos, el mundo digital tal y como aluna vez lo conocieron un grupo de muchachos dejó de existir; en el mundo humano, los cielos dibujaron la escena vivida en el mundo paralelo, los niños elegidos no fueron ajenos a eso, vieron tristemente como la gran explosión incluso produjo temblores sobre la superficie que ellos pisaban dejándoles boquiabiertos, nada sobreviviría a eso, ni nadie.

…UNA SEMANA DESPUÉS…..

Tardaron mucho menos de lo pensado en recomponer la situación, los hombres y mujeres hablaron del suceso durante días eludiendo a que sobrevivieron a una supuesta invasión alienígena o que vieron a monstruos luchar contra otros buscando dominios, pero en fin, todo ese alboroto iba a terminar tarde o temprano.

Los niños elegidos se acercaron hasta la lápida donde una vez enterraron un ataúd vacío con el nombre de "Tai Yagami", para estas instancias ya habían descubierto que el mismo padre Itsuki no había podido salvarse; cada quien llevó un arreglo floral hasta esa tumba, no sin antes pasar por la iglesia de la ciudad para colocar otros en honor al clérigo. La misma iglesia creo una misa en nombre suyo y un nuevo padre llegó para reemplazar las funciones del anterior, fue este mismo quien una vez fue el maestro del primero, pero por alguna razón este estaba completamente convencido que Itsuki había terminado siendo un hombre de paz.

Ya en el cementerio y tras poner los respectivos arreglos, cada quien dio unas cortas palabras de despedida, miraron con desilusión la lápida presente, luego empezaron a retirarse; ya estaban cerca de la salida cuando algo brillando en el cielo a plena luz de mediodía les llamó la atención.

-¿Qué es eso?, parece tener mucha velocidad- Joe tuvo que usar una mano para cubrirse los ojos y observar mejor ese resplandor debido al intenso sol japonés.

-Oigan…..parece venir hacia acá- Veemon señaló con su dedo lo que parecí ser notorio, los digimon de hecho se habían quedado con sus respectivos compañeros pues no tenían a dónde ir ni sabían cómo salir del mundo humano; no es que desearan despedirse de sus gratos amigos, solo que al no ser miembros o especímenes propios de ese mundo, no tardarían en volverse datos y desaparecer pero bajo la compañía de ellos (los niños elegidos) todo iría a pasar como debiese. Aunque en esta ocasión, la alarma volvió a retomarse, pensaron en Hirax surcando los cielos, cada quien tomó sus dispositivos puesto que el objeto brillante se acercaba cada vez más.

-No teman amigos, vamos a…..¿qué?- Izzy no pudo terminar su frase, miraba atónito la figura acercándoseles.

-Cómo es es…esto…..po….po…posi….posible?- Era Tai cayendo a toda velocidad, esa cabellera alborotada era inconfundible y no venía solo, a su lado Gennai aunque repleto de vendajes se hacía presente; su llegada fue bastante aparatosa pues en lugar de aterrizar con elegancia, impactaron con cierta violencia el suelo.

-Ahhhhh, eso dolio, ¿no encontraste mejor manera de llegar?-

-Tan quejón como siempre joven Yagami, pero hemos llegado y eso es lo que vale-

-No me sermonees con eso, que tú seas algo diferente no significa que yo también-

-Deberías ser menos….-

-Heeeermaaaanoooooo- corrió a abrazarlo con fuerza, prácticamente se lanzó hacia él sin importarle nada, lloraba de felicidad de verle sano y salvo, mejor dicho lo estaba estrujando quitándole oxígeno pues este comenzó a ponerse un poco azul.

-Maldito idiota, tienes más vidas que un gato, cómo te atreves a llegar recién y nosotros preocupados por ti, Kari aléjate de él, voy a matarlo yo mismo- Matt se acercó decisivo, abrazó con vigor a ese mejor amigo, luego cada quien hizo lo mismo, salvo Sora quien le miró llorando y hacia una que otra mueca de felicidad pero las gotas recorriéndole el rostro le daban una figura bastante jocosa…..-Seras idiota Tai…..serás idiota-

Tras recibir un cálido saludo por parte de todos este chico les miró detenidamente, primero agradeció la bienvenida pero tenía algo que contarles. –Chicos, el viejo (aludiendo a Gennai) me comentó de ustedes, pero aún no puedo recordar nada de quien soy, sólo sé que…..-

-Taaaaaiiiiii, Taaaaaiiiii, yo te devolveré la memoria- el valiente Agumon parecía haber revivido, mostraba esa sonrisa tan característica suya que alguna vez se hubo esfumado, ambos se abrazaron con fuerza. –Tú debes ser Agumon ¿cierto?-

-Lo ves, ya comienzas a recordarme-

-Tendré mucho tiempo para hacerlo amigo, pero hoy debes marcharte…..es hora Gennai, de lo contrario nunca volverán y se convertirán en datos-

-Sí, descuiden, la puerta siempre estará abierta ahora que la paz se ha restaurado- nadie pudo entender, ni siquiera Izzy parecía darse cuenta en un primer instante, pero luego, el genio abrió los ojos de par en par y quedo estupefacto, -imposible- tan solo dijo eso pero sabía perfectamente que una buena noticia se avecinaba.

-Gracias a Itsuki fue que Tai pudo salvarse y de alguna manera yo también; tras la destrucción del digimundo todo hacía indicar que los digimon desaparecerían para siempre…..pero Kuwamon nos dio un último regalo antes de partir, será mejor que lo vean ustedes mismos- dicho eso, Gennai activó una especie de control que hizo aparecer un ordenador de la nada, una luz comenzó a tragarse a cada uno de los digimon presentes, un nuevo digimundo se había creado gracias a la verdadera unión de todos, no hubo tiempo para despedidas pero tras finiquitar el resplandor, la puerta permaneció abierta y unos nuevos digivices se hicieron presentes, uno para cada uno, un mensaje de "visítennos pronto" se dejó ver antes que la pantalla se tornara negra.

-Increible, eso significa que podemos entrar cuando querramos ¿verdad Izzy?- Mimi preguntó con una excesiva felicidad, las cosas nunca serían como antes, no tras haber vivido una aventura tan loca que por poco se torna fuera de control, pero encontrarían la forma de que volviese a ser como tal por siempre

-Y bien, pueden decirme dónde vivo- rascándose la cabeza, Tai preguntó abiertamente al grupo, era evidente que no estaba mientiendo cuando dijo no tener memoria aun.

-De hecho te gusta limpiar la casa y cocinar casi a diario-

-También te gusta hacer mis tareas-

-Tai, estás loco por cuidar de mi perro-

-Siempre te llamó la atención nunca bañarte-

-Comes cosas picantes muy seguido, muy pero muy picantes-

-Recién estas en tercer año de primaria, es que repetiste mucho por ser medio idiota- todos se contagiaron del sarcasmo genuino, cada quien buscaba un pretexto para tomar cierta ventaja del joven Yagami; pronto vería a sus padres y estos estarían impactados pero siempre existiría una explicación por dar y eso les mantenía con calma, hoy disfrutaban verle sano y salvo y lo mejor de todo, con ellos.

-¿y tú, no vas a decirme nada?, no creas que realmente creo todas esas cosas que me dijeron antes, pero es divertido saber cuan graciosos son- Tai le miró con carisma, ya había reconocido a su hermana por un instinto incomprensible, todos tuvieron que presentarse con sus respectivos nombres y es más, Matt le hubo mencionado que su segundo nombre (el de Tai) era "Tarado" produciendo muchas risas; pero Sora tan solo podía verle con felicidad, -No, solo quiero que me visites como antes ¿sí?-

-¿Hacía eso seguidamente?-

-De hecho vives con ella- Matt le lanzó esa broma ganándose un golpe en la cabeza por parte de Mimi, -se supone que a quien golpean es a Davis- se quejó produciendo otra serie de risas, luego cada quien partió con destino a sus propias casas, iban a cambiarse las ropas de luto, planearon verse más tarde para festejar la ocasión. –Bueno, nosotros vivimos muy cerca- Kari le hizo entender eso a su hermano haciendo mención por Sora; se acercó luego a una tienda a comprar una bebida, de hecho iba a comprar la gaseosa favorita de su hermano esperando que con el sabor pudiera recordar con mayor rapidez, por ello se alejó un momento de ellos para ir a por la bebida.

-Otra cosa, te encanta jugar soccer, eres muy bueno en eso, apestas en los estudios, pero eres buen futbolista- le dio ese consejo como buena amiga mirándoles sonriente.

-mmmm ¿en serio? ¿ y qué es eso?-

-Es un deporte, tu favorito, ya verás-

-Entiendo, almenos no estoy en tercero de primaria ¿o sí?-

Ella rio ante eso –claro que no-

-Sora Takenouchi, 17 años, rojo, pastel de arándanos, florería, le temes a los gatos bebés-

Quedó impactada por ese comentario, el chico solo dijo algo más –Hay un regalo para ti en tu florería, me parece que yo te lo iba a dar….siempre me acordaría de ti, Sora- Kari llegó con tres gaseosas luego que él le dijera eso, le miró con ojos sorprendidos, la recordaba a pesar de todo lo vivido.

Hola amigos, muchas gracias por haberme acompañado en este fic, espero realmente te haya gustado, sé que hay muchas cosas por corregir pero este anime fue uno de los mejores para mí así que escribir una historia basada en sus personajes es algo que siempre quise hacer. Si tienes sugerencias u opiniones acerca de fic me gustaría me las hicieras saber.

Si te gustó la historia, me gustaría también que pudieses ver mis otros fics y me dieras una opinión de qué te pareció…"Una nueva aventura"…y la otra se llama "Elementos".

SI tuvieras alguna historia, me encantaría leerla y estaba pensando en por que no crear un fic con alguien más….si te interesa la idea este es mi correo : christianboj93 . Por motivos de estudios y uno que otro trabajo () tal vez fue difícil mantener una actualización cosntante…..INFINITAMENTE GRACIAS POR LEER ESTE FIC.