Hola, después de unos días, por fin volví a publicar, este es el último capítulo de esta historia, la verdad ha sido desgastante, pero me alegró que el esfuerzo rindiera frutos, por fin la acabe, bueno antes que nada debo aclarar que la canción que me inspiró para escribirla es: Asereje de las Ketchup, oíganla al final para que sienta la magia de la escena.
Sin más preámbulos, comencemos...
Había llegado, sólo era cuestión de horas para que el desafío comenzara, inhalaba y exhalaba, sostenía su tabla de surf en su aleta derecha. Miraba al horizonte; el viento pegaba fuerte en su cara, sacudía las palmas y los restos de lo que alguna vez fueron cabañas. Las olas se formaban y se rompían frenéticamente, las turbulencias en el agua eran variadas. El cielo estaba nublado y amenazaba con traer una tormenta, tocaba su collar de "Gran Z", Lani se lo entregó cuando llegaron a la playa, suspiraba, ¿estaba haciendo lo correcto?, esa era la incógnita, no lo sabía, estaba tan perdido en su enojo por lo de Pepe que simplemente no lo pensó.
Observaba el deshuasadero, filas de rocas con forma de estacas unidas de forma muy angosta, era peligroso, pocos entraban ahí y salían con vida, esto ya no se trataba de honor y orgullo, sino de la memoria de un amigo, su mejor amigo.
-Cody-habló Geek, estaba preocupado, volteó a verlo a la cara-¿estás seguro de hacerlo?
-Sí-no estaba dispuesto a echarse para atrás, no después de lo que Diego ocasionó, pudo haber perdido a su mejor amigo por ese payaso soberbio.
-¿No has aprendido nada verdad?-cuestionó, cinco años bastan para aprender la regla más esencial, la humildad ante todo, no desear venganza de ningún modo.
-No se trata de eso-insistió, no era su orgullo lo que estaba apostando, sólo deseaba hacer justicia, podría ser personal, pero era la única manera de solucionarlo.
-Bien-no podría hacerlo cambiar de opinión-ten cuidado-se retiró de ahí, fue en vano, no "reflexionó", pero tenía que tomar precauciones, pues quién más le preocupaba era Paco, pues él nunca había conocido el deshuesadero.
Paco observaba el sitio donde se llevaría a cabo el desafío; filas de rocas puntiagudas, formando un angosto laberinto, tragó grueso, aunado al viento que hacía que el agua estuviera en constante movimiento, la amenaza de la tormenta era más peligroso.
-¿Estás seguro de arriesgar tu vida por la estupidez de Diego?-seguía sin poder creer cómo hacía eso por él, ¿qué lo empujaba a seguir protegiéndolo?, estaba molesta, pero no podía interferir-suerte-le besó la mejilla derecha para después alejarse de ahí. Paco colocó su pata en la mejilla y sonrió levemente, inhaló una vez más y luego exhaló, estaba listo para surfear.
-¿Listo?-preguntó Cody quién se había puesto a un lado de él.
-Sí-observó la playa otra vez y luego a Krishna quien sonrió, luego centro su atención en el mar-vamos.
Entraron al agua, estaba inquieta, ligeras ondas se esparcían. Nadaron, esperaban la primera ola que se formara, no podían avanzar mucho, pues las pequeñas olas hacían que retrocedieran, el agua estaba perturbándose, no se podía avanzar. Estaban luchando contra la corriente, estaban haciendo el máximo esfuerzo…
Los penguanos lo observaban detenidamente, deseaban matarlo, pero las indicaciones de Lani habían sido claras, suspiró mientras agachaba la cabeza, no se merecía un amigo cómo Paco, era un patético surfista con suerte, pero nada más fuera de eso, se sentía culpable, y con más razón, su estupidez hizo que Paco desafiara por él, posiblemente no saldría con vida, eso le preocupaba.
Llegó a donde Krishna, justo a la orilla de la playa, se puso a un lado de ella, ella volteó a verlo con cierto desprecio, él no podía verla a los ojos, no se sentía capaz de ello.
-¿Estás feliz?-preguntó con cinismo, Diego suspiró, no era suficiente el temor de perder a su mejor amigo, sino que también habría recriminaciones, agachó la cabeza.
-No-dijo sincero, no estaba tranquilo, y si algo le sucediera Paco jamás lo estaría, necesitaba pensar en una solución antes de que fuera demasiado tarde, ¿pero cuál?
-Sigo sin creer que Paco peleé tus batallas-mencionó molesta, una idea cruzó por la mente de Diego al oírla.
-¡Eureka!-corrió hacia donde estaban unas tablas de surf, tomó una y entró al agua, todos lo miraron expectantes, se había vuelto mucho más interesante con él en la contienda. Krishna no podía creer esa actitud en él, era un estúpido, eso no se dudaba, pero quizás si era un buen amigo cómo mencionaba Paco, observó cómo pretendía alcanzarlos en la primera ola que se formó.
Con mucha dificultad lograron montar la primera, ambos respiraban con dificultad, la ola se estaba agitando, no duraría mucho así, Paco tomó la iniciativa y de la punta de la ola se montó y comenzó a girar sobre su propio eje, parecido a lo que Krishna hizo cuando retó a Diego. Cody estaba impresionado, pero debía demostrar lo que él podía hacer, mientras subía una pirueta hacia atrás, para luego caer sobre su aleta derecha y mantenerse firme sobre la punta al lado de Paco.
Todos aplaudieron ante el espectáculo que proyectaban, ambos eran maestros del surf, el desafío se ponía interesante, faltaban pocos metros para llegar al deshuesadero.
Una aleta dorsal emergió por dentro de la ola, justo por debajo de los dos, era un gran blanco, todos se alarmaron al observar que ningunos de los dos se percataba del peligro eminente, comenzaron a murmura, Lani y Krishna estaban sorprendidas pero temerosas, sin esperar nada el tiburón "voló" con la intención de comerlos, abrió la mandíbula al mismo tiempo Cody y Paco voltearon, se congelaron durante unos segundos, esperando su final.
-¡Ah!-gritó Diego quién saltó desde arriba de la ola y con todo su peso empujaba al tiburón fuera de ahí, cayendo víctima de la gravedad al agua, salvándolos a ambos de su muerte.
-¡Diego!-quiso salvarlo, pero Cody lo hizo reaccionar al indicarle que ya iban a llegar al deshuesadero, comenzaron a esquivar los múltiples pilares, surfeaban en zigzag.
El espacio entre los pilares era muy mínimo, apenas si podían esquivarlas, recibiendo unos cuantos raspones y cortadas, por lo menos el tiburón no los seguía, Paco iba delante de Cody, él las tenía de ganar, de repente la aleta dorsal emergió nuevamente pero esta vez delante de ellos, abrió las mandíbulas, Paco iba directo hacia ellas, Cody saltó y lo empujó junto con él fuera del alcance de sus afilados dientes, el tiburón devoró las tablas y se dirigía hacia ellos.
No había forma de subir por los pilares, eran muy lisos, el tiburón saltó una vez más, ambos cerraron los ojos, esperando su final definitivo, pero sólo se logró escuchar el crujir de algo rompiéndose, abrieron los ojos, el cráneo del tiburón estaba desecho, algo lo aplastó, tal vez una gran roca, una cuerda se posó frente a ellos, miraron arriba.
Tanque estaba en el pilar sujetando la cuerda, los observaba, Cody sonrió, era la segunda vez que lo salvaba.
-¿Van a quedarse ahí mirándome ó subirán?-ambos rieron por lo sardónico del comentario.
-Amén-dijo Cody mientras escalaba con la ayuda de la cuerda, después le siguió Paco.
Tanque les extendió dos tablas para poder regresar a la playa, vigilaron que no hubiera peligro inminente, observaron la siguiente ola que iba directo a ellos, ese sería su empujón. La ola chocó contra ellos, arrastrándolos fuera de ahí, ellos la montaron y con ellos pudieron llegar a la orilla.
Todos estaban sorprendidos, la tensión del lugar era mucha, luego de un rato estallaron en aplausos, los cargaron a ambos en sus hombros, pero Paco seguía observando el mar, el agua rratró una tabla de surf, la que Diego usó para salvarlos, bajó de encima de ellos y fue a donde estaba.
Se hinco y la abrazó, una lágrima brotó inconscientemente de su mejilla, Cody se acercó y puso su aleta derecha sobre su hombro izquierdo.
-Lo siento-dijo intentando de alguna manera darle su apoyo.
-Jamás debí aceptar el reto, el aún estaría vivo-se lamentaba.
-No, fue mi culpa por volver a hacerlo, demostró ser un gran surfista y una gran persona después de todo-mientras todos estaban en círculo alrededor de ellos, de la orilla de la playa emergía una figura conocida, tuerto y un poco cubierta por las algas.
-Sí estuviera aquí le diría que lamento haberlo juzgado tan mal-esto último fue de parte de Krishna.
La figura se acercaba poco a poco, escuchando cada palabra que decían, sonreía.
-Lo hubiera perdonado por tan valerosa hazaña-dijo Cody.
-¿Enserio?-todos voltearon atrás y lo vieron sonriendo, Paco se levantó rápidamente y lo estrechó en un fuerte abrazo.
-Diego-era cómo su hermano, nada cambiaría eso-, ¿cómo sobreviviste al tiburón?
-Sólo digamos que morder un erizo de mar no es muy buena idea-todos rieron por el comentario.
-Oigan-habló Geek-¿quién ganó?
Ambos se miraron para luego sonreír y verlos a todos.
-Es un empate-dijeron ambos al mismo tiempo.
Todos volvieron a aplaudir, Krishna se acercó a Paco sonriéndole.
-Krishna que bueno…-quiso abrazarla pero ella le dio una cachetada, todos abrieron los ojos del tamaño de un plato por la acción-¿eso por qué?
-Por preocuparme de que ese tiburón te devorara.
-Bueno lo…-no pudo terminar de hablar porque ella lo calló con un beso.
-Y eso-dijo separándose de él-porque te amo.
-Y yo a ti.
Se oyó a coro la expresión de ternura de parte de todos los que estaban ahí.
-Ahora tu Cody Maverick-habló autoritariamente Lani.
-¿Sí?-dijo un poco nervioso.
-Debo darte esto-y también lo besó.
-Siento todo lo que pude ocasionar-dijo con sinceridad.
-No importa, lo importante es que aprendiste la lección-dijo sonriéndole.
-Oigan-habló Pepe el pollo, todos se alegraron por su presencia-no se…
-Espera-dijo Diego, los penguanos se pusieron delante de Pepe con sus lanzas-antes de que continúes, quiero pedirte una disculpa por mi actitud inmadura, se hinco frente a él en señal de humildad.
-Ya no importa mi chavo, el ayer es historia, el mañana es un misterio, pero el hoy es un obsequio, por eso se llama presente-todos se miraron entre sí por la frase tan sabia que había dicho, lo abrazo en señal de perdón.
-Bueno-Diego rompió el abrazo-, ¿qué ibas a decir?
-Ah sí, no se suponía que sería una fiesta-de la nada alguien le arrojó la guitarra a Paco, Tanque salió de su cabaña con una gran percusión amarrada a su cintura, mientras Geek sacaba el ukelele, comenzaron a tocar, mientras que eso ocurría la tormenta se empezaba a disipar, dando paso a la luz radiante y cálida del sol, Cody y Lani bailaban cómo todos, Diego se sentó en una palmera, observaba el mar, era tan inmenso cómo hermoso. Alguien habló captando su atención, era una pingüino cómo Lani.
-¿Quieres bailar?-él sonrió ante la petición.
-Claro-y se dirigieron al centro de la playa para disfrutar la música.
Las olas se formaban y se deshacían al chocar contra las rocas, el agua estaba tranquila, con cada nota musical que ejecutaba Paco y el ritmo de la percusión de Tanque parecían seguir un ritmo, ese ritmo era conocido cómo: el ritmo de las olas.
Quiero agradecer infinitamente a a Raven Queen. Ever after high, quién con sus reviews me alentó mucho más a seguir esta historia. A todos aquellos que la leyeron también se agradece de todo corazón, los invito a leer mis otras historia, que a pesar de no ser de Reyes de las olas, sé que les encantarán.
Nos vemos hasta mi próxima historia, se despide su amigo y escritor:
CARPINTERO IMPERIAL
