Bueno antes que nada, quiero decir que gracias por el apoyo que me han dado en esta historia y espero poder terminarla con un final que agrade a las personas que lean este fic n_n

Bueno sin mas que decir, pues a empezar.

NOTA IMPORTANTE: Los personajes de Hetalia no son míos, son de su genialoso creador, solo algunos OC son míos n_n


Chapter 16: Conociendo el pasado.

Ya habían pasado unas semanas desde que los diez herederos de las naciones caídas llegaron y habían logrado adaptarse muy bien, no tenían mucha interacción con las demás naciones, es mas que obvio decir que su relación con todos no pasaba del "buenos días", pero un día en particular, Elizaveta los mando a llamar a su oficina con alguno de los países.

-¿Chicos?-Llamo una mujer de tez clara, rubia, con una cinta en el cabellos y ojos azules, era Bélgica.

Los chicos se levantaron de la mesa en la que estaban sentados y se pusieron a la defensiva, no confiaban del todo en las naciones.

-¿Quien es usted?-Pregunto con seriedad Asdrid mirándola.

-Soy Emma Herston, representante de Bélgica-Dijo la mujer frente a ellos con algo de seriedad-Y Hungría quiere verlos

Los chicos solo se miraron entre ellos pero no dijeron nada y siguieron a Emma hasta la oficina de Hungría, una vez que llegaron Emma toco la puerta y tras recibir una afirmación de que podía entrar, entro con los jóvenes siguiéndola de cerca, una vez dentro Hungría le indico a Emma que podía irse.

-Gracias Emma, puedes retirarte-Dijo con algo de seriedad pero con una sonrisa de agradecimiento a su amiga, la cual solo asintió.

Una vez que la belga se fuera, la húngara se levanto de su asiento y dio unos pasos frente a los diez jóvenes, los cuales estaban algo nerviosos, nunca se acostumbrarían al aura intimidante de esa mujer, la cual les sonrió de forma cariñosa.

-Son tan idénticos a sus padres, no cabe duda-Dijo con alegría y nostalgia mezcladas en su voz.

-Disculpe señorita, pero, ¿para que nos mando a llamar?-Pregunto Jukka algo curioso.

-Veras mi querido Jukka, lo que les tengo que decir es algo muy importante, pero creo que ustedes ya deben de saberlo, ¿o me equivoco?-Comento mirándolos a todos fijamente.

No se equivocaba, cuando llegaron y Natalia los llevo a sus cuartos todos leyeron las cartas que sus tutores les habían dado antes de que se fueran y ahí les revelaron toda su identidad aunque ellos no querían creerlo seguían en ese estado de negación ante los echos de su vida y su verdadera identidad, pero después de pensarlo dieron su respuesta.

-Si, ya lo sabemos todo, nuestros padres nos dejaron unas cartas donde nos decían todo-Dijo Marie con algo de seriedad en su voz.

-Bueno creo que ya es momento de presentarlos a los demás-Dijo Elizaveta suspirando.

-¿Cuales otros?-Preguntaron todos al mismo tiempo mirando a la mujer frente a ellos.

-Vengan conmigo-Les indico y camino a la puerta.

Los chicos la siguieron de cerca por un pasillo a la derecha algo oscuro ya que las antorchas que iluminaban no eran suficiente para alumbrar bien, iban por lo que parecía ser un túnel, trataban de no separarse de Hungría mientras caminaban, hasta que al fin llegaron a un lugar muy bien iluminado, era como un coliseo romano, donde habían armas y demás cosas para entrenar aparte de vehículos, los jóvenes estaban asombrados por lo que miraban, hasta que un grito de Hungría los hizo despertar de su ensoñación.

-¡Chicos vengan, tengo que presentarles a unos chicos nuevos!-Grito la mujer castaña, llamando a un grupo de chicos que estaban entrenando al otro extremo de aquel coliseo.

Los chicos que entrenaban se acercaron rápidamente a donde estaban Hungría y los demás, y se pararon en frente de los recién llegados dando un saludo marcial.

-Ya estamos aquí comandante Hungría-Dijo una chica con rasgo orientales y escandinavos, de cabello castaño y ojos violetas, muy seria.

-Por favor linda, solo llámame por mi nombre-Dijo Hungría con una sonrisa.

En ese momento, otro chico de piel morena, una mascara que cubría solo la parte derecha de su cara, se dio cuenta de la presencia de los otros chicos.

-¿Quienes son ellos, señorita Hungría?-Pregunto el chico, sus demás compañeros los voltearon a ver.

-Oh, por eso quería que vinieran, les presento al resto de los hijos de las naciones caídas-Dijo con una sonrisa pero con algo de tristeza en su voz.

Los que se criaron con humanos toda su vida se les quedaron mirando a los que toda su vida se habían criado en esa base, pero no dijeron nada, eso hasta que los chicos de la base se presentaron.

-Mucho gusto conocerlos, mi nombre es Tim Gansfort, hijo de Holanda y Suiza-Dijo de forma respetuosa el chico rubio de ojos verdes, se notaba que no era de hablar mucho como sus padres.

-Yo soy Hilda Wang, hija de Hong Kong e Islandia-Dijo la chica de cabellos castaño y ojos color violetas.

-Yo soy Azad Adnan, soy hijo mayor de Turquía y Egipto-Se presento el que tenia la mascara por la mitad.

-Yo soy Cleo Adnan, soy hija menor de Turquía y Egipto-Se presento una chica muy linda con rasgos egipcios, pero que en la nuca tenia un rulo doble que sobresalía del resto de su cabello, el cual llevaba agarrado en una coleta alta.

-Yo soy Jonathan Georgiev, hijo de Bulgaria y Rumanía-Dijo un chico con una gran sonrisa en su cara, tenia los ojos azules y el cabello castaño cenizo.

Los diez nuevos integrantes de ese equipo se les quedaron viendo, pero nadie tuvo el valor de hablar, bueno eso hasta que la greco-japonesa dio un paso al frente.

-El gusto es mio, yo me llamo Hinata Karpusi, soy hija de Grecia y Japón-Dijo la chica con una suave sonrisa en su cara, sus compañeros se asombraron por lo que dijo de sus padres, pero pronto se dieron cuenta de que no podían seguir negando lo obvio.

-Yo soy Frederick Beilschmidt, soy el hijo de Prusia y Austria-Dijo en un tono educado el peliblanco.

-"Al menos heredo eso de su madre."-Penso Hungría al ver al hijo de sus mejores amigos.

-Soy Asdrid Kohler, hija de Dinamarca y Noruega-Dijo la joven con el adorno de cruz en su cabello.

-Yo me llamo Andrew Jones, soy el hijo de Estados Unidos e Inglaterra-Dijo con cierto respeto hacia sus padres.

-Yo soy Nikolai Braginski, soy el hijo de Rusia y China-Dijo sonriendo como su padre, lo que asusto a mas de uno, menos a Andrew.

-Soy Edytha Lorinaitis, Hija de Lituania y Polonia-Dijo con una sonrisa la joven castaña.

-Yo me llamo Santiago Fernandez Vargas, soy el hijo de España y Romano-Dijo con una sonrisa muy parecida a las que su padre daba.

-Yo soy Jukka Oxentierna, hijo de Suecia y Finlandia-Dijo de los mas animado el chico de lentes.

-Yo soy Louis Marie, hija de Francia y Canadá-Dijo una tímida voz casi en un susurro, mientras abrazaba a su oso polar.

-Y yo me llamo Angelo Beilschmidt, el hijo de Alemania e Italia-Dijo el rubio del rulo.

Una vez que se presentaron, todos se pusieron a platicar, Hungría se fue a ver unas cosas de importancia, cuando en ese momento y mientras iban caminando para ver toda la base, se encontraron con Yong Soo, el cual cuidaba de su hija, Hilda de acerco a el.

-Tio, te traje a alguien que quiere conocerte-Dijo con una muy leve sonrisa la chica.

Yong Soo la volteo a ver con un semblante curioso, Hilda le estiro la mano a Nikolai y este algo temeroso se acerco un poco y le tomo la mano a su prima recién descubierta, el coreano al ver al chico de rasgos orientales y rusos, lo único que pudo hacer fue abrazarlo y llorar, Nikolai solo se dejo abrazar, de alguna manera no le gustaba ver llorar a este joven asiático, que al parecer era familiar suyo, y de igual manera lo abrazo.

Todos miraban la escena conmovidos al parecer el si tenia algo de familia viva con la cual reunirse, una vez que se separaron Yong Soo estaba sonriendo y llorando a la vez, no se podía creer que el hijo de su aniki estaba vivo y ahora lo tenia en frente de sus narices, en ese momento una chica se acerco curiosa a ver que pasaba.

-Madre, ¿que pasa, quienes son ellos?-Pregunto seria mirando a los recién llegados.

-Jin no seas mala con tu primo y sus amigos-Dijo a modo de reprimenda Yong Soo mirando a su hija.

La chica no se creía lo que su "madre", siempre supo por el coreano que tenia otro primo, pero nunca espero verlo en persona, la coreana solo corrió y abrazo a Nikolai fuertemente con una diminuta sonrisa.

-Bienvenido primo-Le dijo en un susurro.

-Gracias-Dijo el euro-asiático sonriendo igual.

Después de la emotiva reunión y de hablar un rato, con su tío y prima coreanos, siguieron de nuevo a Hilda a donde ella vivía, una vez ahí, la chica entro a su casa y fue directo al lugar donde estaban sus padres, para avisarles, tan solo escuchar de sus sobrinos, el asiático y el islandés salieron corriendo de la casa y los vieron entre el montón de chicos que estaban fuera de la pequeña cabaña donde ellos vivían.

-¿Nikolai, eres tu?-Pregunto Hong Kong mirando al hijo de su hermano Yao e Ivan.

-Si, ¿y tu eres mi tío?-Pregunto acercándose lentamente.

Xiang solo asintió, Nikolai no pudo evitar abrazar a su otro tío, algo en su interior sentía que era la familia que había estado esperando y sus compañeros al parecer también sentían lo mismo, todos en ese momento, se pudieron reunir con familiares que en su vida habían conocido, pero el mas impactado fue sin duda Jukka, ya que el se encontró con dos jóvenes, muy serios y hasta algo fríos, pero que lo recibieron de manera cálida y amable.

En el cuartel de malo.

Las cosas estaban bien, pero el hombre detrás del caos no podía con la negativa de sus hijos a obedecerlo, para ellos jamas en la vida lo iban a aceptar como su padre, ya que el era quien lastimaba a sus madres y eso era algo que no podían concebir, para ellos, un padre era alguien que daba protección y amor a quien ama, y con ese hombre no tenían o no veían nada de eso.

-Vengan chicos-Los llamo su padre a lo que ellos, muy a su pesar tuvieron que obedecer.

-¿Mande?-Dijeron entre todos los jóvenes, mirándolo de forma inquisitiva.

El hombre solo rió ante el trato que le daban sus hijos.

-Bueno, como ninguno quiere hacerme caso, tengo que hacer lo que hagan-Dijo al momento que tronaba sus dedos y unos soldados aparecían.

Esos hombres, trían a Letonia, a Polonia, Taiwan, China y Kugelmugel con ellos, pero los chicos vieron con horror que los colgaban de un gancho sobre una fosa de ácido, cosa que los hizo estremecer.

-¡No les hagas daño!-Grito Sophia con miedo de ver a su "madre" colgado sobre el ácido.

-¿Haran lo que yo diga, cuando lo diga?-Pregunto mirándolos.

Los chicos solo lo miraron y fruncieron el ceño, no querían hacer nada que ese sujeto tenia a sus madres y no podían hacer nada.

-El tiempo se esta acabando-Les dijo con un tono burlón, haciendo una seña con la mano para que dejaran libre un poco la soga que sostenía a las naciones sobre el ácido.

-¡Esta bien, lo haremos!-Gritaron todos a la vez.

El hombre sonrió mientras miraba a los chicos frente a el, ordeno que dejaran libres a las naciones y que se las llevaran al lugar donde ellos tenían que estar, una vez que los hijos de esas naciones estuvieron solos con aquel hombre, lo vieron con odio.

-Eres un monstruo-Dijo Maria Teresa con cierto grado de asco en su voz.

-Cuida tus modales, sigo siendo tu padre-Le dijo su padre mientras le daba una bofetada a la chica.

-¡Maria Teresa!-Corrió a ayudarla Thomaz.

-¡Tu nunca seras nuestro padre!-Grito Lin con odio en su voz.

Los chicos se fueron del salón, dejando solo al hombre que era su padre, el cual solo gruño ante el comentario de la hija de la taiwanesa.

-Muy bien, se acabo el hombre amable con ellos-Se dijo con enojo en su voz.

Mientras en la base de las naciones.

Todo era tranquilo, los jóvenes rápidamente se habían hecho amigos de todas las naciones que estaban en esa isla, todos les contaban anécdotas del pasado y algunas cosas de sus padres, ya que ellos jamas los habían conocidos, en ese momento, ya estaba anocheciendo y Hungría los mando a llamar a su oficina, a lo cual fueron sin demora.

-¿Nos mando a llamar, señorita Hungría?-Pregunto Marie con algo de timidez.

-Si linda, quiero enseñarles algo-Dijo mientras les indicaba que la siguieran.

Los diez la siguieron de cerca mientras caminaba por una zona algo boscosa, al llegar al lugar, Hungría con una antorcha que llevaba para alumbrar el camino prendió el resto de antorchas, y lo que vieron los chicos los dejo impactados. Era estatuas de sus padres de tamaño natural y detrás de ellas un asta con su bandera de su respectivo país.

-Estos son sus padres-Dijo señalando las estatuas detrás de ella.

Cada uno de ellos se acerco a las estatuas de sus respectivos padres, para verlas mejor y mas de cerca.

-Las hicimos en memoria de los que han caído, es una forma de mostrar respeto por su alto sacrificio-Dijo Elizaveta con cierto grado de nostalgia en su voz.

-¿Señorita Elizaveta, podemos hacerle una pregunta?-Pregunto con cierto temor Jukka.

-Claro chicos, ¿cual?-Pregunto con algo de curiosidad.

-Mañana, ¿podemos entrenar con los demás?-Pregunto Santiago.

-Si es lo que desean, claro que pueden-Dijo con una suave sonrisa.

Los chicos sonrieron contentos por la respuesta, para después irse de ahí para descansar, no sin antes echarles una ultima mirada a esas estatuas que ellos sentían que era como si sus padres los vieran con cierto orgullo.


Bueno espero que les guste este capitulo que trate que estuviera bien escrito.

Ok sin mas que agregar, nos vemos en la próxima Chulos y Chulas n_n

Milly Loca, Fuera.