Disclaimer: Nada ni nadie me pertenece, excepto mi alma que ya no sé ni cómo sigue conmigo la pobre. No saco beneficio de esto excepto mi saneamiento mental y espiritual, o mi hundimiento en el lado oscuro más todavía.

Sumario: Daryl soñaba con los pies, Shane nunca se había despegado del suelo. (AU no Z.A.)

En la vida imaginé que acabaría escribiendo algo así, hasta que lo vi en mi cabeza y no pude resistirme.

Este fic en un futuro tendrá tintes Slash así que si no es vuestro estilo, tipo de lectura, os recomiendo que no continuéis leyendo. También aviso de que eso no pasará hasta dentro de unos cuantos capítulos y de una forma ¿light? Más que nada porque no soy experta en la materia y tal.

Dicho esto, agradecer a Gato su apoyo sobre la idea sin salir por patas monte abajo cuando empecé a desbarrar sobre ella. Gracias también a C por tus comentarios :)

Advertencias: futuro slash, crack, AU…

Disculpad los posibles errores.


Introducción

Se secó la comisura de los labios con el dorso de la mano.

Era la segunda cerveza que se bebía solo aun cuando había ido a aquel bar arrastrado por su hermano mayor. Se había cansado de sus insinuaciones por su trabajo (aunque sabía que en el fondo lo hacía simplemente por tocarle las narices, aunque también es que era gilipollas intolerante y cabeza cuadrada), sus lloriqueos, sus exaltaciones de la unión familiar entre ambos y había terminado por claudicar ese día.

Y como siempre, como tantas otras veces, se encontraba solo sentado en la barra del bar viendo en la lejanía a su hermano con una morena; sin lograr discernir con demasiada claridad donde terminaba la boca de uno y la del otro.

Daryl le lanzó una mirada al camarero, gesticulando con su mano para que le pusiera una nueva cerveza. Dejó un billete sobre la madera y le dio un largo trago, gruñendo agradecido el frescor del líquido descendiendo por su garganta.

Cerró los ojos breves segundos, encogiendo la cabeza entre sus hombros dejando que el pelo ocultara su rostro cansado. Pero era un cansancio que le gustaba, que le agradaba pues lo había buscado él por sí mismo.

Daryl flexionó sus dedos alrededor del cuello de la botella de cristal mientras reacomodaba sus pies sobre el peldaño del taburete. Se humedeció los labios levantando la vista de nuevo a los clientes reunidos en el local.

Cansado de calentar el forrado de plástico del asiento, Daryl se alejó de la barra moviéndose entre la gente, esquivando miradas y conversaciones de las que hubiera preferido no ser testigo.

Sin quererlo ni beberlo se encontró frente a la vieja máquina de música que parecía haber visto tiempos mejores. Se metió la mano derecha en el bolsillo mientras con la derecha acercaba la cerveza a sus labios. Metió la moneda en la ranura y paseó la mirada por la selección de clásicos. Definitivamente aquella máquina estaba allí desde antes de nacer él.

El country acaparaba el 80% de las posibilidades pero también había alguna canción pop cuyo nombre le resultaba vagamente familiar, alguna del género Rock y… Pulsó la tecla que correspondía a la única canción del repertorio que no conocía.

Pronto el sonido de las teclas de un piano siendo pulsadas comenzó a sonar entre el bullicio de las conversaciones que se encontraban ajenas a él. Con su cerveza en la mano, Daryl se alejó de nuevo hacia la barra escuchando la voz de una joven cantante acompañar la melodía.

Daryl escuchó con atención la letra, la melodía marcada por el piano y… Sí, era factible totalmente. Esbozó una media sonrisa bebiendo un nuevo trago de su botellín de cerveza. Quizá no había sido tan inútil dejarse arrastrar al bar esa noche.

Dejó el botellín en la mesa y se estiró sobre la barra hasta alcanzar uno de los escasos servilleteros que aún contenían algún trozo de papel. Palmeó sus vaqueros y el interior de su chaqueta hasta dar con un lapicero más pequeño que su mano con el que comenzar a garabatear siglas, números y trozos de la letra que parecía estar a punto de tocar a su fin.

Su mano derecha escribía a gran velocidad, su labio inferior desaparecía entre sus dientes, la condensación se apoderaba poco a poco del botellín frente a él, olvidado.

Su pulgar golpeó el papel repetidas veces mientras se rascaba el mentón con mirada ausente. No había demasiadas complicaciones en toda la pieza. No quería exigirles demasiado pero tampoco quería ponérselo fácil, eran capaces de hacer más de lo que habrían imaginado años atrás. Sí, podrían hacerlo.

Daryl dobló con mimo el papel y lo guardó con seguridad en el bolsillo interior de su chaqueta de cuero junto al lápiz. Con una sonrisa de satisfacción por el trabajo bien hecho, vació la botella de cerveza y la dejó sobre la barra sin molestarse en buscar a su hermano.


Hasta aquí esta breve introducción. Con la lectura del primer capítulo creo que comprenderéis mejor de qué va todo esto ;)

Nos leemos,