Universo Alterno
Disclaimer: Los personajes del Anime NARUTO le pertenecen al maestro Masashi Kishimoto.
OoC, porque sin sacarlo del personaje, no tendríamos al Sasuke que hace temblar piernas
M por Lemon, Lime, lenguaje soez.
Éste es un One Shot para que se distraigan un rato, no es nada especial, pero espero que les guste algo de mi momento SasuSaku.
What I want
Lo que quiero
Capítulo único
—Espero que lo que estés observando sea mi nombre en el gafete —advierto tranquilamente al ebrio que tengo en frente de mi. Estoy repartiéndole más cerveza de hecho, a él y a su grupo de borrachos amigos.
—No, no lo ha-go —balbucea mirando todavía descaradamente mis tetas.
En el trabajo exigían que sea sexy, pero eso no significaba que deseaba que cada hombre mirara con morbo hasta mi alma, lo que no ayudaba en absoluto era mi ajustado uniforme con mucho escote y vestido de pocos centímetros de largo.
—¿Algo más? —sugiero, no me importa en absoluto que estén lo suficientemente borrachos como para llegar a la morgue. Mi trabajo era que llenen la casa con su dinero.
—¡Sí nena! —exclama el mismo descarado.
Sus amigos vitorean su agarre en mi cintura, el tipo guapo me había sentado en sus piernas. Miro inmediatamente a Ino, mi amiga del club que conoce mi regla "No sexo con los clientes". Ella solo me da su mirada de estoy ocupada mientras le deja ver más pecho a otro tipo, su regla en cambio era algo como "Solo sexo con millonarios".
—Señor, debo trabajar —digo lo más educada posible. Si mi jefe escuchaba que una de sus empleadas era grosera con la clientela la despedía. Gracias pero no. No estaba lista para dejar el trabajo y mucho menos dejar de pagar mis deudas e ir a la cárcel. Éste era el único empleo en el que ganaba un buen dinero y en el que no necesitaba experiencia de ningún tipo. Bueno, debo admitir que cuando entré, el único requerimiento había sido que tenga buenas tetas o bien, buen culo. Y aquí estábamos Ino y yo, dos buenos culos y dos buenos pares de tetas, un dos por uno para el puerco de mi jefe.
El tipo topa su aliento en mi cuello. No se encuentra tan borracho, lo sé porque yo misma he servido pocos tragos. No me muevo, es raro, se supone que el cien por ciento de mi quiere y debe alejarse de problemas como éstos. Pero en realidad tengo un setenta y cinco por ciento por parte de mi cuerpo deseando restregar mi trasero en la entrepierna del sujeto, el veintitrés por ciento por parte de mi mente responde sí a todas las pervertidas insinuaciones en mi oreja. El último dos por ciento era por parte de mi cordura exclamando un "¡Levántate y paga tus deudas!".
Las empleadas de todo el maldito bar no teníamos ni siquiera refugio con el jefe. Su regla en cambio era "Si los tienen que follar para darme más dinero ¡Háganlo!" Eso aplicaba especialmente para adinerados como los que habían rentado el lugar para una despedida de soltero.
Y el festejado en cuestión, era el borracho con la más grande erección en mi trasero. Lo vi. Lo había visto desde que había entrado por primera vez con sus amigos molestándole detrás. Él había sido tranquilo y reía poco hasta que el alcohol estuvo por sus venas y pudo desahogarse. Al parecer no se casaba porque quería, al menos borracho decía eso, sus amigos solo reían con él.
—¡Desearía que Hisa sea la mitad de sexy que esta señorita! —grita ahora agarrando mis caderas para empezar a moverlas contra él.
Me enojo con el gesto, eso es muy patán, pero me gusta, no es justo. Me levanto como puedo —realmente como puedo —de su regazo y antes de darle el golpe que se merece, recibo una severa mirada de mi jefe saliendo de su oficina. Me dirijo hacia él cuando me llama y los chicos comienzan a armar un relajo ante mi escabullida.
Los niños ricos me ponen los pelos de punta. Sé que soy una adulta pero logran que me amilane un poco. No he terminado de acostumbrarme a tipos ricos, sinceramente no estaría a la altura de ellos tampoco, sentiría simplemente que no debería juntarme con ellos, aún cuando trabajo para ellos en la noche.
El bar es enorme, bueno, realmente no es un bar, es una deslumbrante discoteca, tiene un lugar vip subiendo las escaleras que terminan en un altillo lujoso, es privado, justo para gente con más dinero del que paga simplemente para entrar. Por supuesto mi jefe les ha propinado el servicio entero de la fiesta con bailarinas y sus mejores camareras, y por supuesto Ino y yo nos encontramos en el grupo de las afortunadas.
—¡Complace a ese hombre, Sakura! —exclama el tipo alto, fornido y rubio que era mi jefe. ¡Hey! ¡Solo dije que era puerco, no feo!
—Usted sabe que yo no…
—No me interesa mujer —dice —, pagará un montón más en la barra, agradece que te dará una muy buena propina también.
—Yo no me acuesto con cualquiera señor —expreso lo más seria posible.
—Ve y sé su camarera de la noche, si quiere sus manos en ti, lo permitirás. ¡Coquetea con él! —anuncia con autoridad —Es una orden.
No tengo más remedio que regresar a la mesa donde se han instalado el grupo de niños ricos. Mantengo la distancia y me dedico a servirles sus rondas de tragos escabulléndome, una vez más, lo más ágil que puedo de las resbalosas manos del novio. Mi salvación es la bailarina de turno que llega a hacerles la noche a los babosos fiesteros. Bueno, quizás no es mi salvación.
—¡No quiero a la baila-ri-na! —habla el maldito pelinegro que ya empieza a exasperarme —¡Quiero en mis piernas a la se-xy camarera! —grita señalándome.
Ese tipo de cosas ya no me sorprenden, hay piropos rebotando por cada pared de la discoteca todas las noches, pero lo que dice me acalora un poco las mejillas. Mi jefe que escucha la petición tipo berrinche del novio corre hacia mi para llevarme directamente a los brazos del tipo, corrección, sus piernas.
No entiendo como un hombre puede encapricharse con alguien así de la nada. Me siento un pedazo de carne de vuelta en el regazo del guapo chico, no tengo otra opción que quedarme allí, y, por qué no, empezar a disfrutar al sensual chico. Entonces recuerdo la orden que tenía para esa noche.
"¡Coquetea con él!".
Echo un vistazo a Ino que se encuentra riendo con un chico mientras le sirve un whisky. Ella disfruta esto. Tal vez preferiría estar en la fiesta que servirla, pero al igual que yo, no tiene otra opción. Al menos ella no se quejaba y veía el lado bueno de todo esto, gozaba sus noches y no permitía que nada le amargara. El jefe está contento con ella supongo, tiene a una hermosa chica sirviendo sus mesas y no pone resistencia como yo.
Pienso en como he madurado, realmente soy un dolor de cabeza, un amargado dolor de cabeza. Admito que me había convertido en una molestia la mayoría del tiempo, algo que Ino solía mencionarme. Ya no tenía dulces dieciséis y me había olvidado de las fiestas y del sexo para unirme a la realidad de pagar cuentas e ir a la universidad.
Llevo mi brazo izquierdo alrededor del cuello del tipazo, me relajo y le doy un suave beso en la mejilla. Alguien una vez me dijo que aprovechara mi belleza. El chico se sorprende, de hecho, todos se sorprenden. El jefe se mete a su oficina no sin antes lanzarme una mirada de aprobación, mientras Ino sonríe y me guiña uno de sus hermosos ojos azules.
Solo debo relajarme, no va a ser un sacrificio. Suspiro.
—Qué sensual eres… —susurra él, su cara está cerca y habla contra mi boca.
Luego me besa, y me dejo besar. Con ese beso me olvido de todo el maldito mundo. Es el mejor maldito beso que he recibido jamás. Y el tipo está borracho. Bueno, la última oración pudo haber sido tomado como un "Puff" o "Wow". Es un "¡Wow!"
Pongo mis manos en su pecho para que me libere, al parecer él no se encuentra consciente del aire que sus pulmones exigen, al menos no como yo. Aún cuando hemos terminado el beso, nuestros rostros están juntos y siento que a la vista de todos parecemos dos locos adolescentes enamorados. Sus ojos negros están brillantes y nunca había sentido una mirada tan profunda como la de él. Nunca me habían perforado hasta el alma con solo una mirada. No necesito de ojos azules para sentirme perdida, estos ojos negros me atrapan, siento que tiene una mirada de galán. Eso me gusta. Siempre pensaba en enamorarme de los ojos de alguien y no de su apariencia ya que cuando envejeciéramos, seguiría enamorada de su mirada. Creo que había caído ante sus ojos. No tengo más tiempo para pensar, aunque no hay que hacerlo mucho, realmente quiero pasar el tiempo que pueda con él. Me rindo y hago exactamente lo que él quiere.
Y lo que el quiere es llevarme directamente a la cama, yo dejo que me lleve a su cama.
La fiesta acabó, por supuesto, acabó con un grito por parte de él.
—¡Nos vamos! —exclama.
Hay reproches, claro. Pero decididamente él se levanta y me dedica su mano para llevarme hacia fuera. Aprovecho que el jefe se ha llevado a la bailarina a su oficina, como la fiesta ha acabado, mi turno también, así que no tengo ningún problema cuando le sacudo la mano a Ino cuando me despido rápidamente de ella.
Sus amigos nos acompañan en la limusina que al parecer hace de expreso.
—A mi departamento —dice un poco torpe cuando nos sentamos.
Iba a pasar la noche con cualquiera, con alguien que ni siquiera me había dicho su nombre. Pero importaba un jodido pepino. Quizás me arrepentiría a la mañana siguiente, pero aún no es cuando debo preocuparme.
Somos los primeros en bajar, y con urgencia, el tipo me lleva hacia el último piso de un gran edificio. Los demás siguen su recorrido en la gran limo.
Su departamento es impresionante, noto. Pasamos por la sala, enorme también, y me pregunto por qué no había hecho ahí mismo su fiesta, el lugar era tan enorme como la discoteca. Cuando me siento en su cama me pide un momento y lo veo ir al baño, con la puerta abierta observo cómo mete sus dedos en la boca para luego vomitar. No me da asco, es más, lo esperaba. Lo había esperado desde que estuvimos de camino y tenía un enorme miedo de que vomitara sobre mi uniforme.
—No quería hacer esto y no recordarte —dice luego de hacer un riguroso lavado de sus dientes.
Bueno, eso había sido lindo, a su manera, pero me pareció lindo. ¡Dios! ¡Me encantaba ese impresionante hombre que estaba parado en frente de mi!
Su camisa y su pantalón están ya en el piso, entonces decido que mi vestido acompañara a sus prendas en el suelo. No tenía sujetador, el jefe nos lo prohibía usar, era algo incómodo a veces, pero por suerte mis pezones no quedaban tan expuestos gracias a las luces parpadeantes de la discoteca.
Él me da un empujón suave en la clavícula haciéndome rebotar en la cama. Muy suave también, por cierto. Sus labios succionan la piel de mi cuello y luego mi boca.
No quiero hablar de su sabor ahora mismo, aunque se siente como pasta dental, si no de sus grandes manos aplicando presión en los mejores lugares de mi sensible cuerpo. Toca mis piernas mientras observa atentamente mi respuesta, mis senos son parte de su recorrido mientras me besa duro sin cerrar los ojos. Estamos observándonos mientras nuestras lenguas húmedas se sienten y eso me parece más excitante aún. En mi mente solo quiero que nos conectemos de la manera más intima.
Siento la única prenda que nos separa de nuestras caderas, su bóxer y mi tanga, él lo nota así que para mayor tacto me la saca y comienza a tocarme suavemente entre las piernas. Estoy en las nubes porque está masturbándome de la mejor manera, rápido y en punto preciso. Con una sola mano me masajea rítmicamente y siento mucho placer, la otra se encuentra halándome un pezón dándome el pequeño contraste de dolor del que todos se excitan. Gimoteo un grito ahogándolo con mi boca abierta, apretando los ojos, acabo de ver estrellas y mi respiración se ha acelerado. Mi cavidad está muy húmeda ya que he llegado al mayor éxtasis de todos. Nuestras miradas se encuentran, mi cuerpo, gracias al orgasmo que acabo de tener está ya un poco cansado, pero me niego a no tenerlo dentro de mi.
Él sonríe observándome toda satisfecha y lista para continuar. Besa mis pechos y los lame, se siente muy bien. Siento que debería retribuirle todo el placer. ¡Y rayos, yo estuve negándome toda la noche!
Dejo que se saque su última prenda y enredo mis piernas a su alrededor no sin antes dejar que se coloque un condón que busca en su armario o algo así. Solo veo al hermoso tipo encima de mi con la fuerte luz que ofrece el baño, pero es suficiente para ver la silueta de sus musculosos brazos, su abdomen marcado, su maravilloso rostro expresando lujuria y placer. Su trasero lo siento con mis propias manos y él jadea cuando lo ayudo a entrar más fuerte en su primer estocada en mi interior. Me siento muy caliente, estoy llena de placer cuando el da los primero movimientos lentos, torturándonos a ambos. Es un entra y sale muy placentero, el éxtasis dura más y el me mira para comprobarlo. Una de sus manos está flexionada sobre la cama para no aplastarme y tener un buen equilibrio, la otra la mantiene tocando cariñosamente mis senos, va de uno a otro. Estoy avergonzada por pensar en pedir más, pero lo hago, no importa, lo necesito.
—Más-rápido —murmuro excitada. No necesito más fuerza, necesito rapidez, justo en el punto dónde tenemos la mayor fricción. Él sonríe y me besa, estaba esperando a que se lo pidiera, entonces atiende mi pedido vigorosamente.
—¡Ah! —gimo mientras empuja en mi —¡Ahh sí!
Él está quedándose sin aliento cuando lo hace más duro y fuerte. Su boca está abierta y sé que se traga todos los gemidos, solo suspira mientras no se pierde de ninguna de mis expresiones. Su movimiento y el maravilloso morbo de saber que estamos al fin teniendo sexo me calienta, su cara es un gran estimulante para mi, pero apenas y la puedo ver ya que mis ojos se entrecierran debido a la satisfacción que siento. Movemos la cama, he empezado a moverme frenéticamente también en busca de más fricción, mi respiración y mi pulso es acelerado, estoy sintiendo más calor en mi vientre acompañado de una perversa tensión.
El orgasmo me envuelve a mi primero y me sigue envolviendo sensiblemente hasta que el llega y ya no puedo más. Me derrito, literalmente. Él está liberado, recién noto que ha mordido fuerte mi cuello ya que siento un poco de ardor en esa zona, al terminar me da un beso largo mientras sale de mi y luego se recuesta a mi lado, su mano izquierda está aún en uno de mis senos. Disfruto su palma caliente y grande, me cubre casi toda. Ahora acaricia y retuerce mi pezón. Tiemblo un poco.
—¿Estás… nerviosa? —su voz me sorprende, a mi y a mis párpados que ya se sienten pesados.
Respiro un poco antes de responderle.
—Lo estuviera si a mi lado tuviera a un jodido Uchiha —me burlo.
Es así, se supone que esa familia es una potencia, y sinceramente, solo la gente así es capaz de ponerme nerviosa. Es raro, muy raro.
—¿Esa gente te intimida? —habla burlón.
Balbuceo un simple "Uhmm aja"
Él se ríe un poco también y decido hablar un poco antes de decidir cómo irme.
—Así que te casas mañana —susurro. Él da un suspiro cansado. No debí haber mencionado eso. Eso no me incumbe, solo soy la despedida de su soltería.
—No quiero hacerlo —responde bajo. Giro mi rostro y observo su perfil, él esta perdido viendo el cielo raso.
—No lo hagas —digo, es mi primera reacción, nadie debería hacer algo que no quiere, en ese momento me libero de su mano en mi seno y cambio de posición, ahora estoy abrazándolo con mi pierna encima de la suya y mi brazo sobre su pecho.
—Si no sientes que ella sea el amor de tu vida, no des ese gran paso, solo la lastimarás si finges que la amas —murmuro cerca de su oído. Él tipo no ha puesto resistencia en mi agarre así que simplemente me quedo así.
Apoyando sus brazos detrás de su cabeza me responde.
—Mi familia me obliga a hacerlo, y siempre hago lo que piden —menciona, no sé que pensar, tampoco sé cómo he logrado responderle, le doy un beso en la mejilla y susurro por último "Por primera vez, haz lo que te de la regalada gana".
Percibo una sonrisa y cierro los ojos. Me encuentro muy cansada y lo único que quiero hacer es dormir. Y lo hago.
Cuando me despierto noto que no hay nadie a mi lado, cuando me levanto noto, también, un pequeño pedazo de papel que tiene letras grandes y negras escritas en él, lo leo, sé que está dirigido a mi porque se encuentra en el pequeño velador de madera junto a lado de la cama donde caí rendida.
No me casaré, desconocida. Y tienes razón.
Espérame justo aquí.
Sasuke Uchiha.
No. Me. Jodan.
Y bien, quisiera saber que les pareció ;)