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DISCLAIMER: TODOS LOS DERECHOS DE LA SAGA DE "THE KING OF FIGHTERS" SON PROPIEDAD DE SNK PLAYMORE, ASI COMO CUALQUIER MENCION A OTROS JUEGOS DE LA MISMA COMPAÑÍA. NO ME LUCRO DE NINGUNA MANERA AL ESCRIBIR ESTA HISTORIA.
¡Bienvenidos! Les presento esta historia la cual fue la primera que escribí en una página pública hace al menos 9 años bajo el título "Fic sin nombre" (poca originalidad xD). Ahora en 2015 decidí retomarlo pero no sin antes darle un nuevo giro, una historia mejor fundamentada, estructurada y redactada o por lo menos en comparación a lo que era. Este fic no se parece mucho a "Fic sin nombre" pero ambos llevan la misma idea.
Espero que lo disfruten tanto como yo disfruto escribirlo, si visitan mi perfil encontraran más fics que quizás puedan ser de su interés. Cualquier duda, comentario, felicitación o crítica pueden dejarlo en reviews o por mensaje privado. ¡Un saludo y gracias por tomarse la molestia de leerlo!
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CAPITULO 1 - SECRET CIRCUMSTANCE
La ciudad como siempre, se encontraba ocupada y llena de vida: Autos circulando, gente que caminaba y los negocios atendiendo clientes. Era una tarde como cualquier otra en la ciudad de Osaka. A decir verdad, el lugar le encantaba. Después de su última participación en el torneo de The King of Fighters había decidido asentarse a vivir aquí, por lo menos por un largo periodo. El torneo le había hecho viajar por el mundo para pelear en toda clase de sitios pero al final Japón había logrado conquistarla lo suficiente como para quedarse una larga temporada. Reflexionó un poco acerca del torneo y de cómo no pensaba volver a pelear en él desde que había renunciado a su cargo como mercenaria. Al menos tanto ajetreo no había sido en vano, pues la había acercado más a NESTS y a la verdad. En días como hoy se preguntaba si alguna vez lograría si objetivo o si valdría la pena descubrir lo que anhelaba.
Sumida en sus pensamientos, fue imposible para Vanessa el darse cuenta que comenzaba a alejarse de las calles más transitadas para meterse a algunas más escondidas y solitarias. El barullo de la ciudad casi se había desvanecido entre las paredes de los edificios.
— YAGAMIIIIIIIIII — Un fuerte chillido se escuchó delante de ella, haciéndose cada vez más fuerte.
Una figura obscura bajó del techo de un edificio, seguida de inmediato por otra más. Vanessa se acercó para ver y pudo distinguirlos mejor. La primera figura tenía una piel blanca con cabellos rojos y hacía su mejor esfuerzo por esquivar los fuertes golpes del segundo hombre de piel muy morena que se abalanzaba con suma furia hacia él.
Uno de los golpes hizo contacto con el pelirrojo y lo mandó a volar envuelto en una bola de fuego hacía unos contenedores de basura, de nuevo el moreno de cabellos castaños se abalanzó con determinación directo hacia donde yacía su contrincante, pero sólo para ser repelido por una enorme columna de fuego purpura.
El pelirrojo era ahora quien se abalanzaba contra su oponente, propinándole una serie de golpes que culminaron con un torbellino de fuego. El moreno lo observaba en cuclillas, humeando por la descarga de fuego que acababa de recibir. Alzó la cabeza para mirar al pelirrojo con una sonrisa de oreja a oreja y se río brevemente. El de cabellos rojos frunció el ceño en señal de desaprobación y se dispuso a cargar su poder. En la mano de su oponente también comenzaban a aparecer flamas, preparándose para su ataque mientras se incorporaba.
— ¡IORI, NO! — Un grito agudo se escuchó, esta vez detrás de Vanessa quien se giró para mirar una figura pequeña corriendo hacia el lugar, seguía de otras más grandes.
— ¡NO! — Gritó el pelirrojo — ¡¿QUE HACES AQU…?! — Pero su distracción le costó caro pues una gran bola de fuego lo lanzó de manera violenta hacia atrás, llevándose consigo a Vanessa.
Aquel brutal ataque fue propinado con tal fuerza que ambos quedaron inconscientes al momento.
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Poco a poco abrió los ojos con cuidado. Apenas estaba recobrando la conciencia pero su visión no era más que una imagen borrosa y confusa que le impedía distinguir con claridad lo que tenía delante de ella. Pasaron un par de minutos que parecieron una eternidad y por fin su vista se encontró mirando al techo de una casa que no era la suya, aunque no recordaba con claridad que era lo que había ocurrido o como había llegado ahí. A pesar de encontrarse en un lugar extraño para ella no tenía miedo, pues el dolor de sus heridas lo superaba con creces así como el aturdimiento que le hacía dar vueltas la cabeza. Otro de sus sentidos se activó, pues un fuerte olor a comida invadía la habitación, estaba segura de que era algo que había probado antes, como harina, tal vez pasta… ¿Verduras? ¿Pescado? Ramen? No lo sabía. Conforme la confusión se fue disipando, pudo distinguir el sonido de 2 voces hablando entre sí.
— Lo mejor es que dejes a tu hermano encargarse de sus propios asuntos — Sentenció una voz masculina bastante familiar — Lo que hiciste fue peligroso —
— Él dijo que ya no se veía con Kusanagi — Dijo la segunda voz femenina con cierto reproche — O eso me dijo a mí… —
— Sea como sea, mantente fuera de peligro. Tal vez la próxima vez no estemos cerca para ayudarte —
Vanessa dejó salir un quejido de dolor al tratar de sentarse en el sofá donde se encontraba tendida, su brazo izquierdo lanzaba punzadas de dolor y se doblaba bajo el esfuerzo que se encontraba realizando. Intentó una vez más, tratando de no apoyar su brazo más lastimado y pudo incorporarse al fin, la cabeza pareció resentir la nueva posición enviando una oleada de nuevos dolores junto su espalda y cuello, haciéndola encogerse de dolor. El sonido de una figura caminando hacia ella no fue suficiente para hacerla levantar la cabeza, aunque la voz de quien se acercó a ella tuvo el efecto contrario.
— Hey, tómalo con calma — Dijo la voz familiar quien se había puesto de pie, frente a ella — Te diste un golpe bastante fuerte, Vanessa —
Ella levantó la cabeza.
— ¿Ahora te dedicas a hacerla de referee en las peleas entre clanes? — Preguntó él con una sonrisa en el rostro.
— ¿Qué me pasó? — Preguntó ella sosteniéndose el brazo.
— Estabas en el lugar equivocado en el momento equivocado, tonta —
— ¿Porque no haces algo útil y me llevas a casa mejor? — Contestó a la par que se ponía de pie con esfuerzo.
— Eh, ¿Vanessa? — Dijo una vocecilla femenina con cierta cautela.
Tanto K' como Vanessa se giraron hacia la mesa de dónde provenía la voz. Una chica joven, de mediana altura, con largos cabellos rojos color carmesí y piel blanca hizo una reverencia un tanto torpe.
— Siento mucho lo que la pelea de mi hermano ha provocado, preparé algo de comer como manera de enmendar un poco el daño que has sufrido. Espero que puedas quedarte — Dijo la joven, sin dejar de hacer la reverencia. Detrás de ella una olla humeante, reposaba sobre la estufa.
K' miró interrogante a Vanessa y se encogió de hombros, indicándole que la elección era suya. Parpadeó varias veces pensando en su respuesta. No quería ser descortés y menos ante tal despliegue de amabilidad, aunque aquello no era para nada algo fuera de lo común proviniendo de una persona japonesa.
— C—Claro — Dijo aún con algo de dificultad, esbozando una sonrisa para continuar — Me encantaría—
— ¡PERFECTO! — Dijo la chica levantándose, sonriéndole de vuelta y girándose rápidamente hacia la olla caliente — Tomen asiento, les serviré en un momento —
K' y Vanessa se acercaron a la mesa, esta última a paso más bien lento. K' se dejó caer sobre su asiento, mientras que Vanessa retiró la silla y se sentó con cautela. Para alejar un tanto a su mente del dolor, decidió llevar a cabo una pequeña inspección visual de la casa. Por lo que podía observar era una casa de tamaño regular, aunque con habitaciones bastante amplias. Tenía un aspecto agradable y con bastante toque femenino, probablemente proveniente de la chica. La sala y la cocina se encontraban separados solamente por el comedor donde se encontraban sentados.
— ¿Qué haces en Osaka si el torneo terminó? — Preguntó K' mirándola fijamente y con los brazos cruzados.
— Vivo aquí y busco algún rastro de NESTS, si los hay — Dijo Vanessa con un semblante más serio — Ya no soy mercenaria, lo hago por mi cuenta —
— Pues quizás estas de suerte — Dijo el platinado levantando las cejas — Máxima encontró algunos discos con evidencias en uno de los antiguos escondites de NESTS. Es posible que vayamos a investigar si hay más —
— ¿¡De verdad!? — Dijo Vanessa recargándose en la silla mientras miraba a K' con interés — ¡Iré con ustedes! —
— ¿Vas a aligerar o a entorpecer el trabajo? — La risa del platinado no se hizo esperar.
Vanessa frunció el ceño, pero con todo y todo entendió que no había manera de que pudiera hacer nada útil en una misión con los dolores que estaba experimentando ahora mismo. Le esperaban por lo menos unos cuantos días de reposo antes de volver a su ajetreado estilo de vida habitual. El dolor de cabeza que la aquejaba le impedía sentir un enfado más fuerte, el cansancio físico le agotaba también la abrumaba los sentidos.
— No te enfades, te dejaremos saber si encontramos algo— K' sonreía satisfecho por haberla enfadado.
No pasó mucho tiempo para que la chica pelirroja sirviera a ambos peleadores un plato de su comida. Debido a que no era japonesa, Vanessa no sabía cocinar comida como aquella. Tenía bien sabor y era bastante apetecible a la vista, aunque le apenaba no encontrarse en mejor estado para poder disfrutarla plenamente. Durante los primeros minutos en los que se encontraban comiendo nadie se atrevía a articular palabra, concentrados en probar bocado.
— ¿Por qué no me dijiste que la conocías? — Preguntó la chica desconocida con curiosidad.
— Porque no era importante — Dijo K'.
— ¿Cómo lo conociste? — Preguntó nuevamente, está vez con la mirada dirigida a Vanessa.
— Entramos un juntos a un torneo llamado The King of Fighters hace años — Dijo Vanessa mientras se preparaba a comer su porción.
— ¡Vaya! ¿Así que eres una peleadora también? Cualquiera diría que eres una chica común y corriente —
De pronto, el sonido de una puerta abriéndose irrumpió en la conversación. De una habitación apareció el pelirrojo de tez blanca que momentos antes se había aparecido por entre los edificios del centro de Osaka. Aún tenía la ropa hecha harapos, Vanessa lo observó con cuidado y se dio cuenta que no era sino el mismísimo Iori Yagami, con quien hace más de un año había formado equipo en el ya mencionado torneo y con quien subsecuentemente había tenido una pelea, al darse cuenta de que era uno de los buscados en su agencia de mercenarios.
Iori se acercó a la cocina, sin inmutarse por la presencia de K' o Vanessa, a quienes él conocía perfectamente: Uno era nada menos que la copia barata de Kusanagi y la otra una peleadora de segunda categoría a quien había derrotado al terminar el torneo de hacía poco más de un año. Ella se creía que tanto ella como sus amiguitos podrían capturarle. "Ja, que tontería" pensaba el pelirrojo. La verdad es que no le preocupaba la presencia de ninguno de los dos, ni siquiera porque estaban acompañando a su hermana. Ninguno se atrevería a ponerle una mano encima a él, mucho menos a ella. Ninguno era rival para él, ni siquiera en el estado tan deplorable que se encontraba tras su pelea con…
— ¡Iori! Al fin te despiertas — Habló su hermana poniéndose de pie — Hice algo de comer, espero que tengas hambre — Dijo a la vez que servía un plato.
Iori no dijo ni una sola palabra, simplemente tomó el plato que habían servido para él y se recluyó de nuevo en la comodidad de su habitación, cerrando la puerta tras de sí. "No tengo porque compartir el mismo espacio que ninguna persona indeseable" pensó.
Vanessa estaba perpleja. Ni siquiera en sus más locos sueños se hubiera imaginado que Iori Yagami tuviese una hermana e incluso se sintió bastante tonta al haberlo investigado cuando ella trabajaba para Ling y jamás haber encontrado nada acerca de hermana o hermanos, pero si haberse dado cuenta por accidente luego de encontrarse en mitad de una pelea aleatoria.
— ¿Yagami es tu hermano? — Dijo Vanessa sorprendida y atando cabos con lo que la chica había dicho anteriormente soltó una de sus típicas bromas — ¿Estás segura que comparten el mismo ADN? Me sorprende que alguien como tu pueda ser hermana de él —
— Eso creo — Dijo La chica con aire pensativo — Fuimos criados de maneras diferentes, es todo —
— Creo que es hora de irnos, se está haciendo algo tarde y yo tengo cosas que hacer — Sentenció K' dejando en claro que la comida se había terminado.
Vanessa y K' se levantaron de la mesa casi al mismo tiempo y con un poco más de dificultad debido al atracón que se habían pegado. K' se puso sus gafas obscuras y sacando unas llaves de su bolsillo, se dirigió en camino a la puerta. Sahori caminó detrás de ellos. K' fue el primero en salir, Vanessa le seguía pero la chica le extendió la mano antes de que pudiera continuar.
— Soy Sahori, Sahori Yagami. Gracias por acompañarme — Dijo con una gran sonrisa.
— Gracias por dejarme desmayarme un rato en tu sofá, Sahori — Dijo Vanessa con un tono burlón. Ambas rieron mientras se daban la mano — Y por la comida, estuvo excelente — Vanessa salió de la casa.
— Pueden volver cuando quieran. Espero que pronto… — Dijo Sahori, lo último con una poco de preocupación en su voz.
K' bajó un poco sus gafas para mirar a Sahori mientras se acercaba a ella.
— No sé qué tan pronto pueda volver pero si tienes alguna otra emergencia, llámanos, ¿De acuerdo? — Dijo K' con un tono serio.
— Si — Dijo Sahori con un poco de tristeza — ¡Cuídense! — Dijo agitando la mano mientras se alejaban de la puerta.
En el transcurso a casa de Vanessa no intercambiaron muchas palabras, salvo indicaciones sobre cómo llegar. Una vez ahí, K' se bajó para acompañarla a la puerta del complejo de departamentos donde ella vivía. Era un edificio bastante grande que se mezclaba entre el panorama natural de la ciudad
— Bueno… — Dijo K' suspirando mientras que con los ojos inspeccionaba el lugar — Me asegurare de grabarme bien este lugar y te haré una pequeña visita una vez que hayamos encontrado algo —
— Hey, gracias — Dijo ella sonriendo — Es bueno encontrar una cara conocida —
— ¿Puedes subir o también esperas que te cargue? — Dijo el platinado bajando un poco sus gafas para verla.
— Estoy bien, estoy bien — Respondió Vanessa riéndose un poco de manera torpe.
— De acuerdo, entonces supongo que nos veremos luego — Dijo K' a manera de despedida y volviendo de vuelta a su auto.
Por una vez Vanessa se alegró de que el elevador del edificio funcionara, ya que no creía tener la fuerza suficiente para subir los 7 pisos que la separaban de su cama. Al llegar a su casa dio un fuerte suspiro y llegó directo a tumbarse a su cama.
Pensó en la tarde tan extraña que había acontecido. K', Iori, Sahori… Y NESTS. ¿Sería que por fin sus plegarias serían escuchadas y descubriría algo más que documentos faltantes y callejones sin salida? Vanessa tocó con emoción la argolla que reposaba en el dedo de su mano derecha.
— Espero que si — Dijo para sí misma y le dio un pequeño beso al anillo antes de abandonarse al sueño.