¡Último capítulo! ¡Último capítulo! Léanlo hasta el final, aunque no les gusten los finales, pero así es que se vive en paz sin sufrir por alguna serie súper buena, viendo los finales. Ok, lo que dije no tiene sentido, pero en cierto modo tengo razón.

NOTA: Los personajes de MLP le pertenecen a Hasbro y a Lauren Faust, este fanfic se ha realizado sin fines de lucro, solo para el entretenimiento del público.


Meses después…

Shun ahora es padre de un pequeño niño casi igual a el, la única diferencia era que tenía el cabello más largo, le daba un toque más atractivo que el del padre. Respondía por el nombre: "Austin".

La verdad es que era un buen nombre, aunque se veía un poco afectado por el apellido del padre. Le gustaba también, pero le recordaba a guerras y ese tipo de cosas.

— Austin, ven acá — indicó Shun escondiendo las manos — ¿Recuerdas cuando me pedías que te comprara una laptop?

— Si, si lo recuerdo — respondió Austin con brillo en los ojos.

— Pues, aquí la tienes, amigo — dijo Shun entregándole una caja forrada con papel.

Austin estaba ansioso, rompía el papel rápidamente con muchas ganas de usar esa laptop. En lo que el papel se acabó, abrió la caja y observó la laptop, ese artefacto estaba esperando ser usado.

— Atájenme, atájenme porque me voy — decía Austin de la alegría.

— Prefiero que no te desmayes — bromeó Shun — Ve, diviértete.

— Gracias, papá — agradeció Austin — ¡Mamá!

Entonces, Star salió, por la cara que traía ya se imaginaba que era lo que le iba a pedir.

— No digas nada, ya se lo que quieres — aseguró Star con una sonrisa tronando sus dedos.

— Haber, más espacio del que ya tiene — supuso Shun.

— Sabe mi secreto al igual que tu, tengo que cumplirle su deseo — afirmó Star.

Cuando Austin se fue a la habitación, Star se acercó a Shun. Ambos se veían felices, después de tanto que habían pasado con Soarin y Rainbow, consiguieron enamorarse sin quiera quererlo.

— Sabes, desde que nació Austin, te he notado más atractiva — alagó Shun con una sonrisa.

— Es solo un pretexto para no decirme que me quieres meter a la cama y hacerme tuya toda la noche — bromeó Star.

— Bueno, no es algo que oculte, pero en realidad estás más linda que antes — aseguró Shun.

— Adoro eso de ti, para todo tienes un doble sentido — murmuró Star.

— Espera un momento, tu ves el doble sentido, yo solo digo lo que pienso — se defendió Shun.

Por la parte de Soarin y Rainbow Dash, ellos estaba de vacaciones en la playa por una semana. Obviamente sus hijos estaban con ellos, pero… la locura también, Snow últimamente era una bomba con la que no debías toparte y mucho menos hacer algo que le cruce los cables.

— Bien, otra ronda — accedió Snow.

— Te voy a acabar — aseguró Soarin J.

— Eso lo veremos, primero apuesta tu hombría — retó Snow.

— Muchachos, les recuerdo que solo tienen doce años, no se porque se toman eso a pecho — aconsejó Rainbow Star.

— ¡Tu no te metas! — dijeron Soarin J y Snow al unísono.

A partir de ese punto, quedó muy claro que estos dos jóvenes querían estar solos para continuar la jugada que determinaría quien es más valiente que el otro.

— A uno…

— Siete cinco — interrumpió Soarin J.

— Jamás pensé que esto lo iba a utilizar en contra de mi propio hermano, pero el tío Shun tenía razón, en este juego todo vale — se lamentó Snow para luego poner una cara de psicópata maniático.

— Ay, mierda — fue lo que se escuchó por parte de Soarin J antes de salir corriendo llevándose todo por delante.

— ¡Tienes diez segundos! — exclamó Snow terminando la transformación.

— ¡BEEEEEEHHHHHEEEEEJEJEJEJEJE! — se escuchó por toda la playa.

— Detesto ese día en el que a Shun se le ocurrió enseñarle ese truco a Snow — se quejó Soarin.

— Deja de pensar en el por un rato, casi todas las vacaciones has estado pensando en el como si fuera una epidemia de alguna enfermedad grave — recordó Rainbow Dash.

— Es que es cierto, el hombre parece que más bien tiene un manicomio en la mente, a pesar de que ayuda mucho… pero en serio, es casi una bomba humana — afirmó Soarin.

— Si y ahora Snow se convirtió en una mini copia de el — supuso Rainbow Dash.

— Rainbow, es un lo…

— Soarin, ya basta, solo bésame — interrumpió Rainbow Dash dándole un beso del cuál Soarin no se pudiera apartar, un beso que le hiciera olvidar — ¿Mejor?

— Si… mucho — respondió Soarin embobado.

Rainbow tenía tiempo sin darle ese tipo de besos a Soarin, por lo que ese beso se convertía en un "beso especial".

Mientras Rainbow y Soarin seguían reviviendo "su amor", Soarin J huía de un lunático malvado Snow. El chico parecía un loco con ganas de hacerle cosquillas a su oponente hasta que este termine orinándose encima de tanto reír. Oh si, Soarin J corría peligro, mucho peligro.

Al cabo de unos 10 minutos, Soarin J cayó cansado en el suelo, siendo atrapado por Snow, quien rápidamente le hizo reírse con sus mortales cosquillas. Sonaba algo agradable lo de las cosquillas, pero en realidad es algo que te deja un insoportable dolor en el estómago.

— ¡AJAJAJAJAJAJAJAJAJA! ¡NOOO! ¡PAAARAAA! ¡AAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA! — reía Soarin J fuertemente.

— ¡Vamos, amigo, admite que haces trampa! — exigió Snow a cambio de detenerse.

— ¡AJAJAJAJAJAJAJAJAJA! ¡NO, YO NO HAGO TRAMPA! ¡AHAHAJAJAJAJAJAJA! — seguía riendo Soarin J por culpa de las cosquillas.

— ¡No me detendré hasta que confieses que estabas haciendo trampa! — aseguró Snow.

— ¡Claro que no hice trampa! ¡AJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAAAHHH! — continuó riendo Soarin J.

Pobre Soarin J, estaba atrapado recibiendo cosquillas sin parar, era como una pesadilla de la cuál no podía despertar.

— ¡AJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAAAJAJAJAJAJAJA! — no paraba de reír Soarin J.

— ¡Vamos, amigo, te queda exactamente un minuto antes de que termines mojado! — aseguró Snow con precisión.

Después de unos pocos segundos, Soarin J terminó rindiéndose, no quería terminar humillado frente a todos los que estaban mirando.

— ¡AJAJAJAJAJAJAJA! ¡BUENO! ¡BUENO! ¡ME RINDO! ¡SI HICE TRAMPA! — decía Soarin J con dolor de estómago pues por fin Snow había dejado de hacerle cosquillas.

— ¿Tan difícil fue? — preguntó Snow.

— Me las vas a pagar — respondió Soarin J pero de repente sintió que debía hacer algo — Pero no ahora, tengo algo que hacer.

— Bonita estrategia, chamaco, ¿te parece trabajar para mi? — preguntó un señor sorprendido.

— Lo siento, yo no trabajo por centavos, yo trabajo por miles de dólares — respondió Snow retirándose del lugar.

— Pero…

— Ap, ap, ap, mi respuesta fue precisa y sigue en pie — interrumpió Snow para luego seguir su camino.

Al terminar las vacaciones, todos se regresaron a la casa, tenían ganas de ver como había quedado la casa pues Shun anteriormente prometió pintar y arreglar la casa.

En lo que bajaron del transporte que los había traído de nuevo a su hogar, se sorprendieron al ver lo bien que había quedado, un magnífico trabajo.

— Bienvenidos a casa, por favor, no se queden helados, avancen — pidió Shun.

— Por acá se ubica todo como lo recuerdan pero con otra pinta — indicó Austin.

— Y por diez dólares, verán magia verdadera — aseguró Shun.

— Si, claro, tu esposa tiene trucos — recordó Soarin.

— No me quejo — dijo Shun orgullosamente.

— Increíble — murmuró Snow.

— Oye, amigo, ¿te sirvió el truco? — preguntó Shun.

— Claro que si, bastante bueno — respondió Snow con una sonrisa malvada.

Al caer la noche, Rainbow y Star se dispusieron a hacer una gran cena, mientras que Soarin y Shun volvían a ser los mismos de siempre, desprevenidos.

— Oye, ¿cómo pasaron las vacaciones? — preguntó Star.

— Bastante bien, Snow era como una bomba, pero controlable — respondió Rainbow Dash — ¿Cómo se comportó Shun?

— Pues, la verdad me sorprendió bastante, se ha tomado en serio la responsabilidad de ser padre — recordó Star con una sonrisa que reflejaba satisfacción.

Tanto Rainbow como Star estaban felices de que Shun y Soarin mantuvieran unida su familia y además, que se mantuvieran fieles a ellas. El único defecto que aún latía en ellos, era la poca inmadurez que al parecer, nadie se las iba a quitar.

— ¿Y que es esto? — preguntó Soarin.

— Oye, oye, oye, no toques eso, no es para juegos — respondió Shun.

— ¿Pero que es? — insistió Soarin curioso.

— Bien, estas son las cosas que utilizan para anclar edificios, cosas así, cosas que tu no entiendes — se rindió Shun.

— Haber…

— ¡Oye! ¡Ten cuidado, no es a prueba de tontos! — exclamó Shun.

— ¡Relájate! Se como usar armas, esto no es muy diferen…

En ese momento, sin querer Soarin haló el gatillo, haciendo que esa cosa se disparara y se clavara notablemente en la pared, justo en medio de Rainbow y Star.

Estas al ver lo que había pasado, voltearon a ver quien era el responsable. Rápidamente, Soarin puso el artefacto en las manos de Shun, para librarse de culpas. Pero Shun no se quedó quieto, en seguida señaló a Soarin, el no quería cargar una culpa que no le pertenecía.

— ¿Ves a lo que me refiero? — preguntó Rainbow Dash.

— Si, lo veo perfectamente — respondió Star — ¿Algo que decir en su defensa?

— Juntos, somos un peligro para la humanidad — respondieron Shun y Soarin con la cabeza hacia abajo.

Después de comer, todos subieron a la azotea para admirar la hermosa noche. Pero nunca falta ese algo insignificante que hace que estos dos terminen peleando, como saben hacerlo.

— Admítelo, tú tienes la culpa de ese hueco en la pared — murmuró Shun.

— No, yo quiero dormir con mi esposa — se negó Soarin.

— Hazlo porque sino te hago ese truco que odias — advirtió Shun.

— Noooo ojojojojojojohhh — se siguió negando Soarin.

— Muy bien, ustedes dos necesitan una lección — reventó Rainbow Dash — Star, haz lo tuyo.

— Enseguida — obedeció Star.

Entonces, Star tronó sus dedos y hizo que a Shun y a Soarin se les desaparecieran las bocas, algo realmente increíble y también un poquito aterrador.

— ¡Mmm! — se quejó Soarin.

— Por al menos dos horas estarás así — aseguró Rainbow Dash.

— ¡Mmm! ¡Mmmmmm! — señaló Shun a Soarin.

— Ustedes se lo buscaron — finalizó Star haciendo aparecer unos cocteles para ella y Rainbow Dash — Salud.

— Si, es hora de usar las cosas de papá — anunció Snow.

— ¡Siii! — exclamaron los demás hijos de Soarin.

— Yo… veré que no cometan faltas — se excusó Austin para irse tras ellos.

El peliazul no encontró más que ponerse a llorar en posición fetal, mientras que el pelinegro le masajeaba la espalda en señal de consolación.

— Exagerados — murmuró Star.

— Si — afirmó Rainbow Dash.


04:57:03 pm 03/09/15 Hora exacta y fecha exacta en la que terminé de escribir este capítulo, bueno, estoy orgulloso. En fin, espero que sigan leyendo mis demás historias, eso me ayuda a seguir con esta majestuosa labor que me gusta tanto. Ok, no les sigo quitando más tiempo, sigan explorando por ahí. Se despide Shun, el más que escribe fanfics en Venezuela.

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ATTE: Eliezer "Shun" González