Hibari caminaba lo más rápido que podía, sentía las heridas abriéndose más pero eso no importaba, tenía que llegar a esas malditas aguas termales, tenía que ver a Gokudera.
-Maldición- masculló por lo bajo cuando tuvo que apoyarse en una pared.
"Iré… donde estés iré"
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-Qué demonios les ha pasado?- Gokudera había salido de casa del décimo acompañado del arcobaleno a recoger sus cosas de casa, cuando encontró a sus amigos lastimados caminando hacia ellos.
-Hahahha nada tranquilo- Chrome río nerviosa.
-Hayato estas bien?- Yamamoto se acercó preocupado – Hibari no llegó verdad? Él no te merece, pero todo estará bien nos tienes a nosotros- le sonrió, Gokudera los miro con una sonrisa triste.
-Sí, gracias… ammm yo, la verdad- se alejó del agarre del beisbolista, era mejor despedirse de una vez, no quería que lo vieran así.
Rebor los miraba seriamente. Era obvio para él lo que había ocurrido, solo había una persona capaz de molerlos hasta la muerte de esa forma.
-Te voy a dar una última oportunidad Hibari- Rebor susurro de tal forma que solo Gokudera lo escuchara.
-Eh?- Gokudera volteo a verlo sorprendido, que estaba pasando?
-Estúpida vaca, te mordieron hasta muerte no?
-Yo lo dejé peor!- Lambo respondió enojado-ah!- se tapó la boca asustado-digo… de que hablas Rebor jajaja- reía nervioso escondido detrás de Chrome.
-Mordi…-Gokudera abrió los ojos entre sorprendido y enojado-ustedes…
-Gokudera escucha, fue por tu bien- Yamamoto rompió el incómodo silencio-él no te conviene, por favor entiéndenos, nos preocupamos por ti.
Gokudera no escucho más, había salido corriendo aun sin saber a dónde ir, su corazón le decía que lo buscara pero su cabeza insistía que era mejor irse y olvidar.
Rebor sonrió resignado- la tormenta y la nube siempre dando problemas, pero siempre juntas no?
-Rebor-san esto era lo mejor para ellos-Yamamoto miraba el camino por el que Gokudera había salido corriendo.
-Eso no lo podemos saber Yamamoto- el hitman salto a su hombro- ahora vamos a casa del inútil de Tsuna.
Todos sabían que se habían metido en una grande, Tsuna les había pedido en varias ocasiones que no intervinieran en la relación de la tormenta. Pero ellos habían actuado por instinto, tenían que proteger a su amigo, pero ahora pensaban de quien lo protegían?
-Que sepan que Tsuna estuvo a punto de mandar lejos a Gokudera, no creo que se libren tan fácil de esto- Rebor dejo su frase en el aire, el camino a casa del décimo fue silenciosa. Lo vieron parado en la puerta de su casa asombrado por las heridas que tenían.
-Chicos que...-nos chicos desviaron la vista.
-Lambo lo siente, solo quería proteger al inútil de Gokudera- Lambo salto llorando hacia Tsuna- Perdón, no te enojes- seguía llorando mientras todos entraron a casa del décimo.
-Me hago una idea de lo que paso- La mirada de Tsuna era difícil de describir mientras los analizaba, suspiro dándoles la espalda- lo importante es que esos dos deben estar hablando ahora mismo no? Vamos a curarlos y luego hablaremos.
-Y si Gokudera nos odia- Lambo volvió a llorar tomando abrazándose del pantalón de Tsuna.
-Tranquilo, Gokudera-kun nunca haría tal cosa- Tsuna lo consoló-somos una familia después de todo no?
-Una familia que será mordida hasta la muerte jujuju- Rebor sonrio al ver a todos deprimidos por sus palabras, era bueno que supieran las consecuencias de meterse con la nube.
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Uri salió de su caja al notar la desesperación de su dueño, entendió aquí buscaban. Sin decir una palabra siguieron corriendo, hasta notar el uniforme del perfecto.
-Hibari! –Gokudera corrió hasta alcanzarlo, al diablo todo! No huiría, si no lo quería que se lo diga en su cara, si todo esto fue una broma para él quería saberlo.
Hibari volteo al escuchar esa voz, ambos se vieron en silencio. Gokudera tenía la ropa mojada y los ojos un poco rojos, respiraba agitadamente. Hibari tenía la ropa manchada de sangre y tierra, su cara inexpresiva se veía cansada, algo nuevo para Gokudera.
-Hibari dime que esta pasan…
No pudo terminar, es menos de un segundo Hibari lo había atrapado entre sus brazos, y juró que por un momento sintió desesperación en el pelinegro.
-No te dije que eras mío?- Gokudera escondió su rostro en el pecho del perfecto, no quería que lo viera llorar, sentía su corazón doler- no vayas a donde yo no pueda verte, herbívoro.
-Porque haces esto Hibari –intento soltarse del agarre de Hibari pero al levantar los ojos encontró los del perfecto, esta ves no había arrogancia o superioridad, "miedo".
-Porque te amo- esas simples palabras derrumbaron a Gokudera.
Había esperado tanto por oírlas
Había soñado tanto ese momento
Tenían que pasar por todo esto para ser sinceros entre ellos?
-Idiota yo también te amo- solo pronunciarlo provoco una gran sonrisa en la tormenta, estiro su brazos hasta tener la cara del perfecto en sus manos- más de lo que te imaginas.
-..-..-..-..-
Esa noche Hayato había curado las heridas de Kyoya
Esa noche Kyoya había marcado como suyo a Hayato
-Entonces… yo…- Gokudera quería escucharlo otra vez, pero sentía que no tenía el valor suficiente para mirarlo a los ojos.
-Si?- Sintió el brazo de Hibari apegarlo más por la cintura.
-Te amo Hibari.
-Te amo herbívoro.
Esa noche por fin Hayato escuchó esas preciadas palabras antes de quedar dormido entre los brazos de su pareja.
Holasss, Gracias por leer :D
Aunque me costó darle un final, estoy satisfecha con este, me gusta mucho esta pareja y verlos felices me hace feliz, jajajaj lo cual es raro ya que soy la que lo está escribiendo jajajaja. No olviden dejar un comentario, que me alegran el día.
Gracias por acompañarme todo este tiempo y espero encontrarnos en otras aventuras :D viva el 1859! *w*/