Primera historia de Naruto que me atrevo a realizar. Espero les guste y disfruten.
Disclaimer: Historia y personajes propiedad de Masashi Kishimoto. También personajes de mi autoría.
Capítulo 1
Descubriendo
Intentó recuperar el aliento. Tenía que escapar, pero sentía que sus piernas ya no respondían como quería. ¿Cuánto llevaba escapando? ¿Un día, o acaso ya eran dos? Sintió a los ninjas cerca de ella, por lo que continuó corriendo y saltando entre los árboles, rogando porque sus habilidades la ayudaran a camuflarse.
Cuando creyó que los había perdido volvió a detenerse y se secó el sudor de la frente con una mano, el cual cayó en forma de cristales al oscuro y húmedo suelo. Ahogó una exclamación de miedo e intentó calmarse. No podía perder el control, no ahora. Continuó su camino aunque sus piernas no dieran más. Debía llegar a Konoha, era su única salvación.
- ¡Al fin en casa, dattebayo!- gritó Naruto levantando los brazos al ingresar a la aldea.
Él, junto a Sakura y Sai habían sido designados a una misión pacificadora en un circuito de aldeas, donde algunos ninjas renegados que no estaban de acuerdo con la paz entre las cinco grandes naciones, buscaban generar conflictos entre las aldeas más alejadas. A pesar de que ya habían pasado casi dos años desde la Cuarta Guerra, aún habían problemas con la paz.
- ¡Al fin llegamos!- dijo Sakura alzando los brazos emocionada.- Vamos donde Kakashi-sensei de inmediato a dar el reporte y así quedamos libres para descansar.
- Estoy de acuerdo- apoyó Sai antes de que Naruto hiciese alguna queja- Así podremos descansar de los gritos de Naruto.
- ¡Basta Sai!- gruñó Naruto apuntándolo- ¡Yo seré quien descanse de ti!
- Dudo que te canses mucho, si cargas un pene tan pequeño- dijo Sai con aires de sabiduría.
Sakura soltó un suspiro mientras los observaba corretear frente a ella, llamando la atención de todos a su alrededor. Continuó el camino el despacho del Hokage intentando ignorar la vergüenza que le ocasiona que la viesen con sus amigos que se comportaban como unos niños. Al darse cuenta que la chica los dejaba, Naruto y Sai dejaron de correr y la siguieron algo alejados, por miedo a alguna represalia. Sin embargo, Sakura estaba demasiado cansada como para tomar medidas al respecto.
- ¡Llegamos Kakashi-sensei!- gritó Naruto entrando escandalosamente al despacho del Hokage.
Kakashi se encontraba detrás de su escritorio, trabajando con una gran torre de documentos y pergaminos regados por su escritorio.
- Buenos días chicos- saludó Kakashi dejando algunos papeles de lado.- Me alegro que hayan regresado de la misión antes de lo estimado.
- Queríamos regresar a casa pronto- sonrió Sakura, ignorando los quejidos de Naruto, al ser golpeado en la cabeza por su mala educación.
- Aquí tiene el informe- dijo Sai acercándose al escritorio y entregándole el pergamino correspondiente.- ¡Ah! ¡Hola Hinata!
Ninguno se había dado cuenta que en un costado del escritorio estaba Hinata acomodando algunos pergaminos. La chica se había hecho a un lado en cuanto ingresaron y sonrió al tiempo que saludaba, con un leve sonrojo en sus mejillas.
- Bienvenidos- dijo mirando brevemente a Naruto, quien dejó de sobarse la cabeza.
- Hola Hinata-chan- saludó el rubio fijándose en que tenía algunos documentos en sus manos- ¿Este holgazán te tiene como secretaria?- preguntó molesto.
- Ehhh… Naruto- dijo Kakashi cerrando los ojos e intentando mantener una sonrisa- Recuerda que soy el Hokage, deberías respetarme más…
- Vine por unos asuntos del clan Hyuga- explicó la chica abrazando los papeles- Pero ya habíamos terminando. Con su permiso Kakashi-sensei, iré a informar a mi padre- dijo Hinata con una pequeña reverencia.- Adiós chicos- sonrió pasando a su lado y saliendo de la oficina, seguida de la mirada de sus amigos.
- Bien- dijo Kakashi revisando el informe- Al parecer seguimos encontrando enemigos de la paz.
La misión del equipo siete era detener a unos renegados que atacan las aldeas con la única finalidad de causar caos. Éstos proclaman que la alianza no es posible, puesto que solo los más poderosos obtendrán beneficios y dominarán a las aldeas más pequeñas.
- Es normal que la gente piense eso- dijo Sai – Nunca se han visto favorecidos por la paz ni por la guerra.
- Pero las cosas ahora son distintas- respondió Sakura con el ceño fruncido- Todas las aldeas están trabajando unidas. ¿No es cierto?
- Pero Sai tiene razón, Sakura- asintió Kakashi con pesar.- Muchas personas no ven beneficios en todo esto, sino que su única fuente de recursos desaparece. Ellos eran los que cobraban a aldeas para protegerlas y ahora que no hay un peligro real, nadie los contrata- explicó con un resoplido.- Ahora solo nos queda proteger a las aldeas en conjunto y demostrar que la alianza es fuerte.
- Es tan injusto- reclamó Sakura con pesar- Al fin existe completa paz y hay quienes buscan la guerra. ¡No luchamos para esto! ¿No es cierto, Naruto?
Se giró buscando el apoyo del chico, pero éste se mantuvo en silencio mirando absorto por la ventana, con las manos en los bolsillos y una suave sonrisa en el rostro.
- ¡Naruto!- gritó Sakura sacándolo de su ensimismamiento.
- ¡¿Qué?!- exclamó Naruto dando un salto en su lugar, asustado.
- Argg, nada olvídalo- gruñó Sakura con las manos en su cintura- Mejor me retiro, con su permiso Kakashi-sensei.
Y luego de un asentimiento por parte de su maestro, Sakura lanzó una molesta mirada a Naruto y se marchó a paso rápido. Sai, por su parte, luego de una reverencia, se marchó de la habitación.
- ¿Qué les pasa a estos?- se preguntó Naruto con el ceño fruncido.
- Ve a descansar, Naruto- sonrió Kakashi a su atolondrado pupilo.
- No entiendo nada- gruñó Naruto encaminándose a la salida- Nos vemos Kakashi-sensei.
Sin querer pensar más en ello, salió del lugar teniendo con destino su departamento. Metió las manos en sus bolsillos mientras soltaba un bostezo. La verdad es que había estado pensando en Hinata. Desde que había terminado la guerra se habían encontrado algunas veces, incluso durante la recuperación de su brazo fue quien, junto con Sakura, más lo visitó. Pero luego había estado tan ocupado con misiones y ella con su clan, que pocas veces se habían podido ver. Y ahora que hace cinco semanas que no la había visto, se dio cuenta lo mucho que extrañaba conversar con ella. Esa sonrisa que dio cuando dijo "Bienvenidos", le dejó una agradable sensación en el pecho.
Llegó a su departamento cansado de pensar tanto. Sacó las llaves para abrir la puerta, pero un fuerte golpe a su costado lo hizo voltearse. Una chica de largo cabello plateado estaba intentando ingresar un enorme macetero que contenía una pequeña planta en su centro. Giraba el macetero redondo para que, de alguna forma, pasara por la puerta, pero no parecía funcionar. Golpeó nuevamente el macetero contra el umbral, ya enojada por sus fallidos intentos. Naruto se acercó a la chica y tomó el macetero torciéndolo levemente, haciendo que finalmente éste pasase y la chica entrara al departamento sin control de su cuerpo.
- ¿Qué…?- exclamó al verse en el suelo con el macetero milagrosamente en pie, frente a ella.
- Pensé que necesitabas ayuda- dijo Naruto con una sonrisa desde el umbral.
- ¡Oh! Muchas gracias- se carcajeó la chica desde el piso entendiendo lo que había pasado.
A Naruto le llamó la atención lo blanquecina de su piel que solo se diferenciaba de la de Sai porque ésta tenía más viveza. Además poseía un largo cabello plateado que caía liso por el largo de su espalda, enmarcando unos dorados ojos que le sonreían alegres.
- Mi nombre es Yukiko, pero puedes decirme Yuki- se presentó con una alegría desbordante mientras se levantaba- Me mudé hace tres semanas a Konoha y el Hokage me ayudó a encontrar este departamento.- explicó con rapidez.
- Mucho gusto- sonrió Naruto.
- Kakashi-sensei me dijo que tendría un vecino algo diferente, que tuviera paciencia con él, pero que me ayudaría si necesitaba algo- miró al final del pasillo y comprobó que su departamento era el último.- ¿Serás tú?
- Ese…- masculló Naruto apretando el puño molesto pensando en su maestro. Se calmó al ver que la chica lo miraba confundida- No lo sé- desconoció- pero sea como sea, puedes contar conmigo. Soy Uzumaki Naruto.
- Pero no te había visto antes- exclamó la chica que no parecía haberse sorprendido por el nombre de Naruto.
- Llegué hoy de una misión- explicó el chico sin darse cuenta de ese último detalle.
- ¡Eres un ninja!- exclamó la chica emocionada dando un pequeño salto en su lugar- Kakashi-sensei me dijo que si me entreno lo suficiente para la siguiente prueba podré serlo también.
- Pero… ¿Cuántos años tienes?- preguntó confundido Naruto. Él sabía que era común que los niños dieran esa prueba, luego de estar en la academia.
- Dieciocho- dijo la chica con una sonrisa.
- Eres un año menor que yo- exclamó el rubio pensativo- No estarás un poco… ¿pasadita?
- ¡Ey!- exclamó Yuki arrugando el ceño- ¡Ya verás que me convertiré en una excelente ninja!- terminó apuntándolo.
Naruto la miró confundido. Qué chica más chistosa. Iba a jugarle una nueva broma cuando su estómago gruñó a causa del hambre.
- ¿Tienes hambre?- preguntó la chica curiosa.- Yo estaba por almorzar, si quieres comemos juntos.
Hinata apuró el paso. Había preparado unos dulces para Naruto y ahora, juntando valentía, se había dirigido a su departamento para entregárselos. Al llegar a su puerta, respiró profundo y finalmente llamó a ella. Esperó algunos instantes, pero nadie le respondió, por lo que volvió a insistir.
Quizás Naruto-kun está descansando, pensó considerando dejar los pasteles en la puerta. Pero una risa proveniente de su costado llamó su atención. Reconocería esa risa en cualquier lugar. Era Naruto. Se acercó cautelosa al departamento vecino y se encontró con la puerta entreabierta. Adentro Naruto conversaba con una chica que nunca había visto y ambos parecían extremadamente divertidos.
Hinata sintió su corazón estrujarse. ¿Quién era ella? Parecía tener mucha confianza con Naruto. Sin querer molestarlos se volteó con rapidez, dispuesta a marcharse, pero trastabilló por su apuro y su cuerpo cayó contra la orilla de la puerta abriéndola levemente, pero lo suficiente para que tanto Naruto como la extraña giraran hacia ella.
- ¡Hinata-chan!- saludó Naruto sonriente poniéndose de pie.
- Naruto-kun- saludó la Hyūga totalmente avergonzada con una pequeña reverencia- L-lo siento, no quería molestar.
- ¡Pero qué dices!- exclamó Naruto llegando a su lado- ¿Qué haces por aquí?
- Vine a dejarte esto- susurró la chica avergonzada con la cabeza baja.
Sin levantar la mirada, estiró los brazos con rapidez y mostró la caja con los dulces que estaban en su interior. Naruto los recibió algo avergonzado y comenzó a abrirlos.
- ¡Se ven deliciosos!
Hinata levantó la vista hacia la persona que había alabado sus pasteles. La desconocida estaba a un costado de Naruto y observaba la caja con los ojos brillantes.
- Mucho gusto- se presentó la desconocida saliendo de su ensimismamiento con los dulces- Mi nombre es Yukiko, llegué hace poco a la aldea.
- Hyūga Hinata- dijo la chica con una pequeña reverencia.
- ¡Eres muy linda Hinata-chan!- exclamó Yuki con una gran sonrisa- ¿Eres la novia de Naruto?
Tanto Hinata como Naruto sintieron su rostro enrojecer de golpe, avergonzados por la situación.
- S-somos amigos, `ttebayo- aclaró Naruto tartamudeando, al tiempo que se rascaba la cabeza nervioso.
Hinata asintió con una sonrisa. Si bien ella estaba completamente enamorada de Naruto, ella era feliz con tenerlo cerca, aunque eso fuese como amigos. No negaría que se ponía celosa por las fans del jinchūriki, pero ella solo deseaba que Naruto fuese feliz. Además no sabía cómo combatir contra esa cantidad de chicas tan lindas y atentas con él.
- Recién conocí a Naruto- explico Yukiko- Soy nueva en la aldea y como somos vecinos, lo invité a almorzar. Tú… ¿Te quedarías para un té?
Hinata observó a la chica que la miraba con una gran sonrisa. Pero el no saber si incomodaría a Naruto con aceptar la propuesta la hizo dudar de su respuesta.
- Vamos Hinata-chan- sonrió Naruto- Así comemos tus pasteles.
La Hyūga con esa respuesta bastó para que aceptara con una sonrisa. Siguió a Naruto hasta una pequeña mesa al centro de la vacía sala, sentándose frente a él. Dio un rápido vistazo a la sala y se percató que apenas tenía muebles: además de la mesa y cojines sobre los que estaban sentados, un pequeño mueble y un gran macetero adornaban la estancia. Yuki regresó de su cocina con una pequeña tetera y tres tasas, que se apresuró en llenar. Mientras la chica servía la bebida y Naruto acomodaba los pasteles en el centro de la mesa, Hinata notó que la chica se veía pequeña, su estatura era menor a la de ella y parecía tener un aura infantil, además de que su ropa holgada aportaba a esa sensación.
- Disculpa los pocos muebles y lo desarreglado del lugar por favor, Hinata-chan- pidió Yukiko avergonzada- Recién encontré un trabajo en una cocinería y podré poner más lindo este lugar y pagar yo misma el alquiler- explicó orgullosa del hecho.
- Pero me contaste que esa cocinería es provisoria- comentó Naruto recibiendo la tasa de té.
- Así es- confirmó la chica sentándose junto a Hinata.- Pero ya verás que algo bueno saldrá después.
- Eres muy positiva, Yukiko-chan- sonrió Hinata.
- Konoha solo puede darme cosas buenas- respondió la peliplateada emocionada. En ese momento se dio cuenta que Hinata llevaba unos kunais en su pierna derecha y la miró con los ojos brillantes- ¿Tú también eres ninja?
- Así es- respondió la Hyūga- Me gradué junto con Naruto-kun.
- Debe ser maravilloso ser ninja- exclamó la chica con aire soñador.
- Es algo complicado, pero muy gratificante- asintió la chica para luego dar un trago a su té.
- Yuki quiere ser ninja- comentó Naruto llevándose un pastel a la boca.
- ¿Es cierto?- preguntó Hinata sorprendida.
Yuki asintió emocionada, con una sonrisa y mirada tan ilusionada que llegaron a conmover a Hinata.
- Me esforzaré mucho y Kakashi-sensei me evaluará- comentó la chica emocionada- ¡Y seré una ninja excelente!
- ¿Por eso viniste a Konoha?- peguntó Hinata curiosa.
La mirada de la chica se opacó por un segundo, pero intentó mantener la sonrisa.
- Vine a tener una vida… feliz- respondió con sinceridad, pero sin la viveza anterior. Yuki de pronto, miró al costado y vio como Naruto comía sin descanso de los pasteles.- ¡Ey! ¡Déjame uno!
- ¡Hinata-chan los trajo para mí!- exclamó Naruto al ver la chica le quitaba la caja.
- Pero debes ser educado y compartir- gruñó Yuki ofreciéndole la caja a Hinata que sacó uno tímidamente- ¿Siempre eres así?- tomó uno y estiró su brazo dejando la caja lejos del alcance de Naruto.
- ¡Dame uno! ¡Son míos dattebayo!- exigió Naruto estirando sus brazos para alcanzar los pasteles.
- Contrólate Naruto- rio Yuki bajando la caja nuevamente.- Ya sabemos que amas los pasteles de Hinata.
- Mhm- masculló Naruto sonrojado sin dejar de masticar un nuevo pastel.
Hinata miró brevemente a Naruto y se sonrojó al darse cuenta que el no parecía interesado a negar la afirmación, sin poder evitar sonrojarse también. Yukiko continuó riéndose de Naruto hasta que se dio cuenta que Hinata estaba muy avergonzada, por lo que intentando arreglar la situación le preguntó a Hinata sobre su vida.
Estuvieron un par de horas conversando, tiempo en el que no pasó desapercibido para Hinata el hecho de que cada vez que surgían preguntas más personales, Yukiko las evadía de inmediato, centrándose en ellos. No quiso insistir, algo le decía que no debía hacerlo.
Luego de conversar y disfrutar de la comida, tanto Hinata como Naruto se despidieron y dejaron a la chica en su departamento, quien no paraba de agradecerles su compañía y les pedía que volviesen a visitarla.
- Realmente estaban deliciosos tus pasteles Hinata-chan- sonrió Naruto a fuera de su departamento, algo sonrojado.- Muchísimas gracias.
- Me alegro que te hayan gustado- sonrió Hinata de igual forma.- Pensé que estarías demasiado cansado para cocinar, por eso quise traértelos. N-no esperé que estuvieras con tu vecina.
- Simpática, ¿cierto?- comentó Naruto con una sonrisa.- La conocí minutos antes de que llegaras.
- Parecían muy cómodos con el otro- asintió Hinata con una suave sonrisa. Ya, no lo negaría, se sentía algo celosa.
- Es simpática- repitió Naruto encogiéndose de hombros sin darle importancia- Pero tus dulces estaban maravillosos, Hinata-chan- insistió Naruto tomándole de las manos y haciendo que la chica se sonrojara de golpe.
Necesitaba dejarle claro lo mucho que le gustaron los pasteles preparados por ella, ¡Exclusivamente para él! Aunque tuvo que compartirlos, pero bueno, Yukiko le había invitado el almuerzo.
- M-muchas gracias- sonrió la chica intentando no desmayarse.- -S-si lo deseas puedo prepararte más, Naruto-kun.
- ¿En serio, Hinata?- gritó Naruto emocionado.- ¿Lo harías por mi?- preguntó recibiendo un asentimiento de la chica- ¡Me encantaría!
- C-claro Naruto-kun- respondió la pelinegra mirando sus manos unidas.
Naruto se percató de esto y la soltó de inmediato, sin poder evitar sonrojarse. Se rascó la cabeza nervioso, al tiempo que desviaba la mirada y un silencio incómodo se hacía presente entre ambos.
- Bueno, me marcho a mi casa- susurró Hinata con una pequeña reverencia.
- ¿Puedo acompañarte?- preguntó el jinchūriki tímidamente.
Hinata abrió los ojos avergonzada, pero pronto asintió con una suave sonrisa en su rostro. Caminaron juntos por la aldea, donde Naruto no pudo evitar querer mantener su atención durante todo el trayecto. Se sentía ansioso, quería mantener la sonrisa en esa chica y demostrarle que era un chico genial, ¿Por qué? Bueno, solo quería que ella lo viera así. Sin embargo, no olvidaba que la chica estaba pasando una situación de gran estrés y trabajo por su clan y realmente quería saber más de ella. ¿Era su amiga o no?
- Hinata, ¿cómo vas con tu clan?- preguntó luego de un pequeño debate interno.
- Es algo difícil- respondió la chica con una mueca- El consejo de ancianos está viendo al próximo sucesor, para comenzar a prepararlo para todos sus labores- comentó con la mirada baja.
- ¿Y hay candidatos?- preguntó Naruto llevando sus manos a su cabeza.
- Pues… sí…- masculló la chica- Quieren que sea yo.
- ¡Pero eso parece genial, Hinata!- exclamó Naruto deteniéndose por la emoción.
Habían llegado a un pequeño puente que cruzaba un río de la aldea. Hinata miró brevemente a los ojos a Naruto y una sonrisa triste se dibujó en su rostro.
- Sí, genial- dijo en un susurro.
- Hinata…
Naruto notó la tristeza de la chica sin dificultad. La quedó observando unos instantes mientras la chica dirigía su atención al río. Su largo cabello se movía por la brisa otoñal mientras una inevitable tristeza formaba parte de su aura. Era una chica realmente bella y Naruto consideró completamente fuera de lugar cualquier sentimiento negativo en su semblante.
- Debería sentirme feliz de que me reconozcan de esa forma ¿no es cierto?- preguntó manteniendo su expresión.
- Sí-dijo Naruto con tanta seguridad que hizo que Hinata girase a verlo sorprendida- Es un gran reconocimiento. Pero eso no significa que debas hacerlo si no quieres- terminó de decir seriamente- No debes hacer lo que de los demás quieren si así tú no lo deseas.
Hinata sintió como su corazón se reconfortaba con esas palabras. Había sentido mucha presión de su padre con todo el asunto del sucesor, siendo que era un título que jamás deseó ni consideró para ella. Simplemente no le interesaba y creía que sus habilidades no eran las más adecuadas para esa labor. Sin embargo, sentía la obligación de aceptar, a final de cuentas su padre finalmente reconocía su valor. Pero con las palabras de Naruto una nueva fuerza había surgido en ella. Decidiría en base a lo que ella quería para su futuro y no por expectativas ajenas.
- Gracias Naruto-kun- sonrió ampliamente Hinata.
- No tienes de qué- rio nervioso Naruto con un leve sonrojo en sus mejillas, contento de ver una sonrisa sincera en la chica- Hinata-chan debe hacer lo que la haga feliz.
Hinata asintió sin borrar su alegría por aquellas palabras. El resto del camino se hizo demasiado corto para ambos, pronto el chico se tuvo que despedir de la ojiperla en la puerta de su casa y Hinata no tuvo más opción que ingresar. Naruto comenzó su camino de regreso a su casa con una nueva sensación en su pecho, algo que no podía identificar, pero que siempre aparecía cuando estaba con Hinata y cada vez con mayor intensidad. ¿Qué era todo aquello?
- Es como cuando como ramen- dijo al aire buscando intentar decifrar que era aquello tan extraño.
Inicio algo lento, lo sé, pero con la experiencia de mis otros fic, creo que es necesario darse el tiempo para explorar cada personalidad. Espero ir relajandome y poder plasmar con precisión la personalidad y crecimiento de cada personaje.
No negaré que estoy nerviosa, este es un proyecto ambicioso, así que espero que todo vaya mejorando.
Gracias a todos aquellos que se dieron los minutos de leer este pequeño capítulo.
Saludos desde Chile.
Astron.