Los personajes de esta historia no son de mi propiedad, si no de sus respectivos autores, lo único que es de mi propiedad es esta historia, la cual no tiene fine de lucro ni de ofender a nadie, solamente es para pasar un buen rato. GRACIAS POR TU ATENCIÓN! DISFRUTA LA LECTURA!

Capítulo 6

Jack y Elsa iban camino al reino de Corona, y por primera vez en mucho tiempo, Elsa sintió el viento en su rostro y cabellera, le hacía sentir un poco libre, después de tanto tiempo, le relajaba sentirse libre, aunque fuera solo un poco, respiro profundo, mientras Jack la miro con una sonrisa.

-te agrada el frio ¿cierto?

-es el viento lo que me agrada, aunque el frio tampoco me molesta- respondió Elsa de manera tranquila- ¿en cuento llegaremos?

-en media hora más o menos, a menos que quieras aumentar la velocidad- dijo Jack, sonriendo con algo de malicia, mientras Elsa fruncía el ceño, borrando su sonrisa.

-no te atrevas…

Jack la ignoro y aumento la velocidad del viaje, haciendo que Elsa grite.

Y esa media hora que Jack había dicho se convirtieron en 5 minutos. Una vez que tocaron los jardines del palacio de Corona, Elsa empujo a Jack, alejándose de él.

-eres un idiota!- exclamo Elsa molesta.

-wow, esas no son palabras para una reina- dijo Jack con una sonrisa divertida, Elsa le lanzo un pico de hielo, y Jack lo esquivo- uy, fallaste- Elsa lanzo otro más- fallaste otra vez!

Elsa solo gruño, y se dirigió al castillo, estaba frente a las escaleras que dirigían a la entrada principal del mismo.

-hey, para que subir escaleras si puedes volar?- pregunto Jack, acercándose a Elsa, quien solo levanto su mano

-no!... me toques- dice Elsa de manera seria, entonces empezó a subir las escaleras, mientras Jack voló hacia la entrada.

-ves? Tan fácil que puede ser llegar a la entrada

-prefiero caminar, gracias- respondió Elsa, estando a la mitad de las escaleras, y en poco tiempo, ya se encontraba frente a la entrada. Entonces toco la puerta. Un guardia abrió.

-¿Quién es usted?- pregunto el soldado de manera agresiva.

-Buenas tardes, me presento, soy la reina Elsa de Arendelle, y me gustaría hablar con sus gobernantes- dijo la rubia de manera amable, haciendo que el guardia frunza el ceño.

-no lo creo, la reina y el rey están muy ocupados…

-por favor, le ruego un poco de gentileza, solo quiero invitarlos a un evento en mi reino- respondió Elsa, aun de manera amable, mientras que Jack observaba la situación.

-lo siento, pero nadie ve a la familia real sin invitación… a menos que sea un evento real

-ni siquiera la reina de Arendelle?- pregunto Jack, rodando los ojos.

-y usted no fue invitada ni por el rey ni por la reina, ni siquiera por la princesa…

-pero…- Elsa fue interrumpida por el guardia.

-ya escucho, ahora váyase- dijo el guardia, cerrando la puerta en la cara de Elsa.

Elsa frunció el ceño, y retrocedió unos cuantos pasos.

-¿Qué piensas hacer?

-sacarle provecho a mi poder- respondió Elsa, y en un movimiento, soltó una ráfaga tan fuerte que abrió las puertas del castillo.

-no la conocía así, su majestad- dijo Jack con una sonrisa, entrando al castillo junto con Elsa.

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-ok, ya tenemos una invitación, lástima que los reyes no podrán ir- dijo Elsa de manera seria.

-pero tendrás a la princesa… y al novio de la princesa- dijo Jack con una sonrisa, haciendo que Elsa lo mire de la misma forma.

-no creí que conocieras a la princesa, o que ella te conociera a ti…

-sí, digamos que… es una de mis conquistas- dijo Jack con una sonrisa, haciendo que Elsa levante una ceja.

-¿y por qué no seguiste con ella?

-su 'madre' la tomaba por loca cuando hablaba conmigo, por eso deje de visitarla- dijo Jack, encogiéndose de hombros- ¿Qué sigue?

-Sigue Dunbroch- respondió Elsa, acercándose a Jack.

-¿ahora si te puedo tocar?- pregunto Jack, acercándose a la rubia.

-no tengo otra opción- respondió Elsa, Jack la tomo de la cintura y viajaron al siguiente reino.

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-¿una boda?- preguntaba la actual reina de Dunbroch, Elinor, mirando la invitación- me temo que no podremos asistir, pero mandaremos a alguien para representar nuestra nación

-seguro, majestad, y gracias por recibir la invitación, pero si no le molesta que pregunta ¿Quién ira en representación de Dunbroch?

-la princesa, con gusto se las presentaría pero en este momento no se encuentra…- dijo Elinor, mirando a Jack y Elsa.

Enronces la puerta del castillo se abre bruscamente, revelando a una pelirroja de pelo rizado.

-malditos vikingos, LOS ODIO!- grito la recién llegada, mientras tras ella, llegaba el mismísimo Rey de Dunbroch.

-pero ahora… se encuentra- dijo la reina, con una sonrisa apenada, y fulmino con la mirada a su hija, quien se dio cuenta de las visitas.

-je… quiero decir, amo a todo el mundo…

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-pero que princesa más salvaje- decía Jack.

Ahora la pareja estaba en el cielo, Elsa solo miraba a su compañero de manera seria.

-creo que si no le hubieras dicho nada de su pelo, no te habría atacado con sus flechas- menciono Elsa de manera seria, pero entonces miro confusa a Jack- pero no entiendo ¿no se supone que nadie te puede ver a menos que crean en ti?

-o tengan magia en sus vidas, no lo sé, sinceramente, nunca he entendido eso…- respondió Jack de manera seria- ¿ahora qué?

-Berk

-ah claro, no está muy lejos- Jack sonrió nuevamente y fue directamente a su destino.

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-por favor Astrid, no estamos para bodas- dijo un castaño, mirando la invitación en sus manos, mientras su esposa sonreía.

-¿Por qué? ¿Por qué estamos en guerra? Por favor Hipo, no nos haría mal relajarnos un poco- dijo la rubia con una sonrisa.

-tu novia tiene razón amigo- dijo Jack sonriente, recargándose en su cayado, mientras Hipo lo mira de manera seria.

-lo pensare, de cualquier manera gracias por la invitación- dijo Hipo serio.

Jack y Elsa se alejaron un poco de la fortaleza del jefe de Berk, entonces Elsa pregunto.

-¿y el por qué te puede ver?

-por qué el si cree en mí, como Kristoff, digamos que entre vikingos soy una leyenda muy famosa

-entiendo, supongo que está bien…

Y así, el par de chicos fueron viajando de reino en reino, de tribu en tribu, repartiendo las dichosas invitaciones, y a pesar de las complicaciones y malos chistes de Jack, ambos estaban disfrutando ese pequeño rato de libertad viajando entre nubes y viento.

Mientras tanto en Arendelle, el rey de las Islas del Sur observaba desde su habitación el frio paisaje de Arendelle, y contemplando tan bello reino y súbditos tan leales, sirvientes amables y considerados, lo que siempre deseo, entonces, una maliciosa sonrisa se dibujó en sus labios.

-Arendelle… pronto será mío…