Futuro incierto.

Destrucción.

Ruinas.

Y, sobre todo, fuego.

Y entonces, al alzar la vista, lo ve. Ojos color carmesí, carentes de luz, carentes de alma. Los ojos de un demonio. Un demonio que antes, ella juraba conocer… juraba amar.


1

Había pasado una semana desde que el gremio se disolvió por órdenes del maestro Makarov. Todos en el gremio habían tomado de buena manera la noticia. Hubo muchos que se sorprendieron, era lógico, ya que nunca se habían imaginado que después de lo que pasó con Tártaros, el maestro llegaría a tal resolución.

―Hijos míos ―había dicho el anciano aquella mañana ― sé que a muchos les toma por sorpresa esta noticia. También sé que puede parecer un mal chiste, pero esta es una decisión que he tomado. Lo analicé durante toda una semana y esta es la resolución a la que he llegado. Espero lo entiendan.

Y así fue. Todos lo entendieron. Todos lo aceptaron.

La despedida entre los miembros del gremio no fue tan larga como Lucy había esperado. Lucy, una joven maga de tan sólo 17 años, cuya única familia que le quedaba era justamente ese gremio. Fuera, no tenía nada más.

―Bien, supongo que este es el adiós ―dijo una joven con mirada serena. Su cabello color escarlata emanaba un brillo singular esa mañana.

―Sí, es algo nostálgico… ―ahora hablaba una niña de 12 años. En sus brazos, cargaba una gata blanca, que tenía la mirada fija en ella. Se estaba conteniendo las lágrimas, al menos eso notaba la singular felina.

―Bueno, yo no creo que sea un adiós. Más bien, es un hasta luego. ―Trató de animar un joven apuesto de cabello tan oscuro como la noche.

―Estoy de acuerdo con Gray. Sé que, nos volveremos a ver. Que el gremio de disuelva, no implica que dejemos de ser amigos. ¿No es así? ¡Somos un equipo! ―después de bastante rato, la chica rubia del grupo, Lucy Heartfilia, se había animado a hablar. No lo había hecho porque temía que al hacerlo, se le quebrara la voz y dejara a relucir su debilidad.

―Sí. Así será. ―Finalizó Erza.

Después de aquellas palabras, cada quién tomo su rumbo. Wendy y Erza (y Charle, por su puesto) habían emprendido camino a Fairy Hills. Debían empacar y… eso no sería nada sencillo. Al menos no para cierta maga que solía usar muchas armaduras.

Por su parte, Gray se reunió con cierta maga de agua llamada Juvia. Por algún motivo, ellos se habían vuelto más unidos. No muchos lo notaron. Aunque Lucy sí. Desde lo lejos, los vio reunirse, Juvia se mantenía con una sonrisa radiante, mientras que Gray, trataba de ocultarlo con una cara seria. Lo curioso era que, cuando la chica de cabello azulado no lo notaba, él sonreía.

Nadie habló sobre Natsu.

Al menos no esa mañana. Se habían enterado, la noche anterior, que él había partido en una especie de entrenamiento junto con Happy. La noticia, por supuesto, no le agradó a nadie, sobre todo a Erza. En un momento, ella había pensado en ir a seguirlos y reclamarles el por qué habían tomado el tan insensata decisión, aunque al final, no lo hizo. Los chicos habían pensado, en toda la noche que él probablemente, tendría sus razones para el haberse ido.

Sin que Lucy lo supiera, ellos se reunieron en secreto en la mañana, antes de que ella llegara.

―Ese cabeza hueca, siempre siendo tan impulsivo.

―Sí. ¿Vieron cómo estaba Lucy anoche por ello?

Se produjo un breve silencio. La noche anterior, Lucy los había reunido a todos con cierta urgencia, y les dio la noticia. La chica trató de ocultar su tristeza. No pudo hacerlo.

―Es verdad. Creo que a ella le afectó mucho, supongo que porque eran muy unidos… ese idiota. Cuando vuelva, verá quién soy en verdad.

―Eso espero, Erza. Eso espero.

―No lo dudes ni por un momento, Gray.

―Creo que lo mejor será que no hablemos del tema hoy. El maestro dijo que nos tenía que decir algo importante…

―Sí, lo mejor será que hablemos de esto luego.

Ese "luego" nunca llegó, ya que la noticia del maestro lo cambió todo.

Cada quién elegiría un camino distinto. Algunos se cruzarían con los de otros en el futuro. Otro tomarían más tiempo en cruzarse, aunque al final, el resultado sería el mismo. Todos volverían a ser un equipo. Pero, aún falta mucho para ello. Un año, más o menos.

Lo que ellos no sabían era que sus caminos se cruzarían dentro de un mes. Un encuentro que quedaría en el olvido de todos. Un encuentro que sucedió, y a la vez no.

Todo por una magia antigua muy poderosa. Un encanto pronunciado por una chica rubia desesperada por encontrar a alguien, a una persona. caelestis tie, un hechizo que lo cambiaría todo, al menos para todo un mundo distinto al de ellos.


Hola, traigo un nuevo proyecto... este si lo haré rápido porque ando inspirada (siempre digo lo mismo, y al final no lo hago) pero en serio, este fic se me ocurrió justo después de leer el capítulo 416. Espero les agrade.

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