Bueno pues aquí está el final de esta historia. Muchísimas gracias a todos los que os ha gustado y la habéis leído con el mismo entusiasmo con el que yo la he escrito.
Nos leemos en los siguientes fics !
Sai estaba acostumbrado a no sentir nada. Desde que nació le habían criado para ello dentro de La Raíz. Las emociones humanas se consideraban una debilidad y el solo era un instrumento de Danzo para establecer la paz... o eso era lo que les decían.
Muchas cosas habían cambiado desde entonces. Danzo ya no estaba, había peleado junto a sus compañeros y ahora amigos, en la cuarta guerra mundial shinobi y había tenido la suerte de poder vivir para contarlo. Había experimentado muchas emociones distintas en aquellos días, pero nunca se había sentido tan abrumado como en ese momento.
No sabía desde cuando Ino se había convertido en alguien especial, pero cuando la vio ahí tumbada sin mover ni un músculo y sin poder despertarse, le pareciño que todo se derrumbaba bajo sus pies.
Y en ese momento supo que por culpa de su indecisión estaba a punto de perder a la persona más importante para él. No iba a permitirlo.
Puso las manos en la frente de Ino y cerró los ojos esperando a que Sakura hiciera el justu. Cuando los abrió se encontraba en lo que parecía un parque infantil, con árboles, columpios y niños jugando y riendo. Miró a su al rededor un poco mas y se dio cuenta de que en uno de los bancos, algo alejada de la gente, se encontraba Ino sentada.
-Ino- dijo sentándose a su lado. - ¿Que estás haciendo? Tienes que despertar, tenemos que volver a casa.
Ino le miró con una sonrisa y después siguió mirando al frente, donde jugaban los niños.
-¿Ves a esa niña pequeña de ahi? La rubia con el vestido naranja.
-Si... la veo ¿Que pasa con ella?
-Soy yo. De pequeña estaba rodeada de amigas, o lo que yo pesaba que eran amigas. En relaidad la primera amiga que tuve de verdad fue Sakura.
Sai se fijo en que algo mas alejada y jugando sola en la arena se encontraba otra niña de pelo rosa con una cinta roja atada en la cabeza.
-Si, esa es Sakura.
-Pero si érais amigas, no entiendo por qué está sola.
-Nos peleamos... dejamos de ser amigas cuando apareció Sasuke. Desde el momento en que reconocimos que a ambas nos gustaba, nos convertimos en rivales. Que estúpidez. Luego Sasuke se fue y las dos empezamos a estar algo mas unidas, sobretodo cuando Tsunade nos entrenó y en la guerra. ¿Sabías que la cinta con la que Sakura se sujeta el protector es la misma que yo le regalé? Un día simplemente se presentó con ella. Ninguna dijo nada, no hacía falta.
-Kakashi sensei dijo una vez que la relación entre Sasuke y Naruto era igual que la vuestra.
De repente cambiaron de escenario, se encontraban en una clase de la academia e Iruka sensei estaba haciendo los equipos. Todas las chicas querían estar en el mismo que Sasuke.
-Lo es, te lo puedo asegurar. Pero ellos dos se separaron por el sentimiento de venganza de Sasuke, por su familia, mientras que nosotras fue por ganarnos el amor de un chico. Si lo miras bien, lo de Naruto y Sasuke tiene mas sentido.
-Porque Sasuke lo hacía por un sentimiento de amor hacia su familia, y sabía que le dolería matar a su hermano pero sentía que tenía que hacerlo.
-Exacto. Nosotras competíamos solamente por ver a quien le hacía mas caso. Éramos unas estúpidas, yo lo era. No fue hasta que Sasuke se fue y dejó a Sakura en aquel banco que me di cuenta de quien era la que de verdad le amaba y quien la que tenia un capricho.
-Pero tú lloraste muchísimo cuando Shikamaru y yo dijimos que estaba en el libro del Bingo.
-Si, pero no lo hacía como algo romántico, si no como un compañero más. Sabes Sai, las cosas no siempre fueron tan complicadas. Hubo momentos en que todos jugábamos juntos en el recreo, nos íbamos de excursión y nos lo pasábamos bien.
Sai no sabía exactamente a dónde quería llegar Ino, pero si sabía que no les quedaba mucho tiempo si quería salvarla.
Ino, escucha.
Cuando miró a su alrededor se encontró en el campo de batalla. Sakura estaba hablando con Sasuke llorando a mares diciéndole que seguía queriéndole.
-Ino..
-Ella jamás perdió la esperanza, nunca se rindió con él. Fue en ese momento en el que me di cuenta de que yo no me merecía las migajas de alguien que no sentíria jamás lo mismo por mi.
-¡Ino escucha! - dijo Sai agarrándola de los hombros mientras todo desaparecía a su al rededor y un espacio blanco y vacío los rodeaba.- Tenemos que salir de aquí. Estamos dentro de tu mente. Tienes que depertar.
-Ya lo sé, soy una Yamanaka.
-¿Y si lo sabes por qué no salimos?
Ino se quedó un momento parada sin saber como expresar lo que estaba sintiendo.
-Supongo que así es más fácil... Sai es que yo no sé que es lo que tú sientes. Solo me das señales esquivas no se ni siquiera si tenemos algo o si de verdad te importo como algo más y eso me esta matando porque me juré hace mucho que no volvería a perder la cabeza así por un chico y sobretodo que no volvería a enamorar de de alguien que no me quisiera de igual forma.
Ino estaba intentando reprimir las lágrimas, siempre había sido muy orgullosa y al ser la unica chica en un equipo de hombres había aprendido a hacerse la fuerte para que no la subestimaran. Pero no sabía por qué pero con Sai bajaba la guardia.
Se sorprendió cuando sintiño las manos de él en sus mejillas y le acariciaba con los pulgares.
-Ino. La única persona por la que he sentido algo de verdad fue mi hermano. Cuando murió me sentí vacío, despojado de todo y dejé que La Raíz me manipulara como una vulgar marioneta. Pasé muchos años con mis sentimientos dormidos. Pero entonces llegaste tú. Naruto me enseño lo que significa tener amigos pero tú... has despertado algo en mi que pensé que ya no existía, que era imposible de experimentar.
-Pero.. ¿Entonces por qué no me dices nada? Nunca me das pistas ni nada que se le parezca y yo..
Ino no pudo seguir hablando, pues Sai había posado su boca sobre la suya en un beso dulce que les calentó el alma a los dos por completo, llenándoles de paz.
-¿Es esto suficiente prueba?
Ino asintió y levantó sus labios hacia él para que volviera a besarla otra vez. Se sentía en el cielo. Pero ese cielo no duró mucho pues de repente escuchó aplausos y vítores a su alrededor. Se separaron pero sin dejar de abrazarse y vieron como todos sus amigos estaban allí con idénticas sonrisas de alivio.
-Pensábamos que ya no despertarías- dijo Sakura abrazándola y llorando sobre su hombro.
.-Jamás dejaré de darte la vara, frente de marquesina.
-Más te vale, cerdita.
Los demás empezaron a reírse al escuchar la conversación de aquellas dos. Naruto y Sasuke se miraron con medias sonrisas, no cambiarían nunca.
–Tengo la sensación de llevar toda la vida esperándote –murmuró Sai cuando esa noche lno fue a su habitación, acercándose para tomarla en brazos y dejarla encima de la enorme cama.
–No puedo creer que esté aquí –le confesó ella con voz temblorosa.
–Pues créelo
Y le dio un apasionado beso. Ino se embriagó con su sabor y notó que se le ponía la piel de gallina y temblaba incontrolablemente contra él. Se aferró a sus fuertes hombros y sintió calor y humedad entre los muslos, le dolieron los pechos y se le endurecieron los pezones contra el musculoso pecho de él. Sintió su erección y se estremeció al imaginársela saciandola por dentro.
Él retrocedió para estudiar con sus bonitos ojos el rostro sonrojado de Ino al tiempo que recorría sus curvas con las manos, le acariciaba los pechos y después le bajaba los tirantes del camisón para dejarla desnuda. Capturó sus pezones endurecidos con los dedos y los apretó suavemente, provocándole un placer increíble.
–Sai... –balbució Ino sin aliento, temblando, casi con miedo a la reacción de su cuerpo.
–Tus pechos son tan sensibles que quiero torturarte de placer –le dijo él.
Tomó una de sus puntas rosadas con la boca e Ino dio un grito ahogado y arqueó la espalda. Sai jugó con los dientes mientras le quitaba completamente el camisón. Bajo la luz de la lámpara, la piel de ella brilló como si fuese de alabastro pulido. La agarró con sus grandes manos por las caderas, le separó los muslos y trazó una línea hasta el centro de su feminidad, desesperadamente húmedo e hinchado.
La devoró con la mirada mientras tiraba de ella para llevarla hacia los pies de la cama. Ella lo dejó hacer, sorprendida, y se puso tensa cuando notó que le separaba las rodillas y se las dejaba completamente abiertas para exponer la parte de su cuerpo que siempre escondía.
–¿Qué estás haciendo? –le preguntó.
–Confía en mí... Relájate. Quiero que esta noche sea la mejor que has pasado con un hombre...
–Es la única –le recordó ella con voz temblorosa, controlando el impulso de juntar las piernas.
–No va a ser nuestra única noche –le aseguró confiado–, pero haré que sea muy buena.
–¿Acaso has estado con otras...?
-No, pero he leído mucho. Tranquila no te arrepentirás.
Él la agarró por debajo de las caderas para levantarla y le acarició el clítoris con la lengua. Aquel placer instantáneo fue casi insoportable por su intensidad e Ino se agarró a las sábanas que tenía debajo mientras Sai seguía jugando. Intentó contener los gemidos que salían de su garganta, pero aquel resultó ser un reto imposible. Ino arqueó la espalda, levantó las caderas y gritó cuando él le metió los dedos y la acarició donde necesitaba que la acariciasen. Perdió el control tan pronto que no supo lo que le estaba pasando. Estaba temblando, tan pronto se ponía rígida como lacia, y entonces una enorme oleada de placer inundó todo su cuerpo con una fuerza brutal y gritó, se deshizo por dentro y tembló con la intensidad del clímax.
Cegada por semejante placer, miró a Sai, que la estaba observando.
–Me ha encantado verte... –murmuró él.
A ella le ardió el rostro y se puso tensa al verlo incorporarse y colocarse entre sus piernas para penetrarla. Su erección le pareció grande y muy dura, y sus músculos internos tardaron unos segundos en acomodarse a su tamaño. Sai gimió de placer y a Ino le encantó. Estaba muy tenso y eso quería decir que estaba intentando controlarse y tener cuidado, pero no pudo evitar hacerle daño un momento al intentar entrar un poco más y romper la barrera de su inocencia.
–Lo siento –le dijo él con los ojos brillantes–. He intentado no hacerte daño.
–No pasa nada... Ya no me duele –le respondió levantando las caderas hacia él de manera instintiva y gimiendo con sus movimientos.
–Me gusta tanto que creo que no voy a poder parar –le advirtió Sai saliendo de su cuerpo para volver a entrar otra vez.
Impuso su ritmo y ella no tardó en aprenderlo y empezar a moverse debajo de él. El segundo orgasmo le llegó a la vez que a él, y Sai se apretó contra ella con fuerza y no pudo contener un grito de satisfacción.
Ino tenía el corazón tan acelerado que, a pesar de estar tumbada, se sentía aturdida y sin aliento. Se sentía como si no fuese la misma de siempre, cuerda y sensata. Lo abrazó toda la noche.
Al bajar las escaleras la mañana siguiente para emprender la marcha hacia Konoha Ino vió a todos sus compañeros en parejas, abrazados y felices. Y por una vez, ella no era el miembro impar del grupo. Había encontrado la felicidad al igual que sus compañeros. Por fin dejarían atrás todas las cicatrizes del pasado, dispuestos a vivir una vida plena, no dejarían que la siguiente generación arrastrase los errores del pasado.
Años después...
La primavera había llegado y toda Konoha olía a flores silvestres. Las vacaciones estaban próximas y todo el mundo estaba preparando sus planes para esos días.
En el despacho del Hokage también se estaba debatiendo ese tema.
-Bueno, debido a la poca actividad que hemos tenido últimamente creo que podemos tomarnos unas vacaciones ¿Cómo lo ves Shikamaru?.- dijo Naruto.
-Creo que podríamos tomarnos unos días, séptimo. Pero tampoco hay que relajarse dentro de poco son los exámenes chunin.
-¿Tú que dices Sasuke? Eres el jefe AMBU
-Bueno, hace un par de años que me debes vacaciones y seguramente Sakura también las necesite no para en el hospital.
-¡Hecho! Sai, Ino Neji y Tenten me han confirmado que pueden asi que perfecto. Solo queda decírselo a los niños.
En el jardín de la amplia mansión Uchiha se encontraban jugando Sarada, Bolt, Himawari, Inojin, Shikadai y Nana, la hija de Neji y Tenten y la unica heredera del bakuyan de momento.
-Los exámenes chunin serán dentro de poco, apuesto a que te venceré Sarada.
-Sigue soñando, dobe.
-¡Teme!
-¡Dobe!
-¡Teme!
-Mendokusai... todo el día igual.- decía Shikadai bostezando mientras los otros tres niños no parban de reírse.
-¡Niños!
Se dieron la vuelta y vieron a sus padres entrando en el jardín. Para todo el mundo ninja aquellos eran los héroes de la guerra mientras que para ellos tan solo eran papá y mamá.
-Tenemos una noticia que daros- dijo Sasuke.
-Nos hemos cogido vacaciones de primavera y nos iremos todos juntos- dijo Naruto entudiasmado.
-Y lo mejor es que podréis elegir vosotros a donde iremos-sonrió Sakura.
Los niños asombrados se miraron con ojitos brillantes y exclamaron todos a la vez
-¡A DISNEYLANDIAA!
-¡NOOOOOOOOOOOOO!
El grito de los héroes de la guerra se escuchó por toda Konoha.