Los personajes pertenecen a Suzanne Collins, la Historia es 100% original; cualquier parecido con alguna otra es mera coincidencia.
Capítulo 1
Son las 7:00 de la mañana de un precioso día que promete estar soleado a pesar de ser Febrero, estar en Chicago y ser inicio de semana, estoy en la parte trasera de un carro que ni siquiera puedo identificar qué modelo o marca es y ya me arrepiento de haberme tomado unas copas de más con Clove; pero, ¿qué se le puede decir a una mujer de enormes ojos almendra cuando pone cara de cachorro hambriento y está en una carnicería saboreando un pedazo de carne?, ¿porque me deje llevar por sus falsas promesas de regresar temprano y "sola una copa y nos vamos"? De cualquier manera voy rumbo a una junta de trabajo para mi empresa; tengo que reconocer que amo mi trabajo, pero en estos instantes me estoy arrepintiendo demasiado de ser Analista de Sistemas; todas esas juntas, reuniones con gente terca que no sabe lo que quiere hasta que se lo explicas… llegan a ser frustrante. Afortunadamente siempre hago estas entrevistas con Gale Hawthorne; mi jefe y amigo, desafortunadamente lo convocaron a una junta urgente el domingo en la mañana y me aviso apenas unas horas atrás cuando dormía plácidamente que tenía que encargarme yo sola esta entrevista.
Solo llevo 7 meses en la empresa y tengo 3 meses en este puesto, he practicado con unas 4 reuniones anteriores siempre asesorada pero en esta ocasión Gale y mi empresa confían ciegamente en mí. Afortunadamente la empresa solicitante de nuestros servicios es mediana, pero está creciendo muy rápido y es como dice mi jefe "cliente en potencia" entre más crezca más nos necesitan, solo por eso no estoy nerviosa, pero si siento que se me cierran los ojos y me duele la cabeza, pero por orden de mi doctora personal tengo estrictamente prohibido tomar café, pero ella no está aquí, es entonces cuando recuerdo que no me agrada mucho el café y me meto a la boca un pequeño chocolate, este al menos me mantendrá despierta durante la junta. Justo cuando entramos a un estacionamiento subterráneo de un imponente edificio lleno de espejos, suena el móvil del chofer de la empresa, y me está mirando por el retrovisor cuando pasa el aparato hacia atrás donde estoy yo y me dice:
—Señorita Katniss tiene una llamada del Licenciado Hawthorne.
Cojo el aparato y la voz de un preocupado Gale me pone en alerta
— Katnip tengo algo que decirte pero es muy serio cállate y pon mucha atención.
— ¿Sucede algo malo Gale?
—No, bueno si, bueno no exactamente. Veras el dueño de Empresas Mellark es muy… — y quedan suspendidas sus palabras en el aire, eso hace cuando está nervioso.
—Gale me estas asustando, ¿no me digas que es un viejo que no escucha y tengo que gritarle al oído para que entienda lo que quiere? — bromeo para relajarlo.
— No precisamente Katnip, — Y mi broma no lo tranquiliza. Suelta un suspiro y empieza a hablar. — Este bien te lo voy a decir para que tomes todas las precauciones; el Señor Mellark es una persona muy especial, es muy controlador y siempre quiere mandar a su libre antojo, es muy intimidante y no tiene mucha paciencia, le molestan los cambios sin previo aviso. Te digo esto porque él me esperaba a mí, y acabo de colgar con él para pedir una disculpa por mi ausencia, y para informarle que tú vas en camino, y eso le molesto, no sé si mucho o poco, le roge que accediera a recibirte a ti en mi lugar y no le gusto para nada, pero accedió.
— ¡Y me dices esto ahora que estoy por entrar! — Estoy gritándole al aparato y me importa muy poco que Gale sea mi jefe, mi superior y mi maestro. — ¡Me hubieras disparado con una pistola, al menos asi moriría rápido!, ¿Cuándo pensabas decirme que estamos con haciendo negocios con el ogro de Shrek?
—Katnip, yo no sabía que tenía un mal temperamento, todas las veces que hablamos por teléfono escuche una voz pasiva y tranquila, algo especial como todos los clientes pero no asi de mal. — Trata de tranquilizarme, pero no lo logra. — Además; le dije que la persona que iba en mi lugar iría de cualquier forma ya que eres como mi asistente. Eres capaz de esto y más Katnip, confió en ti; más bien la empresa confía en ti, recuerda que es un cliente en potencia.
—Me las vas a pagar muy caro.
—Cuando quieras Katnip, pero ya te dije que no eres mi tipo.
—Yo no me refería a eso, me debes una salida.
—Claro que sí, siempre y cuando salgas viva del edificio y el ogro no te coma. —me dice en un tono burlón.
— Lo digo en serio, me debes una salida. —Uso mi tono falso de advertencia, pero me gana la risa.
—Suerte Katnip, lo harás bien.
—Gracias Jefe, hasta más tarde.
—Adiós Katnip.
Cuelgo y una puerta abierta me espera, bajo del coche y entro a la recepción. Es un espacio muy grande para estar solamente una persona, las paredes son de un tono negro, y el escritorio es de madera clara; me presento ante la joven enfrente de mí, es de un tono de piel moreno, cabello negro, lleva demasiado maquillaje y es muy delgada, cuando trato de explicarle quien soy y de dónde vengo me interrumpe porque me dice que me esperan en la sala de juntas.
—Suba en el piso 15. — Me dice con una autentica sonrisa. — Al salir del elevador camine hacia el fondo donde esta otra recepción. Allí también saben que la esperan. Y porte esto en un lugar visible —Me entrega una identificación que dice "VISITANTE" con letras llamativas y el número 15.
— Gracias muy amables. —Le devuelvo la sonrisa a la joven que se me olvido preguntar su nombre y me coloco la identificación.
Cuando estoy en el elevador las palabras de la descripción del Señor Mellark resuenan en mi cabeza, y por primera vez desde que me aleje de mi familia estoy nerviosa y no sé porque, solo estoy haciendo mi trabajo.
Al salir del elevador; en lo que el trayecto es una eternidad, el espacio me parece mucho más grande que el del primer piso, pero esta vez las paredes son de un blanco pulcro y los muebles son de madera obscura, hay cuadros en las paredes que no pongo atención en los detalles, solo se observa el logo de la empresa en letras metálicas sobre la recepción, y es igual de imponente que el resto del edificio. En recepción me atiende una mujer entrada en años pero muy bien conservada, ella es de piel blanca, ojos cafés, viste un traje sastre parecido al que visto en este momento y tiene una complexión delgada. Me recibe con una deslumbrante sonrisa.
—Buenos días Licenciada Everdeen, si gusta puede pasar a la sala de juntas es la tercer puerta en unos momentos el equipo de informática estará con usted. —Me dice de una manera que me inspira mucha confianza. —Si gusta puede tomar un café mientras espera.
—Muchas gracias, pero preferiría un poco de agua. —Más bien dos litros de agua, me dice mi conciencia, a la cual siempre ignoro.
—No se preocupe dentro hay toda la que quiera, puede ir entrando.
—Gracias.
Al entrar a la sala de juntas es escalofriante, hay una mesa largo color negro, muchas sillas ejecutivas y las paredes son totalmente blancas, sobre el escritorio hay dos portátiles de última generación conectadas a un proyector, e inmediatamente sé que van a tratar de hacer un súper sistema, ojala y tengan contemplado comprar uno y adaptarlo, porque si no estaré con el Señor Ogro por casi un año entero.
De repente entran dos jóvenes que no pasan los treinta años ambos con trajes obscuros, camisa blanca, corbata azul y anteojos.
—Buenos días, esperamos al Licenciado Hawthorne. — Suelta uno de ellos que es moreno, cabello negro y ojos al parecer negros. — ¿Y usted es?
— Soy la Licenciada Katniss Everdeen, Soy Analista Junior y compañera del Licenciado Hawthorne.
—Perdón, pensábamos que estaba perdida. Mi nombre es Marvel, y mi compañero es Cato. — Cato es de piel blanca ojos castaños y cabello rubio. — Somos los Ingenieros del Área de Informática.
—Mucho gusto. —Digo con una sonrisa que me sale casi a fuerza.
— ¿Y podemos saber porque el Licenciado Hawthorne no pudo asistir? —Pregunta Cato.
—En la empresa surgió una junta corporativa de último minuto, al parecer hay algunos problemas en una de nuestras empresas en España.
—Claro, siempre surgen problemas, y perdone si la asustamos pero no hay muchas mujeres en el área de Informática. — Se disculpa Marvel.
— ¡Claro que hay mujeres!, es solo que no se desarrollan tanto profesionalmente hablando. Una mujer tiene una responsabilidad más aparte del trabajo, como lo es una familia, un marido e hijos que atender, es el trabajo más duro que una mujer puede desarrollar. —Digo esto orgullosa de ser mujer.
— ¿Está usted casada Licenciada? —Pregunta Cato— perdón pero, ¿la podemos llamar por su nombre de pila?, es que aquí no se suele utilizar el título.
— Claro es más cómodo, y respondiendo a su pregunta soy soltera. —Suelto con ganas de dejar este tema hasta aquí.
—Y tiene algún hombre loco detrás de usted, ¿no es asi? —Suelta con una sonrisa irónica Marvel.
—No, soy soltera y sin ningún compromiso. —Suelto más que exasperada. Pero cuando Cato apoya los codos sobre la mesa y coloca los puños sobre su mandíbula, sé que va a hacerme una de las 3 preguntas que tanto odio, que son: ¿Por qué no tienes novio?, ¿Hay alguien interesante por allí? y ¿Eres lesbiana?, la segunda pregunta es obra de mi madre.
— ¿Y porque una chica tan guapa como tú no tiene novio? — ¡Bingo! La pregunta numero 1 está en el aire, esto de ser Analista tiene sus ventajas. Y con mi mejor tono de voz con sonrisa irónica le contesto:
—Por la misma razón que existen los matrimonios fallidos, niños de familias disfuncionales atendidos por psicólogos, y terapia para parejas. — Cuando termino mi respuesta con mi sonrisa más que falsa, los chicos que coqueteaban conmigo están mirándome con la boca abierta, pero cuando encuentro sus ojos no me están mirando a mí precisamente, están mirando más arriba, sobre mi silla y sé que el señor Ogro está haciendo acto de presencia.
—Buenos días Licenciada Everdeen, que bueno que se lleva bien con mi equipo de Informática. — Me habla una voz fría como un hielo y sé que el Ogro está detrás de mí. Me levanto para saludar al dueño de la gélida voz, pero cuando lo hago la que se queda con la boca abierta soy yo. Ante mi esta un hombre alto, vestido impecablemente de pies a cabeza, viste un traje a medida color negro que le resaltan sus anchos hombros, camisa blanca, corbata roja con pequeños detalles; es fornido, debe de medir un metro ochenta, piel bronceada, cabello rubio, mandíbula tensa, con unos labios carnosos, ojos azules y penetrantes que me miran como si quisiera matarme allí mismo, me fulmina con la mirada, me trago mi orgullo, cierro la boca y estiro mi mano para saludarlo.
—Buenos días Señor Mellark, soy…—Me interrumpe.
—Se quién es usted, el Licenciado Hawthorne me dijo que iba a mandar a una Analista Junior en su representación. —Y la palabra Junior la pronuncia como si fuera un insulto.
—Le ofrezco mis disculpas Señor Mellark, pero en Beetee Solutions siempre tratamos de llevarnos bien con nuestros clientes y…—Me vuelve a interrumpir.
— ¿Y lo hacen hablando de la vida personal? — Pregunta como si fuera yo la culpable de un delito grave.
—No solemos hacerlo, le ruego me disculpe por mi exceso de confianza hacia su personal. —Quédate callada lo más que puedas, me ordena su conciencia.
—Podemos empezar con la presentación, y espero que me den una buena solución. —Vuelve a utilizar ese tono frio, de dominante, pero él manda y yo obedezco.
Marvel y Cato hacen una explicación de lo que su sistemas actual y de lo que necesitan, yo trato de poner toda mi atención, pero unos penetrantes y fríos ojos azules me miran como si quisieran matarme. Cuando nuestros ojos se encuentran al levantar la mirada, el no aparta la suya y siento una risita en esos carnosos labios. Algo dentro de mi despierta pero no sé qué es exactamente. De repente el Señor Ogro, se pone de pie y los chicos guardan silencio; si, es intimidante. Me mira y me pregunta:
— ¿Que solución propone Señorita Everdeen? —Lo dice con una sonrisa torcida y tremendamente sexy. Trago saliva y le contesto lo más profesional que puedo en ese momento.
—La solución que les propongo es la implementación de un ERP o Un sistema de planificación de recursos empresariales esto les ayudara con todos sus problemas, y obtendrán más ganancia de la que tiene ahora. — Ni yo misma me lo creo pero me escucho más que profesional.
— ¿Y ustedes pueden hacerlo? — Me vuelve a preguntar arrogante y desafiante.
— Nuestra empresa se dedica a implementar ERP's comprados con ciertos proveedores y se ajustan a las necesidades de su empresa. O podemos desarrollarlo desde cero, pero eso implicaría invertir mucho tiempo y dinero, yo les sugiero que compre un ERP y lo ajuste a sus necesidades, es algo caro pero es menos tardado el proceso.
—El dinero no es problema, lo que quiero es que mi empresa funcione a la perfección, ¿y me asegura que cuando mi empresa siga creciendo la solución que me propone seguirá creciendo con ella o tengo que llamarlos de nuevo para una nueva consulta? — y el Señor arrogante duda de nuestra capacidad.
— Es obvio que si la empresa crece lo tiene que hacer el ERP con ella, pero si es la mejor solución que encuentro a su problema.
—Está bien, comprare un ERP que se ajuste a mis necesidades, y se van a encargar de todo ¿Verdad? — Dudando de nuevo, este hombre no confía en nadie.
—Por supuesto, nosotros lo compramos lo ajustamos y lo implementamos en la empresa. Solo necesito saber quiénes lo van a administrar para asegurarme que va a tener suficientes permisos. — Espero que sepa manejar una computadora "Don Perfecto".
— Creo que Marvel y Cato serán los encargados de administrarlo, y por supuesto yo también lo hare quiero todos los permisos que se necesiten. — Responde más frio que un tempano de hielo.
—De acuerdo, lo administraran desde ciertas computadoras supongo, necesito la información primordial, Sistemas Operativos, Memoria RAM, Capacidad en disco duro, en fin— Trato de que el Señor Ogro no me intimide esquivando su mirada.
— Yo tengo la información es esta carpeta. —Responde Cato. — Es de mi computadora, de la de Marvel y de la del Señor Mellark.
—Yo acabo de cambiar de computadora. —Responde el Señor Ogro. — Esa información no está actualizada.
—Señor la información es de ayer. —Responde con un susurro Cato.
—Quisiera que la Señorita Everdeen se encargara de que la información de mi computadora sea la correcta. — Me dice el Señor Ogro mirándome fijamente y me tiende la mano para que la coja.
—Claro, no es ningún problema. —Con dedos temblorosos le tomo la mano, salimos de la sala de juntas y nos dirigimos a su oficina y doy por sentado que la junta acabo para los chicos de Informática.
Al entrar a su oficina es enorme, casi del tamaño de la recepción. Hay un gran ventanal con la vista de la ciudad, su escritorio es de granito, con una impresionante silla negra, enfrente del escritorio hay una mesa de vidrio y dos sillones negros. Es estilo minimalista.
—Esta es mi computadora. —Me dice en un tono más amable, pero su mirada ahora es como si un cazador acabara de ver a su presa. —Puede sentarse en mi silla para que este más cómoda.
—Gracias. —Con dedos temblorosos apunto todo lo esencial de la computadora del Señor Mellark. Pero dejo de escribir cuando siento que una mano con largos dedos acarician mi espalda baja, y que su fresco aliento esta en mi cuello.
— ¿Esta bien la Información, Señorita Everdeen? —Pregunta inocentemente.
—Al parecer si es correcta la información. — Respondo casi en un susurro, cuando sus dedos mandan escalofríos por mi columna vertebral. Empieza a hablar y su aliento acaricia mi cuello.
—No solo eres una cara bonita, eres inteligente también. —Me dice casi susurrando, como si estuviera reduciéndome. Está bien que soy una mujer de piel pálida, inexpresivos ojos grises, cabello negro y un cuerpo demasiado delgado gracias al hambre que en ocasiones tengo que pasar; pero es posible que mis características le puedan gustarle a este hombre tan guapo. El sigue acariciándome en la espalda baja y me doy cuenta que me está gustando su tacto; pero cuando reacciono no sé qué hacer, grito o simplemente salgo de esta oficina fingiendo que nada paso. Y elijo la opción dos. Termino de comprobar la información, me pongo de pie, al hacerlo él deja caer y resbalar su mano sobre mi trasero.
—La información es correcta Señor Mellark, mañana el Licenciado Hawthorne vendrá para hacerle firmar un contrato con la empresa. — Y me alejo poco a poco a la puerta de salida.
—Preferiría que fuera usted la que me traiga el contrato. —Me dice con una media sonrisa de lobo hambriento, y con un tono de voz bastante ronco.
—No le puedo asegurar nada. Si me permite tengo que retirarme.
—La acompaño a los elevadores. —Y en este momento quisiera volar y alejarme de aquí.
— No es necesario debe de tener mucho trabajo.
—No importa, es mi empresa y hago lo que quiera con ella.
Al salir la mujer de la recepción llama al elevador. Y los segundos que paso junto a este hombre de la puerta de su despacho al elevador parecen pasar en cámara lenta, y todo porque no quita su mano de mi espalda baja. Al llegar el elevador me suelta:
—Espero verla mañana. —Y no puedo más que sonreír tímidamente porque la boca la tengo completamente seca. Cuando las puertas del elevador se cierran, suelto el aire que tenía contenido, y no hago más que preguntarme que fue eso.
Hola que tal primeramente muchas gracias por leer esta historia. También les pido paciencia ya que esta es mi primer adaptación. les repito que esta historia la escribí yo tengo los primeros capítulos ya escritos solo necesito saber si les gusta la historia para poder continuarla ¿Les parece?
Saludos...!