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Un nuevo mundo
Epilogo.
Se ve a una pequeña Yordle de color purpura sentándose cómodamente en una silla frente a lo que se puede llamar un escritorio, en sus manos lleva lápices y colores, sobre el escritorio hay centenares de hojas escritas. La pequeña ve la hoja en blanco, se acomoda el pelo y con una sonrisa, agarra el lápiz y empieza a escribir:
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Querido señor Andrew:
Ha pasado tiempo desde que escribí otra carta, digamos que he estado un poco ocupada ayudando a la señorita Tristana con los quehaceres de la casa y a los chicos con sus tareas de entrenamiento. En los meses que pasaron desde aquel día, las cosas se tornaron muy feas por el pueblo. La gente anda asustada y sin esperanza, nuestros amigos piensan que tarde o temprano tendremos otra guerra ya que el señor Xin Zhao se fue a en una misión de rescate, para salvar al Príncipe de Démacia, Jarvan IV. Jake, antes que partieras, te iba a pedir si lo entrenabas, él me decía muchas veces que quería ser igual de fuerte y valiente que usted pero en cuanto supo la noticia… No quiso volver a practicar, había perdido todo interés en entrenar cuando dejaste este mundo ya que, según me dijo, había perdido a una importante inspiración, que era muy significante para él. Las veces que hablábamos me contaba cuanto deseaba poder enfrentarse a ti, para demostrar cuanto valía, pero eso se esfumo con el tiempo. Poppy y Tristana lo convencieron que vuelva a entrenar hace unos meses atrás y se ha puesto bastante fuerte desde la última batalla, estaría a la misma altura que usted, aunque la señorita Poppy siempre dice que, '' ¡Jamás habrá alguien más fuerte que yo!'', lo cual lo motiva a seguir entrenando. Rumble sigue perfeccionando cada día su robot para futuras batallas, me contaba la señorita Tristana que él quería que lo ayudaras a mejorar su máquina, ya que fuiste la pieza base de la construcción del robot cuando aceptaste ayudarlo. Me entere personalmente que Rumble le había puesto nombre a su máquina de guerra, creo que se llamaba, ''Pie Grande'', o algo así, no sé por qué le puso ese nombre, pero no soy quien para juzgar, señor Andrew.
La señorita Poppy sigue entrenando a nuevos reclutas para proteger al pueblo de futuros enemigos, se estima que hay más de 250 candidatos para ser soldados, lo cual es algo bastante numeroso a comparación de antes de la batalla contra Noxus. El día en que todo paso, ella estaba cargando el ataúd junto a Jake, Teemo, Rumble y la Princesa Elizabeth, lo peor de todo es que, como no encontramos ninguna foto tuya, no pudimos despedirnos de forma apropiada, pero eso no quitaba la tristeza que dejaste desde que te fuiste, todos en el pueblo de Fornost lloraron y, en forma para recordarte, hicieron una estatua en conmemoración tuya por haberles creado una canción y un nombre a esta ciudad sin luz, sin alguien que les de esa confianza en sí mismos para seguir adelante ni esa persona que a pesar de ser diferente a los de su especie, les brindaba una mano o dos. Hoy en día, la señorita Poppy sigue recordando la vez que la perdonaste aun sabiendo que no lo merecía, aun sabiendo que te quería muerto los primeras días que te conoció junto con Rumble. Ella siempre lleva flores a la estatua al igual que algunos pueblerinos cuando estas se marchitan; Hace unos días el granjero Jenkins se ofreció a regarlas y cuidarlas para así no se mueren las flores. A veces la veo llorar cuando está viéndote, pero de lo fuerte que es, siempre mantiene la compostura y sigue al frente.
La señorita Tristana es la que peor lo paso y la que peor la está pasando aunque lo trate de ocultar, cuando supimos que habías caído por el barranco hacia el rio, ella estaba siendo cargada por Poppy que fue a buscarla en cuanto termino la batalla contra los soldados Noxianos, el dolor en sus ojos… Fue algo que no dejó de recordar hasta el día de hoy, ella estaba destrozada. Después del funeral no quiso saber nada con tema a Guerras o batallas y su actitud cambio desde ese entonces, ahora es imposible verla sonreír, cuando te fuiste de este mundo ella dejo de ser tan alegre y la seriedad la consumió por completo a tal punto que no tenía ninguna expresión facial, solo la mirada baja y una larga y poderosa cara inexpresiva. A pesar de todo, señor Andrew, no dejo de alentar a los ciudadanos de Fornost a seguir creyendo en sí mismos, y no dejo que nosotros nos rindiéramos; Pero conociéndola, yo sé, precisamente, que ella cada día se está rindiendo en pensar que puede tratar de olvidarlo a usted, pero más temprano que nunca, se rendirá.
Pero no te preocupes señor Andrew, yo me encargare de que todos estén bien, hare todo lo que pueda y daré el 100%, no importa la dificultad, si creo en mi misma como tu creíste en mí el día que me rescataste del callejón, puedo lograr cualquier cosa. Una última cosa señor Andrew, antes de que termine de escribir, sonara un poco raro, y sé que ya muchos de nuestros de mis amigos me preguntaron, pero… No dejo de sentir, que, en alguna parte, usted está a salvo, libre de peligro y por sobre todo… Vivo. Tal vez sean ideas mías, ¡Pero no se preocupe, no le dejare de escribir cartas! Le deseo un grandioso día y espero que este bien en donde quiera que esté.
Con mucho amor, dulcecitos, cariño y ternura, Lulu.
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-¿Lulu? ¿Qué estás haciendo?- Dijo la Artillera Yordle mientras traía una bandeja llena de bocadillos y un rico Te caliente.
-¡Le estoy escribiendo al señor Andrew!- Dijo la Yordle de color Purpura mientras agarro la hoja y se la puso en el rostro de la Artillera. -¡¿Te gusta?!-
-Es… Bonita Lulu, en fin, te traje un bocadillo y un Té por si quieres.- Dijo la Artillera mientras le seleccionaba con su dedo índice lo que traía la bandeja. –Por cierto Lulu, cuando termines, ¿Puedes venir a ayudarme a mover algunas cosas?-
-¡Si señorita!- Dijo la Maga poniéndose en posición firme como soldado llevándose la mano a la frente.
La artillera solo se mostró seria ante la actuación de su compañera, que tan solo dio media vuelta y se fue cerrando la puerta por detrás suyo mientras decía: -No te tardes, ¿Si?-
-¡Chispitas de chocolate! Casi la hago reír.- Dijo la pequeña Yordle de color Purpura mientras se desanimaba. – ¡No importa, seguiré intentado! ¡Adiós Señor Andrew!-
La maga Yordle se fue del cuarto al que se le había asignado meses atrás corriendo y cerrando por detrás suyo la puerta de la habitación dejando en su escritorio la carta, que dulcemente creo para su amigo fallecido en batalla.
/En otro lugar/
En lo profundo de un bosque, la corriente seguía llevando todo a su paso, se escuchaba al mismo recorrer y recorrer, y atrás de la corriente, se encontraba una gran cascada que dejaba caer agua desde lo más alto. En cierto momento, una cazadora con ropas hechas por el bosque divisa un cuerpo, un cuerpo de un hombre con armadura de oro que estaba de panza arriba a la orilla de la corriente, parecía estar muerto pero la cazadora escucho su respiración y concluyo que estaba inconsciente. La extranjera, de buen corazón, lo arrastro de las patas con todas sus fuerzas a un lugar seguro para curarlo y si es posible, preguntarle de donde es y cómo se llama. Tal vez, cuando agarre confianza con el extraño, le pregunte por que lleva una armadura de ese tipo.
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¡Nos vemos en otra aventura!