Hola gente bonita de Fanfiction, a estas alturas creo que simples disculpas no solucionan la ausencia que tuve, pero les dejo esto ultimo de esta historia espero que lo disfruten tanto como yo lo hice escribiendo para ustedes.


Los personajes de Ranma 1/2 no me pertenecen son de su creadora Rumiko Takahashi esto lo escribo sin animo de lucro.


EPILOGO

El viaje que emprendieron fue cansado, pero no había manera de no estarlo, el llegar hasta la aldea de las amazonas era increíblemente pesado.

Un hombre alto de espala ancha vestido con una túnica azul y bordados blancos, iba tomado de la mano de su ahora esposa, ella con el cabello recogido en una coleta alta y para no desentonar, eligió ir vestida con tradicional ropa china de la aldea, en color verde y bordados en color dorado.

Caminaba, temerosa, nerviosa colgada del brazo del chico, pensaba en el probable rechazo por parte de la aldea, ella no era nativa de ese lugar y no había sido vencida en una pela por Mousse.

Visitarían a Liming después de meses de no verla, luego de la boda ella regreso a China, la madre de su esposo le había demostrado confianza e incluso les dio su aprobación y bendición para unir sus vidas, sabía que era tonto temer, pero una cosa era su ahora suegra, y otra muy diferente el resto de la aldea.

—No deberías estar tan nerviosa. —Le sonrió.

—No puedo evitarlo, no puedo controlarlos.

—Ya lo hemos hablado, pase lo que pase estaré a tu lado siempre.

—Eso no me tranquiliza, cariño, tengo miedo.

—Ukyo no tienes nada que temer.

—Además esta ese otro asunto. —apretó su mano, mientras seguían el camino para llegar a la aldea estaban a escasos metros y ya se veían algunas chozas.

—Lo sé, pero según mi madre no tenemos nada que temer. —La abrazo por los hombros y caminó con ella así hasta llegar a su destino.

Pasearon por el lugar en medio de miradas curiosas y algunas inconformes, trato de que eso no le afectara, se aferró fuerte al brazo de Mousse, porque le daba la seguridad que necesitaba.

Era la primera vez que pisaba la aldea de Joketsuzoku y no era diferente a como Mousse se la describió, un lugar humilde con gente curiosa todos bajo el régimen de absurdas leyes.

La condujo algunos metros más hasta llegar al hogar de la madre del chico. En cuanto se dispuso a tocar la puerta, milímetros antes de tocarla esta violentamente se abrió.

—¡HIJOS! —La mujer emocionada los abrazo.

—Ma…má, me da gusto verte. —Mousse trataba de soltarse del abrazo.

—¡Oh no! no intentes soltarte, tiene mucho tiempo que no veo a mi pequeño. —El hombre se resignó al abrazo. —Ukyo hermosa, por favor dímelo.

—Decirle ¿Qué? —Hablo nerviosa.

—¿Ya viene en camino mi primer nieto?

—¡NO! —Gritaron al unísono.

Liming sonrió y los invito a entrar, ya tenía preparado todo un banquete de comida tradicional china, toda la mañana estuvo esperando ansiosa, desde que supo que Mousse y Ukyo la visitarían fueron semanas el tiempo que los espero.

La tarde se pasó rápido y entre platica se habló del tema que tanto les incomodaba, que no querían tocar y por el que tenían algo de temor de regresar, Mousse, defendería contra todo a Ukyo si acaso Shampoo se atrevía a ponerle un dedo encima, después de lo que hizo y el solo recordar que el día de su boda Ukyo aun llevaba marcas de la tortura a la que Shampoo la sometió, la sangre le hervía pero, ahora era diferente no la dejaría sola, nunca más, ni a sol ni sombra.


La nieve sobre el distrito de Nerima, era un gran espectáculo que disfrutan Nabiki y Ryoga junto al pequeño Shun, él ha crecido, es vivaz y alegre, sus ojos color miel brillaban intensamente, el niño estaba lleno de energía era una constante batalla para no perderle de vista, una vez que Shun comenzó a caminar fue imposible detenerlo.

—¿Crees que sea buena opción lo del Dojo? Ya tenemos seis y no sé si podamos con más trabajo. —Dijo Ryoga. —Que estaba sentado con Shun en una de sus piernas.

—Eso ya lo tengo previsto cariño, Akane será la encargada, además tenemos a Mousse no debemos preocuparnos.

—Sin duda es un excelente instructor, pero Ranma aún no sabemos cuándo regresaran, ni siquiera sabemos si lo harán.

—Lo harán.

—Tiene más de un año y medio que se fueron.

—Llegaran pronto lo sé.

—Has hablado con ellos ¿Verdad?

—Hace un par de meses. —Nabiki estiro los brazos y el Shun camino hasta ella rápidamente lo tomo entre sus brazos y le dio un poco de arroz que el niño saboreaba contento. — Y estoy segura que estarán aquí en poco tiempo.

—Nabiki, cariño, hay algo que no me has contado te conozco demasiado.

—Sí, hay algo que debo decirte…Ranma acepto el trato, invertirá con nosotros, eso sí, él no quiere saber nada de números ni esas cosas, quiere dedicarse a su Dojo y todos nuestros representados deberán pasar las pruebas que tú y él impongan, ¡Seremos imparables! —Habló orgullosa.

—Estas muy entusiasmada.

—El dinero siempre me entusiasma. —dijo con brillo en los ojos.

—Y de dónde obtuvo Ranma el dinero.

—Akane me contó que Ranma tenía ahorrado bastante de torneos que gano y mientras viajaban ganaron dinero también.

—Vaya, entonces esto debemos celebrarlo. —Ryoga se acercó a ella el pequeño Shun que se había quedado dormido, lo tomo en sus brazos y poco después regreso para besar a su esposa, sus manos recorrían despacio el cuerpo de Nabiki y el jugueteo estaba llegando más allá de tenues caricias, hasta que se escuchó el llorar desesperado de un bebe; desanimados se separaron.

—Te toca. —Dijo Ryoga rápidamente.

—No, yo lo hice la última vez, y ya le he cambiado e pañal.

—Por favor. —Dijo suplicante Ryoga.

—Está bien, yo lo haré, solo porque si Shun despierta será imposible que se duerma otra vez.

—Eres la mejor. —La besó por última vez y la acompaño al dormitorio.

Dentro dela habitación Nabiki encendió una pequeña lámpara que apenas si iluminaba el lugar, cargo a la pequeña entre sus brazos una niña de apena meses de nacida, la mecía dulcemente mientras le daba un biberón, Ryoga la veía embelesado desde la entrada de la alcoba.

—Es hermosa. —Dijo Nabiki.

—Se parece mucho a su madre.

—No, tiene los ojos de su padre.

—Es una mezcla de ambos, Shun ya le está tomado mucho cariño a Kumiko.


Durante muchos meses se olvidaron de todo y de todos, disfrutando plenamente del amor que se tenían, pero había que volver, cada día la presión por la boda les resultaba un tema más difícil de evadir, las veces que hablaba con sus hermanas la presionaban para casarse, los dos se amaban pero casarse era algo que creían aún lejano, eso es lo que ellos siempre contestaban, y estaba muy alejado de la realidad pues apenas tuvieron oportunidad ellos unieron sus vidas y oficialmente eran marido y mujer, tenían todo resuelto, excepto por un pequeño detalle.

Una tarde de noviembre en la puerta del Dojo Tendo una pareja tomada de la mano hacia su aparición, ella iba cubriéndose con un gran abrigo pues el frío calaba hasta los huesos, Ranma se cubría con una gruesa chaqueta invernal y cargaba un par de maletas. Se observaron y los dos asintieron, era hora de regresar a su hogar.

Entraron a la casa muy despacio, el lugar estaba oscuro y era extraño no encontrar a nadie en casa.

—¿Crees que este en casa de mamá?

—Es lo más seguro.

—El viejo me dijo que tu padre se ha quedado algunos días con ellos.

—Pobre, debe sentirse muy solo.

Dejaron sus zapatos en la entrada echaron un vistazo alrededor de la casa y al no encontrar a nadie, subieron a la habitación de Akane, ella se quitó el pesado abrigo y lo dejo en el sofá junto a la cama, Ranma coloco las maletas a un costado del closet ahí mismo se quitó la ropa de más quedando con su camisa blanca china y su pantalón negro.

Akane estaba de espaldas a él observando por la ventana, Ranma no se resistió, el abrazo por la espalda.

—Me gusta tu cabello corto, me es más fácil besar tu cuello. —Le dijo mientras depositaba un dulce beso.

—Aun no me acostumbro a este Ranma.

—Estoy seguro que no quieres al antiguo yo. —Le susurró al oído.

—Creo que no me entendiste, sigues siendo tú, el terco, obstinado, orgulloso y ególatra artista marcial…

—Tú no te quedas atrás mi salvaje mujer, pero yo me refería a que no extrañas a ese que te llamaba marimacho, ni al que era incapaz de decir lo que siente.

—Está bien, tú ganas, pero entonces estoy segura que tampoco extrañas a la insegura mujer que era.

—Qué más da, lo que importa es lo que estamos viviendo en este momento. —Akane se giró y se abrazó al cuello de Ranma, él la cargo y la llevo a la cama, se recostó a su lado ella se recostó en su pecho.

—Aún es temprano, pero tengo mucho sueño, el viaje hasta aquí me pareció eterno, hubiera preferido seguir en el lago.

—Sabes que ya no era posible, no había opción teníamos que regresar. —Le decía mientras acariciaba su cabello.

—Ya lo sé, es solo que estábamos tan bien que me acostumbre, ahora tenemos que regresar a la locura que implica Nerima.

—No más locura, te prometo que todo estará bien.

—Eso espero.

—Confía en mí.

—Eso no tienes por qué pedirlo, siempre lo he hecho.

Akane le sonrió, después de algunos besos, se levantó despacio y salió de la habitación seguida de Ranma. La nieve no dejaba de caer y el lugar seguía oscuro, encendió las luces de la casa y finalmente entro a la cocina.

—Quizá debemos llamar para saber nuestros padres están bien.

—Mejor deberíamos aprovechar que no hay nadie en casa.

—¡Ranma!

No la dejo protestar y entre sus brazos la llevo a la habitación donde pasarían una noche llena de pasión.


En el hogar de Genma y Nodoka Saotome todos estaban disfrutando de una agradable velada, los patriarcas bebían un poco de sake mientras Nodoka disfrutaba una taza de té.

—Saotome, ¿Cuánto tiempo cree que dure este clima?

—No lo sé Tendo, lo importante es que no se acabe el sake.

—¡Tiene Razón Saotome! —Carcajearon al mismo tiempo

—Tendo ya sabe que puede quedarse aquí.

—Lo se Saotome, en casa todo está muy solo, además si nos terminamos el sake no habrá forma de que me vaya, no podría regresar solo hasta el Dojo.

Los dos permanecieron en silencio y con semblante serio, cada uno extraviado en sus pensamientos, veía la nieve caer, a esas alturas nada debería de preocuparles, era casi seguro que Akane estaba bien con Ranma, eso le hizo esbozar una leve sonrisa a Soun, que también pudo notar Genma

— Deberíamos estar contentos, Tendo.

—Lo estoy, por fin las escuelas se han unido. —Dijo sin mucha emoción.

—El honor de nuestras familias prevalecerá tenemos buenos muchachos.

—Tan buenos que se han olvidado de sus padres y del Dojo.

—Son jóvenes y necesitan vivir, ¿No recuerda Tendo? A esa edad queríamos comernos el mundo.

—Eran tiempos diferentes y si no me equivoco, a esa edad ya estábamos casados y yo ya tenía a mi Kasumi.

—Es cierto…Lo importante es que están juntos.

—Saotome a estas alturas no me interesa lo que hagan, solo quiero saber que mi niña está bien.

—Ranma cuida de ella, sin duda está bien.

—No estaré tranquilo hasta no verla otra vez.

—Yo también extraño a mi muchacho, pero vea el lado amable ahora no tenemos nada que temer, somos un par de viejos a los que les toca disfrutar de la vida.

—Supongo que tiene razón.

—Entonces, ¿Una partida de Shogui?

—Solo si promete no hacer trampas Saotome. —Sonrió.

—Tendo me ofende que me crea capaz.

Los hombres quedaron más tranquilos después de la plática jugando y divirtiéndose un poco, con ese clima tan frió el tener la compañía de su mejor amigo era lo mejor contra la soledad que últimamente lo abrazaba.


En la aldea amazona dos días después de la llegada de Mousse y Ukyo, la tensión estaba a todo lo que daba, no dormían temiendo que en cualquier momento se pudieran encontrar a Shampoo, y no era para menos, sin embargo el estado mental de la chica había cambiado y también muchas otras cosas.

Liming acompañada de Mousse y Ukyo acudieron a una junta con el consejo amazon, ninguno objetó la relación pese a que él no la derroto en combate, fue gracias al episodio que tuvieron con Shampoo que obtuvieron una solución favorable.

Regresaron un poco más tranquilos, pero en el camino encontraron a la persona que menos deseaban, Shampoo caminaba del brazo de un conocido de Mousse.

Shampoo los observo de lejos era una escena para ella de lo más patética. Cambiar a alguien como ella por una simple cocinera, nunca se lo imagino ni en sus peores sueños, pero ahí estaba la feliz pareja, le consolaba saber que Akane Tendo no se quedó con él. Se aferró al brazo del joven chino de su misma aldea, y no para que le diera seguridad, al contrario, para no abalanzarse sobre ellos.

—Shampoo. —Dijo con desgano.

—Vaya, vaya, veo que al final si te quedaste con la tonta de la espátula. —Dijo en mandarín.

—No la ofendas, ella ahora es mi esposa.

—No me mal intérpretes, a mí no me interesa nada relacionado con ustedes. —Dijo con desinterés.

—No sé si creerte.

—No pienses que eres lo primordial en este momento. —Hablo con palabras frías.

Shampoo sintió un leve mareo que se hizo más agudo y termino cayendo, el chico le ayudo a incorporarse, pero no pudo hacerlo termino desvaneciéndose.

El joven que la acompañaba no se inmuto y la cargo en brazos.

—No se preocupen eso pasa muy seguido pero en unos días estará bien,

— ¿Unos días? — Pregunto Ukyo.

—Yo… tengo que irme. —Dijo nervioso al pensar que pudo haber hablado de mas, retirándose con Shampoo entre brazos.

—Mousse, ¿Crees que ella se encuentre bien?

—Ya no debemos preocuparnos mejor volvamos a la casa de mamá.

—¿Cuándo volveremos a casa?

—Espero que solos unos días, yo también extraño nuestra casa.

—El tiempo aquí parece eterno y no tolero estar lejos.

—No te preocupes le diremos a mamá que regresamos a Japón mañana mismo, yo tampoco quiero seguir aquí.


Xian, llevo a Shampoo hasta su casa donde ya la esperaba Cologne, una vez que entró y que la abuela la vio inconsciente la pusieron sobre su cama, preocupada salió del lugar y fue hasta la cocina, busco entre sus pociones, para agarrar la que el Maestro Happosai le había enviado en su ultimo viaje al templo donde se encontraba, regreso en un santiamén y le puso un poco de líquido tras su oreja y en la punta de los pies, después se colocó a un costado de ella.

—Gracias por traerla en adelante yo me encargo.

—¿Está segura? Cada vez se pone peor, no sé si usted pueda detenerla.

—Con esta pócima Kasha no podrá poseerla, no por un tiempo.

—Su nieta cada vez está peor.

—Niño deberías de meterte en tus propios asuntos y déjame hacer lo mio, no te tomes atribuciones que no te corresponden.

—Yo solo quiero ayudar, y me corresponden yo la vencí.

—Pues en este momento no me interesa ¡VETE!

El joven salió molesto del lugar. Xian era un hombre de unos 28 años, con piel trigueña y ojos negros, conoció a Shampoo en uno de los ataques provocados por el demonio kasha, desde entonces ha ayudado a Cologne con su recuperación, era su deber pues en una de las posesiones sin proponérselo la venció y automáticamente se convirtió en su prometido, para él, Shampoo era bonita, mucho, pero algo lo detenía, sin embargo ayudaba de manera desinteresada, quizá sentía algo de amor o lastima.

La situación con Shampoo era alarmante, ese semblante decaído ya era parte de ella, se consideraba a ella misma como un milagro por no morir pues casi no dormía, o terminar con la poca cordura que tenía, ella decía que todo eso ese castigo era injusto, tan injusto como el no estar con su esposo, injusto no estar con el hombre al que amaba, y solo pagando un castigo que según ella no merecía era solo un pequeño error, castigada por haber hecho todo por amor.

Pasarían muchos años mas así, hasta que por fin el demonio se canse de ella, entonces probablemente sea el mismo tiempo en que tarde en reconocer sus errores y entonces cuando lo haga, quizá una noche pueda dormir tranquila.


Un día después de la llegada de Akane y Ranma al Dojo Tendo, la nieve finalmente se calmó, y Soun que permaneció en casa de Genma se dispuso a volver, no tenía mucho caso estar en el hogar de su amigo, ellos lo alcanzarían más tarde, además recibiría la visita de sus pequeños nietos y eso no podía perdérselo, eran sus herederos y cada día mejoraban mucho, Shun era muy pequeño pero ya demostraba interés en aprender el estilo libre, y el hijo de Kasumi que ya era el mejor de su clase, esos pequeños momento eran los que más disfrutaba, así que no perdería el tiempo y pediría comida al restaurante de Ukyo para recibir a las visitas, aunque si tenía suerte y Kasumi ya estaba en casa probablemente ella le cocinaría, esos sería maravilloso pensaba.

En cuanto puso un pie dentro de la casa el olor de comida lo invadió era un poco diferente pero no estaba mal, sonrió al pensar que Kasumi ya tenía preparado el desayuno.

—¡Estoy en casa! —Contento grito.

No hubo contestación, llego hasta la cocina y una pelea se llevaba a cabo.

—¡Ranma! Ya te dije que puedo hacerlo.

—¡Deja que te ayude! , has mejorado, pero aun confundes algunos ingredientes. — Le dijo mientras le arrebataba la canela molida.

—Quedamos en que si me equivocaba no habría reclamos, basta con que la pruebe mientras voy agregando los ingredientes.

—Akane sabes que ahora no puedes hacer eso, mejor déjame ayudar solo evitare que agregues ingredientes que no van.

—Está bien. —Hablo molesta.

—Escucha, Akane. —La giro para ver su rostro.

—No lo repitas, ya sé que debo poner de mi parte y que he mejorado mucho, que soy impulsiva terca y que debo aprender a aceptar ayuda de los demás.

—No era eso lo que quería decir.—Acaricio la mejilla de Akane.

—¿Entonces?

Ranma tomo sus manos y las beso. —Sabes que las cosas han cambiado y reconozco que la comida te sale bien, no, más que eso, pero estás muy nerviosa.

—Tienes Razón, ¿Pero cómo no estarlo si le tenemos que decir todo lo que hicimos?

—¡No me lo recuerdes! Creo que tu padre y esa enorme cabeza ahora si me comerá vivo.

—Vamos a calmarnos ¿Está bien? —Akane acaricio el rostro de Ranma.

—Es que en cuanto sepan que tú y yo...

—Tranquilo, eso era lo que ellos querían ¿No?

—Pero no les dijimos nada y… —calló cuando Akane coloco su dedo índice sobre sus labios.

—¿Ahora quien está nervioso? —Sonrió burlándose.

—Akane nos casamos y eso es algo que ellos debían saber hace más de un año.

—Por eso quiero que el almuerzo salga perfecto y que papá no se moleste con nosotros y tus padres, ¡Ay Dios! ¡Tus padres! Tenemos que invitarlos a comer o a cenar para darles la noticia. —Akane nuevamente tomo los ingredientes y continúo con el desayuno.

—Les llamare. —Ranma observaba meticuloso los ingredientes que usaba Akane y no había cometido ningún error, estaba siendo cuidadosa, él sonrió, la abrazo por detrás y beso su mejilla.

Soun estaba impactado por la noticia, su hija, su pequeña Akane estaba en casa y no solo eso Ranma estaba con ella y se acababa de enterar que se había casado, no supo cómo reaccionar era demasiada información que tenía que procesar, no entro a la cocina, fue hasta el kotatsu y se sentó a esperar a que Akane apareciera con el almuerzo.

Pronto solamente después de unos minutos Akane y Ranma llegaban con el almuerzo preparado por su pequeña, ellos lo observaron asustados y después se devolvieron una mirada de resignación, Soun se veía serio, quizá hasta molesto y eso no era bueno en ningún modo, Akane iba a decir algo pero su padre no la dejo.

—No. —Hablo completamente rígido.

—Papá.

—No.

—Sr Tendo yo…tengo que explicarle.

—No, no quiero escucharlos primero voy hablar yo, siéntense. —Los jóvenes acataron la orden. —Primero te escabulles de Nabiki y después te olvidas del Dojo y que tienes responsabilidades que atender. En cuanto supe me alegre, creí que regresarían pronto, los días pasaron y no hubo noticias de ustedes, es triste saber que no acudí a la boda de mi hija, y que se perdieron sin comunicarse por varios meses, y cuando decides hacerlo Akane no tienes la amabilidad de avisarme que te casaste, yo no te crié de esa forma, tu madre estaría triste por tu actitud, y no conforme con todo ahora que regresan, lo hacen como si no hubiera pasado nada, están tan tranquilos y no saben todo el tiempo que tus padres Ranma y yo estuvimos preocupados ¡Nodoka siempre orando para que nada les pasara!

Soun permaneció en silencio por unos minutos.

—Papá, lo siento, Ranma y yo solo quisimos recuperar el tiempo, no pensamos en nada más que nosotros, sé que piensas que fui egoísta, y quizá si lo sea pero…

—Señor Tendo, me gustaría que nos diera su bendición, Akane y yo nos casamos, solo hice valido el compromiso que tenía con ella y que usted y mi padre pactaron, le prometo que no lo defraudare, que la escuela de estilo libre prevalecerá por mas generaciones, pero lo más importante es que quiero estar con ella siempre.

—Y si no lo entiendes nos iremos, no queremos ocasionar problemas pero no podrás separarnos papá.

—¿Bromean? —Soun cambio su expresión de fría a una sonrisa de oreja a oreja—Estoy feliz de que regresaras hija, ¡Los extrañe por mucho tiempo!

Akane y Ranma suspiraron profundamente, era un alivio que Soun no estuviera tan molesto, ella delicadamente se levantó del kotatsu para abrazar a su padre que no dejaba de llorar y ella tampoco lo evito, momentos después trajo el resto del almuerzo, aun tenia puesta su pijama una que era muy cómoda, hecha de una delicada seda color escarlata que le quedaba un poco holgada, Ranma se la había obsequiado hace poco.

Platicaron de todos los meses que estuvieron fuera, de la ceremonia que tuvieron y los papeles que entregaron al ayuntamiento para quedar oficialmente casados, y aunque el padre de Akane estaba un tanto triste por no ser partícipe de la boda de su hija, les dejo claro que estaba feliz porque al fin habían dado ese gran paso, hablaron de como Akane y Ranma ganaron todos los torneos donde habían participado, eran imparables y en poco tiempo Ranma defendería su título, lamentablemente Akane había decidió retirarse de las artes marciales por un tiempo, quería dedicarse un poco a ser ama de casa y a llevar el control del Dojo.

La charla que sostuvieron se vio interrumpida por la llegada de una de las hermanas Tendo.

—¡Estamos en casa! —Unos pequeños pasitos se escucharon por la casa el pequeño Shun inquieto rebuscaba en la casa a su abuelo, que alegre le recibió con un tierno abrazo. Se cohibió un poco al percatarse de gente extraña escondiéndose en la gran espalda de su abuelo.

Nabiki entro traía en brazos a una pequeña niña y en su rostro se esbozó una gran sonrisa, le dio la pequeña Kumiko a Ryoga para abrazar a su hermana.

—¡Nabiki! ¿¡Por qué no me dijiste que tengo otro sobrino!?

—¡Akane! ¡Hermana sabía que regresarías pronto! ¿Quieres conocerla? —Nabiki regreso y tomo a la pequeña Kumiko entre sus brazos, estaba dormida.

—Tiene el mismo color de tu cabello. —Hablo acariciándole la cabeza.

—Y te sorprenderás cuando veas el color de sus ojos, pero mejor esperemos que despierte. —Dijo con media sonrisa. —Me sorprende que de verdad volvieras, y que aceptaras el trato de inversión.

—Te lo dije, tenía que regresar a casa y no podía rechazar tu oferta, las artes marciales son toda nuestra vida, Ranma está contento y eso me hace feliz.

—¿Cuándo fue que te volviste tan expresiva? -Pregunto incrédula.

—Para ser sincera no lo sé, todo ha sido poco a poco, hoy me siento plena no tengo miedos y agradezco el tener a Ranma a mi lado.

—¡Vaya! No me esperaba tanta determinación.

Las hermanas siguieron en su plática, Soun las observaba embelesado, se sentía extasiado, la casa Tendo ya no se sentía tan sola.

Mientras, Ryoga saludó fraternalmente a Ranma.

—Así que las cosas van mejorando, Ranma.

—Mucho, todo está bien ahora. —Dijo con una prominente sonrisa.

—Al final conseguiste a la chica.

—Creo que siempre la tuve, soy afortunado. —Dirigió su mirada hacia Akane y sonrió.

—Te veo diferente ¿Tienes algo que contarme, Ranma?

—En realidad sí, en cuanto llegue Kasumi se los diremos, vamos al Dojo.

Los dos hombres se retiraron empezaron a calentar parecía que lo hacían por inercia se observaron y ya sabían que iban a tener un enfrentamiento amistoso, Ranma saco el pecho orgulloso, y Ryoga no se quedó atrás al ver a su pequeño hijo sentado observando atento con ojos brillosos a su padre a quien idolatraba, los dos dibujaron una media sonrisa para dar inicio a la pelea.

Patadas al aire y puñetazos visibles solo para ojos entrenados, aunque no era una batalla como las de antaño, el nivel que tenían era muy similar, muy por encima de lo normal y los gritos de batalla no cesaban, y todo se enfrasco en una pelea cuerpo a cuerpo que empezaba a subir de nivel.

—Mi entrenamiento se volvió más rudo, recuerda que yo no me fui de viaje.

—No me subestimes Ryoga, gane muchos torneos. —lentamente daba pasos en círculo, Ryoga hacía lo propio estudiándose mutuamente tratado de encontrar un punto débil a simple vista, cada uno tomaba su propia estrategia Ranma ataco primero un par de golpes a la altura de la cara que fueron bloqueados magistralmente, Ryoga dio una patada giratoria que se estrelló en el cuello de Ranma, este se dolió y se echó hacia atrás, Ranma rápido contra-ataco e hizo una finta de golpe y termino dando una potente patada en la espalda de Ryoga que lo dejo en el suelo. Ranma se detuvo y le ayudo a levantarse dándole una mano.

—Creo que no es momento de una pelea de gran calibre, está tu hijo, y mi esposa espera a que regresemos, pero no estaría mal entrenar juntos.

—Acepto, solo porque ahora serás mi socio. —Sonrió.

—Quien diría que P-Chan tendría una gran empresa.

—Ranma... —Apretó los dientes.

—Calma, calma, anda vamos tengo que enseñarte una técnica que Akane usa para que no te conviertas en cerdo.

—¿¡Que!? ¡Eso es imposible!

—No mi amigo no lo es. — Ranma salió del Dojo y Ryoga emocionado tras él, cerrando la puerta tras él, ya habían llegado a la casa cuando Ryoga recordó que dejo a Shun encerrado en el Dojo, giro rápido y regreso por él, abrió la puerta y se encontraba en la misma posición sin moverse.

—No tenemos que contarle esto a mamá ¿Cierto hijo?, salió de ahí y nervioso regreso a la casa Tendo.

Ya se encontraban reunidas todas las hermanas Tendo y sus respectivas familias, Genma y Nodoka Saotome abrazaban a Ranma se veía que les habían extrañado.

Kasumi y Toffu conversaban alegres con Ranma, y el pequeño hijo de Kasumi buscaba a Shun para jugar.

Nabiki sostenía en brazos a la pequeña cuando comenzó a despertar se retorció y lentamente abrió los ojos, Akane curiosa se acercó al recordar las palabras de sus hermana.

—Nabiki…Kumiko…ella no tiene el color de tus ojos.

—No ella tiene los ojos del mismo color que su padre. —Sonrió arrullando a la pequeña.

Akane giro para ver a Ryoga detenidamente se levantó a su lugar y camino lento hacia él, curiosa y dudando de sí misma le habló para que volteara y al descubrir que tenía razón regreso donde Nabiki, Ryoga se quedó pensativo ante la actitud de Akane y desvió la mirada a Nabiki y esta le giño un ojo cosa que lo dejo en las nubes como siempre lo hacía ante esas miradas insinuantes y coquetas de su mujer.

—Los ojos de Ryoga no son verdes. —Dijo Akane sentándose a su lado.

—No, no lo son.

—¡Nabiki! Pero tú dijiste que los ojos son iguales a los de su papá. —Dijo esto último casi en susurro.

—Es sencillo, Ryoga no es su padre. —Le dijo también susurrando.

—P…pero, ¡Cómo pudiste!

Ranma las interrumpió, tomando a Akane de la mano y dirigiendo a todos al jardín y bajo el gran árbol de cerezos se colocaron Ranma y Akane tomados de la mano Ranma la abrazo por los hombros, para darle confianza. Pero justo cuando estaban por hablar vieron acercarse presurosos y a Ukyo y Mousse, seguida de ellos Liming

Nabiki sonrió en cuanto los vio entrego a la pequeña Kumiko a sus padres. Limig estaba emocionada era un sueño para ella, en cuanto Ukyo le confeso que tenían una hija y que la había dejado en Japón para evitarle cualquier peligro, no pudo aguantar la emoción y sin pensarlo viajo con ellos para conocerla, arreglo todo en la aldea para vivir con ellos por una larga temporada.

Después de la emotiva bienvenida el turno para hablar regreso a Ranma y Akane.

—Papá, Hermanas, y a todos gracias por acompañarnos y brindarnos esta bienvenida, se que fue inesperada y yo sé…perdón sabemos. —Corrigió. —Que irnos sin avisarles no fue una buena idea, y que nos ausentamos mucho tiempo.

—Lamentamos haberlos preocupado, Akane y yo nos reconciliamos hace exactamente un año y siete meses, estuvimos en varios lugares e hicimos muchas cosas. Regresamos porque tenemos una razón muy poderosa para hacerlo.

Guardaron silencio por unos segundos, se vieron a los ojos, asintieron y entonces dijeron al mismo tiempo:

—¡RANMA Y YO NOS CASAMOS!

—¡VAMOS A TENER UN HIJO!

—¡Ranma! ¡Se supone que eso iba después de decir lo de la boda! —Una vena se asomaba en su cabeza.

—Lo siento creo que me puse nervioso. —Rasco su nuca.

Akane no hizo más que reír a carcajadas Ranma hizo lo mismo y le dio un tierno abrazo.

Todos los presentes quedaron asombrados ante tales confesiones pero después del shock inicial todo estallo en júbilo, la primera en acercarse fue Nodoka con ojos cristalinos por las lágrimas a punto de brotar.

Akane levanto la blusa holgada que vestía, y dejo ver su pequeñísimo vientre ligeramente abultado, cuatro meses de embarazo y aun no se le notaba.

—Akane, pequeña, ¿Te das cuenta de que acabas de hacerme la mujer más feliz sobre la tierra?

—No sé si más que yo tía.

—No me diga tía, ahora también soy tu madre. —Akane ante el gesto la abrazo nuevamente y lloro al recordar a su madre y lo feliz que estaría de saber que sería abuela.

—Gracias. —Apenas pudo decir.

Los demás se acercaron a felicitarla, Kasumi estaba feliz por su pequeña herma ahora una preciosa mujer con semblante fuerte y decidido pero tan noble y sensible como el día que partió de Nerima casi 9 años atrás.

Genma y Soun observaban el panorama desde la entrada del salón.

—Tendo por fin después de años estamos unidos y no solo eso, mi primer heredero viene en camino. —Hablo con los brazos cruzados.

—Por fin Saotome nuestro vinculo de amistad ha evolucionado y ahora somos familia.

—Pero eso es un mero título, hemos sido familia desde hace bastante tiempo.

—Tiene razón Saotome, además no puedo estar más feliz, porque estoy seguro que mi dulce esposa está orgullosa de nuestras hijas. —Lloraba a mares.

El día paso rápido y al caer la noche todos se retiraron dejando en la casa únicamente a Soun Akane y Ranma, el patriarca se retiró a descansar después de tantas emociones quería dormir, sabía que después de tantos meses hoy por fin descansaría, se dejaría llevar sin reparo hasta el mundo de los sueños, quizá con un poco de suerte podría reencontrarse con su amada esposa y decirle que todo de ahora en adelante se vislumbraba mucho mejor.


Akane permanecía sujetada posesivamente por el brazo de Ranma que terminaba reposando sobre su cadera, y sus largas piernas enredadas con las de Ranma.

—Fue un largo día. —Ranma ya estaba dormitando.

—Me la pase muy bien, fue mejor de lo que esperaba. —Suspiro.

—Akane…Te amo.

—Y yo a ti Ranma, te amo…¿Ranma?…

—¿Qué pasa?

—Gracias por traerme de vuelta a casa.

—Gracias a ti por estar conmigo a pesar de todo lo que pasamos y lo que te hice.

—No fue culpa tuya ni mía… ¿Sabes? Mañana será un grandioso día.

—Todos los días son grandiosos desde que eres mía. —La ciño un poco más a él.

—Prometo que siempre será así.

—Yo me encargare de eso, no dejare que nada les pase, seré siempre su guardián.

—Dices lo mismo todas las noches, y me encanta, pero también se defenderme, también soy una guerrera.

—De eso no tengo la menor duda, después de ver la paliza que le diste a esa mujer el último torneo.

—En parte fue gracias a ti y al entrenamiento que llevamos juntos. —Le abrazo por el torso.

—Te subestime por mucho tiempo. —Beso su frente.

—Y yo te perdono por eso, creo que en ese tiempo si era débil, el día que me fui de aquí con Mousse jure que nunca más seria la niña a la que siempre tienen que salvar.

Ranma sintió un pequeña molestia en vientre, el solo recordar que Akane huyo con Mousse era algo que a estas alturas no debería de hacerlo sentir inseguro, pero el saber que Akane estuvo lejos de él todo ese tiempo era algo que le quedaría siempre grabado. Él se sentía seguro del amor de Akane pero los celos era algo que aún le costaba, no los demostraba pero por dentro le hacía rabiar.

—No me recuerdes todo eso.

—Lo siento, no lo haré más. —Se revolvió en el brazo de Ranma juntando más su cuerpo al de él.

—Gracias, mañana te ayudare a preparar el desayuno.

—No, mañana lo haré sola, estoy segura que saldrá bien. —Ya casi estaba dormida.

—Entonces confió en que así será, mi hijo tendrá como madre a la peor cocinera de Japón.

—¡Oye! —Golpeo su costilla.

—Lo siento. —Dijo divertido. —No eres la peor, ya no.

—Ranma…

—¿Qué?

—Después de todo esto que vivimos, me pregunto si hay una moraleja.

—Claro que la hay, creo que prendimos que no todo es lo que parece.

—Tonto, eso es obvio, yo creo que es otra cosa.

—¿Que…debemos revisarnos continuamente para no ser víctimas de posesiones demoníacas?

—¡Ranma! Te estoy hablando en serio.

—Creo que se trata de fe.

—¿Fe? Podría ser.

—Sí, convicción, hablo de que, uno nunca jamás bajo ninguna circunstancia, y pase lo que pase debe perder la esperanza.

—Últimamente siempre dices las palabras correctas. —Pronuncio mientras elevaba su rostro y recibía un apasionado beso.

Enredados en las sabanas en una fría noche de noviembre comenzó una nueva etapa, la dinastía Saotome tendría un heredero, digno hijo de sus padres, sabiéndose seguros de que esta vez todo, absolutamente todo es lo que parece.

Fin de Epílogo.


Notas de autor: Hay tanto que me gustaría decirles que las palabras no alcanzarían, como siempre infinitas gracias a todos por leer esta loca historia nacida por allá en el mes de febrero, soy una mujer desesperada y una vez que empece a escribir no pude parar.

A mi preciosa beta, Bby gracias por la paciencia! Love u Akane RedFox.

A mis queridos desterrados, Lucía Leon, Usagi, y Karo! Son los mejores ya quiero hacer otro Podcast!

Gracias a todos por sus reviews, por sus palabras y el apoyo brindado hacia mi persona, por ahora me despido, amenazo con volver con algo completamente diferente, saludos para todos ustedes y nuevamente GRACIAS!

Nos leemos en el siguiente Fanfic...

°~MARYVIZA~°