Cuando la mente de Tails por fin se despejó, se dio cuenta de la situación en la que estaba. Sus manos atadas a la silla de antes, y su boca cubierta por algo que pensó que sería un pañuelo parecido. A pesar de que su cerebro volvía a funcionar perfectamente, no tenía apenas fuerza. Ni podía moverse, ni podía mantener la vista enfocada en un lugar concreto. Su cuerpo le era ahora completamente inútil.
Oyó la voz cantarina de Rouge, a la cual encontró en frente suyo. Estaba de espaldas haciendo algo en el tocador que tenía un enorme espejo. Donde hace unos momentos tenía el té. Supuso que es ahí donde guardaba todas las medicinas y drogas.
- ¿Ya estás listo, cariño? Déjame hacer un par de formalidades... -La chica se giró con una enorme inyección, y gracias a la poca fuerza, Tails evitó soltar un grito de horror. -Veamos... Soy muy torpe con estas cosas.
Cerró con fuerza los ojos mientras sentía la aguja ser introducida en su brazo derecho. Le estaba sacando sangre... Dios sabe para qué. Sólo esperaba que esa fuese una aguja nueva y no una usada por otra persona.
- Ah... Y un pelo... -Notó un tirón del flequillo, y con eso cayeron un par de cabellos rubios en la mano de la chica murciélago. -A-ha... ¿Qué mas falta? ¡Oh, si!
Rouge tiró bruscamente del pañuelo que cubría su boca, por fin dejándole respirar. Ya pensaba que se iba a ahogar ahí dentro, con ese pestazo a colonia femenina mezclado con el del té alterado. En cuanto el rubio despegó los labios para respirar, la chica le introdujo algo parecido a un bastoncillo en el interior de la boca, asegurándose de mojarlo con saliva. Tails entrecerró los ojos, mientras la albina se llevaba esos tres elementos a una caja pequeña y negra. Por lo que había visto estaba recogiendo su ADN. La única pregunta que tenía era por qué.
- ¡Ya estamos listos! -Rouge se sentó delante del rubio que intentó apartar la cara, pero le era imposible. Su cuerpo no respondía. -Hagamos una prueba a ver si esta cosa funciona, ¿vale? Saca la lengua, dulzura.
El chico apretó los dientes, pero era inútil. Abrió la boca y sacó la lengua justo como ella había dicho.
- ¡Hahaha! Que mono. ¡Muy bien! Parece que funciona. -La chica suspiró con una enorme sonrisa en su rostro. -Empecemos por lo básico. ¿Es tu nombre Miles Prower?
- ...Si. -Tails se sorprendió respondiendo sin siquiera intentarlo, como si otra persona lo hiciese por él. Su voz era tan frágil que ni siquiera parecía suya. -Pero me lla...man Tails.
- Tails. Que lindo. Por tus colas, ¿verdad? Hahaha. -Rouge soltó una pequeña risita falsa. -Bien, dulzura. Tú y Sonic sois buenos amigos, ¿verdad?
El rubio negó con la cabeza lentamente.
- No somos amigos... Sonic me odia.
Pudo ver perfectamente como una chispa de ira cruzaba los ojos de Rouge, pero la chica recuperó la compostura en un tiempo record. Agarró a Tails por las mejillas con demasiada fuerza, mientras ponía esa sonrisa sádica en su rostro una vez más. El chico intentó quejarse por el dolor, pero nada salía de su boca.
- No me mientas, Tails... O tendremos que hacer esto de forma difícil. -Un pequeño gemido de horror fue lo único que respondió el zorrito mientras sus ojos se posaba en los diferentes tipos de cuchilla que la chica tenía en su tocador, lo que hizo que Rouge se emocionase más. -Aww... Tus ojos reflejan miedo... -Murmuró ella, soltado las doloridas mejillas de Tails con una amplia sonrisa. -Te lo preguntaré de nuevo... ¿Cuál es tu relación con Sonic? Y asegúrate de responder la verdad esta vez.

- Y entonces encontramos a Miles, que estaba llorando porque dijo que intentaste matarlo.
Sonic tenía la cabeza como un bombo. Esta niña no se callaba, y lo peor es que nada de lo que salía de su boca era interesante. Le repetía las cosas una y otra vez y no le decía donde demonios estaba Tails. Si esto seguía así, definitivamente acabarían pillándolos y con su amigo muerto.
- Vale, Cream te llamabas, ¿no? Dime donde están Tails y Rouge, y te prometo que hablaré con él sobre todo esto. -Suspiró el chico parando en seco para recoger algunos anillos que había visto. Ya de paso traería ese dinero a la guarida.
- Miles está en el cuarto de Rouge. Dijo que tenían que hablar de un par de cosillas.
- Ya... Bueno, te dejo aquí y voy a...
- ¡Ni hablar! ¡Yo voy contigo! -Sonic soltó un largo suspiro cansado. Definitivamente no quería tener hijos en su vida. Los niños eran una enorme molestia. Ya entendía porque Eggman los encerraba en mazmorras. Si todos fuesen como Tails... -¡Soooonic!
- Que si, que si... Súbete a mi espalda.
- ¡Guay!

- Señor. Sonic ha entrado a nuestras instalaciones, y al parecer se le ha unido Cream. -Shadow entró por la puerta, mientras observaba al Doctor trabajando en un enorme aparato que parecía una maquina transportadora o parecido.
- Um... Bien. Deja que se lo lleven.
- ... ¿Señor?
- Necesito a ese zorro vivo. ¿Rouge ha conseguido lo que le pedí?
- Si, Señor, pero aún no ha interrogado al chico... -Shadow hizo una mueca. -Aún no sabe donde está la guarida.
- No lo necesito.
- Pero, Señ...
- ¡NO ME REPLIQUES! Que Sonic se lleve al Zorro, y si quiere a la Coneja. Quiero que ese niño vuelva a la guarida con Sonic sano y salvo.
- ... Si, señor.

- ¿Entonces te gusta Sonic? Pero... ¿De forma amorosa?
- Si...
- ¿Y a él le gustas?
- No lo creo...
No sabía en que momento habían llegado a este punto, pero ahora Rouge le estaba preguntando sobre su vida intima. Pensó que simplemente le intentaría sacar donde estaba la guarida, y luego lo mataría, pero al parecer a la chica le interesaba esto mil veces más.
- Entonces cuando fuisteis a la ciudad... Eso puede considerarse una cita. -Asintió la chica murciélago. -¡Que bonito! Los ojos que reflejan un primer amor... Aww ojalá pudiese arrancártelos así tal y como están.
Tails tragó saliva, mientras la muchacha se le acercaba peligrosamente. Incluso posó una mano en su mejilla, mientras se inclinaba.
- Me pregunto... Si puedo hacerlo. Bien, piensa en Sonic mientras hago esto. -Rouge se giró, agarrando unas enormes pinzas. -Sólo dolerá un poquito... ¡Abre bien los ojos!
Y aunque hizo lo posible por cerrarlos, su cuerpo una vez más obedeció las órdenes de la chica que sonreía de forma espeluznante. Quería llorar, quería gritar que le dejase en paz y empujarla, quería salir corriendo. Pero su cuerpo no obedecía a ninguna de las órdenes que le enviaba. ¡Le iba a arrancar los ojos!
Justo entonces, cuando perdió toda esperanza oyó un golpe que hizo que la chica cayese de culo. Un remolino azul había entrado a la habitación y empujado a Rouge para que se quitase de encima de él. A Tails se le iluminó la mirada por completo.
- Sonic... -Consiguió pronunciar, aunque no podía llegar a decir nada más.
- ¡TAILS! ¡Gracias a Dios que estas bien! ¿Te ha hecho algo esta tía? -El rubio no respondía, simplemente lo miraba con esos ojos entrecerrados por culpa de la droga. No podía decir nada, aunque tuviese mil preguntas que hacerle. -¡Responde! ¿Tails? ¡Eh, tu! ¿Qué le has hecho a Tails?
Rouge sonrió ampliamente, y se acercó al rostro de Sonic inspeccionando sus ojos con todo detalle. A pesar de que él la amenazase la chica no se apartó en ningún momento. Es más, su sonrisa se ensanchó.
- Son preciosos... Como dos Esmeraldas. -Murmuró. -Ahh... Reflejan odio y amor también... Es asombroso.
La chica revisó un aparato parecido a una radio que empezó a vibrar. Ignorando a Sonic y Cream suspiró y se acercó a Tails con un pequeño cuchillo. El más alto abrió mucho los ojos, listo para rescatar a su amigo, pero le sorprendió que Rouge cortase las cuerdas que agarraban las manos de Tails en la silla.
- Podéis llevároslo... -Soltó la chica con decepción.
Sonic frunció el ceño. Esto era demasiado sospechoso. Pero revisó el estado de su amigo, y lo agarró en brazos, aún con Cream en la espalda que parecía impaciente por ver como estaba el rubio.
- ¿Sin trampas?
- Cero trampas.
- ¿No nos seguiréis?
- No queremos que sigas destruyendo el lugar.
- ... ¿Sabéis donde esta la guarida?
Rouge sonrió ampliamente y le dedicó una miradita a Tails. Sonic pudo sentir como el rubio en sus brazos se ponía nervioso de pronto.
- No lo sabemos... Pero espero que algún día nos los cuentes, Tails. Ha sido divertido hablar contigo. -Rouge le dedicó una sonrisa sádica, mientras que Sonic le respondía con una mirada de asco. -Tienes suerte, dulzura. Parece que el sentimiento es mutuo. Créeme, se leer estas cosas.
- ¿Qué sentimiento? ¿De qué hablas?
- Eso son cosas entre el zorrito y yo. -La chica murciélago, hizo un gesto con la mano. -Si no os marcháis llamaré a la guardia y os matarán.
Sonic apretó los dientes, mientras que ella sonreía ampliamente acariciando un botón sobre su tocador.
- ¡Sonic, vámonos! -Lloriqueó Cream completamente intimidada.
- Bien, bien. Vale.
En cuanto Sonic salió de su habitación con esos dos niños, Rouge no pudo evitar soltar una risita apretando el botón rojo.
- Esta es la cocina. ¿Desea algo, señorita Rouge?
- Ummm tráeme un dulce... Tanto té me ha dado hambre.
- En seguida.
La chica se sentó sobre su cama con un suspiro. No había conseguido ese par de Zafiros para su hermosa colección. Pero pronto lo haría. Y con ellos ese par de Esmeraldas perfectas. Definitivamente serían la joya de la corona. ¡Las necesitaba lo antes posible!

Sonic se paró en el Bosque, mientras dejaba a Tails en el suelo para inspeccionarlo un poco mejor. Cream saltó de su espalda acercándose a su amigo, asustada.
- ¡Miles! ¿Estás bien?
Tails cerró los ojos con fuerza, mientras un gran de dolor de cabeza empezaba a invadirlo. Se posó una mano sobre el cabello, incorporándose y agradeciendo a Dios volver a tener control sobre su cuerpo.
- E-Eso creo...
- Oye, ¿Recuerdas lo que pasó cuando saliste de la Guarida? Quiero decir... Pensabas que iba a matarte. -Sonic sabía que no era el momento adecuado, pero necesitaba quitarse esto de en medio. -Yo nunca... Nunca te intentaría matar, Tails.
- N-No recuerdo bien... Amy me dijo que tenía que escapar y...
- Pero todos dicen que estaban en el salón y oyeron la puerta. Corrieron a tu cuarto y ya no estabas.
Tails intentó recordar, pero con todo lo pasado le era imposible saber los detalles. Cerró los ojos y... Nada. Sólo sabía que Sonic le odiaba y quería matarlo.
- Tal vez me drogaron y... Oye... Entonces... ¿No me odias?
Sonic soltó un bufido y abrazó al chico como respuesta, a lo que Cream soltó una risita divertida por el rostro avergonzado de Miles.
- Por supuesto que no te odio. ¿Eres tonto? Estaba tan preocupado...
- L-Lo siento...
- ¡No tienes que disculparte por esto! Ni siquiera es tu culpa.
Ambos se separaron con una enorme sonrisa, simplemente mirándose un rato. Ninguno de los dos sabía que pensaban exactamente lo mismo.
"Pensé que te había perdido...".
Era un momento precioso, hasta que el rostro de Tails se volvió a uno de molestia.
- Un momento... ¿Qué se supone que haces aquí, Cream? ¡No me digas que te has escapado!
La chica que hasta ahora los miraba, con una enorme sonrisa se puso seria.
- ¡N-No me he escapado... yo...! Eh... Quería estar con Miles.
- ¿Estás loca? ¡Te mataran!
- ¡Lo harían igualmente!
- Lo siento mucho, Sonic, ella...
El chico empezó a reír.
- No hay problema. La guarida siempre está abierta para más personas. -Cream sonrió ampliamente, mientras el chico le devolvía la sonrisa sólo que de forma nerviosa. Ojalá que Sally no lo matase...
- Bueno, ¿Y cómo le has quitado el chip localizador? -Sonic y Cream se quedaron en silencio mientras miraban a Tails con cara de póker. El rubio abrió mucho los ojos. -... No me digas que...
- Cream. ¿Que tal si miras a Tails y piensas en cosas bonitas?
- Sonic. No.
- ¡Pero...!
- ¡Ni siquiera sabemos donde está! -Tails suspiró. Que molesto... -Bien. En cuanto te duela cualquier parte del cuerpo nos avisas a mi o a Sonic. SÓLO a nosotros. ¿Queda claro?
- ¡Si, Miles! -La chica sonrió ampliamente y se lanzó a abrazar a su amigo. ¡Estaba tan contenta! ¡Este era el Miles que ella conocía! Y si Sonic hacía feliz a su amigo, entonces era una buena persona. ¡Estaba claro! Tails suspiró con una sonrisita y le devolvió el abrazo.
- Entonces volvamos... -Soltó el más alto con una risita. -Nos estarán esperando. ¡Y he conseguido un montón de anillos!
Tails le respondió al chico con una sonrisa, que por algún motivo lo hizo sentirse raro por dentro. O tal vez sería hambre... En cualquier caso era molesto y quería ponerle remedio cuanto antes.

Rouge y Shadow observaban la enorme maquina que hacia ruidos y soltaba humo. Robotnik soltó una risa malévola y estúpida, mientras introducía el ADN de Miles en el aparato, el cual no parecía demasiado seguro.
- Señor, aún no nos ha explicado que hace esta cosa...
- Um... Simplemente crea muñecos.
- ... ¿Muñecos? -Shadow hizo una mueca, mientras Rouge soltaba una risita.
- Muñecos con vida. Clones que harán todo lo que digamos sin rechistar. Por supuesto le añadiré algo de mi propia cosecha... Cuchillas incorporadas, Disparar lásers sin necesidad de arma...
- ¿Una especie de Robot con capacidad mental? Interesante... -Sonrió la chica, relamiéndose los labios. -¿Va ha crear un muñeco de Tails, entonces?
- ¿Tu también lo llamas así...? -Murmuró Shadow con molestia.
- Muñeco de Tails... -Robotnik pareció caer en la cuenta de algo. -Um... Es un buen nombre, Rouge. Se llamará así.
- ¿Muñeco de Tails?
- TailsDoll. La maquina que acabará con Sonic y su pandilla.
Shadow y Rouge se miraron con interés. No sonaba mal del todo...
En sólo una semana, nacería TailsDoll.