Esta historia la escribí y publiqué en 2012. No tiene ningún cambio ni alteración. Está tal cual. Fue publicada en Foros Dz y Facebook. No es plagio ni nada. Espero subir capítulo cada 2 días y teminarla pronto pronto. Que ya mañana regreso a clases y sufro. Muchas gracias por leer.

AMAR EL SILENCIO.

PRÓLOGO

En la vida puede haber muchas sorpresas. Muchas ocasiones que marcan tu persona. El problema es cuando reconocer que estas frente a una de esas situaciones.

¿Cuándo es el momento?

Tu corazón no se agita, ni el fondo saldrá lleno de gorriones cantores. No sonará una música celestial, ni tu panorama será perfecto.

Muchas veces nos confundimos, todos lo sabemos. Porque a cada uno nos ha tocado pasar por algo que nos marcó, algo que cambió nuestras vidas, y que incluso, sabiéndolo, no pudimos tomar esas oportunidades.

¿Frustrante verdad? Pero es la realidad.

Su lugar de trabajo no era lo que él precisamente más adorara, pero le daba de comer y eso sí que le gustaba. Ser diseñador gráfico no era el trabajo más deseado de muchos, ni por lo menos, pero era algo que sabía hacer bien.

Se estiró sobre su pupitre, y por un pelo y tira la computadora, pero sus reflejos lograron impedirlo.

— No me digas ¿haciendo tonterías como siempre?

La voz de su amigo de trabajo lo hizo girar sus ojos. Él, como toda la vida había sido, sincero, gracioso… Un simple muchacho de 28 años.

— No seas tonto Sasuke, iba a tirar el computador por accidente.

— Si no me lo dices, no te creería- bufó con sarcasmo, se acercó a él y empezó a rebuscar en los cajones-

Namikaze Naruto, sus ojos azules eran un atractivo imán, su cabello rubio por esos lugares de Japón eran inusuales, otro factor para ser irresistible pero el tipo que rebusca en su cajón es un simple nativo común, ojos negros, cabello negro… Piel blanca y tersa. Uchiha Sasuke y así, tiene un montón de mujeres detrás de él. ¿Cómo? Naruto también quisiera saberlo.

Naruto tomó de entre sus cosas una memoria USB en forma de ranita, y sí, su lado infantil era el mayor repelente de su vida.

— Toma, aquí está el diseño para la Firma Cooperativa de los Nara.

— ¿Qué tal? Espero que haya quedado bien el logo, una mujer vino por él, es la publicista. Anda apúrate, no tiene todo tu tiempo.

El pelinegro recibió la memoria con prisa y salió del lugar. El ojiazul solo respiro profundo y se volvió a sentar para restirarse sobre su pupitre.

Pasó el rato, y llegada su hora de comer, tomó su saco del perchero ubicado a un lado de su almacén de papeles.

Dio una gran bocanada de aire y atravesó la puerta de su oficina, la que lo separaba a su persona, de todos los demás.

Llegó al elevador y una mano amiga lo interceptó. Otra vez Uchiha Sasuke.

— Si ya te vas, espérame un momento y nos vamos juntos.

— No tengo 15 años para ir a todos lados acompañado, Sasuke… Pero está bien, tu invitas ¿sale?

El pelinegro suspiró con resignación, cuando la puerta del elevador se abrió, ante ambos una chica de cabellos azulados y piel blanca salió del aparato.

— Buenas tardes- el rubio sonrío, pero aunque los ojos perla de la dama chocaron con los suyos, ella se inclinó un poco y siguió su camino.

— No le hagas caso Naruto, es una vieja apretada, es la publicista de la que te hablé.

— ¡Cállate Sasuke! Te va a escuchar.

Una figura de los trabajadores se sembró frente a ellos. De pelo blanco y lentes circulares.

— No lo hace… Es una simple inútil, una sordomuda.

— Ella es sordomuda… ¿Es enserio Kabuto? — el rubio denotaba asombro en sus palabras.

— Si lo es, pero es muy buena en su trabajo, deberían dejar de hablar de ella.

Otra compañera se había entrometido en la discusión, sus ojos verdes se clavaron en los de Kabuto y su pelo rosa se movió con enojo. Haruno Sakura.

—Es una inválida, y no sirve para más… chance y para cogérsela.

— ¡Oye infeliz! Tienes madre y tal vez hermanas… No juzgues a nadie, si no has cogido es tu problema no de ella ¡Idiota!

El rubio sujetó al peligris de la camisa, estuvo a punto de golpearlo, pero se resistió y solo lo empujó con brusquedad.

Tanto la mujer de cabello rosa como el pelinegro estaban impresionados por su repentina actitud. Naruto se acercó a la dama, y al ver sus ojos con un tono blanco, incluso pasó por su mente el que también pudiera ser ciega.

— Mi nombre es Namikaze Naruto, es un gusto… Me encantaría ser su amigo.

La chica lo vio, pero no articuló nada. Solo parpadeo un par de veces. Alzó la mano e hizo unas señas que él para nada entendió. La mujer bajó la mirada y se alejó.

— Bueno, lo intentaste Naruto…

Sakura lo tomó de los hombros, pero él se apartó con una sonrisa que dejó extrañado a sus amigos.

— Bueno, hoy mismo me dedicaré a aprender lengua de señas. ¡No digo sino!

A veces pensamos que si un momento no funciona, todo acabó. Está en el destino que si es para ti, muchas veces tendrás que esforzarte por él.

Las cosas no llegan del cielo, hay que saberlas buscar.

El problema también es, que no sabemos si lo que buscamos, quiera que lo encontremos. Podemos creer saber lo que alguien quiere. Podemos también toparnos, con que nada de lo que pensamos… Es cierto.

La vida puede ser un mapa. Pero una persona es un mundo.

A veces no entramos en la vida de una persona en el mejor momento.

Y si eso pasa, prepárate para salir lastimado.