Nota:Este fic participa del Reto "Pecados Capitales" del foro "221B Baker Street".
Disclaimer: Los personajes de Sherlock son propiedad de Sir Arthur Conan Doyle. Y la serie de la BBC pertenece a sus respectivos dueños. Solo la historia me pertenece y no gano absolutamente nada de ello, solo la satisfacción de imaginar a Sherlock y John juntos.
Advertencias:Ninguna creo…
NA:Este fic va dedicado a todos aquellos que se tomen el tiempo de leerlo y dejar un review. Muchas gracias a mi Beta Roberto (te quiero). Y sin más espero que sea de su agrado.
Pereza
Una fuerte lluvia arreciaba en todo Londres, acompañada de un clima frío que hacía a todos los transeúntes portaran sombrillas y gruesos abrigos. John podía sentir un cálido aliento recorrerle su nuca. Se fue despertando poco a poco, rozando su piel desnuda con el cuerpo de Sherlock que dormía plácidamente.
Podía recordar exactamente todo lo sucedido después de encontrarse con la deslumbrante imagen de Sherlock desnudo en su cama. Se sentía como un completo idiota dejándose manipular tan fácilmente, pero John no podía negar que quedaba hipnotizado ante la belleza de Sherlock. Trató de levantarse de la cama pero unos fuertes brazos rodearon la cintura de John, devolviéndolo rápidamente a su antigua posición.
—No te levantes— habló Sherlock somnoliento, aferrándose al cuerpo de John—. Tengo frío.
—Creí que dormías.
—No tengo sueño John. Pero estoy realmente cómodo en estos momentos, así que no te muevas.
—Tengo que recoger todo el desastre que causaste abajo— John hizo el intento de levantarse nuevamente y Sherlock se lo impidió—. Aunque si me ayudas terminaremos más rápido.
—Aburrido— respondió Sherlock con ese tono de voz que usaba cuando creía que John decía estupideces—. Sólo quédate conmigo ¿de acuerdo?
Sherlock se abrigó en los fuertes brazos de John disfrutando del calor que emanaba; dejándose arrullar por los latidos de su corazón. John lo abrazó posesivamente, enterrando su rostro en la maraña de rizos negros, bañándose en su dulce aroma.
La pereza se apoderó lentamente de sus cuerpos, dejando a un lado todo el desastre ocasionado por Sherlock para después. Decidiendo pasar todo el día en la cama disfrutando de la simple compañía del otro; acompañados de agradables caricias y dulces besos que provocaban susurros cargados de palabras de amor que nunca terminarían.
Muchas gracias a todas las personas que llegaron hasta aquí. Espero que sea de su completo agrado.