RECUERDO…ARREPENTIMIENTO
La cama de hecho era muy cómoda, pero sus ojos se habían abierto tan de pronto que no logró conciliar el sueño en un buen rato. Se rodó por la cama tratando en vano de dejar de pensar en su día. ¡Qué día! Durante años había imaginado el momento de su regreso, no iba a mentir a estas alturas de su vida. Nunca pensó en lo que estaba ocurriendo en la realidad. Claro que pensó en encontrar a Hinata casada, tal vez con hijos. Pero vaya que el encontrarla de esa forma con su mejor amigo le estaba calando.
Además ¿Qué tanta suerte puede tener un hombre cómo él? La mujer de su vida no volverá a él, es el momento de dejarla partir por lo menos en su mente porque lejos de su cuerpo ha estado muchos años. Y justo entonces se reencuentra con un viejo amor no correspondido que aparentemente muestra interés en él. ¿Debería tomar eso cómo una oportunidad para volver a enamorarse? ¿Y si cometía el mismo error? No se perdonaría por dañar a Sakura de la forma en que lo había hecho con Hinata.
Pasaban de las tres de la mañana y él no podía conciliar el sueño, se levantó perezosamente y se acercó al refrigerador para sacar una caja de leche que bebió de un sorbo.
— Parezco un gato – pronto su mirada se posó en la puerta entreabierta del cuarto que compartían Hinata y Sasuke, no soportó la duda y miró por el espacio. Ambos tenían sus rostros frente a frente… un frio le recorrió la espalda…y su mente viajó a otra habitación mucho más sencilla, y aun sentía como si nunca hubiera dejado de abrazar la cintura de la joven por detrás, mientras le susurraba al oído cuanto la amaba, y le encantaba esperar la reacción de ella que siempre se sonrojaba al escucharlo.
— Que duro ha sido todo esto…—se dijo para sí el rubio, y regresó a la cama intentando dormir — Tal vez lo mejor es dejar que el rumbo continué, callarnos y vivir nuestras vidas.
Ella había despertado a las 3:30 de la mañana y no soportó el echar un vistazo al invitado; Lo vio dormir como un niño pequeño, lo cubrió con la manta al notar que temblaba, él continuaba siendo un inquieto en la cama y dejaba por todos lados las sábanas.
Lo observó un par de minutos y no pudo evitar sentir la marea de sentimientos encontrados. Por un lado encontrárselo de esa forma, durante años imaginó la situación y definitivamente hubiera preferido que esta no se diera de la forma en la que lo hizo. Cuando se enamoró de Sasuke supo que las cosas se pondrían difícil en algún momento, y sin querer admitirlo Hinata siente una especie de insano sentimiento de satisfacción. Alguna vez tuvo miedo de que al volver a ver a Naruto este estuviera casado y ella sola y sin poder reponerse de su pérdida.
Había satisfacción en su mirada perla, pero al mismo tiempo una especie de arrepentimiento. Tal vez su relación jamás debió comenzar, tal vez aquella noche no debió aceptar dormir en su casa, tal como ahora más de una década después él duerme en la casa de su futuro esposo.
— Gracias por dejarme dormir aquí hoy Naruto—kun…
Él dormía plácidamente en su sillón, y mientras la chica de 21años miraba su rostro… No pudo evitar querer besarlo; cuando estuvo lo suficientemente cerca cerró sus ojos por reflejo su corazón latía a mil por hora, sabía que no podía hacerlo y cuando se estaba arrepintiendo lo escuchó…
— ¿Hinata?
Sorprendida se alejó toda avergonzada, que incluso tropezó más de una vez. Retachó contra la pared y se quedó estática.
— ¿Qué ibas a hacer? – Sus ojos azules brillaban con intensidad y se notaban sorprendidos, además un sonrojo asomaba por sus mejillas.
— ¡Ya me voy!— ella gritó dirigiéndose a la puerta a la mitad de la noche y vestida solo con una playera — No iba a hacer nada…lo siento.— Pronto sintió un tirón de su muñeca, Naruto la sostenía decidido a no dejarla ir, le aceró a su cuerpo y así…sin más, la besó, sus labios no le permitian decir nada, y aunque lo hubieran permitido…no pensaba en nada más que disfrutar el momento.
— Supongo que lo que ibas a hacer…
— Ya no importa, Naruto—kun…— dijo esto y él la estrujó entre sus brazos. Aquella noche durmieron juntos por vez primera en el piso de la sala de su departamento.
De pronto vio como Naruto se daba la vuelta incómodo en aquella cama, su cara desapareció de su visión y el recuerdo simplemente se esfumó.
— Pero supongo que eso no volverá a pasar…— masculló quedamente, no pudo evitarlo, y comenzó a llorar, se levantó y regresó al cuarto donde el ahora hombre de su vida la esperaba.
—Hinata…—las lágrimas también bañaban la cara de Naruto se cubrió con las cobijas para esconder su llanto…— Si no me hubiera ido, nada de esto hubiera pasado…—Exclamó entre sollozos ahogados.
Al día siguiente Sasuke se despertó antes que su hermosa prometida. Se dio una ducha rápida y aunque le hubiera encantado hacerlo con ella un día entre semana era muy pesado en la empresa donde era el segundo al mando. Vicepresidente, le llamaban ahora, pero dentro de poco el Vice volaría para dar paso a un simple pero potente Presidente Uchiha. Y estaba feliz de que la mujer que más amaba formase parte de eso, además de que ahora por primera vez podía compartir esa felicidad con el idiota de su mejor amigo.
Una vez alineado se despidió con un beso en la frente de su futura esposa y salió del cuarto, pasó por el de su invitado y le sorprendió el no encontrarlo. Sin meditarlo mucho se adentró en el cuarto para encontrar en la cómoda un accesorio para cabello, le extrañó un poco porque podía jurar que aquél objeto pertenecía a Hinata y aún más, para ella era intocable. Iba a tomarlo pero se arrepintió de inmediato. Tal vez eran diferentes y solo se trataba de una coincidencia.
Salió de su casa tratando de no hacer más ruido del debido. Arrancó su BMW y emprendió camino a la empresa. Mientras se ponía el rojo en el semáforo, Sasuke no pudo evitar recordar la forma en que conoció a Hyuuga Hinata. Una sonrisa casi disimulada se le pintó en rostro. No se trató de un encuentro mágico, fue algo más como destinado.
Tocaron la puerta de su oficina, antes de que pudiera preguntar de quién se trataba su hermano irrumpió su pacífica vida. Venía hecho una furia, se sentó farfullando cosas incomprensibles. Sasuke lo ignoró, la verdad le daba mucha pereza escuchar a Itachi y sus múltiples corajes, siempre había una historia nueva que lo tenía con los nervios de punta y él era con quien el mayor se desahogaba. Si supiera que a Sasuke le importaba dos cominos sus superficiales problemas.
— Sasori terminó con su novia hace como dos meses y el tipo sigue en depresión, ya no me gusta verlo así. Me parece patético.
El mayor daba vueltas en la silla ejecutiva poniendo nervioso a Sasuke quien trataba de concentrarse casi sin éxito en sus papeles.
— Tal vez simplemente es patético.
— ¡No puede serlo más que tú querido Sasuke! — el menor hizo una mueca de total desagrado, mira que ser comparado con Sasori era lo último que quería escuchar — En tu vida te has enamorado, pasas los días encerrado en esta oficina sin saber realmente de qué va la vida, no te emociona nada, no te desilusiona nada, no se te acelera el corazón por ninguna mujer ¡Porque no conoces ninguna! Ya es momento de que salgas de ese caparazón. ¿Qué tal si esta noche nos vamos de fiesta?
— Paso.
— ¡Anda! Te presentaré a una chica que te hará dejar de respirar — Sasuke dio un bufido molesto — ¡La ex de Sasori! — Esa fue la gota que derramó el vaso ¿Acaso su hermano se había vuelto loco? Él era un Uchiha, no iba a aceptar sobras, menos si venían de ese idiota de Sabaku no Sasori. — Es muy extrovertida, divertida, se aloca como nada cuando toma y es bien apasionante, tiene algo que atrae.
A Sasuke se le secó la garganta, su hermano jamás había hablado de una mujer de esa forma, es más. ¡Nunca hablaba de mujeres! ¿Qué diablos podía tener esa chica que tanto a su hermano como a su enemigo Sasori los tuviera tan encantados? Odiaba admitirlo pero admiraba al tonto de Sabaku no Sasori. Era un tipo genial, muy centrado y decidido. Frío y calculador, como él. Le hubiera encantando que su hermano mayor tuviera un poco del encanto de ese pelirrojo.
— Esta bien, conozcámosla esta noche. ¿Estás seguro de que Sasori estará bien con eso?
— Claro, no tiene porque enterarse.
Pero aquella noche su salida se vio interrumpida por los planes de sus padres. Se organizó una fiesta bastante elegante, donde ambos hijos fueron obligados a asistir bien arreglados. Cuando llegaron Itachi se mostró conciente de la situación lo que extraño a su hermano.
— ¿Por qué presiento que tú ya sabías de esta salida?
— Porque lo hacía, por eso quería disuadirte de no asistir y escaparnos de fiesta, pero te has negado rotundamente.
— Es poco responsable faltar a las fiestas de negocios de nuestros padres, tú deberías ser más consiente de tu posición. Eres el presidente de la empresa.
— Pero no quiero serlo, estas fiestas no son una cosa de negocios, son vender a tus hijos.
— ¿A qué te refieres?
— La familia Hyuuga ha asistido a esta reunión, es la primera vez que Hiashi trae a sus dos hijas. Al parecer papá piensa que es una buena idea que yo me quede con la mayor y tú con la menor, la chica Hanabi.
¿¡La chica Hanabi!? No, en esta vida Uchiha Sasuke había hecho todo bien. Un hijo ejemplar, un estudiante destacado, un hombre que quiere dirigir la empresa de su padre. Pero esto es intolerable, él no va a amarrarse a una mujer que ni siquiera conoce o le gusta. No. Camina a paso determinado hacia donde está su padre, Itachi lo sigue con una sonrisa en su rostro, siente que Sasuke arruinará ese trato ridículo y ambos podrán hacer sus vidas de la forma en que les plazca. Pero Itachi no tenía previsto lo que sucedió. Su hermano se quedó perplejo al llegar donde su padre, había dos jóvenes muy bien arregladas platicando con él.
La menor pasó completamente desapercibida por el menor Uchiha. Pero cuando la Hyuuga mayor se giró para verlo, él simplemente se quedó estático. Sus ojos perla reflejaban suyos. No pudo murmurar ni siquiera una exclamación, ella lo miraba extrañada, hizo una reverencia y se presentó con sutileza.
— Mucho gusto mi nombre es Hyuuga Hinata.
Itachi lo empujó para ponerse frente a la joven, besó su mano. Sasuke se quedó perplejo, si ese era el plan de su padre Itachi se comprometería con Hinata. No, esta vez no cedería a la voluntad de sus mayores, esa mujer de cabello azulado y piel como seda y nieve no iba a estar en los brazos de nadie más que no fuera Uchiha Sasuke.
El repetido claxon sacó al joven de sus recuerdos. La luz estaba en azul y él tan embobado que se encontraba parando el tráfico. Arrancó con una sonrisa de satisfacción tonta en su cara, nunca había imaginado que su hermano hubiese sido su mayor rival de amores en aquella época. Hinata era la mujer de su vida y punto. Ahora nadie iba a cambiar ese hecho facto.
Mientras tanto esa mujer terminaba de arreglar el cuarto, salía a la cocina decidida a desayunar algo ligero, tenía un día pesado en el trabajo. De pronto alguien entró por la puerta, pensó que sería Sasuke, una sonrisita travieza se le escurrió por los labios, sus pasos y el aroma que por un momento no encajaba en sus recuerdos pero era maravilloso para sus sentidos, cuando se giró el cabello rubio de Naruto la exaltó. Su corazón dio un brinco, odiaba esas emociones reprimidas, por años esperó en el departamento de ambos que un día él volviese y ahora cuando ya no tiene espacio en su vida la hace revivir el oleaje de sentimientos que la obligan a sentirse culpable
— ¿Por qué tienes las llaves del departamento?
Preguntó sin pizca de compasión o educación.
— Creo que aún no comprendes el tipo de relación que tengo con tu futuro marido. Confiamos mucho el uno en el otro, somos como hermanos.
— Claro, eso tendría sentido… ¿Por eso él sabía de mi existencia y tú de la mía verdad?
— Sasuke me habló de ti, me dijo que por fin se había enamorado, que era una mujer maravillosa, pero jamás me dijo tu nombre. Me imagino que por la relación empresarial Uchiha-Hyuuga. No lo culpes por ello. Yo nunca dije tu nombre por el mismo motivo ¿Crees que para ti hubiera sido fácil estar con un don nadie como Uzumaki Naruto?
Él se sentó en la mesa y ella lo imitó.
— Ya no es momento de reclamar algo como eso — No quería romper en llanto, las palabras le había dolido como puñales ¿De verdad él creía que a ella le importaba su apellido o dinero? Vaya idiota — Lo que importa ahora es ¿Qué vamos a hacer con Sasuke?
— ¡Me siento mal de no abrir mi boca! ¿Crees que es fácil hablar con tu mejor amigo sin confesarle algo tan íntimo? Vamos. Él podría jamás enterarse… pero si lo hiciese nosotros vamos a pagar las consecuencias. Tú te quedas sin… el amor de tu vida y yo pierdo a mi mejor amigo. Por ningún lado es bueno permanecer callados.
— ¿Entonces qué? Le decimos ambos o cada uno por separado. Si te soy sincera tengo mucho miedo, he vivido 2 años con él sabiendo su relación y no he tenido el valor de decírselo.
— Tú tienes problemas… yo recién me entero pero tú eres su futura esposa ¿Crees que a él le va a gustar que nunca hayas tocado el tema? Va a pensar que hasta ahora que aparecí has confesado por temor a que yo lo haga primero.
— ¿Y si guardamos el secreto? No quiero perderlo.
Naruto palidece ¿De verdad Hinata le está proponiendo mentir de esa forma? Ella se suelta a llorar y a él se le aprieta el corazón. ¿Va a elegirla a ella por sobre su casi hermano? No, no puede. Pero al fin y al cabo corazón que no ve no siente ¿No? Sasuke había pasado dos años maravillosos al lado de esa mujer y si él no hubiese aparecido las cosas continuarían su cause, tal vez ella en algún momento le confesaría eso pero no pasaría nada. El único que iba a sufrir si aceptaba ese trato era él. Tendría que guardar un secreto que más bien era una mentira a su mejor amigo, soportar el dolor de verlos casarse, saber que Hinata ya no lo amaba y había encontrado en otra persona lo que él no pudo ofrecerle. Las cosas se veían bien para todos si Naruto se tragaba su amor, celos, decepción y traición para él mismo.
Hinata se levanta y se limpia en vano sus lágrimas, no ha podido desayunar. Toma su bolso y se dirige a la puerta.
— Tengo que ir al trabajo, tú deberías hacer lo mismo. Luego hablaremos de esto.
Ella salió y Naruto no esperó más para quedarse en ese departamento que le deprimía. Tenía una junta importante.
Pasada la tarde el estómago del rubio sonaba comprometiéndolo durante la junta, cuando esta terminó salió aliviado a la calle. Odiaba andar en traje, pero era parte del protocolo, se estaba quitando la corbata cuando divisó a lo lejos el cabello inconfundible de Haruno Sakura. Parecía estar seguro que encontrarla otra vez podía ser el destino, se río para sus adentros. Cuando era mucho más joven hacía de todo para poder acercarse a ella.
A la salida del trabajo Naruto buscó desesperado a los alrededores del vestidor de mujeres. Se había cambiado lo más pronto que había podido para alcanzar a Sakura, pero al final la había terminado perdiendo así que prefirió tomar camino para su departamento. Caminando por una calle bastante transitada visualizó su llamativa cabellera. No lo dudo y se lanzó corriendo hasta donde ella estaba. Le dio un golpecito en el hombro a puño cerrado. Muchas veces Jiraiya le había dicho que ese gesto era más de camaderia que de coqueteo, pero ya era parte de su forma de ser.
Sakura se giró para verlo y una sonrisa se le dibujó.
— ¡Hey Naruto! Que coincidencia.
— ¡Claro coincidencia! — soltó nervioso mientras caminaba a su lado. — ¿Quieres ir por un helado?
— Mientras no sea en plan romántico todo está bien.
Él asintió. En la heladería ni siquiera tuvo que preguntar a la chica qué helados quería, ya era una costumbre. Él vainilla, ella chocolate.
— ¡Me conoces muy bien eh! Estoy muy feliz de conocerte Naruto, de verdad.
Él se sonrió como estúpido. ¿Acaso ella estaba queriendo decirle algo más oculto entre líneas? La tomó de la mano y ella pareció cómoda con el gesto, el corazón del rubio estaba acelerado, caminaron así un tramo de la calle hasta la casa de la pelirrosa, cuando se detuvieron Naruto estaba meditando entre animarse a besarla o mejor no arriesgarse.
Cuando ella lo interrumpió en sus cavilaciones.
— Parece que pronto comenzaré la Universidad.
Naruto quedó perplejo ¿Qué?
— ¿Pasaste el examen de admisión Sakura? — Ella asintió, él la cargó abrazándola con efusividad — ¡No puedo creerlo! Felicidades, serás una excelente médica Sakura- chan.
— Lo único que me entristece es que con esto ya no podré trabajar en el café, me pone un poco triste el no volver a verte, trabajaré solo este mes antes de empezar mis clases. — El ojiazul se quedó frío. ¿Hablaba enserio? ¿Ellos ya no podrían verse? Entonces sintió un cálido tirón de manos. — He decidido que me iré, entonces quisiera pasar más tiempo contigo a partir de ahora… no como novios — ella mostró un sonrojo mal disimulado — pero podríamos comenzar con algo y después ver qué pasa.
Naruto la abrazó y se sintió feliz de poder tener la oportunidad de ser amado, Sakura se la iba a dar y no la desperdiciaría. Tenía años detrás de ella y ahora era el momento. Se despidió con su mano en el aire y una sonrisa de oreja a oreja.
Naruto volvió a reír, el destino podía jugar diferentes caras del dado. Al día siguiente de esa puerta abierta al amor con Sakura, él conoció a Hinata y todo siguió el rumbo actual. Tal vez si hubiera persistido con Sakura y su propuesta en ese momento el dolor que lo acompañó durante años y ahora se acrecentaba de golpe con las "buenas nuevas" jamás hubieran pasado. No hubiera lastimado a Hinata y tal vez sería muy feliz con Haruno. De pronto sintió un golpe en su hombro, al girarse vio a la dueña de sus recuerdos juveniles junto a él.
— ¡Estas sordo Naruto! — Espetó ella poniendo sus manos en la cadera — ¡Llevo gritándote un rato!
Él la miró perplejo, eso parecía una mala jugada. Antes él la buscaba ¿Ahora era ella quien lo hacía?
— ¡Perdona Sakura-chan! Recién salgo de una junta y tengo la cabeza hecha una maralla.
— ¡Hey! ¿Tienes tiempo libre? — él asintió — bueno, para que te distraigas yo tengo la tarde libre ¿Vamos a comer?
Naruto sonrío y le tomó la mano, ella accedió a caminar de esa forma hasta el restaurante. Tal vez, solo tal vez, el destino le estaba poniendo nuevamente las cartas sobre la mesa y no se perdonaría por tomar las equivocadas, no en esta ocasión. Si tenía una oportunidad para desaparecer e dolor de Hinata y sentirse menos dolido por su traición hacia su casi hermano no iba a sr tan idiota y dejarla pasa.