Hola!

Nos volvemos a leer. Como saben, los personajes no son míos, a excepción de los inventados, los demás son de SCC de Clamp.

Este es el último capítulo de este fic que me pareció divertido y me hizo reír mucho, sobre todo con las ocurrencias de Ryu. Quiero contarles que he recibido unos reviews muy lindos y les agradezco por ello, de verdad, me gustó mucho saber lo qué pensaban o cualquier cosa, es algo que me animó mucho.

Empecé y termine este Fic por ustedes, porque la verdad, si no fuera porque sabía que a algunos les gustaba, no hubiera continuado el fic. Así que gracias.

En fin, no los quiero aburrir, pero si agradecer por leer, por estar pendientes y por comentar.

A Leer!


-Oh, cuanto lo siento profesor Higurawa-gritó Ryu con falsa inocencia al profesor de historia mientras lo veía sobarse las zonas heridas. Los demás chicos del equipo festejaban las tantas golpizas que Ryu le había hecho al profesor de historia.

De hecho, parecía que todos los que se iban a graduar estaban vengándose de todos los sufrimientos que les habían hecho pasar los profesores. Ya se estaba acabando el partido y claramente estaban ganando los estudiantes, no por nada desde que Shaoran era el capitán desde hace cuatro años ganaban todos los intercolegiales. Sin embargo, más que darles una paliza en el fútbol, los seniors o mayores a punto de graduarse, buscaban darle una paliza más personal, y todos, a excepción del profesor de deportes que claramente era el que más querían, habían recibido justicia.

-Hey Li, déjame el de inglés por favor- suplicaba por lo bajo uno de los de ofensiva mientras pasaba casualmente por el lado del capitán, el único que podía decidir.

-Que sea suave- le contestó sin ninguna emoción en su rostro, pero si en sus acciones o su voz. La estaba pasando en grande, sobre todo al ver al soso rector rojo de la furia por lo que habían hecho.

Miró a Ryu de reojo, el estúpido estaba más que feliz y era el que más azotes daba sin disimular, y lo entendía. Así que sin dejar atrás su objetivo de lastimar a todos los profesores, le dijo a cada jugador que disfrutara, que este iba a ser el último juego.

-Es nuestro último juego chicas y Tenemos que emocionarlos a todos!-decía una alegre Sakura ante sus compañeras, quienes apenas se estaban cambiando- Tenemos que hacer que olviden lo que pasó hace poco con esos chicos-recordó algo divertida, porque tres de sus amigos habían estado allí- y también tenemos que divertirnos.

-Pero siempre lo hacemos, no es como si fuera algo diferente-aseguró Lila, .queriendo llevarle la contraria a la castaña.

-Claro que es diferente- aseguró recogiendo su cabello para separarlo en dos coletas.- Para algunas esta es nuestra última vez aquí animando Midara-kun- dijo tranquila y con empatía, como quién le habla a un bebé- y tenemos que disfrutarlo-terminó, entusiasmada.

Las demás no pararon de asentir entusiasmadas hasta que siguieron arreglándose, poniéndose maquillaje y fijándose el peinado. Tomoyo había diseñado los atuendos para cada una de las porristas con un toque diferente y único.

-Me alegra tanto que lleven mis diseños puestos- declaró la peli negra con estrellitas en su mirada mientras sus amigas se le acercaban a felicitarla porque habían alcanzado a ponerse el nuevo diseño.-Están todas tan lindas y tu sakurita, te queda di-vi-no con ese par de ojos que tienes-señaló alegre, porque los colores le quedaban muy bien a la trigueña, quién solo miraba por la puerta para ver cómo iba el partido.- ¿Sakurita estás bien?

Al pronunciar la última letra se arrepintió al instante porque Sakura bajó el rostro y su amiga se alisto a ayudarle, tomándole de las manos, un hábito al que se había acostumbrado desde pequeñas.

-Sabes que tienes que dejar ir ciertas cosas-le dijo pacientemente-No sabemos si en verdad él dijo lo que dijo o si escuchaste mal, sea como sea tienes que ser sincera contigo misma y con él

-Pero Tomoyo tu sabes lo que él dijo…tu sabes que él…-le interrumpió angustiada.

-No, yo no sé nada-le dijo tranquila, apretándole las manos- Y creo que tu tampoco lo sabes. Aunque creo que te estás volviendo una cobarde…

Y la reacción a sus palabras fue instantánea- Pero Tomoyo ¡yo no soy ninguna cobarde!-defendió levantándose estruendosamente, ganando sonrisas cómplices de sus compañeras, pues sabían a veces lo infantil que podía ser su capitana.

-Entonces ¡demuéstramelo Sakurita!-motivó la pelinegra dándose cuenta de que ya había terminado el partido y que tenían que empezar el show-Justo a tiempo- se dijo y luego miró a su amiga y le dijo- Y tú, prepara algo porque hoy no te vas hasta decirle a Shaoran que tú…-

- ¡Tomoyo!-Interrumpió con vergüenza la castaña tapándole la boca a su amiga.

Cuando salieron de los vestidores no pudo más que agradecer a su amiga: su humor había vuelto y así si podría hacer su último show. Sin embargo, no pudo desviar la vista del campo de juego donde vio a los jugadores estrechar las manos sólo para verlo a él.

Siempre le había parecido alguien increíble y no sólo por su aspecto: Shaoran siempre había sido muy listo en muchas más áreas de las que enseñaban en el instituto y siempre había usado ese conocimiento para ayudarla en todo momento. También era muy amable y muy cándido cuando la trataba, además siempre la ayudaba en todo lo que quería, aunque últimamente su hermano le renegaba diciéndole que más que ayudarla la consentía.

-Aunque al inició no era así-Dijo en voz alta acordándose de la enemistad que los había rodeado cuando el joven recién se mudó al pueblo. Enemistad que se disolvió con el contacto continuo de parte de ambos. Recordó entonces como solían jugar después de aquello y deseo poder volver a ese pasado. Con aquel deseo preció haberlo llamado porque en ese instante él se volteó y su mirada café, esa que siempre le creaba torbellinos extraños en el vientre, se enfocó en ella con más fuerza que nunca.

Sintió un escalofrió porque se imaginaba que le diría

-Creo que Daidoji se está pasando con sus vestuarios- le dijo esa tarde mientras hacían las tareas en el estudio de Shaoran, al lado de su cuarto. Como siempre, cuando se refería a algo sobre ella volteaba el rostro o miraba para el suelo, nunca mirándola a ella.-Creo que están muy cortas esas faldas.

-Pero yo creo que están muy lindas-rebatió con un puchero que destruyó los celos del castaño por un momento.-Además-añadió recordando y señalándolo acusadoramente con un lapicero de colores-¡Tú dijiste que te gustaban las faldas en las mujeres!

-Pero en otras mujeres, no en ti-refunfuño molesto de que sacara aquel detalle en la conversación.-Además ¿no ves como todos las están mirando siempre?

-¿Por qué en mí no?-repuso triste- además Tomoyo dijo que era bueno llamar la atención de los chicos y…

-¿QUE DAIDOJI DIJO QUÉ?-Preguntó levantándose enfadado para ir a llamar a cierta peli negra que siempre lo ponía de humor de perros cuando diseñaba un nuevo uniforme de porristas.

-Pero ¡Shaoran siéntate!-Regañó la ojiverde aún sentada frente al escritorio y con el ceño fruncido- ¿Por qué estás enojado? Siempre te enojas cuando me pongo la ropa que diseña Tomoyo- susurró enojada, viendo como él se ponía rígido y se sentaba en su lugar. Porque sí señores, además de sus padres, la única persona capaz de ordenarle algo era Sakura, su mejor amiga.- Yo solo me los pongo porque… ¡tú dijiste que te gustaban!-confesó un poco sonrojada.

-¡Pero no en ti!-contestó el otro sintiendo calor en sus mejillas por lo dicho por Sakura.

Así siguieron toda la tarde hasta que una llamada de Tomoyo dejo al próximo jefe del clan Li, o jefe como le decían ya algunos miembros de éste, callado y sonrojado durante el resto de la tarde.

Dejando de recordar aquello, y recordando los consejos de sus amigas, saludó al castaño desde lejos con una sonrisa, gesto que el correspondió. Y así, se dispuso a ordenar a las demás chicas para a empezar la coreografía, siempre con una sonrisa.

Al terminar, notó los aplausos de todos los estudiantes del colegio y alegre como estaba corrió para abrazar a sus amigas. Sabía que la tachaban de cursi siempre que hacía eso, pero era lo menos que podía hacer, sobre todo, porque esta era su última presentación.

-Lo hicimos increíble-gritaba Chiharu feliz y las otras las secundaban hasta que los chicos se acercaron corriendo y empezaron a gritar con ellas y a cargar a algunas.

El furor del último día se sentía en el ambiente.

-Muy bien Tomoyo chan-gritó Ryu abrazándola y felicitándola más que todo por los diseños, porque eran la única manera en la que podía verle las piernas a su dulce y tímida Naoko. –¿Y las chicas llevan shorts?

-Solo algunas-contestó divertida al ver el rostro de emoción pura que mostraba su amigo, e intento no reír demasiado cuando dio la orden de subirle las faldas a las chicas intentando empezar por ella misma, siendo detenido por la mano fuerte de Eriol Hiraguizawa.

-Felicitaciones, lo hicieron muy bien y los uniformes les quedan muy bien- congratuló el inglés acercándose a una divertida y a la vez tímida Tomoyo, mientras el otro se iba farfullando sobre lo fuerte que pegaban algunos.

-Creo que deberías decírselo a Shaoran porque me acabo de fulminar hace poco- le susurró acercándose un poco más a él, ya que él la tenía bien sujeta de la cadera para que ninguno se le acercara.

-Creo que por dentro está feliz- le susurró lentamente mientras quedaba encandilado con sus ojos.

-Creo que deberías dejar de jugar con él-le reprochó con una sonrisa.

-No, yo creo que falta más-dijo enigmático antes de rodearla por completo y caminar con ella para divertirse con los demás.

No muy lejos de ahí, Ryu intentaba infructuosamente no subirle la falda a Naoko.- Por favor dime que tienes shorts-le suplicó.

-Pero…Tomoyo dijo que no iban a quedar bien con el atuendo y….-no pudo decir más porque Ryu la había levantado en su contra lejos de la bulla

-Esto no está bien Naoko ¿y si los demás te hubieran visto sin shorts?

-Pero tú diste la orden…

-Pero ¡no quiero que ellos te vean!-le recriminó como si fuera obvio y para ella, que era algo increíble tener una charla con él, decidió intentar entender su lógica.

-Pero… ¿tu si deberías?-preguntó intentando entender su lógica, porque Ryu era un chico muy inteligente, pero con una forma de hacer las cosas algo…diferentes.

-Claro-declaró gustoso de que al fin lo entendiera.

-Pero… ¿Por qué?-preguntó nerviosa por la mano que había puesto recién en su cintura.

-Porque vas a ser mi novia, ¿por qué más?- ¿Ahora la entendían?

-Ah… ¿yo?-Preguntó sin comprender que el chico más atractivo se fijara en ella y sobre todo, quisiera ser su novio. No pensaba que fuera una broma o algo por el estilo porque primero, era el último día y segundo, él no era de ese tipo.

-Claro que sí, es más, ven, te voy a presentar al equipo como mi novia- declaró feliz caminando y jalándola de la mano.

Aun sin entender, y con una sonrisa tímida, Naoko era arrastrada hacia el mar de gente custodiada del acto levantamiento-de-faldas por su… ¿novio?

-¡Jefeee!-llamaba el rubio entre la gente-Bueno, gente les presento a mi novia- presentaba teatralmente y con locura a su nueva novia ante sus amigos que se dedicaron a chiflar.

-Parece que Ryu por fin pudo declarársele a tu amiga- le dijo una voz por la espalda y decidió girarse para ver a cierto capitán de fútbol frente a ella. –Hola

Ella conmocionada por su aparición solo atinó a asentir y a sonreír notando que la distancia con su mejor amigo durante el último tiempo había sido perjudicial para ella, sobre todo, para sus hormonas y ahora podía ver perfectamente porque los comentarios de la enfermera Kina-san eran certeros, sobretodo el último- Ayy Sakurita, como novia de ese bombom debes gozar tanto…- había declarado antes de irse y ante la pregunta de por qué, de la castaña, la enfermera respondió- porque con ese cuerpo debe ser un as en la cama, imagínate lo que hay debajo de esos pantalones, si hasta aquí se nota.-Antes de poder decir algo, sin que su mente la delatara por lo que acababa de recordar, escucho como Ryu gritaba algo de "agarren a sus chicas" y antes de entender si quiera que pasaba, se sintió elevada por los brazos fuertes del castaño, que ahora no la miraban a ella sino que miraban al frente sonrojado.

-Sigo creyendo que los diseños de Daidoji son muy cortos.-Le susurró de cerca mientras seguía a los chicos que cargaban a las que querían. Pudo ver a Yamasaki siendo ahogado por una sonrojada Mihara, a la que cargaba, a Ryu presentando a su tímida novia en sus brazos y al inglés cargando a Daidoji. Aquello se le hizo raro pero no dijo nada más.

-A mí me siguen gustando-declaro tímida ante su cercanía, porque podía escuchar atentamente los latidos de Shaoran.

-Muy bien chicos, estas chicas de acá-señaló a las que estaban siendo cargadas- son prohibidas para ustedes- sentenciaba Ryu con una pizca de malicia en su mirada- las otras…ya saben qué hacer.

Entonces empezó la verdadera fiesta, la verdadera alzada de faldas.

-Chicos ya nos pueden bajar ¿no creen?- preguntaba Naoko algo sonrojada por el toque de su "novio" en sus piernas. Los demás asistieron y las bajaron. Pero pasó un buen tiempo hasta que Shaoran hiciera lo mismo.

-Muy bien, es todo- decretó el castaño mirando a sus amigos- si nos ve el rector nos jode y jode al equipo así que chicos vamos a …-pero antes de dar la orden se escucharon gritos a lo lejos y Shaoran sonrió: los de la piscina se habían llevado un auténtico regalo- Ordénales Ryu, tengo algo más que hacer.

Antes de irse, el castaño, que para muchos, dentro y fuera del colegio, era un líder nato, un lobo feroz, se devolvió a despedirse de la oji verde haciendo algo completamente inusual. Le intentó bajar más la falda.

-Estás mostrando mucho-le recriminó en su mirada chocolate y la oji verde se puso colorada antes de responder.

-¿Me estás diciendo mostrona?-preguntó intentando sonar enfadada. Pero el capitán de fútbol ya se estaba alejando y solo volteó para asentir.

Entre ese intercambio, ambos sintieron nuevamente una especie de alivio porque algunas cosas volvían a ser como antes.

¿Cierto que sí?

Sin responder, fue con sus compañeras a los vestidores para cambiarse, notando en el aire la emoción.

Emoción, sí, quizá eso no era lo que sentía ahora el imbécil profesor de matemáticas en la enfermería. Le había sugerido que fuera a la enfermería, porque el dolor que tenía parecía ser grave, y el muy idiota le había creído.

Uno más.

Los demás le daban tanta lástima que los dejó allí y salió del instituto esperando encontrar a sus amigos. Siguió a un Yamasaki bastante extraño en la puerta del instituto hasta la esquina del lugar y vio el carro de Ryu.

-Recuerda que están todos muy alarmados-le dijo él subiendo en el puesto de copiloto.

-Fue de Yamasaki la idea ¿verdad?

-Yo manejé- Se felicitó Ryu en el puesto de atrás. Después quedaron en silencio, asimilando todo lo que había pasado en el día y las sonrisas llegaron a su rostro, algo cínicas, para que mentir.

-Oh alguien me llama-dijo el rubio sintiendo su bolsillo vibrar- ¿Será mi linda novia?-al notar el nombre quien llamada, su rostro cambió y lanzó un bufido.

-Sí, sí, fue genial viejo, gracias por todo- decía el rubio de seguido y los de adelante se miraron con complicidad. Ryu quería mucho al señor Ivan. –Bien, oh ¿la señora Rosa?-preguntó sorprendido pero luego soltó un suspiro de derrota- Bien, le diré a los chicos, si, sí nos vemos ahora.

-Qué pasó?-preguntó el peli negro preocupado.

-El viejo me pidió ir por otra mercancía donde la señora Rosa…¿Ustedes…?

-Cuenta con eso- le interrumpió el castaño, ganándose un abrazo, algo molesto, del rubio. Después de aceptar la propuesta, el castaño cambio el rumbo y fue directo al muelle, en cuestión de una hora.

-Esperen acá- les ordenó el rubio saliendo del carro. Se fijó en la ropa que tenía y agradeció que no tuviera el escudo del colegio, sino, cualquiera de los que estaban allí dentro podrían delatarlo.

-¿Nos quedamos acá?-pregunto el peli negro con el ceño fruncido.

-Esperaremos diez minutos, sino, saca el bate, creo que Ryu lo tiene atrás.-Le contó el otro, mirando con ojos desconfiados el lugar que se encontraba frente a ellos. Era un muelle, sí, pero también habían embarcaciones ya abandonadas y en el caso donde estaban, casuchas mal hechas donde a veces se encontraban cosas nada bonitas.

-Pero me lo quedo yo- aseguró el pelinegro antes de contestar la llamada de su intensa/preocupada novia. Luego de unos minutos ambos escucharon cosas rompiéndose y decidieron ir. Cuando entraron el panorama era algo, desolador. Todo estaba oscuro y había restos de botellas rotas y con sangre en ellas. Avanzaron corriendo, deteniéndose ante una puerta en la que un tipo grande tenía agarrado a Ryu del cuello.

-Quítale tus putas manos de encima- ordenó el castaño remangándose su camisa, en un acto inconsciente, mientras se acercaba al tipo. Yamasaki lo siguió observando la mesa y a las personas sentadas en ella. Había una mujer hermosa, de cabello rosado y ojos marrones que los miraron con una sonrisa en su rostro. También había dos hombres en traje que parecían similares y que se levantaron en cuanto ellos llegaron.

-No lo voy a repetir- avisó el castaño con una mirada fiera en sus ojos mientras avanzaba, pero un enojado y sobreprotector Yamasaki se le adelantó, golpeando con el bate, y rompiéndolo, al tipo que estaba ahorcando a su mejor amigo. El tipo lo soltó por el golpe y cayo con él, pero se repuso y se levantó. El peli negro había aprovechado y había arrastrado al rubio, que contaba con un golpe en el pómulo, del cuarto.

Mientras tanto, el castaño se enfrentaba a un enojado mastodonte que lo atacaba con todas sus fuerzas. Agradeció en ese momento los entrenamientos arduos a los que se había tenido que enfrentar, porque además se les habían unido los dos tipos de traje. Yamasaki le estaba ayudando, pero al final y cansados de todo, los de traje sacaron un arma y detuvieron la pelea.

A punto de disparar, la melodiosa voz de la mujer los detuvo para mirarlos con interés. –Sí, Iván me había hablado de ustedes. Uno- llamó- dales el pedido. Y dos, deja de apuntarles y ve a contener a Trix.

Los subordinados obedecieron y ni aun así, los chicos pudieron respirar aliviados, había algo en esa mujer que no les gustaba.

-Era una prueba y tenía que hacerla, pero creo que al viejo chocho se le olvidó, porque no mandaría a su cliente favorito si estuviera consciente.

-¿Entonces nos va a dejar ir?-preguntó el peli negro sobándose la quijada que había recibido unos cuantos golpes.

-Sí, con una condición.

-Y un demonio- gritó el castaño acercándose a la joven que lo miraba de manera extraña. –Si usted no nos deja salir ahora mismo, le juro que soy capaz de destruir el numerito que se ha hecho aquí con solo decirlo, no me tiente a hacerlo, señorita Liu.-Le dijo autoritario, reconociendo en ella los gestos y el acento de la corte Fei.

-No me equivocaba, eres el jefe del clan Li- se dijo un poco pasmada- Bien, una sabe cuándo reconocer sus derrotas. Pero les aconsejó salir en más o menos cinco minutos, antes de que lleguen los policías, esa era mi condición.

-Espera ¿por qué?-Pero entonces ella solo accedió a sonreír y a irse.

Sin siquiera decir más, los jóvenes tomaron las bolsas que se les ofrecía y como podían llevaban al mal herido e inconsciente rubio al carro. Sin siquiera haber cerrado las puertas arrancaron en pocos segundos, yéndose lejos del lugar, por los lados donde confidencialmente, quedaba la casa del inglés.

-Dígale que soy Li, que me abra- repuso el castaño al llegar al portón, escuchando las sirenas detrás suyo. En el instante en que su apellido fue dicho los portones se abrieron. Adentro se quedaron en el carro cerca de cinco minutos respirando agitadamente y dándose cuenta de lo que acababa de pasar.

-Chicos- hablo una voz rasposa y quejumbrosa en los brazos de su sobreprotector amigo.

- Y la puta que te parió Ryu, la re puta.-exclamó el castaño golpeando el volante con fuerza. Estaba asustado, malditamente asustado.-

-Jefe…

-¿Qué te hubieran hecho si no llegábamos ah?-Preguntó el siempre conciliador Yamasaki.

-Lo siento, no tenía idea de que algo así iba a pasar chicos…Por favor créanme- Pidió serio y con la mirada intensa entre ellos dos, después de un tiempo, en el que Yamasaki lo abrazaba como si se fuera a asfixiar, el castaño relajó su porte y salió del carro.

-Sal del carro gilipollas, vamos a pedirle a Hiraguizawa comida y agua, estoy hambriento.

Eso era un –Está bien, cabrón.-De parte del castaño, quien se dirigía con paso confiado a las instalaciones, que eran una mezcla del estilo británico antiguo y el japonés moderno. El inglés era parte de su familia, así que si se habían reunido aquí en el poco tiempo que llevaba el tipo.

Cuando avanzaron se lo encontraron parado en la cocina mirándolos con curiosidad.

-No te voy a decir porque estoy aquí-repuso grosero parándose frente a él, notando con fastidio, que eran de la misma altura.-Pero por favor, danos comida y quizá un baño, no puedo llegar así a casa.

-Bien-repuso el con su acento marcado pero sin ningún matiz curioso o enigmático. Eso hizo que por primera vez en todos los años que llevaban de conocerse, le cayera un poco bien.-Puedes decir que estabas en mi casa ayudándome a organizar la fiesta.

-El otro solo asintió y se dejó caer pesadamente en el sofá. Cuando se sentó sintió como un ser que en ese momento quería golpear, se le acercaba y se le acurrucaba.

-Deja de ser tan gay, ya te perdone está bien.-Le dijo ya sin enojo, y miró como de repente se alejaba de él, como si tuviera lepra, y caía encima de Yamasaki.

-Tú eres como un ogro, prefiero al dulce y tierno futuro tío de mis hijos- repuso con un puchero en su apuesto rostro.

El castaño iba a replicar, cuando un delicioso olor se filtró por su nariz haciendo que se levantará enseguida. Los otros también hicieron lo mismo y fueron casi corriendo al comedor donde Eriol y un sirviente, acababan de servir una gran cantidad de platos muy apetitosos.

-UAO ¡Inglesito tu si eres brutal!- aullaba el rubio dándole palmadas al recién nombrado.-Si no fuera porque Shao te odia, seríamos totalmente amigos.

-Como no me dejo llevar por estupideces, tu sabes que si eres mi amigo ¿cierto?-preguntó el peli negro, volviendo a su habitual estado: de mentiroso-buen chico-padre sobreprotector de sus amigos.

-Lo sé- dijo él tranquilo mientras daba unas órdenes al sirviente y se sentaba a comer con ellos, lo cual extraño al castaño.

-Está muy tarde para que apenas comas- dijo este dando por hecho su afirmación.

-Jefe, uno no echa al que le invita-recriminó el otro no entendiendo bien.

-Tuve que pedir algunas cosas en la embajada y además acompañar a Tomoyo a comprar algunas cosas para la fiesta, por eso no había almorzado.

-Ya veo-repuso ahora sin interés, y con un interés por completo para la comida frente a él. Los demás hicieron lo mismo y después se ducharon.

-Hiraguizawa-llamo el castaño antes de marcharse-¿Qué es lo que falta?

El peli azul, sin salir de su estado de sorpresa, solo atinó a decir- Las bebidas.

-Hecho y….

-No tienes porqué-repuso él interrumpiéndolo.

-Gracias, no eres tan mierda después de todo.

-Es que no lo soy- repuso él con una sonrisa, sin volver a su estado misterioso.

Nuevamente en el carro, vagando en silencio esta vez, dispusieron a ir donde el señor Iván a entregar el paquete y confrontarlo, eso sí, en silencio.

-¿Ya vieron a mi novia? ¿No es preciosa?- interrumpió los pensamientos de todos, la voz del entusiasta Ryu mientras les mostraba fotografías que había tomado a escondidas los últimos días.

-Naoko es muy linda, de una belleza un poco griega si me lo aceptan, porque es que se dice que las personas tímidas provienen de allá, ustedes sabían que…-Y ahí estaban sus amigos. Sin atenderse a pensar estupideces, se dejó ir por las conversaciones hasta que llegaron al lugar.

Ahí se acabó la dicha y todos bajaron tensionados. No había estudiantes en el lugar esta vez pero el ambiente se sentía igual. Cuando entraron, encontraron al señor leyendo un libro y tomando un vaso de wiskhey y el castaño no pudo calmarse más.

-¿Qué fue esa puta mierda señor Iván? ¿Le divirtió que nos golpearan? ¿Fue un show preparado o qué?

El señor, descolocado y sorprendido por la reacción tan abrupta de un joven que siempre había sido muy respetuoso y serio. Se quedó asombrado pero aun así respondió- ¿De qué está hablando? ¿Qué les pasó?

-Pasa, señor Iván- hablo esta vez Yamasaki cortándole el discurso al castaño- Que cuando fuimos a recoger la mercancía, un tipo grandote atacó a Ryu y unos tipos casi nos matan a balazos, solo por hacerle un favor a usted.

-Pero…¿Por qué? No lo entiendo…

-Tienes que creernos viejo, porque ese tipo casi me estrangula y esos tipos casi los balean si no es porque esa tipa, divina eso si, los paró.

-Inclusive dijo que era una prueba que siempre le hacían a los clientes que…

-Muchachos no quiero decir que no les creo, porque son ustedes mis favoritos, pero…la señora rosa no es una mujer, es un hombre. En ese momento su celular sonó y le informó lo que había sucedido.

-Muchachos lo siento, me acabaron de llamar para decir que le habían plantado una emboscada y que para no decepcionarnos, habían mandado a alguien que había empezado en el negocio hace poco.

En la mente del castaño sonó aquello como una amenaza de los clanes, así que estaban empezando.

-Usted es mi viejo favorito, ¿por qué entonces nos mandó?

-Los mande porque confío en ustedes y sé que cumplirían y vendrían para acá sin robarme nada. Confío en ustedes muchachos y de verdad lo siento, no quise…

-Muy bien, entonces entenderá porque pediremos algo esta vez- Habló esta vez el castaño sin dejar que le viejo asumiera toda la culpa- Necesitamos licor para una fiesta que van a hacer y solo pagaremos la mitad.

-Podría dárselos gra…

-No, no lo tendremos gratis. Usted no tenía la culpa del todo.-Dijo decidido y unos momentos después, el viejo chocho, como le decía Ryu, estaba llamando por teléfono para pedir unas cuantas cosas.

-Ah, y nada de drogas, ni sus derivados, son muchachos limpios.

-Bien…Muchachos se ven muy mal- Fue lo último que dijo antes de concentrarse en las llamadas y que ellos escucharan antes de irse. Cada uno fue a su casa y en realidad tenían poco tiempo para alistarse, eran más o menos las ocho de la noche.

Pero siendo quien era y siendo hijo de quién era, nuestro castaño no pudo irse de su casa de una manera sencilla.

-Me comentaron que tuviste un inconveniente esta tarde.-comentó su padre como si nada, entrando a su cuarto.

-Iba a decírtelo mañana, para que hoy no me retuvieras haciendo preguntas que pueden ser contestadas después.

-Xiao Lang- repuso su padre con enojo. Su hijo podía ser a veces muy esquivo.

-Fue una Liu, pero no quiso hacerme más daño. Parecía que solo era una prueba.-Dijo sencillo mientras se ponía su camisa. Era una negra de polo que le quedaba muy bien y combinaba en este momento con su palidez.

-Dices entonces que están empezando a molestarte los de la corte…Sería una lástima tener que pasar una revisión casual por todos los clanes.

-Padre…

-De hecho, me has dado la oportunidad perfecta para hacer ciertas cosas. Ellos lo entenderán y sabrán de una vez quien tiene el poder.

-Tú, viejo extraño-repuso en un momento de confianza increíble. Su padre, contrario a lo que podían pensar algunos, era de todo menos un padre frío o desinteresado. De hecho, era todo lo contrario, y muy sobre protector. Eso que se lo dijeran sus hermanas.

-No, tú. Desde ahora estas acciones también están marcadas por tu voz. Eres parte de esto, y no olvides saludar a la linda Sakura-dijo ahora si alejándose del cuarto para dar vuelta y decirle, esta vez con una gota en la cabeza- Creo que tu madre fue a hablar con ella esta tarde.

Y solo basto una mirada para saber de que sería – Y LA RE PUTA QUE LO HABÍA PARIDO- se dijo sin querer referirse a su honorable madre.

Recibió mensajes, unos muy gays, de sus amigos y decidió sacar su propio auto. Contrario a lo que pensaran, este era común, de hecho, era muy simple y él mismo lo había arreglado.

Pero era su orgullo.

Sin importarle si le contestaba o no, llamo a la castaña.-¿Shaoran?

-Sí… ¿Estás ya en la casa de Hiraguizawa?

-Ehh…no…Verás tuvimos que despedir a Yue y a Yukito, y por eso apenas estoy llegando a la casa…

-Entonces te recojo en diez-le dijo y ella aceptó. De repente se dio cuenta de que habían quedado como lo hacían antes del estúpido distanciamiento que habían tenido y se alegró.

Que mierdas, se puso nervioso.

Llegó en el tiempo acordado y espero afuera. Vio como un par de ojos lo miraron desde la ventana y sonrió.

Era la señal para prender el carro e irse corriendo sin que su hermano los molestara. Pero él ya no era un niño, y si los amigos esos de Sakura eran tan amigos de Touya, pues entonces él ya sabría sus intenciones. Sin importarle, fue a tocar la puerta, y como siempre, la mirada enojada del hermano lo recibió.

-¿Qué quieres?

-Salir contigo Kinomoto ¿Qué no es obvio?

-Maldito Gaki-exclamó cogiéndolo del cuello. En esas, los padres lo saludaron con cordialidad acostumbrados a los eternos shows de ambos.

-Oh, Shaoran, agradécele a tu mamá por el pastel, estuvo delicioso…

-Ehh, claro Nadeshiko…Ella ¿dijo algo extraño?

-Dijo muchas cosas interesantes-repuso el señor kinomoto risueño, y el cuello de repente le dolia mucho más.

-Shaoran-saludó la castaña bajando las escaleras con premura, sorprendida por como lo sujetaba Touya- ¡Herman bájalo!

-Vuelven a las diez y…

-No eres su papá Kinomoto, y vamos a una fiesta, a esa hora empieza la fiesta- repuso el castaño con malicia en su mirada y el cuello le dolió más. Lo apretaba con fuerza el tipo ese.

-Diviértanse mucho- dijo alegre la mamá de Sakura, mientras cogía de la mano a su hijo para que lo soltara. Sakura actúo rápido y también cogio de la mano al castaño, porque ella sabía lo mucho que se podían ensañar en la riña.

-Pensé que habías visto mi señal- le dijo ella en un puchero, mirándolo mal.

-Si la vi, pero quería venir por ti como una persona normal.- Le dijo sincero mientras sentía el tacto de la mano de Sakura junto a la suya.- Estás muy bien- y fue todo lo que le vino a la boca en lugar de decir los otros adjetivos que eran más acordes para ella.

Pero aun así ella se sonrojo y miro nuevamente su atuendo. Eran unos jeans algo pegados a sus piernas y una blusa verde con escote. No era muy revelador y además se sentía cómoda. Era la primera vez que ella se vestía y se alegraba de que Tomoyo la hubiera maquillado y peinado.

-También te ves bien-Le dijo sonrojada, pero al fijarse en su rostro una mueca de horror se formó en el suyo- Shaoran ¿Qué te pasó?- y sin aguantar toco el rostro de él con sumo cuidado, sobando las heridas que tenía.

-No me vas a creer, fue algo muy extraño-repuso algo nervioso por el tacto y por la devoción que veía en la mirada de Sakura.

-¿Duele mucho? Si quieres puedo ponerte ahora hielo y luego vamos a la fiesta...

-Estoy bien Sakura, mejor entra al carro antes de que tu hermano se enoje de verdad y salga por la ventana

-¿Ventana?- dijo mirándola dándose cuenta de los tres pares de ojos que los miraban desde allí. Con una gotica en su cabeza, se subió al carro. Shaoran se subió después y arrancó enseguida. El ambiente era algo incómodo, porque ya no sabían de qué hablar,

En esas Ryu llamó y por error, o por nerviosismo, puso el alta voz.

-Jefe, cabrón ¿Dónde estás? Esto esta muy aburrido por acá, el viejo chocho dijo que tenías que ir por el trago porque no pudo contactar para que lo llevaran…

-Viejo de mierda.. Voy para allá, pero dile que nada de juegos.

-Buenu, después de la golpiza que nos metieron hoy no creo que quiera jugar más…Ah oye ¿ya pensaste donde vas a llevar a Sakura? No ha llegado todavía ¿Ya la secuestraste? No te pongas tan mojigato llévala al motel del centro, ese es muy bueno, o llévala a mi casa, te doy las llaves y así le haces maldades a Sak…

Iba a morir. Que viniera el diablo y se lo llevara, le importaría menos. Que las cortes atacaran todos a la vez, eso iba a ser mejor que ver la cara de Sakura en este momento.

Pero decidió que iba a decir algo, tenía que decirlo porque si no…

-¿Por qué les dieron una golpiza?-preguntó tímida y hasta acá podía sentir el sonrojo de ella.

-Porque ese viejo nos mando a recoger unas cosas y pues, los tipos que tenían esas cosas nos dieron una paliza porque se les dio la gana.

-¿Y los demás están tan mal como tú?-Preguntó ahora interesada y con preocupación en su mirada.

-Ah…eh ellos, pues si, están igual, creo que Ryu está peor porque el fue primero por las cosas y después fuimos nosotros.

-¿Ustedes están en algo de… contrabando?-Preguntó con timidez y temor.

-¿Me crees capas de eso?-preguntó con intensidad en su mirada. Por alguna razón, quería saber qué pensaba ella de él.

-No, pero creo que de pronto se han metido en algunas cosas extrañas

-Todo es por culpa de los amigos de Ryu, pero también queríamos hacer algo diferente sabes? Ya todos nos vamos a ir y, queríamos hacer algo…extremo por última vez. Por eso hicimos lo del colegio y-

-Pero los profesores terminaron muy heridos y algunos eran buenos-repuso ella volteándose en su puesto para quedar frente a él. Darse cuenta de la proximidad de ella y también del fino aroma que los rodeaba lo hizo ponerse incómodo, porque conocía esa sensación de sobra, y además, había estado en abstinencia desde hace tiempo.

-Los que eran buenos con ustedes eran unos morbosos que siempre les veían las piernas y siempre intentaban hacerlas quedar para acercarse a ustedes… ¿Por qué crees que el de matemática se ofrecía tan amablemente? Ustedes las niñas son muy ingenuas.

Ella quedo muda por un momento recapitulando todo lo que le había dicho y comparándolo con sus recuerdos. Ahora entendía tantas cosas, pero entonces una idea llego -¿Y las profesoras no? Porque a la de geografía le encantaba estar contigo y la de idiomas siempre retenía a Eriol.

-Sí, pero bueno, es diferente porque…

-Porque te acostabas con ellas ¿no?-preguntó ella dolida, intentando disimularlo.

-Sakura por favor, solo fue una vez y con la de literatura, pero con la suplente, además fue hace años. No me recrimines por eso por favor- le dijo mirándola ahora que estaban a un semáforo de llegar donde el señor Iván. –Además, con ellas era diferente, yo sabía que querían de mí y podía manejar la situación. Ustedes no, o bueno, a excepción de Daidoji y eso es porque ella es condenadamente lista.

-¿Estás diciendo que no lo soy?- Si, había metido la pata pero no era lo que quería decir- No quise decir eso, esto, lo que quise decir es que… Pero justo entonces habían llegado y el señor Iván los esperaba fuera del lugar con unas cajas enormes y dos muchachos detrás. Salieron del carro a saludar y los muchachos se distrajeron al ver a la oji verde.

-Joven Li, que bueno que pudiera llegar. No pude llevarlos porque era muy lejos donde pedían y además no tenía el carro.

-Está bien Iván, le presento a Sakura-dijo y luego ambos intercambiaron saludos e inclusive saludó a los demás.

-Oh ¿es ella la novia de la que siempre habla Ryu? Es muy hermosa señorita, la felicito por la elección, el joven Li es un buen tipo, uno de los buenos.

-Yo..eh, gracias, lo sé- le dijo ella divertida y a la vez sonrojada. Iba escuchando muchas cosas que le hacían querer encerrar al castaño en alguna parte para que por fin le dijera.

Shaoran quedó sorprendido de que ella aceptará que era su novia y además los elogios, por eso, solo pudo asentir cuando el señor ordenaba a los demás a meter las pacas y demás cajas.

-Ya terminamos jefe- anunció uno de los tipos, mirando con sigilo a la joven frente a él.

-Bien, gracias, Iván, Ryu lo quiere mucho, no le vuelva a hacer la de hoy

-Claro que no muchacho-repuso el mayor despidiéndose de los muchachos que ya se habían montado al carro. En cuestión de minutos salieron del lugar y se enrumbaron a la casa del inglés. Pero el silencio lo estaba matando.

-Yo…nunca dije que fueras mi novia, eso lo decía Ryu…yo no quise molestarte ni nada.- ¿Y dónde quedaba el tipo que se lanzo sin mente a la mole y a los del traje en la tarde? Si, Sakura lo había dominado.

-Está bien yo…quiero preguntarte algo…-Preguntó curiosa volteándose a mirarlo nuevamente. Espero a que el asintiera y repuso- ¿Por qué Ryu hablo de secuestrarme?

Y el carro paro en ese mismo instante- lo siento, no quise asustarte

-Estoy bien, creo que el asustado es otro- dijo divertida, con la esperanza flotando en la nube de dudas en la que estaba su mente desde hace tiempo. Quizá Tomoyo había tenido razón, quizá ella había escuchado mal y…

Nuevamente la llamada del rubio los importunó y antes de que Shaoran pudiera reaccionar, éste ya había dicho mucho.

-Oye viejo ¿dónde coño estás? Creo que es mejor que vengas de una vez, Lila está preguntando mucho por ti y si Sakura la escucha puede sospechar además…Cabrón ¿Estás moteliando con Sakurita? Pensé que eras mejor que eso…

Lo iba a matar, por un demonio que lo iba a hacer.

Pero ya Sakura estaba pensando lo peor y su palidez la delataba. Solo quería salir de aquel auto. Pero por fortuna estaban cerca, porque el castaño había acelerado por la rabia de querer golpear a su mejor amigo.

En las puertas de la casa, Sakura quiso bajarse e irse caminando pero fue retenida por una mano fuerte.

-No, tú me vas a esperar porque vamos a solucionar esto.

-Shaoran yo me quiero ir de verdad…

-No, me la debes, por haberme ignorado todo este tiempo y haberme hecho sentir miserable.-Le dijo con fuerza cerrando entonces las puertas con seguro. La miro con furia y le dijo- Aquí está tu respuesta. Estás oficialmente secuestrada.

Y antes de decir más, cuando estaban abriendo los portones, el castaño ingresó y dejo el carro en el parqueadero frente a él y llamó a unos cuantos que ya lo estaban esperando. Entre esos su amigo, quien al ver a la castaña supo lo que había hecho.

-Maldito malnacido- le gritó y le encesto su puño antes de devolverse al carro y sacar a Sakura de este con fuerza, ante estupefacción de los que estaban ahí- Hiraguizawa-llamó- aquí están las llaves, saca todo- ordeno, pero al sacar a una enojada castaña, que ya estaba intentando pegarle, supo que no sabía donde ir.

-En la terraza, cuarto piso- gritó el peli negro adivinando sus pensamientos y coordinando luego la llevada de las bebidas.- No sé que hiciste Ryu, pero espera a que se calme, sé que van a estar bien. Shaoran no es alguien de rencor.

De repente, el más alegre de todos se puso sombrío y se internó a la fiesta sin decir más.

-¡Suéltame Shaoran! Te exijo que me sueltes- le gritaba ella mientras él la cargaba como un saco de papas. Explicación: Sakura era muy buena dando golpes. Subieron por las escaleras, y al llegar al cuarto piso, Sakura se quedó muda y quieta cuando la persona de la que quería huir, la había dejado en el suelo.

-Es bellísimo- declaró sonriendo ante la hermosa terraza, llena de flores y otros tipos de plantas, y también, algunas lámparas que iluminaban el ambiente. Acercándose a la barandilla al fondo de la terraza, Sakura pudo observar las estrellas.

Se olvidó de lo que había pasado y se dedicó a sentir, a sentir el último día y al chico que quería.

-Lo siento, creo que sobre actué allá abajo- repuso bajito, intentando escapar de la explicación. De pronto sintió como un cuerpo más grande la abrazaba con fuerza e intensidad y su mente quedo en blanco.

-Me gustas, me gustas mucho Sakura y tengo miedo de que no quieras escucharme. Por eso te traje hasta acá.

-Me secuestraste-susurró ella con una sonrisa, ante la desesperación que mostraba el hombre detrás de ella.

-Llevaba planeando esto desde hace tiempo y el imbécil de Ryu me estaba ayudando, también Yamasaki, pero solo Ryu entendía cómo me sentía y por eso..

-Te aconsejaba- dijo de pronto, entendiendo las palabras del rubio en el teléfono- Pero lo golpeaste ¿Lo odias?

-Es mi mejor amigo, claro que no. Simplemente tenía que desquitarme.

-Pero debe sentirse terrible…

-Que lo sienta, casi hace que te fueras- le dijo en susurros, incapaz de hablar fuerte. Prefería estar con ella, allí, juntos y solos, desnudando por fin todo lo que estaba en su mente.- No entiendo porque te has alejado de mi, no entiendo porque me evitabas y no me hablabas. Por favor, si he hecho algo malo dímelo, soy capaz de cambiar todo…por favor

Y fue aquel ruego tan lastimero, tan distinto al Shaoran que ella conocía, que la hizo recordar todo el tiempo que habían perdido. Quiso separarse para mirarlo de frente pero él no lo dejaba- Shaoran…

Él dejo que se volteara y ella lo tomo de las manos para guiarlo a una butaca que estaba cerca de allí. Quitaron algunos implementos de limpieza y se sentaron. Entonces ella siguió tomando su mano y le contesto con tristeza.

-Hace unas semanas te escuche hablando con los chicos y…

-¿Estabas escuchando nuestro plan?

-No pude evitarlo, iba a decirles que habíamos aceptado ir a la cochera de Iván, pero entonces escuche a Ryu decir algo de que querías hacer algo con Lila-chan, que querías llevártela de ahí y que yo no podía poner resistencia porque…Lo siento Shaoran, pero es que también Lila nos había contado la otra vez en el baño que tu y ella….que tú y ella…

-Sakura- interrumpió él.

-Y no quería creerlo ¿sabes? Pero entonces Ryu dijo aquello, y ella se pavoneaba diciendo eso, entonces…yo... no quería sentirme triste por verlos juntos y…

-¿Por eso te alejaste?-preguntó incrédulo y horrorizado ante la explicación. Ahora podía entender tantas cosas.

-No solo por eso, ella no era la única y yo pensaba que nunca me ibas a ver como una mujer, que siempre iba a ser tu mejor amiga entonces…no supe como controlarlo…Pero después era más difícil porque tú dejabas de insistir y además mantenías con tus amigos todo el tiempo entonces, no quería molestar.

Se quedaron en silencio entonces, y el peso en el corazón de Sakura se diluía poco a poco porque por fin había podido decir lo que le había hecho tanto mal. Se quedaron en silencio y luego la carcajada cínica de Shaoran la sorprendió. Ella no pudo evitar contagiarse y terminaron ambos riendo.

-Es tan irónico que el plan que estaba armando para confesarme resultara en el que nos hiciera separar por tanto tiempo.-Dijo él después de un tiempo. Luego la acerco a él y toco su rostro con ambas manos, acariciando con la yema de sus dedos sus mejillas.- Estaba ardiendo por dentro maquinando ideas de porque querías alejarte de mí, pensé que te gustaba el inglés o que simplemente estabas cansada de mí…

-Pero a Eriol le gusta Tomoyo- repuso ella divertida ante la cara de incredulidad del próximo jefe del clan Li.

-Entonces ¿por qué te sonrojabas siempre cuando él te hablaba?

-Porque Eriol siempre me molestaba contigo y pues…Shaoran, él, las chicas y Tomoyo son los únicos que saben que tú a mí me gustas, y Eriol se aprovechaba de eso para molestarme-exclamó con un puchero en su adorable rostro.

Sabiendo que faltaban más explicaciones, el castaño e apresuro a acercarse a una sorprendida Sakura, y a besar sus labios con lentitud, suavidad y dulzura. Pero solo se quedó allí, no los profundizo. Cuando sintió que Sakura cerraba los ojos, reunió coraje y movió sus labios para que ella tuviera confianza. Pero el estar así con ella, de esa manera, también hizo que su lado más feroz despertara y se sujetara con más fuerza al rostro de la castaña para profundizar el beso. Cuando pudo hacerlo, y pudo conocer la humedad de los labios de la castaña, se detuvo y se alejo un poco, agradeciéndole a su auto control el poder ver el rostro de la bella Sakura sonrojado. Admiró sus facciones finas y femeninas, su nariz pequeña y sus labios sensuales, ahora rojos e hinchados levemente.- Escucha, si seguimos así Sakura entonces voy a considerar la oferta de Ryu.

-¿Cu..cual?

-La de llevarte a un motel-Declaró sonriendo y ella abrió los ojos enseguida mirándolo con reproche. Una carcajada limpia salió de los labios del chico de ojos chocolate y la contagio.

Pero poco a poco fueron serenándose y el castaño tuvo que decir:- Si me acosté con Lila, y lo hice con otras Sakura…Pero fue hace un tiempo y además, no estaba contigo, es parte de mi pasado y no creo que debas juzgarlo, sino yo juzgaría tu enamoramiento por ese tal Yukito.

-Shaoran-bramó ella un poco seria. Él tenía razón, eso era algo que él había hecho y el que lo hiciera no significaba nada malo para ellos ahora.-No lo dije por querer criticarte, pero pensé que en realidad la querías.

-Te entiendo, pero veces hay mujeres que aceptan acostarse con los hombres sin tener algún tipo de relación, y así lo hice, por favor Sakura, si con solo ese beso ya quiero llevarte a la cama-exclamó divertido ante lo último- Pero poniéndonos serios, debo decir que me has gustado desde hace mucho y por eso era difícil decirlo.

-Y ¿por qué no lo decías? Pudimos haber sido novios hace tanto- Dijo ella encaprichada. Empujándolo con su hombro. Las cosas se habían calmado un poco entre ambos.

-Porque…Es complicado con el tipo de familia que tengo-dijo reservado. Pero ella asintió.

-Ser del clan Li debe suponer muchas responsabilidades-dijo ella con sencillez mirando al cielo, aun asombrada de que estuvieran hablando después de tanto tiempo.

-Claro, sobre todo porque…

-Asumirás la jefatura- terminó ella viendo como él mostraba su sorpresa en su boca abierta.- No soy una tonta, sé quién eres desde siempre y de hecho…tu mamá vino a decirlo esta tarde.

-La que la parió- dijo enojado soportando unas ganas inmensas de ir donde el hijo menor de su hermana futtie y mandarlo a orinar todas las sedas finas de su mamá, se había pasado.- ¿Que…jum- tosió- te dijo?

-No mucho porque dijo que tu luego te ibas a poner furioso, solo me dijo lo que ya sabía- le dijo confiada- Mi papá es arqueólogo Shaoran, y yo quiero estudiar Antropología, si juntas esas dos y mi curiosidad por las dinastías tendremos entonces que he investigado todo lo de tu clan.

-Pe…pero tu- tartamudeo pasmado de saber aquello. De la sorpresa se levantó de inmediato y empezó a caminar por los lados. Sabía que Sakura era demasiado inteligente y que además, le gustaba mucho leer los libros de su papá, así que ato cabos.- Entonces…tu sabes que…

-¿Que por fin tu padre va a romper la tradición de obligarte a casar a los jóvenes a los dieciocho y de además conseguirles novia? Sí, lo sé pero cuando lo supe solo me sentí peor, pensé que lo hacías por Lila-chan…

-Y la que la pario a esa también- repuso sin saber que decir más que acercarse a ella, agachándose, para besarla esta vez sin contenerse.

Luego de separarse de ella, beso con adoración sus dos mejillas y la abrazó con fuerza.-Me vas a volver loco…-Le dijo con una sonrisa coqueta antes de levantarla y tomarla de la mano.- Aclarado todo, Sakura Kinomoto ¿Quieres ser mi novia?

-Solo si prometes mirarme a mí y solo a mí.-Accedió ella caminando junto a él a la baranda nuevamente.

-Si sigues poniéndote esas faldas te juro que lo haré-accedió él y ella le golpeó el brazo- Auch…

-Dijiste que no te gustaban…

-Si te las pones solo para mí, sin mostrárselas a nadie, entonces sí.

-Eres un pervertido- gritó ella roja como una grana, siendo rodeada por unos fuertes brazos que la levantaban con simpleza.

Por fin el peso de encima que había caído encima de ellos unas semanas atrás se había levantado. Y momentos después de quedarse abrazados, ahora con Sakura tocando el suelo, ambos se dieron cuenta de que estaban en una fiesta y decidieron bajar.

Al final lo que les había dado el señor Iván era un poco de todo, e inclusive, cuando bajaron y fueron recibidos por todos con emoción. Pero para ellos era una unión de capitanes, de chicos populares, y no de mejores amigos que a través del tiempo y de malentendidos por fin habían terminado juntos. Sus verdaderos amigos los recibieron con demasiada emoción y cariño. Cada uno los felicitó a su manera y entre ellos, la fiesta continuo completamente divertida.

-Eriol organizó muy bien todo, todos cabemos aquí y además hay burbujas y la comida está riquísima.

Por primera vez, el peli negro no dejo que lo adularan para decir a cambio que Shaoran lo había ayudado al igual que Tomoyo.- De hecho, quisiera contarles que Tomoyo acepto ser mi novia por fin.

-Por fin!-declaró la novia de Ryu aplaudiendo alegre al igual que los demás. Pero el castaño no dejaba de fruncir el ceño.

- Es que Tomoyo es una chica muy difícil- susurró su novia, explicándole al castaño.- Eriol estuvo conquistándola desde hace años, y por eso vino hasta acá para estar con ella, por eso pidió el traslado.

-¿Es enserio?

-¿Ahora sabes porque es imposible que Eriol hubiera estado coqueteándome?

- Jum- asintió él dándole la mano al inglés, aceptándolo por fin- Así que por eso ibas a ver a las porristas, por Tomoyo, no por Sakura.

-Pero era divertido verte enojado.

-Eres una mierda Hiraguizawa-sentenció serio, haciendo que algunos se incomodaran por aquella conversación- Pero me caes bien.

-Tu igual, por cierto, Ryu ha estado muy mal desde que llegaron, creo que deberías hablar con él…Pero no te preocupes, yo te cuido a la hermosa Sakura.

Y con una mirada de advertencia, el castaño dejo a su novia y fue donde estaban sirviendo los tragos. Tenía una intuición de done estaría, allí lo encontró con Yamasaki consolándolo.

-Deme una margarita para la señorita de aquí al lado- Dijo con diversión señalando a su amigo, quien levanto la vista y la fijo en él- ¿Por qué estás tan gay? A todas estas, sabes que no me molesta si eres gay, de hecho los respeto...-Dijo divirtiéndose y a la vez diciendo la verdad.

- ¿No que me odiabas?-

-¿Quieres un abrazo o qué?-

-Um- rumió él y el enojo se le fue al ver tan contento a su amigo-Sé que a veces se me va la lengua, lo siento, de verdad.

-Está bien, supongo que fue un empujón, ya sabes, para decirle por fin todo.

-Así que ¿ya son novios?-Preguntó el peli negro-Ya era hora.

-Si-repuso el castaño, abrazando a su amigo. Lo cierto era que cada uno de sus amigos era diferente, pero Ryu y Yamasaki lo eran todo. Habían demostrado estar ahí siempre y les agradecía por eso. Solo esperaba que las cosas terminaran bien para todos.

-¿Quieres soltarme? Voy donde mi dulce novia a darle muchos apapachos- repuso alegre. Pero luego una sonrisa maliciosa apareció y les dijo que volvía luego.

-Ese tipo es muy extraño ¿Por qué es que somos sus amigos?

-Porque si no estaría muy solo-repuso el castaño sonriendo al ver bailar a su novia con sus amigas. Se sentía muy bien decirle novia. Ambos muchachos llegaron a divertirse con sus amigos y novias, hasta que notaron que el piso estaba muy resbaladizo y que habían muchas burbujas en el ambiente.

Ambos se miraron con una sonrisa y vieron que fuera de la casa había una piscina inmensa, y sin más, sin escuchar siquiera lo que gritaba Ryu por el micrófono, ambos cogieron a sus novias y fueron corriendo a tirarse a la piscina.

-Sha…Shaoran-tartamudeo la oji verde abrazándose a si misma por el frio- Están locos- gritó en medio de la algarabía, porque sí, Ryu los había obligado a tirarse a la piscina si no querían morir ahogados de burbujas en la casa.-¡Es la casa de Eriol!

-Y mira como la pasa de bien- le señaló al inglés, que estaba besando con emoción a su novia. Aquello la sonrojo y se preguntó si él quería besarla de la misma manera que Eriol besaba a su amiga.

Pero el no le contestó con palabras, luego de darle un tierno beso en los labios, que se demoró más de lo esperado, la abrazó con fuerza y algo de celos.- Sakura, si te beso ahora no voy a poder detenerme y estando como estás, menos.-Le explicó, llevándola abrazada hacia el centro de la piscina, donde podían ver a una muy sonrojada Chiharu, por quien sabe que cosas que le estaba diciendo su novio, a unos ocupados Eriol y Tomoyo y a una Naoko divertida y sonrojada, que recibía de vez en cuando, besos de su lindo novio.

Con Sakura en su vida y con amigos como ellos, estaba seguro de que sus días iban a ser menos mierda.

Un brindis por eso- Eh Ryu, deja de manosear a Naoko y ve a traer trago, quiero emborrachar a Sakura

-¡Shaoran!


Fin.

Tan Tan Tan

Como ya les dije, les agradezco por haberme leído y por todo...Y pues, este es el fin, quiero publicar más cosas de esta pareja y de otras así que sé que nos seguiremos leyendo. Les deseo un buen día, buena tarde o noche y que sus días No sean tan de mierda.

¿Recuerdan que así iniciamos?

En fin, saludos, besos y muy buenos deseos...Espero que me cuenten qué les pareció esta locura...

-Namba64.