CAP 1
"Aceptacion"
Rayo McQueen sacudió la cabeza y maldijo para si mismo mientras notaba como el polvo se asentaba.
Por mas que trataba de tomar velocidad y llegar a la cima de aquella meseta, siempre terminaba deslizandose hacia atrás o cayendo por aquella ladera llena de espinas; de verdad se esforzaba, practicaba todo lo posible, estaba seguro de que lo lograría. Como no iba a hacerlo? Era un insulto a su orgullo de corredor! Podía con cualquier cosa o reto que se le pusiese delante!
Avanzó apenas unos metros y comenzó a golpear su cofre contra una roca con molestia.
Doc Hudson le había dicho que aún estaba verde, que tenía que avanzar un poco mas antes de tratar de hacer las acrobacias que él lograba con facilidad, que tuviese paciencia; pero como tener paciencia cuando un coche de mas de 60 años lograba lo que él no? Era absurdo. Y solamente le calentaba aún mas el motor cuando le daba aquellas eternas platicas sobre calmarse y no dejarse llevar, ir mas despacio.
Otra estupidez.
Era un coche de carreras, no una van de viajes.
Además estaba aquel asunto. Aquel maldito asunto que no lo dejaba dormir. Aquel asunto que había descubierto un día cuando habia besado por primera vez a la preciosa Porshe celeste con la que había comenzado a salir; había abierto grandes los ojos, con el corazón latiendo con fuerza y un susto de muerte que no había logrado disimular.
Para su buena suerte, ella había notado lo mismo que él y no había sucedido nada malo; Sally le habia sonreido para tranquilizarlo y habían continuado con su amistad asi nada mas.
Trató de averiguar que había sido. Creía que la amaba, estaba seguro de que se había enamorado de ella. Pero entonces, comenzó a darse cuenta de que la emoción que sentía al verla, era la misma que tenía cuando se encontraba con su mejor amigo en las calles; se divertían mucho juntos, la pasaban muy bien y era una sensación que jamás había experimentado pues nunca antes había tenido amigos de verdad. Amigos. Al final, había logrado identificar esa emoción que le recorría cada que veía a la chica.
De poco en poco, había ido descifrando los diferentes sentimientos que le pasaban cuando se encontraba con cada uno de los habitantes de Radiator Springs.
Y entonces…
Un dia, chocó contra un poste de luz causando que el Sheriff saltase a por su cuello por conducir sin ver por donde iba y dejar sin luz durante algunos momentos a la mitad de la población; en el tiempo en que iba identificando sus emociones había una que no había notado, que había estado presente durante mucho tiempo pero que, debido a la ausencia temporal de quien lo provocaba no había analizado ahora que se había dado cuenta de tantas cosas.
Ese auto en especial había salido durante un par de semanas, dejandole ese tiempo para descansar. Y era por eso que al descubrir la verdad de lo que había pasado con su relación con Sally, no había podido analizar sus emociones respecto a él hasta ese momento; el recién llegado se había acercado para cuestionarle sobre su accidente y ver si se encontraba bien y el coche de carreras rojo pudo percibir como la vergüenza burbujeaba por debajo de su capó al tiempo que su estómago se iba de peregrinaje a saber a donde.
Estaba muy emocionado de verle. Pero era una emoción mas grande que cuando veía llegar a otros, por mucho que les quisiese; estaba feliz, extasiado y lo que sentía lo percibía como algo que no entraba bien dentro de su cuerpo. Su voz, tanto cuando estaba tranquilo como cuando se molestaba con él, le dejaba sin aliento, mas que si hubiese corrido una maratón de 24 horas.
No podía creerlo. Quizo tranquilizarse, pensar que estaba confundiendose de nuevo, pero al ver a aquel coche acercarse con evidente preocupación en los ojos para ver que no se hubiese hecho daño, no pudo sino mas que balbucear tres incoherencias y golpearse internamente.
Tardó un mes en aceptar la realidad.
Estaba enamorado de su maestro, su mentor… aquel que le había demostrado que la vida no giraba a su alrededor o de las camaras y la popularidad.
Y desde ese momento, no había podido estarse tranquilo como para dormir y no podía verlo a los ojos sin gritarse mentalmente que mantuviese la vista y no la agachase como una colegiala enamoradiza; a veces le parecía percibir que el otro lo notaba pero estaba seguro de que era su imaginación, él ya era bastante grande como para tener sus intenciones bien claras y no jugar al corazon con un chiquillo.
Maldito fuera ese viejo monton de tuercas!
Y maldito fuera el dia en que se dio cuenta en que su universo habían dejado de ser las carreras o la admiración de los demás para comenzar a girar alrededor de Hudson Hornet. Porque por mascursi y ridiculo que le pareciese el día en que se había percatado de aquello y en cierta forma habia aceptado la realidad, había caido en la mas grande tontería de su vida: pensar que esta y todo lo que le rodeaba se movía siempre y solamente, porque existía el otro.
No había mas allá.
Y era cuando se comenzaba a dar cuenta que estaba teniendo pensamientos de chiquilla que se iba a correr como desquiciado por las carreteras mas difíciles a las que tuviese acceso para sacarse de la mente aquellas ideas.
Se golpeó mas fuerte la cabeza.
Se sentía tan estupido.
-Sabes?, si quieres quebrar en dos esa roca, lo estas haciendo mal…
Mate se había acercado por un lado y había movido su gancho para tomar aquel objeto con el que su mejor amigo se golpeaba
-Tienes que pegarle fuerte contra otra roca!- dijo felizmente la grua mientras levantaba aquel trozo de piedra pero por la velocidad usada, esta termino saliendo volando y golpeo contra una roca aún mas enorme, cerca de la cima de la curva de la meseta- oh oh- murmuró bajito esta
Él y el coche de carreras rojo retrocedieron lentamente mientras un peñasco gigantesco se desprendia para después, caer donde momentos antes el numero 95 estuviese dandose de topes; este observó con expresión aburrida el resultado de aquello mientras su amigo trataba de sonreir nerviosamente.
-Bueno… se ve mejor ahí
Ambos autos observaron aquello unos segundos antes de que la grua suspirase y negase con la cabeza.
-Que sucede McQueen?- preguntó lentamente y observandole de lado- no te ves muy bien… ya ni siquiera salimos a divertirnos…
-No es nada Mate- respondió el auto tratando de sonreir aunque aquel gesto mas parecia una mueca extraña- es solo que no dormi ayer…
-Pues a mi me ha parecido que son muchos ayeres que no duermes- dijo la grua sencillamente
Rayo levantó una ceja observando a su mejor amigo que sonrió un poco con suavidad
-Te he visto cuando pasas frente a mi casa y das vueltas y vueltas y vueltas y vueltas…- dijo Mate girando una llanta mientras levantaba la vista a la distancia y el de color rojo sonreia un poco divertido
Al parecer alguien lo había observado cuando salía a tratar de calmarse y despejar su mente.
-Bueno, esta cerca la siguiente Copa Piston y tengo que estar preparado para ese momento- afirmó el numero 95 tratando de matar con aquel comentario la curiosidad de su amigo y de paso, dejar de lado sus pensamientos sobre los sentimientos que lo confundían- ya sabes que si no hago bien las cosas, luego no tendré permiso de salir contigo…
-Ahhh si… al Doc le gusta entrenarte mucho- afirmó la grua meciendose un poco mientras el coche de ojos azules se esforzaba por no sonreir un poco mas ante la mención de aquello; eso solo hacía que s sintiera aún mas tonto, sentirse feliz tan solo porque hubiesen mencionado los entrenamientos
Se estaba volviendo todo demasiado complicado y lo peor, era que le gustaba aquello!
-Bueno… es mi trabajo y tengo que estas preparado- respondió con sencillez Rayo girandose para acompañar de regreso a su amigo al pueblo
-Si… pero a ti también te gusta…
El coche rojo dio un frenon brusco mientras abría enormes los ojos y sentía como se le paralizaba el corazón y se le iba a la garganta
-A que te refieres con eso Mate?- cuestionó tratando de no sonar tan alarmado como se sentía
-Ah pues si no?- dijo la grua avanzando hasta quedar al lado de su amigo- si no te gustara lo que haces, entonces no pasarías horas y horas con el Doc, tratando de aprender eso de correr para ganar mas copas- agregó Mate sonriendo mas y luego, dijo emocionado- como yo! También corro mucho!
Rayo McQueen mas tranquilo al darse cuenta de que su amigo hablaba de otra cosa, le observó con curiosidad
-De verdad?
-Pues claro! Quiero seguir siendo el mejor corredor en reversa del mundo! Y si mi amigo McQueen practica para seguir siendo el mejor de las carreras, yo también!
El coche rojo estaba a punto de responder que era bastante evidente ya que no era el mejor pero se guardó aquello al ver la expresión entusiasta en la cara de la grua; suspiro sonoramente y rio junto con este. Algún día tendría que decirle a Mate que, aparte de las lecciones con Doc Hudson, él también era mucha de su inspiración para tratar de mejorar.
Así como Mate habia dicho antes, se había dado cuenta que no había podio hacer una mejor elección para su mejor amigo.
-Oye y quien es el coche por el que ya no salen tu y la señorita Sally?
Muy bien, oficialmente la grua le habia matado de un paro cardiaco; podía sentir como la pintura se iba desapareciendo de su cuerpo mientras le veía con el temor pintado en los ojos.
-Coche? Que coche, no hay mas coches Mate, de que estas hablando?- respondió en un tono molesto el rojo mientras su amigo se reia
-Bueno… yo creo… tu y la señorita Sally son muy buenos amigos pero me parecía que estabas mas interesado en otros coches, tu sabes- dijo la grua dandole un ligero golpecito con una llanta mientras el coche de carreras cada vez se encontraba mas confundido y molesto
Era Mate, no podía estar hablando con él de lo que creía… o si?
-A ver Mate, explicame porque no te entiendo- los dos ya se encontraban entrando en el pueblo y el coche de color rojo bajó la voz mientras sentía que se encogía
Su amigo cubierto de óxido comenzó a reir divertido mientras trataba de componer una mirada astuta
-Desde que somos amigos me puse a investigar… queria ser un buen mejor amigo y tenia que conocer mas de ti- dijo mientras Rayo levantaba una ceja
-Soy un novato, no vas a encontrar demasiado te lo advierto- respondió el rojo antes de levantar la mirada- además, mas de la mitad de lo que dicen es mentira… tu confías demasiado en las personas, pero fuera de Radiator Springs, no hay muchos coches honestos…
-Si, lo sé pero una de las cosas que me contaron las dos chicas lindas que siempre te siguen…
McQueen comenzó a reir. Obviamente, si Mate iba a investigar sobre él, iría a por lo que la grua pensara era una fuente fidedigna, en su caso las dos fans que lo seguían para todas partes, Tia y Mia. Suspiró aliviado en cierta forma, no era que tuviese algo que esconder pero su vida antes de Radiator Springs no era precisamente de lo que mas se enorgullecía.
-… es que nunca has tenido novia
El coche de carreras suspiró antes de ver enternecido a su mejor amigo.
-Sabes Mate, ya deberías saber que en estas cosa no hay oportunidad de tener novia… o de conservarla, sobre todo eso- explicó sabiendo que tenía una buena coartada en su reciente relación con la coche celeste
-Pues hasta donde me dijeron, tiempo y oportunidad hubo pero no disposición- terminó el oxidado sonriendo un poco mas
Al coche de carreras se le hizo un nudo en el estomago. Mate no era precisamente la lumbrera mas brillante del pueblo pero cuando le daban sus flashazos de conciencia, le daba temor puesto que mostraba una inteligencia bastante por encima de la media; a veces se preguntaba si su personalidad diaria era real o si se divertía fingiendo. O tal vez era simplemente ingenuidad en el otro.
-No se a que te refieres, tendrías que ser mas especifico- respondió con tranquilidad el de ojos azules deteniendose en el semáforo frente a la tienda de armas del Sargento
-Si, o sea que te gustan los coches y no las deportivas!- exclamó alegremente la grua haciendo que algunos coches que circulaban delante de ellos de izquierda a derecha, chocaran uno detrás de otro y se pusieran a buscar la fuente de aquella voz
Los ojos del coche rojo se abrieron grandemente y golpeó con su lateral fuertemente a la grua que dejó escapar un quejido
-Por todos los cielos Mate!- Rayo le observó con fiereza antes de reir nerviosamente hacia los coches que iban pasando- lo siento, las llantas normales son mas comodas, ya saben- explicó a los mas cercanos que parecieron conformes con aquello antes de comenzar a circular un poco rapidos recordando que cerca de ahí se encontraba el Sheriff
Aunque este no apreció por lo que no hubo mas percances.
-Mate, eso no puedes decirlo en voz alta!- chistó frunciendo el cejo el coche de ojos azules mientras su amigo le observaba confundido
-Porque no?- preguntó algo preocupado la grua ante la reacción de su amigo que ahora presentaba un aura rojiza debido a la vergüenza que sentía
-Porque en primer lugar yo no soy asi y en segundo, eso no es normal!- exclamo el auto un poco mas bajito pero sorprendido porque el otro parecía no entender
-Claro que si, no tienes que fingir conmigo- dijo la grua aún tranquila pero algo confusa por la reacción de su mejor amigo- si tienes la misma mirada que ellos!
-Que ellos?- inquirió Rayo ahora tan confundido como su amigo- quienes ellos?
-Pues ellos, el Sargento y Fillmore por supuesto- respondió Mate señalando con la cabeza a los dos vecinos que discutían en ese momento por la musica a todo volumen y anarquista del hippie
Rayo se quedó unos segundos observandolos en lo que ya parecía rutina diaria antes de que las palabras de la grua se repitiesen hasta darles un sentido y entonces, un frio que no tenía nada que ve con el clima que salía de la cafetería de Flo lo recorrió
-Mate… te refieres a… el Sargento y… no, estas bromeando- dijo sacudiendo la cabeza- no es posible…
-Porque no?- preguntó Mate aun mas confundido- si todos lo saben y asi a sido siempre- terminó la grua observando las reacciones del coche rojo a su lado- porque dices que no es normal?
McQueen no supo que responderle a su mejor amigo. En un momento sintió la mirada del coche militar y la combi sobre él y se encogió un poco tratando de no verlos; definitivamente, tal vez entre los vecinos tan cercanos de Radiator Spring algo como aquello no les importase, después de todo eran amigos entre si pero… obviamente Mate no sabía que fuera de aquel pueblito, algo como aquello era visto como un fallo en las computadoras de los coches. Y en su caso, probablemente seria visto como la comidilla de los demás autos de carreras.
Todavía recordaba lo que le había ocurrido a otro competidor, Adriano Kinnon, que al hacer publica su relación con su manager de ese momento ya no podía entrar en las carreras sin que los otros coches le hicieran la vida imposible.
Si Mate se ponía a hablar de las posibilidades de que su mejor amigo, el Rayo McQueen tenia esas inclinaciones se metería en problemas; tendría que hablar con el sobre la discreción.
-Oye… mira, hay algo que quiero pedirte…- comenzó
-Al fin te encuentro niño…
Rayo pudo sentir como de nuevo el clima parecía bajar unos cuantos grados y como su tanque de gasolina parecía cambiar de ubicación tan rapidamente que seguramente podría ganar una carrera sin su ayuda; tratando de componerse, se giró despacio y sonrió lo mejor que pudo al ver acercarse al Sheriff y a Doc Hudson que mantenía su eterna expresión serena, casi aburrida pero de todas formas en el borde de la boca podía notarle una sonrisa.
Era increíble como en el poco tiempo de conocerse ya podía identificar que un movimiento apenas perceptible en sus labios y podía saber si estaba feliz, aburrido o molesto.
-Bueno, Mate, ya se han divertido bastante por hoy y tengo que llevarmelo si aún quiere ganar esa Copa por supuesto
-Claro que si- afirmó el coche rojo reponiendose de su impresión inicial y con una expresión retadora en los ojos
-No nos hemos divertido- se quejó molesta la grua- ha estado entrenando toda la mañana haciendo eso que…
-Mate!
-… le dijiste que no... debia de…- Mate iba bajando la voz cada vez mas al darse cuenta de que habia hablado de mas mientras McQueen cerraba los ojos como si algo lo hubiera lastimado y Doc Hudson iba entrecerrando los suyos con suavidad- hmmm creo que no debi de decir eso- dijo parpadeando antes de girarse rapidamente y salir disparado rumbo a su negocio- nos vemos McQueen!
-Nos vemos Mate…- respondió bajito aun encogido en su lugar mientras Doc Hudson suspiraba y se giraba hacia la carretera de salida
-Andando niño- fue lo unico que dijo pero el tono que habia usado le habia dado a entender al coche de carreras rojo que no estaba nada feliz
Abrio un ojo haciendo una mueca mientras el Sheriff comenzaba a reir con ganas
-Ya lo hiciste enojar tan temprano chico- le dijo el anciano mientras el numero 95 emitia un gemido
-Parece ser mi especialidad- suspiró resignado
-Novato!
-Ya voy!- gimió el de ojos azules mientras comenzaba a rodar detrás de su ahora jefe de mecanicos y entrenador
Aquello parecía ser el comienzo de un dia bastante duro.