Sé que les parecerá raro que actualice este fic, pero varias personas me lo pidieron…así que consideré hacerlo y aquí me tienen, les envío un abrazo enorme y muchas gracias por apoyarme con mis otras historias. Muchas gracias! Nos leemos muy pronto y buenas lunas: D
Los personajes no me pertenecen, son de Akira Toriyama.
DESESPERACIÓN
El esperado día había llegado, al fin tendría a su pequeño entre sus brazos; al fin podría conocer al fruto del inmenso amor que sentía hacia aquel hombre que la había rescatado de la penumbra, aquel hombre que había llegado a su vida inesperadamente y que había convertido su mundo de tristeza en uno soñado. Ella sabía que él era el amor de su vida, a pesar de que tenía que lidiar con su carácter insoportable muchas veces, sabía que en el fondo él era un hombre único.
Lo supo cuando lo tuvo a su lado cada noche, cuando aún no eran pareja, él le demostró que los sentimientos pueden sentirse hacía quien menos se espera y solo ocurren sin pensarlo, sin proponérselo. Quizás eran muy jóvenes para ser padres, pero fue el regalo que les envió el destino. Después de todo lo malo que había vivido, entraba a una nueva etapa de su vida, una que sabía marcaría un antes y un después en su vida. Se convertiría en madre.
El dolor que sentía era espantoso, pero sabía que era necesario…se vería recompensada al ver el precioso rostro de su niño, de su Trunks. Su novio y sus amigos la llevaron de inmediato al hospital más cercano cuando se empezaron a manifestar las contracciones, la emoción y también el dolor la embargaban, entraron por el ingreso de emergencias donde rápidamente la atendieron y colocaron en una camilla, revisaron su pulso y mientras era trasladada hacía la sala de partos vio a Vegeta a su lado, se le veía serio, la miraba fijamente.
-Vegeta, por favor no te separes de mi – Le dijo con lágrimas en los ojos pues había sentido una contracción desgarradora.
-No te esfuerces en hablar, no tienes que pedírmelo…sabes que entraré contigo. – Le respondió rápidamente, se sentía nervioso; pues nunca se imaginó en ésta situación y este día que había estado esperando ansiosamente llegó tan rápido.
-Te amoooo, ahhhhh ¡me duele muchoooo! – Apretó fuertemente la mano de su prometido, él le daba fuerzas, como siempre la sostenía cuando ella se quebraba- ¡No lo soportooo! – Sollozaba.
-Calma mujer, debes ser fuerte…ya vamos a entrar debes calmarte, aquí estoy…aquí estaré siempre…tranquila…- Acariciaba suavemente la frente de su novia, se le veía mal…estaba bastante pálida.
-Debemos ingresarla ya al quirófano, venga por aquí señor debe ponerse el traje médico para poder acceder y además debemos verificar unos datos, las enfermeras llevaran a la señora, serán solo unos minutos. – Le decía el doctor que estaría encargado de traer al mundo a Trunks.
- Hmmmp, que sea rápido – Lo vio fugaz, volteó a ver a su amada y con la mirada le hizo saber que no demoraba nada, ya regresaba.
Sintió y vio de reojo que ingresaban a una habitación, se sentía bastante frio el ambiente. La colocaron cuidadosamente en la cama y la conectaron a los equipos de monitoreo, sentía las contracciones cada vez más frecuentes, ya habían pasado cerca de veinticinco minutos desde que Vegeta fue a cambiarse de ropa, se sentía sola. Estaba rodeada de enfermeras pero ella necesitaba al hombre de su vida, aquí…junto a ella.
No sabía hasta qué punto el destino se conspiraba para hacerla feliz pero también para causarle dolor. Vio a Vegeta entrar junto al Doctor, él tomó su mano y le sonrió cálidamente, supo que el momento había llegado, ya no podía aguantar más las contracciones. El doctor la revisó y solo lo vio asentir, debía prepararse.
-Señora Briefs, debe respirar pausadamente…no desesperarse, relájese…comience tranquila y con calma y vaya intensificando poco a poco, ¿de acuerdo?…ahora comencemos…puje por favor, despacio…muy bien. Eso es, tranquila…vamos de nuevo…puje. – Lo miraba mientras hacía lo que le decían, el dolor era increíble. Si alguien le hubiese dicho que este dolor era tan desgarrador hubiese pensado dos veces antes de hacer el amor tan seguido con su novio. Pero por dentro sonreía, no había forma de resistirse.
Cerca de hora y media después el llanto enternecedor de un recién nacido desbordaba por los pasillos de aquella clínica, los amigos de la pareja esperaban ansiosos en la sala de espera. Milk y Gokú no podían faltar para este día.
-¿Oyes eso Milk?, ¡es nuestro sobrino! – Desbordaba felicidad, estaba entusiasmado con la idea de tener un sobrino, porque sí. Consideraba a Vegeta como un hermano y además Bulma era su mejor amiga.
-Sí, ¡que ternura! Imagino que ahora al gruñón no le quedará más que ceder un poco. Además quien no amaría a un pequeño bebé. Debo confesarte que la actitud de Vegeta me ha sorprendido mucho, hasta podría decir que ha madurado. – Le decía sinceramente a su pareja, a pesar de que nunca fue exactamente una gran amiga de Vegeta, sabía que él amaba a su amiga y que no le haría daño, quizás había peleado mucho con él en el pasado pero debía aceptar que ahora Vegeta le estaba demostrando que sería un buen padre.
-Milk, Vegeta es una gran persona…sé que muchos que no lo conocen como yo no lo entienden y a decir verdad si no lo conocieras tan bien pensarías que es un pedante y engreído, pero no es así. Sé que ama a Bulma y también adorará a su hijo. – Le decía mirándola sonrientemente, así como él; ella entendía su sentir.
-Sí mi amor, lo sé. Después de todo Bulma merece ser para siempre feliz. – Le sonreía, sabía todo lo que su amiga había vivido y sabia de sobra que ahora merecía estar tranquila y feliz.
No podía creer que ese pequeño hermoso ser que ahora cargaba entre sus brazos sea su bebé, su hijo…parte de ella y de su novio. Él estaba a un lado, mirándolos mostrando una sonrisa sincera, se sentía muy extraño pues nunca imaginó ser padre tan pronto, pero estaba feliz…ella era la mujer que le había dado un nuevo significado a su vida, era la mujer con la que quería estar siempre, era su Bulma…su mujer, suya…por siempre suya. Veía a su pequeño hijo, le impresionó el parecido que tenía con él pero también con su madre, tenía el cabello lavanda, los ojos celestes pero esa inconfundible y típica mirada de la que se sabía poseedor. El pequeño lo miraba detenidamente, al parecer lo había reconocido como su padre, lo miró y sintió un extraño temor, no sabía a qué se debía aquella sensación. La enfermera que ingresó a la habitación lo sacó de ese trance en el que se encontraba.
-Señores, disculpen pero debo de llevar al bebé para revisarlo, se lo volveremos a traer en unos treinta minutos. – Les decía amablemente la enfermera, una mujer de mediana edad con un rostro bastante gentil.
-Sí, cuídelo mucho por favor, ¿sabe cuánto pesa? – Preguntó curiosa la nueva mamá entregándole a su pequeño bebé.
-Cerca de cuatro kilos, es bastante fuerte y guapo su bebé, señora – Miraba a la joven pareja, se les veía muy felices. Se notaba que era su primer hijo.
-Muchas gracias, salió igual de apuesto que su padre – Miró divertida a Vegeta, este solo le hizo una mueca, pero no le había disgustado lo que escuchó.
-Ahora mismo viene el Doctor a darles unas indicaciones, con su permiso – Con Trunks en brazos la enfermera salió de la habitación conduciéndolo a la sala de neonatos, pero antes de eso pudo percibir algo extraño, se sintió observada, tantos años al cuidado de indefensos bebés quizás ahora la hayan puesto nerviosa, sacudió la cabeza y olvidó aquellos pensamientos y siguió su camino entre los pasillos de esa clínica.
En la habitación el Dr. Nakamoto les daba indicaciones sobre los días que ella debía permanecer internada, los exámenes de rutina y demás temas, todo había salido perfecto…después se retiró de la habitación dejándolos solos. Su hijo era un niño hermoso y fuerte, moría de ansias por regresar a casa y acunarlo entre sus brazos mientras le tarareaba una canción, su hijo era apenas un recién nacido pero para ella ya significaba su vida entera, amaba a aquellos dos hombres que ahora existían en su vida. Los preciosos ojos azules se vieron consternados cuando una sensación de pánico la invadió no supo exactamente por qué pero se sentía intranquila.
-¿Te sucede algo? – Le preguntó Vegeta al verla en ese estado, debido a su vínculo podía sentir cuando ella no se encontraba bien.
-Es una sensación extraña, pero no sé a qué se deba…debe ser el cansancio por el nacimiento de nuestro bebé.- Intento disimular una sonrisa, pero aquel sentimiento no desaparecía.
-Espérame aquí iré a preguntarle a esos inútiles cuándo volverán a traer a Trunks. – Se puso de pie dispuesto a salir en busca de algún personal que le diga sobre cuando traerían nuevamente a su hijo, pero una de las enfermeras del área entró desesperadamente a la habitación.
-¡Señores!...ha ocurrido una desgraciaaaa, han asesinado a Yoley, la enfermera que llevaba a Trunks y…. – Fue interrumpida abruptamente, Vegeta no podía creer lo que había escuchado…su cerebro trabajó rápidamente.
- ¿De qué diablos está hablando?, ¡¿Dónde está mi hijo?! Los mataré a todos si algo le ha sucedido.- Bramaba enfurecido, la sola idea lo torturaba.
-¿Qué pasó?, ¿Dónde está mi bebé? – Bulma solo quiso pensar que se trataba de una absurda coincidencia del destino, no era posible.
-Lo siento mucho…el asesino se llevó a su bebé…no sabemos cómo ha ocurrido, se escabulló entre el personal, ha escapado…lo siento mucho de verdad -Les decía con lágrimas en los ojos, mientras llevaba sus manos a su rostro, estaba consternada…en sus años al servicio jamás había vivido algo así, su amiga Yoley había sido asesinada, su corazón latía con fuerza. Las manos le temblaban y el miedo y angustia que sintió no cesaba.
-¡Maldita sea!, ¡son todos una basura!… ¡¿Qué clase de lugar es este?! – Vegeta estaba fuera de sí, había tomado a la enfermera por los hombros y la zarandeaba bruscamente, no midió sus actos.
-Suéltala Vegeta, la estás lastimando, por favor encuentra a nuestro hijo…-Sus lágrimas caían precipitadamente por sus mejillas, si sus instintos no fallaban…creía saber quién había ocasionado todo esto.
-Lo voy a encontrar y ese maldito y asqueroso malnacido ésta vez, morirá por mis manos... – El odio en sus ojos era aterrador.
-Tráelo de nuevo conmigo, por favor Vegeta…no permitas que le haga daño… ¡Por favor! No lo soportaría – La peliazul se quebró, como muchas otras veces, pero ésta vez era distinto. Ese miserable había llegado demasiado lejos.
-Le pediré a Piccoro que venga a custodiar la habitación, ese maldito puede intentar atacarte…también Gokú ya debe estar al tanto. Te prometo que volveré con Trunks y te lo pondré nuevamente en los brazos, nada ni nadie nos va a separar… ¿Has comprendido?, no importa si tengo que manchar mis manos con sangre, haré lo que sea...confía en mí. – Le besó en la frente y salió desesperadamente de la habitación.
Todo en ese entonces se volvió vacío, las manos frías y casi inertes no parecían seguir las órdenes de su cuerpo. El desmayo inevitable y total la enfrascó en la inconciencia. El oficial Piccoro había llegado unos minutos después a la clínica con sus compañeros, todo era un caos. Las enfermeras estaban en pánico absoluto, los amigos y familiares de la pareja que ya le era conocida estaba en shock, todos consternados. Vio al hombre de cabello en forma de flama y solo al ver su semblante supo que todo había sido un desastre.
-Piccoro, necesito que custodien la habitación de Bulma, ella está muy débil, no puede hacer nada…cuídala, por favor – Conocía de sobra a este hombre, había sido un amigo suyo de la infancia. Sabía que ellos significaban todo para él, después de todo había seguido el caso del asesinato de la heredera de la Corporación Cápsula.
-¿Sabes quién está detrás de todo esto, Vegeta? – Supo que era una pregunta tonta.
- Freezer es el maldito culpable, estoy seguro. – Su semblante era sombrío.
- Pediré todos los reportes de las cámaras de vigilancia internas y las de las calles circundantes, vamos a encontrar a tu hijo. – Puso una mano en el hombro de su amigo y ambos salieron decididos a ponerle fin de una vez por todas a ese miserable
[…]
Dentro de una oscura vivienda situada en los alrededores de la ciudad, en un barrio bastante simple y olvidado dos hombres se hallaban reunidos, hablando sobre sus futuros planes y ambiciones, aquel hombre de mirada fría y determinante no descansaría hasta ver destruida a la mocosa estúpida que había arruinado todos sus planes. Él debía ser ahora dueño y señor de la C.C. Esa idiota solo había entorpecido todo y ese maldito simio que era su pareja, como lo detestaba. Ambos le habían hecho la vida desgraciada. Primero la mocosa, su nacimiento fue la frustración de su vida, él debió de casarse con Bunny, él debió ser aquel hombre. Pero ella tenía que nacer y arruinarlo todo. Una sonrisa sádica se alojó en su rostro, ambos ya habían pagado por causarle tantas molestias. Era el turno de la pequeña imbécil, la detestaba…el mismo carácter estúpido de Briefs, la misma tolerancia, la misma sonrisa, incluso el mismo intelecto. Esa maldita mujer que se atrevió a cambiarlo por un viejo desgraciado, maldita…mil veces maldita.
-Freezer, debes ser cauteloso. Esa gente es influente y no se quedarán tan tranquilos, menos ahora que has raptado al mocoso, pero enserio… ¿era necesario asesinar a esa mujer? – Le decía fríamente a su hermano, lo conocía tan bien que sabía que asesinar era un placer para él, había heredado ese carácter tan sádico de su padre.
-No me cuestiones Cooler, sabes que nunca hago algo de no ser necesario…pero hubieras visto ajajaja lo fácil que fue robar al engendro, esos idiotas estaban tan felices que no se dieron cuenta de nada, salí por la puerta grande jajaja – Sonreía, para él todo esto era parte de una venganza, injustificada…pero había sido la razón de su vida por muchos años.
-Nunca cambiarás…ahora bien, ¿Qué harás con el mocoso?, da gracias que aún no hace ningún escándalo y duerme… ¿Piensas matarlo? – Le preguntó tranquilamente, era de esperarse que la respuesta sea afirmativa.
-Aún no, quiero hacer sufrir a esos imbéciles… ¿ese simio tendrá las agallas y el coeficiente intelectual suficiente para encontrarme?...jajaja lo dudo mucho. – En ese momento el llanto del pequeño Trunks que dormía totalmente alejado de la realidad fastidió demasiado al asesino, él no toleraba a los niños, le daban asco y repugnancia.
-¡Maldito mocoso, silencio!, yo no soy tu mamita…así que cierra la boca.- Lo miraba intimidantemente, Trunks solo lo vio y aunque este ser no le causó nada de gracia, sonrió inocentemente tomando uno de sus dedos, Freezer empezaba a desesperarse, definitivamente tendría que lidiar con un gran problema. El mocoso era insoportable
[…]
Debía de encontrarlo, su hijo estaba por encima de todo…la vida estaba siendo injusta con él y sobretodo con Bulma, no podía imaginarse el dolor de su mujer sabiendo que aquel maldito tenía a su bebé recién nacido, el pequeño Trunks necesitaba a su madre, qué clase de desalmado hubiese sido capaz de eso. Ese gusano, solo él podría hacerles tanto daño. Algunas cámaras de vigilancia externas pudieron captar los momentos en que una camioneta negra esperaba en la esquina anterior a la clínica, vieron a un hombre vestido de traje formal que salía con un pequeño bulto en sus brazos e ingresaba a la camioneta rápidamente. Este hombre era Freezer, le haría pagar su cobardía. Se arrepentiría de haberse metido con su hijo, era el momento que tanto había esperado. Acabaría con el maldito que arruinó la vida de su mujer, estaba dispuesto a todo por ello…
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Holaaaa, sé que quizás algunos no recuerdan este fic que fue el primero que escribí, pero tuve varios pedidos sobre seguirlo y me animé…espero que les agrade, un abrazo enorme y nos leemos muy pronto!
