Como ya les había adelantado, en mi fic 'Melodía', publico 'Melody'. Este fic está situado en el siglo 19, y tanto Luka como Miku tienen la misma edad, y Gakupo y Miku son hermanos. Espero que como avance la historia, se añadan otros personajes ^^. ¡Disfrute de la lectura!

Disclaimer: Vocaloid NO me pertenece.


Melody

Por E. Waters

Capítulo I

Megurine Luka no sólo era la joven más hermosa de la comarca, sino que a la vez era la heredera de Megurine Shinishi, el hombre más rico y jefe del clan más importante de en varias millas a la redonda.

Sin embargo, Megurine Luka era por sobre todo una muchacha solitaria. Criada con institutrices y con profesores particulares, su mundo se restringía y limitaba al inmenso palacete de los Megurine, y los jardines adjuntos a éste. Y ella soñaba, soñaba con interactuar con otras personas.

Pero el padre de Luka era muy receloso con su única hija, al punto de alejarla de cualquier cosa que pudiese marchitar su belleza.

Aunque Megurine Luka, no era la única chica de gran belleza, en esa comarca. Estaba Hatsune Miku, la cual era hija de Hatsune Tadashi, el dueño de un clan aristocrático, casi de tanto abolengo como los Megurine, pero empobrecido.

A la vez, Hatsune Miku tenía un hermano mayor, Hatsune Gakupo, un muchacho bien parecido y lleno de ambiciones.

—Gakupo, hijo, debemos de encontrar una forma de que Megurine Shinishi te dé la mano de su hija, porque eso es lo quieres, ¿no?

—No se trata de lo que quiero, padre, sino lo mejor para todos… lo mejor para Miku. Si me caso con la hija de los Megurine, tendremos una buena dote para ella. Además, he visto retratos de ella, y debo admitir que es bastante guapa.

El señor Hatsune sonrió. Si bien, necesitaban con urgencia el dinero, no permitiría que su único hijo se casase por interés, y echara por la borda su felicidad.

—Está bien. —el hombre más viejo de los dos, hizo una pequeña pausa. —hablaré con Kaoru, es el sirviente más cercano a Megurine Shinishi, y me debe algunos favores… averiguaremos cómo entrarás a la vida de Luka, hijo.

Gakupo, entonces, no pudo más que sonreír.

Pero lo que nadie contaba era que Miku era mucho más ambiciosa que su hermano. No, ella veía cada oportunidad, por mínima que fuese, y la tomaba hasta aprovecharla por completo. Se sabía hermosa, se sabía bella, y aunque le faltaba dote ella sabía que algún día viviría entre riquezas.

Y sabía, sabía que si su hermano se comprometía con Megurine Luka, ella podía obtener lo que siempre había deseado, eso y posiblemente mucho, pero mucho más.

Ahora, debía de haber alguna forma, alguna forma de acercarse a ella…

—Ella está sola. —pensaba Miku, mientras estaba recostada en su cama. — y según dicen, carece de amigos o gente cercana de su edad… tal vez…—y una astuta sonrisa se dibujó en su rostro.

—Padre. —dijo entonces un día Miku, mientras que estaban cenando una escueto plato de sopa, como única cena. — lo he estado pensando, y creo que tengo una idea como para que Gakupo se acerque a la señorita Megurine.

El señor Hatsune alzó curioso una ceja. Sabía, sabía que su hija era más ambiciosa que Gakupo, y hasta tal vez más inteligente y astuta en el acto. Y a veces, solo a veces, le asustaba que su hija fuese de tal manera.

—¿A qué te refieres, Miku?

—¿Qué pasaría si yo me convierto en la chica más cercana a ella? ¿Qué pasaría si yo fuese su más íntima confidente, y a la vez ejercer la mayor influencia?

—Miku, ¿qué tienes pensado hacer?

—Ser su criada persona, padre. —y una singular sonrisa se esbozó en sus labios. — sé que si su conocido, padre, se lo comenta al lord Megurine él aceptará.

Los ojos azules del padre de Miku, se abrieron mucho. El plan, aunque parecía algo simple, ciertamente tenía mucho potencial en que funcionase.

—Está bien, hablaré con Kaoru al respecto.

Esa misma semana, Hatsune Tadashi le habló a Kaoru, su contacto en la familia Megurine, sobre la posibilidad de que Miku fuese su criada personal.

—Será muy ventajoso, ya sabes, Kaoru… la señorita Luka hablará con una persona de su edad, con la cual no tendría la posibilidad de mancillar la belleza de la hija de los Megurine, al ser ella otra chica igual que la señorita Luka.

Kaoru escuchó con atención lo que su amigo le decía.

—Está bien, hablaré con lord Megurine apenas llegué al palacete.

Y dicho esto, el hombre se subió a su caballo, y dándole un pequeño golpecito al costado del animal con su pie, emprendió galope.

Una vez que llegó al palacete, desmontó y de inmediato de dirigió hacia las dependencias de Meguirne Shinishi.

—Amo Megurine. — dijo primero Kaouru, haciendo una pequeña reverencia. —¿recuerda usted que me decía, que apartaba a la señorita Luka de todos, por miedo que fuese mancillada, pero que aún así sabía que ella necesitaba compañía?

—Continua, Kaoru…—contestó el hombre, mirando con dureza a su criado más confiable.

—¿Usted recuerda a los Hatsune?

—Por supuesto, mi abuelo era muy aliado de ellos, hasta que ocurrió esa gran crisis económica, hace ya años atrás, ¿por?

—Bueno, ellos tienen a una hija, la señorita Miku, la cual es casi tan bella como la señorita Luka. Pensé que tal vez, y a modo de ir de a poco insertando a la señorita Luka en sociedad, podría ser su dama de compañía… además, ambas son chicas, la señorita Luka no corre peligro alguno de ser desflorada. —habló Kaoru, tratando de ser cuidadoso entre palabra y palabra.

—Uhm…— Megurine Shinishi se quedó mirando con esa misma dureza, tan característica de él, en la figura de Kaoru. —¿y esa tal Miku, qué edad tiene?

—La misma edad que la señorita Luka, amo Megurine.

El hombre, entonces, pareció cavilar un poco. Era cierto, años y años había protegido a su amada hija, fiel copia de su fallecida esposa, pero sabía que a la larga eso estaba afectando las habilidades sociales de ella.

—Con que Hatsune Miku…—e hizo una pequeña pausa. — hablaré con Luka sobre el tema, Kaoru, puedes retirarte y llama a Luka, por favor.

Sabiendo que había logrado ya un gran avance en su propuesta, el tal Kaoru hizo una pequeña reverencia, y salió de las dependencias del lord, en dirección hacia el cuarto de Luka.

—Su padre desea verla, señorita. —dijo Kaoru, a lo que Luka se sobresaltó un poco, debido a que se encontraba leyendo.

—Oh, gracias, Kaoru-san… en seguida voy. —y dicho esto, la hermosa joven se levantó de su inmensa y acolchada cama, y se encaminó hacia el despacho de su padre.

Tocó como debía de ser la puerta, y cuando escuchó el 'pase' por parte de su progenitor, ingresó a la inmensa habitación-

—¿Para qué me llamó, padre?

—Luka, sé muy bien tus inquietudes sobre tener más compañía de tu edad a tu lado, más allá de los profesores o las institutrices… ¿es eso correcto aún, hija?

—Así es, padre. —respondió ella, a lo que el lord Megurine esbozo una pequeña y sutil sonrisa.

—Pues, he conseguido que una damisela, de esta misma comarca sea de ahora en adelante tu propia dama de compañía. Su nombre de Hatsune Miku, y tien exactamente la misma edad que tú.

Los ojos azulosos de Luka se abrieron mucho.

—¿Usted habla en serio, padre?

—Claro que sí. —esta vez, la sonrisa en el hombre fue algo más notoria. — mañana mismo comenzará a estar contigo, además tiene muy buenas referencias.

Siendo así, mientras que Luka no pudo pegar ni un solo ojo debido a que estaba muy ansiosa de poder ver a alguien de su misma edad, cosa que no hacía desde hace años, cuando su madre aún estaba viva, Miku también no pudo dormir, pensando en cómo llegar a la vida de Megurine Luka.

—Recuerda, hija, háblale lo más que puedas sobre Gakupo. —dijo el padre de Miku, mientras ella cerraba su pequeña y humilde maleta. —eso es crucial como para que tu hermano se case con ella.

—Lo sé, padre, lo sé. —una singular sonrisa se esbozó en su cara. — en cuanto menos lo esperes, esa tal Megurine Luka caerá rendida a los pies de mi hermano.

—Hermana, un carruaje te espera afuera. —habló el propio Gakupo, entrando a la pequeña y reducida habitación de Miku.

La muchacha asintió efusivamente con la cabeza, y como a modo de despido plantó un beso en la mejilla de su padre, solo para después besar el rostro de su hermano. Ya hecho esto, no volvió a mirar hacia atrás, y se dirigió hacia el ostentoso carruaje.

—Buenas tardes, súbase… la señorita Megurine la espera en el palacete. —fue lo que habló el cochero, a la vez que Miku se sentó junto a Kaoru, el gran mediador entre ambas familias, al interior del carro.

—Sé amable con la señorita Megurine, Miku. — dijo Kaoru.

—No se preocupe, Kaoru-san, estoy segura que nos llevaremos muy bien. —contestó la chica, siendo la actuación una de sus mayores cualidades.

Aunque tampoco es que ella le fuese a ser precisamente daño a Luka… no, ella simplemente sería la esposa de su hermano, y su hermano, si bien era ambicioso, era un buen hombre, inteligente y guapo.

—Vamos, que voy a hacerle un favor. —se dijo Miku a sí misma, como tratando de camuflar el hecho que la usaría para su futuro personal.

No pasó más de una hora, hasta que el carruaje se detuvo frente al palacete de los Megurine.

Miku se bajó entonces del carruaje, y tan pronto como pisó los terrenos de esa poderosa familia, sus ojos se alzaron e inevitablemente se toparon en los ojos intensamente azules de la propia Luka.

La mirada de la muchacha de cabellos celestes, se ensanchó muchísimo, y es que jamás en su corta existencia, había visto a una chica más guapa, que la misma Luka. Sin poder preverlo, el blanco rostro de Miku adquirió un tenue tono rosáceo.

—¿Ella es Megurine Luka? —se dijo a sí misma, sintiendo de pronto como su corazón comenzaba a latir con fuerza. —¿es esta la chica, la cual debo convertirla como esposa de Gakupo? —pensó, no pudiendo creerlo.

—Usted debe ser la señorita Hatsune. —dijo Luka, mirando tímidamente a Miku.

—¡Un gusto! —le respondió la otra chica, tratando de hacer lo posible como para ocultar ese sonrojo en su rostro.

—Ven conmigo, te enseñaré tu habitación…

—Pero esa es tarea de sirvientes. —interrumpió uno de los tantos criados.

—Hatsume Miku es mi invitada de honor, yo misma le enseñaré y mostraré todo lo necesario como para moverse en el palacete. —rebatió enseguida Luka.

—¡Esto será tan fácil! —pensó Miku, viendo lo tímida, amable y frágil figura de la otra chica.

Y sin previo aviso, Luka sujetó la muñeca de Miku, y de una forma delicada y hasta encantadora la atrajo hacia sí, para de esta forma la siguiera hacia el interior del inmenso palacete de los Megurine.

Sin embargo, había algo que a Miku no le gustaba de esa situación, y eso era lo atractiva que el resultó de buenas a primeras Megurine Luka.

Pero no importaba cuan hermosa podía resultar esa chica, ella tenía un plan, un plan para amarrarla de por vida a Gakupo, y ella conseguir el dinero suficiente como para embelesar a un noble y terminar casada con el heredero de buena cuna.

Por otro lado, Luka no podía estar más que actuar algo ansiosa. Hace años, como se ha dicho con anterioridad, que no salía a la luz, enfrentar a la sociedad, y ahora se encontraba con esa chica, la cual parecía ser bastante agradable.

—Y bastante bonita. —admitió la muchacha, para sí misma.

De esta forma, ambas chicas se sentaron esa noche a cenar, y Luka podía sentir la mirada de la otra joven sobre sí.

En vista que ella estaba muy alejada de las claves sociales, cuando sintió esa mirada, la muchacha pensó que era completa y absolutamente normal… lo que no quitaba que se sintiese algo perturbada.

—¡Tan fácil…!—se dijo otra vez Miku, siguiendo observando el rostro de Luka.

Cuando finalizó la cena, los tres presentes se levantaron de su asiento, y las dos chicas se encaminaron hacia sus propios cuartos, los cuales se encontraban uno al lado del otro.

—Buenas noches, señorita Hatsune. —dijo Luka, de forma correcta y educada, tal y como la habían educado.

—Puedes decirme Miku… Luka.

—Oh, claro. —y la aludida pestañeó rápidamente, como no estando acostumbrada a tratar a las personas con tanta familiaridad.

Miku se quedó estática en su puesto, observando atenta cada paso que la otra joven daba, hasta que finalmente abrió la puerta de su habitación e ingresó a ésta. Una gran y maliciosa sonrisa apareció en su cara.

Resultaba que Megurine Luka, era mucho más inocente de lo que ella hubiese esperado

Pensando que su tarea, esa de convencer a la otra muchacha que se casase con Gakupo, iba a ser mucho más simple, entró ella a su propia alcoba. Sus ojos, como cuando vio a Luka por primera vez, se ensancharon al ver que su nuevo cuarto era el doble, o tal vez el triple, de su cuarto en su antiguo hogar.

Una vez que ya estuvo con su camisola de dormir, se recostó en su cama, y una vez que cerró los ojos, sus pensamientos sólo se concentraron en la figura, la inocente figura de Megurine Luka.

Lo que Miku no contaba, era que sus sueños, o al menos por esa noche, fueron del todo tipo, menos inocentes, inocentes como la propia Luka parecía ser…


¡Espero que haya sido de su agrado! ¿Reviews? Los espero ansiosa (: