CAP 1

"Deduciendo"

.

.

.

Mantenía aquello a nivel de los ojos, observando el pequeño foquito que parpadeaba en un alegre color verde y cuyo pitido ya le perforaba los oídos.

Y no era el único

Uno tras otro, todos aquellos aparatitos que se extendían en desorden sobre su cama imitaban en ruido y volumen al que tenía entre los dedos, temiendo por un momento que su madre fuese a notarlo y terminase por ingresar en su cuarto con alarma; sin embargo su cuerpo ya no respondía a la orden mental de moverse para acallar todo aquello y ocultarlo de la vista. No podría desechar todo eso en el baño de la posada ni de chiste y colocarlo en el basurero de algún cliente habría sido una buena idea si no estuviesen en temporada baja.

Estaba en serios problemas

Unos minutos después se pasaba una mano por el cabello corto haciéndolo hacia atrás mientras apoyaba la espalda en la puerta, percibiendo los pasos de su madre al acercarse y sintiendo unetraño alivio al ver que había apagado aquel infernal sonido antes de que la mujer golpease suavemente la puerta con los nudillos.

-Jim? Todo bien alla adentro?

El chico hubiera deseado responder de manera afirmativa pero sinceramente no había podido hacerlo.

Un ruido gutural salió de su garganta después de hacer un gran esfuerzo permitiendo que su madre se diese por satisfecha y se retirase. A decir verdad ya tenía varias semanas respondiendo de aquella manera y aunque la mujer estaba preocupada, al menos ya se había hecho a la idea de que por el momento eso iba a ser lo más que conseguiría del anteriormente arisco joven.

Cerró los ojos.

Y al siguiente momento lamentó haberlo hecho cuando un sinfín de imágenes pasaron por su mente.

Algunas acerca de una de las noches mas extrañas, felices y nerviosas que había tenido en toda su vida. Y otras… acerca del terror puro que pasó a través de él conforme suplicaba piedad y lamentaba varias cosas que lo habían llevado a aquel momento; un escalofrío recorrió su cuerpo antes de tragar en seco y abrir los ojos, para ver a través de sus dedos la tenue luz de la Estación Espacial Crescentia que ingresaba por los cristales de la ventana de su habitación.

Sin desearlo un sollozo brotó del fondo de su garganta, haciéndole saltar por la sorpresa

Cuándo había sido la última vez que había llorado?

Aunque la pregunta sería mas bien cuando había comenzado a hacerlo de forma tan continua.

Unos meses atrás. Tenía muy poco de haber vuelto de su aventura en la búsqueda del tesoro de Flint y todo pintaba para tener una larga y próspera carrera dentro de la Academia Interestelar después de todas las buenas recomendaciones que tenía y el respaldo de sus amigos; sin embargo apenas habían desembarcado y el chico ya pensaba que algo no se encontraba bien del todo con él y su salud.

Las primeras semanas habían sido maravillosas demostrando sus habilidades y todo lo que lo hacía especial entre sus compañeros. Sin embargo las cosas habían cambiado de primera mano cuando en una prueba de botes rápidos y ligeros para ataques de corto alcance, se había mareado. Él. James Pléyades Hawkins, mareado en un ejercicio sobre un triste bote que ni siquiera era lo que había sido su amada tabla solar y a una velocidad que no se acercaba ni un poco a la que estaba acostumbrado.

Se había excusado de forma ridícula y había salido del ejercicio con tal expresión de furia que sus demás compañeros se apartaron a su paso.

Era obvio que su fama de malhechor y problemático aún lo seguía a pesar de todo y que tanto los profesores, como los demás cadetes y los militares encargados de cada uno de ellos susurraban y murmuraban a sus espaldas; y a pesar de que tenía su imagen de rudo y que de todas maneras se suponía que se le había añadido un estatus de "héroe" al salvar la vida de una capitana de renombre y sus amigos, algo seguía sin encajar en su lugar.

No sabía qué pero simplemente, había algo que no terminaba de acomodarse.

Y nunca hubiera sospechado de esto… hasta ese día… ese día cuando…

-Jim?

El aludido levantó los parpados con pereza, disipando los recuerdos de tiempo atrás y regresando a aquel instante en el que se encontraba sentado sobre el suelo de su cuarto, con toda la presión y la depresión que le significaban finalmente haber encontrado una respuesta al porque de sus cambios de humor y malestares; levantó los brazos de su descanso sobre el doblez de las rodillas y se talló los ojos con gesto cansado antes de escuchar nuevamente la voz de su madre que le llamaba

En verdad pensaba que ya había dejado claro que no estaba de humor para comer… o en ese caso, cenar.

Sinceramente ya no estaba seguro de si deseaba volver a probar alimento aunque muy a su pesar iba a tener que obligarse a sí mismo a hacerlo… en especial ahora que…

-JIM!

-Qué sucede?... no tengo hambre mamá, solo quiero dormir…

La mujer del otro lado suspiró con paciencia dándose cuenta de que su hijo cada vez estaba mas y mas silencioso y retraído que antes; le había visto totalmente extasiado y con una nueva luz cuando había bajado del RLS Legacy

Pero entonces un par de meses mas tarde el chico parecía estar volviendo a ser el de antes o tal vez aún peor. Aunque ya no se metía en problemas con la ley, de repente tenía ligeros estallidos de desesperación o de profunda tristeza y apatía en los cuáles se quedaba tirado sobre su cama observando el techo; y en verdad todos aquellos ánimos tan volátiles le estaban preocupando en sobremanera.

Temía que algo hubiese ocurrido y no se lo hubiera dicho.

Sin embargo ahora había ocurrido algo que esperaba que de alguna manera levantara los animos del chico de ojos azules.

-Creeme, no vas a querer hacerlo…- dijo su madre recargándose de lado en la pared al lado de la puerta mientras sonreía para si misma a pesar de que su hijo no podía observarla- ha llegado un barco al puerto veinte…

-Porque me llamaría la atención la llegada de uno? Ya he visto suficientes en la Academia…

Replicó el chico con cansancio a pesar de que trataba de controlar su tono a sabiendas de que en aquellos momentos podía sonar demasiado cortante cuando su madre no tenía la culpa. Sarah Hawkins rodó los ojos con paciencia sin embargo, continuaba sonriendo y se cruzó de brazos antes de clavar los ojos en la puerta y acomodarse mejor.

-Porque se trata del barco que trae de vuelta… a ciertos chicos del Correccional Espacial…

Apenas había transcurrido un segundo a lo que la mujer levantó una ceja al ver como algunos golpes sonaban rápidamente del otro lado de la pared y al siguiente momento la puerta se abría de golpe dejando ver al chico con expresión incrédula y el cabello algo despeinado.

-El barco del Correccional…?

Susurró con un tono de sorpresa, parpadeando varias veces y observando a su madre que parecía complacida al ver un destello de vida finalmente en la mirada del joven

-Eso significa que…?- balbuceó con torpeza antes de negar un par de veces con la cabeza y sonreir con verdaderos animos- Solaris?

- Si corres tal vez alcances a verla antes de que bajen todos

Dijo la mujer moviendo la cabeza antes de que el chico de cabello castaño dejara salir un grito de jubilo y besara en la mejilla a su madre antes de salir corriendo y tomar su chamarra de un perchero al lado de la puerta, corriendo al exterior como si la vida le fuese en eso

Hasta ese momento se había sentido muy solo pero ahora, tal vez las cosas se acomodarían para poder tener una válvula de escape.

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::