Disclaimer: Dragon Ball pertenece a Akira Toriyama sensei.

Sueños del alma

CAPÍTULO UNO

"TÚ".

Tú, que crees que tienes el poder de hacer que dude de mí. Y tú que vives dentro de mi piel, que sabes cómo mentir. Y estoy tan sordo de escucharte, cansado de seguirte, no sé cómo apagarte… (Tú- Camila).

Goku era el guerrero más fuerte del mundo, no, del universo entero o al menos eso era lo que todos decían y alababan.

Milk había sido considerada la mujer más fuerte del planeta.

Pero para la terrícola todo eso no importaba.

La hija de Ox estaba sentada frente a la cocina, acababa de limpiarla y dejarla en orden, tal y como una buena esposa debía hacer. Tal y como lo había estado haciendo durante los más de veinticinco años pasados. Y se encontraba cansada en cuerpo y espíritu.

Soltó un suspiro cansino y escuchó una pequeña voz a su lado.

— ¿Estás cansada? —Milk sonrió al ver a la pequeña Pan que ya llevaba puesto el pijama.

— ¿Qué estás haciendo aquí, mi pequeña? —la abuela la cargó para sentarla en sus piernas— ¿Mamá sabe que estás aquí?

La semi-saiyajin alzó los hombros como única respuesta antes de recargar su cabeza en el pecho cálido de la mujer, a lo que la mujer sonrió aún más al tiempo en que le acariciaba los cabellos. En poco tiempo la niña se quedó dormida.

Milk se dirigió a la puerta y al abrirla vio a Videl caminando a toda prisa con dirección a la casa. Al verlas, la ojiazul se tranquilizó.

—La dejé lavándose los dientes y cuando la busqué no la encontré. Gracias a Kami que estaba con usted —le dijo la joven madre al momento en que su suegra le entregaba a la niña.

—Me lo imaginaba —le respondió sin mucho ánimo.

— ¿Sucede algo? —le preguntó al verla en ese extraño estado emocional.

—No, no, es sólo que recordé las veces en que mi Gohan me hacía lo mismo. En aquel tiempo Goku solía ir a buscarlo, pero como no tenía un ki desarrollado era difícil encontrarlo.

Milk apartó la mirada al mencionar a su esposo, pero después volvió la vista al frente.

—Sería bueno que empezaran a entrenar a Pan, le hará bien hacer un poco de ejercicio —Milk sonrió a medias y después de dar las buenas noches volvió a su casa.

Videl se quedó sorprendida al escucharle decir eso. Según lo que Gohan le contó, su madre siempre estuvo en contra de que él entrenara artes marciales, aunque era cierto que después de la muerte de Goku ella misma le diera un poco de entrenamiento a Goten.

Con esos pensamientos, Videl regresó a casa.

—Estaba con mamá —dijo Gohan al verlas en el umbral.

— ¿Eh? Ah, sí.

— ¿Pasó algo? ¿Mamá te ha dicho algo indebido? —preguntó preocupado, conocedor del carácter fuerte que esta tenía.

—No, para nada. Pero creo que algo le pasa, le vi… triste.

Gohan alzó la vista por un instante. Tras la muerte de Goku, ella había cambiado muchísimo y no era raro verla en lapsos de depresión. Tras la resurrección de su padre, después de la batalla contra Boo, Gohan pensó que todo en ella regresaría a la normalidad. Pero al parecer se había equivocado.

—Mañana después del trabajo me pasaré a verla, quizá sólo necesite hablar un poco —Videl asintió con un monosílabo.

Gohan le ayudó a cargar a Pan, al mismo tiempo en que la tomaba por la cintura y le daba un beso en la frente. La pelinegra sonrió cariñosa, poniendo su mano en el antebrazo de su esposo.

Un gesto común entre ellos que a los ojos de Milk no pasaba desapercibido. Esta vez lo había visto a través de la ventana. Las siluetas le hicieron recordar los primeros años de su propio matrimonio.

Goku había sido un chico amable, aunque algo atolondrado ¿Qué más podía pedirse de alguien que creía que el matrimonio era comida? Los primeros cinco años habían sido todo lo que Milk había imaginado y quizás algo más… hasta la llegada de ese que dijo ser el hermano de Goku.

Las cosas cambiaron en un abrir y cerrar de ojos. Gohan fue secuestrado, a punto de morir a manos de su propio tío. Llevado a la fuerza por Piccolo y, sobre todo, la repentina muerte de Goku. Un año entero sin verles, viviendo con la angustia sin más apoyo que su padre.

Y después de que ella creyó que la pesadilla había terminado tras la milagrosa sobrevivencia a la invasión de los otros saiyajin, ellos volvieron a partir a una odisea lejos de la Tierra misma.

Ella sintió que se asfixiaba lentamente y a nadie parecía importarle. Hasta creyó que su propio padre pensaba que solamente era una mujer histérica. Sí, loca por volver a ver y retener a su familia a su lado ¿Eso estaba mal? Por ella que el mundo, el universo entero, se fuera al caño, lo único que deseaba era que todo volviera a ser como antes. Pero eso nunca más lo fue.

Poco a poco vio cómo era remplazada a un segundo o quizás hasta un tercer plano. A Goku sólo le importó hacerse más fuerte, a tal grado que decidió no regresar a casa después de lo de Nemekusei.

Recordó que aquella tarde tanto Gohan como ella llegaron corriendo, listos para pedir el deseo a Porunga para revivir (de nuevo) a Goku. El dios dragón entonces habló, todavía le parecía escuchar su voz profunda e imponente decirle: "No puedo revivir a la persona llamada Goku, porque él está vivo"

Entonces que le traigan, lo pensó y Bulma materializó sus palabras.

"Él no quiere…"

"Hasta el saiyajin más poderoso le tiene miedo a Milk". Había dicho alguien, a ojos de ella, mal intencionado.

Él no quiere…

Las palabras parecieron flotar en el aire y aún ha tanto tiempo le seguían doliendo. Nunca entendió las razones que su esposo tuvo para no regresar a su hogar. Pero, claro, toda buena esposa tiene que mantenerse en su casa, esperando el regreso de su marido. Eso era lo que había aprendido en su entrenamiento para ser la esposa perfecta.

Y por supuesto que lo fue. Goku regresó y ella no le reprochó nada. Simplemente le recibió con una gran sonrisa y un abrazo cariñoso, preparándole un buen banquete… sólo para que él volviera a sumirse en sus entrenamientos porque en tres años algo terrible iba a suceder.

Y Milk no pudo evitar preguntarse si realmente hacía todo eso porque deseaba proteger a todos o sólo por demostrar lo fuerte que podía ser.

Y la gente seguía pensando que ella era la loca que siempre parecía estar de mal humor y gritaba por todo.

"¿Para qué quiere tu mujer que aprendas a manejar si sabes volar?", dijo Piccolo.

¿Y qué sabía él de los deseos de una mujer? Lo único que deseaba era tener un detalle que le hiciera sentir que otra vez tenían una vida normal, que volvían a ser ellos. La familia Son.

Pero todas esas ilusiones se volvieron a desmoronar ante la terrible realidad. De nada sirvieron los días de angustia al verlo enfermo, sus cuidados y preocupaciones, pues Goku nuevamente murió, en un vano intento por vencer a ese monstruo del cual ya ni recordaba su nombre (y no era que le interesara mucho en realidad).

"Él no quiere ser resucitado, se quedará en el otro mundo a entrenar".

Otra vez, como si no importara. Nunca antes le había costado tanto mantenerse de pie. Sus sueños se derrumbaron. Pero llegó una esperanza, una luz. Goten.

Amó a ese niño, quizás hasta más de lo que amaba a Gohan. Sabía que no era propio que una madre tuviera preferencia por un hijo, pero no podía evitarlo. No sabía si era porque lo vio como un último regalo de su esposo o porque se parecía muchísimo a él o porque fue su salvavidas.

Pero lo cierto es que durante los siguientes siete años ella pareció poder superar todos los amargos sucesos. Hasta se permitió enseñarle artes marciales al niño, disfrutaba esas cosas, sintiéndose nuevamente viva, dichosa. Ya no le importaba Goku o sus luchas, tenía lo que quería.

Sin embargo, el impacto fue enorme al escuchar la noticia de que él regresaría por un día. Un día. Todo lo que ella creyó eliminado, ardió en un solo instante. No pudo evitar que su corazón latiera con emoción y tampoco podía negarle a Goten conocer a su padre. Así pues, decidió acudir al Budokai.

¿Budokai?

Sí, una sutil manera de decirle que ella no importaba. Que a lo único a lo que venía Goku era a demostrar sus avances, a medir fuerzas con Vegeta. Ja, qué irónico que su rival era más importante que su propia familia ¿o no?

¿Y aún la gente seguía pensando que ella era la injusta, la amargada e intolerante?

Milk se miró al espejo, ni siquiera se había dado cuenta del momento en que llegó a su habitación.

"¿Y después qué pasó?", se preguntó.

Goku revivió y regresó a casa o al menos en teoría pues siempre se la pasaba en constantes ir y venir del planeta de Kaio. Nunca más las cosas volvieron a ser iguales. Nunca más volvieron a estar juntos, ni siquiera en la intimidad. A Goku esas cosas no le interesaban.

"Mejor dicho, tú no le interesas", se dijo con dureza.

Y esa verdad le laceró el corazón.

La imagen del espejo le mostró que el tiempo no tenía clemencia en su cuerpo, que los mejores tiempos ya habían pasado, desperdiciados con un hombre que simplemente se había casado con ella por cumplir una promesa porque su abuelo le había enseñado que eso hacía un caballero. Lástima que no le hubiera enseñado más.

Recelosa, apretó un puño con fuerza, golpeando el espejo y haciéndolo añicos. Los pedazos saltaron por todas partes, hiriéndola incluso en el rostro. La mano le temblaba, ya fuera por la ira o por la sangrante herida.

"Estoy cansada de seguirte, Goku. De estar siempre en silencio. Ya no más".

Dio media vuelta, notando la cama vacía. Él ni siquiera se daría cuenta, hasta que estuviera muy lejos. No importaba, decidió apagar esa tonta esperanza de que Goku iría a buscarla porque en realidad la quería.

Abrió el armario, sacando una maleta pequeña que llenó con lo más necesario, dispuesta a largarse de Paoz para siempre.

FIN DEL CAPÍTULO UNO

N/A: Bueno, bueno ¿qué puedo decir? El pasado 8 de este mes fue el día de la mujer y me gustaron mucho dos de las frases que escuché: Las mujeres tenemos derecho a relaciones igualitarias. Tú no tienes por qué llenar las expectativas de los demás.

Y después de leer una discusión en alguno de los foros que visito, empecé a pensar sobre esta peculiar relación y lo que verdaderamente hay detrás de la actitud áspera de Milk. En lo personal debo confesar que yo sí creía que estaba medio loca, pero al final he llegado a la conclusión que plasmé en este primer capítulo.

La idea no es que odiemos a Goku, ni mucho menos. Sino hacer que Milk ¿y por qué no? Nosotras mismas nos valoremos un poco más.

Espero que les guste la idea, si es así o no, háganmelo saber n.n