OK. No se cómo diablos paso, pero aquí tiene esta historia. Está casi terminada y subiré los capítulos según me lo pidan. ESPERO LES GUSTE!
El Trato
Capítulo 1
Desesperación
Las piernas habían comenzado a dolerle por culpa del frio. Tras dos horas corriendo cualquier hubiera pensado que tan solo era el cansancio acumulándose en sus músculos, pero Ace bien sabía que no era el cansancio el que le molestaba. Si no el frio, ese frio que ahora se le pegaba a los pantalones mojados por la nieve, ese frio que amenazaba con cortarle la circulación de un segundo a otro.
Deteniéndose en miedo del blanco paisaje se preguntó si era buena idea seguir. Su respiración jadeante le suplico por un minuto de descanso, pero sus recuerdos como dagas cercenaron el pensamiento como si hubiera sido un insulto. Él estaba mojado hasta los huesos, cansado y con el corazón casi escapando de su garganta. ¿Cómo estaría Luffy? ¿Cómo estaría ese enano que se negaba a usar las malditas botas para nieve? ¿Sus pies estarían morados? ¿Acaso seguiría llorando? Ace suspiro por tercera vez luego de maldecirse. ¿En qué rayos había estado pensando?
Yo te diré en que estabas pensando idiota, exactamente no estabas pensando, ese es tu maldito problema, ¿alguna vez piensas?
Solo y con la respiración agitada Ace se dio el gusto de maldecir de manera interna. Se maldijo a él, a Luffy, al clima y a todo aquello en lo que estuviera pensando. Incluso maldijo a Sabo por si las moscas.
Él no había pensado cuando comenzó a gritarle a Luffy, con la culpa pisándole los talones tuvo que aceptar que definitivamente no había razonado nada de lo que había dicho, el solo había comenzado a gritar, así como lo hacen los niños cuando están enojados. Sin conciencia ni moderación. Desgarrándose la garganta y explotando cual olla a presión Ace había comenzado a escupir verdades y mentiras como si de un juego se tratase, y ahora no podía hacer otra cosa más que sentirse un idiota.
No era la primera vez que pasaba. Probablemente esa era la discusión número treinta de la semana, pero era claro que el desenlace no había sido como veces anteriores. Su rabia había sido colosal, explosiva y quemante, la ira acumulada en su cerebro encontró la puerta de salida y estallo como miles de fuegos artificiales. Y Luffy había recibido el impacto de manera directa, como un pobre crio destinado al fusilamiento. De forma irónica no recordaba mucho, solo lo principal o algunas frases locas e hirientes. Los gritos se habían fugado de su memoria, dejándole solo una clara pero maldita imagen. Su hermanito en el suelo, con ambas manos sobre su ahora roja cabeza. O por Dios….
Bien hecho Ace, te luciste, incluso te has ganado un premio, ¿Algunas palabras?
No había mucho que decir ahora. Y era probable que nunca tuviera palabras para ese momento. Agachando la cabeza intento quitar la imagen de su cabeza pero solo consiguió grabársela más en la memoria. Atado a la rabia como un anclaje Ace volvió a maldecir en voz alta. ¿Por qué rayos no pudo cerrar la boca? Pudo haber guardado silencio, o haber corrido, o quien sabe qué. ¿Hacerle daño a Luffy era realmente necesario? Mirando hacia el oscurecido cielo volvió a tragar pesado. ¿Por qué demonios no era capaz de ser un buen hermano mayor? La tarea no era tan complicada. Evitar que Luffy se metiera de cabeza en un nido de cocodrilos no era tan difícil, ¿Por qué entonces vivía pasándole lo mismo? Bufando por lo bajo volvió a enfocarse en la imagen destroza de su hermano menor, y aunque no pudo soportar verla por mucho tiempo, pudo sacar en claro un par de cosas. No es que fuera exclusivamente su culpa. Ace no tenía paciencia, y su hermano parecía no comprender ese minúsculo e insignificante detallito. Luffy buscaba en él cosas que no tenía para dar. El consuelo a media noche, las preguntas curiosas y a veces molestas, los abrazos y esas cosas extrañas no entraban dentro de las tareas de Ace, y como todo esto escapaba de su comprensión simplemente lo había dejado estar, porque ese no era su trabajo, su tarea era cuidar que no se matara, velar por su jodida integridad física y rezar porque viviera hasta los 17. Siempre había sido así.
El problema es que la situación ya no era la misma, su tarea ya no solo era mantener a Luffy a salvo, sino cuerdo y de ser posible, algo feliz. ¡Pero él jamás había hecho algo como eso! No sabía tratar al menor, no entendía cómo es que se consolaba a una niña llorona como Luffy y jamás se dio el tiempo de entenderlo. Porque para eso estaba Sabo. Sabo era el lado emocional, el encargado de evitar peleas, la mamá pato o como sea que se le pudiera llamar al rubio cuando del más pequeño se trataba. Quizá si hubiera puesto atención a sus actos hubiera entendido que hacer ante el llanto histérico de Luffy, quizá Sabo le podría haber aconsejado si él hubiera querido…
El problema era que Sabo ya no podía enseñarle como tratar a Luffy, él ya no podía pedirle un consejo, porque los muertos no pueden hablar…..y Sabo estaba muerto…
Sus manos apretaron el grueso tubo de fierro que sostenía, intentando digerir sus propios pensamientos. La rabia como único consuelo volvió a emerger como si con eso sanara heridas y sin poder controlarse volvió a maldecir en medio del húmedo bosque.
La culpa era de Sabo. Porque si Sabo hubiera estado ahí le habría detenido, porque si Sabo hubiera visto a Luffy llorar habría sabido como consolarlo por las noches, porque si Sabo hubiera estado ahí le habría entregado un poco de paciencia con esa sonrisa a la que le faltaba un diente. Porque si ese miserable de Sabo hubiera sido un poco más paciente no habría muerto y hubiera evitado que él estuviera enojado y ofuscado, hubiera evitado que le gritara a Luffy de la manera que lo hizo y no hubiera permitido que lo golpeara como acababa de hacer.
Ace ahogo aire en sus pulmones y resistió el dolor del oxígeno intentando escapar al tiempo que se mordía el labio inferior. Su pequeña mañana para evitar derrumbarse apenas y funciono.
Estaba siendo injusto…. No era culpa se Sabo, no era culpa de su hermano que esto estuviera pasando. Quizá Sabo habría evitado esa pelea monumental, pero definitivamente el único culpable de sus palabras no era otro más que él mismo. Sabo no quería morir… no era su culpa, en el fondo Ace comprendía eso. El problema es que dolía aceptarlo. Dolía aceptar que ahora no podría conversar ni hablar con el sobre pirata, dolía entender que ya no podrían cazar ni reír juntos, dolía saber que por mucho que le necesitara, Sabo no podría volver para darle un simple consejo. Dolía tanto que todo lo que podía hacer era estar enojado. Porque si comenzaba a razonar, si llegaba a pensar de manera lógica sobre el asunto, terminaría echándose a llorar junto a Luffy.
Ahogando las lágrimas que ahora querían salir Ace se vio obligado a controlarse. Pero todo lo que consiguió fue recordar más al rubio. Sus peleas, su risa, su optimismo, su manera de arreglar las cosas cuando estaban que se asesinaban entre ellos. Extrañaba a Sabo. Era su hermano, su mejor amigo, el primero que le dedico una sonrisa antes que una mueca de odio; y se había ido, dejándolo solo y miserable al lado de un pequeño que se sentía tan solo y miserable como él. Y ahora había metido la pata hasta el fondo. Había golpeado a Luffy cuando este solo quiso estar con él, le había gritado y mandado al diablo e inconforme con eso le había ordenado que no volviera jamás. Con un pequeño escalofrió de entendimiento Ace se dio cuenta de que estaba siendo doblemente injusto.
Luffy también extrañaba a Sabo, él también se sentía solo ahora que ya no estaba el mayor, y ahora definitivamente se hallaba destrozado ante el hecho de haber perdido a su otro hermano mayor.
-"¡DEJAME EN PAZ!"- El solo quería estar solo.
-"¡Pero Ace, yo quiero ir contigo!"- Y Luffy solo quería dejar de estarlo…Una mano fantasma le tomo de la chaqueta amarilla y tironeo con insistencia. Una pequeña mano que se negaba a dejarlo marchar. La rabia con la que tomo esa acción ahora se veía tan estúpida…
-"¡SUELTAME DE UNA MALDITA VEZ!"-El primer empujón. El primero-"¡ERES UNA MOLESTIA!"- ¿Cuántas veces le habría dicho eso a Luffy? ¿Cuántas desde que Sabo no estaba? ¿Mil?
-"¡Solo quiero estar contigo!"- ¿Por qué no le escucho?- "¡No me gusta estar solo!"- ¿Qué fue lo que bloqueo su cabeza?- "¡Sabo nunca me dejaría solo!"- Ahora recordaba…. Con una amarga sonrisa Ace encontró su punto de quiebre. Ace sabía que no era como el otro, entendía que no era amable ni muy considerado cuando del menor se trataba, pero al menos lo intentaba, el al menos trataba de no mandar al mocoso al demonio a la primera provocación, y Luffy no veía eso. Odiaba la comparación, odiaba escuchar "Sabo hacia esto" o "Sabo lo otro", porque él no era Sabo, nunca podría ser Sabo y eso era algo que el menor no parecía querer entender. Y entonces había pasado…. Su cabeza se desconectó, y comenzó a disparar palabras como balas, sin pensar en quien las estaba recibiendo.
-"¡SABO ESTA MUERTO!"- un puñal que solo buscaba matar se incrusto en su vientre cuando escucho sus propias palabras. ¿Cómo había sido capaz?-"¡SABO SE FUE! ¿ENTIENDES? ¡SE FUE Y NUNCA VA A VOLVER!"- Y se acercó a su ya flagelada víctima y lo zarandeo como un muñeco, intentando hacer llegar su funesto mensaje, como si no le bastara ver el rostro pálido y destrozado de Luffy -"¡NO QUIERO VOLVER A VER TU MALDITA CARA! ¡QUIERO QUE TE LARGUES!"-y había vuelto a empujar al menor para alejarlo de sí mismo, como si realmente le repudiara, como si no significara nada. Y Luffy siendo el idiota que era no entendió el mensaje. Porque de haberlo entendido no habría vuelto a pescarle del brazo con desesperación.
-"¡Ace no te va-!"- y la paciencia había muerto en ese instante. Sus acciones fueron más rápidas que sus pensamientos y su conciencia solo se dignó a volver cuando el daño estaba hecho. Cuando Luffy con la cabeza empapada en sangre había corrido lejos de él.
Nunca habían llegado a ese punto y Ace jamás creyó que podría llegar a cruzar esa delgada pero monstruosa línea. Había golpeado a Luffy, él había herido a su hermanito con la misma arma con la cual siempre le defendió. Sabo no estuvo ahí para detenerlo, no corrió detrás de Luffy cuando este se sumergió en el bosque, no se quedó para golpearlo como se merecía. Sabo simplemente no había llegado y nunca llegaría, porque Sabo estaba muerto…
Cerrando los ojos trato de no ahogarse en su culpa, pero fue inútil. Luego de dos horas de búsqueda incesante y sin rastros del menor no podía estar más asustado y nervioso. En el fondo el si quería a Luffy, le quería de verdad, cuando le daba de golpes, cuando le gritara que creciera y dejara de llorar como una niña solo buscaba hacerlo fuerte; rascándose la cabeza se dio cuenta de que su método no había hecho más que seguir haciendo daño donde ya escocia una herida demasiado abierta.
Ahora cansado y con la mente llena de culpas solo pudo enfocarse en la única persona que hubiera podido encontrar a Luffy en ese momento, en el único ser que era capaz de soportar todo lo que era Luffy en general.
-"¿Qué hago Sabo? ¿Qué harías tu ahora?"- Sin dudarlo Ace acepto que su amigo le habría gritado que era un maldito idiota, y aunque esa información no servía de nada, el pecoso no pudo evitar sonreír. El pecho dolió un poco menos. Sabo le habría pateado el trasero, o al menos lo habría intentado…
"Pero primero hubiera ido por Luffy…"
Suspirando y volviendo a al presente Ace comenzó a correr de nuevo. De alguna manera tenía que reparar el daño. Perder a Sabo había sido suficiente, no podía permitirse perder a Luffy también. Atragantándose con su propia saliva apuro el paso.
¿Sería muy tarde como para pedir perdón?
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