!Hola! luego de tanto tiempo al fin ¡Volví!.despues de un año sabático, aunque creo que fue más de un año, en serio lo siento, la vida de adulto apesta y he estado falto de tiempo y ánimos de escribir, (universidad, trabajo, mi poca vida social, etc…) claro intentaré ser más frecuente al actualizar…

Capítulo 30

Mundo Obscuro

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El camino al infierno está lleno de buenas intenciones, lo sé, quizá soy un demonio buscando no volver a ese lugar, sentirme sola de nuevo, ver como todos me abandonan apenas dejo de servirles, bueno, casi todos, y la única persona que nunca lo hizo, ese que nunca me abandonó ni dobló las manos al sentir el aplastante peso de mi infinito orgullo, lo abandoné, en el acto más egoísta y a la vez el más bondadoso que jamás hice, no deje que me siguiera a la muerte, ese era el límite, le había lastimado ya demasiado, ese golpe que coloque para dejarlo en estado de inconciencia me dolió más que cualquier cosa, pues seria la última vez que le veria...

Y ahora regresé, a poner su vida establecida de cabeza, a revivir fantasmas a reavivar pasiones, lo sentí en la forma de besarme, quizá esa era la forma de saber si realmente era yo quien volvió de la tumba, no pude mentirle, y esa maldita voz en mi cabeza seguía ahí, tratando de apoderarse de un cuerpo herido y frágil que había sido sacado del inframundo desobedeciendo las leyes de la muerte.

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La lucha interna continuaba y Ada perdía terreno a pasos enormes.

-Baja esa maldita arma- Ordenó con voz siniestra y poco amistosa, sus facciones y su humor cambiaba drásticamente al tiempo que la pelirroja tomaba una distancia prudente entre ambas.

Claire apuntaba firmemente con determinación a no mostrar miedo alguno ante la situación, parpadeo por un segundo para analizar sus opciones, seguro no duraria mucho si decidía enfrentar la amenaza de Hunk ella sola, era un tipo de cuidado, ademas no tenia el riguroso entrenamiento de la espia o el talento natural para crear un plan de contingencia ante cualquier eventualidad, necesitaba si o si de la compañía de Ada, pero algo en la espia no la hacia fiarse del todo.

¿La otra? A que se refería con eso, ¿era una especie de juego alocado?, Ada no era una mujer de juegos locos así que la sola idea de que fuese una broma quedó inmediatamente descartada, más no actuó, simplemente continuó observando el comportamiento de la espia claro, sin bajar el arma que apuntaba firmemente su objetivo, su dedo descansaba en el gatillo, un solo gramo de presión lo detonaría, sus dudas continuaban, en cualquier otro momento dispararía sin dudar, pero había algo que detenía la acción

La pelinegra comenzó a temblar y sudar a chorros, sin duda algo andaba mal, las facciones de la espía demostraban un conflicto interno, su respiración era agitada, como si hubiese corrido un maratón entero en segundos, las palmas de sus manos abiertas a sus costados, temblaban sin parar, incluso hubo un momento en que la pelirroja pudo notar un par de lágrimas salir de los ojos de la dama de rojo.

- ¿Estas bien?- intentó pronunciar cabalmente, de un instante a otro la espia ya se había lanzado en su contra, sus bien desarrollados reflejos reaccionaron ante el peligro logrando detener una patada que bien podía haber impactado de lleno su rostro, seguro que con esas botas que la espia solía usar habria dolido un monton, Claire no era para nada una tonta si se trataba de pelear, a pesar de ser pacifista, años de práctica la respaldaban, pese a eso, las habilidades de la morena eran bastante más avanzadas y desarrolladas, al grado que hacian ver a la pelirroja como una principiante, volvió a tomar distancia dando un par de pasos atrás, esta vez tomando acción ofensiva detonó su arma fallando tres tiros, que Ada esquivó sin problema, de pronto era muy rápida, un movimiento veloz usando ambas piernas en una perfecta combinación de fuerza sumada a su agilidad logró doblar su muñeca haciéndola soltar el arma, la cual antes de caer disparó otras dos balas al viento sin lograr su objetivo de impactar el blanco, ahora estaban mano a mano.

-¿Ada que mierda te pasa?- preguntó ya bastante molesta sin obtener respuesta alguna, en ese momento pudo notar algo distinto en su compañera, sus orbes habían cambiado totalmente tomando un color rojo, pero no un leve rojizo típico de la irritacion, sino un rojo fuerte, como la sangre.

La espía esbozó una sonrisa, sin pronunciar palabra alguna, claire se quedó mirando, la analizaba de arriba a abajo buscando una explicación, ¿que la había hecho cambiar tan drásticamente si hace un momento se veía tan frágil? fijo su vista al suelo viendo el arma al tiempo que se colocaba en guardia para contraatacar, alcanzar aquel objeto era quizá su única alternativa para detenerla, aunque su último recurso sería lastimarla, aún le debía una.

El momento de meditación terminó cobrando factura cuando la espia lanzó una patada a la altura del estómago, impactando de lleno, por suerte la otra chica logró cubrirse a tiempo usando sus brazos a modo de defensa, sin embargo el golpe fue tan duro que la arrojo hacia atrás cayendo a unos cuantos metros de distancia, su fuerza era inexplicable, ni en su mejor dia habria logrado lanzarla como trapo viejo con tal facilidad, se quedó un momento en el suelo, sofocada y adolorida, intentó ponerse en pie fallando debido a que le faltaba el aire, optó por quedarse ahí buscando a su contrincante con la mirada, la espía caminaba lentamente hacia ella sin alguna prisa, parecia disfrutar la situación, en el transcurso levantó el objeto perdido hace unos momentos, las alternativas cada vez se agotaban más.

La dama de rojo ahora era quien sostenia el arma apuntando hacia la pelirroja que seguía tendida en el suelo, sus intenciones no parecían para nada buenas, en ese momento Claire no veía salida a la situación, su corazón latía a mil ante la impotencia, como si un ángel guardián cayese del cielo alguien más abrió la puerta de la habitación, el chico informático apareció detrás de la espía sacándola de concentración algo que jamás haría Ada pues fijó su atención en él dejando a la pelirroja en una posición de ventaja, fue solo un instante, solo unos segundos que la ojiazul aprovechó a su favor, en un hábil y rápido movimiento logró sacar un aparato que había permanecido oculto en una de sus botas, tan pronto como pudo se colocó una pulsera en su muñeca derecha y disparó una descarga eléctrica al cuello de la espía que cayó aturdida al instante.

Apenas la vio caer se puso en pie desarmandola de inmediato, agitada y aún adolorida por los golpes de la asiática logró arrastrarla hasta la habitación donde con ayuda del varón lograron atarla a la cama con ayuda de cuerdas.

-Voy a conseguirte una cita con una linda chica- aseguró la pelirroja exaltada al chico que aún no entendía que rayos pasaba.

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Otra vez ahi estaba ella salvando su trasero, una vez más cuidándolo desde las sombras, podía jurar que la idea de comenzar a parecer una damisela en apuros a la que había que rescatar estaba ya fastidiando.

Ella lo salvaba a cada ocasión que pudiese, él también en ocasiones respondía a su deuda, pero a fin de cuentas no siempre lo logró, había fallado no una, sino en dos ocasiones, dos veces había muerto en sus brazos, y de algún modo volvia cual Fénix.

Entró al apartamento vacío buscando respuestas, dias antes la había visitado en ese mismo lugar creyendo que su regreso de entre los muertos era solo una broma de mal gusto, y como no creerlo si la vida se le había ido entre sus brazos.

Tal y como esperaba ella no estaba ahí, el olor de su perfume la habría delatado con tan embriagante aroma, solo podía percibir el olor del polvo, la cerradura no había representado obstáculo alguno a la hora de allanar, se quedó de pie viendo todo de arriba abajo hasta encontrar su objetivo, se dirigió a la habitación, abría cajón tras cajón, buscando huella alguna del paradero de la espia, sabia que no sería fácil pues la dama era una profesional en eso de cubrir sus huellas, pero ubicarla era la tarea primordial y a pesar de tener años de conocerla irónicamente no sabía absolutamente nada de ella, tal y como un ser humano que pasó su vida navegando los océanos y a pesar de ello no conoce ni la décima parte de los secretos que este guarda.

La ropa seguía intacta, perfectamente doblada y ordenada tal como le gustaba tenerla, el closet de igual manera presentaba un orden perfecto con un montón de vestidos seguramente costosos, en su mayoría en distintas tonalidades de rojo, tan típico de ella en ese sentido, se detuvo un momento a observar uno en específico, era idéntico a aquél que llevaba puesto en la travesía por españa, un vago recuerdo llegó a su mente, recuerdos que habían sido suprimidos luego de su accidente años atrás, sonrió para sí mismo, era como encontrar oro.

Cerró las puertas de un golpe bloqueando sus pensamientos y llevando su atención a la cama, al igual que todo en la habitación estaba en total orden, agachó su cuerpo buscando bajo de ella algo que sirviera para ubicar a la dama, encontró una caja metálica algo vieja y polvorienta, inmediatamente reconoció el objeto.

-¿que hace esto aqui?- se preguntó nostálgico, esta ocasión mil recuerdos llegaran juntos a la vez y se amontonaran, su vida entera pasaba por su mente.

Todo lo que habia olvidado volvio con esa caja llena de basura y cosas inservibles, su placa de policía del RPD, su viejo uniforme, un álbum de fotografías del colegio, cartas viejas y arrugadas, un lindo llavero de osito, todo eso estaba ahí tal y como recordaba, comenzó a revolver su contenido buscando que no faltara nada, contrario a eso había algo nuevo en la colección, casi al fondo, como si lo hubiesen intentado esconder.

El lanzagarfios de Ada reposaba encima de un sobre blanco marcado en una de sus caras con un beso en labial rojo, la curiosidad lo venció, giró varias veces el sobre buscando cómo abrirlo sin llegar a romper la totalidad del mismo, al final logro hacerlo revelando una carta de su puño y letra con una fina escritura en letra cursiva.

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Leon.

Si estas leyendo esto, es casi seguro que estoy muerta y mi plan fue un éxito, de otra manera jamás te hubiera entregado esto, yo fui criada de una manera totalmente distinta a ti, jamás demostré mis sentimientos y quizá hoy tampoco lo hago, pero te debo una explicación, esa mujer que viste volver no soy yo, solo es el fantasma del recuerdo de la mujer que solía amarte, lamento haberte metido en esto y lamento poner tu vida de cabeza.

Me encargare de todo para que puedas volver a tu vida, solo quisiera despedirme, aunque como te he dicho antes, no suelo hacerlo.

Fuiste la única persona que siempre creyó que había bondad en mí, a pesar de esos malos días donde mi lado oscuro se adueño de mi, nunca fue por completo.

Ojalá coincidamos en otras vidas, ya no tan tercos, ya no tan jóvenes, ya no tan ciegos y testarudos, ya sin razones ni pretensiones, ya sin orgullo.

¡Ojalá!.

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Cerró la carta casi al borde de las lágrimas, según las palabras de la espía parecía que no tenía la intención de volver, de nuevo iba a sacrificarse, lo peor de todo era que aún no tenía idea de que haria si lograba encontrarla y traer de vuelta a Claire ese quiza era el peor de sus miedos, perderlas a ambas, sus dos amores de distinto tiempo, uno tan distinto al otro y a la vez tan genuino, no le dio mas vueltas al asunto.

Tomó el lanzagarfios y lo guardó entre su ropa, tal vez después le sería útil, salió a la calle principal e inmediatamente marco un numero en su movil -Soy Kennedy, necesito un par de favores, te enviaré una caja que necesito que lleves a mi casa, dejala con Sherry, después localiza el chip de usuario 981001 lo lleva una agente de terra save es asunto de seguridad nacional- Aun no entendía que planeaba Ada pero estaba seguro que Claire le estaba apoyando así que usaría sus influencias para encontrar a ambas.

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Apareció de pronto en un lugar oscuro, el ambiente era tétrico, a su alrededor la oscuridad era casi total, esta solo era opacada por pequeñas flamas en colores naranjas y rojos que se veían a la distancia, intentó inútilmente seguirlas pero a paso que avanzaba las flamas se alejaban más y más, comenzaron a verse sombras, a oírse lamentos ¿acaso ese lugar era el infierno?, su rostro comenzaba a reflejar absoluta desesperación.

Por unos instantes la tranquilidad del lugar era abrumadora, los gritos habían cesado hasta que se vio interrumpida cuando de la oscuridad una sombra comenzó a caminar hacia ella, su caminar incesante había llamado la atención de ese ser, apenas vio el espectro dirigirse a ella se quedo estática esperando el momento de su final, este no llegó.

-Ada, mi amor, has vuelto a mi- pronunció la sombra cuando logró colocarse frente a frente, esa voz, esa puta voz la conocía, solo de recordar al dueño de ella sintió infinitas ganas de asesinar, comenzó a tomar forma, la piel le brotó, asi como las facciones de un rostro conocido.

- Simmons- Susurró enfadada la dama

-Ya no podran separarnos- Dijó el ente tomándola del brazo, la mujer hizo un jalón brusco logrando apartarse de ahí, acto seguido intentó dar una patada que resultó totalmente inútil pues atravesó su cuerpo como si de agua se tratase, corrió en dirección opuesta, pero aquel sitio no tenía principio ni tampoco final, a medida que avanzaba, la sombra de Simmons se desvaneció volviéndose humo, sin intentar perseguirla, apenas se sintió a salvo se echó de rodillas al suelo a descansar un poco, su agitada respiración delataba su cansancio.

-Así que la zorra del vestido rojo vino para quedarse- escuchó decir a una voz fuerte y ruda, se puso en pie buscando la fuente del sonido.

-Krauser- dijo al ver al ex militar transformado en una aberración con un brazo mutante, ni siquiera alcanzó a reaccionar de alguna forma cuando este ya había atravesado su abdomen con su brazo mutante, un escalofrío recorrió su cuerpo, de pronto él también se volvió polvo y desapareció.

Se echo al piso tocando su abdomen, se había sentido tan real y a pesar de ello su cuerpo estaba intacto.

Una tercera sombra se formó de la oscuridad, caminaba en su dirección a pasos lentos tomando la forma de un hombre con gafas oscuras.

-Wesker- dijo asustada arrastrándose hacia su espalda, la sombra dio un par de pasos y después comenzó a derretirse, lo que parecía ser su piel quedo embarrada en el suelo de forma asquerosa, un horrible olor a carne quemada inundó su olfato y un enorme grito de sufrimiento aturdió su oído.

Intento callarlo poniendo sus manos en sus tímpanos, clavó su mirada en el piso para no ver más el horrible rostro calcinado, de pronto el suelo se hizo cristalino y mostró la imagen de una mujer de pie frente a un hombre, era ella, pudo verse a si misma golpeando fuertemente en el rostro a Leon, ella se volteó y salió furiosa del apartamento, instantes después él corría a perseguirla, lo demas sobraba, ya lo sabía de memoria, la escena se repetía, una, otra y otra vez.

-¡Basta!- Gritó desesperada al borde de la histeria, la oscuridad total volvió para después marcharse en forma de vapor dejando tras ella un ataúd que apareció en el centro, una mesa de madera lo sostenía, se acercó intrigada para ver más de cerca.

La caja estaba cerrada y no había manera de abrirla ni de ver su interior, golpeó con fuerza intentando derribarlo pero estaba tan afianzado que parecia que había sido clavado para no ser removido nunca, comenzó a ver por todos lados del cajón, buscando algo que le diera respuestas, finalmente encontró una leyenda que yacía escrita con sangre en letras rojas justo en la base de el ataúd

"Con dolor no descansa mi alma, solo queda perder la esperanza, dentro de mi caja"

Comenzó a golpear con toda su fuerza hasta que logro hacer caer el sarcófago, el golpe hizo que este se abriera revelando su interior, lo que encontró la perturbó aún más, ahí estaba ella, como si se viera en un espejo.

Negó con la cabeza aferrándose a no creer en ese disparate.

-No eres tu, no del todo, solo una parte- escuchó decir a una voz que jamas habia escuchado.

Una dama rubia se acercaba, la había visto antes, lo sabia pero no recordaba donde.

-¿Sabes quien soy querida Ada?- comenzó la espía a meditar su respuesta.

Ahora lo recordaba, había visto ese rostro antes en una fotografía.

-Carla- contestó la espía con total seguridad en sus palabras.

Fui obligada a parecerme a ti, a oler como tú, a comportarme como tú, todo lo que fui me lo arrebataron en un intento de igualarte, y funcionó ¡soy tú! ahora tú debes quedarte aqui, mientras que yo retomó mi vida.

-De ninguna manera, no me quedaré aquí- exclamó al tiempo que luchaba por despertar del trance en el que estaba inmersa.

-No es un sueño, no es una pesadilla, este es un rincón de tu mente, puedes moldearlo a tu antojo- explicó cambiando instantaneamente el paisaje a un parque, todo era tan real que incluso podía sentir la brisa del viento, oir el canto de los pájaros, el olor a tierra mojada emanada de los jardines, una ilusión demasiado realista.

-A este rincón me enviaste cuando te negaste a morir, cuando decidiste no darme el control de lo que por derecho me corresponde, tu cuerpo-

-Lamento lo que te pasó, pero no fue mi culpa- se disculpaba sinceramente la espía aún en el suelo.

-Solo deja de luchar, te prometo que aquellos que amas estarán bien, incluso mejor que contigo-

-No, tú no eres yo, te hicieron parecerte a mi para ser la esclava de los caprichos de un enfermo y Ada Wong no es esclava de nadie- Su voluntad era mas fuerte que sus puños, podria vencer su cuerpo, podria destrozar cada hueso de su anatomía pero jamas la vencería en su propia mente.

-Voy a matar a todos los que amas apenas vuelva- aseguró la otra perdiendo la pelea interna de voluntades.

-Entonces quédate aquí para siempre- gritó volviendo a la realidad, estaba atada a una silla, su boca sangraba y la pelirroja la observaba detenidamente con temor.

Apenas vio volver el verde de sus ojos supo que estaba de regreso

-¿Eres tú?- cuestionó para tener la total seguridad, la espía observó a su alrededor después asintió algo fatigada.

-¿Quieres contarme?- preguntó sentándose frente a la espia.

-Solo suéltame y sigamos en esto- ordenó intentando zafarse el amarre sin prestar atención al reciente suceso.

-No voy a moverme de aquí hasta que me expliques qué rayos pasa contigo- dijo la pelirroja mostrando autoridad.

-Nunca le he dado explicaciones a nadie-

-Tendrás que hacerlo si quieres que continuemos juntas- esta vez parecía bajar el tono a mayor calma buscando tranquilizar el asunto que ya de por si era de tensión.

-Puedo resolverlo sola Redfield, vete a casa a cuidar a tus..-

-Deja de decir mierda Ada, acabo de asesinar a un sujeto sin piedad por tu culpa, deje a mi familia y por poco me acuesto con un imbécil mafioso, estamos juntas en esta mierda, dime que puedo confiar en ti- Claire comenzaba a desesperarse por la actitud de la pelinegra.

-Tengo un potente virus en mi cuerpo que apenas y puedo controlarlo- confesó finalmente con total sinceridad.

-Mierda eso es…-

-Es una larga historia y solo se que no hay solución que conozca, así que debo aprovechar mis momentos lúcidos para acabar con ese sujeto, debemos hacerlo rápido, a penas y me siento yo misma.-

-Cuéntame todo- pidió acomodando su silla para una larga charla.

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Sentado en un escritorio un hombre observaba a todo un sequito de científicos con batas blancas debatir de pie frente a un pizarrón, borraban una y otra vez su contenido sin llegar a una conclusión.

-Sujeto 27, fallido- escuchó decir al líder del equipo de científicos.

-¿Sin novedades?- cuestionó sin moverse de su silla que giraba y giraba denotando su desesperación.

-Me temo que aún estamos muy lejos de lograr el avance que requiere el proceso-

Esta vez el mercenario se puso de pie, el de bata blanca tragó en seco creyendo que sería su final, no por nada tenía la reputación de Mr Death. -Tienen las malditas fórmulas, los malditos audios que la loca de Radames grabó, incluso un número ilimitado de sujetos de prueba ¿que carajo falta para llegar al resultado deseado?- Gritaba furioso haciendo a todos sentir escalofríos.

-El vi.. vi... virus base- se atrevió a mencionar un miembro del grupo de científicos, -Si logramos conseguir una pequeña muestra de sangre de un portador del virus base lo podremos usar en el proceso, si no, tal vez tengamos miles de resultados fallidos-

Era cierto, cuando todo explotó en la isla que radames usaba para sus experimentos, todo se había ido al carajo, incluso todas las muestras, lo único que quedaba del virus lo llevaba ella misma en la sangre.

-Vendrá a mi, cuento con ello- dijó antes de colocarse su típica máscara e ir a prepararse para quizá su última batalla.

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Y bueno, esto ya esta por acabar, ¿que puedo decir?Realmente siento mucho por la demora y quiero agradecer a aquellos que siguen mi historia a este punto, en ningún momento pensé abandonar totalmente el fic pero el tiempo se me pasaba volando y terminaba posponiendo las cosas, pero al fin me di el tiempo, espero siga agrandando la historia y esperen pronto el siguiente capítulo…By:Romel