¡Hola! Bueno, aclaro desde ya que este fic no se alargaría más allá de un tercer o cuarto capítulo, por lo cual este capítulo tal vez sería el penúltimo. Peeero, haré otro Negitoro, uno ambientado en la época victoriana, así que estén atentos ^^.

Disclaimer: Vocaloid NO me pertenece.


Melodía

Por E. Waters

Capítulo II

Miku POV

Las cosas no iban como yo esperaba que fuesen. Para comenzar, Luka y Gakupo-sempai, estaban más juntos que nunca, y Kaito-san, el cual si bien no me desagradaba, estaba prácticamente pegado a mí, casi sin dejarme sola ni un mísero instante.

No es que Kaito-san no me pareciese guapo o encantador, es más, encontraba incluso a Kaito-san más atractivo que Gakupo-sempai, o cualquier otro chico del instituto. Pero ese justamente el problema; él era un chico, no una chica como lo era Luka precisamente.

En realidad, tampoco es que me gustasen específicamente las chicas, simplemente me gustaba Luka, por ser Luka y ya.

Para mi alivio, me tocó clase de literatura, en donde Kaito-san no estaba… y donde Luka sí se encontraba.

Cuando entré al salón de clases, rápidamente me dirigí hacia la mesa donde mi mejor amiga me esperaba, y sin poder evitarlo tan pronto como cuando me encontré frente a ella, le di un gran y apretado abrazo.

—¿Qué sucede, Miku? — me preguntó ella, posando esos ojos azules sobre mi mirada.

—Nada. — pero si sucedían cosas, muchas cosas.

—Has estado viendo mucho a Kaito-san, ¿no? —dijo ella de pronto, mientras estábamos leyendo un texto, el cual debíamos de interpretar. Aún así, en vez de desconcertarme la pregunta, debo admitir que sentí algo de placer… ella notaba mi acercamiento a Kaito-san, y eso ya era algo, o al menos eso quería yo creer.

—Sí, él es muy simpático. — le respondí, haciendo mucha énfasis en mis palabras, como viendo si podía poner a Luka algo celosa.

—Eso es excelente… ya era hora que encontraras una pareja, ¿no te parece, Miku?

Y no, no me parecía en lo absoluto. Por supuesto, yo quería encontrar una pareja, pero esa pareja sólo podría ser Megurime Luka, y nadie más… y es que al fin y al cabo, jamás me había gustado tanto una persona, como lo hacía con ella.

—¿Y cómo van las cosas con Gakupo-sempai? —le pregunté, no pudiendo resistirme a hacerlo.

—Bien. —me contestó algo directa. — o sea, podrían ir mejor.

Tan pronto como dijo eso, mi corazón dio un gran brinco. Y es que esas palabras, aunque no eran exactamente la que yo esperaba, si se asemejaba mucho. Ella no estaba plenamente satisfecha con su relación, y eso me esperanzaba.

—¿A qué te refieres? —le dije, como queriendo indagar de manera sutil, que en verdad no salió tan sutil, sobre el tema.

—Quiere dedicarse a la música después del colegio. — y Luka frunció ligeramente el ceño. — me explico, está bien que lo tenga como hobbie, pero encuentro que probar suerte en el mundo de la música, es algo un tanto riesgoso.

—Oh…

—Como sea, aún falta más de medio año, como para que termine el colegio, así que puede que encuentre una carrera más… apta, para en ese entonces.

Yo conocía muy bien a Luka. Ella, al revés de mí, le gustaba lo ordenado, lo seguro, lo estructurado y sabía muy bien que si Gakupo-sempai no le ofrecía esas tres cosas, era muy posible que terminasen. Y aunque sonase feo decirlo, esa idea me llenaba de dicha por completo.

Volvimos entonces, a nuestras tareas y aunque Luka como siempre finalizó de las primeras, sí pude nota como estaba algo distraída.

En realidad, yo ni sé cómo Luka terminó como novia de Gakupo-semapi. Claro, claro, el chico era muy guapo, pero sus notas eran mediocres, y aparentemente en lo único que destacaba era en su faceta como cantante.

Pero lo que sí sabía, era que esa relación de a poco, me estaba comenzando a afectar, todo porque a cada día que pasaba, Luka me gustaba más y más, al punto que dolía no estar con ella, y mi corazón brincaba extremadamente fuerte al verla.

¿Por qué? ¿Por qué había tenido que enamorarme de ella, y no de alguien como Kaito-san, por ejemplo?

Si tan solo, fuese correspondida…

Miré de reojo a mi amiga, y me pregunté si es que algún día dejaría de amarla, que si algún día podría volverla a ver como la amiga que debía de ser, y no como mi fantasía romántica.

—¿Sucede algo, Miku?

La voz de la propia Miku me sacó de mis divagaciones, y ella al descubrirme de cómo la había estado mirando, me sonrojé por completo. Rápidamente fijé mi mirada en otra parte, como tratando de ocultar mi sonrojado rostro de ella.

—Nada, Luka.

Pero obviamente, era mentira.

Quise seguir rellenando la guía dada por el profesor, pero simplemente no podía concentrarme, o al menos no concentrarme mientras ella estuviese cerca de mí, y no poder tratarla como lo que realmente para mí era, una amante no una amiga.

Al salir de clase de literatura, quise irme con Luka, pero ella se dirigió directamente a los lavados después de clases, por lo cual no me quedó otra que quedarme en la entrada del instituto, esperándola.

Estaba en eso, cuando de pronto Kaito-san se acercó a mí. Sin poder evitarlo, dibujé una pequeñísima mueca en mi rostro. Como ya he dicho antes, no tenía nada contra él, pero seguramente él querría irse conmigo a casa, y en verdad que no tenía excusa suficiente alguna, como para negárselo.

—Hola, Miku. —y cuando vi sus ojos, de inmediato reconocí esa mirada… esa misma mirada que yo ponía cuando Luka estaba cerca.

—Hola, Kaito-san.

—¿Quieres que te acompañe hasta tu casa?

—Yo…

Pero fue cuando, miré de soslayo y encontré a Luka caminando con Gakupo-sempai. Yo estreché mucho mi mirada… ¡él muy maldito se me había adelantado!

Movida más que nada por la rabia y frustración, la de no tener a Luka especialmente para mí, y sólo para mí, volví a mirar a Kaito-san y asentí con firmeza, como respuesta su proposición.

—¿Y cómo te ha ido con las notas?

—Pues, no tan bien como a Luka… ya sabes ella es muy buena en…

—Te he pregunta por ti, Miku, no por tu amiga. —me dijo él entonces, sonriéndome.

Aún no sé muy bien, pero me sonrojé. No por la sonrisa de Kaito-san, sino porque me daba cuenta de que Luka me importaba mucho más de lo que yo creía. Y es que sin proponérmelo, muy pronto todos mis pensamientos estaban en dirección a ella.

Para mi alivio, llegamos a la calle en donde Kaito-san y yo debíamos de separarnos.

Cuando llegué a casa, lo primero que hice fue revisar mi celular, esperanzada de que Luka me haya enviado un mensaje, y yo no hubiese dado cuenta de ello.

—Ningún mensaje…—me dije a mí misma, decepcionándome un poco. —claro, como debe de estar con Gakupo-sempai…—añadí.

Tal vez, no sería mala idea conseguir un novio. Tal vez, no sería mala idea entregar mi primer beso a alguien quien no fuese Luka, y tal vez no sería mala idea compartir mi tiempo libre con alguien diferente a mi mejor amiga.

Pero yo obviamente, me estaba engañando a mí misma.

Fue cuando entonces, sonó mi celular. Ansiosamente lo vi, y para mi satisfacción total y absoluta, se trataba de Luka.

—¡Hola, Luka! —respondí, inevitablemente sonriendo, sonriendo tal vez demasiado.

—Hola, Miku. — su voz sonaba calma, contrastando con la mía. — ¿así que… te has ido con Kaito-san a casa?

—S-sí. — y por alguna razón titubeé—es que como te vi con Gakupo-sempai…

—Oh, claro. —ella hizo una pequeña pausa. — estaba pensando, hace tiempo que no estamos a solas, ya sabes yo siempre con Gakupo aquí y allá, y bueno, creo que sería una buena idea que saliéramos solas, este fin de semana.

Mis ojos se abrieron mucho, y la alegría me invadió por completo.

—¡Claro que sí! —fue lo primero que dije, no pudiendo camuflar mi alegría. —digo, sí está bien… cómo quieras, Luka.

Aunque no la estaba viendo, supe que sonrió.

Estuve toda la semana más que pendiente que nunca de Luka, la cual varias veces se encontraba con mi mirada, lo que me hacía sonrojar. ¿Acaso ella se daría cuenta, de mis sentimientos por ella?

Por otro lado, Kaito-san, al igual que yo lo hacía con Luka, estaba bastante ´pendiente de mí. Yo no quería dañarlo, pero sabía con exactitud que jamás podría amarle… puesto que a la única persona que ahora mismo podía amar, sería Luka y nadie más.

Nadie más…

Llegó el ansiado día domingo, y realmente no sabía cómo vestirme. Por un lado, quería verme 'especial' para ella, pero por otro lado me daba un terrible terror el de sobre arreglarme y que Luka se diese cuenta de todo.

Pero claro, algún día debería de darse cuenta, si es que yo quería algo más con ella, cosa que se adecuaba en mis prontos objetivos.

Ahora el asunto, era cómo hacerlo.

Alguien tocó el timbre, y en vista que otra vez me encontraba sola en casa, fui yo quién abrió, sabiendo muy bien de quién se trataba.

—¡Luka! — exclamé al ver a mi mejor amiga, bajo el dintel de la puerta.

—Hola, Miku— y ella sonrió. Una sonrisa mía, para mí, no para ese Gakupo.

—¿Vámonos? — y seguidamente ella hizo un ademán.

—¡Claro!

Como el fin de semana pasado, fuimos al cine, pero esta vez escogimos una película algo romanticona, en vez de un de terror cosa que yo agradecí y no agradecí al mismo tiempo. Por un lado, detestaba asustarme, pero por otro lado, el asustarme me permitía tener más contacto físico con Luka.

—Ojalá sea buena. — fue lo último que dijo ella, antes que la película al fin empezase.

Tal y como la crítica de la película decía, era en extremo romántica. Y cuando llegó la hora en la cual finalmente los protagonistas se iban a dar el ansiado primer beso entre ambos, yo fijé mi mirada sobre los labios de Luka, como lo hice la vez pasada que estuvimos en el cine.

Ahora, la diferencia estaba en que no se encontraba ni Gakupo-sempai o Kaito-kun. No, ahora estábamos solas, Luka y yo, yo y Luka.

Alcé ligeramente mi mirada, y para mi sorpresa me encontré con los ojos de Luka, los cuales me miraban, tal y como yo justamente lo estaba haciendo.

Mi corazón comenzó a latir con una fuerza atroz, como si en cualquier momento fuese a explotar, o algo por el estilo. Mis ojos, de la mirada de Luka, se dirigieron otra vez a sus labios, tan deseables, tan ansiados…

¿Era que Luka, también me estaría viendo mis labios?

No, no lo sabía, pero no me importaba.

Lo que realmente me importaba, era que mi rostro estaba cada vez más y más cerca de la cara de Luka, y ahora no estaban ni Gakupo-sempai ni Kaito-san, como para distraer la atención de ella.

Y no, no me interesaba ni un poco que la sala del cine estuviese repleta, porque en ese instante, o al menos para mí, sólo estábamos ella y yo.

Siendo así, mi mano viajó de mi regazo, hacia la mano de Luka, y antes que ésta pudiese chistar o decir algo, agarré su mano con fuerza, con mucha fuerza, y aventurándome casi con lo desconocido, eso deseablemente desconocido, junté mis labios contra los de mi mejor amiga.

No hubo ni fuego artificiales, ni música de violín al fondo, pero jamás me había sentido tan excitada, como lo estaba sintiendo ahora.

Seguí agarrando la mano de Luka, y empujando un poco mi cuerpo, lleno de cosquilleos, hacia ella traté de hacer lo posible por profundizar el beso.

Los labios de Luka eran adictivos, eran deseables, eran necesarios una vez ya probados, como era mi caso, precisamente. Mordí ligeramente su labio inferior, para ella abriese la boca, y de manera torpe e inexperta, quise explorar esta misma.

Y sentí celos, celos que en todo ese tiempo fuese Gakupo-sempai el dueño de esos labios. Pero él ya no sería más su dueño…

Para mi decepción, Luka pudo más que mi fuerza y separó sus labios de los míos. Antes de que tuviese tiempo como para quejarme de la abrupta separación, fue ella misma quien hundió su rostro en mi hombro.

—No aquí, Miku. — susurró de forma ronca ella en mi oído.

Mis ojos se abrieron mucho… ¿era mi imaginación, o era que en verdad Luka deseaba que siguiéramos besándonos?

Entonces, ella tomó con fuerza mi brazo, y entre torpes tropezones salimos de la sala de cine.

—Yo, Luka…

—Está bien. —y posó su dedo índice sobre mis palpitantes labios.—¿vamos a mi casa, bueno?

Aún recordando el sabor de los labios de ella, me dejé llevar por Luka hacia la estación de buses, en donde nos iríamos a la casa de los Megurine, en vista que aparentemente, estaríamos completamente solas allí.

Durante el trayecto, Luka mantuvo su mano sobre la mía, aunque su mirada estaba fija en el paisaje que le brindaba la ventana.

Y yo, llena de felicidad, no pude más que seguir observándola, preguntándome que en qué terminaría, este extraño asunto…


¡Espero que hayan disfrutado el capítulo! Y bueno, lo que siempre digo, un fic y un autor feliz es igual a reviews =P